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Las Leyes de Pará Adumá

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Las Leyes de Pará Adumá / La Vaca Roja

En el primero de Nisán, de 2.449, el último Día de Inauguración del Mishkán, HaShem le


reveló a Moshé las leyes relativas a las personas impuras que son expulsadas del
Campamento y las leyes de pureza de los cohaním. HaShem le enseñó cómo es alcanzada la
purificación de los diferentes tipos de impurezas (o por inmersión en una mikvá (pileta de
inmersión) o en manantial surgente, y así sucesivamente), así como los sacrificios que
consuman el procedimiento de purificación. Cuando HaShem le enseñó a Moshé que un judío
se vuelve tamé por tocar un cuerpo muerto, Moshé preguntó, "¿Cómo se purifica de su
tumá?". El Todopoderoso no contestó su pregunta, y el rostro de Moshé se oscureció de pena
y vergüenza. (No puede haber más gran dolor para un talmid jajam (erudito de la Torá), cuyo
objetivo de vida es perfeccionarse a sí mismo en el conocimiento y cumplimiento en Torá, que
ser negado el conocimiento que él busca.)

Más tarde aquel día HaShem resumió el tema, explicándoles a Moshé y a Aarón ,"Si alguien
se volvió impuro por contacto con un cadáver, debe ser salpicado con una mezcla especial de
agua y cenizas de una vaca roja."

El Todopoderoso los instruyó en las leyes de la Pará Adumá:

- La pará adumá es adquirida del tesoro del Beit HaMikdash, de un fondo conteniendo las
donaciones anuales de medio shekel de cada judío.

- Para calificar como una pará adumá, una vaca debe tener al menos tres años
(suficientemente madura para tener cría).

- Su color debe ser completamente rojo; aún dos pelos de otro color la descalifican.

- El animal también es descalificado si fue alguna vez enjaezado a un yugo, aún si no realizó
labor.

Habiendo buscado por todas partes una vaca completamente roja, al Sanhedrín (la Asamblea)
le fue finalmente informado que tal vaca era propiedad de cierto no-judío. Se enviaron
delegados para intentar adquirirla.

El propietario dijo, "Por un buen precio estoy dispuesto a vender el animal. Dádme
cuatrocientas piezas de oro."

"Vos las tendréis," prometieron los jajamím. "Nosotros retornaremos con el dinero." Ellos
partieron para obtener del Sanhedrín los fondos necesarios. Mientras tanto, no obstante, el no-
judío contó a sus amigos acerca de la venta potencial, y descubrió cuán extraordinario y
precioso era su animal.

Cuando los delegados retornaron con la suma acordada, el gentil les dijo, "He cambiado de
opinión; no vendo mi vaca." "Nosotros estamos dispuestos a pagar un precio más alto,"
replicaron los jajamím. ¿Queréis otras cinco piezas de oro?" "No la venderé," insistió el no-
judío. "Tomád diez piezas de oro más," ofrecieron ellos. "Vosotros no podéis tenerla," repitió
él.

"Os pagaremos veinte piezas de oro extra," dijeron ellos. "Fuera de la cuestión," replicó él. Los
miembros del Sanhedrín elevaron su oferta, hasta que el hombre finalmente accedió a la venta
por un adicional de cien piezas de oro. ( Algunos dicen, un adicional de mil.) Los Sabios le
dijeron que retornarían con la cantidad total e irían por el animal al día siguiente.
Después de que hubieron partido, el gentil dijo riendo a un vecino, "¿Sabéis vos por qué estos
judíos insistieron en adquirir esta vaca particular? Ellos la necesitan para sus ritos religiosos
porque nunca fue enjaezada a un yugo. No obstante, les jugaré un pequeño truco." Aquella
noche el rashá (malvado) tomó su vaca roja, la enjaezó, y aró con ella. A la mañana siguiente
los jajamím retornaron. Antes de pagar, examinaron al animal. Ellos sabían que una vaca que
no fue nunca enjaezada a un yugo es reconocible por dos cosas:

1. Dos pelos determinados sobre su cuello están derechos mientras no fueran tocados por un
yugo, pero se doblan una vez que un yugo es puesto sobre el animal.

2. Los ojos de un animal no uncido están fijos. Después de que fue uncido parpadean porque
el animal tuerce los ojos para ver el yugo. Esta vaca, inmediatamente se dieron cuenta, tenía
los signos de un animal uncido. "Quedarás con la vaca," le dijeron al gentil. "Nosotros no la
necesitamos."
Aún la boca blasfema de este rashá reconoció, "Bendito es El Quien escogió esta nación."
Abatido al perder la fortuna que él podía haber ganado, el gentil se ahorcó.

- El cohén sacrifica la vaca "fuera del Campamento." Durante los años en el desierto era
sacrificada fuera de todos los tres Campamentos, y en el tiempo del Beit Hamikdash sobre el
Monte de los Olivos, dado que esta montaña es considerada "fuera deIerushalaim."

- El colecta algo de la sangre de la vaca en su mano izquierda, sumerge su índice derecho


dentro de ella, y la salpica en la dirección de la entrada al Heijal, la cual él puede ver desde la
montaña.

- Un fuego es encendido, y el cohén supervisa la quema de la vaca.

- Con una cuerda de lana roja ata juntos una vara de cedro y algo de hisopo y pregunta a
todos los presentes, "¿Es ésta una vara de cedro?"
"Sí," replican ellos. "¿Es ésta una vara de cedro?" pregunta él una segunda y una tercera vez.
El recibe réplicas afirmativas a las tres preguntas. También pregunta tres veces, "¿Es ésta
lana roja?" y se le responde cada vez afirmativamente.

¿Por qué esta ceremonia? No todos los tipos de hisopo, cedro, y tintura roja son casher para
la pará adumá. A menos que todas las especies utilizadas satisfagan
requerimientos halájicos (de ley), la mitzvá entera es inválida. De ahí que, el cohén enfatiza
que ellas están todas de acuerdo con los mandamientos de la Torá. - Mientras la vaca está
ardiendo, el atado conteniendo la vara de cedro y el hisopo es arrojado en su cadaver.

- Las cenizas de la vaca son divididas en tres partes: una es colocada en una cierta sección
del patio del Beit Hamikdash, donde es preservada a fin de cumplir la mitzvá de que las
cenizas de la pará adumá deben ser mantenidas para todas las generaciones. Una segunda
parte es dividida entre los grupos de cohaním que sirven en el Mishkán, para estar a mano
para purificar a un cohén quien se volvió tamé. La tercera parte es colocada en un lugar en el
Monte de los Olivos para la purificación de Benei Israel.

- Quienquiera que fue comprometido en la preparación de las cenizas - por ejemplo, la


persona que quemó la vaca, quien arrojó el atado dentro del fuego, quien recogió madera,
quien tocó o transportó las cenizas - se vuelve tamé.(impuro)

- Las cenizas de la vaca son mezcladas con agua fresca de manantial en un utensilio.
- Las aguas mezcladas con cenizas de la pará adumá son salpicadas por alguien que está él
mismo puro de tumat hamet(impureza por contacto con un muerto) sobre el judío que se
purifica. Lo salpica en el tercer y séptimo día de la purificación del individuo. Más aún, durante
el séptimo día la persona que está siendo purificada debe sumergirse ella misma en
una mikvá para consumar su purificación. Hasta este día, nueve Vacas Rojas han sido
quemadas.
La primera fue preparada por Elazar ben Aarón bajo la supervisión de Moshé en el segundo
día de Nisán, de 2.449. (Moshé dirigió los pensamientos apropiados hacia ella, porque Elazar
no comprendía sus razones.) Algunas de las cenizas de lapará adumá de Moshé fueron
mezcladas con las cenizas de cada una de las posteriores (dado que la vaca de Moshé fue la
única preparada con los pensamientos apropiados). Una bendición descansó sobre la porción
de las cenizas de Moshé reservadas para purificación; ellas duraron hasta el tiempo de Ezrá.
Bajo la supervisión de Ezrá, una segunda pará adumá fue quemada; una tercera y una cuarta
bajo la guía de Shimón HaTzadik, y dos más en el tiempo de Iojanán Cohén Gadol. Desde
entonces hasta la destrucción del Segundo Beit Hamikdash tres parot adumotadicionales
fueron quemadas. La décima será preparada por Mashíaj, que él venga pronto.

El Fallecimiento de Miriam y la Desaparición del Manantial de Miriam

En el diez del mes de Nisán del cuadragésimo año en el desierto, ocurrió una tragedia
nacional. Cuando los judíos arribaron al desierto de Tzin, la hermana de Moshé, Miriam
falleció. Ella tenía ciento veinticinco años de edad. Miriam había enseñado y guiado a las
mujeres, al igual que Moshé y Aarón habían enseñado a los hombres. Ella fue una de las siete
profetisas conocidas. Miriam falleció sin dolor. La Shejiná (Divinidad) se le reveló, de ese
modo atrayendo a su alma gozosamente de regreso a su fuente (mitat neshiká).

La narración de la muerte de Miriam sigue a las leyes de la pará adumá (a pesar de que su
fallecimiento ocurrió en el cuadragésimo año en el desierto, mientras la pará adumá fue
quemada en el segundo año). La Torá yuxtapuso estos dos eventos para enseñar que la
muerte de un tzadik (justo) logra expiación para Kelal Israel, así como lo hacen las aguas de
lapará adumá.

Tan pronto como Miriam falleció, HaShem provocó que el Manantial de Miriam desapareciera
temporariamente, para queBenei Israel se dieran cuenta que su manantial de agua había sido
dado en el mérito de Miriam. Así apreciando su grandeza, ellos harían duelo por
esta tzadeket (justa) en una manera apropiada.

La generación del desierto recibió tres dones en mérito de sus tres grandes líderes:

- En el mérito de Miriam, un manantial.

- En el mérito de Aarón, Nubes de Gloria.

- En el mérito de Moshé, el maná.

¿Por qué están estos tres líderes asociados con estos particulares dones?
Ellos personificaron los tres pilares que sostienen el mundo- Torá,avodá (servicio), y actos de
bondad.

- Moshé fue el dador de la Torá y su maestro por excelencia. Por consiguiente, en su mérito
los judíos recibieron el man, cuya entrega diaria aliviaba la necesidad de ganarse la vida y
cuya ingestión los asistía en el estudio de Torá. - Aarón personificó laavodá. Su devoción al
Servicio de los sacrificios trajo la Shejiná(Divinidad) a Kelal Israel. Las Nubes de Gloria fueron
por lo tanto provistas en su mérito, porque ellas representaban la Shejiná que moraba con el
pueblo judío.

- Miriam sobresalió en el tercero de los tres fundamentos, bondad.

Desde su juventud se dedicó al bienestar de su pueblo. Aún como una niña pequeña, asistió a
su madre como partera y llevó comida a los pobres.
A causa de su atributo de jesed (bondad), HaShem proveyó a los judíos de agua, una
necesidad vital.

Mei Merivá / Moshé y Aarón Pecan en las Aguas de Merivá

HaShem dijo a Moshé, "El pueblo será ahora testigo de un milagro que santificará Mi Nombre.
"Reúne a los Tzadikím (justos) y grandes personas ante la roca de la cual el agua fluía
mientras Miriam estaba viva. Mándale proveer a los judíos de agua una vez más.

"Mientras estés parado con la santa congregación frente a la roca, enséñales a ellos
una Halajá (ley judía) o un pasaje de Torá. Luego ordena a la roca emitir agua. El mérito del
estudio de Torá comunal causará que produzca agua, como hizo en el mérito de Miriam."
"Más aún, todos aquellos que atestiguen el milagro aprenderán la gran lección de que, `Si aún
una dura roca obedientemente se vuelve un manantial a instancias de HaShem, nosotros los
judíos estamos ciertamente obligados a obedecer a HaShem con felicidad y buena voluntad
(¡y no porque nos sentimos compelidos a servirlo a El!)"

HaShem había advertido a Moshé llevar sólo a los Tzadikím a la roca, pero Moshé (quien
deseaba que todos vieran el milagro) reunió a la congregación entera de grandes a pequeños,
incluyendo aún a los erev rav. Un milagro permitió a todo el pueblo pararse directamente
delante de la roca, a pesar de que el área era demasiado pequeña para contener a todos.

A algunos de entre los erev rav se les escuchó burlarse, "¿Quién dice que Ben-
Amram realizará un verdadero milagro? Debe haber una razón por la que él está determinado
a dirigir la palabra a una roca particular. Quizás él sabe que la roca contiene humedad y puede
por consiguiente producir agua. Moshé solía ser un pastor y está familiarizado con diferentes
tipos de minerales. ¡Veamos si puede realizar esta hazaña sobre una roca de nuestra propia
elección!"

La mofa de los burlones hizo impresión sobre el pueblo, llevándolo a dispersarse en todas
direcciones. El jefe de cada Tribu alzó una piedra y demandó, "Moshé, ¡nosotros queremos
agua de esta roca!"

Los erev rav proclamaron, "¡A menos que nos des agua de la roca de nuestra elección, no
queremos nada en absoluto!"

Moshé estaba extremadamente afligido. El había esperado estudiar Torá junto a una solemne
reunión de judíos delante de la roca. Ellos entonces experimentarían por medio del impactante
milagro que su estudio de Torá tenía el poder para cambiar las mismas leyes de la naturaleza.
En lugar de ello, él encaraba a una multitud de burlones que cuestionaba si un milagro real
estaba a punto de suceder.

Más aún, Moshé se dio cuenta de que la Shejiná (Divinidad) estaba ausente. (En la primera
ocasión, cuando se le mandó golpear la roca en Refidím, él había percibido la Shejiná.) La
mofa del pueblo había causado a la Shejiná partir.
Moshé estaba inseguro de cómo proceder. La atmósfera no era conducente al estudio de
Torá. ¿Cómo podía él enseñar a un pueblo que se rebelaba contra su maestro? ¿Y qué roca
debía él escoger? ¿Debería ignorar la demanda del pueblo y traer agua del verdadero
Manantial de Miriam? Si fuera así, los erev rav alegarían que él no realizó un genuino milagro.
¿O debería acceder a realizar el milagro por medio de una roca diferente? Si así fuera, él
podría ser culpable de transgredir el mandamiento deHaShem. Más aún, HaShem podría
juzgar al pueblo indigno de recibir agua de una roca diferente.

Moshé decidió que él debía reprochar incisivamente al pueblo por desafiar descaradamente a
su rebe. Se dirigió a ellos estrictamente, "¡Oíd ahora, vosotros rebeldes y tontos! ¿Por qué
vosotros pensáis que vuestro entendimiento es más grande que el de vuestro maestro?"

Al comienzo del liderazgo de Moshé, el Todopoderoso le había advertido en contra de


encolerizarse con los judíos. Moshé se había guardado siempre a sí mismo cuidadosamente
del enojo, no importaba cuán grandemente él fuera provocado. No obstante, ahora su
reproche, a pesar de ser dicho para el beneficio del pueblo, traicionaba un sutil grado de
enojo. HaShem no lo perdonó por esto.
Todas las Leyes de la Torá están Más Allá de nuestro
Entendimiento
El Midrash dice

Generalmente, las mitzvot (mandamientos) de la Torá pertenecen a una de tres categorías:

□ Testimonios: Si una mitzvá testifica un evento histórico o algún aspecto de nuestra emuná
(fe), es llamada, testimonio. Ejemplos son la mitzvá deobservar Shabat, la cual atestigua
nuestra creencia en que el Todopoderoso creó el mundo en seis días; observar los iamím
tovím (festividades), porque ellos conmemoran ietziat Mitzraim (éxodo de
Egipto); las mitzvot de tzitzit y tefilín (filacterias), las cuales demuestran nuestra creencia
en la soberanía de Hashem.

□ Leyes Civiles: "Mishpatím" son leyes Divinas que protejen la seguridad y supervivencia
de la sociedad humana. Ellas incluyen, por ejemplo, la prohibición de robo y asesinato.

□ Ordenanzas Divinas: En la categoría de jok (plural, "jukím") caen aquellas mitzvot cuyo
propósito o significado no son necesariamente entendidos por la inteligencia humana.

Hay numerosos ejemplos de jukím, pero el Midrash enumera cuatro acerca de los cuales la
Torá declara explícitamente, "Es un jok." Dado que ellos contienen elementos
aparentemente contradictorios, están expuestos a ser ridiculizados por el pensador racional.
La Torá por consiguiente aconseja al judío decirse a sí mismo, "Es un jok; yo no tengo
derecho a cuestionarlo." Los cuatro son:

1. Ibúm: Un judío que desposa a la esposa de su hermano en vida de su hermano o aún


después de la muerte del último, incurre en la penalidad decaret, siempre que su hermano
tuviera hijos.
Pero si la viuda de su hermano no tiene hijos, es una mitzvá casarla(ibúm).

Dado que la lógica puede encontrar este cambio de posición difícil de aceptar,
el pasuk enfatiza, "Y vosotros guardaréis Mis jukím" (Vaikrá18:26).

2. Shaatnez: La Torá prohibe el uso de una vestimenta que contiene una mezcla de lana y
lino. No obstante, es permisible usar una vestimenta de lino a la cual tzitzit de lana son
fijados. Para que nosotros no cuestionemos esta excepción, la Torá declara concerniente a
la mitzvá de shaatnez, "Vos mantendréis Mis jukím" (Vaikrá 19:19).

3. Seir LaAzazel / El macho cabrío a Azazel: enviado a la muerte como parte del Servicio
de Iom Kipur, purificaba a Klal Israel de sus pecados mientras impurificaba al agente que
lo llevaba. Esta ley es por consiguiente llamada "un jok eterno" (Vaikrá 16:29).

4. Pará Adumá / La Vaca Roja: Las cenizas de la para adumá purifican a un judío que
está tamé (impuro), mientras vuelven tamé a todo el que se involucra en la preparación.

Dado que esto también desafía la lógica, la Torá presenta el tema con las palabras, "Este es
el jok de la Torá" (19:2); nosotros debemos aceptar lamitzvá como una ordenanza Divina.

No obstante, jukím no son "leyes sin razón"; más bien, su lógica es Divina. Los más
grandes de entre nuestro pueblo pudieron comprender algunas de ellas.

Así, la racionalidad tras las leyes de la pará adumá le fue Divinamente revelada a Moshé.

Por otra parte, el Rey Shlomó, quien investigó las razones tras las mitzvoty encontró
explicaciones para todas, manifestó que esta mitzvá eraincomprensible.

Shlomó descubrió por qué para las bestias el shojet (el que faena ritualmente) debe cortar la
tráquea y el esófago, mientras para las aves cortando sólo uno de estos órganos basta, y el
pescado no necesita ser ritualmente sacrificado en absoluto. No obstante, él confesó, "Yo
pensé que alcanzaría sabiduría, pero ella (el entendimiento de la mitzvá depará adumá)
está lejos de mí" (Kohelet 7:23).

Para apreciar completamente sus palabras, exploremos el alcance y profundidad del


conocimiento de Shlomó:

"Y Di-s dio a Shlomó muchísima sabiduría y entendimiento y amplitud de conocimiento


como la arena que está a la orilla del mar" (I Melajím 5:9).

Este versículo implica que la sabiduría de Shlomó era equivalente a la sabiduría colectiva
del pueblo judío que era "tantos como la arena a la orilla del mar." La capacidad de su
intelecto era superior a aquélla de toda otra persona, y por consiguiente él podía entender lo
que estaba en la mente de cada uno. Consecuentemente, su juicio era verdadero en casos
donde los hechos eran oscuros, como se enseña en la siguiente historia:

Tres mercaderes judíos estaban en su viaje juntos cuando Shabatllegó. Ellos decidieron
enterrar su dinero en un cierto lugar, descansar hasta después de Shabat, desenterrarlo, y
continuar su camino.

En la oscuridad de la noche, mientras sus compañeros dormían, uno de ellos se aproximó


al lugar del escondite sigilosamente, desenterró el dinero, y lo ocultó en otra parte.

Buscando su dinero después de Shabat, los mercaderes se dieron cuenta de que él había
desaparecido. Dado que nadie más sabía del lugar secreto de escondite, uno de ellos debía
haber robado el tesoro. ¿Pero cuál? Cada uno acusó al vecino, diciendo, "¡Sois el ladrón!"

Incapaces para determinar cuál de ellos era culpable, decidieron viajar a Ierushalaim
para someter el caso a Shlomó.

Shlomó escuchó cuidadosamente su narración y les ordenó retornar al día siguiente.


Cuando ellos retornaron a la corte, el

rey declaró, "Yo sé que vosotros sóis astutos mercaderes. Antes de juzgar vuestro caso,
deseo oír vuestra opinión sobre un problema diferente que me fue presentado."

Los tres escucharon atentamente mientras Shlomó relataba el siguiente incidente: "Un
muchacho y una muchacha crecieron en la misma vecindad y se prometieron mutuamente
no desposar a nadie sin el consentimiento del otro. Más tarde, ellos se mudaron y se
perdieron de vista uno al otro. Cuando la muchacha llego a una edad casadera, se
comprometió con un hombre joven en su nueva ciudad. No obstante, ella no se había
olvidado de su promesa de la infancia. Cuando el tiempo de la boda se acercó, vendió sus
pertenencias personales a fin de recaudar efectivo y salió en un largo viaje a su ciudad
natal para buscar a su anterior vecino. Ella viajó a su ciudad, lo encontró, y explicó que
era la novia de algún otro. Solicitó que él la liberara y en cambio aceptara el dinero que
ella había recaudado.

"El hombre joven apreció las penas que ella había sobrellevado para ser leal a su
promesa. A pesar de que lo encontró difícil, le dijo que estaba libre para casarse con su
novio. El declinó el dinero que ella le ofreció, y ella partió en paz.

"El solitario viaje de retorno fue tan peligroso para la joven muchacha lo mismo que había
sido su viaje fuera del hogar. Al viajar por una vecindad desierta, un anciano se arrojó
sobre ella desde detrás de un arbusto, le robó su dinero, y amenazó que la maltrataría
para su propio placer.

Por favor escuchadme,' le suplicó la muchacha, 'vos sois un anciano; ¿por qué os
acarrearíais esta pavorosa culpa poco antes de ser convocado ante el Juez Eterno? Tomad
mi dinero, pero permitidme retornar a mi novio sin sufrir abuso.' Ella le relató su historia,
y concluyó, "Mi amigo de la infancia ciertamente tuvo más dificultad en liberarme que la
que vos tenéis; él es joven, y alegaba un derecho hacia mí. Vos, un anciano, deberíais
aprender de él a controlaros vos mismo.'

"El ladrón fue conmovido por su narración. No le hizo daño y restituyó su dinero".

"Ahora," concluyó Shlomó, "un poderoso rey me ha planteado la siguiente pregunta:


¿Quién es el verdadero héroe de la historia - la muchacha, el hombre joven, o el ladrón?
Deseo oir vuestro parecer sobre la materia."

"La muchacha es extraordinaria," replicó el primer mercader.

"¡Imagináos, emprender un largo y peligroso viaje sólo para cumplir su promesa!"

"Yo admiro al hombre joven," observó el segundo. "El actuó noble ydesinteresadamente."

"La acción del ladrón es de lo más sorprendente," comentó el tercer mercader. "Después
de tener en su posesión a ambos la muchacha y el dinero, ¡él no sólo liberó a la muchacha
sino incluso retornó el dinero!"

"¡Aprendédlo!" gritó Shlomó. "Todo lo que él piensa es dinero. Aún escuchando este
relato, en su corazón él deseó el dinero de la muchacha. Cuando tuvo una oportunidad de
tomar dinero para sí, ¡él ciertamente lo hizo! ¡Arrestádlo y azotadlo!"

El mercader fue apresado, e inmediatamente confesó su culpa.

Shlomó fue competente en todas las ciencias, sobrepasando a sus antepasados.

Por ejemplo, su conocimiento de animales fue más grande que aquél de Adám, quien había
nombrado a cada especie de acuerdo con sus características esenciales.

Su entendimiento de astronomía sobrepasó a aquél de Abraham, un maestro en aquella


ciencia.

Su pericia en asuntos de estado excedió a aquélla de Iosef, él mismo un hábil legislador. El


fue también un mejor lingüista que Iosef, que hablaba setenta lenguas.

Shlomó eclipsó a los reyes y naciones de su tiempo en todas las ramas de la ciencia. A
pesar de que los reyes egipcios estaban orgullosos de su conocimiento de astrología, la
competencia de Shlomó fue superior, como se ejemplifica en el siguiente incidente:

Cuando Shlomó estaba a punto de construir el Beit Hamikdash (Sagrado Templo de


Jerusalen), pidió al rey egipcio, Faraón Nejó, enviarle artesanos.

El Faraón solicitó a sus astrólogos adivinar cuáles de sus subditos estaban destinados a
morir aquel año. Subsecuentemente envió a Shlomó una dotación de desdichados
trabajadores.

No obstante, tan pronto como los artesanos de Egipto arribaron, Shlomó se dio cuenta de
su secreto. El ordenó que les fueran entregadas mortajas blancas y se los enviara de
regreso a su tierra natal con un mensaje al Faraón Nejó: "Aparentemente, vos carecéis de
mortajas para enterrar a vuestros muertos. Yo estoy por tanto enviándoos algunas para
vuestros trabajadores."

La sabiduría de Torá de Shlomó era inmensa. Sobrepasaba a aquélla de la generación entera


del desierto, conocida como "la Generación del Conocimiento." El sabía detalles de Torá
que incluso Moshé no conocía.

La grandeza de Shlomó en Torá es evidente en los tres maravillosos y santos Libros de los
que él fue autor con ruaj hakodesh (inspiración divina)- Kohelet, Mishlé, y Shir Hashirim -
que fueron incluidos en elTanaj. (También compuso algunos de los salmos del Tehilím.)

El hizo querida la Torá al pueblo, porque pudo ilustrar el significado de cada halajá con
mas de 3000 parábolas, y citar 1005 diferentes razones para cualquier ordenanza Rabínica.

Cuan profunda, pues, es la mitzvá de para adumá, si Shlomó, el más sabio de todos los
hombres, declaró, "Yo la estudié y me esforcé por entenderla, pero ella está fuera de mi
alcance."

En verdad, aún aquellas mitzvot de la Torá que parecen entendióles son"jukím" Su


verdadero significado y significación está por lejos más allá del intelecto del hombre.

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