Contrato Ley
Contrato Ley
Contrato Ley
El contrato-ley, constituye una institución interesante del derecho mexicano del trabajo. Desde el
punto de vista de su interés práctico, puede afirmarse que hubo una época en que fue considerado
como un instrumento adecuado para evitar las injusticias sociales, pero durante muchos años no se
ha probado uno solo, ni nadie, hasta el régimen presidencial de Luis Echeverría, se mostró
interesando en aumentar su número. ¿Cuál es el espíritu de esta institución y por qué ha despertado
poca simpatía? Mario de la Cueva, llegó a decir, tal vez llevado por el entusiasmo, pero sin una
base real, que “Es indudable que el contrato-ley juega un papel importantísimo en la vida del
derecho mexicano del trabajo. Las industrias más importantes lo han adoptado o tienden a él y lo
mismo a trabajadores que empresarios lo ven con simpatía. En realidad, el contrato-ley favorece a
las grandes empresas que, por contar con más trabajadores, pueden decidir, con voto mayoritario,
que se adopten condiciones económicas de tal naturaleza que las economías precarias de los
medianos y pequeños industriales no puedan soportar. Y hay una verdad que no podemos
desconocer: nuestra economía sigue siendo dependiente, pese a los esfuerzos heroicos en contra,
de las empresas multinacionales. Los medianos y pequeños industriales son mexicanos y a ellos
perjudica en vez de beneficiar. En el orden sindical, los pequeños sindicatos de empresas y algunos
de industria, pierden el control de las decisiones y éstas se toman de manera que favorezca a las
grandes centrales. Y el pequeño sindicato, mayoritario y por lo tanto administrador del contrato-
ley en una denominada empresa, no tardará en ser desplazado o absorbido por la central sindical.
El contrato-ley favorece, en nuestro concepto, al dumping, esa lacra de capitalismo que desplaza
del mercado al pequeño capital, para cerrar después las puertas de las buenas condiciones de trabajo
a los trabajadores, mediante el control directo o indirecto de las convenciones que aprueban los
contratos-ley.
Concepto.
patrones, o uno o varios sindicatos de patrones, con objeto de establecer las condiciones según las
cuales debe prestarse el trabajo en una rama determinada de la industria, y declarado obligatorio
en una o varias Entidades Federativas, en una o varias zonas económicas que abarquen una o más
semejanza con el contrato colectivo. Sin embargo, existen entre ambos, diferencias importantes,
Baltasar Cavazos apunta como principales diferencias entre el contrato-ley y el contrato colectivo
contrato de empresa. El contrato-ley se solicita ante la Secretaría del Trabajo y el contrato colectivo
ante las Juntas de Conciliación y Arbitraje. El contrato-ley debe otorgarse por varios patrones y el
colectivo puede ser firmado por uno solo. El contrato-ley es revisable 90 días antes de su
Naturaleza jurídica.
Se trata de un acto jurídico, en este caso, en lo esencial, de un acto debido de finalidad normativa,
que por intervención del Poder Público se convierte en acto solemne, semejante al matrimonio y al
jurídicos es, por sí misma, un acto administrativo, ya que consiste en la participación constitutiva
en el acto de un funcionario público. La declaración de obligatoriedad, a cargo del titular del Poder
Ejecutivo, es por otra parte, un acto análogo a la promulgación de las leyes, pero esta analogía no
puede conducir a confundir al proceso de creación del contrato-ley, con un acto legislativo. La
en algún periódico oficial de los Estados. En estos instrumentos de publicidad no solamente tienen
Derecho social de realización obligatoria para los patrones, que por lo mismo tiene el carácter de
“acto debido”, con una definida finalidad normativa, y perfeccionado por un acto administrativo
del Poder Ejecutivo que le atribuye el carácter de solemne, Conjuga, entonces, en acto de Derecho
social con un acto de Derecho Público. En definitiva: un acto social debido, normativo y solemne.
Formas de celebrarlo.
obligatorio”, aparecía regulado dentro del mismo capítulo dedicado al contrato colectivo, en
general. Esto tenía una razón de ser, ya que no se celebraba el contrato-ley de manera especial.
Simplemente, en los casos en que un contrato colectivo hubiese sido celebrado por las dos terceras
determinada región, por decreto del Poder Ejecutivo, federal o local, se declaraba su obligatoriedad.
La nueva ley, reconociendo una realidad que superó a la vieja fórmula, planteó dos caminos
diferentes. Éstos, respondieron a una realidad indiscutida: el hecho de que todos los contratos-ley
vigentes nacieron de una convención y al deseo de conservar, por respeto institucional, el primer
procedimiento, no obstante ser inútil. De esa manera, la nueva ley consagra, en primer lugar, el
procedimiento, que consiste en convocar a una convención obrero-patronal que aprueba un texto
La celebración mediante convención se lleva a cabo con un desarrollo análogo, en sus principales
1.- Iniciativa. – Corresponde a los sindicatos que representen las dos terceras partes de los
trabajadores sindicalizados, por lo menos, de una rama de la industria en una o varias Entidades.
2.- Autoridad competente. – La Secretaría del Trabajo y Previsión Social, si la solicitud se refiere
3.- Comprobación del requisito de mayoría. – Corresponde acreditarlo a los sindicatos, ante la
autoridad competente.
6.- Convención. – La autoridad competente deberá presidir la convención directamente o por medio
7.- Aprobación. – El acuerdo final de la convención, proponiendo el texto definitivo del contrato-
la entidad federativa.
La ley no es rigurosa al determinar el contenido del contrato-ley. En realidad, reitera que debe de
contener las disposiciones que integran el elemento normativo de los contratos colectivos de trabajo
(jornadas de trabajo; días de descanso y vacaciones y el monto de los salarios) y, además, los
siguientes datos:
1.- Nombre y domicilio de los sindicatos de trabajadores y de los patrones que concurrieron a la
convención.
2.- La entidad o entidades federativas, la zona o zonas que abarque o la expresión de regir en todo
el territorio nacional.
3.- Su duración, que no podrá exceder de dos años y las demás que convengan las partes.
Respecto del contrato colectivo previamente existente y declarado obligatorio, la ley es omisa en
celebra en ese caso, parece que es aplicable también, en esa hipótesis, lo ordenado en el artículo
que se trate. Estas acciones se referirán a la representación de los intereses individuales para el
efectivo cumplimiento, en favor del propio sindicato, del elemento “obligatorio” y, por último, a
la representación del interés colectivo por lo que hace las acciones vinculadas a la vigencia del
contrato-ley. Esto último significa, de manera particular, promover oportunamente la revisión del
contrato-ley, concurrir a la convención que estudiará sus reformas y decretar, en su caso, la huelga,
Convenios especiales.
La ley no menciona la posibilidad de que se celebren convenios especiales que otorguen a los
establecidas en el contrato-ley. Nada impide, en nuestro concepto, que así ocurra. El contrato-ley
adquiere la jerarquía de norma general para una rama de la industria e integra, por ella, un derecho
mínimo en favor de los trabajadores. Se trata de lo que la doctrina moderna denomina “convenios
articulados”. Podría darse el caso de que el sindicato logre un convenio colectivo superior al
contrato-ley que produciría, respecto de éste, los mismos efectos que los contratos colectivos de
La ley señala dos situaciones en que el contrato-ley termina: por mutuo consentimiento de las partes
que representen la mayoría de las dos terceras partes de los trabajadores sindicalizados o si, al
concluir la revisión, los sindicatos de trabajadores y los patrones, no llegan a un acuerdo, salvo que
los primeros ejerzan el derecho de huelga. Si las partes no piden la revisión, el contrato se prorroga.
Para entender la importancia del contrato-ley en las relaciones laborares, es de suma importancia
desmenuzar el concepto del mismo, por lo cual se entiende como sindicato de trabajadores a una
agrupación de trabajadores que tiene como objetivo promover y defender los derechos de sus
miembros en cuestiones con su actividad laboral. Por otro lado, tenemos que los patrones son las
personas que dirigen su propia empresa económica o ejercen por su cuenta una profesión u oficio,
contrato-ley, será aquel que se realiza entre estas dos partes en el Derecho laboral, para establecer
las condiciones de trabajo, pero en una rama de la industria, siendo esta la actividad económica
fundamental de sector secundario, que se encarga de transformar los productos naturales (materias
primas) en otros, a diferencia del contrato colectivo que se enfoca más a una empresa. Este contrato
es también, un acto social debido, normativo y solemne. Es decir, tiene carácter público y como un
acto que se tiene que cumplir. Por la cual, la manera en que se celebrará dicho contrato, será a
que aprueba un texto nuevo para el contrato-ley, esta convención es un procedimiento con
publicación, entre otros, además posee otros elementos tales como nombre, entidades federativas,
duración y demás que convengan las partes. De igual manera, su terminación podrá ser por mutuo
consentimiento de las partes que representan la mayoría de las dos terceras partes de los
trabajadores y si ambas partes no se ponen de acuerdo en la revisión dicho contrato podrá terminar.
Por lo cual, se concluye que tanto el contrato colectivo como el contrato-ley, buscarán un
entendimiento en las relaciones obrero patronales y su finalidad no es más que llegar a puntos de
acuerdo tales como jornadas de trabajo; días de descanso y vacaciones y el monto de los salarios.
Bibliografía.
DE BUEN L., Néstor, Derecho del Trabajo; tomo segundo. México: Porrúa, 16.a ed., 2002. Págs.
845, 846, 847, 848, 849, 850, 851, 853, 854, 856.