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Considerar con su unidad los métodos de Evangelismo personal y poner

algunos principios en práctica.


Método para Evangelizar:
“Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano;
y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba; y me dijo: Mi siervo eres,
porque en ti me gloriaré” Is.49:2,3
“He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes…” Is.41:15
Ministros de Dios, con corazones ardientes de amor por Cristo y vuestros
semejantes, tratad de despertar a los que están muertos en sus delitos y pecados.
Enternezcan sus corazones vuestras oraciones fervientes, y los conduzcan
arrepentidos al Salvador. Sois embajadores de Cristo, para proclamar su mensaje
de salvación. Obreros Evangélicos Pág. 35
Si bien es cierto, que existen varias formas de evangelismo no es el propósito
indicar las mismas en esta oportunidad. El presente material se enfoca a evitar
ciertas acciones erróneas y el método de Cristo para imitar.
 Evangelismo: Evangelización es la proclamación de las buenas nuevas de
Jesucristo. Es la presentación de Jesús: quién es, que ha hecho y que ha
enseñado. La evangelización presenta las enseñanzas bíblicas mediante el
poder del Espíritu Santo, de manera que la gente sea persuadida a aceptar a
Jesús cómo su Salvador, y a servirle en la comunión de la iglesia. Un
evangelista es uno que anuncia las buenas nuevas.
Los Tres enfoques básicos de la evangelización son:
1 La Evangelización de presencia: Ésta se ocupa del impacto del estilo de vida
cristiano. Evangelizamos cuando vivimos el testimonio.
Se cuenta de un cristiano llamado Javier, que quería testificar a una familia
de refugiados vietnamitas que se había mudado a su vecindario.
Aunque él no podía hablar el idioma del padre de familia; le consiguió
alimentos para los suyos, le ayudó en la mudanza y a encontrar un trabajo. Un día
decidió que no podía esperar más para compartir su fe. Luchó con las pocas
palabras vietnamitas que había aprendido, pero finalmente renunció. En ese
momento, el vecino lleno de expectativa exclamó: “¿Es su Dios como Usted?” “¡Oh
no!” – Dijo Javier – “Él es mucho más…” “No, no, no” – dijo el hombre – “¿Es su
Dios como usted?” Javier trató de explicarle cuan amante, maravilloso y justo es
Dios. “No, no, no” – dijo el hombre otra vez – “¿Es su Dios como usted? Si lo es…
yo quiero conocerlo”
El único requisito previo para testificar es una relación personal con Jesús,
que es posible sólo con la presencia del Espíritu Santo. Sin Él, los que procuramos
difundir el evangelio estamos perdiendo el tiempo; sería cómo querer construir una
casa usando solo el viento.
Nunca el registro del libro de Hechos afirma que los apóstoles se dijeran:
“¡Vallamos a Testificar!” Es que la evangelización no era solo una parte de sus vidas;
era su vida.
Esto involucra un testimonio positivo. Al satisfacer las necesidades de la
gente, el evangelista abre su corazón a la predicación de la palabra de Dios.
2 La Evangelización de Proclamación: El énfasis de este enfoque es la
explicación de las escrituras. La mayoría de los sermones del sábado de mañana
usa este enfoque. Los predicadores ayudan a las personas a comprender el
evangelio, pero no saben si alguno de los oyentes ha tomado una decisión o
compromiso.
3 La Evangelización de Persuasión: Este método ilustra la comprensión
tradicional de la evangelización. El énfasis en este enfoque está sobre las doctrinas.
Persuade a las personas a hacer su decisión por Jesús y su verdad. Un predicador
que durante el culto del sábado de mañana invita, mediante un llamado, a la
congregación a responder bajo el Poder del Espíritu Santo, está utilizando la
evangelización de persuasión.
Por qué podemos fracasar: Muchas son las razones por las cuales nuestro trabajo
puede ser en vano, sin embargo, entre las más comunes se pueden distinguir:
 Dependencia de sí mismo.
 Tiempo de devoción por tiempo de Trabajo.
 Ausencia de Discernimiento Espiritual y tacto.
 Sermones como la ofrenda de Caín.
 Apresuramiento en temas que causan objeción.
 No se depone la armadura de combate con la oposición.
 Exposición de toda la doctrina en un momento.
Dependencia de sí mismo:
“La causa del comparativamente escaso éxito de la obra evangélica, a pesar
de que ésta cuenta con recursos ilimitados, hay que buscarla en el orgullo de la
sabiduría mundana y en la ambición mundana por ocupar el primer lugar. Nuestro
Salvador manifestó gozo en su espíritu y dio gracias a Dios al considerar cómo el
valor de la verdad, aunque está oculto a los sabios y los prudentes, es revelado a
las criaturas a los que comprenden su debilidad y sienten su dependencia de él” Ev.
Pág. 245 No olvidemos que “No hay nada que parezca tan débil y vulnerable pero
que es a su vez fuerte que un ser que reconozca su debilidad”
Tiempo de devoción por tiempo de Trabajo:
“Muchos que podrían ser fructíferos en el servicio de Dios se dedican a
adquirir riquezas. La totalidad de su energía es absorbida en las empresas
comerciales, y se sienten obligados a descuidar las cosas de naturaleza espiritual.
Así se separan de Dios… Los cristianos deben trabajar, deben ocuparse en los
negocios, y pueden hacerlo sin pecar. Pero muchos llegan a estar tan absortos en
los negocios, que no tienen tiempo para orar, para estudiar la Biblia, para buscar y
servir a Dios. A veces su alma anhela la santidad y el cielo; pero no tienen tiempo
para apartarse del ruido del mundo a fin de escuchar el lenguaje del Espíritu de
Dios, que habla con majestad y con autoridad. Las cosas de la eternidad se
convierten en secundarias y las cosas del mundo en supremas. Es imposible que la
simiente de la palabra produzca fruto; pues la vida del alma se emplea en alimentar
las espinas de la mundanalidad.
Y muchos que obran con un propósito muy diferente caen en un error similar.
Están trabajando para el bien de otros; sus deberes apremian, sus
responsabilidades son muchas, y permiten que su trabajo ocupe hasta el tiempo
que deben a la devoción. Descuidan la comunión que debieran sostener con Dios
por medio de la oración y el estudio de su Palabra. Olvidan que Cristo dijo: “Sin mí
nada podéis hacer” Jn. 15:5 Andan lejos de Cristo; su vida no está saturada de su
gracia y se revelan las características del yo. Su servicio se echa a perder por el
deseo de la supremacía y por los rasgos ásperos y carentes de bondad del corazón
insubordinado. He aquí uno de los principales secretos del fracaso en la obra
cristiana. Esta es la razón por la cual sus resultados son a menudo tan pobres”
PVGM Pág. 32
Ausencia de Discernimiento Espiritual y tacto:
Debemos pedir al Señor que unja nuestros ojos con el colirio de su Santo
Espíritu, para ver lo que nuestros ojos carnales no perciben. Discernir de qué
denominación es la persona que tenemos en frente, a través de sus actitudes,
palabras, entre otros.
“Más de un obrero fracasa en su obra porque no se acerca a aquellos que
más necesitan su ayuda. Con la Biblia en la mano, debe tratar, de una manera
cortés, de aprender las objeciones que existen en la mente de aquellos que
empiezan a preguntar: “¿Qué cosa es verdad?” Con cuidado y ternura debe guiarlos
y educarlos, como alumnos en una escuela. Muchos deben desaprender teorías
que durante mucho tiempo creyeron ser la verdad. A medida que se convencen de
que estuvieron en error acerca de los temas bíblicos, caen en perplejidad y duda.
Necesitan la más tierna simpatía y la ayuda más juiciosa; deben ser instruidos con
cuidado, y hay que orar por ellos y con ellos, y velar sobre ellos y guardarlos con la
solicitud más amable” OE Pág. 198,199
Se puede cometer un error al soltar una verdad, sin saber de qué denominación es
mi interlocutor.
“Los mecánicos, los abogados, los negociantes, los hombres de todos los
oficios y profesiones, se educan a fin de llegar a dominar su ramo. ¿Deben los que
siguen a Cristo ser menos inteligentes, y mientras profesan dedicarse a su servicio
ignorar los medios y recursos que han de emplearse? La empresa de ganar la vida
eterna es superior a toda consideración terrenal. A fin de conducir a las almas a
Cristo, debe conocerse la naturaleza humana y estudiarse la mente humana. Se
requiere mucha reflexión cuidadosa y ferviente oración para saber cómo acercarse
a los hombres y las mujeres a fin de presentarles el gran tema de la verdad” JT1
Pág. 454, 455
Sermones como la ofrenda de Caín:
“Muchos de nuestros predicadores se han contentado con hacer meramente
sermones, presentando temas de una manera argumentativa, haciendo escasa
mención del poder salvador del Redentor. Su testimonio estaba des provistos de la
sangre salvadora de Cristo. Su ofrenda se parecía a la de Caín. Este trajo al Señor
los frutos de la tierra, que en sí mismos eran aceptables a Dios. Los frutos eran muy
buenos; pero faltaba la virtud de la ofrenda: la sangre del cordero inmolado, que
representaba la sangre de Cristo. Así sucede con los sermones sin Cristo. No
producen contrición de corazón en los hombres, ni los inducen a preguntar: ¿Qué
debo hacer para ser salvo?” Ev. Pág. 141
Apresuramiento en temas que causan objeción:
No cerrar los oídos de los oyentes.
“Al principio no presentéis a la gente los rasgos de nuestra fe que despiertan
más objeciones, no sea que cerréis los oídos de las personas para quienes estas
cosas llegan como una revelación. Séanles presentadas porciones tales como para
que las puedan comprender y apreciar; aun cuando el mensaje parezca extraño y
alarmante, muchos reconocerán con gozo la nueva luz que se proyecta sobre la
Palabra de Dios, en tanto que si la verdad fuera presentada en tan grande medida
que no pudieran recibirla, algunos se apartarían y nunca volverían. Más aún,
representarían falsamente la verdad” (Boletín de la Asociación General, 25 de
febrero, 1895).
“Los que han sido educados en la verdad por precepto y ejemplo deberían
tener muy en cuenta a los que no han tenido conocimiento de las Escrituras a no
ser por medio de las presentaciones dadas por los pastores y miembros de iglesia,
y quienes han recibido tradiciones y fábulas como verdades bíblicas. Esas personas
quedan sorprendidas por la presentación de la verdad que es como una nueva
revelación para ellas, y no pueden soportar toda la verdad, en su aspecto más
notable, cuando les es presentada desde el mismo comienzo. Todo es nuevo y
extraño, y muy diferente de lo que había escuchado de sus ministros, y se sienten
inclinados a creer lo que los ministros les habían dicho, que los adventistas son
infieles y no creen en la Biblia. Presentad la verdad tal como Jesús la reveló, línea
sobre línea, precepto sobre precepto, un poquito aquí y otro poquito allí” (Manuscrito
sin fecha, Nº 79).
Demorad la presentación de los rasgos que causen objeción:
Debe usarse de mucha sabiduría en la presentación de una verdad que se
halla directamente en oposición con las opiniones y prácticas de la gente. El apóstol
Pablo acostumbraba presentar las profecías cuando se encontraba con los judíos,
para llevarlos paso a paso, y entonces, después de algún tiempo, traer a colación
el tema de Cristo como el verdadero Mesías. (A veces se debe esperar. Nehemías
esperó 4 meses para hallar el momento apropiado y hablar al rey)
Se me ha mostrado que nuestros pastores pasan demasiado rápidamente a
través de sus temas y presentan los rasgos que despiertan objeciones contra
nuestra fe en forma muy prematura en sus esfuerzos. Existen verdades que no
comportarán una cruz tan grande, a las cuales se les debe llamar la atención día
tras día, aún durante semanas, antes que se presenten el sábado y la inmortalidad.
Entonces ganaréis la confianza de la gente como personas que tienen argumentos
claros y fuertes, y vuestros oyentes pensarán que entendéis las Escrituras.
Luego que se obtenga la confianza de la gente, habrá tiempo suficiente para
introducir en público el asunto del sábado y la inmortalidad.
Pero los hombres que no son sabios, avanzan en estos asuntos demasiado
rápidamente, y así cierran los oídos de la gente, cuando con un cuidado mayor, y
con más fe, aptitud y sabiduría, podrían haberlos conducido paso a paso, a través
de los importantes acontecimientos de las profecías, y espaciándose en asuntos
prácticos relativos a las enseñanzas de Cristo” Ev. Pág. 182,183
En un futuro muchos agradecerán, porque no se les dijo prestamente las
cosas, de lo contrario hubieran erigido una barrera para la entrada de la verdad.
No se depone la armadura de combate con la oposición.
“Deponed la armadura de combate. (Debe recordarse que la mejor guerra es
la que se evita)
Algunos ministros, cuando encuentran a incrédulos que tienen prejuicios
contra nuestros conceptos acerca de la no inmortalidad del alma fuera de Cristo, se
sienten impulsados a dar un discurso acerca del tema. Los oyentes no están de
ninguna manera preparados para recibir esto, y ese procedimiento consigue
aumentar su prejuicio y excitar su oposición. En esta forma se pierden las buenas
impresiones que hubieran podido realizarse si el obrero hubiese tenido una
conducta adecuada. Los oyentes son confirmados en su incredulidad. Habría sido
posible ganar los corazones, pero el ministro se había puesto la armadura de
combate. Se les dio comida sólida y como resultado las almas que habrían podido
ganarse fueron alejadas más aún de lo que estaban.
Hay que deponer la armadura de combate, el espíritu combativo. Si actuamos
en la forma como Cristo actuó, podremos alcanzar a los hombres donde están” Ev.
Pág. 184
“A menudo, cuando procuráis presentar la verdad, se despierta oposición;
pero si tratáis de hacer frente a la oposición con argumentos, únicamente la
multiplicaréis, y no podéis permitiros hacer tal cosa. Manteneos en la afirmativa. Los
ángeles de Dios están observándoos, y ellos saben cómo impresionar a aquellos
cuya oposición os rehusáis a contestar con argumentos. No os espaciéis en los
puntos negativos de los asuntos que surgen, antes bien, reunid en vuestra mente
verdades afirmativas, y fijadlas allí por medio de intenso estudio, ferviente oración y
sincera consagración. Mantened vuestra lámpara aderezada y ardiendo, y permitid
que los brillantes rayos resplandezcan para que los hombres, contemplando
vuestras buenas obras, sean inducidos a glorificar a vuestro Padre que está en los
cielos” Ev Pág. 223
Cuidad las palabras al tratar con la oposición:
Cuando tratáis con la oposición, corréis el riesgo de tomar represalias
contestando con acritud (áspero, duro), si no sois constantemente enternecidos y
subyugados por la contemplación de Cristo y si no oráis: “Sé tú mi modelo”. La
contemplación constante de Jesús, la aprehensión de su Espíritu, habilitará para
presentar la verdad tal como es un Jesús. . .
El amor debe ser el elemento predominante en nuestro trabajo. Cada orador,
cuando habla a personas que no tienen las mismas creencias que nosotros, debe
guardarse de realizar declaraciones que puedan parecer severas o que puedan ser
consideradas como un juicio. Presentad la verdad, y dejad que la verdad, el Espíritu
Santo de Dios, actúe como un censor, como un juez; pero que vuestras palabras no
mortifiquen ni hieran el alma. . .
No pronunciéis ninguna palabra irritante. Guardad para vosotros mismos
todos los discursos incisivos que pensáis presentar. Sed leales como el acero a los
principios, sed sabios como la serpiente, pero inofensivos como la paloma. Si no
queréis que vuestras palabras hieran a otros debéis hablar solamente las palabras
que estáis seguros que no serán duras, frías ni severas… De toda la gente del
mundo los reformadores deberían ser los mas abnegados, los más bondadosos y
los más corteses, y deberían aprender los métodos, las palabras y las obras de
Cristo”
El espíritu de controversia:
No tengáis un espíritu de controversia. Los discursos denunciatorios hacen
muy poco bien. El método más seguro para destruir las falsas doctrinas consiste en
predicar la verdad. Mantened una actitud positiva. Dejad que las preciosas verdades
del Evangelio maten la fuerza del mal. Manifestad un espíritu tierno y misericordioso
hacia los que yerran. Acercaos a los corazones.
El sarcasmo es ofensivo:
Cuando en vuestros discursos denunciáis con amargo sarcasmo lo que
queréis condenar, a veces ofendéis a vuestros oyentes, y sus oídos son desviados
para no oíros más. Evitad cuidadosamente en el discurso toda severidad que pueda
ofender a aquellos a quienes deseáis salvar del error; porque será difícil vencer los
sentimientos de antagonismo así despertados.
Si erradicáis las cizañas de vuestros discursos, vuestra influencia para el bien
será aumentada” Pág. 224
Tratad a los opositores con respeto:
Debemos esperar encontrarnos con incredulidad y oposición. La verdad
siempre ha tenido que contender con estos elementos. Pero aun cuando debáis
hacer frente a la más acerba oposición, no denunciéis a vuestros opositores. Ellos
pueden pensar, como lo hizo Pablo, que le están haciendo a Dios un servicio; y con
los tales debemos manifestar paciencia, humildad y longanimidad.
SIGAMOS EL MODELO DEL EVANGELISTA MAESTRO
Estudiemos los métodos de Jesús:
Si alguna vez ha sido esencial que entendamos y sigamos los métodos
correctos de enseñanza e imitemos el ejemplo de Cristo, es ahora” (Carta 322,
1908).
“Si queréis acercaros a la gente en forma aceptable, humillad vuestros
corazones delante de Dios y aprended sus caminos. Obtendremos mucha
instrucción para nuestra obra de un estudio de los métodos de trabajo de Cristo y
de su manera de encontrarse con la gente. En la narración evangélica encontramos
el relato de cómo trabajaba por todas las clases, y de cómo mientras trabajaba en
las ciudades y los pueblos, millares eran atraídos a su lado para escuchar su
enseñanza. Las palabras del maestro eran claras y distintas, y eran pronunciadas
con simpatía y ternura. Llevaban consigo la seguridad de que eran la verdad. Era la
sencillez y el fervor con que Cristo trabajaba y hablaba lo que atraía a tantas
personas a él.
El gran Maestro trazaba planes para su obra. Estudiad estos planes. Lo
encontramos viajando de un lugar a otro, seguido por multitudes de ansiosos
oyentes. Cuando podía, los conducía fuera de las ciudades atestadas a la quietud
del campo. Allí oraba con ellos y les hablaba las verdades eternas” (Review and
Herald, 18 de enero, 1912).
Los 5 pasos que cristo utilizó:
1. Trataba con los hombres como quien deseaba hacerles bien
2. Les mostraba simpatía
3. Atendía a sus necesidades
4. Se ganaba su confianza
5. Les decía: “Seguidme.”

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