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Ley Paraguaya de Arbitraje y Mediación

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Ley Nº 1.

879/02

DE ARBITRAJE Y MEDIACION.

EL CONGRESO DE LA NACIÓN PARAGUAYA SANCIONA CON FUERZA DE

LEY:

TITULO I
DEL ARBITRAJE

CAPITULO I
DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 1°.- Ambito de aplicación. La presente ley se aplicará al arbitraje privado, nacional
e internacional, sin perjuicio de lo dispuesto en los tratados suscritos y ratificados por la
República del Paraguay.

Las disposiciones de la presente ley se aplicarán únicamente si el lugar del arbitraje se encuentra
en el territorio nacional. Lo dispuesto en los Artículos 11, 20 y 44 al 48 se aplicará aun cuando el
lugar del arbitraje se encuentre fuera del territorio nacional.

Artículo 2°.- Objeto de arbitraje. Toda cuestión transigible y de contenido patrimonial podrá
ser sometida a arbitraje siempre que sobre la cuestión no hubiese recaído sentencia definitiva
firme y ejecutoriada. No podrán ser objeto de arbitraje aquellas en las cuales se requiera la
intervención del Ministerio Público.

El Estado, las entidades descentralizadas, las autárquicas y las empresas públicas, así como las
municipalidades, podrán someter al arbitraje sus diferencias con los particulares, sean nacionales
o extranjeros, siempre que surjan de actos jurídicos o contratos regidos por el derecho privado.

Artículo 3°.- Definiciones. A los efectos de la presente ley, se entenderá por:

a) Acuerdo de arbitraje: el pacto por el cual las partes deciden someter a arbitraje
todas o ciertas controversias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una
determinada relación jurídica, sea o no contractual. El acuerdo de arbitraje podrá adoptar la
forma de una cláusula compromisoria incluida en un contrato o la forma de acuerdo
independiente.

b) Arbitraje: a cualquier procedimiento arbitral, con independencia de que sea o no


una institución arbitral permanente la que haya de administrarlo.

c) Arbitraje internacional: aquel en el cual:

1. las partes en un acuerdo de arbitraje tienen, al momento de la celebración de ese


acuerdo, sus establecimientos en estados diferentes; o

2. el lugar del cumplimiento de una parte sustancial de las obligaciones de la relaci ón


comercial o el lugar con el cual el objeto de litigio tenga una relación más estrecha, esté situado
fuera del Estado en el que las partes tienen sus establecimientos.

A los efectos de este artículo:

i) si alguna de las partes tiene más de un establecimiento, el establecimiento a ser tenido en


cuenta será el que guarde una relación más estrecha con el acuerdo de arbitraje;

ii) si una parte no tiene ningún establecimiento, se tomará en cuenta su residencia habitual.

d) Tribunal arbitral: el integrado por árbitro o árbitros designados por las partes para decidir
una controversia.

e) Costas: los honorarios del tribunal arbitral; los gastos de viaje y dem ás expensas realizadas
por los árbitros; costos de la asesoría pericial o de cualquier otra asistencia requerida por el
tribunal arbitral; gastos de viaje y otras expensas realizadas por los testigos, siempre que sean
aprobados por el tribunal arbitral; costos de representación y asistencia legal de la parte
vencedora si las partes acordaron el reclamo de dicho costo durante el procedimiento arbitral y
sólo en la medida en que el tribunal arbitral decida que el monto es razonable; y retribuciones y
gastos de la institución que haya designado a los árbitros.

Artículo 4°.- Reglas de interpretación. Cuando una disposición de la presente ley:


a) deje a las partes la facultad de decidir libremente sobre un asunto, esa facultad entra ña la de
autorizar a un tercero, incluida una institución, a que adopte esa decisión, excepto en los casos
previstos por el Artículo 32.

b) se refiera a un acuerdo que las partes hayan celebrado o que puedan celebrar o cuando, en
cualquier otra forma, se refiera a un acuerdo entre las partes, se entender án comprendidas en
ese acuerdo todas las disposiciones del reglamento de arbitraje a que dicho acuerdo remita.

c) se refiera a la demanda, se aplicará también a la reconvención, y cuando se refiera a la


contestación de la demanda, se aplicará asimismo a la contestación de la reconvención, excepto
en los casos previstos en el inciso a) del Artículo 28 y el Inciso b) numeral 1 del Artículo 37; sin
perjuicio de la decisión de los árbitros sobre su competencia para conocer de la demanda y de la
reconvención.

Artículo 5°.- Recepción de comunicaciones escritas. Salvo acuerdo en contrario de las


partes:

a) se considerará recibida toda comunicación escrita que haya sido entregada personalmente al
destinatario, o que haya sido entregada en su establecimiento o residencia habitual o en el
domicilio especial constituido por las partes.

b) la comunicación se considerará recibida el día en que se haya realizado tal entrega.

Las disposiciones de este artículo no se aplican a las comunicaciones efectuadas en un


procedimiento ante un tribunal judicial.

Artículo 6°.- Cómputo de plazos. Para los fines del cómputo de plazos establecidos en la
presente ley, dichos plazos comenzarán a correr desde el día siguiente a aquél en que se reciba una
notificación, nota, comunicación o propuesta.

Si el último día de ese plazo es feriado oficial o no hábil en el lugar de residencia o establecimiento
de los negocios del destinatario, dicho plazo se prorrogará hasta el primer día hábil siguiente.

Los demás días feriados oficiales o no laborables que ocurran durante el transcurso del plazo, se
incluirán en el cómputo del plazo.

Artículo 7°.- Renuncia al derecho a objetar. Se considerará que la parte ha renunciado al


derecho de objetar cuando, conociendo que no se ha cumplido alguna disposición de la presente
ley o algún requisito del acuerdo de arbitraje, no exprese su objeción a tal incumplimiento dentro
del plazo estipulado. Si las partes no hubiesen estipulado plazo para tal efecto, éste será de cinco
días hábiles, a contar del día siguiente al momento en que se tomó conocimiento del hecho.

Artículo 8°.- Improcedencia de la intervención del órgano judicial. Salvo disposición en


contrario, en los asuntos que se rijan por la presente ley, no procederá la intervención judicial.

Artículo 9°.- Autoridad para el cumplimiento de determinadas funciones de asistencia


y supervisión durante el arbitraje. Cuando se requiera la intervención judicial será
competente para conocer el Juez de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de turno del lugar
donde se lleve a cabo el arbitraje.

Cuando el lugar del arbitraje se encuentre fuera del territorio nacional, conocer á del
reconocimiento y de la ejecución del laudo el Juez de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de
turno del domicilio del ejecutado o, en su defecto, el de la ubicación de los bienes.

CAPITULO II
ACUERDO DE ARBITRAJE

Artículo 10.- Forma del acuerdo de arbitraje. El acuerdo de arbitraje deberá constar por
escrito. Se entenderá que el acuerdo es escrito cuando esté consignado en un documento
firmado por las partes o en un intercambio de cartas o telegramas colacionados, en los que
conste dicho acuerdo; o en un intercambio de escritos de demanda y contestación en los que la
existencia de un acuerdo y sus términos, sea afirmada por una parte sin ser negada por otra. La
referencia hecha en un contrato a un documento que contiene una cláusula compromisoria
constituye acuerdo de arbitraje siempre que el contrato conste por escrito y la referencia
implique que esa cláusula forma parte del contrato.

Artículo 11.- Acuerdo de arbitraje y demanda en cuanto al fondo ante un juez. El Juez
al cual se someta un litigio sobre un asunto que es objeto de un acuerdo de arbitraje remitir á a
las partes al arbitraje si lo solicita cualquiera de ellas, a más tardar, al presentarse el primer
escrito sobre el fondo del litigio, a menos que se compruebe que dicho acuerdo es nulo, ineficaz o
de ejecución imposible.
Si se ha entablado la acción judicial a que se refiere el párrafo anterior, se podrá, no obstante,
iniciar o proseguir las actuaciones arbitrales y dictar un laudo mientras la cuestión esté pendiente
ante el juez, siempre que las partes antes de dictarse el laudo desistan de la instancia.

CAPITULO III
COMPOSICION DEL TRIBUNAL ARBITRAL

Artículo 12.- Número de árbitros. Las partes podrán determinar libremente el número de
árbitros, el cual deberá ser impar. A falta de tal acuerdo, los árbitros serán tres.

Artículo 13.- Nombramiento de los árbitros. Para el nombramiento de árbitros se estará a


lo siguiente:

a) salvo acuerdo en contrario de las partes, ni la nacionalidad ni el domicilio ser án


obstáculos para el nombramiento de los árbitros. Para el ejercicio de su función los árbitros
extranjeros serán admitidos al país como extranjeros no residentes, por el plazo de seis meses,
pudiendo éste ser prorrogado por períodos similares y percibirán remuneración por las tareas
desempeñadas.

b) sin perjuicio de lo dispuesto en los párrafos d) y e) del presente artículo, las partes
podrán acordar libremente el procedimiento para el nombramiento del árbitro o los árbitros.

c) A falta de tal acuerdo:

1. en el arbitraje con tres árbitros, cada parte nombrará un árbitro y los dos árbitros
designados nombrarán al tercero; si una parte no nombra al árbitro dentro de los treinta días del
recibo de un requerimiento de la otra parte para que lo haga, o si los dos árbitros no consiguen
ponerse de acuerdo sobre el tercer árbitro dentro de los treinta días, contados desde su
nombramiento, la designación será hecha por el juez, a petición de cualquiera de las partes, en el
plazo de siete días. El tercer árbitro presidirá el tribunal arbitral.

2. en el arbitraje con árbitro único, si las partes no consiguen ponerse de acuerdo sobre la
designación del árbitro, éste será nombrado, a petición de cualquiera de las partes, por el juez,
en el mismo plazo señalado en el párrafo anterior.

d) cuando en un procedimiento de nombramiento convenido por las partes, una de ellas no actúe
conforme a lo estipulado en dicho procedimiento, o las partes o dos árbitros no puedan llegar a
un acuerdo conforme al mencionado procedimiento, o bien, un tercero, incluida una institución,
no cumpla alguna función que se le confiera en dicho procedimiento, cualquiera de las partes
podrá solicitar al juez que haga cumplir lo convenido por las partes adoptando las medidas
necesarias, en el plazo de siete días, a menos que en el acuerdo sobre el procedimiento de
nombramiento se prevean otros medios para conseguirlo.

e) toda decisión sobre las cuestiones encomendadas al juez en los Incisos c) o d) del presente
artículo será inapelable.

f) al nombrar un árbitro, el juez tendrá en cuenta las condiciones requeridas estipuladas entre las
partes para un árbitro por el acuerdo y tomará las medidas necesarias para garantizar el
nombramiento de un árbitro independiente e imparcial. Cuando se trate de un arbitraje
internacional y el árbitro sea único o se trate del tercer árbitro, el juez tendrá en cuenta asimismo
la conveniencia de nombrar un árbitro de nacionalidad distinta a la de las partes.

Artículo 14.- Motivos de recusación. La persona a quien se comunique su posible


nombramiento como árbitro deberá revelar todas las circunstancias que puedan dar lugar a
dudas justificadas acerca de su imparcialidad o independencia. El árbitro, desde el momento de
su nombramiento y durante todas las actuaciones arbitrales, revelar á sin demora tales
circunstancias a las partes, a menos que ya les haya informado de ellas.

Un árbitro sólo podrá ser recusado si existen circunstancias que den lugar a dudas justificadas
respecto de su imparcialidad o independencia, o si no posee las calificaciones convenidas por las
partes. Una parte sólo podrá recusar al árbitro nombrado por ella o en cuyo nombramiento haya
participado, por causas que haya tenido conocimiento después de efectuada la designación.

Artículo 15.- Procedimiento de recusación. Las partes podrán acordar libremente el


procedimiento de recusación de los árbitros.

A falta de tal acuerdo, la parte que desee recusar a un árbitro enviará al tribunal arbitral, dentro
de los quince días siguientes a aquel en que tenga conocimiento de la constitución del tribunal
arbitral o de cualquiera de las circunstancias mencionadas en el Artículo 14 de esta ley, un
escrito en el que exponga los motivos para la recusación. A menos que el árbitro recusado
renuncie a su cargo o que la otra parte acepte la recusación, corresponderá al tribunal arbitral
decidir sobre ésta.

Si no prosperase la recusación incoada con arreglo al procedimiento acordado por las partes o en
los términos del presente artículo, la parte recusante podrá pedir al juez, dentro de los quince
días siguientes al recibo de la notificación de la decisión por la que se rechaza la recusación, que
en el plazo de siete días resuelva sobre la procedencia de la recusación, decisión que será
inapelable.

Artículo 16.- Falta o imposibilidad de ejercicio de las funciones. Cuando un árbitro se


vea impedido de jure o de facto en el ejercicio de sus funciones o por otros motivos no las ejerza
dentro de un plazo de treinta días, cesará en su cargo si renuncia o si las partes acuerdan su
remoción. De lo contrario, si subsiste un desacuerdo respecto a cualquiera de esos motivos,
cualquiera de las partes podrá solicitar del juez una resolución que declare la cesación en el
ejercicio de sus funciones, resolución que será dictada en el plazo de siete días y que será
inapelable.

Artículo 17.- Suplentes de árbitros. Por el mismo procedimiento y en la misma oportunidad


que se designen los árbitros que integrarán el tribunal arbitral, las partes podrán designar igual
número de suplentes de árbitros, quienes sustituirán a aquéllos cuando por cualquier motivo
dejen de ejercer sus funciones.

Los requisitos para ser suplente de árbitro serán los mismos que para ser designado árbitro.

Los suplentes de árbitros no percibirán remuneración alguna mientras no substituyan al titular.

Artículo 18.- Arbitro sustituto. Si las partes no hubieran procedido de acuerdo con lo que
dispone el Artículo 17, cuando por cualquier motivo deje de ejercer sus funciones un árbitro,
procederán a designar un árbitro sustituto, conforme al mismo procedimiento por el que se
designó al árbitro que se ha de reemplazar.

CAPITULO IV
COMPETENCIA DEL TRIBUNAL ARBITRAL

Artículo 19.- Facultad del tribunal arbitral para decidir acerca de su competencia. El
tribunal arbitral estará facultado para decidir acerca de su propia competencia, incluso sobre las
excepciones relativas a la existencia o a la validez del acuerdo de arbitraje. A ese efecto, una
cláusula compromisoria que forme parte de un contrato se considerará como un acuerdo
independiente de las demás estipulaciones del contrato. La decisión del tribunal arbitral de que el
contrato es nulo no entrañará ipso jure la nulidad de la cláusula compromisoria.

La excepción de incompetencia del tribunal arbitral deberá oponerse a más tardar en el momento
de presentar la contestación de la demanda. Las partes no se verán impedidas de oponer la
excepción por el hecho de que hayan designado a un árbitro o participado en su designación. La
excepción basada en que el tribunal arbitral ha excedido su mandato deberá oponerse tan pronto
como se plantee durante las actuaciones arbitrales la materia que supuestamente exceda su
mandato. El tribunal arbitral podrá, en cualquiera de los casos, estimar una excepción presentada
más tarde si considera justificada la demora.

El tribunal arbitral podrá decidir las excepciones a que se hace referencia en el presente artículo
como cuestión previa o en un laudo sobre el fondo. Si, como cuesti ón previa, el tribunal arbitral
se declara competente, cualquiera de las partes, dentro de los treinta d ías siguientes al recibo de
la notificación de esa decisión, podrá solicitar al juez que resuelva la cuestión, el cual deberá
hacerlo en el plazo de siete días, siendo la resolución inapelable.

Mientras esté pendiente dicha solicitud, el tribunal arbitral podrá proseguir sus actuaciones, pero
no podrá dictar un laudo.

Artículo 20.- Facultad del tribunal arbitral de ordenar medidas cautelares


provisionales. Salvo acuerdo en contrario de las partes, el tribunal arbitral podrá, a petición de
una de ellas, ordenar la adopción de las medidas cautelares provisionales que estime necesarias
respecto del objeto del litigio. El tribunal arbitral exigirá al peticionante una contracautela
apropiada con relación a esas medidas.

Las medidas cautelares dispuestas por el tribunal arbitral serán efectivizadas por orden
judicial adoptada inaudita parte dentro de tercero día de solicitado por dicho tribunal.

Antes de la constitución del tribunal arbitral las medidas cautelares provisionales serán
peticionadas al Juez de Primera Instancia en lo Civil y Comercial y resueltas por él. Las medidas
cautelares provisionales concedidas judicialmente caducarán dentro de los siete días de haberse
constituido el Tribunal Arbitral; pudiendo éste confirmarlas, levantarlas o modificarlas, desde el
mismo momento de su constitución.

CAPITULO V
SUSTANCIACION DE LAS ACTUACIONES ARBITRALES

Artículo 21.- Trato equitativo a las partes. Deberá tratarse a las partes con igualdad y
darse a cada una de ellas plena oportunidad de hacer valer sus derechos.
Artículo 22.- Determinación del procedimiento. Con sujeción a las disposiciones de la
presente ley, las partes tendrán libertad para convenir el procedimiento a que se haya de ajustar
el tribunal arbitral en sus actuaciones.

A falta de acuerdo, el tribunal arbitral podrá, con sujeción a lo dispuesto en la presente ley y noticia
a las partes, dirigir el arbitraje del modo que considere apropiado. Esta facultad conferida al tribunal arbitral
incluye la de determinar la admisibilidad, la pertinencia y el valor de las pruebas.

Artículo 23.- Lugar del arbitraje. Las partes podrán determinar libremente el lugar del arbitraje. En caso de
no haber acuerdo al respecto, el tribunal arbitral determinará el lugar del arbitraje, atendidas las circunstancias
del caso, inclusive la conveniencia de las partes.

Sin perjuicio de lo dispuesto en el párrafo precedente, el tribunal arbitral podrá, salvo acuerdo en
contrario de las partes, reunirse en cualquier lugar que estime apropiado para celebrar deliberaciones entre sus
miembros, para oír a los testigos, a los peritos o a las partes, o para examinar mercancías u otros bienes o
documentos.

Artículo 24.- Iniciación de las actuaciones arbitrales. Salvo que las partes hayan
convenido otra cosa, las actuaciones arbitrales respecto de una determinada controversia se
iniciarán en la fecha en que el demandado haya recibido el requerimiento de someter esa
controversia a arbitraje.

Artículo 25.- Idioma. Las partes podrán acordar libremente el idioma o los idiomas
que hayan de utilizarse en las actuaciones arbitrales. A falta de tal acuerdo, el tribunal arbitral
determinará el idioma o los idiomas que hayan de emplearse en las actuaciones. Este acuerdo o
esta determinación será aplicable, salvo que en los mismos se haya especificado otra cosa, a
todos los escritos de las partes, a todas las audiencias, y a cualquier laudo, decisi ón o
comunicación de otra índole que emita el tribunal arbitral.

El tribunal arbitral podrá ordenar que cualquier prueba documental vaya acompañada de
una traducción al idioma o los idiomas convenidos por las partes o determinados por el tribunal
arbitral.

Artículo 26.- Demanda y contestación. Dentro del plazo convenido por las partes o
determinado por el tribunal arbitral, el demandante deberá expresar los hechos en que se funda
la demanda, los puntos controvertidos y las pretensiones de la demanda, y el demandado deber á
responder a los extremos alegados en la demanda, a menos que las partes hayan acordado otra
cosa respecto de los elementos que la demanda y la contestación deban necesariamente
contener. Las partes deberán presentar, al formular sus alegaciones, todos los documentos que
consideren pertinentes o hacer referencia a los documentos u otras pruebas que vayan a
presentar.

Salvo acuerdo en contrario de las partes, en el curso de las actuaciones arbitrales


cualquiera de las partes podrá modificar o ampliar su demanda o contestación, a menos que el
tribunal arbitral considere improcedente dicha alteración en razón de la demora con que se ha
hecho.

Artículo 27.- Audiencias y actuaciones por escrito. Salvo acuerdo en contrario de


las partes, el tribunal arbitral decidirá si han de celebrarse audiencias para la presentación de
pruebas o para alegatos orales, o si las actuaciones se sustanciarán sobre la base de documentos
y demás pruebas.

Deberá notificarse a las partes con suficiente antelación la celebración de las audiencias y
las reuniones del tribunal arbitral para examinar mercancías u otros bienes o documentos.

De todas las declaraciones, documentos probatorios, peritajes o demás informaciones que una de
las partes suministre al tribunal arbitral se dará traslado a la otra parte.

Artículo 28.- Rebeldía de una de las partes. Salvo acuerdo en contrario de las partes
cuando, sin invocar y acreditar causa suficiente:

a) el demandante no presente su demanda dentro del plazo señalado en el Artículo


26, el tribunal arbitral dará por terminadas las actuaciones.

b) el demandado no presente su contestación dentro del plazo señalado en el Artículo


26, el tribunal arbitral continuará las actuaciones, sin que esa omisión se considere por sí misma
como una aceptación de las alegaciones del demandante.

c) una de las partes no comparezca a una audiencia, no ofrezca pruebas o no


presente pruebas documentales, el tribunal arbitral podrá continuar las actuaciones y dictar el
laudo basándose en las pruebas de que disponga.
Artículo 29.- Nombramiento de peritos por el tribunal arbitral. Salvo acuerdo en
contrario de las partes, el tribunal arbitral podrá nombrar uno o más peritos para que le informen
sobre materias técnicas o científicas determinadas, concretas y solicitar a cualquiera de las
partes que suministre al perito o le presente para su inspección o le proporcione acceso a todos
los documentos, mercancías u otros bienes pertinentes.

Artículo 30.- Obligación del perito posterior al dictamen. Salvo acuerdo en contrario de
las partes, cuando una de ellas lo solicite o cuando el tribunal arbitral lo considere necesario, el
perito, después de la presentación de su dictamen escrito u oral, deberá participar en una
audiencia en la que las partes tendrán oportunidad de hacerle preguntas y de presentar peritos
para que informen sobre los puntos controvertidos.

Artículo 31.- Asistencia del juez para la práctica de pruebas. El tribunal arbitral o cualquiera de las partes
con la aprobación del tribunal arbitral podrá pedir la asistencia del juez competente para la
práctica de pruebas, quien deberá resolver tal solicitud en el plazo de siete días. El juez podrá
atender dicha solicitud dentro del ámbito de su competencia y de conformidad con las normas
que le sean aplicables sobre medios de prueba.

CAPITULO VI
PRONUNCIAMIENTO DEL LAUDO Y FINALIZACION DE LAS ACTUACIONES

Artículo 32.- Normas aplicables al fondo del litigio. El tribunal arbitral decidirá el litigio de
conformidad con las normas de derecho elegidas por las partes como aplicables al fondo del
litigio. Se entenderá que toda indicación del derecho u ordenamiento jurídico de un estado
determinado se refiere, a menos que se exprese lo contrario, al derecho sustantivo de ese estado
y no a sus normas de conflicto de leyes.

Si las partes no indicaran la ley aplicable, el tribunal arbitral aplicará la ley que determinen las normas de
conflicto de leyes que estime aplicables.

El tribunal arbitral decidirá en equidad sólo si las partes le han autorizado expresamente a
hacerlo así. En el arbitraje de equidad, o de amigable composición, los árbitros no se encuentran
obligados a resolver en base a las normas de derecho, sino que pueden hacerlo ”en conciencia” o
“según su leal saber y entender”.

En todos los casos, el tribunal decidirá con arreglo a las estipulaciones del contrato y tendrá en cuenta los usos
mercantiles aplicables al caso.

Artículo 33.- Adopción de decisiones cuando haya más de un árbitro. En las actuaciones
arbitrales en las cuales haya más de un árbitro, toda decisión del tribunal arbitral se adoptará,
salvo acuerdo en contrario de las partes, por mayoría de votos de todos los miembros. Sin
embargo, el árbitro presidente podrá decidir cuestiones de procedimiento, si así lo autorizan las
partes o todos los miembros del tribunal.

Artículo 34.- Transacción y acuerdo conciliatorio. Si durante las actuaciones arbitrales, las
partes llegan a una transacción o a un acuerdo conciliatorio que resuelva el litigio, el tribunal
arbitral dictará un laudo o sentencia arbitral, en el que los homologará.

El laudo en los términos convenidos se dictará con arreglo a lo dispuesto en el Artículo 36 y se hará
constar en él que se trata de un laudo. Este laudo tiene la misma naturaleza y efecto que cualquier
otro laudo dictado sobre el fondo del litigio.

Las transacciones y acuerdos conciliatorios homologados por un tribunal arbitral, tendr án


autoridad de cosa juzgada.

Artículo 35.- Suspensión de las actuaciones. Las partes tienen el derecho, en cualquier
momento antes de dictarse el laudo, de decidir de común acuerdo suspender por un plazo cierto
y determinado las actuaciones arbitrales.

Artículo 36.- Forma y contenido del laudo o sentencia arbitral. El laudo o sentencia
arbitral se dictará por escrito y será firmado por el árbitro o los árbitros.

En actuaciones arbitrales con más de un árbitro bastarán las firmas de la mayoría de los
miembros del tribunal arbitral, siempre que se deje constancia de las razones de la falta de una o
más firmas.

El laudo del tribunal arbitral deberá ser fundado, a menos que las partes hayan convenido
otra cosa o que se trate de un laudo pronunciado en los términos convenidos por las partes
conforme al Artículo 34.

Constarán en el laudo la fecha en que ha sido dictado y el lugar del arbitraje determinado de
conformidad con el Artículo 23. El laudo se considerará dictado en ese lugar.

Después de dictado el laudo, el tribunal lo notificará a cada una de las partes mediante entrega
de una copia firmada por los árbitros de conformidad con el presente artículo.
Artículo 37.- Conclusión de las actuaciones. Las actuaciones arbitrales terminan:

a) con el laudo o sentencia arbitral.

b) por disposición del tribunal arbitral, cuando:

1. el demandante desista de su demanda, a menos que el demandado se oponga a ello y el


tribunal arbitral reconozca un legítimo interés de su parte en obtener una solución definitiva del
litigio. Dicha terminación impedirá al demandante reiniciar en el futuro el mismo proceso
arbitral.

2. las partes acuerden dar por terminadas las actuaciones.

3. el tribunal arbitral compruebe que la prosecución de las actuaciones resultaría


innecesaria o imposible.

El tribunal arbitral cesará en sus funciones al terminar las actuaciones arbitrales, salvo lo
dispuesto en los Artículos 38, 39 y 43 de esta ley.

Artículo 38.- Corrección e interpretación del laudo arbitral y laudo adicional. Dentro
de los quince días siguientes a la recepción del laudo, salvo que las partes hayan acordado otro
plazo, cualquiera de las partes podrá, con notificación a la otra, pedir al tribunal arbitral:

1. Que corrija en el laudo cualquier error de cálculo, de copia o tipográfico o cualquier otro
error de naturaleza similar. El tribunal arbitral podrá corregir cualquiera de los errores mencionados por su
propia iniciativa, dentro de los quince días siguientes a la fecha del laudo.

2. Si así lo acuerdan las partes, dé una interpretación sobre un punto o una parte concreta
del laudo.

Si el tribunal arbitral lo estima justificado, efectuará la corrección o dará la interpretación


dentro de los quince días siguientes a la recepción de la solicitud. La interpretación formará parte
del laudo.

Artículo 39.- Laudo arbitral adicional. Salvo acuerdo en contrario de las partes, dentro de
los quince días siguientes a la recepción del laudo, cualquiera de las partes, con notificación a la
otra parte, podrá pedir al tribunal arbitral que dicte un laudo adicional respecto de reclamaciones
formuladas en las actuaciones arbitrales, pero omitidas en el laudo. Si el tribunal arbitral estima
justificado el requerimiento, dictará el laudo adicional dentro de treinta días.

El tribunal arbitral podrá prorrogar, de ser necesario, el plazo en el cual efectuará una corrección,
dará una interpretación o dictará un laudo adicional con arreglo a lo dispuesto en el párrafo
anterior o en el Artículo 38 de la presente ley.

Lo dispuesto en el Artículo 36 se aplicará a las correcciones o interpretaciones del laudo o a los


laudos adicionales.

CAPITULO VII
IMPUGNACION DEL LAUDO O SENTENCIA ARBITRAL

Artículo 40.- El recurso de nulidad. Contra un laudo arbitral sólo podrá recurrirse ante el
Tribunal de Apelaciones en lo Civil y Comercial con competencia territorial sobre el lugar donde se
hubiera dictado el laudo, mediante el recurso de nulidad, conforme al presente capítulo.

Los laudos arbitrales sólo podrán ser anulados cuando:

a) la parte que interpone la petición pruebe que:

1. Una de las partes en el acuerdo de arbitraje estaba afectada por alguna


incapacidad, o que dicho acuerdo no es válido en virtud de la ley a que las partes lo han
sometido, o si nada se hubiese indicado a ese respecto, en virtud de la legislación paraguaya;

2. No ha sido debidamente notificada de la designación de un árbitro o de las


actuaciones arbitrales o no ha podido, por cualquier otra razón, hacer valer sus derechos;

3. El laudo se refiere a una controversia no prevista en el acuerdo de arbitraje o


contiene decisiones que exceden los términos del acuerdo de arbitraje; no obstante, si las
disposiciones del laudo que se refieren a las cuestiones sometidas al arbitraje pueden separarse
de las que no lo están, sólo se podrán anular estas últimas; o

4. La composición del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se han ajustado


al acuerdo entre las partes, salvo que dicho acuerdo estuviera en conflicto con una disposición de
esta ley de la que las partes no pudieran apartarse o, a falta de dicho acuerdo, que no se han
ajustado a esta ley; o,

b) El tribunal compruebe que, según la ley paraguaya, el objeto de la controversia no es


susceptible de arbitraje o que el laudo es contrario al orden público internacional o del Estado
paraguayo.

Artículo 41.- Plazo. El recurso de nulidad deberá ser interpuesto dentro de un plazo de quince
días, contados a partir de la fecha de la notificación del laudo o sentencia arbitral o si la petición
se ha hecho con arreglo a los Artículos 38 y 39, desde la fecha en que esa petición haya sido
resuelta por el tribunal arbitral.

Artículo 42.- Procedimiento de la nulidad. El que planteara la nulidad deberá fundarla clara
y concretamente en los hechos y en el derecho, y ofrecer toda la prueba de que intente valerse.
La prueba documental deberá acompañarla con el escrito, y si no la tuviese deberá
individualizarla indicando su contenido, el lugar, archivo, oficina pública o persona en cuyo poder
se encuentre.

El tribunal dará traslado por cinco días a las partes, quienes al contestarlo deberán ofrecer sus
pruebas, procediendo con la documental del modo indicado por el párrafo anterior. El traslado se
notificará por cédula dentro de tercero día de dictada la providencia que lo ordenare.

Vencido el plazo, haya o no contestación, el tribunal abrirá el recurso a prueba, por no más de
diez días, cuando la nulidad se refiera a cuestiones de hecho. En caso contrario resolver á sin más
trámite, en el plazo de diez días.

La prueba pericial, si correspondiere, se llevará a cabo por un solo perito designado por el
tribunal. No se admitirán más de tres testigos por cada parte, y las declaraciones no podrán
recibirse fuera de la sede del tribunal, cualquiera fuera el domicilio de aquellos.

Contestado el traslado o vencido el plazo sin que ninguna de las partes hubiera ofrecido prueba,
o recibida la prueba, el tribunal resolverá la nulidad planteada, sin más trámite, en el plazo de
diez días.

Contra las resoluciones de trámite o de fondo, que emita el tribunal en la substanciación del
recurso de nulidad, no cabe recurso alguno.

Artículo 43.- Suspensión del trámite de nulidad. El Tribunal de Apelaciones, cuando se le


solicite la anulación de un laudo, podrá suspender las actuaciones de nulidad, cuando
corresponda y así lo solicite una de las partes, por un plazo que determine a fin de dar al tribunal
arbitral la oportunidad de reanudar las actuaciones arbitrales o de adoptar cualquier otra medida
que a juicio del tribunal arbitral elimine los motivos para la petici ón de nulidad. En este caso, se
aplicarán, en lo que sea compatible, las normas contenidas en el Artículo 38.

CAPITULO VIII
RECONOCIMIENTO Y EJECUCION DE LOS LAUDOS ARBITRALES

Artículo 44.- Normas aplicables al reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales


extranjeros. Los laudos arbitrales extranjeros serán reconocidos y ejecutados en el país, de
conformidad con los tratados ratificados por la República del Paraguay sobre reconocimiento y
ejecución de laudos arbitrales.

En el caso de que más de un tratado internacional sea aplicable, salvo acuerdo en contrario entre
las partes, se aplicará el más favorable a la parte que solicite el reconocimiento y ejecución de un
convenio y laudo arbitral.

En defecto de la aplicabilidad de cualquier tratado o convención internacional, los laudos


extranjeros serán reconocidos y ejecutados en la República de conformidad a las normas de la
presente ley y las disposiciones específicas de este capítulo.

Artículo 45.- Reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales. Un laudo arbitral,


cualquiera sea el Estado en el cual se haya dictado, será reconocido como vinculante y, tras la
presentación de una petición por escrito al órgano judicial competente, será ejecutado de
conformidad a las disposiciones del presente capítulo. Será competente, a opción de la parte que
pide el reconocimiento y ejecución del laudo, el Juez de Primera Instancia en lo Civil y Comercial
de turno del domicilio de la persona contra quien se intente ejecutar el laudo, o, en su defecto el
de la ubicación de los bienes.

La parte que invoque un laudo o pida su ejecución deberá presentar el original del laudo
debidamente autenticado o copia debidamente certificada del mismo, y el original del acuerdo de
arbitraje a que se refiere el Artículo 10 o copia debidamente certificada del mismo. Si el laudo o
el acuerdo no estuvieran redactados en español, la parte que lo invoca deberá presentar una
traducción oficial a este idioma por un traductor oficial.
Artículo 46.- Motivos para denegar el reconocimiento o la ejecución. Sólo se podrá
denegar el reconocimiento o la ejecución de un laudo arbitral, cualquiera sea el Estado en que se
haya dictado, cuando:

a) la parte contra la cual se invoca el laudo, pruebe ante el juez competente que:

1. una de las partes en el acuerdo de arbitraje a que se refiere el Art ículo 10 estaba afectada
por alguna incapacidad, o que dicho acuerdo no es válido en virtud de la ley a que las partes lo
han sometido, o si nada se hubiera indicado a ese respecto, en virtud de la ley del Estado en que
se haya dictado el laudo.

2. no ha sido debidamente notificada de la designación de un árbitro o de las actuaciones


arbitrales o no ha podido, por cualquier otra razón, hacer valer sus derechos.

3. el laudo se refiere a una controversia no prevista en el acuerdo de arbitraje o contiene


decisiones que exceden los términos del acuerdo de arbitraje. No obstante, si las disposiciones
del laudo que se refieren a las cuestiones sometidas al arbitraje pueden separarse de las que no
lo están, se podrá dar reconocimiento y ejecución a las primeras.

4. la composición del tribunal arbitral o el procedimiento arbitral no se ajustaron al acuerdo


celebrado entre las partes o, en defecto de tal acuerdo, que no se ajustaron a la ley del Estado
donde se efectuó el arbitraje.

5. el laudo no es aún obligatorio para las partes o ha sido anulado o suspendido por un juez
del Estado en que, o conforme a cuyo derecho, ha sido dictado ese laudo.

b) cuando el juez compruebe que, según la legislación paraguaya, el objeto de la


controversia no es susceptible de arbitraje; o que el reconocimiento o la ejecuci ón del laudo
serían contrarios al orden público internacional o del Estado paraguayo.

Artículo 47.- Aplazamiento de la resolución y requerimiento de garantías. Si se solicitó


a un juez del Estado en que conforme a su derecho fue dictado el laudo arbitral, su nulidad o
suspensión, el juez al que se solicite el reconocimiento o la ejecución del laudo podrá, si lo
considera procedente, aplazar su resolución, y a instancia de la parte que solicita el
reconocimiento o la ejecución del laudo, podrá también ordenar a la otra parte que otorgue
garantías suficientes.

Artículo 48.- Procedimiento. Promovido el reconocimiento y ejecución de un laudo o


sentencia arbitral, el juez correrá traslado a la persona condenada por el laudo, por el plazo de
cinco días, debiendo notificársele por cédula.

El condenado sólo podrá oponerse a la ejecución planteada, con base a las causales establecidas
en el Artículo 46, ofreciendo toda la prueba de que intentare valerse. La prueba documental
deberá acompañarla con el escrito, y si no la tuviese deberá individualizarla indicando su
contenido, el lugar, archivo, oficina pública o persona en cuyo poder se encuentre.

Si no concurriere ninguna de dichas causales, el juez en el plazo de cinco días dictará auto
resolviendo la ejecución, ordenando el requerimiento del obligado y el embargo de bienes en su
caso.

En caso de oposición, se aplicarán las normas de los incidentes previstos en el Código Procesal
Civil, en lo pertinente.

La resolución sobre el reconocimiento y ejecución del laudo no será objeto de recurso alguno. Si
se dispusiese la ejecución del laudo solicitado, ésta se tramitará conforme a las disposiciones
legales sobre ejecución de sentencias nacionales previstas en el Código Procesal Civil.

CAPITULO IX
DE LAS COSTAS

Artículo 49.- Acuerdo sobre costas. Las partes tienen facultad de adoptar, ya sea
directamente o por referencia a un reglamento de arbitraje, reglas relativas a las costas del
arbitraje. A falta de acuerdo entre las partes, se aplicarán las disposiciones del presente capítulo.

Artículo 50.- Cuantía. Los honorarios del tribunal arbitral serán de un monto razonable,
teniendo en cuenta el monto de la disputa, la complejidad del tema, el tiempo dedicado por los
árbitros y cualesquiera otras circunstancias pertinentes del caso. Los honorarios de cada árbitro
se indicarán por separado y los fijará el propio tribunal arbitral.

Artículo 51.- Oportunidad de la fijación. Salvo pacto en contrario de las partes, cuando el
tribunal arbitral dicte una orden de conclusión del procedimiento arbitral o un laudo en los
términos convenidos por las partes, fijará las costas del arbitraje en el texto de esa orden o
laudo.
El tribunal arbitral no podrá cobrar honorarios adicionales por la interpretación,
rectificación, por completar su laudo o dictar un laudo adicional.

Artículo 52.- Depósito de las costas. Una vez constituido, el tribunal arbitral requerirá a
cada una de las partes que deposite una suma igual, para responder a los honorarios de los
integrantes del tribunal arbitral, gastos de viaje y demás expensas, y del costo de asesoría
pericial o de cualquier otra asistencia requerida por el tribunal arbitral.

En el curso de las actuaciones, el tribunal arbitral podrá requerir depósitos adicionales de


las partes.

Si transcurridos treinta días desde la comunicación del requerimiento del tribunal arbitral
los depósitos requeridos no se han abonado en su totalidad, el tribunal arbitral informará de este
hecho a las partes a fin de que se efectúe el depósito requerido. Si este depósito no se efectúa, el
tribunal arbitral podrá ordenar la suspensión o la conclusión del procedimiento de arbitraje.

Una vez dictado el laudo, el tribunal arbitral entregará a las partes un estado de cuenta de los
depósitos recibidos y les reembolsará todo saldo no utilizado.

TITULO II
DE LA MEDIACION

CAPITULO I
DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 53.- Definición. La mediación es un mecanismo voluntario orientado a la resolución


de conflictos, a través del cual dos o más personas gestionan por sí mismas la solución amistosa
de sus diferencias, con la asistencia de un tercero neutral y calificado, denominado mediador.

Artículo 54.- Asuntos mediables. Podrán ser objeto de mediación todos los asuntos que
deriven de una relación contractual u otro tipo de relación jurídica, o se vinculen a ella, siempre
que dichos asuntos sean susceptibles de transacción, conciliación o arbitraje.

Artículo 55.- Efectos de la audiencia de mediación. Si antes de sustanciarse la audiencia


de conciliación prevista en las normas procesales las partes decidieran recurrir a la mediación, el
informe escrito del mediador o del Centro de Mediación en el que exprese que las partes han
concurrido al menos a una audiencia de mediación, tendrá los mismos efectos legales que la
audiencia de conciliación establecida en dichas normas procesales.

Artículo 56.- Momento. La audiencia de mediación podrá realizarse en cualquier momento


antes de la promoción de una demanda, o en cualquier estado del juicio antes de dictada la
sentencia definitiva con autoridad de cosa juzgada.

Artículo 57.- Confidencialidad. La mediación tendrá carácter confidencial. Los que en ella
participen deberán mantener la debida reserva y las fórmulas de acuerdo que se propongan no
incidirán en el juicio, si tuviera lugar. El mediador no podrá ser llamado como testigo o en otro
carácter en ningún juicio posterior entre las mismas partes o por el mismo objeto.

Articulo 58.- Solicitud. Las partes podrán recurrir conjunta o separadamente a la mediación,
mediante la presentación de una solicitud escrita al mediador que elijan o al Centro de Mediación
que determinen.

Artículo 59.- Trámite. Salvo pacto en contrario de las partes, dentro del plazo de cinco d ías
hábiles siguientes a la presentación de una solicitud de mediación, el centro nombrará el o los
mediadores y convocará a las partes en fecha y hora determinadas para efectuar la sesión de
mediación.

Artículo 60.- Acuerdos. En el transcurso de las audiencias el mediador colaborará con las
partes para determinar con claridad los hechos alegados, así como las posiciones y los intereses
en que se fundan, para elaborar conjuntamente las fórmulas de avenimiento que podrán o no ser
aprobadas por las partes interesadas.

Las partes colaborarán de buena fe con el mediador y, en particular, se esforzarán en cumplir


solicitudes de éste y asistir a las audiencias cuando éstas fueran convocadas.

Artículo 61.- Efectos. El acuerdo de mediación obliga a las partes desde el momento que ellas
y el mediador suscriban el acta de mediación que lo documente, y tendrá los efectos de cosa
juzgada desde el momento en que el juez competente lo homologue.

Si el acuerdo de mediación tuviera lugar existiendo un juicio pendiente, será competente para
homologarlo el juez de la causa, y la homologación producirá además el efecto de terminar el
proceso.
Si el acuerdo de mediación fuera parcial, se dejará constancia de ello en el acta de mediación y
las partes podrán discutir en juicio las diferencias no mediadas.

Artículo 62.- Terminación. El trámite de la mediación concluye por:

a) la suscripción de un acta de mediación que contenga el acuerdo alcanzado por las


partes según lo previsto en el Artículo 61.

b) la suscripción de un acta por medio de la cual el mediador y las partes dejan


constancia de la imposibilidad de alcanzar una mediación.

c) la certificación expedida por el centro ante el cual se presentó la solicitud de mediación, en el


sentido de que existió imposibilidad de celebrar la audiencia por la ausencia de una o m ás de las
partes citadas a la audiencia.

CAPITULO II
CENTROS DE MEDIACION

Artículo 63.- Centros de Mediación. Los Centros de Mediación serán organismos dotados de
los elementos administrativos y técnicos necesarios para servir de apoyo al trámite de las
mediaciones y para la capacitación de los mediadores.

Artículo 64.- Copias Autenticadas. Los Centros de Mediación deberán organizar y mantener
un registro de actas que contengan los acuerdos logrados, y las que contengan la constancia de
no haberse podido obtener acuerdo entre las partes, y podrán expedir copias autenticadas de las
mismas a las partes.

CAPITULO III
EL MEDIADOR

Artículo 65.- Requisitos. El mediador deberá ser persona de reconocida honorabilidad,


capacitación e imparcialidad y su labor será la de dirigir libremente el trámite de la mediación,
guiado por los principios de imparcialidad, equidad y justicia.

Como requisito previo al ejercicio de sus funciones el mediador deberá participar de un curso de
capacitación especial dictado por un Centro de Mediación.

Artículo 66.- Inhabilidades. Quien actúe como mediador quedará inhabilitado para intervenir
en cualquier proceso judicial o arbitral relacionado con el conflicto objeto de la mediación, ya sea
como árbitro, testigo, perito, asesor o apoderado de una de las partes, o en cualquier otro
carácter.

Los Centros de Mediación no podrán intervenir en casos en los cuales se encuentren


directamente interesados su directiva o sus funcionarios.

Artículo 67.- Excusación y recusación. La persona a quien se comunique su posible


nombramiento como mediador deberá revelar todas las circunstancias que puedan dar lugar a
dudas justificadas acerca de su imparcialidad o independencia. El mediador, desde el momento
de su nombramiento y durante la mediación, revelará sin demora tales circunstancias a las
partes, a menos que ya les haya informado de ellas. Un mediador podrá ser recusado si existen
circunstancias que den lugar a dudas justificadas respecto de su imparcialidad o independencia.
La parte que desee recusar a un mediador enviará al Centro de Mediación, dentro de los tres días
siguientes a aquel en que tenga conocimiento del nombramiento del mediador, un escrito en el
que exponga los motivos para la recusación. A menos que el mediador recusado renuncie a su
cargo o que la otra parte acepte la recusación, corresponderá al Centro de Mediación decidir
sobre ésta. El Director del Centro decidirá sobre ellas.

TITULO III
DISPOSICIONES FINALES Y DEROGATORIAS

Artículo 68.- Procesos arbitrales en trámite. Los procedimientos arbitrales pendientes al


entrar en vigor esta ley se tramitarán y resolverán de conformidad con lo dispuesto en el Libro V
"Del Proceso Arbitral" de la Ley N° 1337 del 4 de noviembre de 1988 "Código Procesal Civil".

Artículo 69.- Derogación de disposiciones legales. Quedan derogadas las siguientes


disposiciones legales:

1. Artículos 774 a 835 del Libro V "Del Proceso Arbitral" de la Ley N ° 1337 del 4 de noviembre de
1988 "Código Procesal Civil".

2. Artículo 536 de la Ley N° 1337 del 4 de noviembre de 1988 "Código Procesal Civil".

3. En general, todas aquellas disposiciones legales o reglamentarias que se opongan a la


presente ley.
Artículo 70.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.

Aprobado el Proyecto de Ley por la Honorable Cámara de Diputados, a un día del mes de
noviembre del año dos mil uno, y por la Honorable Cámara de Senadores, a once días del
mes de abril del año dos mil dos, quedando sancionado el mismo, de conformidad con lo
dispuesto en el Artículo 207, numeral 1 de la Constitución Nacional.

Juan Darío Monges Espínola Juan Roque Galeano Villalba


Presidente Presidente
H. Cámara de Diputados H. Cámara de Senadores

Juan José Vázquez Vázquez Nidia Ofelia Flores Coronel


Secretario Parlamentario Secretaria Parlamentaria

Asunción, de de 2002

Téngase por Ley de la República, publíquese e insértese en el Registro Oficial.

El Presidente de la República

Luis Angel González Macchi

Diego Abente Brun


Ministro de Justicia y Trabajo

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