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Textos Teatrales para Escolares

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LA SOPA DE PIEDRAS

PRESENTADOR: Hace muchos años, llegaron unos viajeros a una pequeña comunidad. Eran
dos jóvenes, José y Pedro, y un hombre mayor llamado Iván. Estaban muy cansados y
hambrientos, porque habían recorrido una gran distancia. Cuando vieron la comunidad se
pusieron muy contentos y pensaron que al fin podrían comer y descansar de su largo camino.

IVÁN: Compañeros, yo pienso que en este lugar por fin comeremos. Probaremos suerte en esta
casa. (Toca la puerta)
MUJER 1: ¿Quién es?
JOSÉ: Somos tres viajeros camino a nuestros hogares, ¿podría compartir con nosotros un poco
de su comida, buena mujer?
MUJER 1: ¿Comida? No, no puedo. No tengo nada que compartir con ustedes.
PEDRO: ¡Gracias de todas maneras, señora!
IVÁN: (Tocando una y otra puerta varias veces, pero nadie le abre). Nadie abre ¿Qué habrá
pasado?
JOSÉ: (Molesto) ¡Qué gente más egoísta! Vamos a hacer una sopa de piedras y ya verán.
PEDRO: Tienes razón hagamos una sopa de piedras y démosles una lección.
IVÁN: (En tono burlón) ¡Qué rica sopa haremos!
PEDRO: (Recogiendo una olla que estaba tirada). Mientras José y yo prendemos la fogata, tú
ve al arroyo y trae un poco de agua. ¡Ah! y (Gritando en voz muy alta para que todos lo oigan)
¡No olvides de traer dos piedras para la sopa! Elige las más sabrosas y redonditas.
(Iván se retira y luego regresa muy alegre con dos piedras en la mano).
IVÁN: (Muy alegre y en voz muy alta). Amigos, aquí están las sabrosas piedras. Esta sopa va a
quedar muy, muy rica.
(Mientras colocan las piedras en la olla y está en el fuego, algunas personas se acercan
observándolos muy curiosos).
VECINO 1: ¿Qué están haciendo?
PEDRO: ¡Ah! Solo un poco de sopa de piedras.
VECINA 2: ¿Sopa de piedras? Yo nunca había oído de esa sopa.
IVÁN: ¡Ah! Entonces acompáñennos a cenar para que prueben. Lo más rico es que una vez que
las piedras hierven, en una olla las piedras dan a la nueva sopa un mejor sabor.
(La gente se mira asombrada).
PEDRO: ¡Qué falta nos hace una cuchara para mover la sopa!
VECINO 1: Yo tengo una en mi casa que no uso. La traeré pronto. (Se va corriendo).
JOSÉ: (Gritándole). Vecino, no se olvide de traer su plato para compartir la sopa con usted.
(El vecino regresa con un cucharón y su plato, y se los entrega a Iván).
IVÁN: ¡Mmm! Ya está empezando a tomar sabor, pero estaría mejor si tuviéramos cebollas.
VECINA 2: Yo tengo en casa una cebolla; la traeré.
PEDRO: Gracias, mujer, no olvides de traer tu plato para que cenes con nosotros.
(La mujer regresa con dos cebollas y su plato, y las entrega a Pedro, quien las echa en la olla).
IVÁN: ¡Qué rico huele! Pero con unas zanahorias, estaría mejor.
VECINA 3: ¡Yo tengo algunas en casa, voy por ellas! (Sale corriendo y viene trayendo varias
con su plato, y se las entrega a Pedro).
JOSÉ: Cada vez está mejor esta sopa, pero sería mucho más agradable si le agregáramos unas
papas.
VECINA 4: A mí me sobran algunas. Las traeré antes de que se malogren. (Sale rápido y
regresa con una bolsa de papas y un plato, el que entrega a Iván).
IVÁN: Son muchas papas, por tanto quedaría más exquisita si le agregáramos un poco de carne.
VECINO 5: Yo tengo un pedazo en mi casa. Ya regreso. (Sale corriendo y regresa con un
pedazo de carne y su plato).
(Los tres amigos se miran y sus miradas reflejan alegría).
MUJER 1: (Dirigiéndose a los amigos) ¿Y cualquiera puede hacer una sopa de piedras?
PEDRO: ¡Claro que sí! Solo se necesita agua, piedras y un poco de hambre.
JOSÉ: (Moviendo y probando la sopa). ¡Vecinos, ya la sopa está lista! Cada uno coja su plato
que empezaremos a compartir.
(Los vecinos hacen fila y reciben la sopa que va sirviendo José, luego se sientan alrededor de la
olla para comer y sus gestos al degustarla son de alegría y gran gusto).
LOS TRES: (Hacia los vecinos) ¡Qué piedras más ricas hay en esta comunidad! Nunca hemos
probado una sopa mejor que esta. (Toman la sopa y sonríen)

(Sin duda, era una piedra "mágica" porque había logrado que todos hicieran una enorme sopa
para comer en comunidad. Infinidad de veces tenemos que poner a prueba nuestro ingenio para
"hacer comunidad" allí donde la gente no se comunica. Es importante saber que, poniendo un
poco de creatividad, se consiguen cosas verdaderamente sorprendentes).

LAS LAGARTIJAS

En Burkina Fasso, país del continente de África, viven dos lagartijas a las que llamamos
Macuyá, y los Macuyá se meten por los recovecos de las casas redondas, con techo de paja y
cuando llega la noche hacen un ruido muy extraño; hacen tucu tu tac, tucu tu tac.
Y eran dos lagartijas que se peleaban una mañana, en el corral de un pueblito y hacían ruido…
mientras un perro que pasaba se detuvo a ver cómo peleaban.
Lagartija 1: Oye, qué pasa, qué tienes, qué quieres, te rompo la jeta, te tumbo de un combo.
(De manera enojada)
Lagartija 2: Suave, compadre, te vas de boca, te piso la cola, te arreglo la cara. Quieto que te
despacho de un solo cocacho. (Responde con enojo a su compañera lagartija)
Perro: ¡Uyuyuyyyy! Dos lagartijas peleándose. Tengo que hacer algo para separarlas. (Y
empezó a gritar para que los demás lo escucharan). Tenemos que separar a esas dos
lagartijas, tenemos que hacer algo para que no haya violencia en este pueblo. ¡Todo el mundo
tiene que levantarse! ¡Todos unidos contra la violencia de este país!
(Pero nadie se levantó).
Perro: Bueno, voy a ir solo y trataré de separar a esas dos lagartijas. (Con cierto recelo, se
acercó a las dos lagartijas, se paró entre ellas, pero al intentar separar a las lagartijas, el
perro recibió dos combos, perdió dos dientes y desistió. Luego, se puso a pensar).
Perro: Uyuyuyyy. Noooo… Yo solo no puedo. Alguien tiene que ayudarme, ¿pero quién? ¡Ah,
ya sé! El gallo va a ayudarme. ¡Sí! El gallo es un animal fuerte y poderoso, es un macho que
tiene a todas sus gallinas bajo control. (Y se fue a buscar al gallo)
Oye, gallo, hay dos lagartijas que se pelean y tenemos que separarlas. (Gritando desesperado)
Gallo: ¡Y a mí que me importa! Quieres que deje mi casa y mis obligaciones por una pelea de
lagartijas. Yo me ocupo de mis gallinas y el resto no me importa. (Respondió el gallo con
indiferencia)
Perro: Pero, amigo gallo, si dejamos que se peleen pueden hacerse mucho daño... Hay que
preguntarles qué les pasa y solucionar su problema. (Insistiendo un tanto preocupado por la
situación)
Gallo: Pero, perro, su problema no es mi problema. ¿No ves que yo ya tengo bastante con los
problemas de mi gallinero? ¡Déjame vivir tranquilo! (Responde con enojo y frunciendo el
ceño).

(Durante ese tiempo, las dos lagartijas seguían peleando).

Lagartija 1: Oye, qué pasa, qué tienes, qué quieres, te rompo la jeta, te tumbo de un
combo.(Dice amenazante y gritando)
Lagartija 2: Suave, compadre, te vas de boca, te piso la cola, te arreglo la cara. Quieto que te
despacho de un solo cocacho. (Le responde molesta y de la misma manera amenazante)
Perro: Nooooo… Tengo que encontrar a alguien para separar a esas lagartijas. ¡Ya sé! El buey,
por supuesto, es un animal poderoso y fuerte. (Pensando en voz alta)
(Y se fue a buscar al buey)
Perro: Amigo buey, hay dos lagartijas que se pelean y tenemos que separarlas. (Implorando en
su invitación)
Buey: ¡Y a mí qué me importa! Yo me ocupo de mis problemas, y los problemas de los demás
no son problemas. (Respondió con enojo y cierta altanería)
(Durante ese tiempo, las dos lagartijas seguían peleando. Pero el perro no se desanimó y pensó
en el burro y fue a buscarlo)

Perro: ¡Ya sé! Le diré al burro, él es un animal viejo, sabio e inteligente. Él me va ayudar.
Amigo burro, hay dos lagartijas que se pelean y tenemos que separarlas. (Lo dice con gran
entusiasmo y corre a dar encuentro al burro, lo acompaña en su caminar para hacerle la
petición)
Burro: ¡Y a mí qué me importa! Dos lagartijas que se pelean no es mi problema. Mira, si no
dices nada, si no ves nada, no escuchas nada, no pasa nada. (Contesta con indiferencia).

(Durante ese tiempo, las dos lagartijas seguían peleando).

Lagartija 1: Oye, qué pasa, qué tienes, qué quieres, te rompo la jeta, te tumbo de un combo.
Lagartija 2: Suave, compadre, te vas de boca, te piso la cola, te arreglo la cara. Quieto que te
despacho de un solo cocacho.
Perro: Los humanos son los únicos animales inteligentes, así que sabrán darse cuenta de lo
importante de parar esta pelea. (Dice de modo pensativo y se fue a buscar a una persona).
Humano, humano... espera que tengo que hablar contigo.
Humano: ¿Qué quieres, perro? Date prisa que estoy muy ocupado y tengo cosas muy
importantes que hacer.
Perro: Esto es importante. Verás, hay dos lagartijas que se están peleando unas calles más allá y
debemos acudir a separarlas.
Humano: ¡Sepáralas tú! (Se vuelve a mirar al perro y le contesta con molestia por
interrumpir su trabajo).
Perro: Ya lo he intentado y mira cómo me han puesto el ojo... Solo no puedo, necesito tu
ayuda.
(Manifestando preocupación por la respuesta del humano).
Humano: ¡Qué tontería! Oye, yo tengo que cultivar mis campos para alimentar a mi familia,
tengo que ir al mercado a vender las verduras, tengo que arreglar mis herramientas y tengo que
arreglar el tejado de la casa de mi madre... ¿Te das cuenta? No tengo tiempo para arreglar peleas
de insignificantes lagartijas. (Contesta con soberbia)
(Y el perro muy entristecido se fue. Entre tanto, las lagartijas se habían subido encima del
techo de una casa de paja y en esa casa había una anciana preparando la sopa, hasta que
cayó la paja seca sobre el fuego y una gran nube de humo llenó el interior de la vivienda).
Anciana: Ayuda, ayuda... ayuda, no puedo ver... no encuentro la salida... ¡qué alguien me
ayude! (Sale gritando una anciana clamando desesperadamente)
Vecina: ¡Qué horror, un incendio! ¡Socorro, socorro! ¡Vengan todos, traigan agua! (Cogiendo
un balde con agua)
Dueño del burro: Voy enseguida, yo traeré agua con mi burro... (Al burro) Vamos, vamos
levántate que hay que traer agua. (El burro puso cara de preocupado).
Niña: ¡Es mi abuelita, es mi abuelita! (llorando). Tengo que avisar a mi padre que está en el
campo trabajando, voy corriendo... (Sale corriendo a buscar a su padre).
Vecina: Aguante un poco amiga, que ya vienen con el agua. (Quedándose con el balde vacío).
Anciana: (tosiendo) No puedo respirar... Me ahogo... Me ahogo...
Dueño del burro: Ya estoy aquí. Ya se apaga el fuego. (Y empieza a echar agua).
Vecina: (llorando) ¡Ay, qué desgracia más grande! ¿Cómo ha podido suceder esto?
Niña: (regresando con el humano y gritando) ¡Abuelita, ya estamos aquí, nos escuchas!
Humano: (Cargado con cubos de agua) Madre, madre... Aguante un poco más... (Entra a la
casa por la anciana, sale llorando). Mi madre ha muerto.
Niña: Pero cómo es posible, ¿se ha quemado? (Sollozando)
Humano: No, el humo no la dejaba respirar... y como era tan mayor...
(Los habitantes sacaron a la anciana muerta y según su tradición, en África, cuando una
persona de edad se muere hacen una fiesta que dura tres semanas con todo el pueblo,
porque quiere decir que ha pasado bien su vida para llegar a esa edad y para hacer la
fiesta se necesitan música, bailarines, pero también se necesitaba comida. Entonces
agarraron al gallo, agarraron al buey e hicieron una rica comida para todo el pueblo.
¿Qué pasó con el perro?
Perro: Ya ves, burro, dos lagartijas que se pelean no es tu problema, pero mira, el gallo se
murió, el buey se murió y a ti te duele la espalda de cargar tanta agua… necesitas acupuntura.

Enseñanza:
Cuando hay un problema en una comunidad, toda la comunidad tiene que reunirse para
solucionar este problema, aunque sea un problema de lagartijas.

Fuente: internet

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