Ensayo Siquisique
Ensayo Siquisique
Ensayo Siquisique
Siquisique lugar para venir a conocer más de la cultura, no solo larense, sino más
bien aquella cultura venezolana que permanece latente en cada una de las
personas que cohabitan en este apacible pueblo. Siquisique un lugar de puertas
abiertas para la producción de la cultura, por la tradición, por el folclor, por la raza,
por la idiosincrasia de los antepasados que de una manera u otra convergieron
aquí a partir de su fundación hasta nuestros días, esta cultura, estas tradiciones y
esta identidad lastimosamente se está perdiendo y estamos haciendo muy poco o
nada entre todos nosotros por defenderla.
San José de Siquisique tiene una hermosa historia sobre su nacimiento, y algunos
historiadores creen que hubo una primera fundación donde se encuentra
actualmente en el año de 1534, realizada por los Welsers, cuando el conquistador
Alemán Nicolás de Federmann pasó por este territorio proveniente de Santa Ana
de Coro. Otros indican que la fundación formal del poblado se realiza después de
una visita que efectuara el Gobernador Francisco de la Hoz Berrio y Oruña a la
jurisdicción de El Tocuyo, durante los meses de junio y agosto en el año 1620, con
la colaboración activa del Obispo de Venezuela Fray Gonzalo de Angulo, quien
designa a Francisco Cano Valero como juez poblador de la población de San José
de Siquisique, que para entonces se ubicó en el valle de Sicare a orillas del rio
tocuyo. El 9 de febrero del año siguiente, se empezó el levantamiento material del
pueblo, trazado de las calles y reparto de solares. En los primeros meses de
1622 fue "totalmente abandonado" por sus pobladores indígenas quienes con la
excusa de ir a recoger sus cosechas, regresaron a sus tierras nativas
atemorizados por las enfermedades y muertes de que eran víctimas en Sicare.
Según lo comprueba el Dr. Perera en las investigaciones realizadas en los
manuscritos españoles de la época, y escritas en su libro "Historia de la
Organización de los Pueblos Antiguos de Venezuela", cit, p, 164.
Para agosto de 1623, los misioneros reanudan sus labores evangelizadoras en
los sitios naturales de los indígenas, es decir donde estaban originalmente y
donde se encuentran actualmente. Lo que quiere decir que el nacimiento oficial del
pueblo tutelado por los españoles fue en 1621, pero poco después desapareció
para dar paso al Siquisique definitivo, que se asienta en el sitio donde hoy discurre
su existencia al pie del cerro de Guacamuco y a orillas del Río Tocuyo.
Para en el año de 1688 San José de Siquisique tenía una capilla de bahareque,
con techo de palmas, situada en el punto que llaman plaza vieja, y en 1803 bajo
los auspicios del Sr. Juan Isidro Rivero, se hizo construir un bonito templo con su
campanario. El pasar de los años, como toda construcción se fue deteriorando y
hubo que emprender una reedificación en 1886. Algunas casonas coloniales son
los únicos vestigios que quedan de esta época, y la iglesia que data de principios
del siglo XIX.
Cabe destacar que Siquisique, fue a través del tiempo un escenario de muchos
episodios históricos, ya que por muchos años fue paso obligado a los
expedicionarios y a las campañas militares que partía de la ciudad de Coro, que
determinaron la conquista, la colonización e Independencia de Venezuela.
Por otra parte, existen personas que trabajan artesanalmente desde la época de
sus ancestros la planta de cocuy (Agave), planta que crece silvestre en sus
serranías, de la cual que se destila por medio artesanal una bebida alcohólica, que
da vida al famoso cocuy de penca, que pone el alto el nombre de Siquisique. Otras
artesanías que se producen son el chinchorros o hamacas de dispopo, hilo que se
saca de la las plantas de sisal. También se fabrican artículos en arcilla de muy
buena calidad.
Las tradiciones y costumbre más destacadas son sus fiestas patronales que se
realizan a partir del 19 de marzo en honor al santo patrón San José y el 9 de
febrero que se celebra como día de su fundación.
Cada ser humano habitante de Siquisique tiene una historia por contar, y la
cadena de historias de todos esos seres humanos constituye una base para la
creación de realidades, que van desde su fundación hasta que se pierda en el
tiempo. Es necesario entonces que prevalezca todo ese conjunto
de valores, tradiciones, símbolos, creencia y modos de comportamientos que
funcionan como elementos dentro de un grupo social y que actúan para que los
individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia. Un
sentido de pertenencia que perdura en el ideario colectivo y que pase el tiempo
que pase siempre permanecerá en el recuerdo aun no viviendo en este apacible
pueblo.