Este documento resume el cuento "El mesero" de Samanta Schweblin. Describe la estructura narrativa, los ambientes y personajes principales como el narrador, Oliver y el mesero. Explica que el narrador y Oliver son amigos que visitan un restaurante decadente donde el mesero actúa de manera extraña. Oliver se vuelve agresivo con el mesero cuando este le propone un trabajo, y al final descubren que la caja que buscaban no contenía dinero.
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Este documento resume el cuento "El mesero" de Samanta Schweblin. Describe la estructura narrativa, los ambientes y personajes principales como el narrador, Oliver y el mesero. Explica que el narrador y Oliver son amigos que visitan un restaurante decadente donde el mesero actúa de manera extraña. Oliver se vuelve agresivo con el mesero cuando este le propone un trabajo, y al final descubren que la caja que buscaban no contenía dinero.
Este documento resume el cuento "El mesero" de Samanta Schweblin. Describe la estructura narrativa, los ambientes y personajes principales como el narrador, Oliver y el mesero. Explica que el narrador y Oliver son amigos que visitan un restaurante decadente donde el mesero actúa de manera extraña. Oliver se vuelve agresivo con el mesero cuando este le propone un trabajo, y al final descubren que la caja que buscaban no contenía dinero.
Este documento resume el cuento "El mesero" de Samanta Schweblin. Describe la estructura narrativa, los ambientes y personajes principales como el narrador, Oliver y el mesero. Explica que el narrador y Oliver son amigos que visitan un restaurante decadente donde el mesero actúa de manera extraña. Oliver se vuelve agresivo con el mesero cuando este le propone un trabajo, y al final descubren que la caja que buscaban no contenía dinero.
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IRMAN
-Estructuración del relato:
La narración está escrita en tercera persona del singular, el narrador testigo, a través de los hechos que suceden a su alrededor, nos cuenta lo que pasó. Es observador y a la vez participa de los hechos. -Descripción de los ambientes y personajes: Se nos presenta el restaurante a partir de detalles como encontrar un montón de migajas sobre la mesa, el ventilador que no alcanza a darles aire a los comensales del lugar, la cortina de plástico desde la que sale el mesero y la ineficiencia del servicio, desde el principio, nos pintan un ambiente decadente que pudiera pasar desapercibido como un escenario más donde se desarrollan los personajes del cuento, sin embargo, el lugar, complementa a las acciones que se irán desarrollando. Siguiendo con las descripciones que nos ofrece el narrador, como lectores podemos apreciar cómo son los espacios, de qué manera percibe él a las personas y las cosas y qué valor tienen para él. Los recursos que más emplea son la adjetivación y figuras retóricas como el símil, la metáfora, la hipérbole entre otras. -Presentación de los personajes: Cuando aparece el mesero (mozo), desde la primera frase en que lo presenta el narrador, a través de su percepción, lo concibe como menos que un humano, lo objetiviza para enfatizar que su modo de estar en el lugar no corresponde con lo que se espera de él, parece ser quien atiende el restaurant por su forma de vestir pero su manera tan desorientada de aparecer “en escena” causa contradicción en quienes lo observan. Si bien, momentos después toma su rol de mesero, hay en él una actitud extraña, hace pocas preguntas a los comensales sobre qué desean ordenar, para nada les da explicaciones acerca del menú, incluso cuando los comensales interactúan con él a través de un comentario informal que pudiera provocarle una reacción muy natural como una sonrisa, él permanece inmutable, llega un punto en que parece que realiza su trabajo de manera mecánica y tanto el narrador como los lectores comenzamos a tener más evidencias que nos confirman que algo no encaja del todo en el hombre.
-Configuración de las frases:
Algunas frases se estructuran a partir de contrastes, por ejemplo: “Pasó un rato, mucho más de lo que lleva elegir dos botellas frías de cualquier cosa y traerlas a la mesa”. El efecto que provoca en el lector es la intensificación de la vivencia, revive en él su experiencia en el mundo porque éste texto, la ficción de la que nos estamos ocupando, continuamente apela a la lógica de la realidad y al corresponderse hay un diálogo muy interesante entre estos dos discursos que a simple vista parecieran estar yendo en sentidos opuestos. Como si la autora quisiera señalar que hay puntos de toque entre ambos discursos donde menos lo esperamos; esto con la intención de volvernos críticos observadores de los límites entre una y otra, preguntarnos hasta dónde llega la ficción, qué tan lejana está de la realidad, etc.
–Particularidades de los personajes:
El narrador Podríamos clasificar a los personajes de acuerdo a lo que se observa en los diálogos, acciones y pensamientos, de ahí configuramos su personalidad. El narrador es visceral, constantemente está aludiendo a sus deseos e instintos antes que a la razón, lo principal para él es su persona, lo que a él le interesa y en el momento le apremia. Desde que llega al restaurante tiene sed y está de mal humor porque el mesero no le lleva una bebida, que es lo único que le importa; inclusive hay un momento en que el mesero vuelve de la cocina sin sus pedidos y él quiere agarrarlo a golpes, poco le importa que el mesero le explique medianamente la razón de su retraso, de hecho, llega a molestarle que su amigo se interese por lo que está pasando con el hombre. Por lo que cuando Oliver lo deja solo con el mesero, para investigar qué está pasando con el hombre, la situación resulta bastante irónica, el narrador está furioso con el mesero y a pesar de su intolerancia hacia él, se queda “frente a frente con semejante imbécil” (Samanta, 2009, p.7). Oliver y el narrador Avanzando con el relato, observamos que existe una relación de complicidad entre el narrador y Oliver, se apoyan en las decisiones y actúan en beneficio de ambos, como cuando el mesero saca su escopeta para amedrentarlos y el narrador se lleva a la fuerza a Oliver para que se libren de la situación. También podemos apuntar que existe cierta jerarquía en el equipo, si bien, ambos toman sus resoluciones Oliver es quien lidera al equipo. Entre ellos, hay contraste de personalidades, mientras Oliver toma la situación del mesero y su esposa muerta con despreocupación y después se irrita al sentirse ofendido por el mesero, en cambio, el narrador siempre está bastante atento a las reacciones que percibe desde el exterior e interior, todo el tiempo parece molesto y sólo espera que cada uno cumpla su función y satisfagan sus deseos. El mesero Una de las particularidades físicas del mesero que resalta nuestro narrador es su tamaño pequeño, característica que le llama bastante la atención, como cualquier rasgo notable que rompe con lo cotidiano. Después nos damos cuenta de que su estatura no sólo lo vuelve curioso, sino que ser pequeño le obstaculiza llevar a cabo sus tareas de mesero, incluso lo inutiliza porque no alcanza los objetos que necesita. A esto se añade que el hombre tiene un tipo de retraso, cuando Oliver y su compañero le preguntan qué ha pasado con su mujer, en un primer instante podríamos pensar que el pobre hombre ha tenido un fuerte impacto y por esa razón es impreciso al darles información, aunque es muy extraño que no sepa algo de vital importancia como si su mujer está muerta o no. Conforme seguimos leyendo, encontramos más hechos que muestran la gravedad de su estado mental; manifiesta no poder realizar ciertas tareas si previamente no le han indicado cómo se hace o peor aún, espera a que le tengan los platos servidos para que él vaya y los coloque en la mesa que corresponde. No obstante sorprende a todos su razonamiento cuando Oliver lo cuestiona sobre qué sabe hacer en el restaurant; el hombre responde que sólo hace cosas sencillas y después de un rato piensa y le hace una propuesta a Oliver, contratarlo para que él se encargue del restaurant. Su iniciativa ofende a Oliver a tal grado que comienza a portarse agresivo, pues piensa que es indigno que alguien con menor capacidad, le esté proponiendo ser su jefe. Oliver Cuando comienza Oliver a interactuar con el mesero, como primera impresión nos hace pensar que está interesado en lo que le pasa, conforme se desarrolla la situación, observamos que su comportamiento es de total indiferencia; fríamente separa sus intereses de la responsabilidad u obligación que tiene ante el mesero simplemente por saber su situación. Es muy interesante analizar su resolución al enterarse de que la mujer del mesero está muerta; decide irse del restaurant en lugar de intentar ayudar al hombre y no sólo eso sino que actúa con desfachatez, coge dos bebidas de la heladera sin la menor empatía por el mesero y sale de la cocina. Afuera, junto con su compañero, se quedan observando los movimientos del hombre y piensan que es realmente estúpido porque no puede crear soluciones a pequeños problemas como colocar un banco para alcanzar las bebidas, incluso lo ponen a prueba, le piden que les lleve lo más sencillo y él dice que no es capaz de hacerlo por lo que Oliver lo humilla poniendo en duda su inteligencia y llega al punto de preguntarle sobre lo que sí puede hacer por lo que el mesero les dice cómo él sólo ejecuta órdenes, eso denota que no tiene la habilidad de pensar por sí mismo, eso le exaspera a Oliver pero su tope llega cuando el hombre tiene iniciativa y lo que le propone cambia de manera virtual los roles de poder, él quiere que Oliver sea su empleado por lo que ahora es el mesero quien con fundamentos, le ofrece a Oliver un trabajo, pasa de ser una relación cliente-mesero a la posibilidad de convertirse en empleado-dueño además de poner en juego quién de los dos tiene mayores posibilidades económicas. Estas acciones enfurecen a Oliver quien reacciona con agresividad, quiere golpearlo pero su compañero lo detiene por lo que sólo lo amedrenta y le exige su dinero, el mesero sale asustado y la intervención del narrador ante la situación nos sorprende, por primera vez muestra empatía y le reclama a Oliver su actuar quien aún se quiere vengar del viudo y busca desesperado la caja con el dinero; encuentra una caja de madera y cree que esa es la indicada. El mesero en la cocina los amenaza con una escopeta, ahora el tipo indefenso se convierte en alguien peligroso, por lo que el narrador se disculpa con él mientras salen huyendo del lugar hacia su camioneta. Cuando van en camino el más interesado en el botín es Oliver, pero como él conduce, pide a su copiloto le diga cuánto dinero hay en la caja. Éste hecho se vuelve irónico porque el narrador, quien tiene la caja, descubre a partir de la llave que se trata de un artículo de poco valor “Tomé la caja. Era liviana y demasiado chica para contener una fortuna. Tenía una llave de fantasía, como la de un cofre”. (Samanta, 2009, p.11), cuando revisa su contenido, se encuentra con cartas de amor, fotos, pedazos de un dulce y una medalla de un concurso de poesía. Oliver se da cuenta de que no hay dinero en la caja y decide arrojarla por la ventana, su compañero se queda sorprendido y la respuesta de Oliver nos causa escalofrío, se lamenta no haber llegado a otro lugar a comer, como si lo que acaba de vivir en el otro restaurant fuera un suceso cotidiano. Pareciera querernos decir la autora que dentro de la condición humana no sólo existe el egoísmo, sino que llega a tal grado la individualidad del sujeto y la preocupación por su propia existencia, que lo que le pase al otro, semejante en tanto ser humano, poco importa si no nos perjudica, incluso somos capaces de actuar con prepotencia sin darnos cuenta que todos somos vulnerables.