Accidente Radiológico de Goiania
Accidente Radiológico de Goiania
Accidente Radiológico de Goiania
Un dispositivo de radioterapia con forma de rueda con un colimador para aunar la radiación
en un pequeño rayo. La fuente de cloruro de cesio radiactivo es el cuadrado azul y los rayos
gamma están representados como el haz que emerge de la ventana de iridio, coloreada de
fucsia.
TBq
1971 74
En el momento del robo (1987) 50,9
Fuente de
Tras ser recuperada 44
Goiânia
Liberado durante el período de robo 7
Liberado (cantidad a la que ha decaído) 4,3
Detector de humos convencional 0,0000000373
El documento del OIEA indica que:
La dosis debida a radiación externa por una contaminación uniforme del suelo debida
a 137Cs es
Ivo Alves Ferreira extrajo el polvo de la fuente, a pocos metros de su casa, y lo esparció por
el suelo. Su hija Leide das Neves Ferreira, de seis años, estuvo posteriormente comiendo
sentada en el suelo, con lo que absorbió parte del material radiactivo (un gigabecquerelio,
suponiendo una dosis de 6 Gy). Leide estaba tan fascinada con el resplandor azul del suelo
que se lo untó en su cuerpo y se lo mostró a su madre.
Para descontaminar jardines y zonas terrosas afectadas por el cesio tuvo que retirarse una
capa de unos dos centímetros de tierra en numerosas zonas, así como proceder a la
demolición de varias casas. Todos los objetos que pudieron entrar en contacto con la
sustancia fueron confiscados y estudiados minuciosamente, guardándose en bolsas de
plástico aquellos que estuvieran libres de radiactividad, y procediéndose a la
descontaminación de los otros, o bien procediendo a su destrucción controlada, basándose
en la relación entre el valor residual del objeto y el coste de su descontaminación.
El OIEA, sin embargo, reconoció que para reducir el impacto psicológico, deberían
invertirse todos los esfuerzos posibles en descontaminar los objetos personales, sobre todo
joyas, fotografías y otros enseres de alto contenido sentimental. Sin embargo, se desconoce
en qué grado se siguió esta recomendación.
Después de desalojar las viviendas, el polvo fue recogido con aspiradoras especiales, y se
revisó el sistema de cañerías en busca de restos radiactivos. Se arrancó la pintura de las
paredes, el suelo fue tratado con una mezcla de ácido y azul de Prusia. Los residuos de la
limpieza fueron almacenados lejos de la ciudad. El azul de Prusia también fue usado para
descontaminar el organismo de los afectados, y su orina fue tratada para compactar los
residuos y evitar su vertido accidental a las aguas de alcantarilla.
En arcilla, cemento, suelos y techos, se usó alumbre de potasio disuelto en ácido clorhídrico
debido a la gran afinidad que el cesio tiene con los productos arcillosos. Por su parte, las
superficies engrasadas o enceradas fueron tratadas con disolventes orgánicos antes de
aplicar la mezcla anterior, mientras que en suelos sintéticos y electrodomésticos el
hidróxido de sodio fue utilizado como tratamiento previo.
Además, otras 112.000 personas fueron examinadas, encontrándose materiales radiactivos
en el interior de 244 personas, de las cuales 129 fueron tratadas por contaminación por
radiación. La mayoría de los afectados sufrieron dosis bajas (< 50 mSv, menos de un 0,25%
de posibilidades de desarrollar cáncer por este motivo).