Lifebook 2018
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2018
Llaves y puertas
Cash Luna
febrero 317
ya que un día puede ser como mil años y mil años pueden
ser como un día.1 Debemos comprender esto para relajar-
nos y aprender a ver las situaciones desde la perspectiva
del Señor. Frente a este panorama, lo mejor es ejercitar
nuestra paciencia a la luz de las Escrituras. Leerlas, pedir
al Espíritu Santo revelación para comprenderlas, porque
la ignorancia es enemiga de la bendición. Si conocemos
cómo piensa Dios y cuáles son Sus promesas, será más
fácil ajustarnos a Su voluntad y esperar confiados. Lo que
puede tomar años, el Señor lo hace en un día, pero al des-
esperado, un día puede parecerle un año. Lo que tienes
por tardanza realmente no lo es en el tiempo de Dios. Así
que debemos dejar de ser víctimas de lo que percibimos o
sentimos. Es difícil lograrlo porque vivimos en un mundo de
percepciones, sin embargo, en nuestro ánimo debe preva-
lecer la confianza en que Él no retrasa Su promesa, sino
que somos nosotros los que comemos ansias. Si el Señor
puede venir en un abrir y cerrar de ojos, ¿qué no puede
hacer en ese lapso de tiempo?
2
1 Corintios 16:9: Porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y mu-
chos son los adversarios.
3
Colosenses 4:2-4: Perseverad en la oración, velando en ella con acción
de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el
Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio
de Cristo, por el cual también estoy preso, para que lo manifieste como
debo hablar.
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y tengas un buen futuro, no para conectar y parrandear.
Además, toma en cuenta que las puertas no siempre son
enormes ya que también hay puertas pequeñas que dan
paso a otras mayores. Todo es un proceso y los comien-
zos pueden ser discretos, sin embargo, hay que abrirlas
y aprovechar las oportunidades con la misma pasión. Yo
agradezco las invitaciones a predicar a las iglesias gran-
des y pequeñas. En todas doy mi máximo esfuerzo por
bendecir con la unción que Dios me pide que comparta.
Cuando sabemos que las puertas están abiertas porque
Dios así ha querido, las valoramos y aprovechamos.
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dado llaves: oportunidades y talentos. No todos tenemos
las mismas llaves porque nuestras puertas son diferentes. Si
sabes cuál es tu gracia y caminas en ella, encontrarás un
favor impresionante. Lo que hagas será relevante, las puer-
tas que abras serán las indicadas porque usarás las llaves
correctas. No hay peor cosa que pretender abrir las puer-
tas de otros con nuestras llaves porque son las incorrectas.
Si Dios te dio gracia para emprender, si te dio esa llave,
úsala y serás exitoso. Lo que hagas crecerá, dará fruto,
no lo dudes. Confía en la gracia de Dios, en Su sabiduría
al darte llaves especiales. Duerme tranquilo, pon tus pla-
nes en Sus manos y todo irá mejor. Si tienes la llave de la
medicina no te empecines en abrir un taller de mecánica.
Si eres mecánico deja de intentar administrar un hospital.
Fluye con la gracia que sí tienes y abrirás las puertas in-
dicadas. Si usas tus llaves, tu favor y gracia, te garantizo
que se acelerará el tiempo y la puerta se abrirá. Pídele
sabiduría para no intentar abrir puertas que no son las tu-
yas. Antes de construir nuestro primer templo rechacé va-
rias ofertas de personas que me ofrecían financiar iglesias,
pues sabía que no era lo que Dios quería. Me costó, pero
rechacé las ofertas seguro de que Dios me daría la llave
para abrir la puerta correcta y hacer Su voluntad. Había
puertas grandes por las que no debíamos entrar. Hoy de-
claramos puertas abiertas y que tendremos sabiduría para
reconocer las puertas que debemos abrir y humildad para
usar las llaves que Dios nos ha dado.
Introducción
Un joven muy enfermo ingresó al hospital y al llevarlo
a su habitación le advirtieron que su compañero era un
viejo cascarrabias que no paraba de quejarse y malde-
cir su mala fortuna por quedarse ciego. El joven intentó
inútilmente conversar con él, pero no lo logró; así que se
acercó a la ventana para recibir aire puro. En su caridad
infinita, intentó de nuevo charlar con el anciano, ahora
contándole lo que había afuera: describía a los niños que
jugaban en el parque, a los pájaros revoloteando entre
los árboles y el cielo despejado donde las nubes nave-
gaban tomando divertidas y caprichosas formas. El viejo
disfrutaba con esas ilustraciones tan detalladas y bien
descritas. Era la fórmula perfecta que calmaba su mal ge-
nio y le pedía constantemente que lo deleitara con esas
descripciones. El joven murió repentinamente y el viejo se
quedó triste, solo. Un día llegó a visitarlo su hijo, quien lo
hacía en muy raras ocasiones, y el anciano le rogó que
le describiese lo que pasaba al otro lado de la ventana
porque su compañero lo hacía y le agradaba mucho. El
hijo lo miró extrañado y le dijo: “Padre, al otro lado de la
ventana no hay más que un muro, y el joven que murió
era ciego como tú”. Este joven descubrió la necesidad
de afecto y comprensión del anciano y se la brindó con
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Conclusión y aplicación
Jesús multiplicó los panes y los peces para darle de comer
a la multitud, porque sabía que ellos necesitaban alimentar
su cuerpo así como alimentaban su espíritu aprendiendo
con Sus enseñanzas. Pero no hizo caer maná del cielo,
sino que esperó a que de Sus discípulos surgieran solucio-
nes. No te quedes esperando a que la bendición venga,
¡esfuérzate por conseguirla y sé generoso para hacer que
suceda!
Llamado y ministración
Lo primero que debes hacer para ver milagros de fe y
provisión en tu vida es reconocer a Jesús como Señor y
Salvador. Entrégale tu corazón y dile que Él será lo más
importante en tu vida de ahora en adelante.