Antropología Contemporánea
Antropología Contemporánea
Antropología Contemporánea
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE ARTES
ESPECIALIZACIÓN EN ARTES
MÚSICA – COMPOSICIÓN
MEDELLÍN
2007
AIRES FOLCLÓRICOS AL PIANO
COMPOSICIONES PARA PIANO CON BASE EN EL FOLCLOR COLOMBIANO
Autor:
JAMIR MAURICIO MORENO ESPINAL
Asesor:
JAIRO ALBERTO CARDONA CHAVES
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE ARTES
ESPECIALIZACIÓN EN ARTES
MÚSICA – COMPOSICIÓN
MEDELLÍN
2007
A mi esposa Diana, mi madre Luz Elena,
mi familia, mis maestros y mis alumnos.
AGRADECIMIENTOS
El compositor agradece a:
Pág.
RESUMEN
1. DEFINICIÓN Y OBJETIVOS 1
1.1 OBJETIVO GENERAL 2
1.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 2
2. ASPECTOS METODOLÓGICOS 3
2.1 FASES 3
2.2 CRONOGRAMAS 4
3. ANTECEDENTES 6
4. DESARROLLOS CONCEPTUALES 7
4.1 DEFINICIÓN DEL FOLCLOR E IDENTIDAD CULTURAL 7
4.2 DIVISIÓN GEOGRÁFICA DE LAS REGIONES DE COLOMBIA 11
4.3 ETNIAS FORMATIVAS Y SU INFLUENCIA 15
4.4 MESTIZAJE 19
4.5 INSTRUMENTOS DEL FOLKLORE COLOMBIANO 25
4.6 LOS RITMOS 29
4.7 LA POÉTICA MUSICAL POR IGOR STRAVINSKY 40
4.8 RESULTADOS 43
4.8.1 LAS PIEZAS 43
4.9 CONCLUSIONES 47
BIBLIOGRAFÍA 49
ANEXO 52
PARTITURAS 68
AÑORANZA 69
BAMBUQUEANDO 71
EL BORRACHO 72
LA CUMBIARSITA 74
MI CABAÑA 78
MIS ANCESTROS 79
NOCHES DE CARNAVAL 81
OCASO EN LA LLANURA 83
PALENQUE 86
PEJCAO CON ARRÓ 89
RESUMEN
1
OBJETIVO GENERAL:
OBJETIVOS ESPECÍFICOS:
2
2. ASPECTOS METODOLÓGICOS
FASE I
Recopilación de la información necesaria sobre los diferentes ritmos y estilos
musicales de nuestro país, para clasificar éstos en las diferentes zonas que
cobijan el territorio nacional: Caribe, Andina, Pacífica, Orinoquía y Amazonia.
FASE II
Selección con el asesor de los estilos más apropiados para iniciar un proceso
de creación musical que conserve al máximo sus principales características.
FASE III
Inicio del ciclo de composiciones de los aires folclóricos.
FASE IV
Edición de las partituras con la ayuda del software Finale, para dejar un buen
material impreso que sirva a los estudiantes que deseen iniciar su proceso de
aprendizaje con la música Colombiana.
FASE V
Grabación de las muestras sonoras de cada composición.
FASE VI
Entrega de los dos componentes del proyecto (Monografía y partituras con
grabación) a la dirección del postrado.
3
2.2 CRONOGRAMAS
PROYECTADO
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES
Fecha Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre
Prop. 1 2 a 30
Prop. 2 3a7
Prop. 3 1 29
Prop. 4 18 15
Prop. 5 23 3
Prop. 6 8
RESULTANTE
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES
Fecha Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre
Prop. 1 5 1
Prop. 2 19 18
Prop. 3 1 3
Prop. 4 9
Prop. 5 24 7
Prop. 6 15
Inicialmente se propuso un mes para recopilar todos los datos necesarios para
continuar con el proceso de composición, pero como se observa en el cronograma
resultante, esta actividad se tomó tres meses, ya que poco a poco se tuvo acceso
a más fuentes de información de gran valor para complementar las siguientes
fases del cronograma. Esta información, al ser compartida con el asesor, generó
las pautas necesarias para iniciar un proceso de depuración hasta extractar
mediante un estudio de factibilidad, los ritmos más apropiados para iniciar el ciclo
de composiciónes. Se escogieron los 10 aires rítmicos más representativos: Vals,
Danza, Guabina, Pasillo, Bambuco, Cumbia, Vallenato, Mapalé, Chandé, Joropo.
4
En el mes de Agosto se inició el proceso de composición con los ritmos de mayor
afinidad por cercanía con el departamento de Antioquia, como el vals (El
Borracho), la danza (Mi cabaña) y el bambuco (Bambuqueando). En Septiembre
se continuó con el pasillo (Añoranza), la guabina (Mis Ancestros) y el joropo
(Ocaso en la llanura). En Octubre comenzaron las dificultades al componer sobre
los ritmos costeros, ya que están cargados de percusión y elementos muy
característicos que hacen más difícil capturar la esencia; sin embargo, se trabajó
con los ritmos de chandé (Noches de Carnaval) y cumbia (La Cumbiarsita). En el
mes de Noviembre se abordaron los dos últimos ritmos costeros que fueron el
mapalé (Palenque) y el vallenato (Pejcao con Arro).
5
3. ANTECEDENTES
1
Marulanda Salazar , Ruth. Manual Didáctico de Música Colombiana región andina: Para Piano. Bogotá:
fotocomposición digital, 1989. pág. 6-32. Nació en Buga (Valle), realizó su postgrado en la Academia de
Música de Viena con la Maestra Gertud Kautzky, ha sido catedrática de la Universidad Pedagógica Nacional.
Posee un sinnúmero de recitales a lo largo y ancho de Colombia y sus grabaciones se reciben con la más
amplia aceptación en el país y en el exterior.
6
4. DESARROLLOS CONCEPTUALES
Este sería el punto de partida para combinar la teoría con la práctica, mediante un
proceso de sensibilización y asimilación de la información recopilada, para
plasmarla fielmente en la producción de las obras. A continuación se expondrán
los diversos ámbitos y factores que incidieron en la elaboración de las
composiciones” Aires Folclóricos al Piano”.
7
Guillermo Abadía Morales 2 en su Compendio del folklore colombiano, nos dice: La
voz “Folklore”, está compuesta por dos términos: “Folk”, lo popular; “lore”, lo
tradicional. En Inglaterra, la voz lore designó inicialmente a las canciones de cuna
tradicionales; después a todas las canciones de tradición y finalmente se aplicó a
todo lo tradicional. Esta tradición popular estaría constituida por todos los
conocimientos del pueblo, es decir, por el saber popular. Lo que el pueblo “cree,
piensa, dice y hace”. Se debe hablar de saber popular y no de sabiduría popular,
ya que la sabiduría es el conocimiento de la ciencia y el arte y constituye el objeto
de la Filosofía. La Filosofía como ciencia contempla teorías y doctrinas que no
están dentro del área de conocimiento del pueblo, ya que éste procede por medio
de prácticas que le suministran una experiencia directa y por ello no es científico
sino “empírico”, palabra griega que significa, “experto”, es decir, el individuo que
se guía por la experiencia y las prácticas. Por ello el sociólogo André Varagnac
dice que el folklore “está constituido por las creencias colectivas sin doctrina y por
las prácticas colectivas sin teoría”.
La palabra “tradición” se deriva del verbo latino “trado” que significa, yo entrego; es
por ello, todo lo que una generación entrega a otra. Esta tradición puede ser: oral,
escrita y monumental. La tradición oral (del latín os-oris: boca) se transmite por
medio de la palabra hablada y es la más común en los fenómenos folklóricos. La
escrita es la que se transmite por medio de documentos gráficos. La monumental
es la que se muestra en obras físicas, templos, estatuaria, cerámicas, artesanías,
etc. El folklore es la tradición popular típica empírica y viva”. Estas para Abadía,
son las cinco características necesarias, para los sucesos folklóricos.
2
Abadía Morales, Guillermo. A B C del Folklore Colombiano, Bogotá, Panamericana, 1995. Pág. 17.
Folclorista, escritor y catedrático de las principales universidades musicales de Colombia, entre sus escritos y
publicaciones más connotadas están: El Coplerío Colombiano (tres Culturas Editores, Bogotá, 1991), El
Correo de las Brujas (tres Culturas Editores, Bogotá, 1994), Veinte estructuras de la guabina veleña y
mojigangas de torbellino en cuatro departamentos colombianos (Fondo de Cultura Económica, México).
8
Álvaro Losada 3 en su libro “Folclor colombiano”, afirma que el folclor es un estudio
científico, que se ocupa del hecho cultural de un pueblo, investigando los valores
tradicionales que penetran el alma popular, es conocimiento del acervo de
costumbres, tradiciones, usos, mitos, creencias, y todas aquellas manifestaciones
típicas, que pasan inadvertidas y que están arraigadas; estas son su haber,
herencia ancestral y legado. Son vigencias típicas, modestas, sencillas, de
dominio de masas populares transmitidas de generación en generación.
El ambiente folclórico de un pueblo, está formado por la diversidad de su clima,
aspectos físicos y otros factores que determinan manifestaciones o características
muy propias que la distinguen o diferencia de otra.
Octavio Marulanda 4 en su libro, El folclor de Colombia, nos cuenta que Identidad
cultural, es la vigencia del hombre con todos los valores de su origen, su carácter
y su ubicación histórica. Es la condición que asume el hombre actuante con la
individualidad que lo singulariza, en los diversos planos de su capacidad creadora,
ante el panorama universal. “El proceso de la identidad de un pueblo, se realiza en
dos planos, que están interrelacionados entre sí: Primero la identidad cultural que
posee contenidos específicos tomados de las raíces étnicas e históricas, de las
siembras vernáculas (nativas); y luego surge la identidad nacional, que involucra,
a la primera, pero que extiende sus basamentos hasta los procesos socio-
políticos, incluyendo el devenir geográfico”.
3
Losada Ortiz, Álvaro. Folclor Colombiano. Bogotá D.C., Ediciones S.E.M., 2005. Pág. 11-15. Musicólogo
y pedagogo quien ha escrito varios libros con el apoyo del Ministerio de Educación Nacional de Colombia,
entre sus publicaciones más destacadas están: “Competencias básicas aplicadas al aula”.
4
Marulanda Morales, Octavio. “El Folclor de Colombia - Práctica de la identidad Cultural”, Bogotá, Arte
Estudio Editores, 1984. Pág. 13. Folclorologo que nació el 7 de Octubre de 1921, entre sus obras mas
destacadas están: “Folclor y cultura general”, “La historia de un hombre que se convirtió en símbolo”,
“Teatro sin máscara”, “Las rondas y los juegos infantiles – Folclor y educación”, “La aldea de Santa Fe de
Bogotá – Una leyenda olvidada”, entre otros. Falleció en Bogotá el 11 de Febrero de 1997.
9
institucionales, cuya dinámica está pautada por el transcurrir de la historia: grupos
humanos, migraciones, organizaciones políticas, tipos de gobierno, sistemas de
mando, formas económicas, estratos productivos, asentamientos humanos, etc.
Debido a que en nuestro país la cultura ha sido una cuestión accesoria y
circunstancial del Estado, cuyo destino errático y marginal la ha dejado expuesta
permanentemente al ataque de influencias extranjeras y de las deformaciones
cosmopolitas y de que nuestra mentalidad colonial, acostumbrada a subordinarse
ante el más fuerte, es permeable a las novedades momentáneas, a las corrientes
publicitarias y a los caprichos de la civilización. En Colombia no ha existido una
conciencia clara sobre lo que es la identidad cultural, no ha sido un impulso
masivo de las gentes, sino más bien una tendencia cultivada por algunos patriotas,
artistas, intelectuales y aficionados de lo vernáculo. Sólo ahora se crea un
Ministerio de la Cultura, pero con un funcionamiento caótico, dependiente de los
vaivenes políticos.
Para Marulanda, existen dos etapas fundamentales que se deben llenar para el
establecimiento de una identidad cultural: Primera: Etapa de reconocimiento.
Presentación de la cultura autóctona como un hecho necesario a la vida espiritual,
emocional y social de nuestras gentes, no sólo desde el punto de vista informativo
y cognoscitivo, sino desde el punto de mira que impone un reconocimiento de
nuestros orígenes. Segunda: Etapa de Identificación. Es el principio del cambio,
porque exige incorporar la cultura autóctona como ingrediente indispensable para
la vida espiritual, educativa y estética del país, como un acto de renovación de las
motivaciones que inducen al comportamiento comunitario”.5
5
Marulanda, Op. Cit., Pág. 14
10
nuestra identidad. No es coincidencia que muchos mercados intencionales de la
música estén abriendo sus puertas al talento nacional, esto se debe a las
condiciones geográficas de nuestro país, que logran una mezcla de culturas tan
extremas, que desencadenan una gran variedad de estilos, géneros y tendencias
muy creativas.
El don de la composición es algo que produce gran satisfacción porque se puede
materializar el inmenso mundo de las ideas, pero también desde muy pequeño he
sido un acompañante del don de la enseñanza, aquel que permite corregir en los
alumnos todos los errores del proceso de formación. Estas composiciones se
hacen por amor al pueblo, a todos aquellos que quieran interpretar un poco de
nuestra música.
La Región Andina de Colombia: Es la zona más poblada del país y coincide con
la parte más septentrional de los Andes. Se orienta del sur-occidente al nororiente,
entre Ecuador y Venezuela. Dentro del territorio de Colombia se divide en tres
cordilleras, Occidental, Central y Oriental, que dan lugar a numerosos valles,
11
cañones, mesetas y un sistema fluvial cuyos principales ríos son el Cauca y el
Magdalena.
Es imposible dejar circunscritas las regiones naturales a los límites
departamentales pues, muchas veces, un departamento puede llegar a tener en
su territorio jurisdicciones geográficas naturales muy diferentes inclusive a las del
80% de su territorio restante. Según eso, son Departamentos de la Región Andina:
Nariño, Cauca y Valle del Cauca (parte central y oriental, se consideran también
parte de la región pacífica), Huila, Tolima, Caquetá y Putumayo (parte occidental,
se consideran normalmente parte de la región amazónica), Meta y Casanare
(parte occidental, se consideran normalmente parte de los llanos orientales),
Cundinamarca, Caldas, Risaralda, Quindío, Antioquia con un 20 % de su territorio
en la Región Caribe; Urabá, Santander, Norte de Santander, Boyacá, Arauca
(parte occidental, se considera normalmente parte de los llanos orientales), Bolívar
y Córdoba (parte sur, se consideran normalmente parte de la región Caribe).
12
consecuencia, la Región Amazónica de Colombia es la más extensa con una
superficie de 348.588 km cuadrados. La Región es, además, la zona más austral
del país y tiene territorios por debajo de la línea ecuatorial, en un país cuyo 80%
de su territorio se encuentra en la zona boreal.
Comprende territorio de los departamentos de: Putumayo, Caquetá, Guaviare: el
cual tiene un 20% de su territorio norte en la llanura, Vaupés, Guainía: el cual tiene
el 40% de su territorio en la llanura Amazónica.
13
(presentes en el Golfo de Urabá). El Chocó es el único departamento de Colombia
con costas en los dos océanos (Atlántico y Pacífico).
La Región Costa Pacífica de Colombia: Hace parte de El Chocó biogeográfico.
Se encuentra ubicada al occidente y está dividida en dos grandes zonas marcadas
por el Cabo Corrientes. Limitada en el Norte por la frontera con Panamá, al Sur
por la frontera con Ecuador, al Oriente por la Cordillera Occidental de los Andes
Colombianos y al Occidente por el Océano Pacífico del cual deriva su nombre. Es
una región con una inmensa riqueza ecológica, hidrográfica, minera y forestal, en
la cual se encuentran algunos parques nacionales naturales. Es además,
considerada una de las regiones de mayor biodiversidad y pluviosidad del planeta,
con precipitaciones del orden de los 4.000 mm/anuales según el Ministerio de
Minas y Energía de Colombia. Es también la tierra principal de la cultura afro-
colombiana y de numerosas tribus indo americanas que fueron denominados
"chocoes" por los españoles al momento de la Conquista, aunque el término
incluye familias lingüísticas de diferente origen. El litoral pone a Colombia de frente
al Océano más grande del mundo y con ello un campo de encuentro internacional
vital para su desarrollo.
Los siguientes son los departamentos que tienen territorio en la Región Pacífica:
Departamento del Chocó, único departamento cuyo territorio está 90% dentro de
la Región. Al norte tiene una parte en el Golfo de Urabá que lo ubica en la Región
Caribe (el único departamento colombiano con costas en los dos océanos) y al
occidente toca las estribaciones de la Cordillera Occidental en los Departamentos
del Valle del Cauca, Cauca y Nariño.
14
conformado por Gorgona, Gorgonilla y otros tres islotes, ubicadas en el Océano
Pacífico y pertenecientes al Departamento del Cauca con un total de 49.200
hectáreas. Se encuentra allí el Parque Nacional Natural La Gorgona.
Malpelo, islote de origen volcánico en el Océano Pacífico bajo la jurisdicción del
Departamento del Valle del Cauca. Otros grupos de islas: Archipiélago de San
Bernardo (Golfo de Morrosquillo), Islas del Rosario, Isla Fuerte, Isla Barú, Isla
Tortuguilla e Isla Tierra Bomba.
Pero esta mezcla no fue sólo de razas; recordemos que los aborígenes
colombianos y los españoles tenían su propio idioma, religión, danzas,
instrumentos musicales, artes y principios morales que comenzaron a influirse
mutuamente para originar una cultura mestiza. En su proceso de colonización y
difusión cultural los españoles transmitieron sus cantos, danzas, aires musicales e
instrumentos en todas sus colonias de ultramar. En las tertulias y fiestas de la
aristocracia colonial en las veladas de las huestes conquistadoras, en las fiestas
15
de diversión popular, en las haciendas y en las nacientes urbes coloniales, se
conocieron los aires españoles. Una música con mezcla de alegría flamenca y
andaluza, con la melancolía y cadencia castellanas y el misterio sonoro de la
arábiga.
6
Ocampo López, Javier. La Fiesta y el Folclor en Colombia. Bogotá: El ancora editores1995. Pág. 31-32.
(Aguadas, Caldas, 1939) Doctor en Historia, Escritor y catedrático Universitario, ha publicado varios libros
investigativos, entre ellos, “El proceso ideológico de la emancipación y las ideologías en la historia
contemporánea de Colombia”.
16
Aportes africanos: El negro africano apareció en la etnia y cultura colombiana a
partir de la segunda mitad del siglo XVI. Procedentes de Sudán Occidental, Costa
de Guinea y el Congo, los negros africanos portadores de las culturas Yoruba y
Bantú, las más generalizadas en el Nuevo Reino de Granada, poblaron las costas
Atlántica y Pacífica, el Chocó, los valles del Cauca, Magdalena, Patía y sus
afluentes, las zonas aledañas a las minas de Antioquia, gobernación de Popayán y
otras áreas de explotación minera y agrícola. Su presencia en estas regiones
influyó en la conformación étnica de la población, costumbres, magia, religión
música y folclor en general.
Manuel Zapata7 indica que la mayoría de los negros conducidos a los centros
mineros de Antioquia, Cauca y Valle, procedían del área yoruba, dada la
antiquísima explotación minera de esta región. El estudio de nombre y apellidos
realizado por Rogerio Velázquez nos comprueba este aserto. Pero, de igual modo,
hace referencia de patronímicos bantúes en las zonas mineras. En la Costa
Atlántica, desde los comienzos de la colonia, más dedicados a la agricultura y
ganadería, los esclavistas pusieron mayor empeño en utilizar bantúes con
experiencia en estas faenas, lo que no excluye la presencia de individuos y
comunidades yorubas en el ámbito costeño."
7
Zapata Olivella, Manuel. Visión sociocultural del negro en Colombia del Centro para la Investigación de la
Cultura Negra en Colombia. Bogotá: Altamir 1986, pág. 236. Nació en Lorica – Colombia en 1920. Etnólogo
y escritor. Gran parte de su obra la dedicó a descubrir, ubicar y explicar el papel del 'negro' en la historia,
tanto del país, como de América. Entre sus obras mas connotadas están: "Pasión Vagabunda" (1949), "He
visto la Noche" (1954), "El Rey de los Cimarrones" (1954), "Chambacú, Corral de Negros" (1963), "Changó,
el Gran Putas" (1983), y "¡Levántate Mulato!" (1988).
17
La música negra es el elemento tradicional de ésta cultura que más se conservó a
través del tiempo. Su carácter mágico-religioso facilitó su ajuste al nuevo entorno
natural al cual fue sometido. Su mayor aporte al folclor colombiano, sin duda es el
ritmo y la polirrítmia, señalados hasta en el mismo gesto que hace el tamborero
antes de dar un golpe en el parche. Los cantos negros se caracterizan por cierto
juego de intervalos típicos, en los cuales a veces la melodía toma un giro hacia el
agudo como esfuerzo inicial, y pasa al sonido grave, como reposo; en la misma
forma se caracterizan por una forma modal escalística, con una sucesión regular
en los sonidos.
8
León Pérez, Argeliers. Un marco de referencia para el estudio del folklore musical en el Caribe. Cuba:
Editorial Folklore, 1974. Pág. 24-30. Musicólogo, compositor, etnólogo y pedagogo cubano nacido en la
Habana en 1918, y fallecido en la Habana en 1991. Ostentaba el título de Doctor en Ciencias del Arte.
Escribió gran cantidad de ensayos y libros sobre pedagogía, musicología, arte africano y la presencia de las
culturas formadoras de la nación cubana entre los que se destacan: Didáctica Musical; Pedagogía Musical;
Psicología de la Enseñanza de la música; El paso de elementos por el folclore de Cuba; Lecciones del Curso
de Folclore; Del canto y el tiempo; Introducción al Arte Africano; y Tras las huellas de las civilizaciones
negras en América Latina. Sus últimos trabajos, abordados desde la semiótica, llegan al análisis de los
orígenes de la cultura como son: Para leer las firmas abakua, De paleros y firmas se trata y Por los caminos de
la Musicología.
18
Instrumentos musicales: El tambor ocupa un lugar especial, ya que se conoció en
estos territorios con un carácter esencialmente ritual. Los más importantes y
reconocidos son: El cununo: registrado en el Chocó, el Lumbalú: del palenque de
San Basilio, la Tambora: de Tamalameque. También encontramos el sonajero de
índole mágico-religiosa, y la marimba la cual es una variación de la existente en el
Congo y el Níger.
4.4 MESTIZAJE
9
Abadía, Op. Cit., Pág. 215
19
estaban constituidos principalmente por hombres, lo cual dio lugar al mestizaje,
más adelante y a partir del establecimiento de instituciones coloniales, se facilitaría
y promovería la trasmigración de familias enteras. La conformación del pueblo
colombiano, se constituye con los diversos elementos étnicos y culturales del
indígena, el europeo español principalmente y el africano. Colombia es una de las
naciones tri-híbridas americanas, de conformación esencialmente mestiza. Esto es
fundamentalmente lo que define lo colombiano, junto a los procesos histórico-
culturales que se han destruido ó fusionado, conformando los pueblos
testimoniales en el presente.
20
esclavo para trabajos en las minas, las haciendas, la carga y el servicio doméstico.
Se localizaron en las costas Atlántica y Pacífica, valles de los ríos Magdalena y
Cauca y regiones diversas de las minas y las haciendas.
Este contacto socio-cultural, llevó al hibridismo racial y cultural, del cual surge un
pueblo mestizo nuevo, en el ámbito histórico americano y mundial. Los diferentes
grados de evolución en este contacto racial y cultural, imponen la cultura más
evolucionada en su maquinaria de guerra, en nuestro caso, la española. Fue en
los niveles populares donde el proceso de adaptación, alcanzó manifestaciones
bien integradas. La aculturación, contacto de culturas, fue el producto de los
niveles populares, o sea, de los grupos folk, creadores del folclor colombiano, a
diferencia de la élite-lore.
Se dio entonces comienzo, por la fuerza de los hechos, al proceso de mestizaje tri-
étnico, que caracteriza tan marcadamente la conformación racial de nuestro país:
dominante blanco-español, campesino indígena, sobreviviente del exterminio y
negro esclavo. Históricamente, la integración operó sin que el español, lograra un
dominio cultural pleno y adecuado sobre la población. En algunos casos logró
imposiciones culturales definitivas, como el idioma, pero en otras debió, por el
contrario adoptar elementos de las razas dominadas, en un proceso que llevó al
peninsular al enfrentamiento con el aborigen y el negro. Más íntimamente, la
malicia indígena y la picardía negra en contraposición a la arrogancia castellana.
21
Al indio y al negro los unía la pobreza y la opresión. Su fusión se da en la
convivencia socio-cultural. Lo contrario aconteció con el colono español cristiano, y
él mismo en mestizaje con sefarditas y árabes en la península ibérica (los moros).
En la sangre española bullía la mezcla de tres culturas: la refinada malicia de los
hijos del desierto, la chispeante alegría de la música hispana y la musicalidad del
pueblo de Israel.
22
aportaron la lírica y la melancolía innata en ellos; los negros, sus cantos dolientes,
sus cadencias sincopadas y vivas y el sentido frenético del ritmo. Los misioneros
aunaron a la doctrina de Cristo, rudimentos de filología y arte. Enseñaron a los
indios intérpretes algo de canto eclesiástico, para dar más solemnidad al culto, y
como estos iban asimilándolo, ya sabían algunos extractos del kyrial y jaculatorias
cantadas, canciones y saltas, gozos y novenas.
Inmigración:
La inmigración en Colombia siempre ha sido un poco baja en comparación con los
demás países del continente. Situación que se debe a las mismas políticas
heredadas desde el tiempo de la Colonia Española, con leyes que siempre
desestimulaban el ingreso de extranjeros al territorio, primero del Virreinato de la
Nueva Granada y después de lo que sería Colombia. Paradójicamente,
Venezuela, que comparte una historia común, ha sido meca de la inmigración
extranjera desde los tiempos de la independencia. Aunque la Constitución de 1991
abrió el país a una mayor aceptación de inmigrantes, tanto el desestímulo histórico
a la inmigración, como la actual situación política, han dado como resultado que
los escasos grupos de inmigrantes se integren completamente a la población
nativa del país o traten de pasar lo más desapercibidos posible; es por eso que no
existen en las grandes ciudades cosas como "barrios chinos", "barrios italianos",
etc. La principal excepción es la comunidad síria y libanesa de Maicao en límites
con Venezuela, donde hay colegios árabes, se practica el islam y se encuentra la
mezquita más grande del país (y una de las mayores en América Latina).
Grupos inmigrantes:
Árabe: Ha sido una de las principales olas migratorias a Colombia. Los árabes
que comenzaron a llegar al país hacia finales del siglo XIX procedentes del
Líbano, Palestina, Siria y Jordania. Como esos países estaban sometidos al
Imperio Otomano, los nativos comenzaron a llamar a estos inmigrantes "turcos".
Los árabes se ubicaron especialmente en la Costa Norte del país (Barranquilla,
23
Cartagena, Santa Marta y Maicao) y poco a poco comenzaron a llegar también al
interior, con excepción de la zona paisa. Los primeros grupos eran cristianos
maronitas, de manera que no hallaron difícil la integración a una nación católica.
Después de 1954, con la creación del Estado de Israel y la agudización de los
conflictos en el Medio Oriente, Colombia vio llegar pequeños grupos de árabes
musulmanes de Palestina que se ubicaron en San Andrés y Providencia y en La
Guajira.
Judío: Aunque ya desde los tiempos de la Colonia vinieron muchos judíos, los
llamados entonces (sefarditas), obligados por la Corona Española a la conversión
y después perseguidos por la Inquisición, que prácticamente los hizo desaparecer
del virreinato, aunque algunos afirman, sin mayor veracidad, que muchos lograron
ocultar su linaje, especialmente en la región paisa. Sería sólo hacia fines del siglo
XIX que volverían a Colombia judíos de Palestina y Europa del Este, estos últimos
asquenasis, que se ubicaron especialmente en Medellín, Bogotá y Cali.
Gitano: Llegaron desde la época colonial, a veces obligados por los españoles a
embarcarse a América. Al terminar la I Guerra Mundial llegaron kumpanias
procedentes de Europa oriental y los Balcanes, de los desintegrados imperios
Austro-Húngaro y Otomano. Otros grupos arribaron durante la II Guerra Mundial
procedentes de Francia y otros países invadidos por los nazis, que perseguían a
gitanos y judíos.
Alemán: También en el siglo XIX llegaron alemanes al departamento de
Santander sobre todo en el municipio de Zapatoca, alentados por el pionero Geo
von Lengerke que explotara el comercio de la quina con Europa. Después de la
Primera Guerra Mundial y mucho más con la Segunda Guerra Mundial, vendrían
grupos de judíos alemanes hasta que en 1939, el gobierno emitió un decreto que
prohibía su ingreso al país.
Otros grupos: Sobre los otros grupos de inmigrantes hay menos información,
debido a su menor presencia y a su rápida asimilación dentro de las sociedades
colombianas. Con los procesos de industrialización del país desde finales del siglo
XIX, han venido a Colombia personalidades destacadas en la ingeniería, el
24
comercio y el arte de países como Italia, Francia, Alemania y Cuba, cuyos
descendientes se encuentran en las ciudades principales del interior del país. En
la Costa Norte, en cambio, se han quedado marinos de la China, Galicia y los
demás países del Caribe. Con la segunda guerra mundial, llegaron varios
pequeños grupos de austriacos, belgas, holandeses, suecos y serbios. También
vinieron grupos de japoneses, chinos y coreanos alentados por el trabajo en los
ingenios azucareros en el Valle del Cauca en los años 1940 y 1950.
Durante la Guerra Fría entraron pequeños grupos desde Rusia, que se casaban
con colombianos estudiantes en ese país. Las fuertes dictaduras en Argentina y
Paraguay hicieron que muchos intelectuales y artistas buscaran refugio en el país.
La situación económica del Ecuador y del Perú ha hecho que muchas personas de
ese país vengan como comerciantes a las principales ciudades. Para concluir esta
parte, es importante destacar que todas estas pequeñas inmigraciones han sido
siempre pacíficas y han contribuido mucho a la nación. Su rápida integración al
país hace que Colombia sea un país en general tolerante a otras culturas
básicamente porque no ha recibido grandes oleadas como alguna vez Argentina o
ahora Chile y, por tanto, una vez alcanzada una mejor situación económica, social
y política en Colombia, en unos 25 años, y debido a su estratégica situación
geográfica, es predecible que el país se convierta en una opción atractiva para la
inversión extranjera.
25
Libres: El aire impulsado, sin caja de resonancia. El zumbador, los agujeros
zumbadores, la hojita vegetal (guayabo, limón, naranjo o mandarina).
De silbato simple: El aire entra por un orificio y sale por uno ó dos orificios. Pitos
vegetales y silbatos de arcilla y huesos de procedencia indígena.
De silbato compuesto: Entra el aire por un orificio especial y sale por varios según
se obture. Silbatos de arcilla, el bgui-buico, el sikano (cráneo de sapo), indígenas.
De lengüeta simple: El aire penetra por las ranuras de una lengüeta excavada en
el cuerpo de la flauta. La chirimía, la caña de millo, las massí, el ontorroyoy y el
toré indígenas.
26
siröró, el meyeskababa, el sui, el sirú, el soke, tséko, urútsa, el desa-lú, perubalí,
el orébi, el nunumatá y el rondador, todos indígenas.
27
Una membrana y fondo abierto: Tambor tubular, el currulao, el mapalé, el
pechiche, el tambor macho (llamador), el tambor hembra (pujador) y la pandereta
española.
Una membrana perforada: El furruco, que es una calabazo o tonel de madera con
cuero de res o venado. La zambumbia, de totumo o calabaza con cuero de conejo,
tatabra, chivo o cordero. El marrano ó la puerca, similar a los anteriores.
De madera: Sin parches, con madera vibrátil. Las canoas kugiu y japa de los
Tatuya y Barasana y las bateas o artesas, que son instrumentos golpeados con
palitos de madera o pateados, como el tambor de patear y los tambores de pies o
los golpeados con palitos como el maguaré macho y hembra, el taátoré y el
tambor de los Ticuna de caparazón de tortuga llamado Dyadiko.
De choque: Las palmas de las manos, las claves costeñas, los palitos, el popóro
con su sukala, la carraca (mandíbula equina) y el pico de coyongo.
28
ataduras a los pies como el firisai, el káapolet, el kurubeti, el bebóru, la tsakapa, el
uaitu, el zha y el ye‟e de los Tucano que se ata a una lanza. El quiribillo, el guasá y
el guache.
De lengüeta: La matraca.
Colombia posee una gran riqueza de cantos tonadas y aires folclóricos divididos
en las siguientes regiones:
29
chocoana, Madruga, Maquerule, Mazurca chocoana, Pango o Pangora, Patacoré,
Polka chocoana, Salve, Saporrondó, Tiguarandó, Villancico.
Región de los llanos: Galerón, Joropo, Pasaje, Seis por derecho, Seis por
numeración, Seis por ocho, Seis Figuriao, Zumba-que-zumba.
30
El Bambuco: Género musical Colombiano, catalogado como el más importante de
este país, definiendo esta importancia en el hecho de ser reconocido entre los
emblemas nacionales. Existen varias teorías sobre su origen. La indígena afirma
que su esencia triste y melancólica, se asemeja mucho a la música chibcha; otros
afirman que en el Pacífico existían unos indios llamados “bambas” que dieron
origen a este ritmo. La teoría africana, expuesta por Guillermo Abadía Morales, en
la que cuenta de unos instrumentos llamados bambucos, construidos con tubos de
bambú, y que parece lo une con el bambuco viejo o currulao. La teoría española,
que habla sobre el origen vasco del ritmo, ya que el zortzico, ritmo traído por los
vascos y que se ejecuta en cinco octavos, presenta similitud con el bambuco viejo
o currulao ejecutado en cinco cuartos. Lo cierto es que el ritmo parece ser un
verdadero mestizaje triétnico. Desde el siglo XIX se le menciona como aire criollo
y se le considera polirrítmico, o sea en tres cuartos y en seis octavos, fórmula
preferida, ya que han existido muchas polémicas para escribirlo y llevarlo a la
orquesta. Se habla del bambuco caucano, lento y triste; del fiestero en los
Santanderes y Tolima; del lírico, romántico en Valle y Antioquia; del campesino o
anónimo, más popular. El ritmo de “caña” y las rajaleñas, parecen ser formas del
bambuco. Este género musical que se expandió desde el suroccidente de
Colombia (departamento del Cauca), hacia el sur (Ecuador y Perú) y hacia el
nororiente (departamentos de Antioquia, Tolima, Cundinamarca, Boyacá y
Santander), logró en menos de 50 años, convertirse en la música y danza
nacional, pasando del anonimato de la música rural, a ser considerado símbolo
nacional.
En cuanto a la tonalidad, los hay en mayor y menor; en los antiguos generalmente
se inicia triste y lento en tono menor, y se finaliza alegremente en tono mayor. Uno
de los compositores más conocido fue Pedro Morales Pino, quien con su bambuco
“Cuatro preguntas”, sirvió de modelo a muchos compositores. Pero su crecimiento
va más allá, pues, el bambuco llega a Centro América, las Antillas y México,
principalmente debido a las giras de Pelón Santamarta por esas tierras, con su
dueto “Pelón y Marín”, quien después de varios años de residencia en Yucatán,
31
siembra en los músicos de la península mexicana el interés por nuestro bambuco,
logrando el surgimiento de una serie de conocidos bambucos mexicanos, con la
forma exacta del colombiano.
32
derivan de la voz negra “cumbe”, danza. (Abadía)10. Entre nosotros cumbiamba
designa el festival en general, para ejecutar cumbia, bullerengue, mapalé o porros.
"Según testimonios escritos son dos las diferencias principales que existen entre la
cumbia y la cumbiamba: la cumbia se toca con banda, y las bailarinas llevan velas
o teas en las manos. La cumbiamba se baila con acordeón y flauta de millo y sin
velas", de "Cumbia eres muy bonita".
10
Abadía, Op. Cit., Pág. 208
33
músico es el de la tambora o bombo el cual se toca con baquetas, el cuarto
músico es el llamador, el quinto músico es el maraquero quien acompaña con otra
flauta o gaita macho, el último es el guachero opcional.
La Danza: Era la modalidad lenta del Waltz, así como el pasillo era la variante
acelerada. Al parecer provino de la Habanera Cubana, como ésta lo había sido de
la contradanza Alemana a través de la iglesia Country dance, de la Francesa
contradanse y de la Española contradanza (Abadía)11. Es también conocida como
Danza criolla, el ejemplo más conocido es la canción Negrita por Luís Peñas
Perilla.
La Guabina: Es otra de las danzas y cantos típicos del folclor musical boyacense
con ascendencia en los aires hispanos. En el siglo XIX la guabina se presenta a
nivel nacional como un baile populachero y muy especial en los bailes de garrote
en los campos; era muy perseguida por el clero en los púlpitos, por ser un baile
agarrado o de pareja cogida. Sobre su nombre no existe definición; se habla de un
pez guabina en los Llanos, y otro muy apreciado en Cuba por su carne; asimismo
se ha tomado el nombre de guabina para designar a un hombre simple.
Las referencias históricas de los novelistas del siglo pasado, nos hablan de la
existencia de la guabina en los finales del siglo XVIII, bailada con vueltas y el
llamado gallinazo; asimismo conocemos que la bailaban los canteros y alfareros
en los aguinaldos santafereños.
La segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX influye el romanticismo
en las composiciones de las guabinas. Surgieron así las guabinas románticas,
ingenuas y amorosas, destacando en Boyacá la famosa "GUABINA
CHIQUINQUIREÑA". Esta obra fue compuesta por Alberto Urdaneta en Abril de
1925 como regalo de bodas para su hermano José Ignacio quién debía contraer
11
Abadía, Op. Cit., Pág. 39
34
matrimonio en Chiquinquirá. Fué interpretada por primera vez el 10 de abril en
Ubaté, el 12 de abril en la Basílica de Chiquinquirá con gran emoción del pueblo
boyacense, que desde entonces la adoptó como su canción folclórica.
El Chandé: El chandé es un ritmo y una danza con grandes raíces africanas, que
tiene como patrón musical a la madre Cumbia, tal como a su vez lo tienen la
mayoría de los ritmos de la Costa Atlántica. Resaltamos su amplia influencia
Africana, ya que es un ritmo cuya esencia se encuentra en la percusión la cual se
acompaña de palmoteos y coplas. Algunos lo definen como un baile cantado cuyo
origen se encuentran en los rituales sacro-mágicos y funerarios de los negros
Africanos, que con el tiempo, y en virtud de los cambios culturales y el
consiguiente sincretismo, fue perdiendo su carácter mítico hasta llegar a ser lo que
hoy es: un canto y un baile cuyo objetivo primordial es la diversión. También es
considerado un ritmo orillero, rural, que recibe diversas denominaciones de
acuerdo con el énfasis que le dé el tamborero y con la región donde se ejecute. El
chandé ritmo de los carnavales. Las raíces del origen del carnaval en la costa hay
que rastrearlas tanto en la tradición europea traída por los españoles, como en el
aporte zambaje cultural de los negros, quienes contribuyeron con sus tambores,
sus ritmos, sus danzas, sus máscaras de Madera pintadas y la organización de
sus cabildos con su remedo y mascarada, y los indios, los cuales aportaron su
caña de millo y sus gaitas, a la vez que sus danzas alusivas a lo terrígeno. De esta
forma, en el ambiente rural, surgieron matices festivos para desembocar
finalmente en lo que hoy es el carnaval de Barranquilla.
35
El Joropo: Es un baile popular de Venezuela y Colombia, especialmente de los
Llanos. Posee movimiento rápido a ritmo ternario, que incluye un vistoso
zapateado y una leve referencia al vals, por lo que representa la más genuina
forma expresiva entre las manifestaciones de la música colonial. Se ejecuta en
pareja, utilizando numerosas figuras coreográficas, en las que se mezclan las
tradiciones hispano-criollas y la aportación de los esclavos africanos. Complejo en
su ejecución, es uno de los ritmos que más desconcierta a aquellos que han
estudiado la música universal a escala académica y se considera uno de los bailes
a manos tomadas más vistosos y ricos en movimientos básicos.
Los zapateos, las rápidas vueltas y las llamativas y complicadas figuras que los
joroperos o bailadores hacen, van al compás de una música que desborda vida.
Una vida que entre llanos y montañas ha sido la cuna de un género conocido por
todos, pero entendido por pocos. La intención que los bailadores expresan durante
la ejecución del baile es el dominio general del hombre sobre la mujer. Las figuras
y los zapateos le corresponde guiarlos a él, mientras que la mujer demuestra una
fina habilidad para seguirlo.
36
Existen varias modalidades del Joropo, entre ellos están: el Joropo Llanero. Se
baila y toca en Barinas, Portuguesa y Apure, entre otros. Es considerado como el
más recio del grupo. Se caracteriza por zapateos fuertes del hombre y
escobillados muy sutiles de la mujer. Los instrumentos típicos son el cuatro, la
bandola llanera o el arpa llanera y las maracas. El Joropo Tuyero o central. Se
ejecuta en los llanos centrales del país. Es mucho más pausado y sus zapateos
son menos fuertes, pero en el ámbito rítmico su complejidad aumenta, debido a
que se superponen compases a distintos tiempos. El arpa tuyera, el cuatro y las
maracas son quienes acompañan a los joroperos en cada fiesta. Y por último el
Joropo Oriental. Para la celebración de la Cruz de Mayo en el oriente del país, se
acostumbra tocar joropos que a diferencia de los anteriores, dan mayor espacio al
movimiento de caderas. Los bailadores dibujan un círculo que va girando en
contra de las agujas del reloj, haciendo figuras preestablecidas por tradición. Este
joropo entra en el grupo de manifestaciones colectivas.
37
Con toques del tambor recreaban una atmósfera de espontánea e incuestionable
africanía. Fue una danza de labor ejecutada en las noches y amenizada con
toques de tambores yamaró y quitambre, las palmas de las manos y el canto. Con
posterioridad se produjo una transformación de su temática, atribuyéndole un
énfasis de regocijo con carácter sexual y asignándole la evolución frenética que
hoy presenta. La coreografía actual mantiene rasgos de su esencia africana en la
parafernalia, tanto en el vestuario, que es en extremo sencillo, como en la
presencia del machete, instrumento de trabajo utilizado para el procesamiento del
pescado. El ensamble musical consta de tambor alegre, tambor llamador, guache
o maracas y tambora.
Dado que surgió en un clima bastante caluroso, y se sigue bailando así, las
mujeres bailan por lo regular con vestidos cortos, ceñidos, de colores vivos y con
arandelas en hombros y faldas que resaltan el movimiento. Los hombres usan
pantalones pesqueros, bayetilla roja y no usan camisa, en algunos casos usan
camisa blanca remangada.
38
alguna: dos de percusión (la caja y la guacharaca), y el acordeón diatónico (de
origen europeo) con el que se da la melodía. No obstante, en algunas ocasiones
las canciones se componen o interpretan con otros instrumentos: la guitarra, la
flauta, la gaita y el acordeón cromático. Por otra parte, para el vallenato comercial
es común la agregación de estos instrumentos, además del bajo eléctrico y otros
de percusión, como las congas y los timbales.
Cabe notar que Colombia está orgullosa de haber adoptado el acordeón diatónico
y haberlo implementado para crear este género musical que ha dado algunos de
los mejores expositores de la interpretación de dicho acordeón a escala mundial.
Esta cultura del acordeonista (también llamado acordeonero) que exige
autosuficiencia en una canción vallenata, especialmente en el aire de la puya, es
tan competitiva que existen festivales dedicados a calificar la habilidad de
interpretación. Estos festivales vallenatos han estimulado el avance en la
profundidad del estudio musical que existe de este tipo de acordeón.
39
La Música Vallenata a llegado a diversos países del continente americano pero a
llegado con más fuerza a la ciudad de Monterrey, México, la cual ha adoptado el
Folklor Vallenato como una música regional, tanto que una agrupación concursó
en el mismísimo Festival de la Leyenda Vallenata en Valledupar siendo esto un
hecho histórico.
12
Stavinsky, Igor . Poética Musical, Taurus, Madrid, 1989 Pág. 34-56. (17 de junio de 1882 – 6 de abril de
1971) fue un compositor ruso de música clásica, uno de los más importantes y trascendentales del siglo XX.
Compuso una gran cantidad de obras clásicas abordando varios estilos como el primitivismo, el neoclasicismo
y el serialismo, pero es conocido mundialmente sobre todo por tres obras de uno de sus periodos iniciales - el
llamado período ruso - : El pájaro de fuego (L'Oiseau de feu, 1910), Petrushka (1911) y La consagración de
la primavera (Le sacre du printemps, 1913).
40
desconocimiento, desconocimiento de la verdad y de las leyes a que da lugar,
leyes que hemos llamado fundamentales.
El estudio del proceso creador es de los más delicados. Es imposible, en efecto,
observar desde afuera el desarrollo íntimo de tal proceso. Es inútil tratar de seguir
las fases del trabajo ajeno. Es igualmente difícil observarse a sí mismo. Aún así,
creo que apelando a la propia introspección, tendría algunas probabilidades de
guiar a otros en ésta materia esencialmente indeterminada.
La mayor parte de los melómanos cree que lo que impulsa la imaginación
creadora del compositor es cierta inquietud emotiva que se designa generalmente
con el nombre de inspiración. No se piensa negar a la inspiración el papel
inminente que le corresponde en la génesis que estudiamos; simplemente se
pretende que no es en modo alguno condición previa del arte musical, sino una
manifestación secundaria en el orden del tiempo.
Toda creación supone en su origen una especie de apetito que hace presentir el
descubrimiento. A esta sensación anticipada del acto creador la acompaña la
intuición de una incógnita ya poseída, pero ininteligible aún, que no será definida
sino a merced de una técnica vigilante.
El hecho mismo de escribir esta obra, de poner como se dice, las manos en la
masa, es inseparable el placer de la creación. En lo que aquí concierne, no se
puede separar el esfuerzo espiritual del esfuerzo psicológico y del esfuerzo físico,
todos se presentan en un mismo plano y sin la menor diferencia de jerarquía.
Tenemos un deber para con la música y es el de “inventar”. La invención supone
la imaginación pero no debe ser confundida con ella, porque el hecho de inventar
implica la necesidad de un descubrimiento y de una realización. Lo que
imaginamos, en cambio, no debe tomar obligatoriamente una forma concreta y
puede quedarse en su estado virtual, mientras la invención es inconcebible fuera
del ajuste de su realización en una obra.
Lo que debe ocuparnos aquí, no es pues, la imaginación en sí, sino más bien la
imaginación creadora: la facultad que nos ayuda a pasar del plano de la
concepción al plano de la realización.
41
La facultad de crear nunca se nos da sola, va acompañada del don de la
observación. Se conoce como verdadero creador al que encuentra siempre en
derredor, en las cosas más comunes y humildes, elementos dignos de ser
notados. No le es necesario un paisaje bonito; no le es preciso tampoco rodearse
de objetos raros o preciosos. No tiene necesidad de correr a la búsqueda del
descubrimiento, porque lo tiene siempre al alcance de la mano. Le bastará echar
una mirada alrededor, lo conocido, lo que está en todas partes, es lo que solicita
su atención. El menor accidente lo retiene y dirige su operación; si el dedo resbaló
lo notará, y oportunamente sacará provecho de este imprevisto que le ha sido
revelado por una falla. Pero el accidente no se crea, se lo observa para inspirarse.
Es quizá, la única cosa que nos inspira. Un compositor preludia de igual modo que
un animal hurga, uno y otro hurgan porque ambos ceden a la necesidad de
buscar.
Nuestro espíritu como nuestro cuerpo, requiere un ejercicio continuado, si no lo
cultivamos, se atrofia. La cultura es la que coloca a gusto en la plenitud de su
juego y le permite ejercitarse en su solo ejercicio. El artista se lo impone a sí
mismo y termina por imponerlo a los demás: “Así es como se establece la
tradición”.
La tradición es cosa distinta al hábito, por excelente que sea éste, puesto que el
hábito es, por definición, una adquisición inconsciente que tiende a convertirse en
una actitud maquinal, mientras que la tradición resulta de una aceptación
consciente y deliberada. Una tradición verdadera no es el testimonio de un pasado
muerto; es una fuerza viva que anima e informa al presente. En este sentido es
cierta la paradoja que afirma graciosamente:” todo lo que no es tradición es
plagio…”.
Bien lejos de involucrar la repetición de lo pasado, la tradición supone la realidad
de lo que dura. Aparece como un bien familiar, una herencia que se recibe con la
condición de hacerla fructificar antes de transmitirla a la descendencia.
Brahms nació sesenta años después de Beethoven: Del uno al otro desde todo
punto de vista, la distancia es grande; no se visten de la misma manera, pero
42
Brahms sigue la tradición de Beethoven, sin pedirle por eso ninguna prenda de su
vestimenta. Porque el préstamo de un procedimiento no tiene nada que ver con la
observancia de una tradición. “Se remplaza un procedimiento: una tradición se
reanuda para hacer algo nuevo.” La tradición asegura así la continuidad de la
creación.
La función del creador es pasar por tamiz los elementos que recibe, porque es
necesario que la actividad humana se imponga a sí misma límites. Cuando más
vigilado se halla el arte, más limitado y trabajado, más libre es.
Por lo que a mi me toca, siento una especie de terror cuando al ponerme a
trabajar, ante la infinidad de posibilidades que se me ofrecen, tengo la sensación
de que todo me está permitido. Si todo me está permitido, lo mejor y lo peor, si
ninguna resistencia se me ofrece, todo esfuerzo es inconcebible; no puedo
fundarme sobre nada y toda empresa es entonces vana.
De todo lo dicho hemos de concluir la necesidad de dogmatizar bajo pena de no
alcanzar el fin propuesto. Si estas palabras nos incomodan y parecen duras,
podemos abstenernos de pronunciarlas. No por eso dejarán de encerrar el secreto
de la salvación. “Es evidente –escribió Baudelaire- que las retóricas y las
prosodias no son tiranías inventadas arbitrariamente, sino una colección de reglas
reclamadas por la organización misma del ser espiritual; y nunca, ni las prosodias
ni las retóricas, han impedido que la originalidad se produzca claramente. Por lo
contrario, decir que contribuyen a que la originalidad se despliegue, será
infinitamente más cierto.”
4.8 RESULTADOS
43
territorio nacional, a continuación se expondrá el origen y el proceso musical de
cada uno de ellos.
44
disonantes para generar el efecto descriptivo del título. El intérprete debe ejecutar
la pieza sin seguir estrictamente la métrica, ya que esto le hace perder el efecto
del movimiento irregular de un borracho al caminar. La dinámica y los fraseos
propuestos forman parte integral de la pieza por lo que se debe tener especial
cuidado con cada uno de estos elementos.
45
acompañamiento, para resolver con un bajo pedal en mano izquierda mientras la
derecha desciende en la búsqueda del final.
46
generan una sensación de euforia y vértigo, el mismo que se produce en los
bailarines cuando se mueven ágilmente. La melodía desciende en forma cromática
para preparar el final.
PEJCAO CON ARRÓ: Esta pieza fue compuesta en ritmo de vallenato y tonalidad
de G, inicia con una melodía solitaria acompañada de un bajo muy característico
del vallenato, hay que tener especial cuidado con el bajo porque no siempre
realiza las mismas figuras, ya que es característico que este improvise
constantemente. Luego continúa un diálogo entre una melodía emulando un
acordeón y melodías solistas con pregones. Esta obra requiere una buena
intención del intérprete por agregarle energía para darle la intención de bailable
sugerida al inicio de la obra.
4.9 CONCLUSIONES
Nuestro país posee una gran riqueza de cantos, tonadas y aires folclóricos, que
suman aproximadamente 60 según los estudios documentados por Guillermo
Abadía; este valioso material lastimosamente se esta convirtiendo en grabaciones,
documentos y filmaciones que se archivan como referente histórico de nuestro
pueblo, pero su continuidad y desarrollo se está perdiendo para las futuras
generaciones, ya que no existe una conciencia clara de los jóvenes compositores
por continuar enriqueciendo su música a través de la utilización de todos estos
estilos nacionales. Gran culpa de esto la tienen las instituciones de formación
profesional, porque encasillan la música folclórica en el género popular de bajo
nivel y poca importancia, y sólo admiten como erudito lo que viene de las escuelas
de composición Europeas o Norte-Americanas.
47
pasillos, bambucos, guabinas, porros entre otros. La identificación con estos
géneros fue absolutamente natural y agradable, luego quise incursionar con el
instrumento rey (el piano) y me impactó el darme cuenta que no podía seguir
aprendiendo este instrumento con los géneros que ya tanto dominaba, sino que
apareció un señor Bach, otro Beethoven, hasta que olvidé por completo mi país y
mi música para ser esclavo de otras culturas. Cuando el nivel pianístico me lo
permitió, me di cuenta de que sí existían compositores Colombianos con partituras
que podría tocar, pero me resultaba más fácil interpretar un preludio de Chopin
que desenredar una partitura de un bambuco.
Estas pequeñas piezas son el resultado de las vivencias del saber popular, ya que
fueron diseñadas con la esencia rítmica y tímbrica de cada uno de los géneros
escogidos, para darle la oportunidad a los principiantes en piano a que interpreten
la música de nuestro país, y a su vez, para motivarlos a que continúen con el
rescate de nuestro folclor mediante procesos de creación.
48
BIBLIOGRAFÍA
49
MARULANDA, Octavio. El folclor de Colombia. Editorial Artestudio.
Bogotá. 1984.
50
FOLCLOR, Colombiano. Ritmos tradicionales, instrumentos y
agrupaciones del folclor Colombiano. Grabación en CD. Fuente: Escuela
Popular de Arte.
51
ANEXO
Por esta razón, la relación del arte con el folklore no es simplemente una
relación de intuición, aunque ésta exista, como en todo arte, sino sobre toda
una relación de trabajo paciente sin prisas y sin apuros, destinado a reconstruir
lenta y pausadamente todo el tesoro musical de un pueblo o región
determinadas. Es tal vez la búsqueda del folklore uno de los puntos en los
cuales la ciencia y el arte se unen, y cuando se comprende, precisamente, que
la labor del hombre universal se hace a la vez de estos conocimientos que se
investigan desde su base, y desde el artista que es capaz bien de expresarlos,
bien -todavía mejor- de transformarlos en algo nuevo y diferente.
52
más apartados de una aldea, quedaba a disposición del investigador, del
erudito, del artista.
Joaquín Díaz y su gente han iniciado a la vez que esta búsqueda, verdadera
peregrinación en pos del Santo Grial, del folklore real de nuestras regiones, la
posibilidad de darle una altura científica, de plasmarlo en una serie de textos
que le den una fundamentación que si no precisa, por una parte, por otra
ennoblece y en cierta forma confiere el espaldarazo de seriedad a una tarea
que se va realizando, sumando poco a poco, temas inéditos del pueblo. En
este terreno queda mucho por hacer, desde luego, sobre todo en la posibilidad
de utilizar todo este magma, una vez seleccionado, estudiado e inventariado,
en pro a una verdadera potenciación de una música que sea a la vez, propia y
universal.
53
capaz de asombrar a todo el mundo. Hace tiempo Hungría publicó la obra
completa musicográfica de Béla Bartók, en versiones de solidez plena,
acompañadas en unos casos más que en otros de inspiración.
54
características de perennidad a una obra desgarrada y terrible, tan personal
como el propio compositor, que vivió el camino del hombre independiente y
libre, capaz de sufrir hasta la médula, de amar hasta el último instante y capaz
de crear esta música en principio desgarrada, dolorosa y hasta oscura, pero
después de ser conocida suficientemente, es algo cercano a la propia
sensibilidad y susceptible, creemos, de ser degustada por todos aquellos a los
que Bartók dedicó de forma pura y desinteresada su labor: el pueblo
campesino que según él fue siempre la base real de toda su vivencia artística y
personal.
55
posteriormente por los más acreditados investigadores del ramo. Pero
naturalmente no es un descubrimiento, sino simplemente la puesta al día en el
trabajo de un criterio de rigurosidad, que es el que en último término hará
efectiva y real una labor, y permitirá partir de ello hasta la consecución de un
desenvolvimiento total y completo.
Hasta el año 1918 Béla Bartók recogió alrededor de 8.000 melodías Húngaras,
2.800 Eslovacas, 3.500 Rumanas y 150 de otras minorías étnicas, Servios,
Búlgaros y Gitanos. Melodías registradas, también, fonográficamente y
depositadas en la División de Etnografía del Museo Nacional de Budapest. La
guerra afortunadamente no dañó este inmenso material que llegó a constar de
30.000 composiciones cuando terminó su tarea ingente. Antes de morir Béla
Bartók tenía prevista una investigación de otras células folklóricas, que podrían
ayudar a concretar este concepto de interrelación que fue, fundamentalmente,
una de las características básicas de todo este trabajo. Bartók ha escrito
mucho sobre sus investigaciones folklóricas y desde luego es en estas
páginas, donde los interesados, pueden encontrar un mayor aprovechamiento.
Nos interesa detraer de todas estas páginas de los escritos Bartokianos, los
conceptos clave que interrelacionan el folklore en primer lugar bajo el punto de
vista geográfico y cultural, en segundo lugar bajo el punto de vista creador,
porque la originalidad de Bartók es precisamente, desde un conocimiento
científico, encontrar la posibilidad de potenciarlo y hallar las células
convenientes para la transformación artística en una obra, dilatada en el
tiempo, que va evolucionando tomando en cuenta estos datos, a la vez que las
invenciones melódicas y estructurales que se producen en cada época;
interrelación de la que hablaremos y que es desde luego uno de los
fundamentos de este lenguaje, tan personal e intransferible de la música
Bartokiana en el siglo XX. Cuando Theodor Adorno realiza su escrito sobre
Stravinski y Schonberg, oponiendo el clasicismo un tanto rutinario del primero a
la evolución progresista del segundo, parece como si Béla Bartók quedara en
el medio. Béla Bartók no rompe por completo con el pasado (como el ajuste de
56
cuentas que ejercía Schonberg desde la negación de la propia tonalidad), pero
tampoco se limita a recoger las formas de la tradición y hacerlas suyas con
más o menos personalidad. Precisamente el arte de Bartók es un arte de
vulneración por una parte, y un arte dialéctico y materialista por otra.
57
fundamentalmente el carácter global en el que las culturas muchas veces se
manifiestan.
En más de una ocasión hemos hablado de esta serie de temas, de esta serie
de formas, de esta serie de creaciones artísticas que milagrosamente parecen
detraerse de un árbol común, aunque la distancia geográfica y lingüística,
cultural e histórica sea en determinados momentos muy grande. El acto de
valor de Béla Bartók al seguir investigando y publicando sus opiniones sobre
las melodías rumanas, cuando se encontraban en plena eclosión nacionalista
derivada de las guerras entre Hungría y aquel país, es también un acto de
afirmación estética, y en último término, lo que da validez a una labor
importantísima y esencial en todo momento, pero mucho más, naturalmente,
cuando desde esta pura acción científica se prepara y se realiza una obra
artística personal, un discurso que es a la vez humanista y dialéctico.
Entendamos estos dos conceptos en sus características indicadas. George
lukcs fue el primero en señalar esta actividad de la música de Bartók como
algo progresista, como algo verdaderamente nuevo y digno de imitarse, y que
a nuestro juicio ha sido más útil que las propias elucubraciones de Kurt Weill o
Dessau, poniendo material sonoro a las creaciones del autor Brecht. Bartók
desde otro punto de vista distinto aúna aquello que Brecha había considerado
popular, desenvolviéndolo de forma científica que no pierde en absoluto el
concepto estético y la posibilidad personal de expresión.
58
Los técnicos hablarán de las concepciones biologistas o historicistas del
folklore, de su interrelación con el pasado y de su pervivencia presente, incluso
de su utilidad actual o de su razón de ser en un momento determinado. En
muchos pueblos se recogerán de padres a hijos una serie de preciosos
elementos, que teóricamente, han sido sepultados por la avalancha de otras
fórmulas, que incluso en la misma zona han acabado con aquéllos y sólo así,
desde un punto de vista estudioso y tradicional, se recogen. Para el propio
Bartók el recoger el folklore no tenía por finalidad el que éste volviera a
revitalizarse, sino simplemente que no se perdieran una serie de formas cuya
novedad en ocasiones, influenciaba las novedades que las obras musicales del
propio Bartók tenían. En el arte, las formas del pasado son a veces módulo y
esencia para la modernización del espectáculo presente. Ronconi, Broock,
Stein, Streher, muchos de los grandes directores de teatro de todos los
tiempos, han sido precisamente contemporáneos cuando han redescubierto
formas del pasado, que se creían sepultadas en una etapa histórica pero que
trascendían mucho más allá de la propia historia.
59
presente a pesar de que las raíces tienen sus huellas en el pasado, y a pesar
de que probablemente jamás volverá a recuperarse en su primitiva acepción.
60
folklóricos desde la técnica, y por tanto, desde el conocimiento de que había
que emanciparse de los esquematismos, al uso basados exclusivamente en los
modos mayor y menor. Esta utilización del material folklórico como técnica que
se incorporará a la obra artística, es precisamente la máxima originalidad de
este autor.
61
Orquesta Sinfónica de Londres toque un tema rock, una canción de Los
Beatles o una canción popular. Es precisamente la técnica, la que evitará estos
dislates y la que marcará la influencia o interrelación entre la música folklórica y
sus desarrollos posteriores. En este punto si Mussorgsky adoleció en su época
de una falta de capacidad técnica, que luego a la hora de la verdad se ha
revelado más como un rechazo de los métodos habituales, en Bartók nada de
esto se produce y es efectivamente la precisión técnica, y el extraordinario
manejo de los materiales y de las estéticas, los que determinarán la
personalidad de la obra y por tanto la justificación última de esta simbiosis
completa, difícil de captar en una primera lectura o audición de las propias
obras del músico.
62
toda relación socia, Bartók no es un artista político, pero sí elige en su
momento el exilio, un exilio dificultoso sobre todo para un hombre como él, que
sentía su país dentro de un corazón que potenciaba el cerebro, y a la vez
intentaba conseguir la simbiosis de toda la realidad para convertirla en arte.
63
burguesa -ese humanismo descafeinado que sigue siendo a pesar de todo una
de las formas de ocultar la verdadera concepción del humanismo-, tampoco lo
realiza desde la negación absoluta de la realidad existente. Schoenberg y Berg
desde la atonalidad, este último de todas formas con el dolor inmerso del ser
humano sufriente recogido en "Woizzeck" o "LuIu", han dicho no a la
posibilidad de crear una música nueva bajo los mismos principios tonales de la
antigua. Bartók realiza algo diferente, como él mismo dice, el material folklórico
utilizado le vale absolutamente por dos características peculiares: una el ritmo
libre de la declamación en las melodías, que es ignorado en la música popular
alemana y practicado en la Europa Oriental por Húngaros, Eslovacos y
Rumanos entre otros, y otra, la escala pentatónica sin semitonos que era
empleada, por ejemplo, en la música griega. Recogiendo estos matices,
dándoles una nueva fórmula, haciéndolos verdaderamente contemporáneos,
Bartók tampoco prescinde de las formas clásicas de composición, y desde una
alternativa dialéctica, en una pluralidad de formas, crea un estilo distinto y
apasionado, en el que la propia personalidad se une a esta técnica que se va
recogiendo y escogiendo en cada obra. Por esta razón las apariciones del
folklore -y lo son claras en toda la evolución del pensamiento Bartokiano- no
son exactas ni idénticas en su formulación técnica; pensemos en los
"Cuartetos" o en la "Música para cuerda, percusión y celesta" en relación con
la "Tanz Suite". Por esta razón, si el final de la obra de Bartók demuestra la
seriedad del hombre que ha llegado al conocimiento de sus circunstancias, no
se deja tampoco de observar esa turbulencia ínclita de la materia, esta especie
de resistencia a lo establecido, esta ruptura general y colectiva que cada una
de las obras de Bartók tiene. La posición dialéctica de Béla Bartók es
precisamente la del hombre que entona un canto personal para todos los
demás hombres, y lo hace desde su conocimiento de aquello que han creado
cuando efectivamente son libres, y no están mediatizados por fórmulas al uso
que les sean impuestas excepto por su propia voluntad.
64
la tonalidad, las distintas formalidades de ritmo, la disonancia, la polimodalidad,
etc. Bartók en realidad elude un sistema que le aprisiona, aunque utiliza todo
ese sistema desde una concepción que es a la vez artística, técnica y poética.
65
segundo capítulo de la "Trilogía sobre Hungría" de Miklos Jancsó se titule
"Allegro Barbaro" y tenga como música de fondo la ruda y tremenda percusión
de esta obra significativa de Bartók.
66
acto de justicia. Tomar como ejemplo a Béla Bartók, es seguir el camino del
hombre y el artista, no considerado como gloria individual, sino integrado en el
devenir colectivo de nuestra civilización. (Fernando Herrero. Columnista de:
REVISTA DE FOLKLORE. Título del artículo: Un centenario: Bela Bartok. el
folklore y la música culta. España. 1981)
67
PARTITURAS
68
69
70
71
72
73
74
75
76
77
78
79
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91