El Proyecto Eterno
El Proyecto Eterno
El Proyecto Eterno
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Él último libro que escribí, con la ayuda del Señor, habla justamente de este
tema. Su título es: El proyecto del Eterno.
Se trata de un estudio sobre la Epístola a los Efesios, que dividí en doce
semanas con el fin de posibilitar su estudio en grupos.
¿Por qué decimos que es eterno? Porque es el proyecto del Eterno, del
único Eterno. Hay un solo ser eterno que siempre existió: Dios.
También decimos que es el proyecto eterno de Dios porque es lo que estaba
en su corazón desde siempre, desde la eternidad pasada. La Biblia dice:
“Desde antes de la fundación del mundo”.
Por último, también decimos que es el proyecto eterno porque cuando todo
haya acabado lo único que permanecerá eternamente y para siempre es
este proyecto ya cumplido.
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con
toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos
“Se trata del único plan de las edades hacia el que Dios hace convergir
todos sus deseos, intenciones, propósitos y poder. Dentro de él confluye la
misma historia de la humanidad, aun con las múltiples desviaciones e
intentos por detenerlo llevados a cabo por hombres influidos por las fuerzas
del mal. Nada hay que quede fuera de este proyecto de Dios. Y cada uno
de nosotros está incluido en su plan; tiene un lugar y una acción que llevar a
cabo para el cumplimiento de lo que Dios se ha propuesto alcanzar a través
de las edades. No hay muchos planes. No hay muchas propuestas. Es el gran
Mi esposa no solo escribe bien, sino que Dios le ha dado una lucidez
profética. De allí que, combinadas ambas, sabe decir lo que Dios le revela.
Ese eterno proyecto de Dios, aunque nos parezca mentira, se puede resumir
en una sola palabra: “iglesia”.
Sin embargo, debemos aclarar que la iglesia no es un edificio. La iglesia está
compuesta por personas. Muchos dicen: “Voy a la iglesia”. Sin embargo, es
un error. Nosotros no vamos a la iglesia; nosotros somos la iglesia. Es hora de
corregir nuestro vocabulario y hablar según la palabra de Dios.
La iglesia no nació en la mente de Dios hace 2000 años cuando vino Jesús al
mundo. Y, aunque recién en el capítulo 16 de Mateo Jesús habla por
primera vez de la iglesia, ella estuvo en la mente y el corazón de Dios desde
los siglos eternos, desde antes de la fundación del mundo.
La Biblia dice que todo es de él, por él y para él. Todo es para cooperar con
el propósito eterno de Dios: que su familia se conforme.
Todo lo hacemos para cooperar con el proyecto eterno de Dios.
Este proyecto eterno que es la iglesia tiene un propósito, que se repite tres
veces en este pasaje de Efesios. Una clave: el propósito lo puedes encontrar
cada vez que hallas la palabra “para”.
“Nos bendijo… nos escogió en amor… nos adoptó para alabanza de la
gloria de su gracia”.
Este proyecto tiene un propósito: la gloria de Dios, que él reciba gloria, que
sea alabado, que se conozcan las abundantes riquezas de su gracia.
Y en el versículo 12 lo dice aún de un modo más enfático: “a fin de que”
(nuevamente el propósito, y significa lo mismo que “para que”) “seamos
para alabanza de su gloria”.
1. Unidad
2. Calidad (que en el lenguaje bíblico es santidad)
3. Cantidad
Ninguna de las tres puede faltar, aunque es indistinto el orden en que se las
coloque.
1. UNIDAD
Las divisiones solo nos traen gloria a nosotros cuando decimos: “mi iglesia”.
Sin embargo, Jesús pregunta: “¿Desde cuándo es tuya?”.
Esto presupone:
¿QUÉ ES LA IGLESIA?
La Biblia habla siempre de un solo cuerpo con una sola cabeza. Y nosotros
hemos creado un montón de cuerpitos, cada uno con su propia cabeza, y
damos justificativos imposibles de sustentar bíblica y teológicamente, según
la revelación del Señor.
Hoy el escándalo más grande ante los principados, las potestades y ante el
mundo es la división actual de la iglesia evangélica, y de la iglesia en
general.
Esta división actual de la iglesia tiene apenas 500 años. Surgió en la Reforma.
Lutero creía en la unidad, él nunca quizo dividir la iglesia. Él quiso ser un
reformador dentro de la iglesia de occidente, llamada “Iglesia Católica
Juzgue Dios la historia y no nosotros. Solo Dios sabe quién tuvo la culpa. No
nos toca a nosotros juzgar, pero sí entender lo que sucedió.
Si Lutero pudo disentir con el Papa, luego podía surgir otro que tuviera el
derecho de disentir con Lutero. Luego otro que tuviera el derecho de disentir
con el que disentía con Lutero. Luego otro que tuviera el derecho de disentir
con el que disentía con el que disentía con Lutero.
Y así llegamos hasta hoy.
En otra parte dice: “la iglesia que está en Antioquía” (en singular). ¿Qué era
Antioquía? Otra ciudad, donde miles se convirtieron debido a un gran
avivamiento. En esa iglesia había cinco líderes, entre profetas y maestros.
Entonces, observamos que hay diversidad de ministerios y de dones, pero
una sola iglesia que estaba en Antioquía. Se trataba de una iglesia
multicultural. Por primera vez los gentiles y judíos se convertían en grandes
cantidades, sin embargo no formaron la iglesia de los judíos y la iglesia de los
gentiles. Esas divisiones fueron abolidas en la cruz. Dios derribó la pared
intermedia, y de ambos pueblos hizo uno solo.
iglesia en cada ciudad, había siete iglesias. Por ejemplo, le dice: “Escribe al
ángel de la iglesia (singular) de Éfeso” (no de las iglesias de Éfeso).
¿Cuántas iglesias tiene Dios en cada ciudad? Una. Puede haber muchas
congregaciones. Ojalá haya una en cada barrio. Dios quiera que muchas
congregaciones y casas se abran para evangelizar la ciudad. Pero debe
haber una sola iglesia. Pueden reunirse en muchos lugares, pero todos
formando parte de la única iglesia de la ciudad.
Tal vez aún no todos los pastores lo ven así. Sin embargo, es cuestión de
tiempo. Porque si es un plan humano se desvanecerá, pero si es el plan de
Dios se cumplirá. Y si algún hombre o grupo quiere manipular este principio
para su propio beneficio, sin dudas, Dios no lo va a permitir. Estamos en
tiempos sagrados, en el kairós de Dios, y él está decidido a seguir adelante.
Caminemos junto con Dios hacia la unidad que él realmente quiere.
2. CALIDAD
Santo significa separado del pecado y consagrado a Dios. Ser santo es vivir
de acuerdo con la voluntad de Dios y con las enseñanzas de Jesús. Ser santo
es ser como Jesús. Es amar al prójimo como a nosotros mismos, es ayudar al
necesitado, es ser el primero en servir.
¿Quién nos enseña todas estas cosas? La Biblia, la Epístola a los Efesios, el
Sermón del monte. De eso se trata el reino de Dios. Esa es la iglesia que él
quiere: una y santa.
Son las dos peticiones que Jesús le hizo al Padre en Juan 17: “Que sean uno
como tú y yo somos uno… la gloria que me diste les he dado para que sean
uno así como nosotros… No te pido que los quites del mundo sino que lo
guardes del mal, santifícalos en tu verdad, tu palabra es verdad, y yo por
ellos me santifico, me consagro para que ellos sean también santificados en
la verdad”.
Jesús oró por la unidad y por la santidad. Murió para que fuéramos uno y
santos. Con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
3. CANTIDAD