Alcalosis Bovina
Alcalosis Bovina
Alcalosis Bovina
Acidosis Ruminal
La acidosis ruminal, conocida también como indigestión tóxica (14), es la forma más severa de
indigestión fermentativa que se presenta en los bovinos. La enfermedad es un complejo síndrome,
lo cual sugiere que puede haber componentes adicionales como el shock endotóxico, causado por
endotoxinas liberadas a raíz de la destrucción y muerte de las bacterias G- del rumen (18).
Químicamente se caracteriza por altas concentraciones de ácidos grasos volátiles (AGV), de ácido
láctico y de glucosa.
Para el autor la enfermedad no es más que una caída del pH ruminal por debajo de 6.0, más
específicamente debajo de 6.2, este último el tope mínimo hasta donde las bacterias celulolíticas se
desempeñan en forma normal, con aumento de los AGV, como del ácido láctico por el consumo de
grandes cantidades de fuentes ricas en almidones y azúcares, adaptada la primera y no adaptada la
segunda.
En nuestro medio se presenta por los aportes a los animales de altas producciones de leche y, aun
con bajas, de elevadas cantidades de concentrado más el consumo de praderas jóvenes con baja
fibra; además, sería el caso de no preparar las vacas antes del parto con el suplemento que van a
recibir en la lactancia. Estos cambios en el pH conllevan a la disminución de la flora celulolítica
como también de la proteolítica y al aumento de la amilolítica, en esta última principalmente
Estreptococos bovis y Lactobacilos sp., que elevan la concentración de ácido láctico. También se
presenta por una alteración en la flora como Selenomona ruminantium y Megasphaera elsdenii
entre otras, que transforma el lactato en propionato durante el periodo de transición.
Se puede concluir que la acidosis tiene dos formas de presentación dependiendo del tipo de
fermentación y del manejo de la dieta, así:
2. No adaptada, cuando los animales reciben el alimento balanceado sin preparación previa
durante el periodo de transición y también al ofrecerlo en cualquier época de la lactancia si
las vacas no lo están recibiendo. Los productos de la fermentación en este caso están
originando grandes cantidades de ácido láctico, con concentraciones casi normales de AGV.
Lo anterior significa que la acidosis se debe a dos factores ligados íntimamente entre sí: la acción
microbiano – enzimática y la elevada producción de ácido láctico como de AGV (29,33).
Factores de Riesgo.
Entre los factores que ayudan a facilitar la aparición de la acidosis ruminal se encuentran (22,27):
Falta de agua
Ingestión de agua putrefacta o contaminada con heces u orina
Ingestión de agua fría
Debilidad corporal
Estabulación prolongada
Varios factores predisponen a las vacas lecheras especializadas, y porque no a las de doble propósito
y las de carne, a sufrir la acidosis ruminal subclínica (SARA en la literatura internacional). Para
Stone (2004) citado por Dohme y col. (11), los principales factores que llevan a SARA, son:
Hasta ahora hemos visto como se asocia la presentación de la acidosis ruminal, bien sea la aguda o
la subclínica, con la oferta de suplementos concentrados o residuos de cosechas, más la oferta de
FDN en los pastos. Hoy en día, se reporta que el consumo solo de pastos puede generar esta
problemática, relacionándola con la concentración de carbohidratos solubles en ellos (25) y con la
baja fibra, además, con mal manejo de la oferta de pastos, es decir cuando se ofrecen pasturas con
esta calidad de nutrientes después de un ayuno por cualquier causa.
Por otro lado, en Colombia se viene implementando la suplementación con diferentes alternativas,
entre las cuales se encuentra la oferta de ensilajes y cebada entre otras, lo que puede llevar a la
presentación de este tipo de indigestión tóxica. Corbellini (7), reporta tener presente la
concentración de ácido láctico en los ensilajes al igual que el tamaño de la partícula del material
ensilado.
Patogenia.
Dependiendo del tipo de alimentación que los animales reciban o de lo repentino que sea el cambio
de alimento implicado en la génesis del problema, dependerá que el cuadro se desarrolle en forma
aguda o crónica y de ello dependerá, a su vez, que los signos sean más o menos graves. Por eso
revisaremos las causas mayores con algún detalle.
Al comienzo de la acidosis del sector gástrico anterior se aumentan las concentraciones de AGV y
del ácido láctico, para luego disminuir por la llegada de líquido plasmático y así diluir el contenido
hiperosmótico (22,24), lo que puede originar hidrorrumen. Esta última condición disminuye
dramáticamente también las bacterias por lisis de ellas (22).
Exceso de Fibra.
Los pastos maduros y lignificados presentan muy poca energía y proteína, por lo tanto se merma la
multiplicación de la flora ruminal, con disminución de la digestibilidad del material vegetal y por
consiguiente del tránsito hacia el tracto digestivo posterior; así se forman grandes cantidades de
metano (CH4). Este producto al sufrir el proceso de oxido - reducción libera hidrogeniones (H +) y al
aumentar la concentración de ellos bloquean el paso de lactato a propionato. Además, la alta carga
de FDN provoca llenado del rumen y disminución del consumo con una merma en la salivación. De
esta manera, al aumentar la concentración de ácido láctico, disminuye el pH endoruminal, dándose
el desencadenamiento de todos los fenómenos que se producen en la acidosis producida por la
ingestión de carbohidratos fermentables, (7, 22,24).
Para Chichlow y Leek (1981), citados por Malbert et al. (19), el ácido láctico abre aberturas entre
las células epiteliales para permitir el paso de éste sin procesar y así alcanzar la sub-mucosa,
inhibiendo de esta manera las ramas aferentes del nervio vago lo que desencadena la presentación
de indigestión vagal, lo cual inicialmente provoca atonía del rumen y si se le une el aumento de la
presión ruminal, merma la expulsión de gases, causa de timpanismo secundario.
Forma sub-aguda.
Se presenta más durante el período de transición, cuando el pH está entre 5.0 y 5.8 (9); recuérdese
que semanas antes del parto cae el consumo de materia seca alrededor del 30% (21) y, después de él
los animales reciben alimento concentrado sin importar la cantidad. Los signos generados son muy
vagos, pero de pronto para el autor pueden enmarcase en enfermedades de otros órganos, lo que
configura las enfermedades de la producción como la mastitis, la laminitis, retención de placenta
entre otras.
Forma sub-clínica.
Se presenta más durante el pico de lactancia (4), igualmente con signos muy sutiles y difíciles de
interpretar, entre los que están la baja condición corporal. Hay presencia de abscesos hepáticos y
pulmonares, hallazgo más de necropsia y signos de indigestión pasajera; a nivel reproductivo se
asocia con mortalidad embrionaria y repetición de servicios en la época de inicio reproductivo post-
parto; igualmente, se puede encontrar dilatación del ciego, con o sin torsión.
Forma aguda.
Hoy en día se reporta que el endotelio vascular es blanco primario para la acción de las endotoxinas
generadas durante la patogenia de las bacterias Gram negativas (G-s); igualmente, se referencia la
asociación entre endotoxemia y la respuesta de fase aguda a través de la formación de proteínas de
fase aguda. Es un proceso inflamatorio orgánico general, inducido por citoquinas como
interleuquina 1 (IL-1), interleuquina 6 (IL-6), factor de necrosis tumoral alfa (FNT-α) e interferón
gamma (IFN-б), como mecanismo inespecífico para restaurar la homeostasis perdida (13). En
medicina humana, las citoquinas se relacionan con el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica
(SRIS) y con la falla orgánica múltiple; ambas situaciones halladas en bovinos que sufren acidosis
de la panza, la primera como respuesta de fase aguda y la segunda como complicaciones terminales,
secuelas crónicas de la misma acidosis que afecta varios órganos.
Según Braquet et al. (1989) y Cines et al. (1998), citados por Corl et al (8), la respuesta de fase
aguda impacta sobre el endotelio vascular, produciendo endotelitis aguda o crónica, situación que es
de hallazgo común con cuadros inflamatorios inespecíficos en vacas recién paridas o cuando se
realizan necropsias y se encuentran reacciones inflamatorias generalizadas; lo anterior,
primordialmente durante la lactancia temprana en animales del medio antioqueño y porque no para
el resto del país.
Otro efecto importante es la evidencia que apoya el papel activador de las plaquetas en la
fisiopatogenia de la endotoxemia (8), situación común en los resultados de laboratorio cuando
reportan disminución de plaquetas y agregación de ellas.
Para Crichlow y Chaplin (1985) citados por Nagaraja y Lechtenberg (22), cuando se presenta
parálisis completa del rumen indica un órgano altamente acidótico; la motilidad es inhibida por las
altas cargas de lactato y de AGV. Se puede deber entre otras cosas a la acción del ácido láctico sobre
el nervio vago desencadenando indigestión vagal, hecho comentado en párrafos anteriores.
Las heces al principio tendrán un aspecto de sopa, a menudo se tornan acuosas, espumosas,
recubiertas de moco, con sangre fresca, hay presencia en ellas de material no digerido como pasto y
abundante granos del suplemento y presentan mal olor (22). Se debe recordar que el examen de las
heces da idea de la relación entre la alimentación y la salud del animal.
Las vacas que enferman de acidosis ruminal aguda durante la lactancia, primordialmente en el post-
parto temprano, desde el punto de vista sanguíneo sufren acidosis metabólica, pero con cuadros de
endotoxemia y deshidratación severa con desarreglo electrolítico, presentan con mayor frecuencia
alcalosis metabólica (28) que la misma acidosis. Es por esto que la alcalosis se presenta con
hipocloremia e hipopotasemia, hallazgo típico de animales con aumento de endotoxinas a nivel
sanguíneo y deshidratados (6).
Forma crónica.
Las manifestaciones de la forma crónica de acidosis ruminal son insidiosas. Algunos animales no
manifiestan alteraciones y pueden producir grandes volúmenes de leche, principalmente en el
primer tercio de lactancia y mucho más específico durante el pico de lactancia o, ganar peso,
característica observada en animales del segundo y tercer tercio de lactancia; otros muestran
hipomotilidad ruminal, apetito pobre, disminución de la grasa láctea (síndrome de baja grasa). Otras
manifestaciones que se relacionan con la forma crónica son: abscesos hepáticos, laminitis,
trastornos digestivos como ruminotoxemias, enterotoxemias, dilatación cecal, problemas
abomasales, alteraciones del hígado, renales, nerviosas, de la piel, de la glándula mamaria,
problemas respiratorios poblacionales, reproductivos, metabólicos como la cetosis y trastornos con
el calcio de tipo osteomalacia, depresión nerviosa, hemorragias, alta morbi - mortalidad de terneros
en el primer mes post-parto, abortos e inmunosupresión con aumento de la incidencia de
enfermedades infecciosas (22,24,27,31).
Diagnóstico.
Nagaraja y Lechtenberg (22), nos dan pautas para evaluar la presencia de esta indigestión en un
hato, siempre teniendo en cuenta la población, las características a observar son:
De todas maneras se han utilizado pruebas para tratar de diagnosticar la acidosis ruminal, entre otras
(15,24,27):
Examen del líquido ruminal, en el que se analizan color; consistencia; sedimentación de partículas
de la dieta; flotación de las mismas; reducción del azul de metileno; examen directo de una gota de
líquido para observar presencia o ausencia de protozoos; extendido para tinción y análisis del tipo
de flora; medición del pH.
El color del líquido ruminal puede ser gris o lechoso, sobre todo en casos agudos; en los crónicos
puede ser verde oliva. La consistencia del líquido variará de acuoso, en los casos sobreagudos y
agudos, a semiacuoso, en los procesos subclínicos. La sedimentación es rápida (1 - 3 minutos), la
flotación de material tosco se encontrará ausente, posiblemente indicando alta fermentación en los
casos agudos. El tiempo de reducción del azul de metileno es rápido en los comienzos de la
enfermedad, o prolongado en los casos sobreagudos, donde se encuentran pocas bacterias. Al
examen directo en el microscopio en casos agudos y crónicos se observa disminución o ausencia de
protozoarios, con la presencia de muchos muertos. A la tinción se observa predominio de bacterias
G+ sobre las G- en los casos agudos. Si al medir el pH se encuentra en 6 o por debajo, se debe
sospechar la enfermedad.
En suero sanguíneo se realizan pruebas que pueden dar indicio o confirmar la acidosis ruminal,
entre otras: determinación de la concentración del ion sodio (Na), que se puede encontrar bajo, por
la formación de bicarbonato de sodio, para contrarrestar la acidez ruminal. Se pueden encontrar la
urea, creatinina y el ión fósforo (P) aumentados, lo cual puede ser por alteraciones renales; pero el
aumento en la urea también puede ser causado por un exceso de alimentos ricos en proteína o por
efecto del catabolismo.
El examen hematológico puede arrojar hematocrito y hemoglobina bajos, lo cual significa anemia, y
si es del tipo microcítica hipocrómica, es debido a trastornos en el metabolismo del hierro (Fe) y
del cobre, con repercusión en el funcionamiento de la hemoglobina; además, si la proteína está baja,
la formación de glóbulos rojos es deficiente. Las endotoxinas alteran la membrana del eritrocito,
provocando su destrucción en el sistema retículo endotelial, lo cual ayuda a agravar la anemia.
Cuando se realiza necropsia, la muestra del rumen se debe tomar de la parte craneal del saco ventral
del organo; entre los hallazgos más comunes se reportan atrofia o paraqueratosis de las papilas de la
mucosa; además, lesiones en otros órganos, entre ellos, los paremquimatosos, principalmente
hígado, riñón y corazón (26,29).
Tratamiento.
En casos sobreagudos y agudos con impactación de la panza, se debe realizar ruminotomía para
evacuar el contenido de ella o, en su defecto, utilizar sonda oroesofágica. Sea cual fuere el método
se debe aplicar jugo ruminal.
La hidratación es fundamental para recuperar la perfusión sanguínea y se debe realizar con Lactato
de sodio (Ringer Lactato o Hartmann), porque la mitad del lactato aplicado se convierte en ión
bicarbonato y la otra mitad en glucosa. En casos de alcalosis metabólica, el Ringer – Lactato es de
elección, pero el autor reporta buena acción en los cuadros de acidosis ruminal y metabólica por el
hecho comentado en este mismo párrafo, aunque, parezca paradójico por la presencia del Lactato.
En caso de decidir aplicar otro suero, éste puede ser la combinación de soluciones fisiológicas de
sodio y dextrosa o la aplicación del suero Ringer. Se debe recordar que la cantidad para aplicar sale
de la valoración del grado de deshidratación multiplicado por el peso corporal y la cantidad se debe
repartir en varias aplicaciones en el día, para evitar el síndrome de la isquemia reperfusión, el cual
genera más daño en el endotelio vascular con el resultado ya conocido de la acción de las
citoquinas, como además por la liberación de radicales libres y la posible presencia de estrés
oxidativo.
Para contrarrestar la acción de la endotoxina que se absorbe del rumen, se deben aplicar
corticoesteroides (Dexametasona, Triamcinolona), si las hembras no están en gestación. Para
bloquear la histamina, se deben aplicar antihistaminicos.
Las vitaminas del complejo B se deben restituir parenteralmente, ya que con un rumen alterado
disminuye su producción, además sirven como protectores hepáticos al catalizar el paso de lactato a
propionato, tanto en las bacterias endorruminales como a nivel del hepatocito.
Los antibióticos pueden servir para disminuir la flora bacteriana G+, en la fase no adaptada
primordialmente, en este caso los de elección son las penicilinas.
Prevención.
Todos los esfuerzos se deben encaminar a prevenir la presencia de la enfermedad, con pasos
sencillos y fáciles de ejecutar, así:
1. Adaptar las papilas y la flora ruminal con 4 a 6 semanas de anticipación, al cambiar dieta,
principalmente en vacas en transición o cuando se va a iniciar cualquier tipo de suplementación
a los animales (15).
2. Ajustar la fibra en la ración, tanto cualitativa como cuantitativamente (18 - 20% de la ración).
3. Proporcionar abundante agua limpia. Aunque se reporta que el agua puede aportar hidrogeniones
(H+) a través del ácido carbónico (H 2CO3) (2) y así agravar la condición, al menos en los casos
agudos.
Llamada y reportada en la literatura internacional como acidosis ruminal sub-clínica (SARA) por
sus siglas en inglés.
Es una condición que se presenta por una alta producción y absorción de los ácidos grasos volátiles
(AGV) y está asociada a una merma del volumen de la saliva que llega al rumen; estas dos
situaciones se originan cuando se suplementan grandes cantidades de concentrado, además de una
deficiencia de fibra que no estimula en forma adecuada la formación de saliva (27).
Igualmente en nuestro país se da por el consumo de pastos tiernos, jugosos y altamente fertilizados;
es de presentación muy común en las zonas lecheras donde se utilizan grandes volúmenes de
suplementos, como por ejemplo, concentrados, residuos de cosechas, principalmente tubérculos y
melaza.
También las malas prácticas del manejo de las praderas pueden desencadenar esta entidad, sobre
todo en explotaciones donde utilicen la rotación por franjas (cerca eléctrica), llevando a una alta
densidad poblacional (aumento de la capacidad de carga) y permitiendo un sobrepastoreo que
conlleva a un repele de la franja rápidamente. Al abrir de nuevo más franja, inducen a un consumo
de abundante follaje, no permitiendo una buena estabilización del pH endoruminal.
Una vez absorbidos, los AGV llegan a la sangre desde el rumen, donde además de metabolizarse,
sufren regulación ácido-básica por el sistema tampón sanguíneo, por los pulmones y por los riñones.
Como secuelas puede originar una acidosis ruminal aguda y por que no la crónica, además de otras
manifestaciones en varios órganos y/o sistemas. Ver cuadro.
El diagnóstico, el tratamiento y la prevención, son similares a los de una acidosis ruminal clásica.
Sobrecarga Acidótica latente
• Ciego dilatado
• Hiperqueratosis panza
• Absceso hepático
Bibliografía.
1. Aiumlama, S., et al. . A posible role of endotoxinas in spontaneus paretic cows around
parturition. En: Journal Veterinary Medicine. Vol. , N o ( ). p: 57 – 66
2. Bach, A. Trastornos ruminales en el vacuno lechero: un enfoque práctico En: XVIII Curso de
Especialización FEDNA. Barcelona, noviembre (2002). p. 119 – 139.
3. Benjamin, M. M. Manual en patología clínica veterinaria. 3 ed. México: Noriega Limusa, 1991.
421 p.
5. Blood, D. C., Radostits, O. M. Medicina veterinaria. 7 ed. New York: Interamericana, 1992. Vol.
2. 1598 p.
8. Corl, C. M.; Gandy, J. C. and Sordillo, L. M. Platelet Activating Factor Production and
Proinflammatory Gene Expression in Endotoxin-Challenged Bovine Mammary Endothelial
Cells. En: Journal Dairy Science. Vol. 91 (No 8), 2008. p. 3067 – 3078
9. Dehning, R. Diagnóstico y mejoramiento de la fertilidad en el hato. Series Monográficas,
Cicadep. No 2 (1987); p. 5 – 53
10.Dirksen, G. Medicina Interna y Cirugía del Bovino. 4 a ed. Buenos Aires: Inter-Médica, 2005.
Vol. I. p. 391
13.Emmanuel, D.G.V.; Dunn, S. M. and Ametal, B. N. Feeding High Proportions of Barley Grain
Stimulates an Inflammatory Response in Dairy Cattle. En J. D. S. Vol. 91 (No 2), 2008. p. 606 –
614
15. —————. Diagnosing and treating indigestion caused by fermentation disorders. En:
Veterinary Medicine. Vol. 6, No 85 (1990). p: 670 – 680
16.Goff, J. P.; Horst, R. L. Physiological changes at parturition and their relationship to metabolic
disorders. En: Journal of Dairy Science. Vol. 80, N o 7 (1997). p. 1260-1268
17.Henry, M. M.; Moore, J. N. Equine endotoxemia. En: Smith Bradford P. Animal internal
medicine. St. Louis: Mosby, 1990. p. 668 - 674
18.Howard, Jimmy L. Current veterinary therapy 3. Food Animal Practice. 3 ed. Philadelphia:
Saunders. 966 p.
20.Manninger, R., Mócsy J. et al. Patología y terapéutica especiales de los animales domésticos.
Enfermedades de los órganos. 3 ed. Barcelona: Labor, 1973. Vol. 2. 1033 p.
22.Nagaraja, T. G.; Lechtenberg, Kelly F. Acidosis in Feedlot Cattle. En: The Veterinary Clinics -
Food Animal Practice. Vol. 23 (2007). p. 333-350
23.Nocek, J. E. Bovine acidosis: implications on laminitis. En: Journal of Dairy Science. Vol. 80, No
5 (1997). p. 1005 – 1028
24.Owens, F. N. et al. Acidosis in cattle: A review. En: Journal Animal Science. Vol. 76 (1998).
p.275-286
25.Repetto, J. L.; Cajarville, C. Nutrition and Lameness: Ruminal pH and Subacute Acidosis in
Grazing Animals. En: XXIV World Buiatrics Congress (2006). p. 88-90. www.ivis.org
Consulta: marzo 2007
26.Rosenberger, G. Krankheiten Des Rindes. 2 ed. Berlín: Paul Parey, 1978. 1403 p.
32.__________________. . Rumen lactic acidosis. Part : clinical signs, diagnosis, treatment and
prevention. En: Continuing Education. Vol. 14, No 8 (1992). p: 1265 - 1269
33.Urrutia, H. et al. Descripción de un brote de enfisema y edema pulmonar agudo bovino (EPAB)
en Parral (Chile). En: Archivos de Medicina Veterinaria. Vol. 29, N o 1, (1997). p: 161 - 166