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47/4 . Sala/15: Proceso Administrativo

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PROCESO ADMINISTRATIVO:

47/4ª. Sala/15

PROMOVENTE: *****

MAGISTRADO: LIC. ALEJANDRO


SANTIAGO RIVERA

INCIDENTE DE FALSEDAD DE DOCUMENTOS

Guanajuato, Guanajuato, 28 (veintiocho) de agosto de


2015 (dos mil quince).

VISTO para resolver los autos del INCIDENTE DE


FALSEDAD DE DOCUMENTOS, promovido dentro de los autos
del Proceso Administrativo número 87/4ªSala/15, y

R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Mediante escrito presentado en la


Secretaría General de Acuerdos de este Tribunal el día 15 (quince)
de enero de 2015 (dos mil quince), y turnado a esta Cuarta Sala el
día 16 (dieciséis) siguiente, el ciudadano *****, por su propio
derecho, compareció a efecto de demandar la nulidad del oficio
*****, de fecha 3 de diciembre de 2014, suscrito por el Secretario
de Gobierno del Estado de Guanajuato, por el que da contestación
a la petición elevada en fecha 28 de noviembre de 2014, en el
sentido de que se activara la concesión a nombre del impetrante,
petición que fuera negada.

SEGUNDO. Por acuerdo de fecha 19 (diecinueve) de


enero de 2015 (dos mil quince), se admitió a trámite la demanda
interpuesta y se ordenó correr traslado del mismo a la autoridad
demandada, así como al tercero con un derecho incompatible con
el actor, para efectos de que en el término de ley formularan su
contestación de demanda.

1
TERCERO. Mediante oficio sin número, de 13 de
febrero de 2015, y oficio número *****, el Secretario de Gobierno
del Estado, autoridad demandada, y el Director General de
Transporte del Estado, tercero con un derecho incompatible con el
actor, formularon su contestación de demanda, sosteniendo en
todo momento la legalidad y validez de la resolución controvertida,
haciendo valer las causales de improcedencia y sobreseimiento
correspondientes, aunado a que la autoridad demandada promovió
incidente de falsedad de documentos.

CUARTO.- Mediante acuerdo de 23 de febrero del año


en curso, se tuvo a las autoridades por formulando su
contestación, así mismo se admitió a trámite el incidente de
falsedad, otorgando el término al actor para que formulara sus
manifestaciones correspondientes, habiéndolo hecho por escrito
recibido el 10 de marzo de 2015.

QUINTO.- Mediante proveído de fecha 14 de julio de


2015, se señaló fecha correspondiente para la celebración de la
audiencia incidental,

SEXTO.- En la fecha señalada para la celebración de la


audiencia correspondiente, las partes no comparecieron, habiendo
formulados apuntes de alegatos, por lo que se procede a dictar la
sentencia correspondiente en los términos siguientes:

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Competencia. Esta Cuarta Sala del


Tribunal de lo Contencioso Administrativo, es competente para
conocer y resolver el presente Incidente de Falsedad de
Documentos. Lo anterior, con fundamento en lo prescrito por los
artículos 85 y 86 del Código de Procedimiento y Justicia

2
P.A. 47/4ª. Sala/15
Administrativa para el Estado y los Municipios de Guanajuato, en
relación con el acuerdo del Pleno de este Tribunal, tomado en la
sesión ordinaria número 36 de 1 de octubre de 2014,
concretamente en el resolutivo siguiente: “PTCA-36-01-X-2014.
Número 15. 2. Se aprueba por unanimidad de votos la suplencia
del Magistrado Supernumerario para el despacho de los asuntos
de Cuarta Sala, con motivo de la terminación de la vigencia del
nombramiento del licenciado José Jorge Pérez Colunga…”.

SEGUNDO. Se procede a continuación al estudio de


los conceptos de impugnación que hace valer el impetrante, sin
que sea necesaria la transcripción de los mismos, en tanto que ello
no constituye un requisito indispensable a efecto de cumplir con el
principio de congruencia y exhaustividad de las sentencias, tal
como lo refiere la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, en la jurisprudencia 2a./J. 58/2010, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta tomo XXXI, mayo
de 2010, novena época, página 830 que precisa:

“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. PARA


CUMPLIR CON LOS PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA Y
EXHAUSTIVIDAD EN LAS SENTENCIAS DE AMPARO ES
INNECESARIA SU TRANSCRIPCIÓN. De los preceptos
integrantes del capítulo X "De las sentencias", del título primero
"Reglas generales", del libro primero "Del amparo en general",
de la Ley de Amparo, no se advierte como obligación para el
juzgador que transcriba los conceptos de violación o, en su caso,
los agravios, para cumplir con los principios de congruencia y
exhaustividad en las sentencias, pues tales principios se
satisfacen cuando precisa los puntos sujetos a debate, derivados
de la demanda de amparo o del escrito de expresión de
agravios, los estudia y les da respuesta, la cual debe estar
vinculada y corresponder a los planteamientos de legalidad o
constitucionalidad efectivamente planteados en el pliego
correspondiente, sin introducir aspectos distintos a los que
conforman la litis. Sin embargo, no existe prohibición para hacer
tal transcripción, quedando al prudente arbitrio del juzgador
realizarla o no, atendiendo a las características especiales del
caso, sin demérito de que para satisfacer los principios de
exhaustividad y congruencia se estudien los planteamientos de
legalidad o inconstitucionalidad que efectivamente se hayan
hecho valer.

3
Contradicción de tesis 50/2010. Entre las sustentadas por los
Tribunales Colegiados Segundo del Noveno Circuito, Primero en
Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito y
Segundo en Materias Penal y Administrativa del Vigésimo Primer
Circuito. 21 de abril de 2010. Unanimidad de cuatro votos.
Ausente: Margarita Beatriz Luna Ramos. Ponente: Sergio
Salvador Aguirre Anguiano. Secretario: Arnulfo Moreno Flores.

Tesis de jurisprudencia 58/2010. Aprobada por la Segunda Sala


de este Alto Tribunal, en sesión privada del doce de mayo de
dos mil diez.”

El incidente de falsedad de documentos se instaura en


contra de la copia certificada exhibida por el actor del *****, mismo
que obra a fojas 20 y 21 del sumario.

La actora incidentista –autoridad demandada del juicio


principal- establece que dicho documento resulta falso en virtud de
las siguientes consideraciones:

1.- Que no existe dato, expediente o antecedente


alguno del que se desprenda que exista o haya existido
concesión a favor del impetrante.
2.- Que los rasgos de la firma que obra en el título
concesión, son muy distintos a la firma del entonces
Secretario de Gobierno.
3.- Que en la supuesta copia del título-concesión no se
observa el sello oficial de la Secretaría de Gobierno.
4.- Que la certificación de 24 de febrero de 2014
también es falsa, toda vez que los rasgos de la firma no
coinciden con los de la firma del titular de la Notaría.
5.- Que el holograma que contiene no es el holograma
de seguridad oficial que la Secretaría de Gobierno
otorga a los Notarios Públicos de la entidad.
6.- Que la certificación de 24 de febrero de 2014, no
contiene la mención del documento original cuyo cotejo
supuestamente se está llevando a cabo, ni el nombre
de la persona a quien se expide la certificación.

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P.A. 47/4ª. Sala/15
Por lo que hace al primer punto señalado, el mismo
resulta inatendible en el incidente que nos ocupa, en tanto que
dichas apreciaciones inciden más bien en la cuestión de fondo del
asunto del juicio principal, por lo que el momento procesal para
advertir la veracidad de las mismas es más bien al momento de
emitir el fallo definitivo del presente asunto.

Respecto de los argumentos relativos a la falsedad de


la firma tanto del Secretario de Gobierno como del Notario que
expidió la certificación, los mismos no son suficientes para
acreditar su falsedad, en tanto que la incidentista no acredita los
extremos de su dicho.

En efecto, tratándose de la falsedad de un documento,


es necesario que se acredite la misma mediante la confrontación
que se haga de los elementos esenciales del documento tachado
de falso.

Esto es, a fin de acreditar la falsedad de un documento,


es necesario que el incidentista ofrezca como pruebas de su parte
lo siguiente:

1.- El documento objetado.


2.- El documento respecto del cual se hará la
confrontación.
3.- La prueba pericial grafoscópica que en su caso,
resulte necesaria a efecto de acreditar la falsedad de
una firma, si es el punto a dilucidar en el incidente.

En el caso concreto tenemos que por lo que hace a la


falsedad de la firma del Notario, no fue ofertado medio probatorio
alguno que otorgara a este juzgador la posibilidad de determinar si
la firma que calza la certificación de 24 de febrero de 2014,

5
corresponde precisamente a la del Notario, o bien fue alterada, por
lo que dicho argumento se tiene por no acreditado.

Ahora bien, respecto de la firma del Secretario de


Gobierno que obra plasmada en el *****, que es tachada de falsa
por parte de la autoridad, se advierte que si bien es cierto la
incidentista ofertó la prueba pericial grafoscópica, con el fin de
acreditar sus aseveraciones, también es cierto que ante la
imposibilidad manifiesta por parte del actor del proceso principal de
exhibir el original del título-concesión que contiene la firma
dubitada, se decretó desierta la prueba, tal como se precisó en el
acuerdo de 13 de abril de 2015.

Lo que trae como consecuencia que las aseveraciones


a tal respecto por parte de la incidentista también resulten no
acreditadas, y por ende insuficientes para considerar falsa la firma
del Secretario de Gobierno contenida en el *****.

En efecto, resultaba necesario el desahogo de la


prueba pericial grafoscópica a fin de que este juzgador estuviera
en posibilidad de analizar la falsedad o no del documento, por su
alteración o incompatibilidad de sus elementos.

Sin que pase desapercibido para este juzgador el que


la incidentista hubiere exhibido como prueba de su parte copia del
documento denominado “Registro de Autógrafos”, en el que obra
la firma del Secretario de Gobierno del Estado de Guanajuato,
misma que sería utilizada en todos los documentos oficiales
emitidos por éste, así como el sello de la misma secretaría que se
plasmaría en los mismos.

Sin embargo, dicho documento no es susceptible de


analizarse por parte de este juzgador, pues en primer término y

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P.A. 47/4ª. Sala/15
como ya se precisó, ante la falta de desahogo de la prueba pericial
grafoscópica, no existen elementos ciertos y pronunciamiento por
un experto en la materia en la que refiera si la firma del título
concesión resulta auténtica o no, aunado a que este juzgador no
es experto en la materia por lo que no se encuentra en posibilidad
de otorgar calificativa alguna a la firma aludida.

Resulta ilustrativa por analogía, la jurisprudencia


número 1a./J. 31/2012 (10a.), de la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Libro VII, abril de 2012, Tomo 1,
Décima Época, página 627, que precisa:

“OBJECIÓN DE DOCUMENTOS. NO BASTA QUE EL


INTERESADO OBJETE UN DOCUMENTO PROVENIENTE DE
UN TERCERO, PARA QUE POR ESE SOLO HECHO PIERDA
VALOR PROBATORIO, EL CUAL DEPENDERÁ DE QUE
ESTÉN O NO ROBUSTECIDOS CON OTROS MEDIOS
(CÓDIGO FEDERAL DE PROCEDIMIENTOS CIVILES). No
basta que el interesado objete un documento proveniente de un
tercero, para que por ese solo hecho pierda valor probatorio, ya
que de acuerdo a lo establecido por el artículo 203 del Código
Federal de Procedimientos Civiles, su valor dependerá de que
dicha documental esté o no robustecida con otros medios de
convicción. Lo anterior es así, en razón de que el propio artículo
establece la posibilidad de que, en caso de que el documento
haya sido objetado, el oferente pueda, a través de otros medios
de convicción, demostrar la veracidad de su contenido, lo que
implica la oportunidad de perfeccionar el documento y, de ser
así, éste sea valorado en su justa dimensión, por lo que no
resulta válido restar, a priori, el valor de la documental, por su
sola objeción.

Contradicción de tesis 246/2011. Entre las sustentadas por el


Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito y
el Primer Tribunal Colegiado del Décimo Segundo Circuito. 30
de noviembre de 2011. La votación se dividió en dos partes:
mayoría de cuatro votos por lo que se refiere a la competencia.
Disidente: *****. Unanimidad de cinco votos en cuanto al fondo.
Ponente: *****. Secretario: *****.

Tesis de jurisprudencia 31/2012 (10a.). Aprobada por la Primera


Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha ocho de febrero
de dos mil doce.

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Al no haber ocurrido de este modo, se constituye en
impedimento evidente a fin de analizar la falsedad del documento
objetado por la autoridad.

Independientemente de ello, es preciso indicar que la


valoración que en su caso se haga de dichos documentos en la
resolución definitiva del presente asunto, se hará en concatenación
a los demás elementos aportados en el proceso.

Por otra parte, en relación al sello oficial de la


Secretaría de Gobierno contenido en el título-concesión en
análisis, si bien es cierto que la incidentista pretende acreditar sus
aseveraciones mediante la exhibición del “Registro de Autógrafos”,
en el que obra el sello que la Secretaría de Gobierno utilizaría
oficialmente en los documentos emitidos por ésta, sin embargo, las
consideraciones de la autoridad resultan inatendibles en este
momento procesal.

Se dice lo anterior, en tanto que los argumentos de la


incidentista controvierten no la falsedad de la firma que obra en el
documento –objeto esencial del presente incidente– sino más bien
el alcance probatorio del documento mismo, lo que será analizado
por este juzgador a efecto de otorgar valor probatorio al mismo.

Apoya los razonamientos anteriores, el contenido de la


tesis número I.4o.C.146 C, publicada en el Semanario Judicial de
la Federación y su Gaceta, Tomo XXVIII, octubre de 2008, Novena
Época, página 2358 y que precisa:

“DOCUMENTOS. OBJECIÓN E IMPUGNACIÓN DE


FALSEDAD. DIFERENCIAS (Código de Procedimientos Civiles
para el Distrito Federal). La objeción y la impugnación de
falsedad de documentos previstas en los artículos 335 y 386 del
Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal,
respectivamente, son instituciones diferentes, en razón a su
naturaleza, finalidad, materia, plazo y sustanciación. En

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P.A. 47/4ª. Sala/15
conformidad con el primero de los preceptos, la objeción es el
medio dado por la ley para evitar que se produzca el
reconocimiento tácito del documento privado y para conseguir de
esa manera, que el valor probatorio del propio instrumento
permanezca incompleto. En cambio, la impugnación de falsedad,
prevista en el artículo 386 del citado ordenamiento, constituye un
acto jurídico distinto que opera en diferentes circunstancias a las
de la objeción de un documento privado, puesto que esta
impugnación se ejercita para evidenciar la falsedad de un
documento, ya sea público o privado. En atención a la
naturaleza de las citadas instituciones, la diferencia radica en
que, la objeción es un acto jurídico, esto es, una expresión de
voluntad tendente a poner de manifiesto, que quien la produce
no está dispuesto a someterse al documento privado contra el
cual se formula ni a pasar por él. De manera que la actitud de
quien opone tal reparo evita incurrir en el no hacer o en la
pasividad ante el instrumento y, por ende, dicha conducta activa
consigue que no se produzca el reconocimiento tácito del
documento privado. Por cuanto hace a la impugnación de
falsedad se encuentra que, aunque implica también una
manifestación de voluntad, la característica que la distingue es
que está dotada de un propósito más enérgico, porque a
diferencia de la objeción, en la que sólo se busca no incurrir en
la impasibilidad para que un documento privado no quede
perfeccionado, en la impugnación de falsedad, la voluntad está
encaminada a privar de efectos al documento que, por alguna
razón, ya tiene pleno valor probatorio, como por ejemplo: un
documento público, o bien, un documento privado atribuido a la
contraparte del oferente de la prueba, cuya firma ha sido
reconocida por su autor, etcétera. De esta manera, para que
quede patentizado el sentido hacia el cual se orienta la voluntad
del promovente del incidente de impugnación de falsedad, al
plantearse, deben exponerse claramente los motivos específicos
por los cuales se redarguye de falso el documento, así como las
pruebas con las que éstos se pretendan demostrar, las cuales
deben ofrecerse en términos del artículo 386 del Código de
Procedimientos Civiles. Esto se logra a través de la formulación
de una demanda incidental, en la cual esté indicada la petición y
la causa de pedir, así como las pruebas aptas para demostrar
esta última. Otra de las diferencias que existe entre las
instituciones en estudio es la atinente a su finalidad, pues la
objeción tiene como presupuesto la aportación al juicio de un
documento privado. Esta clase de instrumentos son imperfectos
y necesitan de otro medio probatorio para poder completarse.
Uno de los medios que da la ley para perfeccionar al documento
privado es el reconocimiento tácito, que surge de la impasibilidad
de la contraparte del oferente frente a tal instrumento, en el
tiempo previsto en la ley. Por tanto, la finalidad de la objeción
consiste en evitar que se produzca el reconocimiento tácito, con
lo cual se logra que el valor probatorio del documento privado
permanezca imperfecto. En cambio, en la impugnación de
falsedad, el presupuesto consiste en que uno de los
contendientes aporte un documento público al juicio, o bien, uno
privado, pero ya perfeccionado, por ejemplo, porque el oferente
ya ha obtenido su perfeccionamiento con algún medio previsto

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por la ley, por ejemplo, el reconocimiento expreso de la firma.
Con la objeción se evita completar una prueba que por sí misma
es imperfecta. En tanto que, con la impugnación de falsedad, a
un medio de prueba que en principio tiene plena fuerza de
convicción, quien hace valer el incidente respectivo pretende
disminuir o anular esos efectos probatorios plenos. Por cuanto
hace a la materia de las instituciones citadas, la objeción
(artículo 335 del Código de Procedimientos Civiles) recae sobre
documentos privados y la impugnación de falsedad se dirige,
indistintamente, contra documentos públicos y privados (artículo
386, primer párrafo). Otra distinción de ambas instituciones se
encuentra en el factor temporal, esto es, en el plazo otorgado
por la ley para plantear una u otra. En la objeción se cuenta con
tres días para formularla, lo que indica un tiempo breve. En
cambio, en el incidente de falsedad de documento no se cuenta
con un plazo específico; sin embargo, se prevé un tiempo
acotado claramente para que se presente el incidente
respectivo, que va desde la contestación de la demanda, hasta
seis días antes de la celebración de la audiencia de pruebas y
alegatos, lo que implica que se tiene un periodo más amplio que
en la objeción. Por cuanto hace a la sustanciación, la ley prevé
detalladas formalidades para que la autoridad pueda conocer de
la impugnación de falsedad, formalidades que corresponden a la
naturaleza, finalidad, materia, plazo, etcétera, de la institución.
Esto contrasta con el escaso formalismo previsto en la ley para
la objeción, puesto que, la ley sólo menciona el breve plazo de
tres días que se tiene para hacerla valer. De ahí que, las
diferencias apuntadas permitan concluir que la objeción e
impugnación de falsedad de documentos constituyen actos
jurídicos distintos que no deben confundirse.
*****”

Por último, respecto del argumento relativo a que la


certificación de 24 de febrero de 2014, no contiene la mención del
documento original cuyo cotejo supuestamente se está llevando a
cabo, ni el nombre de la persona a quien se expide la certificación,
dichos argumentos también resultan inatendibles.

Ello en tanto que este Tribunal no cuenta con


competencia para determinar si una actuación de un Notario
público resulta apegada a derecho o no, aún más cuando dicho
estudio escaparía al propósito del incidente que se resuelve.

Aunado al hecho de que la certificación de un cotejo, es


simplemente de que un documento concuerda fielmente con otro,

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P.A. 47/4ª. Sala/15
sin que la certificación implique, además, la validación del origen,
autenticidad o contenido del documento que se está cotejando.

Por lo que respecta al holograma que obra en la


certificación del Notario de fecha 24 de febrero de 2014, se
advierte que del informe rendido por parte del Director General de
Registros Públicos de la Propiedad y Notarías, mediante oficio
***** de fecha 8 de abril de 2015, mismo que obra a fojas 115 y
116 del sumario, se desprende que el holograma que se plasma
en dicho informe, es coincidente con el holograma que obra en la
certificación aludida, pues de la revisión que hace este juzgador a
ambos, se desprende que los mismos coinciden en sus elementos
esenciales como son: dimensiones, datos contenidos en el mismo
y diseño, por lo que este juzgador no encuentra elemento alguno
que sustente el dicho de la incidentista, en el sentido de que el
holograma no es de los autorizados oficialmente.

En virtud de todo lo anterior expuesto, no puede más


que considerarse infundado el incidente de falsedad de
documentos que hace valer la autoridad demandada en el proceso
de origen.

En mérito de lo expuesto, fundado y con apoyo además


en el artículo 31, fracción II y 289 del Código de Procedimiento y
Justicia Administrativa para el Estado y los Municipios de
Guanajuato, es de resolverse y se:

RESUELVE

PRIMERO. Esta Sala resultó ser competente para


emitir la presente interlocutoria, atento a lo expuesto en el
CONSIDERANDO PRIMERO de esta resolución.

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SEGUNDO. Resultó procedente pero INFUNDADO el
incidente de falsedad de documentos, en virtud de lo expresado en
el CONSIDERANDO TERCERO de la presente resolución.

NOTIFÍQUESE A LAS PARTES, y en su oportunidad


procesal, archívese el expediente como asunto concluido, y dese
de baja del Libro de Registro de esta Sala.

Así lo proveyó, y firma el C. Licenciado Alejandro


Santiago Rivera, Magistrado Supernumerario del Tribunal de lo
Contencioso Administrativo del Estado de Guanajuato, convocado
en sesión ordinaria de Pleno No. 36 de fecha 1 (uno) de Octubre
de 2014 (dos mil catorce), quien actúa asistido legalmente con
Secretaria Licenciada Judith Barrera Robledo, quien da fe.

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