Cristo en Ti
Cristo en Ti
Cristo en Ti
«Examinaos a vosotros mismos para ver si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿No
reconocéis que Jesucristo es en vosotros?»1 Ahora, la fe no es completa hasta que a través de la
experimentación se convierte en experiencia. Cuando pruebas a Cristo en ti, y pruebas por experiencia
que funciona, entonces tienes la fe. Pero primero debes descubrir quién es Cristo, dónde está, y qué es.
No estás llamado a comprobar una tradición del hombre como algo en el exterior, ¡sino a Cristo Jesús
que es en ti!
Quizá esta noche se enteraron de la noticia de que los católicos acaban de eliminar a cuarenta
santos. Por cientos de años, millones de personas han orado a San Cristóbal, pero ahora se les dice que
nunca existió. ¿Cuántas medallas y estatuillas de San Cristóbal se han vendido para proteger a aquellos
que han ido a la guerra o han hecho largos viajes? Creyendo que era el santo de los viajeros, ¿cuántos
depositaron su fe en él? [El condado de] Santa Bárbara se llama así en honor a Santa Bárbara, quien ahora
se cree que es inexistente, ¡y la causa del oleoducto recientemente roto!
Si lees las Escrituras atentamente (y no sigues al rebaño) verás que no hay intermediario entre tú y
Dios. No hay sacerdote ni santo, ministro, maestro de la verdad, ni supuesto sanador que pueda ser
intermediario entre tú y Dios. Cristo en ti es tu «esperanza de la gloria»2. Debes examinarte a ti mismo
para ver si estás en la fe. Ponte a prueba. ¿No te das cuenta de que Jesucristo es en ti? Si te das cuenta,
ponlo a prueba. Él es tu poder para crear, tu poder para imaginar todo, sea bueno, malo o indiferente.
El capítulo 14 del Libro de Juan comienza con: «no se turbe vuestro corazón». Esta declaración es
repetida de diferentes maneras una y otra vez por el maestro de las almas, que es Cristo en ti, porque
cuando él despierta, el miedo es abolido. Despierto, te alienta a no temer, a no preocuparte, a no turbarte.
Un tirano no podría existir sin el miedo. Debe matarnos de miedo antes de que pueda controlarnos. Al
asesinar a millones (y tú tienes miedo de ser el siguiente) él te tiene bajo su poder. Pero si tú sabes que ni
tú ni tu familia pueden morir, no tendrás miedo y entonces, no habría tirano. La tiranía solo puede existir
en un mundo aterrorizado. Así que la Imaginación Despierta comienza Juan 14 diciendo:
«No se turbe vuestro corazón; creed en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas
moradas hay; si no, os lo hubiera dicho; voy, pues, a prepararos un lugar para vosotros. Y cuando me
vaya y os prepare un lugar, vengo otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis
también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino».
Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas; ¿Cómo podemos saber el camino?»
Jesús contesta: «Yo soy el camino, la verdad y la vida».
Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre, y nos basta».
Y Jesús responde: «Tanto tiempo he estado con vosotros, ¿y no me has conocido, Felipe? El que me
ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo entonces dices: “Muéstranos al Padre”?»
Tomemos este verso primero en este nivel, y luego lo llevaremos a un nivel más alto. En la casa de
mi Padre muchas moradas hay. La palabra traducida como «morada» significa ‘quedarse en cierto lugar;
estado; relación o expectativa’. Existen infinitos estados desde los cuales puedes ver al mundo. Podrías
entrar a un estado y permanecer allí hasta que se convierta en tu hogar, o podrías simplemente transitar
a través de él por un momento, pero es un estado, una de las muchas moradas de tu Padre. Elige la
12 Cor 13,5.
2En referencia a Col 1,26: a quienes Dios quiso dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles,
que es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria.
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morada en la que quisieras entrar en la casa de tu Padre. Asume que ya estas allí. Siente la realidad del
estado rodeándote, y has llegado. Tu sueño ahora es real, ¡pero debes morar allí!
Cuando te vayas de este auditorio esta noche, esperas volver al lugar que dejaste para venir aquí.
En este momento este auditorio es sólido y real, mientras que tu hogar es solo una imagen mental.
Entonces, ¿qué es un hogar? Es el estado al que tus pensamientos vuelven constantemente. ¿Estás
pensando desde el estado que deseas? ¿O es tu sueño tan solo una fantasía pasajera, una ensoñación que
disfrutaste por un momento y luego sueltas? Puedes darte cuenta si moras en el hogar de tu deseo al
observar tus pensamientos, porque el estado al que constantemente vuelves, constituye tu morada.
Al imaginar que eras la persona que querías ser y escuchar a tus amigos regocijarse por tu buena
fortuna, entraste en ese estado y preparaste un lugar en el cual morar; porque en ese momento Cristo en
ti le estaba hablando al yo externo y racional. Como tu propia y maravillosa imaginación humana, Cristo
te dice que sabe que tienes miedo; que tienes obligaciones que cumplir en la vida, pero que no tengas
miedo porque: «Iré y prepararé un lugar para ti». Sabiendo esto, cierra tus ojos físicos al mundo que te
rodea, y no dejes que tu corazón se turbe, ni permitas que tenga miedo, ¡porque todas las cosas son
posibles para Cristo en ti! Déjale preparar el estado, porque él es el camino a su cumplimiento.
Cierra los ojos a los hechos de la vida y atrévete a asumir que estás viendo y escuchando lo que
verías y escucharías si tu deseo fuera verdad. Ahora, sintonízalo como sintonizarías una radio. Si al
prender la radio se escucharan cuatro o cinco emisoras al mismo tiempo, no podrías soportar la confusión
y apagarías la radio. Así es con tu imaginación, debe ser perfectamente sintonizada. Ahora, ningún radio
o televisor es comparable contigo, porque aquello que la mente crea no puede ser superior a la mente
que lo creó. Estamos asombrados por la perfección del pequeño instrumento llamado radio, porque
puede producir sonidos de la nada, y, aun así, la mente que está asombrada, es aquella que lo creó.
Podemos llevar nuestro radio o televisor a cualquier parte de la casa o el patio, sin conexión a una carga
eléctrica, y aun así el sonido y la imagen llegan perfectos, y cualquier estación (o canal) puede ser
alcanzada por el simple giro de una perilla. En este momento, todo lo que está siendo transmitido o
televisado en el mundo, está en esta habitación, pero no lo hemos sintonizado.
Ahora, tú tienes un instrumento infinitamente más grande que cualquier radio o televisor, pero
debe ser prendido y perfectamente sintonizado. Piensa en un amigo que se regocijaría verdaderamente
por tu buena fortuna. Sintonízalo hasta que su voz sea la única que puedas escuchar. Deja que exprese
su emoción por tu buena fortuna. Escúchalo atentamente hasta que su voz sea perfectamente clara, y
puedas escuchar la frase que has puesto en esa voz. Ahora cree en su realidad. Si lo haces, estás viviendo
de acuerdo a este principio, y no solo aceptando la fe cristiana como un sustituto de vivir de acuerdo a
él.
¿Puedes imaginar la confusión por la que pasa el mundo católico esta noche, ahora que las cortes
han sacado cuarenta de sus denominados santos? La mitad de mi familia es católica. Realmente espero
que mis hermanos protestantes, que no se han casado con mujeres católicas, sean lo suficientemente
grandes como para mencionarlo. Recuerdo hace veinte años atrás cuando mi esposa y yo visitamos a una
familia católica. En ese momento mi esposa me dijo:
—Son católicos fervientes, pero no saben nada de ti, excepto que eres protestante y no eres «salvo».
Luego de una agradable cena nos sentamos junto a la piscina y observamos a sus tres hijos nadar.
Cada muchacho tenía una medalla de San Cristóbal en su cuello. Uno ya tenía tres años en el sacerdocio
cuando renunció, se unió al ejército y regresó sin poder oír. Otro volvió sin un pie y el tercero sin un
brazo. Me dijeron que creían que sin sus medallas hubiesen muerto. Bueno, me pregunto qué pasará en
esa familia ¡cuando se enteren de que San Cristóbal nunca existió! El único Cristo que siempre ha existido
está dentro de ti como tu propia y maravillosa imaginación humana. Nunca hubo otro.
Cuando se despierta para descubrir que todo lo que ha sido anunciado en la biblia está teniendo
lugar en uno, se sabe quién es en realidad el Mesías. Él contó su historia, mientras que algunos creían y
2
otros no le creían. Aquellos que la escucharon y le creyeron escribieron sus experiencias en forma de
relato, porque la verdad es mucho más aceptable cuando se cuenta en forma de relato, como en nuestros
cuatro evangelios. Pero un día seremos lo suficientemente grandes para escucharla sin la forma de relato
que nos ayuda.
La redención fue anunciada en el Viejo Testamento, pero no fue entendida por aquellos que la
escribieron. Los profetas que profetizaron la venida del Mesías buscaron e indagaron sobre esta gracia
que debía ser nuestra, y les fue revelado que no les estaba dado conocerla. El tiempo todavía no había
venido, porque era para nosotros. Ahora que los horrores han sido cumplidos, el Mesías que fue
enterrado en nosotros antes de que el mundo existiera, está comenzando a surgir en el individuo. Todo
lo que se dijo de Jesucristo se cumplirá en ti como individuo, porque la biblia fue escrita sobre ti.
Ahora, antes de que venga el Mesías, tú puedes poner su palabra a prueba. Si Cristo es tu propia y
maravillosa imaginación humana, y todas las cosas (sean buenas, malas o indiferentes) son creadas por
él, tú puedes imaginar cosas desagradables y perpetuar su imagen. Decir que Cristo solo hace lo bueno
y el diablo hace lo malo es falso, porque el diablo es tan falso como Cristóbal. Cuando pones en duda el
poder de Cristo en ti, eso es el diablo. A menos que realmente creas que «Yo Soy» es el ser que estás
buscando, y le ores solo a Él ejercitando tu imaginación humana, nunca alcanzarás tu deseo, porque la
consciencia es el único poder que puede dártelo.
Esta noche pregúntate qué serías consciente de escuchar, ver y experimentar si tu deseo fuese ahora
cumplido. Si lo que te digo es cierto y tu imaginación crea todas las cosas, entonces deberías ser capaz de
comprobar su poder al probarlo. Te digo: no existe intermediario entre tú y Dios. Si pruebas este poder
dentro de ti, se probaría a sí mismo en los resultados. Entonces sabrás quién es Cristo realmente.
Ahora bien, «nadie viene al Padre sino por mí», y te voy a decir exactamente cómo llegar al Padre.
No está explicado en las escrituras. Lo busqué, pero no pude encontrarlo, hasta que Él mismo se me
reveló. Un día él se revelará en ti, porque verás a un niño, elegido por Dios para ser su hijo. El niño será
de tez rojiza, muy apuesto, de ojos hermosos, en su adolescencia. Cuando lo veas a los ojos, sabrás
exactamente quién es él y quién eres tú. Y solo entonces sabrás que tú eres Dios el Padre. Así que, nadie
viene a la consciencia de ser Dios el Padre sino por la revelación de David, porque él es el único por el
cual te haces consciente de la Paternidad.
En este mismo capítulo 14 de Juan, la Imaginación Despierta hace esta pregunta: «Tanto tiempo he
estado con vosotros, ¿y no me has conocido? El que me ha visto mí, ha visto al Padre; ¿cómo entonces
dices: “Muéstranos al Padre”?» David es uno con su Padre. Está unido al Señor, llegando a ser un solo
espíritu con Él. Así que, la única forma en que podrías encontrar al Padre dentro de ti es traer a su hijo
David. Se nos dice en el salmo 89:3 «Hallé a David […]. Él clamará a mí: “Tú eres mi padre, mi Dios y la
roca de mi salvación”».
La palabra «hallé» escrita aquí,4 si se toma superficialmente, implica que David estaba perdido;
pero la palabra significa ’sacar a la luz a aquel que estaba detrás de ti’. David, la eterna juventud, fue
puesto en la mente del hombre, por lo que el hombre no puede descubrir qué es lo que Dios ha hecho
desde el principio hasta el final, cuando saca a la luz aquello que estuvo detrás todo el tiempo, esperando
para salir. Nunca sabrás que eres Dios el Padre hasta que David aparezca y te llame Padre. Es él quien
declaró en el segundo Salmo: «Proclamaré el decreto del Señor. Él me ha dicho: “Mi Hijo eres tú, Yo te
he engendrado hoy”».5 En mi caso sentí una explosión en mi cráneo, y cuando todo se calmó vi a mi hijo
3Sal 89,20 y 89,26: «Hallé a David mi siervo, Lo ungí con mi santa unción»; «Él clamará a mí: ¡Tú eres mi Padre, Mi Dios y la
Roca de mi salvación!»
4 El el Salmo 89,20 la palabra hebrea para «hallé» es matsá, que deriva de motsá, y que significa ‘egresar; lo que sale; hacer
brotar’.
5 Sal 2,7.
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apoyándose en el costado de una puerta abierta, observando una escena pastoral. Cuando se dio vuelta
y me vio parado a su derecha, supe que yo era su padre, cumpliendo las escrituras.
El Evangelio es la historia más auténtica jamás contada, pero el hombre, a causa de sus tradiciones,
ha vaciado la palabra de Dios, y construyó un concepto ridículo llamado «santos». ¿Qué hombre sobre
la Tierra puede ser santo? Los únicos santos son los redimidos, aquellos que forman el cuerpo del Señor
resucitado. Permítanme decirles: todo el mundo está predestinado a ser redimido. Ni uno solo se perderá,
así que ¿para qué elegir a alguien y llamarlo santo, para luego negar que alguna vez fue cristiano? Hasta
sacaron a San Nicolás de su lista, declarando que ¡Jamás existió! He aquí hombres mortales, sin visión,
¡erigiéndose como jueces de los santos!
Te digo: sin importar lo que hagas aquí como hombre mortal, serás redimido, porque la redención
no tiene nada que ver con los códigos éticos del hombre. Depende completamente del ser que está dentro
del hombre, quien, habiendo interpretado todos los roles, despierta para recibir la corona de justicia que
ha estado en espera de su retorno. En el momento en que despierta, eres redimido. Pero tus amigos saben
que eres igual de mortal, y no tienen ni la menor idea de lo que es este poder. Robert Browning lo dijo
en su poema «Ensueño»:
Esto es verdad porque: antes del poder, era el amor. En mi caso luchar por el amor no me lo reveló.
Solo cuando Dios en mí se mostró a sí mismo como el amor, me fue fácil verlo.
Como el amor, tú ejercitarás tu omnipotente poder en el mundo venidero. Tener ese poder aquí
antes de haber sido incorporado en el cuerpo del amor, causaría estragos en el mundo; porque el Dios
del que hablo es amor infinito y poder omnipotente, y tú eres ese Dios, pero no lo sabrás hasta que tu
viaje esté completo. Solo cuando él complete el viaje se mostrará a si mismo ante ti —su emanación— al
abrazarte en su propio ser. En ese momento dejarás de ser otro, porque te harás uno con el Dios Viviente.
Luego contarás tu historia a todos los que quieran escucharla. Algunos te creerán, y otros no te creerán,
pero la contarás hasta que te desprendas de tu vestidura mortal por última vez, para convertirte en uno
con el Señor resucitado, que está formado por todos los redimidos de la humanidad. Y en el final, cuando
todos sean redimidos, este ser que ya era antes de que el mundo existiera, será más poderoso, más sabio
y más glorioso por su viaje hacia el mundo de la muerte.
Esta noche, aprende a sintonizar bien tu imaginación. Conociendo la voz de tu amigo, sintonízalo.
Determina las palabras que quieres que él diga y escucha con atención. Sintonízalo hasta que sus palabras
sean perfectas y claras, y luego cree que lo has escuchado. Piensa que realmente ha sucedido. Si lo haces,
sucederá. Cuándo…, no podría decirlo, porque cada acto imaginal es como un huevo, y no hay dos
huevos (a menos que sean de la misma especie) que tengan el mismo intervalo de tiempo de incubación.
El pequeño pájaro sale en tres semanas, una oveja en cinco meses, un caballo en doce meses, un humano
en nueve meses. Tu acto imaginal tiene su hora señalada para madurar y florecer. Si parece tardar, espera,
porque es seguro, y en su tiempo no llegará tarde.6
Un acto imaginal es un acto creativo, porque en el momento en que se siente, la semilla (o estado)
es fertilizada. Tomará cierto tiempo para que nazca, así que empieza hoy a asumir que eres el hombre o
6En referencia a Hab 2,1-3: Y YHVH me respondió y dijo: Escribe la visión y escúlpela en tablillas, para que cualquiera la
pueda leer con rapidez. Porque es aún visión para el tiempo señalado: ella hablará al fin y no será frustrada. Aunque tarde,
aguárdala, porque sin duda vendrá, y no se retrasará. He aquí, aquel cuya alma no es recta está envanecido, pero el justo por
su fe vivirá.
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la mujer que te gustaría ser, y permite que en el ojo de tu mente las personas reflejen la verdad de tu
asunción. Permanece fiel a tu asunción. Persiste en este pensamiento, porque la persistencia es el camino
para traer tu deseo a la manifestación. No persistes con el esfuerzo o el miedo, sino sabiendo que tu acto
imaginal es ahora un hecho; espera su nacimiento, porque vendrá.
Ahora, una amiga me escribió contándome un sueño en el que estaba caminando por la calle,
sosteniendo un pez en sus manos. El pez parecía estar muerto, pero ella aún sentía su pulso. Determinada
a mantener al pez vivo, ella encontró un vaso, lo llenó de agua y puso al pez adentro. Luego despertó,
escuchando una voz masculina que decía: «Oh, querida».
Cada sueño contiene dentro de sí mismo la capacidad de significación simbólica. Un pez es el
símbolo del poder de la imaginación humana. Imagínate a ti mismo deprimido, y la imaginación te
lanzará al hoyo de la depresión. Imagínate libre, y tu poder imaginativo te liberará, porque tu
imaginación es el salvador de tu mundo. Cuando te pierdes en el mundo del razonamiento, tu
imaginación no está siendo alimentada con tu deseo, porque el razonamiento niega su flujo. Cristo,
siendo tu imaginación humana, no está limitado por el mundo del razonamiento, y todas las cosas son
posibles para él. Si ignoras los hechos y entras en tus actos imaginales como si tu deseo ya hubiese sido
cumplido, estás alimentando a Cristo, y él vuelve a la vida dentro de ti una vez más. Su sueño, creado
por su propio ser, que es Cristo en ella, le estaba diciendo que estaba desatendiéndose a sí misma. Saber
qué hacer no es suficiente. El conocimiento debe ejercitarse. Es muy fácil aceptar la Fe Cristiana y usarla
solo para sustituir la acción, y tan difícil vivir de acuerdo ella; pero solo cuando vives de acuerdo a tu
imaginación, podrás saber quién eres realmente.
Yo tuve una experiencia similar a la de esta dama, pero en la mía el símbolo de Cristo tenía otra
forma, la de un cerdo. Una noche me encontré en un vivero lleno de todo lo que crece. Cuando
comenzaba a irme miré hacia abajo y vi una miniatura de cerdo a mis pies. Lo levanté y lo puse sobre la
mesa, rompí algunas ramas de un árbol para ponérselas como colchón y comencé a buscar comida para
alimentarlo. Luego, como sucede en los sueños, la escena cambió. Ahora estaba en un mercado de
verduras con el cerdo a mi lado. Él había crecido en altura, pero estaba muy flaco. De repente me doy
cuenta de que era mío, así que me dirigí a mi pequeña hija Vicky y le dije:
—Ve a buscar comida para que pueda alimentar a mi cerdo.
Ella respondió:
—Papi, no tengo dinero.
Luego le dije:
—Aquí no necesitas dinero porque todo esto nos pertenece.
Fue a un puesto de galletas apiladas en forma de pirámide y tomó una caja de la base, haciendo
que la pirámide entera se cayera.
Abrí la caja y comencé a alimentar a mi cerdo, cuando mi hermano Víctor se me acercó y, tomando
lo que parecía ser una grasa blanca y cremosa, la untó sobre mis galletas diciendo:
—Esto lo alimentará.
De repente, una vela encendida apareció dentro de la mezcla, y yo dije:
—La vela está encendida, y nunca más debe volver a apagarse.
Luego estas palabras de las escrituras vinieron a mí: «Su lámpara brilla sobre mi frente, y por esta
luz camino en la oscuridad […], porque el espíritu del hombre es la lámpara del Señor».7
Antes de esta visión, yo había descubierto que mi imaginación era el único Dios que jamás ha
existido; sin embargo, a pesar de este descubrimiento, yo no la había alimentado. Más bien continuaba
usando el enfoque racional de la vida al planear mi vida con un criterio lógico. Conocer un poder que no
7Job 29,3 y Pro 20,27: «Su lámpara brilla sobre mi cabeza, Y a su luz cruza las tinieblas»; «Lámpara de YHVH es el espíritu del
hombre, Que escudriña las profundidades del alma».
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necesitaba la razón no era suficiente; tenía que ejercer este poder dentro de mí. Luego me propuse
ejercitar mi imaginación en beneficio propio y de otros. Yo vi que mi lámpara estaba encendida y supe
que desde ese momento en adelante no permitiría que su luz se volviera a apagar o se atenuara por falta
de uso.
Pablo dijo: «Soy administrador del misterio».8 La palabra [administrador o] mayordomo significa
[etimológicamente] ‘cuidador de los cerdos’.9 Se nos dice que sigamos el ejemplo del mayordomo
deshonesto y que falsifiquemos nuestro historial.10 Sin embargo, para ser administrador de los misterios,
el «cerdo» debe ser alimentado, para que sepas de qué estás hablando. Debes ejercitar tu poderosa
imaginación mañana, tarde y noche, y nunca descuidarla. Si esta noche le dieras a un hombre un millón
de dólares para que los invirtiera inteligentemente, descuidaría su «cerdo» al no alimentarlo porque
creería que lo tiene todo. Luego, una noche vería a su cerdo y se daría cuenta de lo que le ha hecho al
poder dentro de él. Si eres músico y dejas de practicar por una semana, no estarás preparado para dar
un concierto. Solo cuando practicas diariamente estás preparado. Lo mismo sucede con la imaginación.
Debe ser ejercitada diariamente, y luego un día, descubrirás a Cristo dentro de ti, que es Dios el Padre,
que viene solo a través de su hijo David llamándote Padre.
Ahora entremos en el silencio.
8 En referencia a 1 Cor 4,1: sí, considérenos todo hombre como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.
9 En inglés, la palabra steward (que en español se traduce como ‘administrador’ o ‘mayordomo’) tiene una interesante
etimología. Significa literalmente ‘el cuidador de la pocilga’. Más tarde se aplicó a la persona que velaba por las actividades de
la mansión de un noble. Él era el guarda o administrador donde el rey o un noble recibirían invitados, escucharía sus
peticiones, haría juicios, festines y otro tipo de actividades. Estaba a cargo de asegurar que hubiese suficiente comida para
todos, y que los invitados fueran presentados y despachados en el momento adecuado, etc.
10 Luc 16,1-13: Jesús se dirige a sus discípulos y les habla de un hombre rico que se entera de que el administrador o
mayordomo de su casa no ha actuado bien. Jesús cuenta que se acusa al mayordomo de malgastar los bienes de su amo; así
que éste le informa que lo va a despedir. El mayordomo se pregunta: «¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me va a quitar la
administración de la casa? No tengo fuerzas para cavar y me da vergüenza mendigar». Entonces se le ocurre una idea: «Ya sé
lo que voy a hacer para que, cuando me quiten la administración de la casa, la gente me reciba en su hogar». De inmediato,
llama a los deudores y le pregunta al primero: «¿Cuánto le debes a mi amo?» (Lucas 16:3-5). Él le responde: «Le debo 100
medidas de aceite de oliva». El mayordomo le dice: «Aquí tienes tu acuerdo escrito. Rápido, siéntate y escribe 50» (Lucas 16:6).
Luego le pregunta a otro: «Y tú, ¿cuánto debes?». «Le debo 100 medidas grandes de trigo», le contesta. Entonces el
mayordomo le dice: «Aquí tienes tu acuerdo escrito. Escribe 80». Así que le reduce bastante la deuda (Lucas 16:7). Como el
mayordomo todavía está a cargo de los asuntos económicos de su amo, tiene autoridad para reducir lo que otros le deben. Al
hacerlo, se gana la amistad de los que le pueden devolver el favor cuando pierda su empleo. Y Jesús alaba al mayordomo
porque, aunque era injusto, actuó con sabiduría práctica. Jesús añade: «Los hijos de este siglo, al tratar con los de su propia
generación, son más sabios en sentido práctico que los hijos de la luz» (Lucas 16:8). Jesús les explica a sus discípulos: «Hagan
amigos usando las riquezas injustas para que, cuando estas fallen, sean recibidos en las moradas eternas» (Lucas 16:9).
Además, Jesús dice que los que sean fieles al usar y cuidar sus posesiones materiales también serán fieles al atender asuntos de
mayor importancia. «Por lo tanto —añade—, si ustedes no han sido fieles al usar las riquezas injustas, ¿quién les va a confiar
las verdaderas riquezas?” (Lucas 16:11). Jesús concluye diciendo: «Ningún sirviente puede ser esclavo de dos amos, porque
odiará a uno y amará al otro, o le será leal a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden ser esclavos de Dios y a la vez de las
riquezas» (Lucas 16:9, 13).