Riego en El Perú y en El Mundo
Riego en El Perú y en El Mundo
Riego en El Perú y en El Mundo
Riego en el Perú.
El riego en el Perú ha sido un factor determinante en el incremento de la seguridad alimentaria, el
crecimiento agrícola y productivo, y el desarrollo humano en las zonas rurales del país. Los recursos
hídricos y la infraestructura hidráulica para riego está distribuida de manera desigual por el país, lo que
crea realidades muy diferentes. La costa, de tierra fértil pero seca, posee grandes infraestructuras
hidráulicas fruto de inversiones destinadas al desarrollo de regadíos para fomentar exportaciones.
La sierra y la región Amazónica, con abundantes recursos hídricos pero poca o rudimentaria
infraestructura para riego, poseen minifundios con cultivos destinados a mercados locales o
subsistencia. Una gran parte de su población es pobre.
El Gobierno peruano está llevando a cabo varios programas que tienen como objetivo hacer frente a
los desafíos clave del sector riego, incluyendo:
el deterioro de la calidad del agua.
poca eficiencia de los sistemas de riego y drenaje.
marcos institucionales y jurídicos débiles.
costes de operación y mantenimiento por encima de la recaudación tarifaria.
vulnerabilidad frente a la variabilidad y cambio climático, incluidas condiciones climáticas
extremas y retroceso de los glaciares.
Importancia del riego para el desarrollo agrícola y rural.
Según The Economist, Perú posee la economía de más rápido crecimiento de América del Sur. Este
comportamiento es el resultado de los precios récord de las exportaciones de minerales así como de
productos más nuevos, como mangos y alcachofas. La agricultura de regadío es cada vez más
importante en el desarrollo y crecimiento de Perú, en especial después del período de estancamiento
y desarrollo limitado en las décadas de los 70 y 80. La agricultura emplea al 30% de la población de
Perú y representa más del 13% del PIB y más del 10% de las exportaciones totales (1.600 millones US$
en 2005).1 Dos tercios del PIB agrícola se producen en la costa del Pacífico, una región totalmente
dependiente del riego debido a las pocas precipitaciones. Los cultivos de alto valor y la tecnología de
riego han tenido un gran impacto en el desarrollo rural de la costa. En 2001, la pobreza rural de la
región era del 5,2%.2 A pesar del crecimiento, la pobreza disminuyó sólo de manera lenta en la región
andina, donde la pobreza alcanza el 70 por ciento de la población, y muchos indígenas permanecen
atados a una agricultura de subsistencia en minifundios que producen solo un tercio del PIB agrícola
del país.
Aproximadamente el 80% de la extracción de agua en el Perú se utiliza para el riego; sin embargo, la
mayor parte del agua (65%) se pierde debido a la dependencia de sistemas de riego ineficientes. Se
estima que la eficiencia total del uso del agua en los sistemas de riego es aproximadamente del 35%,
lo cual se considera como un mal rendimiento y se debe principalmente a los sistemas de distribución
con fugas y al uso extensivo de métodos de riego por gravedad o inundación no mejorados, con una
eficiencia total estimada del 50%.
Muy pocas veces se mide el agua y las tarifas se calculan, en su mayoría, en función de las hectáreas
más que del volumen de agua utilizado. El manejo inadecuado del riego unido a sistemas ineficientes
de riego conduce a las prácticas generalizadas de riego, con agricultores que utilizan agua por encima
de las necesidades de los cultivos y de la disponibilidad de agua.
Debido a las condiciones climáticas, la región costera depende de los sistemas de riego para el
abastecimiento de agua. El agua proviene de ríos (agua superficial) de la Cordillera de los Andes y se
maneja con presas, tomas y pozos. En 1997, el agua superficial abastecía al 97% de los campos por
riego por gravedad (822.473 ha) y al 3% mediante riego presurizado (19.680 ha). La costa se caracteriza
por esquemas de riego a gran escala que abastecen varias comunidades, donde las tierras son
relativamente grandes y la agricultura es en su mayoría comercializada y dedicada a las exportaciones.
En la sierra y en la selva, con el 97% de la disponibilidad de agua de Perú, el agua superficial abastece
los campos agrícolas mediante el riego por surcos. Los sistemas de riego consisten en una red de
canales abiertos, generalmente sin revestimiento, con tomas de agua rudimentaria y sistemas de
distribución que abastecen a pequeñas parcelas dedicadas en su mayoría a la agricultura de
subsistencia. Menos del 5% de la tierra de regadío está equipada con sistemas de riego mejorados en
las parcelas.
Ilustración 4riego en el valle del chili en la región Arequipa.
Perú tiene gran disponibilidad de recursos hídricos con aproximadamente 106 cuencas fluviales y una
disponibilidad per cápita de 77.600 m3, la más alta de América Latina. Los Andes dividen al Perú en
tres cuencas naturales de drenaje:
La árida cuenca del Pacífico, con 37 millones de metros cúbicos (m3) disponibles por año, contiene solo
el 1,8% de los recursos hídricos de Perú. Unos 53 ríos que fluyen hacia el oeste desde los Andes hasta
la costa, suministran la mayor parte del agua usada para el riego. Solo cerca tos ríos son perennes. El
abastecimiento de agua irrigada durante todo el año para aproximadamente el 40% del área de
regadío es poco confiable, sin ningún tipo de almacenamiento regulador. La cuenca del Atlántico
contiene el 97% de toda el agua disponible
Riego en el mundo.
El riego a nivel mundial es casi similar que en el Perú, en extensiones más grandes.
Área equipada para el riego.
Cultivos regados.
Las instalaciones de drenaje, sobre todo en áreas de delta, son consideradas una
protección frente a las inundaciones. Junto con el riego, también previenen el
encharcamiento y la salinización.
La superficie salinizada por el riego cubre más de 37 millones de ha en todo el
mundo, lo que reduce la productividad.
La sobreexplotación de las aguas subterráneas, cuando las extracciones superan
la recarga—y el subsiguiente descenso del nivel freático—es un problema
recurrente en la Península Arábiga y Oriente Próximo. A menudo también lleva a
la intrusión de agua salada en zonas costeras, deteriorando drásticamente la
calidad de las aguas subterráneas.
En el estado de Tamil Nadu, de India, el sobre bombeo—entre otras causas, debido
a la electricidad subvencionada que reduce los costes de bombeo—ha reducido
entre 25 y 30 metros el nivel de agua de los pozos de ciertas zonas en una década.
Casi 155 millones de ha se cultivan con agricultura de conservación en todo el
mundo. A pesar de no usar tecnología de riego como tal, esta técnica fomenta la
eficiencia del uso del agua en condiciones de secano gracias a la mínima alteración
del suelo (no laboreo), el uso de cubiertas del suelo y una rotación de cultivos
apropiada.
Algunos humedales y fondos de valles interiores se cultivan con alteraciones
mínimas del medio ambiente, ya que no tienen o tienen muy poco equipo (sobre
todo tradicional) para regular el agua y controlar el drenaje. El cultivo en
superficies de decrecida de inundaciones es otra técnica tradicional de manejo del
agua con un impacto ambiental relativamente bajo, en la que se cultiva en la
superficie contigua al río en las áreas expuestas al decrecer la inundación y en las
que no se hace nada para retener el agua en retroceso. Más de 8.6 millones de ha
en todo el mundo se cultivan con estos métodos tradicionales de manejo del agua.
La desecación del mar Arar en Asia Central es uno de los ejemplos más dramáticos
de desastre medioambiental causado por una mala gestión del riego: el nivel del
mar ha bajado 17 metros y la línea de costa se ha movido 70 km desde los años
60. Esto se debe al gran volumen de derivación de agua para el riego de cultivos
de algodón y la producción de electricidad, de modo que muy poca agua llegaba
al mar de Aral.
Mirando el lado positivo, si no fuera por la alta productividad que permite el riego,
se necesitarían al menos 500 millones de ha más para alcanzar la producción
agrícola actual. Las zonas templadas o húmedas que permiten la producción de
secano están a menudo densamente pobladas o medioambientalmente alteradas,
de modo que ya no hay más tierra disponible para la agricultura. Actualmente, los
países que ya han alcanzado su límite de superficie cultivada compran o alquilan
amplias extensiones en otros países menos desarrollados, lo que se conoce como
"acaparamiento de tierras".
A nivel global, más de un tercio de los alimentos se pierde entre el campo y la
mesa, y con ellos una gran cantidad de agua necesaria para producirlos. Mientras
que en los países pobres la mayoría de las pérdidas son post-cosecha, en los países
ricos se deben al desperdicio de los alimentos que no se consumen.
Bibliografía.
http://www.fao.org/nr/water/aquastat/didyouknow/indexesp3.stm
https://es.wikipedia.org/wiki/Riego_en_el_Per%C3%BA