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Respuesta Funcional Terminado

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO

DEPARTAMENTO DE PARASITOLOGÍA AGRÍCOLA

“6°3”

CONTROL BIOLÓGICO

PROFESORA: M.C. AMALIA PÉREZ VALDEZ

Respuesta funcional de un enemigo natural

Presenta:
AGUAS LANZAGORTA SAIDE
LÓPEZ CURIEL RUBÉN
MACIEL ROSAS LAURA LETICIA
MARTÍNEZ AVENDAÑO JAIME
ROBLES LÓPEZ ARYANA GRICELL

CHAPINGO ESTADO DE MÉXICO, MAYO 2017


INTRODUCCIÓN:
La influencia del comportamiento de los
parasitoides sobre la dinámica de sus
poblaciones y de la de sus presas posee su
mejor ejemplo en la respuesta funcional. El
término, usado originalmente por Solomon
(1949), describe la relación entre el número de
presas consumidas por un depredador en
función de la densidad de la presa, en un
espacio e intervalo de tiempo fijas. La Ilustración 1: Larva de H. convergens devorando
respuesta funcional es central para cualquier a un pulgón
descripción sobre parasitismo o depredación,
precisamente porque el número de presas consumidas determina el desarrollo,
supervivencia y reproducción de los depredadores o parasitoides (Oaten &
Murdoch 1975). Sirve también para evaluar la potencialidad de agentes de control
biológico de plagas, por ejemplo, permite conocer la densidad asintótica (de
saturación) de presas, más allá de la cual se incrementa la probabilidad de escape
(Begon et al. 1995). También permite entender relaciones coevolutivas
depredador-presa e inferir acerca de los mecanismos etológicos básicos implícitos
en dichas interacciones (Houck & Strauss 1985).
En su trabajo clásico, Holling (1959) describió tres tipos de respuesta funcional. En
la respuesta de tipo I existe un aumento lineal de la tasa de ataque del depredador
respecto a la densidad de la presa (con una pendiente igual a la eficiencia de
búsqueda), hasta llegar a un punto a partir del cual la máxima tasa de ataque
permanece constante. En éstos, las interacciones huésped-parasitoide ocurren en
ambientes estacionales y con una tasa de depredación denso–independiente
(Hassell 2000)
En la respuesta funcional de tipo II aparece otro parámetro, además de la
eficiencia de búsqueda, denominado “tiempo de manipulación” (Tm). Éste se
define como el tiempo dedicado a perseguir, dominar, consumir y digerir las
presas, y a prepararse para la siguiente búsqueda. A esta densidad, el tiempo
disponible por el depredador es usado para manipular la presa y el tiempo de
búsqueda resulta entonces despreciable. En consecuencia, tiempos de
manipulación largos conducen a bajas tasa de ataque y viceversa (Hassell 2000).
Este tipo de relación resulta en un parasitismo densodependiente inverso, lo que
implica que las presas, a altas densidades poblacionales, tendrán una menor
probabilidad de ser atacadas que cuando están a densidades bajas.
Una curva sigmoidea es la que resulta en una respuesta de tipo III. En este caso,
el número de presas consumidas por unidad de tiempo se acelera con el aumento
de la densidad de presas, hasta que el tiempo de manipulación comienza a limitar
su consumo (Figura 1e). Este tipo de respuesta produce, a bajas densidades de
presa, una mortalidad denso-dependiente directa. Es por esta razón que solo la
respuesta de tipo III es potencialmente estabilizadora de la dinámica presa–
depredador y es importante destacar que esto sucede a bajas densidades de la
presa (Hassell et al. 1977; Hassell 1978; Collins et al. 1981; Walde & Murdoch
1988; Chesson & Rosenzweig 1991; Berryman 1999; Bernstein 2000; Gullan &
Cranston 2000).
El Control Biológico de plagas agrícolas es una alternativa que en los últimos años
ha tenido gran aceptación y apoyo por los productores y por el gobierno de
muchos países, especialmente en aquellos donde se apuesta a una agricultura a
gran escala con mínimo impacto negativo al ambiente. El CB ha demostrado ser
una herramienta valiosa en muchos casos; sin embargo, no ha sido raro que la
introducción de un agente no haya resultado tener el éxito deseado, o en casos
extremos ha resultado perjudicial su introducción. Es por ello que en cualquier
programa de control biológico, es requisito indispensable el estudio de los
atributos biológicos y ecológicos de los parasitoides, patógenos o depredadores
(Respuesta funcional) antes de ser liberados en el ambiente. (Lomeli, J.R. 2014)
OBJETIVOS:
Determinar la respuesta funcional de los 4 depredadores distintos (P. persimilis,
Chrysoperla carnea, Orius insidiosus, Hippodamia convergens) y la capacidad de
consumo de ácaros o thrips.
METODOLOGÍA:
Utilizando diferentes frascos se colocaron los diferentes depredadores con su
respectiva presa y se taparon con una tela y una liga para que no escaparan, se
observó bajo el microscopio estereoscópico el momento en que el depredador
tenía a su presa y con ayuda de un cronómetro se tomó el tiempo de consumo de
la misma. Los datos fueron registrados en una tabla.
RESULTADOS:
DEPREDADOR PRESA TIEMPO DE CONSUMO
DE PRESA
Acaro fitoseide 1-3 tetraniquidos 17 minutos
P. Persimilis
Larva de crisopa 1-3 pulgones 12 minutos con 32
Chrysoperla carnea segundos
Chinche pirata 1-3 trips 8 minutos con 30
Orius insidiosus segundos
Larva coccinellidae 1-3 pulgones 1 minutos con 19
Hippodamia convergens segundos
DISCUSIÓN DE RESULTADOS:
Según Rodríguez (2005) las larvas de Chrysoperla carnea tienen preferencia por
cierto tipo de presas, los pulgones primeramente son devorados antes que los
trips y éstos antes que los ácaros. Esto coincide con los resultados obtenidos en la
práctica ya que todos los pulgones que fueron colocados con las larvas de C.
carnea fueron devorados por esta.
“Larvas de H. convergens recién emergidas consumen de uno a dos pulgones por
día, pero el número aumenta rápidamente hasta el fin de su estado larval cuando
llegan a alimentarse de 50 pulgones o más diariamente.” (Balduf, 1969). Esto
explica los resultados obtenidos en la práctica ya que la larva de H. convergens
fue la que tardó el menor tiempo en devorar a su presa que en este caso eran
pulgones, cabe mencionar que la larva utilizada era de gran tamaño y consumió
todos los pulgones que se colocaron en el frasco en un tiempo mínimo.
CONCLUSIÓN:
De acuerdo a los resultados obtenidos y al objetivo planteado se logró determinar
la respuesta funcional de los 4 depredadores y su capacidad de consumo de sus
diferentes presas. Es muy importante conocer los diferentes hábitos de estas
especies depredadoras para de esta manera saber en qué casos se pueden
utilizar para el control de un insecto plaga, así como conocer qué tan agresivos
son contra la plaga de interés a controlar.

FUENTES CONSULTADAS:

 Fernandez, V. Corley, J.C.. (2004). La respuesta funcional: una revisión y


guía experimental. Argentina: Asociación Argentina de Ecología.
Recuperado el 13-05-2017 de:
http://www.scielo.org.ar/pdf/ecoaus/v14n1/v14n1a10.pdf

 OATEN, A & WW MURDOCH. 1975. Functional response and stability in


predator–prey systems. Am. Nat. 109:289-298.
 BEGON, M; JL HARPER & CR TOWNSEND. 1995. Ecología: individuos,
poblaciones y comunidades. Ed. Omega. Barcelona
 HOUCK, MA & RE STRAUSS. 1985. The comparative study of functional
responses: experimental design and statistical interpretation. Can. Entomol.
117:617-629.
 HASSELL, MP. 1978. The dynamics of arthropod predator-prey systems.
Princeton University Press, Princeton.
 HASSELL, MP. 2000. The spatial and temporal dynamics of host-parasitoid
interactions. Oxford University Press. Oxford.
 HASSELL, MP; JH LAWTON & JR BEDDINGTON. 1977. Sigmoid functional
responses by invertebrate predators and parasitoids. J. Anim. Ecol. 46:249-
262.
 HASSELL, MP & RM MAY. 1973. Stability in host– parasite models. J.
Anim. Ecol. 42:693-726. HASSELL, MP & RM MAY. 1974. Aggregation in
predators and insect parasites and its effect on stability. J. Anim. Ecol.
43:567-594.
 Lomeli, J.R. (2014). ATRIBUTOS DE AGENTES DE CONTROL
BIOLOGICO EFECTIVOS. México: C.P.
 VICENTE RODRÍGUEZ. (2005). Chrysoperla carnea (Stephens). 15 de
mayo de 2017, de COMITE ESTATAL DE SANIDAD VEGETAL DE
GUANAJUATO AC Sitio web:
http://www.cesaveg.org.mx/html/laboratorio/hojatecnicachrysoperla10agosto
2005.pdf
 BALDUF, W. V. 1969. The bionomics ofentomophagous coleoptera. E. W.
Classey Ltd. 220 p.

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