Pablo Fabricante de Tiendas
Pablo Fabricante de Tiendas
Pablo Fabricante de Tiendas
“Hacedor de Tiendas”
Jonathan P. Lewis
Tendemos a olvidar que durante los primeros tres siglos la iglesia persistió,
prosperó y se propagó ampliamente con una ausencia significativa de iglesias
formales y ninguna mayor identidad cristiana que la de “seguidores del Camino”
(Hechos 9:2). Como una fe, literalmente conquistó el Imperio Romano. Cuando la
iglesia fue institucionalizada por Constantino, tuvo cierto éxito en propagarse usando
lo que Ralph Winter ha denominado como “sodalidades”, órdenes enfocadas en la
misión para expandir el cristianismo, en gran parte entre las poblaciones paganas en
Europa. Pero falló completamente en dirigir las misiones a otras partes del mundo.
Cuando el explorador cristiano del siglo XIII Marco Polo fue pedido por Kublai
Khan pedir que el Papa enviara a cien sacerdotes ordenados para enseñar a China a
ser cristiano, el papado respondió setenta años más tarde con un sacerdote. 3 Los
chinos tuvieron que esperar hasta el siglo XIX para recibir un número significativo
de misioneros, pero fue después de su expulsión en 1949 que surgió el movimiento
clandestino de la iglesia de casa. Dirigido por misioneros y ministros laicos
(hacedores de tiendas), ha ganado entre 80 y 130 millones de seguidores de Cristo
en la China continental.4
Cuando el islam surgió en el siglo VII, su principal instrumento de expansión
fue la Jihad (guerra santa). Pero la piedra angular de su éxito en general durante siglos
sucesivos ha sido el concepto del clero laico. El islam expandió su enseñanza en Asia
y África subsahariana a través de los comerciantes musulmanes, no de sus ejércitos.
Su énfasis en la lealtad y la obediencia, en lugar de comprender la doctrina, mantiene
cautivas a sociedades enteras. De hecho, la mayoría de los musulmanes creen que
son musulmanes por nacimiento y nunca pueden convertirse a otra religión.
A pesar de que el trabajo de los misioneros profesionales a través de agencias
ha tenido gran éxito durante los últimos doscientos años, históricamente se ha
encontrado con una fuerte resistencia y pobres resultados en países con sociedades
con fuertes fundaciones religiosas/culturales integradas. Estos típicamente
denuncian al cristianismo como una religión extranjera (que por supuesto lo es) y
una amenaza real para su identidad cultural. Se informa que el sesenta por ciento de
los países del mundo no dan la bienvenida a los misioneros cristianos. Aunque los
cristianos en su conjunto han comprendido que el reino de Dios no debe ser
alcanzado por la conquista militar o política, no han retrocedido del concepto de que
la misión debe ser alcanzada a través de la “conquista religiosa”. Continuamos
enfatizando la conversión a nuestra religión, y muchas veces nos damos cuenta
demasiado tarde (como en Ruanda) que hemos hecho conversos al cristianismo,
pero no discípulos de Jesús.
¿No es hora de deshacernos de algunos de los conceptos que nos impiden ver
el trabajo misionero que inicia un paradigma de transformación para aquellos que
viven en la oscuridad y que lo hacen sin confrontar su identidad cultural y su
504 Jonathan P. Lewis
Quizás por esto la fabricación de tiendas resuena con muchos. Es una forma de
extender el testimonio a otras partes del mundo sin todo el equipaje de los atavíos
religiosos. Los hacedores de tiendas pueden unirse a Dios para traer la luz a un
contexto transcultural en vez de centrarse en expandir la iglesia institucional o la
estructura de la denominación. Tienen la intención de influenciar a otros hacia Dios
como una actividad natural de ser quienes son, testigos del amor, el poder y el señorío
de Cristo. Este testimonio dará fruto y algunas de las personas con quienes
comparten sus vidas sin duda se convertirán en seguidores de Jesús, y estos sin duda
querrán unirse para el apoyo mutuo, uniéndose a las iglesias existentes o reuniéndose
informalmente (y tal vez en secreto) en hogares o “iglesias en casa”. Pero estas
iniciativas, si se toman, vendrán desde aquellos a quienes les han presentado a Jesús,
no porque un extranjero los haya seducido para cambiar su religión.
Un Caso de Estudio
Jason y Christine son una pareja joven quienes decidieron que querían servir en
el extranjero en una asignación de corto plazo entre un grupo de personas budistas.
Ellos habían tomado un curso popular de misiones que los motivó y desafió a ser
testigos donde hay poco testimonio de Cristo. Ambos eran maestros y se les aconsejó
obtener una certificación para enseñar inglés, una ocupación que los podría colocar
fácilmente en casi cualquier parte del mundo. Encontraron un curso de certificación
en línea de TEFL (Enseñanza del Inglés como Lengua Extranjera) y lo iniciaron
mientras continuaban con sus trabajos regulares, ahorrando para ir al extranjero.
Ellos compartieron sus planes con el grupo de misiones de su iglesia, que los animó
a leer un manual sobre los misioneros hacedores de tiendas. 5 Esto les ayudó a
entender cómo prepararse espiritualmente y emocionalmente para su asignación y
desarrollar un estilo de vida que les permitiera ser eficaces como testigos de Cristo
durante su tiempo en el extranjero.
Alrededor de un año después de iniciar el proceso, estaban listos cuando se
presentó una oportunidad que “les parecía bien” a ellos y a su grupo de apoyo. Ellos
aceptaron un contrato de dos años para enseñar inglés en una escuela secundaria
privada en un país asiático. Llegaron y se establecieron en una rutina. Pronto hicieron
amigos con sus estudiantes y los invitaron a su hogar. En este contexto, pudieron
compartir sus vidas y sus testimonios de manera natural y conversacional. Ganaron
la confianza de los estudiantes y pudieron orar por sus necesidades. Dios respondió
y después de unos meses, algunos de los estudiantes se comprometieron a seguir a
Cristo. El grupo creció cuando estos invitaron a sus amigos a unirse a ellos.
Conscientes de que su contrato pronto terminaría, Jason y Christine animaron a
líderes que veían surgir desde dentro del grupo estudiantil. Se centraron en reuniones
506 Jonathan P. Lewis
nosotros). Restaurar nuestra relación con Dios nos permite vivir en una relación
llena de gracia con los demás.
Solo a través de esta relación espiritual con el Padre las mujeres y los hombres
pueden ser capacitados para experimentar la plenitud de vida (Juan 10:10). Esta es
esencialmente la Buena Nueva que los hacedores de tiendas comparten con el
mundo. Y la forma primaria en que la comunican es vivir una vida que expresa esta
verdad bendiciendo a los que les rodean en palabra y obra. Conocer a alguien con
un estilo de vida amoroso y piadoso es la razón más convincente para que alguien
desee conocer a Dios.
Identidad Espiritual: Debido a su egoísmo pecaminoso, los hombres y las
mujeres están espiritualmente muertos (Romanos 3:23). La buena noticia es que si
se arrepienten de sus pecados y cambian su actitud (conversión), pueden recibir el
don de Cristo de la salvación y pueden ser espiritualmente vivos por medio del
Espíritu de Dios (Colosenses 2:13, Juan 6:63). Esto requiere un cambio fundamental
y transformacional desde la lealtad a uno mismo, o cualquier otra lealtad primaria, a
la lealtad a Jesucristo como Señor. A partir de ese momento, la identidad primaria
del creyente es como hijo de Dios (Juan 1:12, Romanos 8:14), seguidor de Jesús y
ciudadano del Reino. Solo a través de este proceso se cambiará la cosmovisión de
una persona y todas las demás lealtades entrarán en alineación.
Vocación: Los seres humanos son creados en la imagen de Dios y están
diseñados para expresar su gloria (2 Corintios 3:18). Nuestra vocación está
íntimamente relacionada con quien Él nos diseñó para llegar a ser (Salmo 139:13-15)
y alcanza su máxima plenitud humana cuando su diseño se permite desarrollar
plenamente. A medida que los seres humanos siguen este diseño interno y
desarrollan sus intereses, dones y talentos en habilidades en el servicio a los demás,
cumplen su vocación humana. Esto complace y glorifica a Dios quien creó a los
seres humanos para poder servir a los demás y para sobresalir en lo que hacen. Como
dijo Eric Liddell, corredor campeón y atleta olímpico escocés de 1924, “Dios me
hizo rápido, y cuando corro, siento su placer”. Liddell se convirtió en un misionero
en China y allí hizo un sacrificio final por Jesús.
Dones Espirituales y el Rol Espiritual: Conocer a Dios es esencial para
descubrir quienes somos destinados a ser espiritualmente. A los nuevos creyentes se
les da un don espiritual que los motiva a servir como parte del cuerpo de Cristo
(Efesios 4:7-8). Cuando desarrollan este don en servicio sincero para Dios, esto es
una adoración verdadera (Romanos 12:1-2). Al ejercitar su servicio, también se
convierten en parte del sacerdocio real de Dios (2 Pedro 1:9). El sacerdocio tiene un
papel mediador entre los hombres y Dios—intercediendo por las necesidades de los
demás y explicando los caminos de Dios para ellos. Este sacerdocio universal del
creyente es un papel adquirido por Dios, no por la agencia humana, y debe ser
El Misionero “Hacedor de Tiendas” 509
ejercido por todos los creyentes (no solo por el clero capacitado). Esta es la piedra
angular doctrinal de la fabricación de tiendas.
Lugar de trabajo: El trabajo no es una maldición. Dios bendijo a Adán con un
trabajo significativo nombrándolo mayordomo del Jardín del Edén (Génesis 2:19-
20). El pecado y los sistemas de este mundo han corrompido la creación y
distorsionado este papel (Efesios 6:2 y Romanos 8:19). El trabajo puede ser duro y
no siempre humanamente satisfactorio o gratificante. Sin embargo, nuestro trabajo
es santificado (o no) por nuestra actitud (Colosenses 3:17-18) y tenemos la
oportunidad de ser agentes de transformación en el lugar de trabajo. Cuando, con la
ayuda de Dios, hacemos lo mejor que podamos en el camino de Dios como una
expresión de nuestro amor por él, la voluntad de Dios se hace y su Reino llega al
lugar de trabajo. Cuando seguimos el diseño de Dios para nosotros y lo hacemos
para él, resulta en el cumplimiento personal. Esto en sí mismo es dar “testimonio” y
trae gloria a Dios.
Obediencia
Para los hacedores de tiendas, se reduce su ministerio a la obediencia
disciplinada que se manifiesta a través de un estilo de vida que persigue la agenda de
Dios con excelencia, lo que podemos hacer en dondequiera que estemos. No
importa quiénes seamos o qué hacemos, si adoptamos este estilo de vida, Dios nos
usará en su agenda de “el reino venidero” y tal vez en los “extremos de la tierra”.
Un amigo cuyo trabajo es organizar a los hacedores de tiendas dice que, si eres
bueno en lo que haces, él definitivamente puede colocarte en algún lugar. Él cita el
ejemplo de un joven recién salido de la escuela secundaria que era un apasionado de
las cabras. Amaba las cabras, las criaba y sabía todo sobre ellas. Pero se sentía incapaz
de ser misionero, suponiendo que necesitaba una formación teológica formal o
quizás un título universitario que no podía seguir. Sin embargo, se sintió impulsado
a ponerse a disposición como un hacedor de tiendas ¡y fue finalmente puesto en el
país más inaccesible a los extranjeros en el mundo! Allí ayudó a crear un centro
dedicado a la cría de cabras. Dirigió un programa de cría y tuvo éxito en aumentar la
productividad de la población local. Su trabajo fue muy apreciado. Él vivió un estilo
de vida sencilla que demostró su compromiso de amar a Dios y amar a los que lo
rodeaban. También construyó una torre de oración donde iba cada mañana a
interceder por su pueblo y donde, finalmente, se unieron algunos de sus compañeros
de trabajo que habían experimentado el amor y la gracia de Dios a través de su vida.
A través de su simple obediencia y buen trabajo, llevó la luz a un lugar muy oscuro.
Es esta clase de obediencia simple la que traerá la luz a los pueblos del mundo
que todavía viven en la oscuridad. Sucederá como resultado de millones de velas
510 Jonathan P. Lewis
Conclusión
Más allá de un camino de segunda-opción para llegar al campo misionero, o una
estrategia para llevar a nuestros misioneros regulares a países que no los quieren, ser
hacedor de tiendas es una mentalidad, una forma de vida. Pide a los discípulos
genuinos—aquellos que han reconocido plenamente el señorío de Cristo en sus
vidas—a que trabajen con Dios en ser las buenas nuevas para los que les rodeen.
Ellos desarrollan este estilo de vida en el hogar y están abiertos a la guía de Dios para
el servicio en un contexto transcultural. Son eficaces para traer a otros a Cristo y
formar pequeños grupos de creyentes que comiencen otros grupos. 7
Aunque muchos cristianos trabajan y viven en el extranjero, muchos nunca se
han despertado a la oportunidad que tienen de estar en misión para Dios. ¿Por qué?
¿Qué debe suceder en nuestras iglesias para promover un movimiento laico
revolucionario hasta los confines de la tierra? ¡Que Dios nos conceda la visión y la
intuición para ver a un gran número de “laicos” enviados que son seleccionados por
su estilo de vida intencional de hacedor de tiendas y que van equipados para ser
eficaces en un contexto intercultural! Ya están ahí sentados en nuestros bancos de la
iglesia. ¿Estamos preparados para el desafío?
Notas
1. Mucha discusión gira en torno de si todo el apoyo financiero del hacedor de
tiendas debe venir de su ocupación secular, pero en la opinión de este autor, este
es un tema secundario. Para la mayoría de los hacedores de tiendas, la provisión
de Dios para su vida y su ministerio vendrá de varias maneras.
2. Muchos apoyos para estas aserciones se pueden encontrar resumidas con
referencias accedidos el 31 de julio, 2014 en
http://www.aboutmissions.org/statistics.html
3. Accedido el 31 de julio, 2014. www.livescience.com/27513-marco-polo.html.
El Misionero “Hacedor de Tiendas” 511
Lectura Recomendada
Preguntas de Estudio
1. El autor declara que “Los hacedores de tiendas pueden unirse a Dios para traer
luz a un contexto intercultural en vez de centrarse en expandir la iglesia
institucional o la estructura de la denominación”. Si usted representa una
denominación, ¿qué piensa de esto? ¿Está diciendo que no debe comenzar iglesias
formalmente vinculadas a su denominación?
2. ¿Puede pensar en personas a su alrededor que son buenas en lo que hacen, les
gusta compartir su fe y disfrutan estar con personas diferentes? ¿Podrían ser
hacedores de tiendas? ¿Es usted uno de ellos?
3. El liderazgo de su iglesia, ¿afirmaría que un misionero “hacedor de tienda” sea
enviado por la iglesia? ¿Permitirían que esa persona bautizara y sirviera la
comunión a los nuevos creyentes?
4. ¿Cuántos de los misioneros que conoces son hacedores de tiendas? Reflexione
sobre las diferencias entre sus cualificaciones y las de los misioneros “formales”.