Alo Desheredacion
Alo Desheredacion
Alo Desheredacion
NOCIÓN DE DESHEREDACIÓN
ARTICULO 742
Por la desheredación el testador puede privar de la legítima al heredero forzoso que
hubiera incurrido en alguna de las causales previstas en la ley.
JURISPRUDENCIA
"La acción de desheredación es aquélla por la que el testador puede privar de la legítima
al heredero forzoso que hubiera incurrido en algunas de las causales previstas en la ley,
conforme lo señala el artículo 742 del Código Civil, lo que implica que para iniciar la
presente causa era necesaria la preexistencia de un testamento" (Exp. N° 369-93-Junín,
Gaceta Jurídica N° 52, p. 15-A).
"La desheredación constituye una sanción civil que consiste en la exclusión de un
heredero forzoso hecha por el causante en su testamento en virtud de una causa legal"
(Cas. N° 1772-96-Lima, Sala Civil de la Corte Suprema, El Peruano, 16/07/98, p. 1458).
(AGREGAR DE LA DESHEREDACIÓN)
CAUSALES DE DESHEREDACIÓN
DE LOS DESCENDIENTES.-
ARTICULO 744
Son causales de desheredación de los descendientes:
El enunciado de este inciso se refiere al maltrato físico (de obra) y al verbal (injuria grave).
El adverbio reiteradamente debe entenderse en relación a ambos conceptos, y en nuestra
opinión acusa una consideración que no debió tener en cuenta el legislador. Debiera
bastar un solo maltrato para justificar la causal. Según el Diccionario de la Lengua
Española, reiterar significa volver a decir o ejecutar, repetir una cosa. Quiere decir que
deberá probarse que la acción se ha efectuado por lo menos dos veces para que se dé la
causal. La causal no se refiere a los ascendientes en general, los cuales son padre y
madre, abuelo y abuela, etc. Se remite al ascendiente de cuya herencia se trata y no a los
demás. Por eso incluye al cónyuge de éste, que también debe ser ascendiente del ofensor.
Por ejemplo, el maltrato o injuria al abuelo no le da al padre derecho a desheredar al hijo.
Tiene que ser el propio ofendido quien deshereda, o cuando lo es el cónyuge de éste,
también ascendiente del ofensor. De lo contrario, la causal se referiría simplemente a los
ascendientes. Debe observarse que el maltrato de obra puede configurar un delito o falta
de lesiones, según la gravedad del caso, y la injuria grave es un delito contra el honor.
Nuevamente, nos encontramos ante institutos penales que se aducen para efectos civiles.
Nos preguntamos, ¿pueden determinarse estas figuras en un proceso civil? Nos parece
que no. Para la aplicación de la causal, se requiere de una sentencia penal que condene
al desheredado por el delito o falta, resultando así una causal complicada y de difícil
aplicación. Más aún cuando el carácter reiterativo que exige haría necesarios dos
procesos penales.
2.- Haberle negado sin motivo justificado los alimentos o haber abandonado al
ascendiente encontrándose éste gravemente enfermo o sin poder valerse por sí mismo.
La inclusión de esta voz obedece a que, en algunos casos se produce una privación de la
libertad en beneficio del ascendiente afectado; quien, por pérdida de facultades mentales,
aunque sea momentánea, puede ser protegido por la familia recortando su libertad de
movimiento.
DE LOS ASCENDIENTES.-
ARTÍCULO 745
Son causales de desheredación de los ascendientes:
1.- Haber negado injustificadamente los alimentos a sus descendientes.
2.- Haber incurrido el ascendiente en alguna de las causas por las que se pierde la patria
potestad o haber sido privado de ella.
La patria potestad está sujeta a acabamiento (artículo 461), pérdida (artículo 462),
privación (artículo 463) y suspensión (artículo 466). La causal de desheredación se refiere
solo a la pérdida y a la privación.
De acuerdo con el artículo 462, la patria potestad se pierde por condena a pena que la
produzca o por abandonar al hijo durante seis meses continuos o cuando la duración
sumada del abandono exceda de este plazo.
el inciso trata en forma distinta los casos de pérdida y privación de patria potestad,
señalando, en el primer caso, que la causal de desheredación opera no solo en virtud de
una resolución judicial que declare la pérdida, sino que basta que se pruebe que se incurrió
en alguna de las causales para ello. En el segundo caso, debe mediar necesariamente
una resolución judicial que haya declarado la privación de la patria potestad para que sea
de aplicación la causal de desheredación.
DEL CÓNYUGE.
ARTICULO 746
Son causales de desheredación del cónyuge las previstas en el artículo 333, incisos 1 a
6.
Las causales de desheredación del cónyuge previstas en el artículo 333, incisos 1 a 6,
son las siguientes:
a) El adulterio.
b) La sevicia.
c) El atentado contra la vida del cónyuge.
d) La injuria grave.
e) El abandono injustificado de la casa conyugal por más de dos años continuos o cuando
la duración sumada de los períodos de abandono exceda a este plazo.
f) La conducta deshonrosa que haga insoportable la vida en común.
El Código anterior extendía las causales de desheredación a todas las de divorcio, lo cual
no tenía sentido al quedar incluido hasta el mutuo disenso. Lanatta las redujo a cuatro, y
la Comisión Revisora incluyó dos más: el atentado contra la vida del cónyuge y el
abandono injustificado del hogar conyugal citado. La primera era innecesaria, pues existe
de por sí como primera causal de indignidad (artículo 667, inciso 1), pudiendo el testador
fundamentar en ella la desheredación (artículo 747).
Lanatta dijo que las otras causales de divorcio tienen por objeto la separación de los
cónyuges o la ruptura del vínculo matrimonial, y como efecto de ésta, la pérdida de la
herencia, pero no son apropiadas para configurar causal es de desheredación; opinión de
la que discrepamos. Creemos que las demás causales, que de por sí están insumidas en
el concepto de conducta deshonrosa que hace insoportable la vida en común, constituyen
razón suficiente para desheredar.
PERSONAS EXENTAS DE DESHEREDACIÓN
EN ALEMANIA.-
En Alemania el Derecho Sucesorio está regulado en el Libro quinto del vigente Código Civil
“Bürgerliches Gesetzbuch (BGB)”. En primer lugar, contempla la existencia de herederos legítimos,
y los divide en cinco grupos: “de primer orden”, los descendientes del causante; “de segundo
orden”, los padres del causante y los descendientes de estos; “de tercer orden”, los abuelos del
causante y sus descendientes; “de cuarto orden”, los bisabuelos del causante y sus descendientes;
y “de quinto orden y de órdenes más remotos”, que son los ascendientes más distantes del
causante y los descendientes de éstos, según los arts. 1924, 1925, 1926, 1928 y 1929 BGB,
respectivamente. Pero, el derecho a la herencia legítima se puede perder de diversas formas:
mediante la renuncia, por incurrir en una de las causas de indignidad para suceder, por
compensación de herencia, en el caso de los cónyuges por la pérdida del derecho, de acuerdo
con el art. 1933 BGB, por divorcio, nulidad o disolución del matrimonio, y por sustracción de la
legítima.
Como podemos observar, aunque el Código Civil alemán no habla sensu estricto de
desheredación, el apartado primero del art. 2333 BGB permite privar de la legítima a los
descendientes en los siguientes casos: si el descendiente atenta contra la vida del causante, del
cónyuge o de otro descendiente del causante; si el descendiente es culpable de un crimen o un
delito doloso grave contra una de las personas premencionadas; si incumple dolosamente la
obligación de alimentos que legalmente le incumbe frente al causante, y por último, si es declarado
culpable de un delito cuya pena sea de al menos 12 meses, o si por un acto de igual gravedad, es
necesario ingresarle en un centro psiquiátrico o de desintoxicación. También existía un último
punto, que permitía privar de la legítima a los descendientes que llevasen una vida “deshonrada o
inmoral en contra la voluntad del causante”, pero, actualmente está derogado. Asimismo, el art.
2334 BGB, establecía concretas causas que permitían privar de la legítima al padre, y del mismo
modo, el art. 2335 BGB, al cónyuge, pero hoy, también están derogados, no obstante, el art. 2333
BGB, añadió un segundo apartado, instaurando la posibilidad de retirar la legítima a los padres y
al cónyuge, aplicando mutatis mutandis el apartado primero de dicho artículo, ya mencionado.
Actualidad Jurídica Iberoamericana-DESHEREDACIÓN: UNA VISIÓN COMPARADA.
EN ESPAÑA.-
Entendemos que la desheredaciones es una declaración de voluntad testamentaria, solemne
(art.849 del CCE), en virtud de la cual quien ostenta la facultad de testar priva a sus herederos
forzosos del derecho a la legitima cuando en ellos concurre cualquiera de las causas legales
(art.853 CCE) de la que sean responsables, privación de la legitima estricta que se traduce en ser
personal y no afectar, por ello, a los descendientes de los legitimarios, lo que viene justificado por
tratarse de un castigo frente a un acto estrictamente personal del legitimario que no alcanza a las
estirpes, y debido a su carácter solemne requiere que se manifieste en testamento,
correspondiendo la prueba de ser cierta la causa de la desheredación a los herederos del testador
si el desheredado la negare (art 850 del cc). Sentencia del Tribunal Supremo (sala de lo civil)-
tratado de derecho de sucesiones-españa.
Nuestro Derecho Sucesorio garantiza a un reducido círculo de personas, unidas por el parentesco
familiar, una mínima participación en los bienes que el “de cujus” tenga en el momento de fallecer
(COBAS COBIELLA, Mª. E.: “Hacia un nuevo enfoque de las legítimas”, Revista de Derecho
Patrimonial, núm.17/2006, p. 4). Así, el Código Civil Español (CC) establece que el testador no
podrá desheredar, o sea, apartar a un heredero legitimario de participar en su herencia, más que
en los casos expresamente previstos por la Ley, ya que la herencia legítima está compuesta por
una porción de bienes de la que el testador no puede disponer por haberla reservado la Ley a
determinados herederos, llamados, por esto, herederos forzosos, en virtud del art. 806 CC, y cuya
existencia puede justificarse en el “officium pietatis” o deber de amor entre próximos
consanguíneos (ROYO MARTÍNEZ, M.: Derecho Sucesorio Mortis Causa, Editorial Edelce,
Sevilla, 1951, pp. 181-182). Sin embargo, una cuestión que actualmente nos irrumpe, es si las
causas de desheredación están en armonía con nuestra sociedad, o por contra, ya no responden
a las exigencias de la actual situación economía y contexto social.
Las causas de desheredación acontecen por actos indecorosos y despreciables, considerados por
la Ley merecedores de castigo, pero sólo apreciables, in extremis, por constituir conductas que
rozan los confines de la criminalidad. Pero existen otros comportamientos que no dejan de
repugnar a la conciencia social y que hacen de su autor un evidente desmerecedor de participar
en la herencia, a pesar de que ello en nuestro Derecho no justifica y por consiguiente no permite
su exclusión en la misma.
De modo que la desheredación, una institución de Derecho de Sucesiones, propia de la sucesión
testamentaria, y su ordenamiento en la legislación española, tal vez, ya no responde a las
exigencias de nuestra sociedad, y los avances jurisprudenciales no son más que intentos
bienaventurados de ampliar la libertad de testar, en contra de los remedios que impone la Ley.
Podemos encontrar, además, una razón que para muchos aniquila cualquier tipo de argumento en
contra de la libertad de testar, y es que, si el testador en vida puede disponer de sus propios
bienes, ¿por qué no después de la muerte? No obstante, cabría añadir algunos matices que
justificarían la protección de los derechos sucesorios. El art. 33 de nuestra Constitución reconoce
el derecho a la propiedad privada, cuyo contenido puede ser delimitado de acuerdo con las leyes,
y el art. 348 CC, entiende que el derecho a la propiedad privada es el derecho de gozar y disponer
de una cosa, sin más limitaciones que las establecidas en las leyes. Así, el causante tiene la
obligación de responder del deber de asistencia garantizado a ciertos parientes, deber que se
ejecuta en vida a través de la institución de alimentos y post-mortem se manifiesta en las legítimas.
El fundamento de ambas instituciones estriba en la protección de determinadas personas con
vínculos de parentesco y del cónyuge, como consecuencia de las cargas y efectos que se generan
con el matrimonio, no obstante, hay que tener en cuenta, que ambas son instituciones diferentes,
con vida propia y con un particular desarrollo y devenir histórico (COBAS COBIELLA, Mª. E.: “Hacia
un nuevo enfoque de las legítimas”, cit., p. 6)
EN ARGENTINA.-
El Código Civil de la Nación Argentina (CCNA), en la Sección primera del Libro IV, bajo la rúbrica
“De la transmisión de los derechos por muerte de las personas a quienes correspondían”, habla,
tanto de la porción legítima de los herederos forzosos como de la desheredación.
Los arts. 3591 a 3605 CCNA, regulan la legítima, entendida como un derecho sucesorio limitado
a determinada porción de la herencia, sobre la que el testador no puede imponer gravamen ni
condición alguna, y si lo hiciere, en función del art. 3598 CCNA, se tendrán por no hechas.
De acuerdo con el art. 3592 CCNA, “tienen una porción legítima, todos los llamados a la sucesión
intestada en el orden y modo determinado en los cinco primeros capítulos del título anterior”, o
sea, del Título IX, titulado, “Del orden en las sucesiones intestadas”. El Capítulo I, llama a los
descendientes, es decir, a los hijos, que heredan por derecho propio, y a los nietos y demás
descendientes, que heredan a sus ascendientes por derecho de representación; el Capítulo II
nombra a los ascendientes, pues a falta de hijos y descendientes, heredan los ascendientes, y a
falta de padre y madre del difunto, heredarán los ascendientes más próximos en grado por iguales
partes, aunque sean de distintas líneas; el Capítulo III designa al cónyuge, pues, si sobrevive el
viudo o viuda e hijos, el cónyuge tendrá en la sucesión la misma parte que cada uno de los hijos,
y si han quedado ascendientes y cónyuge supérstite, heredará este la mitad de los bienes propios
del causante y también la mitad de la parte de gananciales que corresponda al fallecido, y la otra
mitad la recibirán los ascendientes, pero, si no han quedado descendientes ni ascendientes, los
cónyuges se heredan recíprocamente, excluyendo a todos los parientes colaterales; y por último,
los arts. 3577 a 3583, del Capítulo IV, “De la sucesión de los hijos naturales” así como, el art. 3584,
del Capítulo V, “De la sucesión de los padres naturales”, están derogados por la ley nº 23.264 B.O.
23.10.1985.
El Título XVI, “De la desheredación”, entiende que el heredero forzoso puede ser privado de la
legítima que le es concedida por efecto de la desheredación, de modo que, según el art. 3.747
CCNA, los descendientes legítimos o naturales pueden ser desheredados por las siguientes
causas: “1° Por injurias de hecho, poniendo el hijo las manos sobre su ascendiente. La simple
amenaza no es bastante; 2° Si el descendiente ha atentado contra la vida del ascendiente; 3° Si
el descendiente ha acusado criminalmente al ascendiente de delito que merezca pena de cinco
años de prisión o de trabajos forzados”.
Los ascendientes, en virtud del art. 3.748, pueden ser desheredados por las dos últimas causas
del mencionado art. 3.747, empero, existe una gran diferencia respecto a nuestro Derecho, y es
que, aunque se considera al cónyuge como un heredero legitimario, el Código Civil de la Nación
no dispone causa alguna para poder desheredarle. En consecuencia, teniendo en cuenta que un
heredero forzoso, basándonos en el art. 3.744 CCNA, sólo puede ser privado de la legítima que le
es concedida por las causas designadas y no por otras, aunque sean mayores, se podría entender
que el cónyuge no puede ser desheredado.
No obstante, la reconciliación posterior entre el ofensor y el ofendido elimina el derecho de
desheredar, y deja sin efecto la desheredación ya hecha, en función del art. 3.750 CCNA.
Actualidad Jurídica Iberoamericana-DESHEREDACIÓN: UNA VISIÓN COMPARADA.