Arquitectura Gótica
Arquitectura Gótica
Arquitectura Gótica
Planta [editar]
Arco apuntado
Bóveda de crucería.
El periodo primero se distingue por la sencillez de los arcos cruceros o diagonales que
son simples y llevan pocas molduras. En el segundo, se aumenta la crucería con arcos o
nervios secundarios y los llamados terceletes para sostener los témpanos de plementría
ya que las bóvedas se hacen más amplias. A la vez, se molduran todos los arcos,
mayormente los diagonales y éstos y demás nervios reciben más perfiles y se ligan con
nervios transversales. En el tercer periodo se añaden nuevos terceletes y nervios
secundarios con sus ligaduras aun sin necesidad alguna y se generaliza la bóveda
llamada estrellada (por la figura del conjunto) y los nervios y arcos se perfilan con más
delicadeza. En el primer periodo se usó con alguna frecuencia la bóveda sexpartida
(dividida en seis témpanos) para los tramos de bóveda de la nave central cuando ésos se
hacían cuadrados y correspondían cada uno de ellos con dos de las naves laterales.
Desde finales del siglo XV, se adornaban las claves de las crucerías en muchos edificios
con florones de madera o de metal, dorados o policromados conocidos con el nombre de
arandelas. Pero ya desde los principios del estilo se decoran dichas claves con variados
relieves.
Los ábsides góticos se cubren también con diferentes bóvedas de crucería pero de tal
suerte que los arcos o nervios concurren todos a una clave central formando crucería
radiada y muy a menudo se da al cascarón una forma gallonada o dividida en
compartimentos de boveditas parciales más o menos salientes o profundas. Esta
disposición, al paso que refuerza y embellece el ábside, contribuye mucho a la
sonoridad de la iglesia sobre todo, para los cantos desde el presbiterio.
Columnas [editar]
Los soportes o columnas del arte gótico consisten de ordinario en el pilar compuesto el
cual durante el periodo de transición es el mismo soporte románico aunque dispuesto
para el enjarje de arcos cruceros. Pero en el estilo gótico perfecto se presenta cilíndrico
el núcleo del pilar rodeado de semicolumnillas y apoyado sobre un zócalo poligonal o
sobre un basamento dividido a diferencia del estilo románico en que tal zócalo era
uniforme y cilíndrico.
Estos basamentos se hallan más divididos y moldurados conforme avanza más la época
del estilo distinguiéndose especialmente los de periodo flamígero por destacarse de ellos
pequeñas basas parciales de diferentes alturas correspondiendo éstas a las columnillas
que rodean el núcleo del pilar. Pero en el siglo XVI se vuelve con frecuencia al uso del
zócalo primitivo prismático o cilíndrico sin divisiones. Las columnillas adosadas
alrededor del núcleo se corresponden con los arcos y nervios de las bóvedas, cada una
con el suyo, según el principio seguido en el estilo románico de que debe corresponder a
cada pieza sostenida su propio sostén o soporte.
Capiteles [editar]
Posteriormente, el capitel se va haciendo más pequeño y delicado y por fin, llega hasta
suprimirse cuando en el siglo XV el haz de junquillos se ramifica directamente en los
nervios de la bóveda sin que medie solución de continuidad en muchos casos o se queda
en forma de simple anillo.
Cúpulas [editar]
Las cúpulas se forman de témpanos sostenidos por nervios radiantes que arrancando del
octógono formado por los arcos torales y por una especie de trompas muy artísticas
situadas en los ángulos determinados por ellos, se unen concurriendo a una clave
superior y céntrica.
El cimborrio se manifiesta al exterior en forma de prisma octógono o hexágono
coronado por una pirámide con más atrevimiento y elegancia que en el arte románico.
Muchas veces, en lugar de cúpula se alza una simple linterna prismática a modo de torre
sobre el crucero.
Las ventanas del periodo de transición suelen ser como las románicas de arco apuntado.
Pero luego se ostenta el verdadero ventanal gótico amplio y decorado en su parte
superior con hermosos calados de piedra, los cuales se forman de rosetoncillos
combinados, siempre sostenidos por columnillas o parteluces. En el siglo XIV se
complica la tracería multiplicándose los rosetoncitos y adelantando ya el XV se
combinan las líneas formando curvas serpenteantes constituyendo el calado flamígero.
Una cosa parecida se observa en los grandes rosetones que se colocan en lo alto de las
fachadas: al principio, toman la forma radiante y sencilla aunque en iglesias suntuosas
es algo más complicada. Se multiplican los adornos de la rosa en el siglo XIV y en el
XV llega a ser la tracería un verdadero laberinto de curvas enlazadas. No faltan en todas
las épocas sin embargo ventanas menores de traza más sencilla y pequeños aljimeces.
Ventanas y rosetones suelen cerrarse con magníficas vidrieras polícromas e historiadas
donde a su modo se ejercita el arte pictórico monumental ya que apenas le dejan espacio
para su desarrollo los escasos lienzos de pared que median entre los referidos vanos en
las iglesias suntuosas. Pero en las más humildes se sustituyen las vidrieras por láminas
de piedra translúcida y aun tal vez por encerados.
Rosetón en la basílica
Vidrieras Ventana del Monasterio Rosetón de la catedral
de St. Denis
góticas de Bebenhausen de Meaux
Puertas [editar]
Las portadas más suntuosas llevan imágenes de apóstoles y de otros santos bajo
doseletes entre las columnillas (y a menudo, también otras menores entre las
arquivoltas) flanqueando el ingreso el cual está dividido por un parteluz que sirve de
apoyo a una estatua de la Virgen María o del titular de la iglesia.
Las iglesias del Cister y otras menores que se modela a imitación suya carecen de
imaginería en la portada, la cual se compone del grande arco abocinado y decorado con
simples baquetones y alguna ornamentación vegetal o geométrica. La finura en la
ejecución de la obra escultórica y la multiplicación progresiva de las columnillas y
molduras con el adelgazamiento de ellas, denuncian mejor que otras las señales de la
época de la construcción de las portadas. Pero las del último periodo desde mediados
del siglo XV se reconocen sobre todo por la multitud y pequeñez de los detalles por la
arquivolta conopial, cargada de frondas retorcidas y por otros ornamentos de la época.
• la inferior consta de la arcada que separa las naves laterales o las capillas
• la media, formada por el triforio que en el estilo gótico es mucho más estrecho
que en el románico
• la superior que contiene los grandes ventanales, el claristorio
• la media superior
• la media inferior
• la intermedia
• la continental.
Unas iglesias alzan todas sus bóvedas a igual altura (o al menos la nave central y
laterales inmediatas) y otras (lo más común) presentan mucho más bajas las naves
laterales lanzándose por encima de éstas los arbotantes. El exterior del edificio suele
acusar la estructura interna de modo que la fachada viene a ser como una sección
transversal de las naves. El imafronte se constituye por las tres hermosas portadas
correspondientes a las tres naves y entre ellas, los contrafuertes que resisten el empuje
de las arcadas. Encima de las puertas corre una galería que responde a los triforios
interiores. Se abre más arriba un rosetón calado y remata el frontispicio en gablete o en
ático de hermosa crestería. Las empinadas torres, con sus atrevidas flechas que terminan
y guardan los costados de la fachada; los pináculos y doseletes que animan el
contrafuerte; las estatuas y relieves que pueblan las entradas y los tímpanos. Todo, en
fin, contribuye a causar la impresión de una religiosidad sublime.
Entre los miembros secundarios de un edificios gótico son notables por lo característico
de su forma:
• falsos apoyos, a modo de repisa, ya sola ya con una media columna encima de
ella, adosados a cierta altura de los muros, sostienen los arcos y los nervios que
parten como arrancando del muro, según se observa sobre todo en la arquitectura
cisterciense
• repisas y doseletes para estatuas que en los siglos XII y XIII suelen llevar
figuras de castillitos, en el siglo XIV semejan boveditas de crucería con
pequeños gabletes y en el XV se adornan con calados flamígeros y arquitos
conopiales o se terminan por una elevada torrecilla y altos gabletes
• antepechos para triforios y galerías que al principio constan de arcaditas ojivales
y después tienen la forma de pretil con calados propios de la época
• pináculos, agujas, gárgolas, caireles, crestería, etc. cuya traza de estilo gótico es
inconfundible con la de otros.
Ornamentación [editar]
La parte más novedosa en cuanto a la decoración viene de la flora y fauna local que se
interpreta en forma estilizada durante los siglos XII y primera mitad del XIII. La
naturaleza se interpreta con bastante realismo y en este último siglo se propende a las
formas retorcidas. El trébol, la hiedra retorcida, los brotes de vid, las hojas de roble o de
encina se encaraman por los arcos y las agujas de los edificios góticos, asociándose al
nuevo estilo. Posteriormente se abandonan para dar lugar a las frondas, cardinas (hojas
de cardo), grumos, trifolios, cuadrifolios, etc. En el arte clásico, solo dos o tres plantas,
el acanto, la hiedra y el laurel, habían tenido aceptación en el repertorio decorativo, pero
el gótico se vale de todas las especies del reino vegetal y reproduce también pájaros y
hasta seres fantásticos, monstruos que una veces están derechos como guardianes en los
alto de balaustradas y otras agazapados condenados a servir de gárgolas para arrojar el
agua de las lluvias recogidas en los tejados.
Decoración con azulejos en La Seo de Zaragoza.
Gótico francés
Francia supone el punto de origen del estilo gótico y el lugar desde donde se fue
creando esta arquitectura para difundirse por toda Europa.
• Gótico preclásico, gótico inicial, gótico primitivo o primer gótico; los primeros
templos construidos son la abadía de Saint Denis en 1144 y la catedral de Sens
en 1140. Destaca la Catedral de Nuestra Señora de París.
• Gótico clásico, también denominado alto gótico (1190–1240), en este periodo
desaparecen los últimos vestigios del estilo románico, los templos presentan tres
pisos, arcadas, triforio y claristorio. Buen ejemplo de este periodo es la catedral
de Chartres, que sirvió de modelo para otras grandes catedrales de la época
como la Catedral de Soissons y la de Reims.
• Gótico radiante (rayonnant) (1240–1350), llamado así por el diseño de grandes
rosetones, que constituyen una de sus principales características. Estas ventanas
forman parte de la evolución del tamaño de los vanos en general, su tracería y el
papel que tuvieron en la articulación de los edificios. La tracería cobra una
creciente importancia y pone de manifiesto un cambio de puntos de interés.
Puede destacarse dentro de la evolución de este estilo la Sainte Chapelle, en
París, considerada como una de las joyas del arte gótico
• Gótico flamígero (flamboyant) (desde 1350).
Gótico inglés
La arquitectura gótica inglesa sigue una evolución independiente del resto del
continente. A finales del siglo XII comienza a sustituir al estilo normando reinante
(denominación que recibe en este país el estilo románico) y se prolongará hasta más de
un siglo después de que en Florencia se introdujera el estilo renacentista a principios del
siglo XVI. Los historiadores del arte han dividido tradicionalmente el gótico inglés en
tres periodos:
Velarde retiene algunas frases pronunciadas por Ledoux intentando sintetizar las
características estéticas de su obra desde la actualidad traduciría: