Historia de La Ecologia
Historia de La Ecologia
Historia de La Ecologia
Historia de la Ecología
La palabra ecología proviene de los vocablos griegos ‘oikos’ (casa) y ‘logos’ (tratado, la ecología es el estudio
de los organismos vivos en su entorno, en el ambiente en el que habitan y en el que desempeñan una
función.
Los seres vivos requieren elementos de la naturaleza como oxígeno, luz, agua, nutrientes, etc. (relaciones
seres vivos con los factores físicos y químicos del ambiente). También requieren relacionarse con otros
seres vivos (plantas, animales, microorganismos) que sirven como alimento, parásitos y simbiosis (rela-
ciones entre los seres vivos).
Los griegos, desde el siglo V A.C., fueron los primeros que observaron las relaciones entre los
seres vivos y su ambiente, que por supuesto era muy limitado en ese entonces, pero propusieron
maneras de entender y clasificar el mundo natural que se siguen usando actualmente:
Teofrasto (372 – 287 A.C.), observó la distribución y abundancia de las plantas y las relacionó
con la variabilidad climática y el tipo de suelos.
Plinio “el viejo” (23 – 79), algunos siglos después, en tiempos del Imperio Romano, escribió
la obre Naturalis Historia en 37 tomos. En ella recopila importantes conocimientos
científicos de la antigüedad que abarcan la botánica, la zoología, la mineralogía, la
medicina y la etnografía.
En el siglo XVIII y XIX de la era cristiana aparecieron los famosos “naturalistas”, jóvenes con for-
mación universitaria y científicos en las diferentes ramas de las ciencias de la vida y de la tierra,
cuya posición social y económica les permitió hacer viajes a sitios con condiciones físicas y bió-
ticas muy diferentes a los países en los que ellos habitaban, estos científicos ayudaron a forjar
lo que se conoce como la ecología moderna, entre ellos:
Carolus Linnaeus (1707 – 1778), naturalista sueco, es el autor de una clasificación cuyos
principios fundamentales están en la base de la taxonomía científica. Escribió en
1755 Nomina si nescis, perit et cognitio rerum (Si ignoras el nombre de las cosas,
desaparece también lo que sabes de ellas).
Georges Buffon (1707-1788), naturalista francés, escribió su obra Histoire naturelle, géné-
rale et particulière en 36 tomos (más ocho volúmenes adicionales compilados tras
su muerte por Bernard de Lacépède). Fue el primero que abordó el tema de la re-
gulación del número poblacional en la naturaleza, tema que actualmente sigue te-
niendo mucha vigencia en estudios ecológicos.
Georges Cuvier (1769 – 1832), naturalista francés, Fue el primer promotor de la anatomía com-
parada (que sentaría las bases anatómicas del proceso de entender los cambios evolu-
tivos) y la paleontología, concibió la historia geológica como puntuada por catástrofes.
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Ecología
En ellas se habrían extinguido especies sustituidas por otras que procederían de otras
regiones del planeta que se habrían salvado de la catástrofe.
Durante el siglo XVIII y principios del XIX, científicos europeos con interrogantes respecto al ori-
gen de los seres vivos, buscaron explicaciones a la cantidad creciente de pruebas paleontológi-
cas que encontraban. El hallazgo de los fósiles y de organismos de tierras lejanas planteó pre-
guntas interesantes:
- ¿Por qué los fósiles son muy parecidos a los seres vivos actuales?
- ¿Tienen parentesco esas formas de vida antiguas con las actuales?
- ¿De dónde había surgido tal variedad de formas de vida?
- ¿Porqué unas formas lejanas se parecen y otras cercanas son muy diferentes entre si?
- ¿Aquellas que se parecen tienen una historia común?
- ¿Aquellas que se diferencian responden a los recursos existentes?
Erasmus Darwin (1731 – 1802), médico y naturalista británico, abuelo de Charles Darwin fue uno
de los defensores de teorías primitivas de evolucionismo. Publicó un tratado sobre la
"generación" en el que adelantaba las posturas evolucionistas de Lamarck.
Jean Baptiste Lamark (1744 – 1829), naturalista francés, formuló una de las primeras teorías de
la evolución biológica, acuñó el término «biología» para designar la ciencia de los seres
vivos y fue el fundador de la paleontología de los invertebrados. Su aporte a la evolución
se basó en el transformismo (lo cuál era equivocado y luego fue reemplazado por la
selección natural de Darwin) y la ridiculización de interpretaciones teológicas a la evi-
dencia fósil.
Charles Darwin (1809 – 1882), científico británico que publicó en 1859 El origen de la espe-
cies, para lo cual, recogió evidencia de varias partes del mundo, incluyendo las Islas
Galápagos (ver lectura anexa).
Alfred Russel Wallace (1823 – 1913), científico británico quien llegó a las mismas conclusiones
de de Darwin al respecto de la teoría de la selección de Darwin con evidencia recopilada
en el sudeste asiático, considerado además como padre de la zoogeografía.
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Ecología
Estos científicos fueron excelentes observadores de la naturaleza y los procesos que la explican
y no fue sino hasta el siglo XX que la Ecología nace como ciencia, para lo cual fue importante el
aporte de algunos personajes importantes:
Ernst Haeckel (1834 – 1919), zoólogo alemán, quien en 1869 acuñó por primera vez el término
ecología en su obra Generelle Morphologie der Organismen.
Arthur George Tansley (1871 – 1955) acuña en 1935 un nuevo término al mundo,
Ecosistema, concepto ecológico holístico e integral que relaciona a los or-
ganismos vivos y al ambiente físico en un sistema. Tansley presentó este
término en un artículo de 23 páginas en la revista Ecology, The use and
abuse of vegetational concepts and terms.
Ya desde 1960 la ecología empieza a cobrar fuerza ya que se publicaron varios estudios que
evidenciaban que el ambiente se encontraba en riesgo de desequilibrarse mal uso de los recur-
sos naturales. Este fenómeno acelera el estudio de los ecosistemas y los procesos que los rigen
y da paso para que se confunda el estudio de los ecosistemas (ecología) con su conservación.
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Ecología
En 1855 Darwin vio publicado en una revista científica el siguiente artículo: "Sobre la ley que ha regido la apari-
ción de especies nuevas”. Su autor: un tal Alfred Russel Wallace. La tesis: la vida no se creaba sin cesar, sino
que se desarrollaban poco a poco formas nuevas de las viejas ("toda especie cobra existencia de modo que
coincide en el tiempo y el espacio con otra preexistente y muy emparentada con ella").
Evidentemente, para ejercer su dominio sobre lo que él consideraba su obra debía publicar. Comenzó a escribir
en 1856, y hacia junio de 1858, cuando llevaba doscientas cincuenta mil palabras, tuvo de nuevo noticias de
Wallace en forma de manuscrito en el que Wallace hablaba de sus ideas. Hasta tal punto eran estas coinci-
dentes con las de Darwin, que este escribió a su amigo Lyell: "Jamás supe de coincidencia más total... toda
mi originalidad... quedará en nada".
Finalmente, en 1859, el 24 de Noviembre, a los doce meses de haber recibido el manuscrito de Wallace, publicó
su obra "Origin of Species", de la que Wallace recibiría un ejemplar y del cual opinó: "Perdurará tanto como
los Principia de Newton. El señor Darwin ha donado al mundo una ciencia nueva, y su nombre, a juicio mío,
se destaca por encima del de muchos filósofos antiguos y modernos. ¡¡La fuerza de la admiración me impide
decir más!!".
Wallace nació catorce años después que Darwin. Gran observador y muy inteligente, se hizo topógrafo profesio-
nal, encontró sus primeros fósiles y advirtió la importancia científica de la geología. Se entregó al coleccio-
nismo, rasgo que compartiría con Darwin. Leyó a Lyell y el diario del Beagle. En 1849 zarpó para el Amazonas,
y llegó a gozar de gran fama de coleccionista meticuloso y digno de confianza. Coleccionó hasta 125.000
especímenes.
En estas condiciones, se preguntó las mismas cosas que Darwin: cómo y porqué cambian las especies y cómo se
adaptan estas a sus medios. Fue una de las coincidencias más portentosas de la historia de la ciencia. Refi-
riéndose a Darwin, escribió una vez: "Ni en sueños me hubiera acercado yo a la perfección de su libro. Con-
fieso mi agradecimiento de que no me incumbiera presentar la teoría al mundo".
La teoría de Wallace difiere de la de Darwin en algunas cuestiones importantes; por ejemplo, niega que la selec-
ción natural sea suficiente para dar cuenta del origen del hombre, lo cual requiere, según Wallace, la inter-
vención divina directa. También creyó que el proceso evolutivo había finalizado en los hombres y que la
evolución sería imposible en adelante.
Como anécdota, comentar que la peor experiencia de Wallace fue con un fundamentalista de la Tierra plana, un
tal John Hampden, que había prometido un premio de quinientas libras a quien le demostrase la redondez
terrestre. Un juego de niños para un topógrafo como Wallace. Eligió un lago de nueve kilómetros en Gales,
con un puente en un extremo y un dique en el otro. Pintó una diana en el lado del primero, a un metro y
ochenta centímetros de la superficie lacustre, colocó un catalejo a la misma altura en el dique, y a medio
camino de ambos situó una estaca con una diana a la misma elevación de la primera. Como esperaba, la
estaca intermedia se destacó a nivel más alto, prueba de que el haz acuático se curvaba. Hampden bombar-
deó a Wallace con vilipendios y acciones judiciales y terminó en prisión por difamación un par de veces. Así,
a lo largo de tres lustros acosó a Wallace pidiéndole la cuantía del premio y las costas judiciales.