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Guanabacoa

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La ciudad de Guanabacoa se encuentra situada en la provincia de La

Habana, a unos cinco kilómetros al suroeste de la ciudad de La


Habana y sur de la ciudad de Regla. Era habitada por nativos de la
cultura Taína*. No hemos logrado encontrar datos concretos que
indiquen si era un pueblo taíno o si era una población dispersa,
aunque las fuentes de información indican que era un cacicazgo
diferente al de Habaguanex, donde se fundó La Habana. Ya en 1525
al gobernador de la isla se le encomendó reunir a los nativos en la
zona de Guanabacoa, pero no fue hasta 1555 que por orden del
Cabildo de San Cristóbal de La Habana del 12 de junio de 1554 no se
puso en efecto esta encomienda.

El vocablo Guanabacoa es de origen taíno, significa algo así como


“sitio de aguas” o “lugar de las aguas”. Posiblemente refiriéndose a
los muchos y abundantes manantiales que había en la zona donde
hoy se encuentra ubicada esta ciudad. Comenzó la rehabilitación de
los taínos bajo el cuidado de Hernán Manrique de Rojas, nombrado
Protector de los indios. Este señor distribuyó a los indios las
parcelas que eventualmente llegarían a formar la Villa. En 1578 se
construyó una ermita, que en 1607 se designó parroquia y se
comenzaron las obras para el nuevo templo de tal parroquia en el
sitio donde estaba la ermita de Nuestra Señora de la Candelaria. Ya
en esta década había personas procedentes de las Islas Canarias y
negros libres, de La Habana, viviendo en Guanabacoa. Se estableció
el Ayuntamiento en 1607. Se edifican otras iglesias y en 1644 se
inaugura el cementerio de Potosí. Por Real Cédula de 1743 recibió el
nombre de Villa de la Asunción de Guanabacoa con el derecho de
exhibir su propio Escudo.
En los anales de la historia, Guanabacoa también ha reservado su
lugar. Comienzan las epopeyas con el saqueo de La Habana por el
corsario francés Jacques de Sores en 1555. Mientras el Castillo de la
Fuerza defendía a la población con gran valentía bajo el mando de
don Juan de Lobreda, el gobernador de la isla, Pérez de Angulo,
seguido por el cabildo de la capital corrían para esconderse en
Guanabacoa. Hay quienes estiman que si el gobernador hubiese
mantenido su postura y reaccionado con refuerzos tal vez el ataque
inicial hubiese podido ser repelido.

Pero la historia es como es y Pérez de Angulo era buen político, lo


cual no es necesariamente sinónimo con noble ni valiente. Pocos
días después, cuando Sores se despachaba los bienes de La Habana,
el gobernador en toda su lucidez organizó un grupo de unos 300
hombres para recuperar lo que había regalado. Como era de
esperar, aquello sólo sirvió para de verdad enfadar al sanguinario
pirata que había concedido una tregua y las consecuencias fueron
desastrosas. ¿Cómo fue que el gobernador una vez más sobrevivió la
furia de Sores? Los relatos no nos cuentan, lo que sí se sabe es que a
causas de estos hechos fue destituido por la Audiencia de Santo
Domingo.
Fue durante la Toma de La Habana por los Ingleses cuando
Guanabacoa demostró sus auténticos colores. Tan pronto se
detectaron las intenciones de los invasores, sin vacilar fueron las
milicias guanabacoenses a hacer acto de presencia en los fuertes de
Cojímar y Bacuranao. Acto de presencia porque muchos de los
heroicos defensores estaban totalmente desarmados. Frente a los
dos mil hombres que se movilizaron desde Guanabacoa iba el
Alcalde Mayor Provincial, don José Antonio Gómez, o como se le
conocía mejor en la Villa y por el nombre que la historia lo
recordará, Pepe Antonio. Junto con don José Antonio Gómez también
iba el Alcalde ordinario don Basilio de Alvarado, don José Antonio
Ruiz y el Coronel español don Carlos Caro.

Pocas horas después eran reforzados por batallones enviados desde


La Habana, Santa María del Rosario y San Miguel del Padrón. Dos
intentos de desembarco fueron rechazados pero la flota tenía
poderosos cañones y las filas en tierra sufrieron serias bajas.
Eventualmente el 8 de junio de 1762 los ingleses lograron pisar
tierra. Continuó Pepe Antonio al frente de sus hombres luchando
contra los invasores. Aun cuando estos ya se encontraban en
posesión de La Habana, organizó una guerra de guerrillas contra los
ingleses, los que habían cometido todo tipo de barbaridades en la
Villa de Guanabacoa en su paso invasor. Murió el invicto héroe el 9
de mayo de 1763 de alguna enfermedad que le produjo serios
dolores y fiebres altas mientras acampaba en el ingenio de don
Diego Aldana aun en plena lucha contra los ingleses. Fue sumamente
destacado, y también envidiado, el comportamiento del grupo
dirigido por Pepe Antonio. Aun en el presente, cuando se menciona
el nombre de Guanabacoa es muy usual oír a alguien acentuar, “La
Villa de Pepe Antonio”.
Otra persona memorable de la Villa fue el indio Jusepe Bichat, quien
vivió para adorar su imagen de Jesús Nazareno. Se relaciona la
“Loma del Indio” o “Loma de la Cruz”, en Guanabacoa, con este señor.
Al menos hemos leído y escuchado dos versiones con respecto al
porque. Una de estas versiones dice que fue Bichat quien puso la
cruz original sobre tal loma, donde él vivía. Años más tarde un mal
tiempo dañó la cruz, la cual fue reemplazada en 1786 por Fray
Manuel de Soto. La otra versión, que difiere en algo, incluyendo las
fechas, es la que nos brinda Elpidio de la Guardia en el Capítulo III, el
cual proporcionamos de su libro de 1946, Historia de Guanabacoa.
Pero el legado de Bichat es mucho más que el nombre de una loma,
es la imagen de su adorado Jesús Nazareno, que algunos aclaman de
ser milagrosa esta pintura. Y sobre todo, la confirmación de la fe del
indio cubano que pobló esas tierras por muchos años. No se sabe de
donde Bichat adquirió esa imagen, sólo que la adoraba de día y de
noche. Esa fe existía, y tal vez en el presente sea aun más fervorosa,
en esta ciudad. Entre las industrias en Guanabacoa es imposible no
mencionar los Manantiales de la Cotorra. Fundada por Con Claudio
Conde esta planta de embotellamiento de agua natural suministraba
a toda La Habana con agua potable de la más excelente calidad. Junto
a la planta se hicieron los Jardines de la Cotorra proporcionando a la
Villa con un lugar de expansión donde se celebraban fiestas
infantiles, verbenas y bailes.

Himno a GuanabacoaFrank Upierre y música de Marcos Antonio Varcárcel

Reclinada entre verdes colinas


y bañada por aguas de bien
se levanta la heroica villa
con un solo destino: vencer

Salve villa de Guanabacoa


que tus calles nos vean hacer
y labrar en la paz el futuro
con un solo destino: vencer

Con orgullo cantamos la gloria


que forjaron los héroes de ayer
Pepe Antonio, Martí, Néstor Aranguren
esa historia nos llama a crecer

Adelante, adelante, adelante


que tus calles nos vean hacer
bis: y labrar en la paz el futuro
con un solo destino vencer

Pepe
Antonio,
realidad
y
leyenda
PEDRO ANTONIO GARCÍA

Su nombre, Pepe Antonio, es en Cuba sinónimo de


libertad, valentía, amor al suelo patrio. Defensor
inclaudicable de la integridad nacional, ha devenido
leyenda a través de los siglos.

Su caso no es el del mítico Robin Hood inglés: no hay duda


alguna de que existió realmente, los documentos de la
época le describen como el regidor alcalde mayor de
Guanabacoa, en las afueras de La Habana, y mencionan
con reiteración sus andanzas y hazañas.

Con los aportes de cada nueva generación, la imaginería


popular lo ha ido transformando en una especie de
Guillermo Tell cubano, el Cid campeador de las Antillas.
Por ello, para el historiador y el estudioso se hace cada vez
más difícil separar, en su caso, el mito de la realidad.

Lo cierto es que Pepe Antonio, héroe de la resistencia En 1762, cuando los ingleses
popular contra los ingleses en 1762 y paradigma de nuestro tomaron La Habana, José Antonio
pueblo en la lucha contra cualquier invasor, vivió en una Gómez dirigió la lucha de los
época en que aún los cubanos no constituían una vecinos contra los invasores,
nacionalidad. razón por la que a este municipio
lo denominan "Villa Pepe Antonio".
(Foto: Roche)
En su milicia multinacional, agrupó a españoles y africanos
de distintos grupos étnicos: canarios y yorubas, asturianos y congos, andaluces y mandingas,
sin excluir a nadie; a criollos blancos, negros y mulatos libres, indios de Guanabacoa y
esclavos.
Anticipándose al genial Fernando Ortiz, comprendió intuitivamente que para ser cubano solo
hay que tener la voluntad de sentirse como tal, que la cubanía no es blanca, ni mulata ni
negra, nada tiene que ver el color de la piel, porque es, sobre todo, identidad, sentido de
pertenencia.

Porque, por mucho que se afanen ciertos cerebros madrileños en demostrar lo contrario, Pepe
Antonio y su tropa no lucharon por el honor del Rey de España, sino por su suelo natal, por la
tierra en que vivían.

Sobre su vida sabemos poco. Incluso, las fuentes se contradicen sobre su nombre. La
tradición quiere que le llamemos José Antonio Gómez Bullones, pero algunas fuentes señalan
que Antonio era su primer apellido.

Tampoco hay claridad sobre la fecha de su nacimiento y aunque la tradición, con el consenso
general de los historiadores, indica que nació en Guanabacoa el 10 de diciembre de 1707,
algunas fuentes afirman que fue en 1704.

En 1727 se inscribió en las Milicias de su pueblo. Rápidamente le ascendieron a capitán


(1732) y hasta 1748 asumió la defensa costera del norte de la actual provincia habanera, al
este de la capital cubana, entre las localidades de Cojímar y Jaruco.

Cuando los ingleses desembarcaron en el litoral habanero, el 7 de junio de 1762, Pepe Antonio
organizó una partida de 70 hombres, para enfrentar a los invasores.

Dicen que al frente de su tropa cargó al machete contra los ingleses, prefigurando las
hombradías que en el siglo siguiente harían Máximo Gómez y Antonio Maceo.

Los documentos de la época abundan sobre sus andanzas. Del 7 al 13 de junio sostuvo varios
combates contra los invasores, a quienes tomó más de medio centenar de prisioneros.

El día 18, atacó un campamento enemigo y le ocasionó varios muertos; el 23, a una patrulla
provocando numerosas bajas.

Según algunos investigadores, en mes y medio de lucha ocasionó más de 300 bajas a los
ingleses y les tomó más de 200 prisioneros.

Cuenta la leyenda que lleno de envidia, el inepto y soberbio coronel español Francisco Caro,
destituyó del mando a Pepe Antonio. El guanabacoense, afirma la tradición oral, falleció el 26
de julio de 1762, a causa del disgusto que le causó tal injusta medida.

Días después, las autoridades españolas se rindieron a los ingleses y estos pudieron entrar
victoriosos en La Habana. Un año más tarde, España restablecía su control sobre la capital de
Cuba.

Pero ya comenzaban a evidenciarse las diferencias entre los españoles y los criollos insulares,
quienes poco a poco se estaban transformando en cubanos y pronto comprenderían que su
destino era fundar en esta tierra una nación libre y soberana.

José Antonio Gómez Bullones. Héroe de la resistencia popular contra los ingleses en
1762, conocido por la historia como Pepe Antonio. Regidor, alcalde mayor de Guanabacoa,
desde 1748 hasta 1762.
Contenido
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 1 Origen
 2 Desembarco inglés en la Habana
 3 Muerte
 4 Trascendencia
 5 Curiosidades
 6 Fuente
 7 Enlaces Externos

Origen

Sobre su vida sabemos poco. Incluso, las fuentes se contradicen sobre su nombre. La
tradición quiere que le llamemos José Antonio Gómez Bullones, pero algunas fuentes
señalan que Antonio era su primer apellido. Tampoco hay claridad sobre la fecha de su
nacimiento y aunque la tradición, con el consenso general de los historiadores, indica que
nació en Guanabacoa el 10 de diciembre de 1707, algunas fuentes afirman que fue en
1704.

En 1727 se inscribió en las Milicias de su pueblo. Rápidamente le ascendieron a capitán


1732 y hasta 1748 asumió la defensa costera del norte de la actual provincia habanera, al
este de la capital cubana, entre las localidades de Cojímar y Jaruco.

Desembarco inglés en la Habana

Ocurrió como parte de la Guerra de los Siete Años. Cuando los ingleses desembarcaron en
el litoral habanero, el 7 de junio de 1762, Pepe Antonio organizó una partida de 70
hombres, para enfrentar a los invasores. Dicen que al frente de su tropa cargó al machete
contra los ingleses, prefigurando las hombradías que en el siglo siguiente harían Máximo
Gómez y Antonio Maceo.

Los documentos de la época abundan sobre sus andanzas. Del 7 al 13 de junio sostuvo
varios combates contra los invasores, a quienes tomó más de medio centenar de prisioneros.
El día 18, atacó un campamento enemigo y le ocasionó varios muertos; el 23, a una patrulla
provocando numerosas bajas.

Según algunos investigadores, en mes y medio de lucha ocasionó más de 300 bajas a los
ingleses y les tomó más de 200 prisioneros. Cuenta la leyenda que lleno de envidia, el
inepto y soberbio coronel español Francisco Caro, destituyó del mando a Pepe Antonio.
Muerte

El guanabacoense, afirma la tradición oral, falleció el 26 de julio de 1762, a causa del


disgusto que le causó tal injusta medida.

Días después, las autoridades españolas se rindieron a los ingleses y estos pudieron entrar
victoriosos en La Habana. Un año más tarde, España restablecía su control sobre la capital
de Cuba.

Pero ya comenzaban a evidenciarse las diferencias entre los españoles y los criollos
insulares, quienes poco a poco se estaban transformando en cubanos y pronto
comprenderían que su destino era fundar en esta tierra una nación libre y soberana.

Trascendencia

Su nombre, Pepe Antonio, es en Cuba sinónimo de libertad, valentía, amor al suelo patrio.
Defensor inclaudicable de la integridad nacional, ha devenido leyenda a través de los
siglos.

Su caso no es el del mítico Robin Hood inglés; no hay duda alguna de que existió
realmente, los documentos de la época le describen como el regidor alcalde mayor de
Guanabacoa, en las afueras de La Habana, y mencionan con reiteración sus andanzas y
hazañas. Con los aportes de cada nueva generación, la imaginería popular lo ha ido
transformando en una especie de Guillermo Tell cubano, el Cid campeador de las Antillas.
Por ello, para el historiador y el estudioso se hace cada vez más difícil separar, en su caso,
el mito de la realidad.

Lo cierto es que Pepe Antonio, héroe de la resistencia popular contra los ingleses en 1762 y
paradigma de nuestro pueblo en la lucha contra cualquier invasor, vivió en una época en
que aún los cubanos no constituían una nacionalidad.

Curiosidades

En el Muséo Histórico de Guanabacoa se guarda como la pieza más valiosa el machete


utilizado en 1762 por el popular héroe Pepe Antonio, a quien se le recuerda como el primer
guerrillero cubano, que tuvo a su cargo al contraataque y resistencia de la ciudad cuando la
Toma de La Habana por los Ingleses.

A Pepe Antonio se le menciona en una estrofa del Himno de Guanabacoa.

Aquel cubano universal, en verdad, conoció escasamente la geografía de su archipiélago. Suyo,


por naturaleza, fue el entorno habanero, desde el umbral de la bahía, al nacer próximo al puerto
en la hoy calle Leonor Pérez, en 1853, la calle de Paula en la que se puede visitar aquella
entrañable casa, en la actualidad convertida en museo.
También, y cercana a la urbe de la entonces capital colonial, se encuentra otro de sus
escenarios, el de la villa de Pepe Antonio, es decir en Guanabacoa, municipio en el que se le
rinde tributo al Maestro, y que él hizo suyo en tiempos de adolescencia y de juventud.

Más allá, está la Nueva Bermeja, es decir, Colón en la llanura matancera y el enclave del
Hanábana, el primer espacio para su diálogo con la naturaleza, cuando acompañó a su padre, en
la infancia y descubrió la infamia de la esclavitud.

Y luego, la bravura del Oriente, desde los acantilados de Playita, al pie del Cajobabo, por las
tierras guantanameras hasta que llegó al final de su recorrido, con algo más de 42 años, al caer
en el combate de Dos Ríos, en Jiguaní.

Pero Guanabacoa, ahora regresa a Martí, gracias a la magia del audiovisual, cuando se filma la
película del realizador Fernando Pérez, precisamente sobre la infancia y adolescencia martianas,
y lo hace este director, nacido en aquellos parajes que atesoran otros mitos legendarios como
los de Rita Montaner, Ignacio Villa y Ernesto Lecuona.

Con El ojo del canario, episodio cubano de la teleserie, coproducida por España y Cuba,
regresa José Julián a Guanabacoa, no para visitar ya hombre, y tras el Zanjón, la vivienda de su
amigo, el abogado Miguel F. Viondi, con quien trabajó de pasante en el bufete de La Habana
Vieja, aunque las secuencias de la película intenten recuperar aquella atmósfera del siglo XIX.

La cámara indaga entre la historia y la fabulación y hace que el adolescente Pepe Martí vuelva a
frecuentar la casa de los suegros de don Rafael María de Mendive, a donde acude el jovencito
para cumplir las encomiendas administrativas de su maestro, al frente del colegio San Pablo.

También, le vemos escribir, en momentos de dolor, un poema, dedicado al hijo de Mendive y de


su esposa Micaela, a Miguel Ángel que ha muerto, y que se da a conocer, el 26 de abril de 1868
en una publicación criolla: El álbum de Guanabacoa, cuya impresión se realiza en taller que
era propiedad de Manuel Nápoles Fajardo, hermano de Juan Cristóbal, aquel bardo que todos
conocemos como El Cucalambé.

Hay guerra en la manigua y sueños de libertad… Pepe se suma a los laborantes, escribe,
apasionado versos que habla de Revolución…mientras el padre sufre, preocupado, ante la
rebeldía que late en su hijo…Don Mariano es celador del barrio guanabacoense La cruz verde, y
allí ha de trasladarse la familia, aunque Pepe se quede en el colegio de Mendive, y sólo los visite
los fines de semana.

Es Guanabacoa… y años más tarde, una década después, Pepe Martí con sus 25 años de
juventud regresa, como orador, y habla en las tertulias organizadas por Sección de Literatura del
Liceo, mientras conspira, y se suma al proyecto de la que se llamará la guerra chiquita.
(investigar visitas de marti a Guanabacoa)

Entonces es visita cotidiana de otro buen amigo, del abogado Nicolás Azcárate, quien reside
cerca del Liceo…pronto, volverá a sufrir el destierro, tras la cárcel y la deportación… No volverá a
la villa…aunque en verdad, su espíritu nunca la abandonó… y ahora revive gracias a la
imaginación de Fernando Pérez.

Guanabacoa
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Guanabacoa

Escudo

País Cuba

• Provincia Provincia Ciudad de la Habana

• Municipio Guanabacoa

Ubicación 23°07′N 82°18′O23.117, -82.3

• Altitud 95 m/snm msnm

• Distancia 5 km a La Habana

Superficie 127.4 km²

Fundación 12 de junio de 1554

Población 112,702 (2002) hab.

• Densidad 119,9 hab./km²

Gentilicio guanabacoense

Pref. telefónico 7

Guanabacoa es un municipio y población de la Provincia de Ciudad de La Habana, Cuba.


También conocida como la “Villa de Pepe Antonio”, se ubica en la parte central de la
provincia y es su segundo municipio en cuanto a extensión. Posee extensas llanuras las
cuales favorecen la agricultura. En la zona urbana se encuentran algunas elevaciones y las
funciones de Centro de Ciudad están concentradas en el Centro Histórico declarado
Monumento Nacional.

Esta histórica villa tiene aún el aire de las viejas ciudades de Cuba, aire bien enraizado tras
más de cuatro siglos de existencia y capaz aun de provocar los más disímiles sentimientos.
Contenido
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 1 Denominación
 2 Historia
o 2.1 Fundación de la Villa
o 2.2 Reseña histórica
 3 Admirada por un grande
 4 Arquitectura
 5 Organización municipal
 6 Religión y Cultura
 7 Curiosidad
o 7.1 Ciudades hermanadas

[editar] Denominación

Guanabacoa en dialecto taíno significa "tierra de ríos y lomas", llamada así por los indios
que vivían en su territorio debido a la abundancia de pequeños ríos y colinas de mediano
tamaño.

[editar] Historia

Iglesia ubicada en el centro de Guanabacoa.

[editar] Fundación de la Villa

La Villa de Nuestra Señora de la Asunción de Guanabacoa fue fundada el 12 de junio


de 1554 por acuerdo del Cabildo de San Cristóbal de La Habana. Los primeros habitantes
de Guanabacoa fueron indios los cuales estaban dispersos, estos fueron concentrados para
lograr un mayor control sobre ellos.
La fundación de Guanabacoa fue objeto durante siglos de una polémica discusión, en
cuanto a si había sido fundada durante la época de la colonización hispana de la Isla o si su
existencia databa de la etapa precolombina. Algunas fuentes documentales de época y
análisis posteriores, condujeron erróneamente a un número de historiadores, a considerar el
asentamiento de dicho pueblo en un periodo anterior a la llegada de los colonizadores
europeos, al confundir lamentablemente al Guanabacoa de occidente, con un pueblo de
indios denominado igualmente Guanabacoa perteneciente a la Villa de Bayamo, enclavado
en el extremo oriental del país, y que le fuera encomendado a Manuel de Rojas en el año
1535.

En 1987, el historiador cubano Maximino Gómez Álvarez, dio inicio a una acuciosa
investigación bibliográfica y documental con la colaboración del investigador Marcos R.
Villamil, cuyas conclusiones definitivas arrojaron, que el Guanabacoa occidental había sido
fundado el 12 de junio de 1554, por acuerdo del Cabildo de la Villa de San Cristóbal de la
Habana, con arreglo a la Leyes de Indias, para los pueblos de indios.

El resultado de la mencionada investigación vio la luz en 1990 con su publicación bajo el


título de: La Fundación de Guanabacoa: Noticias históricas, que fuera sancionado por el
Historiador de la Ciudad de la Habana, Sr. Eusebio Leal Spengler (en:Eusebio Leal)
con este trabajo se puso punto final definitivamente a la polémica histórica, pasando
oficialmente a considerarse dicha fecha como la de fundación de ese pueblo, la que se
celebra cada año, desde entonces, como parte de las efemérides cubanas.

[editar] Reseña histórica

En 1555, a raíz del ataque del Corsario francés Jacques de Sores, Guanabacoa se convierte
en capital transitoria, refugiándose en ella una gran parte de los habitantes de la villa de San
Cristóbal. En los meses siguientes radicó en Guanabacoa el Gobierno Colonial. De esta
eventualidad surgió el refrán "Meter la Habana en Guanabacoa" cuando se refieren a
intentar meter algo grande en un espacio más pequeño que el que requiere.

Durante los siglos XVII y XVIII Guanabacoa tuvo un desarrollo agricola y ganadero con la
producción de azúcar y tabaco fundamentalmente. Por todo su desarrollo se le otorga en
agosto de 1743, el Título de Villa de Nuestra Señora de la Asunción de Guanabacoa y le es
concedido su escudo de armas. Un siglo más tarde surge el comercio y comienza una
prosperidad industrial que quedo afianzada en el XX.

El municipio de Guanabacoa se extendió del sur al este de la Bahía de La Habana, hasta los
límites con los municipios habaneros de Jaruco y Santa Cruz del Norte, hasta 1976, que fue
separada de su territorio la franja costera y la zona de Campo Florido, creándose el
municipio de La Habana del Este y los barrios del sur, que dieron lugar al municipio de San
Miguel del Padrón.
[editar] Admirada por un grande

Uno de los que fue atraído por Guanabacoa fue el sabio Alejandro de Humboldt (investigar
bien quien era)quien recorrió el municipio siempre con afanes investigativos. Debido a que
Guanabacoa contaba con un suave clima y lo beneficioso de sus aguas, fue escogida para
erigir templos y mansiones en sus calles.

[editar] Arquitectura

En Guanabacoa encontramos algunas edificaciones que perduran en el tiempo y son testigo


de las distintas etapas por la que ha pasado la ciudad como son el antiguo Liceo Artístico y
Literario, la Ermita del Potosí,

Ermita de Potosí

considerada una de las edificaciones más antiguas de la isla, también encontramos la Iglesia
Parroquial y los Conventos de Santo Domingo y San Francisco.

Al recorrer el Centro Histórico Urbano de Guanabacoa se puede percibir los distintos


estilos y topologías de sus edificaciones así como los múltiples monumentos que posee el
municipio.

[editar] Organización municipal

La representación popular en el municipio la ostenta la Asamblea Municipal del Poder


Popular, cuyo órgano ejecutivo es el Consejo de Administración Municipal que representa,
a su vez, al Estado en el territorio. El presidente de ambos (Alcalde) es desde 2008, Tito
Gutiérrez Pino.

Desde 1991, está dividida en ocho Consejos Populares: Minas-Barreras, Peñalver-


Bacuranao, Chibás-Robles, Jata-Naranjo, Mañana-Habana Nueva, D'Beche-Nalón, Villa I y
Villa II.
Las principales vías de acceso al municipio son: Vía Blanca, Carretera Monumental,
Carretera de Cojimar, Carretera Vieja de Guanabacoa, Carretera de Santa María del
Rosario, y Calle Real.

[editar] Religión y Cultura

La religión y la cultura de Guanabacoa no es más que una mezcla de creencias cultos


africanos que han llegado hasta nuestros días. Aparece aquí la práctica de la santería de la
cultura yoruba así como el culto bantú. En este lugar están presentes el conjuro, la danza y
el mito lo cual lo hacen único. Tremenda Brujería que incluye paleros y otros tipos de
religiones africanas. Guanabacoa es sin lugar a dudas un lugar muy singular donde la
leyenda está a flor de piel, se siente en el ambiente, es el municipio de la capital donde más
templos abakúa existen, y paleros famosos, como el Chino Arrieta vivieron allí, es además
la sede anual del festival Wemilere de raíces afrocubanas.

La música también esta presente en este municipio destacándose sus principales hijos
como: Ernesto Lecuona, Rita Montaner, Ignacio Villa (Bola de Nieve), los que
enriquecieron nuestra cultura.

[editar] Curiosidad

Guanabacoa es el municipio de la Provincia Ciudad de la Habana que más cementerios


tiene. Cuenta con 6: El Viejo,

Cementerio viejo

El Nuevo, El de los judíos azkenazim fundado en 1906, El de los judíos sefarditas (en La
Lima), El de Peñalver, y el de Barreras.

[editar] Ciudades hermanadas

 Getafe, España. Este protocolo de hermanamiento se firmó el 16 de noviembre 1996


 El Museo de Guanabacoa, vitrina de creencias ancestrales.
 Por Mirta Núñez Pampín
 Fotos Héctor Delgado Pérez


 El que visite la capital cubana tendrá, necesariamente, un acercamiento ‘en vivo’ al
profundo proceso cultural que se vive en todo el país. Nuestros artistas son
aplaudidos en el mundo entero y magníficos intelectuales sientan pauta con sus
obras.
 Pero no es posible hablar de cultura nacional sin nombrar las religiones cubanas de
origen africano. Sus huellas aparecen tangibles en el cine, la literatura, la plástica,
en fin, en todo quehacer artístico, en la vida misma.
 Por eso resulta imprescindible reconocimiento a nuestros abuelos africanos y a sus
creencias mágico-religiosas el Museo de Guanabacoa, situado en la villa del mismo
nombre y cuna prolija de prestigiosos hombres de letras y ciencias. Visitarlo resulta,
hasta para los neófitos en la materia, el descubrimiento de un mundo pleno de
misticismo y colorido, donde cada imagen, altar, ofrenda, atributo y vestidura
aportan conocimiento ancestral y juicio certero. Además, uno logra comprender con
facilidad como y por qué ocurrió el proceso de transculturación de los elementos
africanos en el ámbito cubano.
 El Museo está instalado en una gran casa colonial de bellos pisos, salones
espaciosos y un divino patio interior, donde, si lo desea, puede descansar y respirar
el aire limpio y fresco del entorno. También cuenta con un equipo de museólogos de
alta profesionalidad, que muestran al visitante una galería etnológica utilizada como
referencia a los tres cultos afrocubanos fundamentales, que a mediados del siglo
XVI llegaron a la Isla y en la actualidad se muestran con tremenda fuerza en la
cotidianidad cubana.
 En el recinto dedicado a la Regla de Ocha o Santería –ritos y creencias traídos a
Cuba desde Nigeria- , se puede contemplar, entre otras representaciones, la réplica,
a tamaño natural, de un negro babalawo (o babalao), sacerdote de la religión
yoruba, listo para predecir el futuro, y un trono de Obbatalá, deidad mayor,
representante de la paz, la inteligencia y la pureza.
 En otra sección está la sala destinada a resaltar la Regla de Palo Monte o Regla
Conga, cultura introducida por los negros congos, hombres arrebatados de los
territorios que hoy ocupan Angola y el Congo y que llegaron a Cuba como esclavos.
Allí se exhibe una nganga palera, recipiente de hierro que contiene disímiles
elementos y donde se dice que habita un espíritu con poderes suficientes para
ayudar a su dueño ante cualquier dificultad y complacerlo en sus pedidos.
 Y no podía faltar una referencia obligada a la misteriosa y machista confraternidad
Abakuá, que procedente de la región del Calabar, estableció sus raíces
fundamentales en las provincias de La Habana y Matanzas. Sociedad que no sólo
niega su acceso al sexo femenino, si no donde además sólo pueden militar hombres
de valor probado. Ya lo dice su lema: “Para ser hombre no hace falta ser Abakuá,
pero para ser Abakuá si hace falta ser hombre”.
 Leyendas, costumbres y tradiciones acompañan al visitante por todo el recorrido y
realmente el tiempo parece muy corto para el descubrimiento de una cultura
popular, tradicional y a la vez actual, con un bagaje de sapiencia que impresiona y
unos pataquies –historias- que suscitan la reflexión.
 Pero como en pocas líneas no es posible explicar todo este entretejido
socioeconómico, religioso y cultural con una bien organizada estructura intelectual,
lo convido a que busque cuál es el avatar, así llaman a los caminos de los Orichas o
deidades africanas, que puede conducirlo a la villa guanabacoense.
 Por mi parte, ahora es que comprendo ciertos secretos hogareños que en mi infancia
no lograba entender. Sucedía que mi abuelo, siempre que la suerte se le escondía y
la vida lo maltrataba, solía ausentarse misteriosamente de la casa. Nadie respondía
mis preguntas, mas siempre, al día siguiente, mi abuelo se levantaba entonando una
canción popular de la época… “ Me fui a Guanabacoa en busca de un babalao a
quitarme un muerto oscuro que ya me tenía salao…”
 Guanabacoa, la tierra del Babalawo
 El vocablo GUANABACOA es aborigen y significa: «lugar alto de mucha
agua».

Al llegar los colonizadores españoles encontraron un gran número de


indígenas viviendo en esta zona, por ser un territorio generoso y
apropiado, y al recrudecerse el sistema de conquista, queda este poblado
como «ASILO DE TODOS LOS INDIGENAS QUE ANDAN ERRANTES»,
refugiándose en éste los escasos nativos supervivientes de las
inmediaciones de La Habana.
 La cercanía de Guanabacoa a la importante bahía de la capital habanera,
facilita a la Corona española para reemplazar los débiles aborígenes, en su
mayoría desaparecidos, e introducir en la zona los esclavos africanos
procedentes de diversas etnias, por eso es que en esta población es donde
primero se sincretizan todas las religiones africanas, manteniendo su
vigencia y expandiéndose a toda la isla y al exterior. Es aquí donde más
agrupaciones mutualistas afrocubanas se crearon.
 Uno de los babalawos (máximo líder en la Regla Ocha) más famosos fue
Arcadio Calvo Espinosa, quien en 1949 fundara la «Asociación de hijos de
San Antonio» (cofradía de ayuda mutua) y fundador y mentor de la
Sociedad de Estudios Afrocubanos, inscrita en el gobierno provincial de La
Habana. Pero a él se le internacionaliza por la famosa canción de «UN
BRUJO EN GUANABACOA» que popularizara Abelardo Barroso y otros
cantantes de la época. Sin embargo, se desconoce que ese «Brujo» que
cobraba... «1.05... sin contar gallo y paloma... y 4.75 que ya se me había
olvidao», era uno de los hombres más humanos que existieron, repartiendo
cariño y consuelo. Que siendo un hombre modesto fue una de la personas
que más funerales pagara a las familias pobres y en la mesa de su casa, en
la calle Bertematis No. 113 (entre Luz y Corrales), siempre había un plato
dispuesto para el que lo necesitaba.
 Se recuerda a Guanabacoa la «brujera», por esa canción pegajosa y hasta
graciosa, y no se dice que también es un pueblo de fervor religioso,
venerando a Nuestra Señora de la Asunción, desde el 15 de agosto de
1578, en que el misionero Francisco celebró la misa en la pequeña iglesia
del Campo Santo, (hoy Calixto García, en el barrio oeste de la Asunción);
allá un humilde indígena nombrado Jusepe Bichat, convertido al
catolicismo, logró gran notoriedad al entregar su vida a la oración y la
penitencia, y clavar una gran cruz en la loma más alta donde tenía su
humilde choza, de ahí la fama de la Loma de la Cruz.
 Es bueno recordarles que en Guanabacoa en 1762, fue donde por primera
vez en Cuba se utilizó «la carga al machete», frente al invasor inglés, y el
Alcalde Mayor, José Antonio Gómez de Bullones, dio brillo internacional a
su pueblo natal con victoriosas acciones guerrilleras, por eso para honrar a
su héroe el pueblo nombró a Guanabacoa «La Villa de Pepe Antonio».
 No me gusta que identifiquen a Guanabacoa solamente como la Tierra del
Babalawo. No olviden que además de santuario de indígenas cuenta entre
sus riquezas con una abundancia de corrientes termales y minerales que
gozan de prestigio salutífero; recogida en acucioso informe por el sabio
prusiano Alejandro de Humboldt. Que fue cuna de patriotas.
 Donde existieron el mayor número de instituciones dedicadas al progreso
cultural del país, siendo la continuación cultural artística de La Habana,
destacándose el Liceo Artístico y Literario que contó desde su fundación
(1861) con prestigiosas figuras que asistían a sus magníficas veladas,
siendo el principal Secretario de la sección de Literatura en 1878 nada
menos que nuestro Apóstol José Martí. En este Liceo se le daba entrada a
todos mientras fueran bien vestidos, no importaba la clase y la raza, algo
extraordinario en una época donde existían tantas diferencias de este
tipo.
También en esta Villa se fundó la primera Escuela Normal para Maestros
de Cuba. Rica en talentos, como la notable pintora Concepción "Concha"
Ferrant que asombró a Europa con sus exitosas exhibiciones.
 Además de la Tierra del Babalawo, fue también la del maestro Ernesto
Lecuona, Bola de Nieve, Rita Montaner y la mía.

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