Tipos de Falacias
Tipos de Falacias
Tipos de Falacias
Argumentación persuasiva,
Engaño, fraude o mentira pero incorrecta
Ejemplo:
Debe haber vida después de la muerte, pues nadie
ha podido demostrar lo contrario.
b) La apelación inapropiada a la autoridad o argumento ad
verecundiam:
Esta falacia ocurre cuando se hace una apelación a personas
que no tienen credenciales legítimas de autoridad en la
materia en discusión:
Ejemplo:
Puesto que importantes intelectuales como José Ortega y
Gasset, Luis Borges, Pablo Picasso han hablado de seres
extraterrestres, entonces debe haber vida más allá de
nuestro planeta.
c) Pregunta compleja:
De todas las falacias que se utilizan en el razonamiento
cotidiano, una de las más comunes es la de formular una
pregunta de tal forma que se presupone la verdad de alguna
conclusión implícita en esa pregunta.
Ejemplo:
¿Usted mi amigo ha dejado de beber en forma
desmedida?
d) Argumento ad hominen:
Esta frase se traduce como contra el hombre. Esta falacia se
comete cuando el ataque no va contra la conclusión que uno
desea negar, sino contra la persona que la afirma o defiende.
Esta falacia se puede presentar de dos formas:
d.1) En las disputas violentas o contenciosas es muy común
menospreciar el carácter de los interlocutores, negar su inteligencia
o racionalidad, etc.
Por ejemplo:
Ud. no sirve como profesor, ya que pertenece a una secta, es feo, se
viste mal, etc.
Por ejemplo:
Como académico, el profesor Benedict Kerkvliet ha demostrado ser
prejuicioso y poco científico…es patético ver al profesor Kerkvliet,
un no filipino, deplorando las condiciones sociales y políticas de un
país extranjero como Filipinas, cuando su propio país requiere de
regeneración moral y social.
e) Petición de Principio o petito principia:
Esta falacia consiste en suponer la verdad de lo que uno quiere
probar. Un argumento de petición de principio siempre es
válido, pero lo es trivialmente.
Por ejemplo:
Por ejemplo:
Los discursos de A. Hitler, que llevaron a los alemanes a
un éxtasis patriótico.
f.2) Argumento ad misericordiam:
Apelación a la piedad, es un caso especial de la anterior:
Por ejemplo:
No podemos juzgar a Paul S. porque su estado de salud
es delicado y está viejo.
Por ejemplo:
El presidente seguirá teniendo confianza en el intendente, lo
mismo que yo, y ustedes también deben tenerla porque
trabajamos para el presidente y porque así han de ser las
cosas. Y si cualquier persona tiene un punto de vista
diferente, tendrá que decírmelo para revisar su situación en
esta empresa.
II.- Falacias de Ambigüedad
a) Equívoco:
Esta falacia es el resultado de la ambigüedad de un
término que aparece en una argumentación, ya sea
porque posee más de un significado literal o por ser
una expresión relativa cuyo significado varía en
relación con su contexto.
Por ejemplo:
“El fin de una cosa es su perfección, la muerte es
el fin de la vida; por lo tanto, la muerte es la
perfección de la vida”.
b) De anfibología:
Se incurre en esta falacia cuando se extrae una conclusión a
partir de enunciados que, debido a su descuidada estructura
gramatical, admiten más de una interpretación. Las
afirmaciones de este tipo siempre posibilitan interpretaciones
diferentes.
Por ejemplo:
El acusado se retiró llorando después que el juez diera el
veredicto con un pañuelo.
c) De énfasis:
Se comete esta falacia cuando se realiza una interpretación
literal de un enunciado, esto es, poniendo énfasis en alguna de
las interpretaciones que contiene y dejando de lado el contexto
general en el que ese enunciado ha sido formulado. En los
diarios sensacionalistas suelen incurrir en este tipo de falacia.
Por ejemplo:
Ayer los actores trabajaron bien, podemos conjeturar que
los otros días no lo hacían.
d) De composición:
Consiste en adjudicar a una totalidad una propiedad que posee
cada una de sus partes (o cada a uno de sus miembros).
Por ejemplo:
Dado que cada una de las habitaciones de la casa es
pequeña, inferir que la casa es pequeña. La casa puede tener
muchas habitaciones y, aunque éstas sean pequeñas, la
edificación puede ser muy grande.
e) De la división:
Esta falacia es inversa a la anterior: adjudicar a una parte
cualquiera de una totalidad una propiedad que posee el todo,
sobre la base de lo que es verdadero de una totalidad debe
serlo de cada una de sus partes.
Por ejemplo:
Concluir que si un alumno pertenece a un curso estudioso,
él individualmente también lo será.