Arte Romanico
Arte Romanico
Arte Romanico
CONTEXTO HISTÓRICO
Alrededor del año 1000 Europa entra en una nueva fase de su historia. Es la época en la que
se impone definitivamente el poder feudal, y la Iglesia mantiene su primacía social y
económica. Estamos ante una sociedad teocéntrica, todo gira en torno a Dios. Ello explica
que la Iglesia tenga una gran influencia social y poder, no sólo religioso, sino también político.
Una sociedad feudal de estas características produce un arte cristiano donde la iglesia es el
edificio más importante.
ARQUITECTURA
Es ante todo una arquitectura religiosa definida por dos principios: la monumentalidad y la
perdurabilidad. Se pretende que sea perdurable puesto que la religión cristiana se considera
una religión eterna y por ello sus edificios también deben serlo. El románico construye en
piedra, incluso son de piedra sus bóvedas lo que obligará a adoptar nuevas técnicas
constructivas para poder sostener sus techumbres pesadas. Es por tanto una arquitectura
sólida y duradera con una buena organización o equilibrio de los volúmenes y masas dentro
del espacio arquitectónico. Es también una arquitectura monumental pues responde al interés
por imitar los grandes edificios romanos.
El monasterio y el castillo son las construcciones prototípicas de este período, aunque desde
el siglo XI pueda percibirse ya un inicio de renacimiento de la vida urbana, y en consonancia
con él, la catedral se convierte en símbolo de la ciudad.
En cuanto a los elementos arquitectónicos, los más importantes fueron la el arco de medio
punto o semicircular, la bóveda de cañón, la bóveda de arista, y el contrafuerte que servirá
para contrarrestar el empuje de las bóvedas y que estará en el exterior de la construcción.
Elementos sostenidos
Para fortalecer la bóveda se utilizan arcos de refuerzos llamados arcos fajones. El papel del
arco fajón es doble: por un lado absorbe en parte el peso de la bóveda y por otro es un medio
para articular el espacio interior del edificio, ya que gracias a ellos la nave deja de ser corrida.
Como ves por medio de los arcos fajones la bóveda se fragmenta en varios tramos con lo que
el riesgo de deformación de la misma es menor. Los arcos fajones descargarán su peso en los
soportes interiores.
En el exterior del edificio se colocan contrafuertes para evitar el que el muro pudiera volcarse
por el peso. El muro es grueso y se apuntala a intervalos regulares con contrafuertes o
estribos -obra maciza de albañilería a modo de pilastra- . Se colocan donde el muro soporta
mayor empuje contrarrestando así el empuje concentrado en el interior del edificio en arcos
fajones, es decir, se colocan en el exterior donde en el interior corresponde un arco fajón
Bóveda de arista
Está formada por el cruce perpendicular de dos bóvedas de cañón. Se
divide en cuatro cuartos y las aristas son la intersección de esas
bóvedas de cañón. Reposa sobre cuatro puntos de apoyo pero exige
como la de cañón muros sólidos. Además para que sea plenamente
eficaz debe cubrir espacios cuadrados y el grosor de las dovelas debe
ser grande por lo que también resulta pesada.
Cúpula
Elementos sustentantes
Los muros con sus contrafuertes y los pilares son los más importantes elementos de
sustentación, junto a ellos añadiríamos las columnas pero son más inusuales.
El muro
EL muro adquiere en el románico el papel de sostén y cerramiento. Por esta doble función
constituyen masas espesas, gruesas y con pocos vanos, reforzados en el exterior por los
contrafuertes. La pesada masa del muro además de ser el más importante contrapeso al
empuje de las bóvedas tiene un papel expresivo por sí mismo que contribuye a la estética del
conjunto. El muro se articula en el exterior por diferentes sistemas de listones, bandas
lombardas, arquillos ciegos, galerías de arquerías que descansan en columnillas, etc. Que
contribuyen a aligerar la pesadez del muro y a decorarlo.
Pilares y columnas
Si el edificio es de una sola nave el soporte de la cubierta es el muro, pero si es de varias,
como suele ocurrir en los grandes edificios, se precisa en el interior un sistema de apoyo más
complejo utilizándose de forma generalizada los pilares compuestos.
La planta
Además de las
tres portadas mayores
tuvo siete menores
Elementos de la portada
El tímpano, centro de atención del fiel, presenta el programa iconográfico principal, aunque las
representaciones escultóricas se extienden al dintel, al parteluz, a las jambas, a las
arquivoltas; de manera que la escultura llena todos los huecos.
Alternancia
de pilares cruciformes
y rectangulares
Santiago de Compostela
ESCULTURA
La función de la escultura románica es decorar los templos, por este motivo está supeditada a
la arquitectura y no se concibe como estatuaria exenta. Las figuras se den adaptar a la
estructura arquitectónica.
Por otra parte, su intención es comunicar un mensaje, los programas iconográficos son
ilustraciones de sermones y de textos religiosos, teniendo cada escena su lugar
predeterminado; por lo que hay que distinguir entre la escultura y el mensaje dirigido al
pueblo, inculto y analfabeto, y el arte de los claustros de los monasterios, dirigido a los monjes
ilustrados e iniciados en teología, capaces de interpretar la alegoría, el simbolismo y
la intelectualización.
Por esto la figuras son sencillas, de relieve muy plano, con los ropajes ajustados al cuerpo y
con los pliegues sencillos y paralelos, desproporcionadas, generalmente alargadas
artificiosamente, sin volumen, dispuestas en composiciones sumamente sencillas,
generalmente yuxtapuestas, sin perspectiva, sin ambiente ni fondos, sin expresión, hieráticas,
sin movimiento, sin relacionarse las distintas figuras de las escenas entre sí, etc.
PINTURA
Al estudiar las raíces de la pintura románica encontramos dos precedentes pictóricos que van
a influir y determinar el desarrollo de ésta. Por una parte, al igual que en la escultura,
encontramos la pintura bizantina que proporciona los modelos iconográficos a la hora de
representar las imágenes religiosas (Pantócrator, Virgen con el Niño, temas tan populares en
el románico tienen su origen en el mosaico bizantino). Por otro lado, sobre todo en el caso
español, va a ser determinante el influjo de la miniatura que decoraba biblias y beatos, y que
proporciona una mayor calidad narrativa y movimiento, fuera ya de los rígidos modelos
bizantinos.
Los temas son mayormente religiosos predominando entre estos el Pantocrator con los
tetramorfos, la Virgen con el Niño, etc.
El tema es tratado con un gran antinaturalismo, esto viene determinado por la ausencia de
paisaje o su representación muy esquemática, la inexpresividad o falta de dramatismo en los
temas dramáticos, la desproporción de las figuras, la representación esquemática del
movimiento.
La técnica empleada normalmente es el fresco, sobre el muro recién enlucido y antes de que
haya secado se pinta mezclando el color con agua de cal, al secar el muro la pintura queda
integrada en él. A veces la pintura ya acabada se retocaba al temple. También se hacían
pinturas sobre tabla para la decoración de altares.
Para los contornos y dintornos se empleaba la técnica del estarcido: un papel
con el dibujo previo tenía las líneas horadadas. Se colocaba sobre la pared
y se pasaba una bolsita porosa con polvo negro. Al retirar el cartón quedaba señalado
el trazo. Sólo había que remarcar el punteado discontinuo con un pincel