Cesar Rengifo Horizonte Multiple
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HORIZONTE MÚLTIPLE
Ganadores del 1.er Concurso Nacional de
Ensayo César Rengifo
Fundación Editorial El perro y la rana, 2017 (digital)
Gema del Carmen Medina Requena
Julio Rafael Silva Sánchez
Mirza Morelia Camacaro Rengifo
Autores
Gema del Carmen Medina Requena
Julio Rafael Silva Sánchez
Mirza Morelia Camacaro Rengifo
NOTA DE PRESENTACIÓN
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Gema Medina / Julio Rafael Silva Sánchez / Mirza Morelia Camacaro
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VEREDICTO
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CÉSAR RENGIFO: EL PINTOR DEL PAISAJE
ESTÉRIL, DE SU PUEBLO Y DE SÍ MISMO
Gema Medina
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2 Juan Eduardo Cirlot. Diccionario de símbolos. (5.ª edición) Ediciones Siruela, Madrid,
2001, p. 40.
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3 James, Olney. “Autobiography and the cultural moment: a thematic, historical and
bibliographical introduction”. En James Olney (Ed.). Autobiography: essays, theorical and
critical. Princeton, 1980, pp. 3-27.
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puesto dos con su obra El andamio roto, y el Premio Popular con la obra
El hijo enfermo. En 1954 obtuvo el Premio Nacional de Pintura y recibió en
1980 el Premio Nacional de Teatro.
La participación de Rengifo en los festivales de teatro es notable:
en 1959 se celebra el Primer Festival de Teatro bajo el auspicio de Pro-
Venezuela y el Ateneo de Caracas. En esta oportunidad y junto con trece
autores más presenta dos piezas, a saber, El vendaval amarillo, bajo la
dirección de Alfonzo López; y Soga de niebla, dirigida por Humberto
Orsini. Durante el desarrollo del Segundo Festival, en 1961, Lo que dejó
la tempestad comparte, junto con nueve obras de destacados autores y
autoras, la cartelera. Cinco años más tarde, el Tercer Festival (1966-1967)
incluye dentro de su programación La fiesta de los moribundos y Los
hombres de los cantos amargos.
Las líneas de su trabajo artístico presentan varias facetas, de tal
modo que se puede considerar un artista integral que supo abarcar los
dominios de la literatura al incursionar en la poesía, el teatro y la ensa-
yística, así como en las artes plásticas expresadas en sus lienzos y en
los grandes murales desplegados en varios sectores de Caracas: El mito
de Amalivaca, mito de la creación, destacado en la plaza Diego Ibarra,
es uno de sus magnos murales que ha acompañado a los visitantes y
transeúntes de esta zona desde el año 1955, y ha dejado la huella de la
fuerza tanto de lo que es la obra artística de Rengifo en sí: como de su
pensamiento crítico como ciudadano venezolano y latinoamericano.
Fue además, un investigador de la historia, político y dirigente
cultural. Todo esto lo constituye en un artista orgánico de pensamiento
revolucionario, crítico de todo cuanto considera perjudicial para su
pueblo, que tomó por armas su sensibilidad y su actitud crítica y las
convirtió en arte. Poseedor de una obra prolífica y diversa, ella en
sí misma revela el conjunto de pensamientos, de reflexiones que se
debieron debatir en el día a día de este creador. La obra rengifiana
siempre predicó un mensaje de libertad para su pueblo. Unas veces
confrontando duras realidades de la sociedad venezolana contem-
poránea como la justicia contra la injusticia, el rico contra el pobre, el
poder contra el desasistido, lo extranjero contra lo propio, la imposición
de antivalores contra lo verdadero venezolano, lo grotesco contra lo
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Con estas dos grandes tendencias, una surgida del trabajo a partir
del ámbito nacional y la otra vinculada a la ideología marxista, el teatro
de Rengifo se constituye en una herramienta de peso en la lucha de los
pueblos que buscan su autodeterminación, su reconocimiento como
parte fundamental del desarrollo nacional y mundial, haciendo que se
respeten sus modelos políticos, económicos y sociales que han decidido
establecer como propios. Por esto entonces hoy más que nunca la
obra de Rengifo está viva, es actual, no perece en el tiempo, ya que los
problemas dentro del mundo capitalista y neocolonizador se presentan
de la misma manera en la que lo han hecho desde épocas pasadas:
opresores versus oprimidos, ricos contra pobres, desarrollismo versus
9 Rubén Monasterios. Un enfoque crítico del teatro venezolano. Monte Ávila Editores,
Caracas, 1990, p. 58.
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22 César Rengifo. “Las torres y el viento”. En Tetralogía del petróleo. Monte Ávila Editores,
Caracas, 2015.
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Al concluir el beneficio del café, será bueno sacarlos. ¡Que se vayan! ¡Y los
conuqueros y pisatarios lo mismo! ¡Bastaría que cayera entre ellos un solo
25 Ibídem, p. 16.
26 Ibídem, p. 25.
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federal para que se contagiaran! ¡Son, como dicen ustedes los militares
matemáticos, enemigos en potencia!27
27 Ibídem, p. 16.
28 Ídem.
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32 Ídem.
33 César Rengifo. Un tal Ezequiel Zamora…, ob. cit., p. 17
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34 Ibídem, p. 116.
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35 Ídem.
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Rengifo logra dar su visión de lo que significó para él ese pasado, con
sus cruentas luchas, las adversidades de un pueblo, la deshumanización
de quienes aun siendo parte del pueblo reprimieron a su propia gente.
Recurre a la historia para, con sus mismas palabras,
36 Jesús Mujica. César Rengifo. A viva voz. Fundarte, Caracas, 2015, p. 53.
37 Sófocles. “Antígona”. En Teatro griego. Los Clásicos. EDAF, Madrid, 1962, p. 622.
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se vinculan entre sí, toda vez que idolatran al dinero por encima de
la dignidad humana y se arrodillan ante el poder avasallador de la
corrupción del papel moneda. El veredicto del juez es elocuente: con
voz fuerte y sonora lo oímos pedirle disculpas a Antígona, no sin antes
prosternarse ante lo que él considera una “gran empresa”:
40 Ibídem, p. 79.
41 Ibídem, p. 60.
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42 Ibídem, p. 70.
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Otra:
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Aún no sabemos. Juan está como aturdido. Casi toda la vida la hemos
pasado por aquí y tiene miedo de moverse, de ir a otros sitios donde no
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sabremos hacer nada ni tenemos conocidos. ¡Pero hay que salir! Donde
Eusebio están en lo mismo, ya hablan de recoger las pocas gallinitas que
les quedan para con el producto de la venta tomar camino hacia alguna
parte… ¿Y ustedes qué harán?46
—Oye Rita, ¿no será que tenemos algún daño? ¿Que alguien nos ha echado
algún mal? Siempre hay gente que envidia… Y quién sabe… ¡Nunca hemos
perjudicado a nadie, pero hay tanta maldad en el mundo! En estos días he
estado pensando eso, pues ¿por qué vamos a estar así como estamos?47
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50 Orlando Araujo. Venezuela violenta. Banco Central de Venezuela, 2013, pp. 19-20.
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RAFAELA: La dices dos veces; luego, cuando las ánimas te hayan escuchado
y comiencen a andar sus pasos, le dan bastante palo a la ropa dentro de
la batea, entonces, quien echó el mal sentirá en su cuerpo y en su alma
esos golpes, sufrirá grandes dolores, y el ánima de Luzbel lo llevará hasta
ustedes a recoger lo malo que allí ha echado… ¡Ah, y cuando algo pida,
ofrézcanle sal!
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53 César Rengifo. “Prefacio”, Las torres y el viento. Fundarte, Caracas, 2015, p. 165.
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1921, 1925, 1928, 1935, 1936 y 1938 para regular la pujante industria. Las
compañías se mostraban naturalmente reacias a adaptar sus concesiones a
nueva legislación cuando la ley con arreglo a la cual se les había adjudicado
aquellas era más ventajosa para ellas. La Shell y la British Controlled
aún operaban bajo el Código de Minas de 1910, mientras las compañías
norteamericanas estaban sometidas a las leyes petroleras vigentes en
el momento de su concesión. Un laberinto de regulaciones diferentes y
desiguales se aplicaba a los productores venezolanos. Tanto desde el
punto de vista técnico como del administrativo, la conversión de todas las
concesiones a una ley moderna significaría una considerable simplificación
de las relaciones entre compañías y gobierno.54
54 Edwin Lieuwen. Petróleo en Venezuela (1954). Citado por Mendoza Potellá en su blog
Petróleo venezolano. Consultado el el 27 de agosto de 2015. Disponible en: http://petro-
leovenezolano.blogspot.com/2009/12/de-las-concesiones-los-contratosvision.html#.
Vd9Vy8V5O24
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como una creciente burguesía que gozaba de todos los privilegios que
les podía ofrecer la pujanza económica petrolera.
Traemos estos trozos de historia a colación puesto que es en medio
de este marco político, económico y social en el que Rengifo desarrolla
la historia de Las torres y el viento, pieza que pertenece a lo que algunos
autores llaman su Ciclo del Petróleo57, y en la que se tejen varias tramas,
atravesadas por líneas temporo-espaciales distintas y que en medio
de la gran carga poética que la sustenta adquiere relieves de profundo
contenido político y social, toda vez que el autor deja clara su posición en
contra de la explotación del subsuelo venezolano en manos de las trans-
nacionales y en detrimento de la calidad de vida de sus connacionales,
quienes deben enfrentar duras realidades, como lo son la expropiación
de sus tierras y el desalojo de las mismas para dar paso a los mechurrios
y las torres metálicas que extraerán sin compasión el aceite negro.
La trama abre con un prólogo que se plantea a través de una
técnica teatral cinematográfica en la que predominan la luz, el sonido,
el movimiento, las sensaciones de dolor, la angustia, el miedo. Durante
los cruentos años sesenta de las guerrillas venezolanas, dos cuerpos se
arrastran en una noche oscura y tempestuosa sobre un terreno hostil
que alguna vez fue un campamento petrolero y que ha sido devorado
por la selva. Cercos policiales nocturnos los rastrean con reflectores
y les disparan sin piedad. Ismael cae mientras que el Viajero, herido
mortalmente, logra continuar arrastrándose lentamente. La misión
política que les fue encomendada no se pudo llevar a cabo y el Viajero
comienza a desvariar y alucinar debido a la fiebre producto de la herida.
El drama se desarrolla en dos actos. Los acontecimientos adquieren
un velo fantasmal, ya que las acciones se ven a través del recuerdo
narrado por personajes muertos que pasan del plano de la realidad
al plano del pasado para incorporarse en las alucinaciones del Viajero.
Dentro de las alucinaciones el Viajero alcanza llegar a una posada;
aquí habla con Marta y José María, personajes ya muertos, como casi
todos los de la obra, quienes narrarán los acontecimientos acaecidos
en Las Cruces, pueblo de enfrentamientos entre indios y funcionarios
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MORRIS: Trato de comprenderlo, Judge, pero los obreros han podido insu-
rreccionarse. Ese día no estábamos en condiciones de defender el campo...
Solo las medidas que tomamos, algo extremas, permitieron calmar los
ánimos.
65 César Rengifo. “El caudal de los muertos cansados”. En Tetralogía del petróleo. Caracas,
Monte Ávila Editores, 2015, pp. 132-133.
66 César Rengifo. “El vendaval amarillo”. En Tetralogía del petróleo. Caracas, Monte Ávila
Editores, 2015, p. 63.
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SALDUENDO: Voto a tal que soy testigo de eso. Además, ¿dónde estarían
las perlas de Cubagua si vos y tantos como vos, caballero, no capturaran
salvajes capaces de bucearlas? A más que el someter infieles es de beneficio
para nuestra santa religión…
LIMPIAS: Eso digo siempre, pero vayan disgustos y malos ratos que
engendra para los capitanes este negocio de las Indias y El Dorado… Vaya
por Dios, pese a mí.
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69 Ibídem, p. 20.
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SALDUENDO: ¡Válgame Dios que tiene razón el reverendo! ¡E hizo bien con
echarse a la calle a estas horas, noticias como esas conmoverán a todas las
Indias y a la misma España!
LIMPIAS: ¿La cercana costa de tierra firme está entonces en poder de los
indios? Paso a no creerlo.
FRAILE: Pero así es, señor Capitán, y los dirigen los caribes.
PIESCÓ: ¿Y Yorosco?
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PIESCÓ: ¿Siguen siendo el uno para el otro como lo eran cuando los
unimos?
QUENEPA: Sí, pero he creído ver que les duele el mandato que prohíbe
ayuntarse y procrear…
72 Ibídem, p. 46.
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73 Ibídem, p. 11.
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A manera de Conclusión
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por los años ochenta, bajo el compromiso de mucha gente de las artes
escénicas, de la danza, del diseño y de la escenografía y la iluminación,
de poder contar con una escuela ideal de alto rigor académico que le
diera a nuestro teatro el lugar de excelencia que le correspondía. Ese era
el sueño de artistas e intelectuales de la talla de Alfonzo López, Enrique
Porte, Blanca Sánchez, Luis Pardi, Rocío Rovira, Ligia Tapias, Lourdes
Manrique, Orlando Rodríguez, Elías Martinello, entre otros, quienes con
pasión y entrega impulsaron las actividades académicas con un grupo
de jóvenes audaces y estudiosos que buscaban con avidez y entusiasmo
abrirse un destino en el mundo de las artes escénicas. Huelga decir que
sus obras figuraron entre las más renombradas de los festivales de teatro
que se realizaron en nuestro país desde las postrimerías de los años
cincuenta, hasta la actualidad donde gozan de la aceptación del público
joven, sobre todo del sector estudiantil, que se ha dado a la tarea de
hacer montajes de sus piezas con inusitada frecuencia.
De igual forma, debemos reconocer que nunca como ahora se
le ha dado el sitial de honor que merece tan insigne autor. En la fecha
de la conmemoración del centenario de su nacimiento el impulso que
se ha ofrecido al autor de ¿Por qué canta el pueblo? ha sido quizás de
la magnitud equivalente a la trascendencia de su obra. Hemos leído
artículos importantes sobre su obra y vida en diarios y revistas; se han
realizado ponencias y conversatorios acerca de su legado artístico; se
han presentado obras de su autoría en los teatros venezolanos; se ha
llamado a concursos para difundir su pensamiento; ha sido homenajeado
en el marco de la Feria Internacional del Libro 2015 (Filven) y sus cuadros
se han expuesto en distintos museos y galerías de arte, tanto en Caracas
como en otras ciudades del país. No pasemos por alto que sus textos
se han editado por varias casas editoriales, entre ellos vale mencionar
la colección Biblioteca César Rengifo, de Fundarte 2015, que consta de
quince libros contentivos de 18 títulos, bellamente diseñados con los
cuadros de nuestro autor como portadas, y en los que se hace entrega
a nuestro público lector de una variedad de temas de gran relevancia y
pertinencia histórica.
No obstante, somos de la opinión de que nunca serán suficientes
los reconocimientos y la difusión de su obra para un autor que ha sido
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77 Ver César Rengifo. Palabras a los jóvenes: dos semblanzas heroicas. Fundación Editorial
El perro y la rana, Caracas, 2015.
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Su extensa obra teatral, sus ensayos sobre el arte (que nos permiten
también conocer el significado de su trabajo porque en ellos es crítico
de su propia obra y brinda las claves para su comprensión), su poesía,
así como su obra plástica acompañada de sus grandes murales, revelan
la labor titánica que este artista realizó a lo largo de sus sesenta y cinco
años de vida, y que le permitió dejar una obra para su pueblo, en la que
pudiera encontrar elementos de reflexión esclarecedores de la historia
patria, de su origen, de su economía y cómo esta debe sembrarse para el
buen vivir venezolano. La obra rengifiana es una obra joven, que puede
ser leída por un público que no tiene, al mismo tiempo una edad definida.
Decimos que es una obra joven, por esa misma condición de que está
hecha de verdad, con consistencia, sin querer delimitar espacios para
un cierto público o para otro. No. Es todo lo contrario. En ella se puede
sentir interesado la o el estudiante de bachillerato, el hombre y la mujer
de edad media, el trabajador y la trabajadora venezolanos, y sentirse
plenamente reconocidos porque lo que está allí presente no les es ajeno,
es su patria, con sus conflictos, sus dichas, sus fragilidades y su heroísmo.
Para concluir, diremos que en la dramaturgia y pintura de Rengifo
se produce, sin duda, una complementación, que tal como lo refiere
Humberto Orsini se da toda vez que “encontramos en el teatro los
mismos personajes que encontramos en su pintura, esto a nivel de
contenido; y el dibujo de los personajes en sus pinturas se corresponde
con la construcción de muchos de los personajes de su teatro”78. Con el
apoyo en la opinión del poeta Juan Calzadilla el tema principal de la
pintura de Rengifo (y por extensión de su dramaturgia) “es el campo
venezolano, humanizado por la figura de los tipos campesinos criollos,
el paisaje en ruinas, donde se levantan cielos oscuros o presagiosos a los
que la tierra comunica su propio color”79. A esto podríamos agregar que
como parte de su temática se enfoca en aquellos aspectos relacionados
con la penetración ideológica de las grandes potencias en los países
menos desarrollados, así como también en aquellos problemas que se
producen en las grandes ciudades, a saber, la marginalidad urbana, los
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Referencias Bibliográficas
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CON UN ARDOR ESTREMECIDO
QUE EMPAÑA LOS ESPEJOS
Peregrinaje arbitrario por las obras y los días
de César Rengifo
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Con el paso del tiempo los conceptos que nos han servido en un momento
dado para sustentar opiniones y juicios sobre los fenómenos artísticos han
variado en proporción a los cambios mismos que de época en época se
operan en las condiciones sociales que rigen la producción del arte.
Juan Calzadilla
“Imagineros de ayer, arte popular de hoy”,
en Revista Nacional de Cultura, 2011
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Resolución, 2015
Rengifo se enfrentaba al mundo haciendo teatro. Manifestando ideas
de cambios, temas agrarios, la importancia de los efectos colaterales y
negativos del tema petrolero, esto no fue ajeno para Chávez, quien advirtió
la importancia y la vigencia de este importante dramaturgo.
Humberto Orsini,
César Rengifo,
Patrimonio Cultural de la Nación, 2015
Prefacio
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En esa misma vertiente, Cortázar publica un libro de relatos denominado Alguien que anda
por ahí (1977), en donde incluye dos cuentos que evidencian su irrestricta solidaridad con
las luchas revolucionarias en América Latina: “Apocalipsis de Solentiname” y “Alguien que
anda por ahí”. En este último, leeremos:
... lo habían desembarcado apenas caída la noche y aceptando todos los riesgos de
que la caleta estuviera tan cerca del puerto. Se valieron de la lancha eléctrica, claro,
capaz de resbalar silenciosa como una raya y perderse de nuevo en la distancia. (p.
201).
Los textos incluidos en su obra Último round (1969) –libro de misceláneas, en donde se
entrecruzan poemas, cuentos, recortes periodísticos, citas, textos recogidos en la calle
(como las “pintas” en los muros de París, durante el mayo francés)– denotan el ideario
estético-ideológico de Cortázar: en ellos hace eclosión la carga potencialmente política y
revolucionaria del autor, al tratar de definir el problema de la literatura y el rol del escritor
como agente de cambio social. Allí leemos:
... Es obvio que tratarán de comprar a todo poeta o narrador de ideología socialista
cuya literatura influya en el panorama de su tiempo; no es menor obvio que del
escritor y solo de él, dependerá que ello no ocurra (...) Llegará un día en que, más que
libros, le reclamarán (sus lectores o correligionarios) discursos, conferencias, firmas,
cartas abiertas, asistencia a congresos, política. (“Planta baja”, p. 125).
De manera que para Cortázar una cierta literatura es revolucionaria en la medida en
que, al influir en el lector, al plantearle problemas y darle, acaso, algunas soluciones o
señalarle algunos caminos, lo está ayudando en ese descubrimiento de sí mismo sin el
cual ninguna revolución tendría sentido. Tal vez por eso, en su obra Viaje alrededor de una
mesa (1970), afirmaría que:
... todavía nos faltan los Che Guevaras de la literatura. Sí, hay que crear, cuatro, cinco,
diez Vietnam en la ciudadela de la inteligencia. Hay que ser denodadamente revo-
lucionarios en la creación, y quizás pagar el precio de esa desmesura. Sé que vale la
pena. (p. 36).
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más solar, lo más vital del hombre, su sed erótica y lúdica, su liberación de
los tabúes, su reclamo de una dignidad compartida en una tierra ya libre
de este horizonte de colmillos y de dólares.2
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4 Ludovico Silva. La torre de los ángeles. Monte Ávila Editores, Caracas, 1991, p. 135.
5 César Nereo Rengifo Cadenas nace la alborada del viernes 14 de mayo de 1915 en
Caracas, en las esquinas de San Felipe a Pueblo Nuevo. Fue el quinto hijo del humilde
matrimonio conformado por su padre, Ángel María Rengifo Goita, repartidor de pan,
y su madre, Felicia Cadenas, costurera. Su muerte se producirá en la misma ciudad, la
tempestuosa noche del domingo 2 de noviembre de 1980. Ese mismo año 1915, el martes
7 de julio, a las 11:45 de la noche, nacería en la parroquia Altagracia, Juan Bautista Liscano
Velutini, quien sería amigo personal de Rengifo.
En el contexto nacional, el Congreso elige a Juan Vicente Gómez como presidente. Rufino
Blanco Fombona difunde El hombre de hierro, que había sido publicado en Curazao en
1903, por lo que hasta entonces solamente era accesible para el que viajara hasta la isla
para procurárselo.
Sobre esta época dirá Mariano Picón Salas en su obra Comprensión de Venezuela (1955):
Gómez, es de cierta manera, la consecuencia de un estado social. Gómez manda
porque nosotros hemos sido la indisciplina, la improvisación, la guachafita. Gómez es
el gran culebrón que vino a gobernar sobre las ranas cuando estas pedían más poder,
según la fábula clásica. Muchos muchachos románticos piensan que se tumba a
Gómez después de beber unos tragos, buscando camorra a un policía, y apareciendo
en la plaza Bolívar, al grito de ¡Abajo la tiranía! Este es un problema de preparación, de
disciplina colectiva. Antes de hacer la República, debemos hacernos nosotros, porque
todavía no somos. (p. 44).
Caracas, para la época, bajo las sombras dictatoriales de Juan Vicente Gómez, soportaba
–como toda Venezuela – la impronta tenebrosa de la ignominia, tal como satíricamente
lo describe José Rafael Pocaterra, en su obra Memorias de un venezolano de la decadencia
(1990):
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Los ministros, los políticos de Caracas y del interior, los cortesanos, los adherentes,
los trepadores, los crustáceos: ¡la fauna de estos últimos tiempos! Y hasta la flora,
porque notábase allá y acá algún infeliz chayota (...) Cazurronamente acecha, como
los caimanes con la jeta abierta que permite a los cucaracheros limpiarle los colmillos.
(pp. 44-45).
Y Jesús Sanoja Hernández, en su texto Entre tablas y talleres (1998), afirma:
En aquel mayo de 1915 en que César Rengifo vino al mundo la compañía Rueda
montaba en el Teatro Caracas la zarzuela Amor que mata y acababa de estrenarse en
el ahora restaurado Teatro Municipal Madame Butterfly, ópera que causó sensación en
“la sociedad capitalina”. Quedó en la memoria de Job Pim, quien en la materia era un
fanático, y en la de Gustavo Machado, joven recién salido de La Rotunda. (p. 3).
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8 Jesús A. Mujica Rojas, César Rengifo. A viva voz. Fondo Editorial Ipasme, Caracas, 2008,
p. 13.
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muestra en seguida que tal concepción coincide (analógicamente, claro) con la noción
mágica del mundo que es propia del primitivo. (p. 127).
Octavio Paz, en El arco y la lira (1967), había señalado: “El hombre es hombre gracias
al lenguaje, gracias a la metáfora original que lo hizo ser otro y lo separó del lenguaje
natural. El hombre es un ser que se ha creado a sí mismo al crear un lenguaje.” (p. 34).
Para Julia Kristeva, en su obra Males del amor: el campo de la metáfora (1987):
La metáfora es un transporte de sentido, la economía que afecta al lenguaje cuando el
sujeto y el objeto de enunciación confunden sus fronteras. De allí que para comprender
el discurso metafórico sea necesario saber que el sujeto de enunciación expresa en
metáforas el complejo acto de identificación. Por ejemplo, la metáfora como correlato
de la experiencia amorosa se apoya, pues, en la ambigüedad de la experiencia amorosa,
propia también de la transferencia analítica, por naturaleza más cercana a la poesía. (pp.
208-209).
Y Edgar Morin, en La cabeza bien puesta: repensar la reforma, reformar el pensamiento
(1999), anota:
Una metáfora despierta la visión o la percepción que se habían convertido en clisés. En
este sentido un poeta dijo: “la realidad es un clisé del que nos escaparemos a través de la
metáfora”. La metáfora literaria establece una comunicación analógica entre realidades
muy alejadas y diferentes, que permite proporcionarle intensidad afectiva a la inteligi-
bilidad que aporta. Al provocar ondas analógicas, la metáfora supera la discontinuidad y
el aislamiento de las cosas. Con frecuencia aporta precisiones que el lenguaje puramente
objetivo o denotativo no puede aportar. De esta manera se comprende mejor la calidad
de un vino que por medio de referencias físico-químicas, cuando se habla de su cuerpo,
su buqué o su sequedad. (p. 96).
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Los intelectuales en América Latina se han visto comprometidos desde los tiempos de
las luchas por la Independencia y su papel nunca ha dejado de tener congruencia. Si los
escritores cargamos con la pasión de la vida pública es porque esta tiene entre nosotros
una calidad insoslayable; apartarse de ella sería dejar una oquedad sin fin en el paisaje
(...) Los escritores llegan a convertirse en cronistas iluminados de la historia y también en
jueces implacables de ella: episodios inagotables que nunca dejarán de ser un depósito
de materiales para el novelista, hallazgos y episodios olvidados, personajes de extraña
singularidad e injusticias. Al novelista le tocará, entonces, exhumarlos para volverlos a la
vida. (p. 5).
Víctor Bravo, en su texto “De la naturaleza de la poesía”, inserto en su obra El señor de los
tristes y otros ensayos (2007), ha dicho:
Es posible, como el niño en la pintura de Dalí, levantar la alfombra del mar y del lenguaje
para hacer de la mirada un instante del vértigo, visión, intuición, representación; es posible,
en ese acto, “despertar del sueño dogmático”, según la expresión kantiana; e imaginar
como una de las intuiciones fundamentales del hombre de la modernidad, la experiencia
de la libertad. Ese acto es una distanciación del mundo que funda una visión capaz de ver
lo incongruente y la heterogeneidad donde los demás ven homogeneidades. Esa visión
fue llamada irónica por los románticos e identificada con la visión poética. Hoy podríamos
decir, que es la conciencia crítica la que nos distancia de lo asertivo y la fijeza y nos lleva
a asumir el mundo en términos de provisionalidad y precariedad por medio de la duda
y la pregunta, de la ambigüedad y la interrogación sobre los fundamentos. (pp. 97-98).
Gustavo Pereira, en su texto “El viejo sueño de Lautréamont”, de su obra Cuentas (2007),
anota:
En arte y literatura estamos llegando a un punto en que la aparición de tantos creadores
prodigiosos sepulta cada vez más la pretensión individualista de la fama, el afán de
sentirse ungidos, de ser únicos. Piezas en el gran damero de la cultura contemporánea,
este conglomerado de notables artistas, poetas y escritores está colectivizando el arte,
volviendo anónimas las hechuras artísticas y literarias, haciendo cada vez menos inal-
canzable el viejo sueño de Lautréamont. (p. 63).
Jacques Ranciére, en su ensayo “Las paradojas del arte político”, incluido en su obra El
espectador emancipado (2011), acotaría:
La autonomía de la ficción que no se ocupa más que de representar y gustar, depende de
otro orden, se regula a través de otra escena de palabra: una escena “real” en la que no
se trata solamente de gustar por medio de historias y discursos, sino de educar espíritus,
salvar almas, defender inocentes, exhortar pueblos, arengar soldados o simplemente
sobresalir en la conversación en la que se destacan las mentes agudas. (p. 136).
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César Rengifo: horizonte múltiple
14 Armindo Trevisan. “Poesía y mensaje social”, en la revista Letra Inversa del diario El
Carabobeño. Valencia, domingo 9 de noviembre de 2008, p. 48.
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15 Humberto Orsini, César Rengifo. Patrimonio Cultural de la Nación. 2015, p. xix. Disponible en:
www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=218tx_ttnews(pointer)=168tx_ttnews
(tt_news)=50878tx_ttnews (tt_news)=50878tx:ttnews (backpid). Última consulta: junio 21
de 2015.
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César Rengifo: horizonte múltiple
16 Transgredir, mezclar o combinar los géneros es un método casi tan antiguo como la
propia literatura, de forma tal que desde mediados del siglo pasado comenzó a prac-
ticarse tentativamente entre algunas vanguardias literarias europeas y latinoamericanas.
El afán de hacer evolucionar los géneros, en esa búsqueda constante de la creación
por renovarse, y los nuevos escenarios sociales, políticos, culturales y tecnológicos,
influyeron de manera significativa en dicho fenómeno. Pero este proceso no es privativo
de la literatura: un proceso análogo atraviesa la música desde hace algunas décadas, y
cuyas obras resultantes reciben la nomenclatura de fusión. En general, parecemos estar
asistiendo a un proceso de hibridación universal, según el cual no solo géneros, sino
también disciplinas diferentes, se combinan para dar lugar a nuevas zonas de cono-
cimiento. Los orígenes del término literatura transgenérica son borrosos y se diluyen
en el tiempo. En realidad, la superación de los límites genéricos aristotélicos en ciertos
textos, la superación de los compartimentos estancos, la práctica de lo transgenérico,
se produce con notables ejemplos ya en la época clásica de la literatura española. Por
ejemplo: La Celestina (o Tragicomedia de Calixto y Melibea), atribuida al bachiller Fernando
de Rojas, editada en 1499, en Burgos, y que constituye una de las bases sobre las cuales
se cimentó el nacimiento de la novela y el teatro realistas modernos, supo integrar la
pluralidad espacial y temporal –propios de la novela sentimental vigente en su tiempo–
con la estructura exclusivamente dialogada, rasgo básico del género dramático, además
de fijar una relación funcional entre sus personajes, con el paralelo y el contraste de
acciones y los dos planos sociológicos del conflicto, que posteriormente hará suya la
comedia nueva del siglo xvii.
En este contexto también encontramos a Miguel de Cervantes Saavedra, autor de varias
obras teatrales y de diversas novelas, una de las cuales, El ingenioso hidalgo Don Quijote
de la Mancha (publicada su primera parte en 1605 y la segunda en 1615) es de singular
importancia para los propósitos de evidenciar la génesis de la literatura transgenérica. La
obra es, en principio, como sabemos, un ataque a fondo contra los libros de caballerías.
Pero lo que confiere dimensiones universales a su obra es la naturaleza de su humor,
un humor piadoso y humano que nos muestra cómo las desventuras no amargaron a
Cervantes hasta el punto de hacerle concebir una novela satírica y grotesca, en la cual
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Gema Medina / Julio Rafael Silva Sánchez / Mirza Morelia Camacaro
denotamos una crítica social muy sutil, llena de amenidades y fábulas, reflejo de una
profunda experiencia adquirida a través de su trato con los hombres y los graves sucesos
que le acontecieron, condimentada por una sensibilidad única de carácter literario. Todo
esto hizo del autor un narrador fiel y un intérprete irónico de su vida y de su tiempo. Esta
circunstancia no se da en la novela de un modo directo, como relato autobiográfico, sino
a través de una estimativa de valores y normas que trascienden el argumento.
La prosa del Quijote reviste multitud de modalidades estilísticas encaminadas a la eficacia
y al arte. Revela la preocupación de Cervantes por las costumbres y los modos de vida de
la sociedad de su tiempo. Es, además, un libro divertido, rebosante de comicidad y humor,
con el ideal clásico del prodesse et delectare (instruir y deleitar). Admite muchos niveles
de lectura e interpretaciones tan diversas como obra de humor, una burla del idealismo
humano, una destilación de amarga ironía, un canto a la libertad, una asombrosa lección
de teoría y praxis literarias, y un panorama de la sociedad española de su época (en la
transición entre los siglos xvi y xvii), con personajes de las más variadas profesiones y
oficios, con muestras de costumbres y creencias populares. Como lo asegura Rafael
Osorio Cabrices, en su texto “Cinco razones para leer al Quijote” (2005):
Cervantes era capaz de desplegar un sentido de humor irresistible para los
lectores de hoy, desde gags como de películas de Buster Keaton hasta complejos
juegos de palabras y elegantes ironías (...) Juntó en una licuadora críticas a las
formas líricas, épicas y ensayísticas de la época, el habla popular y el habla culta,
los debates sobre las artes, los ecos de la geopolítica y un delicado juego entre
ficción y realidad, entre historia y experiencia directa. (p. 13).
En América Latina, partiendo por ejemplo del modernismo, nuestra literatura ha mostrado
siempre claras señales del impacto constante de lo transgenérico, lo cual ha planteado
una suerte de mutación genética, quizás no solo aparente. Por otra parte, la erosión de
los géneros entendidos como taxonomías, como marcos rígidos y esclerosados, es veri-
ficable en muchos casos y en todos los géneros literarios, de manera especial la narración,
por sus características propias vinculadas al desarrollo del caudal cognoscitivo humano,
la cual se presta con mayor razón a singulares fundamentaciones textuales-contextuales.
Bajo los postulados del análisis crítico del discurso, las narraciones, la poesía, el teatro
y otras expresiones literarias tienen sus raíces en sistemas culturales de conocimientos,
creencias, valores, ideologías, modos de acción, emociones y otras dimensiones del
orden social. En tal sentido, las obras, en tanto discursos, son formas de prácticas sociales
en contextos socio-culturales y la cognición es la que establecería la comunión entre el
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César Rengifo: horizonte múltiple
discurso y la sociedad. Tal como lo postulase el poeta André Bretón, quien, citado por
Ludovico Silva, en La torre de los ángeles (1991), en una ocasión expresara:
De los poetas, a pesar de todo, en la serie de los siglos, es posible esperar los
impulsos capaces de volver a colocar al hombre en el centro del universo, de
abstraerlo durante un segundo de su aventura disolvente, de recordarle que,
para todo dolor y para toda alegría exteriores a él, es un lugar indefinidamente
perfectible de resolución y eco. (p. 84).
Así como necesitamos un esquema conceptual, un sistema de ideas que guíe nuestra
acción en el mundo, necesitamos que este sistema de ideas, este aparato para pensar,
opere también como un sistema abierto que permita su modificación. Es la interrelación
dialéctica con el medio lo que guiará la ratificación o rectificación del marco referencial
subjetivo. Todo esquema referencial es inevitablemente propio de una cultura en un
momento histórico-social determinado. Somos siempre emisarios y emergentes de la
sociedad que nos vio nacer. Además, todo esquema referencial es a la vez producción
social y producción individual. Se construye a través de los vínculos humanos y logra a
su vez que nos constituyamos en subjetividades que reproducimos y transformamos la
sociedad en la cual vivimos. Es decir, el hombre no puede sustraerse de la historia, porque
él es quien la hace o la genera. La historicidad es inherente a la condición humana y lo que
hace humanas las cosas es precisamente su potencialidad de variación, su temporalidad:
no solo cambian las aguas del río, también cambia el que se introduce en ellas, como lo
ha señalado Hans-George Gadamer en Historia y Hermenéutica (1977):
Lo que caracteriza a todas nuestras historias y las convierte en tales es el hecho de
que contamos y contamos estas innumerables historias una y otra vez. Hay cier-
tamente una diferencia entre historias que se narran como narraciones y que son
verdaderas sin ser verdaderas, y las historias transmitidas por medio de una repre-
sentación historiográfica y reconstruidas con ayuda de la investigación crítica, a
partir de la cual la historia se recompone y se reescribe. El texto de la historia
no está nunca concluido por completo, ni está fijado definitivamente. Hablar hoy
de un escrito definitivo suena a una protesta impotente del espíritu lingüístico
contra el flujo siempre cambiante del narrar. (p. 153).
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Gema Medina / Julio Rafael Silva Sánchez / Mirza Morelia Camacaro
A lo largo de sus días, César Rengifo se propuso (¡y vaya que lo logró!)
superar el falso dualismo entre razón e intuición, materia y espíritu, acción y
contemplación para alcanzar la visión de una nueva realidad, más mágica,
más real y más humana. En esa dirección, nuestro creador intentó retomar
la búsqueda de una meta muy antigua: la reintegración del arte a la vida, la
fusión y complementación de lo psíquico y lo social. Y comprendió el gran
dilema: el artista o el escritor no podían seguir contando más o menos acer-
tadamente una historia ya conocida; su papel consiste más bien en descubrir
los hilos conductores del subconsciente colectivo, en captar los signos –sus
encuentros y sus interferencias– en el corazón mismo de lo vivido, puesto
que la situación humana total debe ser considerada como una obra de arte,
lo cual conduce, ineluctablemente, a transformarla en circunstancia más
libre, más soportable y más vivible.
En sus páginas y en sus lienzos deslumbra la soltura y el ímpetu del
lenguaje, expresado con una independencia y una impaciencia inque-
brantables. Su estilo procede por acordes que adquieren la intensidad
progresiva de una composición musical. Sus textos en prosa o poesía,
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César Rengifo: horizonte múltiple
18 El teatro de César Rengifo construye una visión panorámica de las tenaces luchas
del pueblo venezolano por sus reivindicaciones, transitando un largo camino, desde
la época de la Colonia hasta la segunda mitad del siglo xx, y se ensambla con precisión
en una enriquecedora mixtura con toda su obra creativa como poeta, artista plástico,
periodista… Sus páginas son también una proyección de sus vivencias, su pensamiento
político y sus pulsiones personales. El crítico venezolano Leonardo Azparren Giménez, en
su obra El teatro en Venezuela: ensayos históricos (1997), señala dos aspectos esenciales en
la obra teatral de César Rengifo: su estructura dialéctica y el mural histórico, constituido
por momentos relevantes del país, América Latina y el Caribe. Propone, para facilitar su
ubicación temática, organizar pedagógicamente el teatro de Rengifo en varias categorías:
*Mural de la Guerra Federal:
-Un tal Ezequiel Zamora (1956)
-Lo que dejó la tempestad (1961)
-Los hombres de los cantos amargos (1970)
*Ciclo referente a la Colonia y los indígenas:
-Curayú o el Vencedor (1949)
-Oscéneba (1959)
-Apacuana y Cuaricurián (1975)
*Tetralogía del petróleo:
-El vendaval amarillo (1952)
-Las mariposas de la oscuridad (1954)
-El raudal de los muertos cansados (1967)
-Las torres y el viento (1969)
*Comedias / Teatro psicológico
-Yuma o cuando la tierra está verde (1942)
-En mayo florecen los apamates (1943)
-Armaduras de humo (1948)
-Los peregrinos del camino encantado (1948)
-Los canarios (1951)
-Hojas del tiempo (1956)
-El otro pasajero (1956)
-Una medalla para las conejitas (1965)
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carnaval que interrumpe la policía; y la intención noble de exaltar valores nacionales así
como el afán de libertad, es encomiable. (p. 23).
Acerca de Curayú o el Vencedor (1949), comentará:
Su acción se sitúa cerca del valle de las Catuchas (sic), donde hoy se levanta Caracas, por el
año 1565. En ella el autor plantea la destrucción de los indígenas y su rebeldía frente a los
conquistadores con altura en la concepción argumental y valores poéticos en el lenguaje
que hacen de ella casi una cantata en prosa. Su dominio de la técnica teatral se hace
evidente en la creación del clima dramático y en el desarrollo de la anécdota hacia un
final de gran efecto apoyado en el nacimiento de un niño “que continuará la lucha”. (p. 25).
Sobre Oscéneba (1959) anotará:
… palabra que en lengua caribe significa amor, cuyo tema es la utilización de los caribes
como esclavos en la pesca de perlas en la isla de Cubagua. El eje del drama lo constituye
la lucha entre lo joven y lo viejo, esto es, la rebeldía que intenta vengar con violencia la
crueldad de los conquistadores, y la sumisión a un destino que se cree trazado por los
dioses y los antepasados, que impulsa a dejarse morir pasivamente. La acción transcurre,
paralelamente, en un mesón tras los muros de Nueva Cádiz y en la choza de la anciana
indígena Quenepa (…) Esta obra puede encuadrarse dentro de un realismo mágico y
simbólico. (p. 27).
Acerca de Sol de Niebla (1954), dice:
… es la historia de un asesino condenado a muerte que salva la vida aceptando el cargo
de verdugo en una prisión predominantemente política. Cronológicamente se sitúa
entre los años 1789 y 1806, y dentro de una forma de realismo psicológico y simbólico.
El verdugo, en su proceso de desintegración moral, simboliza la paralela desintegración
de un régimen colonial que, en sus postrimerías, se empeña aún en asfixiar los anhelos
de independencia del país que nace. Un sentido fatalista conduce al trágico final: ante
la huida de su esposa –símbolo quizá de la pérdida de lo conquistado por el crimen que
le privó de la libertad y le condujo a su actual condición– el verdugo se suicida minutos
antes de que llegue el alcalde a comunicarle la real orden que le eximía de su vergonzoso
oficio. (p. 29).
Sobre Manuelote (1950) expone:
... obra en un acto, presenta un cuadro de la realidad socio-política en el año 1814 a través
de dos negros esclavos –Manuelote y Petrona, su mujer cuyo diálogo, conciso y fluido,
ubica rápidamente al espectador en el clima de la Guerra de Independencia. Al estar solos
al cuidado de la casa de sus amos –las mujeres y los niños emigrados a zonas más seguras,
y los hombres peleando en el ejército libertador–, los dos esclavos sufren gran penuria.
Aparece un oficial, primo del amo don Martín, para indagar si puede confiar a Manuelote,
a la sazón solo, la vida de don Martín, herido gravemente y perseguido por las fuerzas
del general Boves (…) En Petrona nace la idea de entregar al herido, a lo que Manuelote
se niega al principio para terminar, aparentemente, aceptando. Don Martín despierta de
su letargo a tiempo para escuchar el final de este diálogo y, al marcharse los esclavos
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las conejitas (1965), La fiesta de los moribundos (1966), Los hombres de los
cantos amargos (1967), Las alegres cantáridas (1967), Las torres y el viento
(1969), El raudal de los muertos cansados (1969), La esquina del miedo (1970),
Dios protege a los inocentes (1970), Esa espiga sembrada en Carabobo (1971),
Nuestra gente (1971), El insólito viaje de los inocentes (1972), La juambimbada
(1974, con textos suyos y de Miguel Otero Silva, Andrés Eloy Blanco y
Ramón Díaz Sánchez), Los volcanes sobre el Mapocho (1974), Apacuana y
Cuaricurián (1975), Roguemos por los inocentes (1975-1976), La trampa de los
demonios (1976), El caso de Beltrán Santos (1976), ¿Quién se robó esa batalla?
(1977), Un Fausto anda por la avenida (1979), El gavilán y los pollitos (s/f),
Bussines (“Negocios”) (s/f), Viaje sentimental con el barón de Humboldt (último
trabajo publicado en vida por el autor, en 1980), El mapa de Barinas o un
hombre llamado Mapa (obra inconclusa).
Nuestro poeta comprendió desde siempre que el artista se hace
ante el papel, como alguna vez afirmaría Stéphane Mallarmé19 , es decir,
que el poema tiene su propio sentido del espacio para no hundirse en el
vacío. Tal vez por eso nos atrapa este límpido ritmo que crea atmósferas
emocionales de ocultas resonancias con significaciones complejas y
profundas, en donde la infancia ocupa un lugar preponderante (siempre,
por supuesto, desde la óptica habitual de la irreverencia, matizada por
la nostalgia), como lo apreciamos en este fragmento de “Curayú o el
Vencedor” (1949), tomado de sus Obras completas (1989):
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nuestros huesos musitará su canto de alegría bajo el pie que marcha hacia
adelante.20
¡Yo les digo que solo está dormido! Lo digo y lo diré porque es lo cierto. ¿Lo
oyes? ¡Bastará que lo pongan en su potro y resuene su clarín alto y violento
para que toda su pasión despierte y sobre la llanura vuelva el fuego!
¡Hay que cargarlo! ¡Arriba! ¡Vamos! (Los muchachos toman a Zamora en
peso y lo cargan sobre sus hombros). ¡Mucho les pesará, es un gran árbol
con pájaros, raíces, tempestades…! ¡Yo los ayudaré con mi esqueleto! ¡A
la sabana! ¡Vamos! ¡Donde miles de brazos nos esperan! (Gritando hacia
afuera mientras los jóvenes avanzan con Zamora en peso). ¡Oigan! ¡Oigan
todos! ¡Alcen en alto las banderas! ¡Que redoble un tambor y traigan por
la brida un potro de pólvora y tormenta, porque Ezequiel Zamora ya
despierta… (Grita afuera). ¡Y que venga el coro de los vientos! ¡Y el de la
madrugada enrojecida! ¡Porque ya mi Ezequiel va con el pueblo y hay una
tempestad por los caminos!22
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23 Ibid., pp 272-273.
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¡Somos el todo
y nada…
al pensar en la muerte!
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sociales de los sectores marginales, como los cuadros titulados ¿Por qué?,
Refugiados (proyecto de un mural), El sexo preso, Maremare se murió,
Niños sobre periódicos… Ese mismo año, en la Escuela de Artes Plásticas
de Caracas (antigua Academia de Bellas Artes), realiza su primer mural al
fresco. En 1945 realiza exposiciones en Nueva York y en Bogotá, a donde
viaja en compañía de Pedro León Castro y Alejandro Otero, también
representantes de la muestra. En 1953, con su obra Los Andes, obtiene
el Premio Andrés Pérez Mujica, en el XI Salón “Arturo Michelena”, en
Valencia, estado Carabobo, y en el Salón Anual de Pintura, en Caracas,
obtiene el 2.o Premio, con su obra El andamio roto y el Premio Popular, con
su obra El hijo enfermo. En 1954, con motivo del XV Salón Oficial Anual de
Arte Venezolano, obtuvo el Premio Nacional de Pintura con su obra La
flor del hijo. Ese mismo inicia su mural Amalivaca (que concluirá en 1955),
en donde narra el mito caribe de la creación del mundo, influenciado
por el muralismo del mexicano David Alfaro Siqueiros, como le confesará
años más tarde a José Ratto-Ciarlo (1981):
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Creo que a partir de 1974 comencé a ver las cosas con más precisión.
Después de la retrospectiva de mi obra realizada por Pro-Venezuela,
por primera vez tuve la oportunidad de contemplar con espíritu crítico
gran parte de mi producción. Aun, obras pintadas con influencia de las
enseñanzas de la Academia. Fue como mirarme en un espejo resque-
brajado que me ofrecía fragmentos de un mismo rostro.28
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tristemente usual está plásticamente lograda por las cuerdas que unen los
dos polos de resistencia (los campesinos) y la abstracción (los soldados)
fuera de la imagen, así como los contrastes cromáticos, identificadores de
los personajes y su entorno.29
29 Jesús Rafael Morales Ruiz. (2013). César Rengifo: el maestro del realismo poético. Caracas,
p. 2. Disponible en: jesusrafaelmoralesruiz.blogspot.com/2013/05/cesarrengifo-el-maestro-
del-realismo.html. Última consulta: agosto 12 de 2015.
30 Lubio Cardozo. Desde la torre de Segismundo. Monte Ávila Editores Latinoamericana,
Caracas, 2007, p. 71.
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31 Bayardo Ramírez Monagas. Yo nací casi de milagro: Historia de César Rengifo. Imagen
de un creador. Fundación Nacional de la Cultura Popular Asociación Amigos de César
Rengifo, Caracas, 1982, p. 24.
32 Nunes, César..., op. cit., p. 55.
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33 Estos confusos y azarosos días son descritos por Luis Britto García en su obra Las
máscaras del poder (1974), en donde el escritor afirma:
Muerto Gómez, de vejez, en 1835, las nacientes dirigencias populistas, bajo la retórica de la
modernidad y el civilismo, se revisten exactamente de la misma constelación de símbolos
del déspota y de los desaparecidos caudillos rurales. El líder populista adopta la máscara
caudillesca, según algunos para superarla. Liscano sostiene que “Betancourt asumió los
signos de las jefaturas tradicionales del país pero en otra dimensión”. Pero de nuevo la
ecuación se reduce a lo mismo: los signos populares equivalen a “voluntad colectiva” y
esta, a legitimación política. Poco se modifica la naturaleza personalista, particularista y
clientelar del poder. La máscara adquiere una segunda función, asimismo señalada por
Chevalier. La máscara no es inofensiva para quien la porta. Este, habiendo querido captar
las fuerzas del otro atrayéndolas para su máscara, puede a su vez, ser poseído por el otro;
la máscara y su portador invierten sus papeles y la fuerza vital condensada en la máscara
se puede apoderar de aquel que se ha colocado bajo su protección: el protector se vuelve
el amo. (pp. 238-239).
34 José Balza. El fiero (y dulce) instinto terrestre: ensayos y ejercicios. Academia Nacional de
la Historia, colección El Libro Menor, N.° 137, Caracas, 1988, p. 27.
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37 Ibid., p. 79.
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Discutíamos de todo (…), por ejemplo, las novelas de Thomas Mann, John
Dos Passos. Juzgábamos a Aldous Huxley, al Hermann Hesse de El lobo
estepario. Nos atraía la poesía de los dos Machado, de García Lorca, de otro
español mártir, Hernández, y del norteamericano Langston Hughes. 38
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Yo creo que esto fue una acción casi milagrosa de los iniciadores, entre
ellos Guevara Moreno, quien tiene uno de los méritos principales de su
creación, Luis Chacón y otros que lo acompañaron. En fin, que este paso se
haya dado, ya es un paso notable para el acercamiento entre los plásticos
y para limar reservas, limar el encono y las aristas que diversas posiciones
estéticas habían suscitado. Se está viendo que lo importante es trabajar
por un arte nacional, trabajar por un arte para el hombre, en función del
país, en función de América Latina (…) porque tenemos fuerzas para
contribuir no solo al mayor desarrollo del arte nacional, sino contribuir a
sacar un poco la conciencia venezolana del caos en que se haya sumergida
y contribuir también a nuestra liberación absoluta de nuestro espíritu y de
nuestra dignidad nacional.40
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Recuerdo esa lluviosa tarde con nítida precisión: el rector Pedro Rincón
Gutiérrez había convocado a los dirigentes universitarios para presentar
al nuevo director del Departamento de Extensión Cultural: César Rengifo.
Allí estaba, erguido, extremadamente delgado, acariciando un libro de
tapas duras con cierta timidez (después sabría que se trataba de Hojas de
hierba, de Walt Whitman). Su voz suave y profunda me impactaría cuando,
al saludar, comenzó a tejer una sutil conversación sobre sus proyectos,
sus motivaciones, sus ideas y sus afectos, con un tono sencillo y diáfano,
pero al mismo tiempo enérgico en sus ademanes y frases. No quiso que
leyeran su currículo, por lo cual sería posteriormente cuando me enteraría
de su recorrido existencial y creativo. Lo visitaría en su oficina en las tardes
neblinosas de la ciudad y pude darme cuenta de que estaba en presencia
de un verdadero maestro, un humanista pleno, un ser pluridimensional
que me asombraba con su erudición y su bondadosa actitud de príncipe
renacentista. En mi condición de presidente de la FCU le facilitaría el
acceso a los grupos estudiantiles que funcionaban en la universidad y
que escucharían maravillados su peculiar visión de las cosas. Muchos años
después, continuaría admirando su ejemplo y su obra, su posición política,
su firmeza ideológica, su pasión por la patria, su entrega a las causas
justas y dignas. Siempre conservo su recuerdo y el respeto eterno por este
singular creador venezolano que iluminó mis días juveniles e inspiró mi
obra literaria.41
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En toda metáfora hay como la suprema intención de lograr una analogía, de tender una
red para las semejanzas, para precisar cada uno de sus instantes con un parecido… Entre
la carta oscura entregada por la metáfora, precisa sobre sí y misteriosa en sus decisiones
asociativas y el reconocimiento de la imagen, se cumple la vivencia oblicua. (p. 142).
46 Lubio Cardozo. “Un escollo sobre la poesía de César Rengifo”, en Actual, revista de la
Dirección de Cultura y Extensión de la Universidad de Los Andes. Talleres Gráficos Univer-
sitarios. Mérida, 1989, pp. 198-199. Disponible en: http://erevistas.saber.ula.ve/index.php/
actualinvestigacion/article/view/2192. Última consulta: mayo 21 de 2015.
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La metáfora de la existencia
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La metáfora de la circularidad
Fuego, humo, cenizas. Si creyera en demonios podría decir que ellos han
caído aquí, para vaciar sus palas llenas de tantas cosas malas. Pero no han
sido demonios los que han caído… ¡Cuántas calamidades en tan poco
tiempo!... ¿Poco tiempo? Tengo la impresión de que fue hace siglos que
se soltaron por aquí, pero a veces, también me parece que todo comenzó
ayer. Con solo cerrar los ojos vuelvo a encontrar el pueblo viejo, con su
río sembrado de pomarrosas, las casas de tejas, la escuelita y la pobreza
de todos arañando los pequeños conucos para comer. Por doquier los
alambres de púas de los grandes latifundios corriéndose cada día y
estrechando más al pueblo. ¿Qué se hizo todo? Las alambradas siguen…49
49 Ibid., p. 250.
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La metáfora de la infancia
50 Ibid., p. 25.
51 C. Rengifo, Obras..., op. cit., pp. 475-476.
52 César Rengifo, Esa espiga sembrada en Carabobo. Fundación para la Cultura y las Artes,
colección César Rengifo, N.° 8, Caracas, 2011, p. 35.
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¡Era ella! ¡Era ella! ¡Ella! ¡Luciana! ¡Luciana! (Se detiene en el umbral y mira
hacia la calle). ¡Llevaba flores! ¡Está viva! ¡No murió! (Grita de nuevo).
¡Luciana! ¡Luciana! (Se oyen nuevamente las campanas). ¡Ya el cielo tiene
pocas estrellas, casi es de día! ¡Justo la hora cuando ella lleva las flores!
¡Dijeron verdad las hermanas Lugo! ¡Era ella y la he visto! (Retrocede,
caminando con dificultad, pero alegre. Se orienta hacia el pasadizo,
mientras grita débilmente). ¡He visto a Luciana Pantoja! ¡Llevaba flores! ¡La
he visto! ¡Señora Marta, venga! ¡Venga! ¡He visto a Luciana! (Penetra en el
pasadizo, gritando). ¡Es alta y distinguida! ¡Llevaba un pañolón, no lloraba,
fue hacia abajo! ¡Ahhhh! ¡Ahhh! (Sale semitambaleante). ¡No hay nada! ¡Ni
cocina! ¡Ni cuarto! ¡Solo charcos! ¡Ruinas! (Reaccionando). ¡Pero la vi! ¡La vi!
¡Juro que la vi!...54
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55 Ibid., p. 200.
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María retrocede lentamente). ¡Yo voy a buscar a hombres vivos para que
se coloquen frente a las torres! ¡Y he de encontrarlos, ten la seguridad!56
Viendo las tropelías que se cometen contra los pobres; cuando sé de tantas
maldades regadas por los fuertes, pienso que es preferible seguir a esos
que buscan justicia… Pero, ¡No! Vayámonos bien lejos! ¡Me aterra pensar
que a ustedes pueda ocurrirles eso! (Señala hacia el catre).57
La metáfora de la sequía
56 Ibid., p. 403.
57 César Rengifo. Un tal Zamora. Drama con un prólogo en dos cuadros y tres actos.
Ediciones del VI Festival Nacional de Teatro-Asociación Venezolana de Profesionales de
Teatro (Aveprote).Caracas, 1983, p. 58.
58 C. Rengifo, Obras..., op. cit., p. 399.
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(Continuando). ¡Yo misma no hago sino sentirme cada día más y más
enferma! ¡El río cuando creció nos llevó el conuquito de la vega de abajo
que es lo único que nos han arrendado para sembrar, y hasta la peste
que vino nos mató las gallinas. Debemos no sé cuánto en la pulpería…
No tenemos ni ropa, ni alpargatas siquiera… Yuro carga unos zapatos
regalados… Muchas veces no hay en la casa ni qué comer.62
La metáfora de la lucha
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La metáfora de la angustia
Francisca: Hay que ser fuerte, también por allá tenemos muchas angustias.
No pasa noche sin que velemos a alguno, o sepamos que en cualquier
lugar mataron a fulano o a zutano…
Madre: (Santiguándose) Bien dicen que esto es el fin del mundo.
Francisca: Así es, por mi parte vivo pensando cómo vamos a comer mañana
o qué nos irá a suceder…
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La metáfora de la guerra
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Oficial II:
¡Los grandes héroes muertos que venían
a combatir también en Carabobo!
(Óyese un rumor de viento fuerte que pasa,
luego un himno)
Oficial I:
¡De todo el continente estremecido
llegaron sombras fuertes a ese campo!
¡Fotutos, atabales y guaruras,
lanzas, machetes, corazón y cantos!
Coro:
¡Carabobo!
Soldados:
¡Y presente!68
67 Ibid., p. 206.
68 César Rengifo. Esa espiga sembrada en Carabobo. Fundación para la Cultura y las Artes,
colección César Rengifo, N.° 8, Caracas, 2011, pp. 19-20.
136
César Rengifo: horizonte múltiple
Hermana Lugo II: (A la otra). ¿Ves? Ahora todo está arreglado y limpio. Hasta
hay macetas con flores y cuadritos en las paredes. ¡Ya no se conoce la vieja
posada! ¡Parece como si la casa misma fuese nueva!
Hermana Lugo I: Está enamorada, no hay dudas, se nota con solo ver todo
esto. (Canta alegre)
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Hermana Lugo II: ¡Cómo cambia el amor a ciertas mujeres! Pues, te lo había
dicho, Luciana llegó aquí con una gran decepción. Se le veía en el rostro.70
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72 Luis Barrera Linares. “La ficción como discurso histórico”, en Revista de Literatura Hispa-
noamericana, Segunda Época, N.° 50 (enero-junio de 2005). Instituto de Investigaciones
Literarias y Lingüísticas de la Universidad del Zulia, Maracaibo, 2005, p. 53.
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Luego de este corto peregrinaje por las obras y los días de César
Rengifo, declaramos nuestra toma de posición egotista sobre la
naturaleza de los textos leídos. Debemos aclarar que no era nuestra
intención suministrar claves definitivas para todas las interpretaciones
posibles de los textos y los lienzos del poeta, de su especial simbolismo
y su riqueza metafórica: solo quisimos proponer una visión parcial,
incompleta e interesada. Y en ese periplo entre la ficción, la historia y la
vida, entre la realidad y la imaginación, entre la ironía y la risa, entre lo
corpóreo y lo etéreo, entre las afirmaciones y las negaciones, entre las
bifurcaciones y los encuentros, corrimos el riesgo de la arbitrariedad, en
plena identificación con el enormísimo cronopio Julio Cortázar (2009),
quien al respecto insinuaría:
73 Ernesto Sábato. Antes del fin. Seix Barral, Barcelona, 2001, p. 35.
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son tremendamente visibles los rasgos de quien lleva en sus venas sangre
de colonizador europeo y de indio suramericano.77
Retírate. Retírate hacia adentro. Un poco más allá, más hacia adentro.
Empuja hasta tocar el borde. Respira fuerte. Exhala el aire reprimido de
tu aliento. No lo detengas. Aprende a caminar de espaldas. Deja tu frente
al descubierto. Si te hieren haz que tu cuerpo salte, se sacuda la sangre, el
polvo oscuro. No dejes que la luz te encandile. Cierra los párpados y mira
lo que irradia la tiniebla. Lleva contigo tu desfallecida palabra, tu naciente
canto. Inaugura tu voz en lo más hondo.78
77 César Rengifo. Palabras a los jóvenes: dos semblanzas heroicas. Fundación Editorial El
perro y la rana. Caracas, 2015, p. 17.
78 Antonia Palacios, Ficciones y aflicciones. Biblioteca Ayacucho, Caracas, 1989, p. 89.
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donde navegamos
hacia nuestro propio descubrimiento.
Al pueblo lo que es de César
luz, canción, combate y tiempo.
La Madre Patria
de tanta espera
ya tiene bisabuela
y con cariño le daba César
pan y leche tibia con yerbabuena.
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Referencias Bibliográficas
79 Alí Primera, “Al pueblo lo que es de César”, en Se Mueve, revista de fotografía, disco,
cine y medios audiovisuales, año 1, N.° 3; mayo-junio 2011. Plataforma del Cine y Medios
Audiovisuales del Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Caracas, p. 33.
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APÉNDICE
1936
Obtiene beca (nombramiento, con 300 bolívares de asignación),
por sus buenas calificaciones logradas en la Academia de Bellas Artes de
Caracas, para cursar estudios docentes en la Escuela de Artes Aplicadas
y la Escuela de Bellas Artes, en Santiago de Chile.
1948
La revista Cultura Universitaria, de la Universidad Central de
Venezuela, publica su obra Hojas del tiempo.
1952
El Teatro del Pueblo estrena su obra Joaquina Sánchez, bajo la
dirección de Francisco Petrone.
El Teatro del Pueblo, dependiente del Ministerio del Trabajo, en el
Teatro-Cine Ritz de la parroquia San Juan, presenta Joaquina Sánchez,
bajo la dirección de Luis Peraza.
1953
Premio Andrés Pérez Mujica del XI Salón Anual de Artes Plásticas
“Arturo Michelena” del Ateneo de Valencia, con su obra Los Andes.
Segundo Premio en el VI Salón Anual de Pintura, con su obra El
andamio roto; y Premio Popular, con su lienzo El hijo enfermo.
El Teatro Universitario de la Universidad de Los Andes estrena su
obra Los canarios, dirigida por Luis Arconada.
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1954
Premio Nacional de Pintura con La flor del hijo.
Premio Antonio Esteban Frías.
Premio Arturo Michelena, correspondiente al XII Salón Anual de
Artes Plásticas del Ateneo de Valencia, por Cena en el éxodo.
En el Teatro Municipal de Valencia, el grupo Máscaras estrena su
obra Manuelote, bajo su dirección.
1956
El grupo Máscaras estrena su obra La sonata del alba, bajo su
dirección.
Román Chalbaud dirige la adaptación de Manuelote para televisión.
1958
El lunes 27 de enero, en el Teatro Nacional, el grupo Máscaras
estrena su obra Soga de niebla, bajo la dirección de Carlos Denis, con
escenografía de Jacobo Borges y efectos musicales de Rhazés Hernández
López.
Escribe el guión para el documental Mérida, geografía celeste,
dirigido por Pedro Fuenmayor.
1959
En el Primer Festival de Teatro Venezolano participan sus obras
Soga de niebla, dirigida por Humberto Orsini, y El vendaval amarillo,
dirigida por Alfonso López. Román Chalbaud dirige el estreno de su obra
Oscéneba.
158
César Rengifo: horizonte múltiple
1960
El domingo 29 de mayo, el grupo Máscaras estrena Lo que dejó la
tempestad, bajo la dirección de Humberto Orsini.
1961
Premio a la Mejor Obra en el III Festival de Teatro Venezolano, con Lo
que dejó la tempestad, dirigida por Humberto Orsini. Con esta misma obra
es representado en el Festival de Teatro Hispanoamericano celebrado en
La Habana, dirigida por Humberto Arenal.
1964
Su obra Lo que dejó la tempestad es incluida en la Antología del
teatro hispanoamericano contemporáneo, realizada por Carlos Solórzano
y editada por el Fondo de Cultura Económica, de México.
El Teatro Universitario de la Universidad de Los Andes estrena su
obra Buenaventura Chatarra, dirigida por Ildemaro Mujica.
1967
Premio Rafael Guinand en el Tercer Festival de Teatro Venezolano
de Caracas, por su obra La fiesta de los moribundos. En el mismo festival
dirige el estreno de su obra Los hombres de los cantos amargos.
La Universidad Central de Venezuela publica el volumen Teatro, con
algunas de sus obras dramáticas.
1970
Rusia, la antigua Unión Soviética, edita un libro que recoge repro-
ducciones de algunas de sus obras y un texto que analiza su trabajo
pictórico y dramático.
La Asociación de Escritores de Venezuela publica un libro con sus
obras Los hombres de los cantos amargos y La fiesta de los moribundos.
1971
Se publica su obra Esa espiga sembrada en Carabobo.
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1973
El grupo de teatro La Mama, de Colombia, realiza un montaje de
su obra Lo que dejó la tempestad, bajo la dirección de Eddy Armando,
montaje con el cual se presentará en Venezuela al año siguiente.
1974
Desde el domingo 24 de marzo hasta el domingo 30 de junio, en la
sede de Pro-Venezuela, Palacio de la Industria de Caracas, se le rinde un
merecido homenaje a su trayectoria artística con la Exposición Retros-
pectiva de su pintura, con más de trescientas obras realizadas entre 1931
y 1974.
Estrena su obra Las torres y el viento, bajo la dirección de Herman
Lejter.
En el mes de agosto, el Círculo de Críticos de Teatro le rinde un
homenaje en el Ateneo de Caracas.
1975
Es designado por Casa de las Américas, de La Habana, integrante
del jurado calificador del Premio Internacional de Teatro auspiciado por
esa afamada institución de la literatura y las artes latinoamericanas.
En La Habana, bajo la dirección de Adolfo de Luis, se realiza un
montaje de su obra Lo que dejó la tempestad.
1976
Sus obras Buenaventura Chatarra y Las torres del viento son traducidas
al francés y transmitidas en el espacio “Théatre des Amériques”, de Radio
Canadá.
Su obra Lo que dejó la tempestad es traducida al rumano por Paul
Alexandru Georgescu, profesor de Filología de la Universidad de Bucarest
(quien había obtenido en esa universidad su doctorado en 1970, con su
tesis sobre El arte narrativo de Miguel Ángel Asturias), y publicada en la
revista Sacolul 20.
El grupo Rajatabla estrena la obra La Juanbimbada, con textos suyos
y de Miguel Otero Silva, Andrés Eloy Blanco y Ramón Díaz Sánchez.
160
César Rengifo: horizonte múltiple
1977
Por convocatoria del Centro Venezolano del Instituto Internacional
de Teatro (IIT), para estudiar la realización de un proyecto de la Unesco
sobre la integración de las tres raíces que conforman la cultura latinoa-
mericana, se reúne en Caracas con Emilio Carballido (de México), Enrique
Buenaventura (de Colombia) y Oswaldo Dragún (de Argentina). Para este
proyecto escribe su obra ¿Quién se robó esa batalla?
En la Muestra de Autores Latinoamericanos, organizada con motivo
de esa convocatoria, se presenta la obra Buenaventura Chatarra, dirigida
por Humberto Orsini.
El documental César Rengifo recibe Mención Especial para la
Promoción del Artista Nacional, en el Concurso Municipal de Corto-
metraje, auspiciado por el Concejo Municipal del Distrito Federal. La
película –realizada por Juan Plaza, Jesús A. Mujica Rojas y Pedro Riera, un
cortometraje en blanco y negro, de 20 minutos de duración, procesado
en 16 milímetros con música de Rhazés Hernández López, narración
de Emma Soler y con Jesús A. Mujica Rojas, Sabú y Andrés Agusti en
las cámaras– es una extensa entrevista al poeta Rengifo, en su taller de
Caracas, realizada entre 1972 y 1975.
En La Habana, la editorial Casa de las Américas, en su colección
La Honda, publica el volumen Teatro de César Rengifo, con 419 páginas,
contentivo de sus obras Los hombres de los cantos amargos, Un tal
Ezequiel Zamora, Lo que dejó la tempestad (lo que denominan Mural de la
Guerra Federal), El vendaval amarillo, El raudal de los muertos cansados y
Las torres y el viento (lo que denominan Mural del Petróleo).
1978
En el Teatro Municipal de Ploitesi, Rumania, se escenifica su obra
Lo que dejó la tempestad, que había sido traducida por Paul Alexandru
Georgescu en 1976.
1979
Participa en el Primer Encuentro de Investigadores de la Historia del
Teatro de América Latina, organizado por el Centro Latinoamericano de
Creación e Investigación Teatral (Celcit).
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Gema Medina / Julio Rafael Silva Sánchez / Mirza Morelia Camacaro
1980
Recibe el Premio Nacional de Teatro, otorgado en Caracas.
El Concejo Municipal del Distrito Sucre publica su obra Las mariposas
de la oscuridad, la cual se estrena ese mismo año dirigida por Armando
Gotta.
En La Habana, su obra El raudal de los muertos cansados es adaptada
para la televisión.
El Consejo Nacional de la Cultura y Bellas Artes (Conac), la Secretaría
de la Presidencia de la República y la Fundación para la Cultura del
estado Lara (Fundaculturalara) presentan la Muestra de Teatro de la
Región Occidental, en Homenaje al Dramaturgo César Rengifo.
Publica su último artículo: “Viaje sentimental con el barón de
Humboldt”, en la Revista de Cultura Falconiana, editada en Coro por la
Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda.
El domingo 2 de noviembre muere en Caracas, víctima de una
trombosis pulmonar.
1981
Un año después de su muerte, el Ateneo de Caracas creó el Premio
Latinoamericano de Investigación César Rengifo.
El Fondo Editorial Ipasme publica la revista César Rengifo, 1915-1980,
en donde Diana, su hija mayor, en un artículo denominado “César
Rengifo, quehacer y hombre”, recuerda: “Mi padre siempre estuvo
consciente que, como artista, debía esforzarse por contribuir en los
procesos de transformación de la sociedad. Quizá por eso asume tempra-
namente la militancia comunista.” (p. 15).
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César Rengifo: horizonte múltiple
1983
Del domingo 13 de octubre al domingo 6 de noviembre, en el
VI Festival Nacional de Teatro se realiza el montaje de Un tal Ezequiel
Zamora, bajo la dirección de Humberto Orsini.
En Valencia, estado Carabobo, el grupo La Huella presenta Las
alegres cantáridas, bajo la dirección de Arcadio Padrón.
1985
En agosto, la Compañía Nacional de Teatro presenta en el Teatro
Nacional de Caracas, Lo que dejó la tempestad, bajo la dirección de José
Ignacio Cabrujas, con diseño y realización de vestuarios del artista
Jacobo Borges.
1989
La Universidad de Los Andes publica sus Obras completas, en ocho
tomos.
1991
El sábado 16 de marzo, el Nuevo Teatro Universitario de la
Universidad de Carabobo, bajo la dirección de Saúl Arocha, presenta Las
mariposas de la oscuridad.
1992
En San Carlos, la Compañía Regional de Teatro del estado Cojedes,
bajo la dirección de Alfredo Castro, realiza el montaje de Lo que dejó la
tempestad.
En Coro, la Compañía Regional de Teatro del estado Falcón, bajo la
dirección de Carlos Miranda, escenifica El vendaval amarillo.
1993
El grupo Teatro Estable La Vega, bajo la dirección de Daniel
González, realiza el montaje de la obra El caso de Beltrán Santos.
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1994
En Mérida, el grupo Teatro Experimental Zea, bajo la dirección de
Jesús Rojas, escenifica Harapos de esta noche.
En Tinaquillo, estado Cojedes, el grupo Teatro Estable de Tinaquillo,
bajo la dirección de Humberto Zapata, monta Las mariposas de la
oscuridad.
1999
La Escuela Superior de Artes Escénicas “Juana Sujo” realiza el
montaje de El insólito viaje de los inocentes, bajo la dirección de Héctor
Manrique.
2001
En el Teatro Nacional, Alfonso López dirige Un tal Ezequiel Zamora.
2005
En la Casa del Artista, la Compañía Teatral Comunitaria de Venezuela
realiza la puesta en escena Lo que dejó la tempestad, bajo la dirección de
Gilberto Pinto.
2007
El Instituto Universitario de Teatro escenificará en la sala Nicolás
Curiel y en la sala Anna Julia Rojas del Ateneo de Caracas, la propuesta
escénica Los comparseros, con escenas de las obras que integran el
Mural del Petróleo, es decir: Las torres y el viento, El raudal de los muertos
cansados y El vendaval amarillo.
2008
La Alcaldía Bolivariana de Caracas, a través de la Fundación para
la Cultura y las Artes (Fundarte) abre la convocatoria para la Premio
Nacional de Dramaturgia César Rengifo.
A partir del martes 2 de febrero, la Fundación Ayanasmsha, bajo la
dirección de Henry Manganiello y la actuación de la primera actriz Dilia
Waikkarán, en el Teatro Juan Bautista Plaza, de Caracas, realiza el montaje
164
César Rengifo: horizonte múltiple
2011
Se inaugura el bulevar César Rengifo en el sector El Cementerio de
la parroquia Santa Rosalía, en el municipio Libertador de Caracas. El vice-
presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Elías Jaua Milano,
presidiría los actos, en compañía del alcalde del Municipio Libertador,
Jorge Rodríguez, la diputada Cilia Flores, el canciller Nicolás Maduro
Moros, el ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información,
Andrés Izarra, el ministro del Poder Popular para el Transporte y
Comunicaciones, Francisco Garcés, el ministro del Poder Popular para
la Alimentación, Carlos Osorio, y el ministro del Poder Popular para la
Defensa, general Carlos Mata Figueroa, entre otras distinguidas perso-
nalidades. La obra fue ejecutada por la Alcaldía del Municipio Libertador
y el Gobierno Nacional, con una inversión de 20 millones de bolívares,
y su construcción había sido iniciada en diciembre de 2009, dentro del
Plan Caracas Socialista.
El martes 8 de febrero, el Colectivo de la Red de Teatro y Circo del
estado Cojedes realiza el montaje de la obra Lo que dejó la tempestad
(1961), en Teatro Simona de Castro, de San Carlos.
La Alcaldía Bolivariana de Caracas, a través de la Fundación para la
Cultura y las Artes (Fundarte), en su colección Biblioteca César Rengifo
N.° 8, publica una edición de su obra Esa espiga sembrada en Carabobo.
(Funeral a un soldado del pueblo. Cantata), publicación de 46 páginas, con
reedición en 2012, en cuya contraportada leemos:
165
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2013
El Gobierno Bolivariano de Venezuela, por iniciativa del presidente
Nicolás Maduro Moros, crea el Movimiento Nacional de Teatro César
Rengifo, que funciona en todas las instituciones educativas, de primaria
a educación media, en todo el país.
Los días jueves 30 y viernes 31 de mayo, se presenta la obra Buena-
ventura Chatarra en la Fundación La Barraca, de Caracas, en su Taller de
Teatro Adulto Mayor.
2014
En mayo, los participantes del Servicio Comunitario de Cultura,
alumnos de las Escuelas de Educación y Administración de la Universidad
Nacional Experimental Simón Rodríguez, Núcleo Palo Verde, esceni-
ficaron la obra Vivir en paz, en el Colegio “San Jorge XV”, de El Paraíso.
166
César Rengifo: horizonte múltiple
2015
La XI Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), desarrollada
del jueves 12 al domingo 22 de marzo en Caracas, fue el escenario
propicio para rendirle un merecido homenaje a César Rengifo. El ministro
del Poder Popular para la Cultura, Dr. Reinaldo Iturriza, destacó:
Rengifo fue ocultado por nuestros antiguos gobernantes porque les daba
vergüenza nombrarlo, ya que creían que lo que hacía era teatro histórico
(una corriente mal vista porque se suponía que carecía de rigor artístico),
pero en realidad era todo lo contrario. (Rengifo) era historicista. No se
enfoca en fechas, fichas ni datos, sino en la interpretación histórica de lo
ocurrido dándole el papel de héroe al pueblo.
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Mi papá fue expresión del tiempo que le tocó vivir, hombre del siglo xx,
170
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las escuelas y a los liceos, a los espacios educativos. Tenemos una lista de
750 espacios educativos que están siendo prehabilitados. 3
Esta inversión es para bienestar del pueblo venezolano. Con una mano
la OLP (Operación de Liberación y Protección del Pueblo) y con la otra
construyendo la paz desde adentro (…) La cultura es un instrumento de
paz y así lo entendió César Rengifo, un hombre creativo, conocedor de la
historia venezolana, que dejó la esperanza como futuro. Siempre tuvo fe
en el futuro de Venezuela, una fe profética de lo que aquí iba a acontecer
(…) Sabía que estaba en nuestros genes la fuerza rebelde que nos iba a
hacer libres.5
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Travesía hacia la libertad ¡época y sentir
RENGIFIANOS!
Mirza Camacaro
Dedicatoria
El filósofo nihilista del siglo pasado Emil Cioran1, en una de sus tantas
meditaciones, dejó entrever la maldad de los individuos formulando la inte-
rrogante: “¿Es imaginable un ciudadano que no posea un alma de asesino?”.
Sin embargo tal concepción queda revocada, ante el pensamiento
plasmado en la Carta de Jamaica, donde Simón Bolívar expresó: “Estamos
autorizados, pues, a creer que todos los hijos de la América española de
cualquier color o condición que sean, se profesan un afecto fraternal
recíproco, que ninguna maquinación es capaz de alterar”.2
En contraposición a las ideas radicales de Cioran, Bolívar nos invitó
a través de sus palabras, a creer en la vida, el amor y en la fraternidad de
nuestra América bajo la unión armoniosa, en pro de nuestra subsistencia.
Definitivamente, no dudando de la pretensión de gran parte de
nuestra especie hacia la perpetuación, y en respuesta afirmativa al
planteamiento de Cioran, se muestra adhesión ante la elocuencia boli-
variana; concluyendo que aun siendo imperfectos, podemos lograr
aproximarnos lo más posible a la justicia, mediante la unión de nuestros
pueblos. Todo ello llevado a cabo, mediante la culturización y el trabajo,
que fundamentados bajo una misma concepción; nos liberen de las
ataduras nefastas fundadas en la ignorancia.
1 Emil M. Cioran, Ese maldito yo. TusQuets Editores. España, 2002, p. 13.
2 Simón Bolívar, Para nosotros la patria es América. Fundación Biblioteca Ayacucho y Banco
Central de Venezuela. Caracas, 2010, p. 91.
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Gema Medina / Julio Rafael Silva Sánchez / Mirza Morelia Camacaro
Siempre los hombres y los pueblos que viven y sufren bajo la opresión y la
injusticia, cercos torturantes de la dignidad, sienten
permanentemente la tentación de un amanecer, tentación que a la vez
es esperanza del nuevo día donde lo humano adquiera su justa,
exacta, digna presencia. Cuando los hombres y pueblos llegan al límite
de sus padecimientos y de las humillaciones, transforman su tentación de
amanecer y su esperanza de día radiante en acción libertadora: y su cólera
grave desatada inflama de centellas los caminos.
César Rengifo
Prólogo
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César Rengifo: horizonte múltiple
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César Rengifo: horizonte múltiple
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Capítulo I
Sentir rengifiano
4 Jorge Nunes, César Rengifo. Ernesto Armitano Editor, Caracas, 1981, p. 88.
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Gema Medina / Julio Rafael Silva Sánchez / Mirza Morelia Camacaro
que llora por el hombre, representó con su arte la tristeza del ser humano,
concebida desde su óptica. En este caso, un hombre con lágrimas de
sangre, claras manifestantes de su profundo dolor.
¿Podríamos imaginarnos nosotros el porqué del estado de aquel
hombre?
Pues si nos trasladáramos a la época en la que el pintor culminó esta
labor, para el año de 1969, nos lo encontraríamos sobre una República
de Venezuela gerenciada por el abogado Raúl Leoni durante el último
año de su mandato, y quien exactamente dos años antes, en el mes de
enero, enviando un mensaje al país, expresó con euforia que el Cuatri-
centenario de Caracas sería de gran trascendencia. La celebración de la
fundación de Caracas, capital de la nación venezolana: ¡hecho de gran
trascendencia! Pero si ello hubiera sido tomado por la población como
causa de regocijo: ¿por qué entonces Rengifo plasmó tan triste escena
tan solo dos años después, en el rostro del hombre de su pintura? ¿Fue
entonces afortunada, o acaso lamentable la trascendencia del cuatricen-
tenario caraqueño anunciado por Leoni para los venezolanos?
Fue en la década de los sesenta cuando precisamente nuestro
artista concluyó la pintura del hombre llorando, y en la que también se
desarrollaba en el Estado venezolano, desde finales de los cincuenta,
uno de los sucesos políticos, situado en el contexto histórico de la Cuarta
República, llamado Pacto de Punto Fijo (PPF), y que establecido desde el
31 de octubre de 1958, consistió en la alianza que instituía como regla
a varios de los partidos más conocidos del país: Acción Democrática
(AD), Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei)
y Unión Republicana Democrática (URD), el compromiso de “estabilizar
el régimen democrático y a gobernar cooperando conjuntamente, sin
importar cuál de ellos ganara las elecciones”.
Fue un convenio de específicos cabecillas partidistas, que demos-
traron a través de sus hechos posteriores, encontrarse en oposición a las
verdaderas necesidades del pueblo y de sus grupos vulnerables, siendo
causantes de mucho daño a la nación, desde el inicio hasta el final del
Pacto, pues fue el lazo generador de ventajas para los firmantes y sus
sucesores, pero amargo para las clases humildes del país, a quienes se
les privó de escapatoria alguna hacia las ideologías y participaciones,
180
César Rengifo: horizonte múltiple
Fue así como se llegó al Pacto de Punto Fijo, cuyo nombre le vino del
nombre de la casa de Caldera, donde fue firmado. Del acto se retiraron
Antonio Requena de la Junta Patriótica, Jesús Sanoja Hernández de la
Federación de Centros, y Lares Ruiz del Comité Sindical Unificado, mientras
el representante de los gremios profesionales, Luis Barrios Díaz, declaraba
que la firma del documento era un hecho positivo, aunque no se hubiera
logrado el candidato de unidad: “Considero que el Partido Comunista ha
debido ser incluido y creo que no tendrá inconveniente en adherirse”. En
realidad, el Pacto a cuatro de la Junta Patriótica había quedado reducido a
tres, y no transcurriría mucho tiempo sin que se redujera a dos, al salir URD,
en diciembre de 1960, del “gobierno de coalición”. El Partido Comunista
respaldó los “puntos positivos” del Pacto de Punto Fijo, no sin observar que
en el gobierno de unidad nacional debía conservarse la unidad popular
por tanto tiempo como perduraran los factores que amenazaban el ensayo
del 23 de enero. Finalmente, justificaba su rechazo a firmar el acuerdo
porque consideraba que debía seguir en la lucha por un candidato único
extrapartido.5
5 J. Aguilera et al. Gran enciclopedia de Venezuela. Historia. Tomo II. Editorial Globe, C.A.,
Caracas, 1998, p. 198.
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César Rengifo: horizonte múltiple
Capítulo II
Un culturizador para Venezuela
La primera presencia
Solamente había inmovilidad y silencio
Popol Vuh
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César Rengifo: horizonte múltiple
que al principio
fue el silencio!7
7 César Rengifo, Poesía reunida. Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello.
Caracas, 2015, pp. 99-101.
189
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8 Larousse. Diccionario enciclopédico. [DEL]. Ediciones Larousse, S.A., México, D.F., 2003,
p. 901.
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César Rengifo: horizonte múltiple
el poema resultó superior al hombre, pues existió antes que él, teniendo
la potestad de brindar claridad a través de la “creación primera” de la
humanidad, denotando así que la sabiduría “inicial” fue, es y continuará
siendo la del Dios Creador.
En base a ello, se concluye que la sabiduría creadora precedió al
hombre en la tierra, y le fue brindada a este por el Productor del mundo
y del universo. Fue sabio Dios al crear al hombre, a quien implantó
también con la palabra, como medio transmisor de la sabiduría a la
descendencia humana a través del tiempo.
Siendo de esta manera, bien podría afirmarse que las personas
traemos el pan de la sabiduría bajo el brazo al momento de nacer;
puesto que existe mediante los conocimientos que aprendieron
nuestros padres en sus vivencias pasadas, que en retrospección ocurre
desde la lejana creación del hombre mismo, hasta el tiempo indefinido
más remoto de la existencia de Dios. Así, el alimento material que habrá
de nutrir al recién nacido comienza a partir de la lactancia materna
presente al momento de nacer; y la sabiduría también se irá inculcando
en él, mediante la facilitación de los conocimientos presentes en los
componentes humanos de su familia, que a partir de su nacimiento le
irán infundiendo al menor, ajustados a su proceso evolutivo.
Pero luego de esta serie de conjeturas, también surge la siguiente
interrogante: ¿cuál es el fin del saber?
La sabiduría es la mayor fortuna que después del amor ha obtenido
el ser humano, pues ella nos conduce al logro de nuestros propósitos
y, por ende, a la felicidad. La finalidad de saber radica en la obtención
del recurso intelectual, que nos llevará al logro de nuestros proyectos
en la vida; siendo el patrimonio que heredado de nuestros ancestros,
por leyes sucesorales de derecho o consuetudinarias, resulta nuestro, y
que a su vez nosotros también legaremos. Por otro lado, queda de parte
nuestra, multiplicar día a día tal tesoro.
César Rengifo, a través de la obra que nos ocupa, multiplicó nuestro
patrimonio cultural al versarnos con sentida claridad los aspectos sobre
nuestro propio génesis.
Para ello se apropió de la historia de la cultura maya de nuestra
América, y absorbiendo ideas de su Libro Sagrado el Popol Vuh, planteó
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9 Gustavo Pereira. Historias del Paraíso. Los seres inferiores. Libro Segundo. Fundación
Editorial El perro y la rana, Caracas, 2007, p. 203.
192
César Rengifo: horizonte múltiple
¿Los hombres poseen ideas por sí mismos o estas son extrañas a ellos? Los
hombres poseen ideas, pero estas advienen siempre de sus relaciones con
las cosas y elementos que los rodean y según el medio social y la realidad
de ese medio. Sus ideas están influidas por las luchas características del
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medio y por los intereses de clases. Estas últimas a su vez están deter-
minadas por los factores económicos.10
10 César Rengifo. Teatro y Sociedad. Fundación Biblioteca Ayacucho, Caracas, 2015, p.229.
11 Larousse. op. cit., p. 901.
194
César Rengifo: horizonte múltiple
por las nuestras, para destruir su cultura sin darles la nuestra; se les
embrutecerá de cansancio.12
12 Jean Paul Sartre, en: Frantz Fanon, Los condenados de la tierra. Impresora Azteca,
México, D.F., 1983, p. V.
13 Rengifo, Teatro y..., op. cit., p. 222.
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por el hombre, Los hijos de los barrios, y también del poema “La primera
presencia”, del que evocamos nuestros orígenes.
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16 Eduardo Galeano. Las venas abiertas de América Latina. Siglo xxi de España Editores,
S.A., Madrid, 2000, p. 17.
200
César Rengifo: horizonte múltiple
tal como lo expuso en sus obras teatrales Rengifo. Llegó bajo los mismos
patrones homicidas e inmorales que su antecesor europeo, solo que esta
vez hubo cambios de “recursos de engaño” al sustituir las espadas por
los contratos que las concesiones petroleras obtuvieron como regalías
de Juan Vicente Gómez. Se cambió esta vez el distintivo de la cruz por el
sello del imperio anglosajón, quien bajo la concupiscente actuación de
las empresas petroleras, saqueó y masacró al país.
Una muy leída prosa de Pereira sostiene lo siguiente sobre nuestros
antepasados: “Extasíanse los indígenas ante los bonetes colorados y las
cuentas de vidrio y otras cosas muchas de poco valor que los extranjeros
les truecan por sus aros o pendientes dorados”17, denotando ello, el ardid
bajo el cual los colonos se nos presentaron mediante engaños. No se
imaginaron nuestros ancestros que siglos después Norteamérica vendría
con la misma trampa, ahora camuflada y bajo apoyo de un traidor; pues
dejaron los norteamericanos, también los ingleses, muy ávidos los ojos
de Gómez, ante la suma de dólares que le ofrecieron –miseria para ellos,
suficiente para el dictador, nada para el pueblo– por despojarnos de
nuestras tierras, junto a nuestros campesinos, nuestra salud y nuestro
medio ambiente, cuestiones estas que el disoluto aceptó complacido,
y que manejó Rengifo con total realidad en la obra Las mariposas en la
oscuridad.
Resulta, en este aparte, muy interesante destacar lo que en uno de
sus ensayos César Rengifo expresa en cuanto al mimetismo:
17 Gustavo Pereira. Historias del Paraíso. Develación y saqueo del Nuevo Mundo. Libro
Primero. Fundación Editorial El perro y la rana, Caracas, 2007, p. 34.
18 Rengifo, Teatro y..., op. cit., p. VIII.
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Su estadía en el sur solo duró algunos meses que bastaron para consolidar
su inconformidad con la educación que recibía y su obsesión por presenciar
la experiencia revolucionaria que ya animaba su joven espíritu. Decide ir
a México, entre 1937 y 1938, país que se había convertido en punto refe-
rencial para los ideales de una generación. México ofrecía entonces el
prestigio de una empresa plástica de envergadura mundial, el muralismo
mexicano con artistas de la talla de Orozco, Rivera y Siqueiros, y la atractiva
dinámica de un proceso postrevolucionario en el campo de la política,
había libertad de asociación política, una democracia muy a su modo y
hasta un partido comunista, a diferencia del caso venezolano.20
Vemos, sobre las afirmaciones del profesor Joel Moreno, las muestras
palpables de las ambiciones que tuvo desde comienzos César, en cuanto
a la disciplina de las Artes Plásticas, que no alcanzando llenar sus expec-
tativas en el país chileno, sí pudo encontrar en México el contenido social
204
César Rengifo: horizonte múltiple
que a través del arte expresó en su vida, a la par de las técnicas y estilos
en los que trabajó. Pero también fue un hecho significativo para el joven
estudiante, la situación social política y económica de ese país centroa-
mericano, que contribuyó a que se agitaran en él los impulsos que desde
su corazón le incitaban a colocar su grano de arena en la lucha por la
justicia de los pueblos invadidos de nuestra América.
Más tarde dicho grano se convertiría en el árbol tupido de frutos
llenos de sapiencia que brindados como alimento a nuestra misma
prole, la llevarían a transitar de nuevo por la identidad que perdimos
desde tiempos coloniales; y que Rengifo reconstruiría para exponerla
en toda su realidad, fijándola de esta manera en los anales de nuestra
historia patria y en la del mundo.
Pero habiéndose estremecido en él los impulsos que le llevaron
a denunciar las realidades de nuestros grupos vulnerables ante la
injusticia, César, junto al venezolano Pedro Beroes, tomó también la
decisión de asistir a reuniones políticas del partido comunista de México,
y a las de la liga de escritores, terminando por formar parte de dicho
partido. Demostró Rengifo también todo su denuedo al presentarse
en aquellos días, junto al mismo Pedro Beroes y Luis Ojeda, como
voluntarios en acciones contra Franco, relacionadas al profascismo del
dictador, y al lamentable asesinato del escritor Federico García Lorca,
en la que teniéndose entendido, fueron rechazados por su juventud
y contexturas físicas, pero se les incluyó en el programa de Comité de
Ayuda a los Niños Españoles.
Estas últimas acciones de Rengifo demuestran su incursión formal
en la política mundial, y la incorporación con suma filiación de la ideología
marxista comunista a su proyecto de vida, posición que asumió en toda
la expresión de su significativa labor.
Ya en México, continuó César durante el lapso que entre 1937-1938
le bastó para formarse en la corriente del muralismo, que en este país
refleja su propio drama nacional. Al respecto, Moreno nos cita:
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21 Ibid., p. 16
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23 Rodolfo Quintero. La cultura del petróleo. Fundación Editorial El perro y la rana, Caracas,
2007, p. 31.
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24 Mario Briceño I. Mensaje sin destino. Alegría de la tierra. Fundación Editorial El perro y la
rana. Caracas, 2007, p. 260.
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25 Jesús A. Mujica Rojas. César Rengifo. A viva voz. Fondo Editorial Ipasme, Caracas, 2008,
p. 38.
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27 Citado en: José Rivas. “Cuatro años de prisión cumplen los parlamentarios”. Historia
gráfica de Venezuela, tomo XII, Centro Editor C.A., Caracas, 1989, p. 127.
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Capítulo III
César Rengifo, espacios y dedicación
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Docencia
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Dramaturgia
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Los autores venezolanos tienen una posición muy digna y una conciencia
muy lúcida acerca de sus obras, y son muy pocos los que se arriesgan a
hacer concesiones que exigen un teatro comercial. Eso por una parte, y
por la otra, no se monta suficiente teatro venezolano, porque hay muchos
directores venezolanos y extranjeros con una mentalidad colonial, piensan
que únicamente imitando al exterior, montando lo que se hace afuera es
que ellos pueden ganar créditos, y sienten un gran desprecio por las obras
venezolanas, son muy pocos los directores venezolanos y extranjeros que
tienen amor por la dramaturgia venezolana y que la sienten, y por eso
están en la capacidad de ponerla en escena. En eso va implícito: el criterio
colonialista de que lo de afuera es lo bueno y lo nuestro es lo malo o menos
malo. Y contra eso hay que luchar porque un teatro nacional no surge sino
apoyado en una dramaturgia nacional y una dramaturgia nacional no se
consolida, no se cristaliza, sino en la medida en que va a escena.30
225
Gema Medina / Julio Rafael Silva Sánchez / Mirza Morelia Camacaro
1938
- Escribe su primera obra de teatro ¿Por qué canta el pueblo?
1948
- La Universidad Central de Venezuela publica su obra teatral en
un acto, Hojas del tiempo. Con anterioridad, lo había hecho con su obra
Curayú o el Vencedor.
1949
- La Universidad Central de Venezuela publica su obra teatral Los
canarios, comedia en un acto.
1952
- La Universidad Central de Venezuela publica su drama en un acto:
Manuelote.
- El director y actor argentino Francisco Petrone presenta Joaquina
Sánchez, drama histórico en cinco actos, en el Teatro Municipal de Caracas.
- Funda, junto a otros valores del teatro, el grupo Máscaras, de
importante labor durante esa década.
226
César Rengifo: horizonte múltiple
1960
- Escribe el guión del documental Mérida, geografía celeste.
1961
- En el Segundo Festival Nacional de Teatro obtiene el Premio a la
Mejor Obra con su texto Lo que dejó la tempestad, de su trilogía Mural de
la Guerra Federal.
1963
- La Universidad de Los Andes le publica la cantata María Rosario Nava.
1964
- Representando a Venezuela en la antología del Teatro hispanoa-
mericano contemporáneo, realizada por el dramaturgo y ensayista guate-
malteco Carlos Solórzano, se publica su obra Lo que dejó la tempestad.
Edición del Fondo de Cultura Económica de México.
1966-1967
- Obtiene el Premio Rafael Guinand, en el Tercer Festival de Teatro,
con su obra La fiesta de los moribundos, dirigida por Alfonso López.
1967
- La Universidad Central de Venezuela, a través de su Dirección de
Cultura, le publica en su colección de Letras Venezolanas, un volumen
con tres obras teatrales: Buenaventura Chatarra, El vendaval amarillo y
Estrellas sobre el crepúsculo.
- La revista Expediente le publica su comedia en dos actos, Una
medalla para las conejitas.
1971
- Al cumplirse el sesquicentenario de la Batalla de Carabobo, el
Ministerio de Defensa le publica la cantata Esa espiga sembrada en
Carabobo. En la Antología del Teatro Hispanoamericano, realizada por los
estudiosos cubanos Carlos Miguel Suárez Radillo y Orlando Rossardi, y
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Gema Medina / Julio Rafael Silva Sánchez / Mirza Morelia Camacaro
1972
- Se publican en un volumen sus obras La fiesta de los moribundos y
Los hombres de los cantos amargos, edición de la Asociación de Escritores
de Venezuela.
1974
- Publican en Cuba, en la revista Conjunto dedicada al teatro latino-
americano, de la Casa de las Américas, dos obras del autor: La sonata del
alba y Una medalla para las conejitas.
- Escribe Volcanes sobre el Mapocho, referente al golpe militar en Chile.
1975
- Le otorgan el Premio Juana Sujo por sus aportes al teatro
venezolano.
1976
- En la ciudad de Quebec, Canadá, la radio ICI-FM, traducidas y
adaptadas por la escritora y periodista Louise Darios, se transmiten en
francés las obras Las torres y el viento y Buenaventura chatarra.
- Integra exposiciones colectivas en la galería Acquavella en Caracas.
1977
- En Cuba, como parte de la colección La Honda de La Casa de las
Américas, se publican dos trilogías de César Rengifo: Mural de la Guerra
Federal, integrada por Los hombres de los cantos amargos, Un tal Ezequiel
Zamora y Lo que dejó la tempestad; y el Mural del Petróleo: El vendaval
amarillo, El raudal de los muertos cansados y Las Torres y el viento. La
selección y las notas son del periodista Francisco garzón Céspedes.
1977
- La revista mexicana de teatro Tramoya, dirigida por el dramaturgo
Emilio Carballido, publica La trampa de los demonios.
228
César Rengifo: horizonte múltiple
1978
En el Teatro Municipal de Ploiesti, ciudad rumana, se presenta su
obra Lo que dejó la tempestad, bajo la dirección de Harry Eliad. Ese mismo
año es representada en Bucarest.
- El círculo de Críticos Critven le otorga el Premio Especial por su
trayectoria y aportes al teatro nacional.
- Obtiene el Premio Juana Sujo por su obra Buenaventura Chatarra.
1979
- En la Unión Soviética, la revista Literatura Extranjera publica un
largo artículo de H. Oeaopehko sobre la dramaturgia y la pintura de
César Rengifo.
- La revista Conjunto de la Casa de las Américas de Cuba publica la
obra en un acto, ¿Quién nos robó esa batalla?
- El Ateneo de Caracas le publica cinco obras cortas en serie Teatro
Breve, con prólogo de Alexis Márquez Rodríguez.
- Fundarte le publica Un fausto anda por la avenida.
-El Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral
(Celcit) le otorga el Premio Ollantay.
1980
- En fallo unánime del jurado, le es otorgado el Premio Nacional de
Teatro.
229
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César Rengifo: horizonte múltiple
Honores
1981
- Se publica Rengifo, de Jorge Nunes, con más de cien imágenes de
sus pinturas.
- El Ateneo de Caracas crea el Premio Latinoamericano de Inves-
tigación César Rengifo.
- Se le asigna el nombre de César Rengifo a la edificación para actos
públicos o Auditórium Universitario de Universidad de Los Andes.
1989
-La Universidad de Los Andes compila y publica sus obras completas,
en ocho tomos.
2003
- El Fondo Intergubernamental para la Descentralización (Fides)
publica, en cuatro tomos, todo su teatro y selección de poemas artículos
y ensayos.
- Se le asigna su nombre al Teatro Centro Histórico de Petare, del
municipio Sucre del estado Miranda, en Venezuela.
2011
- Se inaugura el bulevar César Rengifo en el sector El Cementerio
de la parroquia Santa Rosalía, del municipio Libertador en la capital
Venezolana, siendo el segundo más grande en su tipo.
2015
- Se realiza la Exposición César Rengifo. Biblioteca Nacional de
Venezuela. Producción literaria y pictórica. Centenario César Rengifo.
- Se efectúa, del 01 al 31 de mayo, el Circuito de Nacional de Teatro.
Centenario César Rengifo.
- El Ministerio del Poder Popular para la Cultura (MPPC) realiza el I
Concurso Nacional de Ensayo César Rengifo.
- El MPPC realiza el I Concurso Nacional de Historietas, Cuento y
Canto Gráfico César Rengifo.
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1995
- Manuscritos de Archivo de César Rengifo (1915-1980), donados por
Ángela Carrillo a la Biblioteca Nacional de Venezuela, de algunas de las
obras originales escritas por César Rengifo.
Ensayística y poesía
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¡Desciende ahora la
amarga lluvia del recuerdo!
Se ha derrumbado el sueño que construimos.
¡No eran posibles tanto amor y tanta dicha
para seres pequeños como nada!
33 César Rengifo. Poesía reunida. Caracas. Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés
Bello. Caracas, 2015, p. 23.
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Apacuana:
¡Pero en estas montañas los Mariches
como gente Caribe y animosa,
habremos de curarnos las derrotas,
sanar de la vergüenza y de la rabia,
retomar nuestras flechas y macanas
y con ellas luchar por la victoria!
Uripata:
Y el invasor saldrá de todo el valle;
y hasta el aire de nuevo andará libre
sobre los cielos y por las montañas,
y a los arroyos volverá la imagen
de la risa que huyó de nuestro pueblo!36
36 César Rengifo. César Rengifo. Obras. Tomo I. Fondo Intergubernamental para la Descen-
tralización. (Fides), Caracas, 2003, pp. 137-138.
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hoy, a través de la obra poética del autor; porque inmersa en él, habita
trascendentemente nuestra historia.
Historia
37 Marc Bloch. Introducción a la Historia. Fondo de Cultura Económica, México, 1952, p. 54.
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38 Mario Briceño Iragorri. “Nuestros estudios históricos”. En G. Carrera Damas (Comp.), 1952,
p. 442.
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Política
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39 F. Fanon. Los condenados..., op. cit. Impresora Azteca, México, D.F., 1983, p. 102.
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El clamor público en toda Venezuela es que se haga justicia contra los expo-
liadores del pueblo. Que todos aquellos que, amparados por las tropelías
del extinto régimen, perpetrando atropellos, despojos, rapiñas; los que se
enriquecieron ilegalmente; disponiendo de los dineros nacionales; los que
acapararon negocios anulando los esfuerzos de sus competidores, porque
no ocurrieron a la competencia honrada, sufran hoy el rigor de las leyes
amparadoras. Que sean llevados ante los tribunales de justicia.40
40 Rivas Dugarte, Rafael Ángel y García Riera, Gladys. Quiénes escriben en Venezuela.
Diccionario de escritores venezolanos (siglos xviii al xxi). Tomo I. Conac, Caracas, 2006, pp.
57-59.
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Periodismo
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Nacional, El Mundo y Las Últimas Noticias; entre otros muchos, han sido
los periódicos encargados de llevar a las masas sociales la información
de nuestros eventos nacionales e internacionales.
En 1941, César Rengifo también comienza a formar parte de este
gremio cuando incursiona en el periodismo a través de diversas acti-
vidades reporteriles en el diario Últimas Noticias y en la revista Aquí Está.
En dichas fechas no se había incorporado la carrera de Comunicación
Social en la educación superior del país, sin embargo le fue concedida la
acreditación de esta profesión por su experiencia en el área, hecho que
ocurrió también a los demás periodistas de oficio para aquel entonces.
César desarrolló esta carrera durante una buena parte de su vida, y
en el transcurso de 1942 hasta 1946 continuó desempeñándose en el
periodismo, esta vez además de reportero, como jefe de Información y
jefe de Redacción del diario El Heraldo. También escribió durante dicho
lapso colaboraciones en el diario El Nacional y en la revista Élite. Escritos
que fijaron su posición marxista socialista.
Hoy día, al igual que tiempo atrás una fuerte lucha ideológica
permanece. Gran variedad de estos medios, lejos de ocuparse por brindar
informaciones serias, con alto índice de veracidad, se han conducido bajo
esquemas de parcialidad, sesgados a sus propios intereses económicos.
Recordemos el momento de 1944, cuando Rengifo participó en la misiva
que publicada en el diario El Nacional fue dirigida a Medina Angarita. Preci-
samente allí, se destacaba la participación de sectores que manejaron frau-
dulentas informaciones para desprestigio del gobierno de la época.
En la actualidad, lamentablemente se repiten estas actitudes, que
lejos de coadyuvar al beneficio integral del país, hacen todo lo contrario.
Nuestro escritor venezolano Britto sostiene en cuanto a ello:
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social masiva del 27 de febrero de 1987 que durante una semana sacudió al
país.41
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Capítulo IV
El indeleble rastro Rengifiano
Ayer…
Pasado para los muchos,
olvido para otros tantos.
Ayer,
llevas adherido a ti tu rastro,
el paso, el caminante.
¡Ayer,
Oh cuanta emoción,
pasión, impulso,
creación;
y cuanta luz llevas contigo!
Eres el ayer…
Si, el ayer del Dios Creador
de la existencia, de la virtud,
eres alegría por lo pasado.
¡Dulce sueño eres, sueño del ayer!
¿Sueño?
Algunos no lo creen, otros así lo sostienen.
¡Pues nunca,
jamás serás solo un sueño amado ayer!
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Ayer,
vienes con el saber
que al hoy alimenta,
para su posteridad,
para dicha.
Yhwh venerado,
ayer nos brindaste los saberes
que instaurados por ti,
nos nutren hoy como alimentos
¡para nuestra libertad!
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Referencias Bibliográficas
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ÍNDICE
NOTA DE PRESENTACIÓN 7
VEREDICTO 9
A manera de Conclusión 67
Referencias Bibliográficas 72