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Estilos de Aprendizaje de Schmeck

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Bases de Formación Profesional

Unidad Temática Nº 1
Inventario de Estilos de Aprendizaje

La comprensión del aprendizaje


desde la perspectiva de los estilos de aprendizaje

Para muchos países en el mundo, el fin del siglo XX y el comienzo del nuevo
milenio ha trascendido como un período de grandes y significativas
transformaciones en el ámbito educacional, como resultado del continuo proceso
de perfeccionamiento que en los últimos tiempos ha vivido la escuela
contemporánea. Conscientes cada día más del papel de ésta como institución
social encargada de conducir a la formación y desarrollo integral de las futuras
generaciones, los pedagogos de principios del siglo XXI nos mostramos
sensibilizados como nunca antes, con la idea de considerar al estudiante como
polo activo del proceso de enseñanza- aprendizaje, conociendo de antemano que
cualquier intento por perfeccionar la enseñanza en aras de lograr mayor
efectividad en la misma, tiene que transitar irremediablemente por una mejor,
más clara y exhaustiva comprensión del aprendizaje, y de lo que va a ser
aprendido (Valcárcel & Verdú, 1996; Rodgers, 2000; Hernández, 2001).

En general, en el campo de la educación cada día sumamos más los profesores


que comprendemos que las influencias educativas no operan linealmente ni de
manera igual para todos los sujetos y que por tanto no pueden ser estandarizadas
(Fernández L., 1993). No por casualidad, la personalización de la educación se
perfila ya como uno de los principales objetivos y retos de los sistemas
educativos contemporáneos.

Todo ello ha derivado en que “las principales preocupaciones del profesorado en


su actividad docente, - como ha señalado Saturnino de la Torre (1995)-, no se
refieran al desconocimiento de las técnicas de programación, ni a la secuencia de
objetivos y contenidos a lo largo del curso, tampoco a la elaboración de
actividades de aprendizaje o al dominio de los contenidos que ha de impartir, ni
por supuesto a la forma de evaluarlos. Todo esto ya lo domina o lo adquiere
progresivamente con la propia práctica. Muchos de los problemas se centran en el
alumno: cómo conseguir motivar a los alumnos desmotivados, cómo mantener
una atención continuada, como conseguir que el alumno integre los objetivos
culturales, cómo utilizar metodologías o estrategias didácticas que hagan la clase
más atractiva, o cómo atender a la diversidad de los alumnos…”

Con relación a la problemática del aprendizaje y en particular a la forma en la que


cada individuo aprende, los psicólogos de la educación coinciden en apuntar que
las personas poseemos diferentes estilos de aprendizaje, y estos son en
definitiva, los responsables de las diversas formas de los estudiantes comportarse
ante el aprendizaje (Enciclopedia de Psicología, 1998).

A la importancia de considerar los estilos de aprendizaje como punto de partida


en el diseño, ejecución y control del proceso de enseñanza- aprendizaje se han
referido numerosos autores en el marco de la propia psicología educativa y la
didáctica en general. “La investigación sobre los estilos cognitivos -refiere por
ejemplo, D. Nunan (1991),- ha tenido grandes implicaciones para la metodología
al brindar evidencias que sugieren que el acomodar los métodos de enseñanza a
los estilos preferidos de los estudiantes, puede traer consigo una mayor
satisfacción de estos y también una mejora en los resultados académicos”.

9
Por su parte R. Oxford (1993) apunta que “los estilos y estrategias de aprendizaje
sobresalen entre las variables más importantes que influyen en la actuación de
los estudiantes, por lo que se hace necesario continuar la investigación en este
sentido para determinar el papel exacto de los estilos y estrategias, pero incluso
en este nivel de comprensión podemos afirmar que los profesores necesitan
concientizarse más, tanto con los estilos como las estrategias. Los profesores
pueden ayudar a sus estudiantes concibiendo una instrucción que responda a las
necesidades de la persona con diferentes preferencias estilísticas y enseñándoles
a la vez como mejorar sus estrategias de aprendizaje”.

De la amplia gama de interrogantes que rodea al estudio de los estilos de


aprendizaje como campo de investigación, en el presente artículo pretendemos
tener una primera aproximación conceptual a la definición del término en si,
abordando además diferentes enfoques que sustentan algunas de las más
reconocidas clasificaciones y taxonomías que se conocen sobre los estilos de
aprendizaje hasta detallar en una conceptualización de los estilos de aprendizaje
que tome en cuenta no sólo la perspectiva cognitivista del aprendizaje sino
también la histórico- cultural, que finalmente posibilite diseñar una concepción
didáctica renovadora.

¿Qué son los estilos de aprendizaje?

La noción de estilos de aprendizaje o estilos cognitivos tiene sus antecedentes


etimológicos en el campo de la psicología. Como concepto fue utilizado por
primera vez en los años 50 del pasado siglo por los llamados “psicólogos
cognitivistas”, quienes incentivados por el desarrollo de la lingüística, la incipiente
revolución tecnológica en el campo de la informática y las comunicaciones a
partir del surgimiento de las computadoras, los descubrimientos en la ciencias
neurológicas y el debilitamiento del conductismo, comenzaban por aquel
entonces a prestar especial atención al hombre desde el punto de vista de la
cognición. De todos fue Herman Witkin (1954) uno de los primeros investigadores
que se interesó por la problemática de los "estilos cognitivos", como expresión de
las formas particulares de los individuos de percibir y procesar la información. Con
posterioridad a los trabajos de Witkin sobre dependencia- independencia del
campo, vieron la luz otras investigaciones referidas al tema de autores como
Holzman P.S. & Clein G.S., 1954; Eriksen C.W., 1954; Golstein K. & Scheerer M.,
1951; Kagan J., (cit. por Allport G., 1961 y Huteau M., 1989).

Particular sentido adquirió el estudio de los estilos cognitivos con los


descubrimientos operados en el campo de la neurología durante los años 60, a
partir de los trabajos de Roger Sperry con relación a la especialización hemisférica
del cerebro, los que brindaron evidencias científicas acerca por ejemplo, del
desempeño del hemisferio izquierdo del cerebro en las funciones relacionadas con
el lenguaje, el razonamiento lógico, la abstracción, y del hemisferio derecho en
funciones referidas al pensamiento concreto, la intuición, la imaginación, las
relaciones espaciales y el reconocimiento de imágenes, patrones y
configuraciones.
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Inventario de Estilos de Aprendizaje

Con el auge de las psicologías cognitivista y humanista en otros campos del saber
y en particular la educación, los estudios desarrollados sobre los estilos cognitivos
pronto encontraron eco entre los pedagogos, principalmente en países como
Estados Unidos, donde desde los años 60 venía generándose un amplio
movimiento de reformas curriculares que clamaban por transformaciones
cualitativas en el sector, con vistas a la renovación de las metodologías
tradicionales y el rescate del alumno como polo activo del proceso de enseñanza-
aprendizaje. Sin embargo, y a diferencia de los teóricos de la personalidad, los
psicólogos de la educación, en lugar del término estilo cognitivo, comenzaron en
muchos casos a hacer uso del término estilo de aprendizaje, explicativo del
carácter multidimensional del proceso de adquisición de conocimientos en el
contexto escolar. Ello a la vez derivó en una amplia diversidad de definiciones,
clasificaciones e instrumentos de diagnóstico, conformadores de los más disímiles
enfoques y modelos teóricos con relación al objeto-problema en cuestión.

Así por ejemplo, mientras para autores como R. Dunn, K. Dunn y G. Price (1979),
los estilos de aprendizaje resultan ser “la manera en que los estímulos básicos
afectan a la habilidad de una persona para absorber y retener la información”,
para otros como Gregory (1979), estos representan “los comportamientos
distintivos que sirven como indicadores de cómo una persona aprende y se
adapta a su ambiente”.

Una de las definiciones más divulgadas internacionalmente en la actualidad es la


de Keefe (1988) quien propone asumir los estilos de aprendizaje como “aquellos
rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos, que sirven como indicadores
relativamente estables de cómo los discentes perciben, interaccionan y
responden en sus ambientes de aprendizaje”.

Sin dudas y como afirma Curry (1983), uno de los obstáculos más importantes
para el desarrollo y aplicación de la teoría de los estilos de aprendizaje en la
práctica educativa es la confusión que provoca la diversidad de definiciones que
rodean al término, a lo cual se suma la heterogeneidad de clasificaciones que
abundan en el mundo con relación a los estilos de aprendizaje.

¿Cómo clasificar los estilos de aprendizaje de los estudiantes?

Respecto a la clasificación de los estilos de aprendizaje, en nuestro estudio pudimos constatar


la existencia de una gama versátil de clasificaciones en tipos de estilos o estudiantes, en la
gran mayoría establecidas a partir de dos criterios fundamentales, tal y como muestra la
siguiente tabla: las formas de percibir la información y las formas de procesarla.
Criterios de
Tipos de aprendices
clasificación de
según los estilos de Autores
los estilos de
aprendizaje
aprendizaje

Según las vías Auditivos, Visuales, Reid (1984); Dunn, Dunn and Prince
de percibir la Táctiles/ Kinestésicos (1989); O'Brien(1990); Oxford (1993);
información Kinsella (1993)

9
(Canales de
aprendizaje)
Visuales, Verbales Felder & Henríquez (1995)
Concretos, Abstractos Gregorc (1982); Kolb (1984); McCarthy
(1987)
Sensoriales, Intuitivos Jung (1971); Myers & Myers (1980);
Myers & McCaulley (1985); Laurence
(1993); Felder & Henríquez (1995)

Según las Dependientes, Witkin et al. (1971, 1976,1977);


formas de Independientes Ramírez & Castañeda (1974); Hai-
procesar la Benson (1987); Carter (1987); Scarcella
información (1990): Magolda (1991)
Activos, Reflexivos Kolb (1976), (1984); Reid (1987);
McCarty (1987); Johnson et. al. (1991);
Felder & Henriquez (1995)
Globales, Analíticos Cawley, Miller & Milligan (1976); Smith
(1982); Cranston & NcCort (1985);
Schmeck (1988); Flannery (1991)
Globales, Secuenciales Felder & Henriquez (1995)
Causales, Secuenciales Gregorc (1982)
Con desarrollo del Williams (1983); Kane (1984); McCarthy
hemisferio izquierdo del (1987); Kinsella y.Esquerre (1993)
cerebro/ Con desarrollo
del hemisferio derecho
del cerebro
Atomísticos, Holísticos Marton (1988)
Serialísticos, Holísticos Pask (1988)
Inductores, Deductores Glaser (1988); Lahti (1986); Ropo
(1987); Felder & Henriquez (1995)

Al profundizar más en detalle las diferentes concepciones en el estudio de los


estilos de aprendizaje, saltan a la vista cuatro modelos teóricos, desde nuestro
punto de vista, de trascendental valor investigativo y heurístico para nuestra
investigación: los modelos de Rita y Keneth Dunn, D. Kolb, R. Schmeck y Linda
VerLee Williams.

Además de ser uno de los primeros enfoques aparecidos en el campo de la


educación acerca de los estilos de aprendizaje, el modelo propuesto por Rita y
Keneth Dunn (1978, 1982 cit. por Orlich D., 1995), se distingue por prestar
especial atención a lo que ellos dieran en llamar modalidades preceptuales, a
través de las cuales se expresan las formas preferidas de los estudiantes
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responder ante las tareas de aprendizaje y que se concretan en tres estilos de


aprendizaje: estilo visual, estilo auditivo y estilo táctil o kinestésico.

Otro enfoque muy difundido en el mundo sobre los estilos de aprendizaje es el de


la mente bilateral, sustentado en el estudio acerca de la asimetría funcional del
cerebro humano y que ha llegado a ser considerado por muchos investigadores
uno de los hallazgos científicos más importante que plantea el cerebro humano
en la contemporaneidad (Deglin V., 1976). De ahí que el tema dejara de ser un
campo reservado de los neuropatólogos y se convirtiera en objeto de estudio de
fisiólogos, especialistas del crecimiento, psicólogos y también los educadores.

Precisamente, sobre la base de las investigaciones neurológicas, en los últimos años ha visto la
luz en el mundo un interesante enfoque para el estudio de los estilos de aprendizaje: el enfoque
de la mente bilateral, fundamento básico del llamado "arte de aprender con todo el cerebro".
Para los seguidores del enfoque de la mente bilateral en la educación, las investigaciones
acerca del cerebro muestran evidencias que:
1. Las dos partes del cerebro captan y transforman la realidad (información,
experiencia) de manera diferente.

2. Ambos hemisferios son igualmente importantes en términos del


funcionamiento del cerebro total.

3. Existen en los seres humanos una propensión a utilizar más un hemisferio


que otro para determinadas funciones cognitivas (Pérez R., 1998).

Sobre la base de estas características, autores como Linda VerLee Williams han
propuesto clasificar los estudiantes en predominantemente
sinistrohemisféricos (left- brained), si se distinguen por ser eminentemente
verbales; resolver los problemas de forma secuencial; procesar la información
paso a paso, dato a dato, en forma lineal y causal; preferir la conversación y la
escritura; poseer un pensamiento que sigue una lógica explícita; y los
predominantemente dextrohemisféricos (right- brained), los que tienden a
ser menos verbales; a resolver problemas intuitivamente; preferir imágenes y
dibujos; procesar holísticamente muchos datos a la vez, en forma simultánea, no
lineal ni causal.

Para la mayoría de los seguidores de la "mente bilateral" en la educación, la tarea


principal de la escuela moderna radica en lograr que los estudiantes "aprendan
con todo el cerebro", y en consecuencia desarrollen un uso flexible de los dos
hemisferios cerebrales (Kinsella K., 1995).

Ciclo de aprendizaje propuesto por Kolb D. (1990)


Otro de los modelos teóricos acerca de los estilos de aprendizaje de mayor
relevancia desde nuestro punto de vista es el propuesto por el psicólogo
norteamericano D. Kolb (1976, 1984), quien considera que los estudiantes pueden
ser clasificados en convergentes o divergentes, y asimiladores o
acomodadores, en dependencia de cómo perciben y cómo procesan la
información.

9
En tal sentido Kolb plantea, que las personas pueden captar la información o la
experiencia a través de dos vías básicas: la concreta, llamada por él experiencia
concreta y la abstracta, denominada conceptualización abstracta.

De acuerdo a las formas de procesar la información, Kolb señala que algunas


personas, después de haber percibido una experiencia o información, prefieren
reflexionar sobre algunos aspectos, filtrar esa experiencia en relación con la
propia para crear nuevos significados en una elección pausada y deliberada. Ello
fundamenta una forma común de procesamiento de la información: la
observación reflexiva, opuesta a una segunda, la experimentación activa,
propia de aquellas personas que toman una información y casi de inmediato se
ven precisadas a utilizarla, actuando sobre la realidad para transformarla.

Según la tipología de Kolb, los estudiantes divergentes se caracterizan por


captar la información por medio de experiencias reales y concretas y por
procesarla reflexivamente, los convergentes por percibir la información de
forma abstracta, por la vía de la formulación conceptual (teóricamente) y
procesarla por la vía de la experimentación activa.

Por su parte, los asimiladores o analíticos, tienden también a percibir la


información de forma abstracta, pero a procesar reflexivamente. Finalmente los
acomodadores perciben la información a partir de experiencias concretas y la
procesan activamente.
Otro de los enfoques de significativa importancia para la investigación sobre
estilos de aprendizaje en el marco de la educación es el de R. Schmeck, el cual se
vincula directamente a estudios sobre estrategias de aprendizaje. En sus
investigaciones, este autor demuestra que los alumnos pueden llegar a
potenciarse académicamente siempre y cuando desarrollen estilos y estrategias
de aprendizaje adecuados.

Para Schmeck el estudiante en un marco escolar propicio realiza un doble


aprendizaje: el relativo a la materia y el relativo al proceso de pensamiento. Si
este al estudiar un tema lo memoriza, aprende a memorizar; si al estudiar lo
sintetiza, aprende a sintetizar. Ello manifiesta que la formación del alumno en
estrategias de aprendizaje no tan sólo le ayuda a mejorar su rendimiento
académico, sino también el desarrollo de la comprensión, la síntesis, el análisis,
en los que se basan los procesos de pensamiento y los cuales los profesores
demandan de los estudiantes cuando les piden que sean analíticos, críticos,
creativos, seres pensantes. La investigación en estrategias de aprendizaje
también llevó a Schmeck a concluir que cada persona desarrolla durante su vida,
como característica de su personalidad, un estilo de aprendizaje.

Estilos de Aprendizaje según Schmeck

Schmeck (1988) definió tres estilos de aprendizaje distintos, los cuales se


caracterizan por usar una estrategia de aprendizaje en particular y por alcanzar
niveles de aprendizaje diferentes:
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1. Estilo de profundidad: propio de aquel alumno que usa la estrategia de


conceptualización, lo cual quiere decir que cuando estudia abstrae, analiza,
relaciona y organiza las abstracciones (estrategia facilitadora de un
aprendizaje de alto nivel).

2. Estilo de elaboración: el cual implica la utilización por parte del estudiante


de una estrategia personalizada. Para este estudiante el contenido de estudio
ha de estar relacionado directamente con él mismo, con sus experiencias, con
lo que ha pasado o piensa que va a pasar (estrategia facilitadora de un
aprendizaje de nivel medio).

3. Estilo superficial: el cual implica el uso de una estrategia centrada en la


memorización; el alumno solo recuerda el contenido que repasó al estudiar
(estrategia facilitadora de un aprendizaje de bajo nivel).

La adquisición de estrategias según Schmeck, forma parte del proceso de


desarrollo personal del alumno hasta que estas crean un estilo de aprendizaje.
Cambiar las estrategias implica incidir en el estilo que forma parte de las
características personales del estudiante. De modo que las estrategias y el estilo
de aprendizaje reflejan una forma de pensamiento.

Para Schmeck y sus seguidores (Rojas G. & Quesada R., 1992), la escuela ha de
preocuparse de manera efectiva de las estrategias de aprendizaje y de
pensamiento, es decir, orientarse al qué y cómo aprenden los estudiantes, y
también suplir el uso del enfoque tradicional por uno cualitativo, que le permita al
estudiante a partir del enriquecimiento de sus estructuras cognoscitivas,
desarrollar estrategias y un estilo de aprendizaje de alto nivel.

En general, al valorar las diferentes clasificaciones abordadas durante nuestro


estudio, salta a la vista el fundamento eminentemente cognitivista que subyace
en la esencia de cada concepción, lo que a nuestro juicio, guarda relación con la
propia postura que los diferentes autores asumen con relación al proceso de
aprendizaje por una parte y a la personalidad por otro. Al respecto baste señalar
que para los cognitivistas el aprendizaje es entendido básicamente en términos
de procesamiento de información como requisito imprescindible y suficiente para
regular racionalmente la conducta del ser humano, obviando en algunos casos el
papel de la afectividad, y del contexto en el aprendizaje humano.

¿Como concebir didácticamente una enseñanza que tome en cuenta los estilos de
aprendizaje?

La concepción teórica conformada para la comprensión y estudio de los estilos de


aprendizaje proporciona sin dudas, información básica, aunque no suficiente para
organizar la teoría y práctica de un proceso de enseñanza- aprendizaje que
pretenda tributar al desarrollo de la personalidad. Indiscutiblemente, se hace
necesario establecer los fundamentos didácticos necesarios para concebir un
proceso de enseñanza- aprendizaje desarrollador sobre la base de los estilos de
aprendizaje.

9
Al respecto consideramos que cualquier propuesta didáctica que pretenda tomar
en cuenta los estilos de aprendizaje debe ante todo partir por distinguir el
carácter rector de la enseñanza con relación al desarrollo psíquico,
considerándolo como fuente de ese desarrollo.

Enseñar es pues, guiar, estimular a los estudiantes a que reflexionen sobre cómo
aprenden en sentido general; es atender la diversidad en términos de estilos de
aprendizaje, reconocer a decir de G. Fariñas (1995) “el carácter irrepetible de la
persona, que cada uno de nuestros alumnos tiene una forma propia de aprender,
un potencial singular de desarrollo, de naturaleza eminentemente motivacional
en la que inciden significativamente las preferencias personales”. Un aspecto
importante dentro del proceso de enseñanza consistiría de esta forma, en valorar
las formas preferidas de los estudiantes aprender, para poder asegurar así la
variedad de métodos, procedimientos de enseñanza y aprendizaje, medios,
formas de organizar el espacio, y de evaluar, que propicien el interés, la
participación e implicación personal de los estudiantes en las tareas de
aprendizaje, y el desarrollo de sus potencialidades.

Sobre la base de los presupuestos vigotskianos, reconocemos entonces que una


enseñanza desarrolladora es la que conduce al desarrollo, va delante del mismo-
guiando, orientando, estimulando, aquella que se propone conocer de manera
integral al alumno, incluidas sus fortalezas y debilidades en términos de sus
estilos de aprendizaje, a fin de determinar como proceder, cómo ampliar
continuamente los límites de la zona de desarrollo próximo o potencial y, por lo
tanto, los progresivos niveles de desarrollo del sujeto, cómo promover y potenciar
aprendizajes desarrolladores.

Aprender, dentro de esta concepción, por otra parte no es solamente lograr


cambios medibles en los conocimientos, hábitos y habilidades. Aprender significa
ante todo aprender a aprender, sobre la base al menos de los tres preceptos
básicos establecidos por autores como Smith (1985), Stouch y Brown (1993):
conocer acerca del aprendizaje como proceso, conocer los estilos preferidos de
aprendizaje y desarrollar habilidades de aprendizaje efectivas.

Implica además, no solamente que el alumno adquiera conocimientos, sino


desarrolle habilidades que puedan trascender en la configuración y desarrollo de
la personalidad (Fariñas G., 1995); aprenda a adecuar su estilo preferido de
aprendizaje al método de enseñanza del profesor activando procedimientos y
estrategias que le permitan flexibilizar su método de aprendizaje; aprenda a ser
autónomo en el aprendizaje para desarrollar una actitud positiva hacia aquellos
contextos donde ya no se cuente con la ayuda del maestro o de otro alumno;
aprenda a regularse, sobre la base del autoconocimiento; se sienta responsable
de los resultados de aprendizaje y actúe en correspondencia.

Concepción didáctica renovadora


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Inventario de Estilos de Aprendizaje

Aprender, no es solamente desarrollar


Enseñar es guiar, estimular a los hábitos y habilidades, sino también
estudiantes a que reflexionen sobre estilos de aprendizaje que trasciendan
cómo aprenden; es atender la en la configuración y desarrollo de la
diversidad asegurando una variedad personalidad. Aprender significa ante
de métodos, procedimientos de todo aprender a aprender, conocer el
enseñanza y aprendizaje, medios, estilo de aprendizaje y aprender a
formas de organizar el espacio, y de adecuarlo flexiblemente al método de
evaluación que propicien el interés, la enseñanza; aprender a regularse,
participación e implicación personal sobre la base del autoconocimiento.
de los estudiantes

Proceso de enseñanza-
aprendizaje desarrollador

Los componentes del proceso de enseñanza- aprendizaje


en el marco de una concepción didáctica desarrolladora

A
modo de conclusiones

En sentido general, consideramos que los procesos actuales de reformas


educativas a través de los cuales pretendemos transformar la realidad de
nuestras instituciones escolares no serían del todo posible sin un cambio
eminente de mentalidad en los propios sujetos involucrados en el proceso de
enseñanza- aprendizaje: profesores y alumnos, un cambio en su papel tradicional
como transmisores de conocimientos y receptores de información, un cambio en
la forma de enseñar y de aprender, de evaluar a los demás y evaluarse a si
mismo, un cambio que conduzca a adoptar una perspectiva educativa más
flexible, más respetuosa y tolerante hacia la diversidad de formas de ser y de
aprender, más variada en métodos, contenidos, tipos de evaluación, más
motivante y personalizada, y por tanto potenciadora del desarrollo personal.

Para ello, resulta necesario e imprescindible tomar en cuenta los estilos de


aprendizaje, preocuparnos no solo por su diagnóstico, sino también por su
tratamiento didáctico en aras de contribuir a la formación y desarrollo armónico
de nuestros estudiantes, al logro de niveles superiores de integralidad e
independencia en sus personalidades.

9
Contribuir al desarrollo integral de la personalidad del
PROBLEMA niño o joven con vistas a potenciar su participación activa

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