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Migue Grau Caballero

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Miguel Grau Seminario

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Para otros usos de este t�rmino, v�ase Miguel Grau (desambiguaci�n).
Miguel Grau
Miguel Grau Seminario.png
Emblem of the Peruvian Navy.svg
Comandante General de la Marina de Guerra del Per�
Sucesor Antonio de la Haza
Logo congreso.png
Diputado de la Rep�blica del Per�
por Paita
agosto de 1876-febrero de 1877
julio de 1878-febrero de 1879
Informaci�n personal
Nombre de nacimiento Miguel Mar�a Grau Seminario
Apodo

El Caballero de los Mares


El Peruano Del Milenio
Nacimiento 27 de julio de 1834
Piura, Flag of Peru.svg Per�
Fallecimiento 8 de octubre de 1879 (45 a�os)
Punta Angamos, Mejillones Flag of Bolivia.svg Bolivia (actual Flag of Chile.png
Chile)
Causa de la muerte Ca�do en combate
Lugar de sepultura Cementerio Presb�tero Mat�as Maestro
Nacionalidad Peruana
Partido pol�tico Partido Civil
Afiliaciones Club Nacional
Club de la Uni�n
Familia
Padres

Juan Manuel Grau Berr�o


Luisa Seminario del Castillo

C�nyuge Dolores Cavero Nu�ez


Hijos Rafael Grau Cavero
Educaci�n
Educaci�n tuvo educaci�n como marino mercante e Infante de la Marina de Guerra
del Per� las dos carreras completadas exitosamente
Informaci�n profesional
Ocupaci�n Marino
Rama militar Bandera naval de Per� Marina de Guerra del Per�
Rango Gran Almirante
Conflictos

Guerra hispano-sudamericana
Guerra del Pac�fico
Combate naval de Chipana
Combate naval de Iquique
Primer combate naval de Antofagasta
Combate naval en alta mar entre el Almirante Blanco Encalada y el Hu�scar
del 3 de junio de 1879
Segunda ruptura del bloqueo naval de Iquique
Captura del vapor R�mac del 23 de julio de 1879
Intento de torpedear al Almirante Cochrane del 7 de agosto de 1879
Incidente de los torpedos Lay del 24 de agosto de 1879
Segundo combate naval de Antofagasta
Combate naval de Angamos

Distinciones T�tulo de Gran Almirante del Per� otorgado por el Congreso de la


Rep�blica del Per�
[editar datos en Wikidata]

Miguel Grau Seminario (Piura, Per�, 27 de julio de 1834-Punta Angamos, Mejillones,


Bolivia, 8 de octubre de 1879) fue un marino militar peruano, y almirante de la
Marina de Guerra del Per�. Durante la guerra del Pac�fico, comand� el monitor
Hu�scar y mantuvo a raya a la escuadra chilena durante cinco meses, sucumbiendo
finalmente de manera heroica en el combate naval de Angamos, enfrentando a fuerzas
superiores. Es considerado el h�roe m�ximo de la naci�n peruana. Su generosidad
para con el enemigo en el campo de batalla le vali� el apelativo de El Caballero de
los Mares. Ha sido tambi�n elegido como El Peruano del Milenio.1?

Fue hijo del coronel colombiano (nacionalizado peruano) Juan Manuel Grau Berr�o y
de la dama peruana Luisa Seminario del Castillo. Aunque naci� en Piura, vivi� su
infancia en el puerto de Paita, donde forj� su vocaci�n marina. A los nueve a�os de
edad se embarc� como aprendiz de grumete en un buque mercante, pero este primer
viaje se frustr� al naufragar la nave frente a la isla Gorgona (1843). No obstante,
no se amilan� y se embarc� nuevamente al a�o siguiente. Durante diez a�os naveg� en
12 distintas naves, recorriendo diferentes puertos de Asia, Estados Unidos y
Europa, completando adem�s una circunnavegaci�n, antes de retornar al Callao en
1853.

En 1854, Grau ingres� a la Marina de Guerra del Per� como guardiamarina, sirviendo
sucesivamente en el vapor R�mac, el pailebot Vigilante y el vapor de ruedas
Ucayali. En 1856, con el grado de alf�rez de fragata, pas� a servir a bordo de la
fragata Apur�mac, integr�ndose plenamente al cuerpo de oficiales de la marina. A
instancias de su coterr�neo, el teniente segundo Lizardo Montero, se sum� a la
revoluci�n conservadora de Manuel Ignacio de Vivanco en contra del presidente Ram�n
Castilla. Teniendo el control del Apur�mac y de otras naves, los marinos
revolucionarios operaron durante casi un a�o a lo largo del litoral peruano y
participaron en el ataque al Callao de 22 de abril de 1857.

Derrotada la revoluci�n vivanquista, Grau fue expulsado de la Armada (1858), por lo


que debi� volver a la marina mercante, navegando a lo largo de la costa peruana y
ecuatoriana. Viaj� tambi�n a la Polinesia (1862). Favorecido por la ley del 25 de
mayo de 1861 dada por el Congreso, en 1863 fue readmitido al servicio naval como
teniente segundo y pas� a ser segundo comandante del vapor Lerzundi. Poco despu�s,
ya como teniente primero, fue enviado a Inglaterra, comisionado para negociar la
compra de unidades navales y supervisar la construcci�n de las mismas. Regres� como
comandante de la corbeta Uni�n, que, junto con su gemela Am�rica, fue adquirida en
Francia. Durante el viaje de trayecto al Per�, fue ascendido a capit�n de corbeta.
Ya en aguas peruanas, se sum� a la revoluci�n restauradora de Mariano Ignacio
Prado, siendo ascendido a capit�n de fragata (1865). Durante la guerra hispano-
sudamericana, se mantuvo al mando de la Uni�n y actu� en el combate de Abtao,
librado el 7 de febrero de 1866 contra los buques de la escuadra espa�ola del
Pac�fico.

Se hallaba en Valpara�so, con la escuadra peruana, cuando, junto con otros marinos,
protest� contra la decisi�n del gobierno de Prado de contratar al comodoro
estadounidense John R. Tucker como comandante de la armada peruana en una
proyectada expedici�n naval para liberar a Filipinas del dominio espa�ol. Acusado
de insubordinaci�n, fue apresado, confinado en la isla San Lorenzo y sometido a
juicio, para finalmente ser declarado inocente (1867). Por tercera vez, regres� a
la marina mercante y durante casi un a�o naveg� al mando de dos vapores de una
compa��a inglesa. El 12 de abril de 1867 se cas� con la dama lime�a Dolores Cabero
y N��ez, uni�n de la que nacieron diez hijos. Fue uno de los fundadores del Club de
la Uni�n; un importante club social peruano (1868). Fue tambi�n miembro ilustre del
tradicional Club Nacional.

A principios de 1868, Grau fue reincorporado al servicio naval como comandante del
monitor Hu�scar, siendo ascendido poco despu�s al grado de capit�n de nav�o. Tuvo
un papel destacado en la actitud que asumi� la marina frente a la rebeli�n de los
coroneles Guti�rrez, en defensa del orden constitucional, suscribiendo junto con
otros jefes y oficiales una proclama contra dicho golpe revolucionario (23 de julio
de 1872).

En 1873, al mando del Hu�scar, Grau realiz� un crucero por el sur peruano y el
litoral boliviano, al ocurrir la amenaza de un conflicto armado entre Chile y
Bolivia por cuestiones territoriales. En 1874 fue comandante de la Escuadra de
Evoluciones, recorriendo el litoral peruano entre el Callao e Iquique, y
colaborando en la debelaci�n de la intentona golpista del caudillo Nicol�s de
Pi�rola.

En 1875, Grau fue elegido diputado por la provincia de Paita, por el Partido Civil,
labor parlamentaria que interrumpi� temporalmente para ejercer la Comandancia
General de Marina, entre el 1 de junio de 1877 y el 10 de julio de 1878. En tal
calidad, el 2 de enero de 1878 elev� al Congreso Nacional un pormenorizado informe
sobre el estado deficiente de los buques de guerra y las carencias de la Marina,
formulando juicios que fueron una verdadera advertencia, un a�o antes del estallido
de la guerra con Chile.

Al estallar la Guerra del Pac�fico, el 5 de abril de 1879, Grau obtuvo licencia del
Congreso para volver al servicio, retomando el mando del Hu�scar. Fue nombrado jefe
de la primera divisi�n naval, iniciando su campa�a en el mes de mayo. Durante los
cinco meses siguientes, desarroll� una intensa actividad, manteniendo en jaque a la
flota chilena. Gan� el combate naval de Iquique del 21 de mayo de 1879, hundiendo a
la corbeta Esmeralda y se gan� el respeto un�nime por su acci�n humanitaria de
rescatar a los n�ufragos chilenos y de enviar a la viuda del capit�n de corbeta
Arturo Prat, comandante de la Esmeralda, una sentida carta acompa�ando los efectos
personales de dicho jefe.

En los meses siguientes, Grau realiz� varias incursiones en aguas controladas por
Chile, atacando sorpresivamente, hostilizando sus l�neas de comunicaci�n y
bombardeando las instalaciones militares de los puertos. El 27 de julio de 1879 fue
ascendido a la alta clase de contralmirante. Finalmente, el 8 de octubre de 1879,
estando frente a Punta Angamos, el Hu�scar fue cercado por dos divisiones enemigas,
trab�ndose un desigual combate. Grau muri� en los primeros minutos de la lucha, por
efectos de una granada disparada por el acorazado Almirante Cochrane, que destroz�
su cuerpo. Sus oficiales y marineros continuaron la lucha, hasta que resultaron
muertos o puestos fuera de combate. Solo con la eliminaci�n de Grau y el Hu�scar,
que hab�a actuado como una verdadera muralla m�vil del Per�, los chilenos pudieron
reci�n invadir territorio peruano, tras seis meses de iniciada la contienda.

Sus restos, inicialmente enterrados en Santiago de Chile, fueron repatriados en


1890 y trasladados a la Cripta de los H�roes en 1908. El 26 de octubre de 1946 fue
ascendido p�stumamente al grado de almirante. En su calidad de exdiputado, conserva
una curul permanente en el Congreso de la Rep�blica del Per�.
�ndice

1 Biograf�a
1.1 Nacimiento
1.2 Infancia
1.3 Primeros contactos con el mar
1.4 Guardiamarina
1.5 Alf�rez de fragata
1.6 Separaci�n del servicio. Otra vez en la marina mercante
1.7 Reincorporaci�n a la Marina de Guerra
1.8 En comisi�n a Europa
1.9 Arresto en Inglaterra
1.10 La revoluci�n restauradora
1.11 Guerra hispano-sudamericana
1.12 Arresto en la isla de San Lorenzo
1.13 Otra vez en la marina mercante. Matrimonio
1.14 Comandante del monitor Hu�scar
1.15 La revoluci�n de los Guti�rrez
1.16 Miembro de la Comisi�n Consultiva de la Marina
1.17 El Hu�scar, rumbo al sur
1.18 Crucero por el litoral boliviano
1.19 Jefe de la escuadra de evoluciones
1.20 Diputado por Paita (primera legislatura)
1.21 Comandante General de la Marina de Guerra del Per�
1.22 Diputado por Paita (segunda legislatura)
2 Campa�a naval de la guerra del Pac�fico
2.1 La escuadra peruana y la chilena
2.2 Preparativos de la campa�a naval
2.3 Combate naval de Iquique
2.4 Combate naval de Angamos
3 Los restos de Grau
4 Familia
4.1 Ancestros
4.2 Matrimonio y descendencia
5 Homenajes
5.1 Ascenso a la alta clase de Almirante
5.2 Monumentos a la gloria del Almirante Grau
5.3 Orden Gran Almirante Grau
6 V�ase tambi�n
7 Notas
8 Referencias
9 Bibliograf�a
10 Enlaces externos

Biograf�a
Nacimiento
Los padres de Miguel Grau
Juan Manuel Grau Berr�o
Luisa Seminario del Castillo

Miguel Grau Seminario naci� en la ciudad de Piura, en una casona de la calle


Mercaderes, hoy Tacna N.� 662. Fue bautizado el 3 de septiembre de 1834, en la
parroquia de San Miguel, por el presb�tero Santiago Angeldonis, siendo sus padrinos
Manuel Anso�tegui y Rafaela Angeldonis. Su partida fue asentada con el n�mero 953,
en el libro respectivo. Consta en dicho documento que al momento de su bautizo era
de �un mes y siete d�as de nacido�, por lo que se ha determinado que su nacimiento
fue el 27 de julio de 1834.2?3?n 1?

Sin embargo, en la ciudad portuaria de Paita est� muy arraigada la creencia de que
el nacimiento de Miguel Grau se produjo en dicho puerto, aunque solo se ha dado
como sustento una serie de indicios dispersos y especulativos, m�s nunca un
documento probatorio. Tambi�n se ha postulado a Sullana como otro presunto lugar de
su nacimiento.4? Los defensores de Paita como la cuna del h�roe, dicen, por
ejemplo, que la partida de bautismo solo corrobora el lugar donde fue bautizado,
m�s no el de su nacimiento; que Grau fue electo diputado por la provincia de Paita,
y no por la de Piura; y que, cuando Grau, en su foja de servicios o en su partida
de matrimonio, anota haber nacido en Piura, suponen que solo est� aludiendo al
departamento, m�s no a la ciudad; entre otras especulaciones de ese talante.5? En
respuesta, el historiador Miguel Seminario Ojeda se�ala que, de haber nacido en
Paita o en Sullana, en su partida de bautismo debi� figurar la cla�sula ex licencia
parroquia (es decir bautizado con licencia de su parroquia, sea la de Paita o la de
Sullana, seg�n el caso).6? Adem�s, este mismo historiador, investigando en los
archivos, ubic� el censo realizado en Piura en 1840, donde aparece registrada la
familia Grau (el padre y sus cuatro hijos), donde Miguel figura con el n�mero 228,
y como nacido en la ciudad de Piura.7? En cuanto a la diputaci�n por la provincia
de Paita (que Grau gan� en 1876), se debe se�alar que, de acuerdo a la Constituci�n
vigente entonces (la de 1860, art�culo 47), no era requisito obligatorio que el
candidato hubiera nacido en la provincia a la que postulaba, sino que bastaba con
ser del departamento en general (en este caso, el de Piura, erigido en 1861).8? Se
entiende, ciertamente, el afecto que Grau ten�a por Paita, ya que fue en ese puerto
donde forj� su vocaci�n de marino, lo que marcar�a toda su existencia.9?

Fueron sus padres el teniente coronel grancolombiano (m�s tarde nacionalizado


peruano) Juan Manuel Grau Berr�o, natural de Cartagena de Indias, que lleg� al Per�
formando parte del ej�rcito del Libertador Bol�var; y Mar�a Luisa Seminario y del
Castillo, piurana de nacimiento, hija del alcalde provincial ordinario de Piura.
Fue el tercero de cuatro hermanos; los mayores se llamaban Enrique Federico y Mar�a
Dolores Ruperta; y la menor, Ana Joaquina Jer�nima del Rosario.10? La uni�n de sus
padres era extramarital, pues Mar�a Luisa estaba casada con el capit�n colombiano
P�o D�az (que por entonces se hallaba en su pa�s de origen), con el que tuvo tres
hijos leg�timos: Roberto, Emilio y Balbina.3? Hay que se�alar que, en la partida de
bautismo del h�roe no figura el nombre de Mar�a Luisa Seminario como el de su
madre, sino el de Josefa Castillo, lo que ha motivado algunas especulaciones sobre
su verdadera filiaci�n; al respecto, se ha sugerido que Luisa Seminario debi� usar
el nombre de Josefa Castillo para ocultar el suyo, pues deseaba mantener encubierta
su relaci�n con Juan Manuel Grau. Siguiendo la costumbre de la �poca, Miguel Grau
nunca us� ni mencion� su segundo apellido (Seminario), y solo aparece en su partida
de matrimonio, cuando menciona a Luisa Seminario como su madre (1867).11?n 2?

Por entonces, el Per� viv�a una �poca de inestabilidad e intrigas pol�ticas que
ocasionaban sublevaciones e intentos de golpe de estado. El pa�s acababa de salir
de la primera guerra civil de su historia republicana (enero-abril de 1834). En
1836 se desat� la guerra por el establecimiento de la Confederaci�n Per�-Boliviana,
que encumbr� al mariscal Andr�s de Santa Cruz como protector de dicha entidad
geopol�tica; y tras un breve periodo de calma, surgi� las guerra entre
restauradores y confederados, que culmin� con el triunfo de los primeros en la
batalla de Yungay (1839). Se produjo entonces la Restauraci�n en el Per�, asumiendo
el poder el mariscal Agust�n Gamarra.
Infancia
El puerto de Paita, a principios de la �poca republicana.

Al producirse la guerra entre Per� y Bolivia de 1841, el teniente coronel Juan


Manuel Grau Berr�o (padre de Miguel Grau), entonces retirado del servicio y
dedicado al comercio, juzg� que deb�a retornar al ej�rcito peruano para defender a
su segunda patria. Escribi� a Lima a su viejo jefe y amigo, el general Antonio
Guti�rrez de la Fuente, ex vicepresidente del Per�. La respuesta fue favorable y en
julio de 1842, el padre de Grau se incorpor� a la secretar�a de dicho general,
quien lo destin� a Ayacucho.12?

En junio de 1842 se celebr� la paz con Bolivia, pero una vez m�s, en el Per� se
desat� la guerra civil y la anarqu�a. En noviembre de 1842, el nuevo presidente del
Per�, general Francisco de Vidal, nombr� a Juan Manuel Grau, vista de aduana en
Paita, puerto estrechamente ligado con la ciudad de Piura.13? Fue pues, en 1842,
cuando Miguel Grau empez� a vivir en Paita, junto con su padre y sus tres hermanos,
pero sin su madre, que permaneci� en Piura:14?

No es sencilla la vida de Juan Manuel Grau con sus hijos en el puerto de Paita,
sobre todo por la ausencia de la madre y la falta de un hogar con un ambiente
propicio para la formaci�n de los ni�os. No tenemos mayor informaci�n sobre c�mo
transcurre la vida cotidiana de esta familia incompleta en el puerto de Paita; en
todo caso, puede pensarse que el v�nculo entre el padre y los hijos se fortalece, y
espec�ficamente la relaci�n afectiva entre el padre y Miguel... Desde otro �ngulo,
este tiempo sirve para estimular en el ni�o Miguel las aptitudes para la vida
marinera. Paita es un anuncio de los asuntos del mar. La entrega de Grau a la
marina, que abarca toda su existencia, tiene en Paita su ambiente central y
propicio.

La casa de los Grau estaba ubicada en la parte baja de la ciudad, que en ese
entonces contaba con poco m�s de 5000 habitantes, pero que ya hab�a visto nacer a
grandes h�roes peruanos como los hermanos Manuel y Raymundo C�rcamo, que pelearon
en el combate del Dos de Mayo.15? Tambi�n es de mencionar la familia de La Haza, de
la que salieron muchos marinos destacados (entre ellos, los hermanos Jos�, Diego,
Cir�aco, Manuel, Pedro y Antonio de la Haza Rodr�guez).16?
Primeros contactos con el mar
Retrato de Miguel Grau.

En Paita la actividad mar�tima civil era grande. Todos los nav�os que hac�an el
tr�fico entre Panam� y el Callao tocaban en su rada. Funcionaba en el puerto la
escuela n�utica fundada por el presidente Agust�n Gamarra en 1833, destinada a
formar a pilotos civiles. Al peque�o Miguel, que s�lo ten�a ocho a�os, le fascin�
la inmensidad del oc�ano. Su vocaci�n naval comenz� a despertar a partir de ese
momento.17?

Miguel Grau sigui� en Paita los primeros cursos de su formaci�n escolar. El


muchacho, listo y resuelto, hab�a sido educado con dureza por el padre para
conseguir con ello templar su car�cter y acerar su voluntad.18?

Atra�do por la vida mar�tima, Miguel, que solo ten�a nueve a�os, obtuvo en marzo de
1843 el permiso paterno para embarcarse en el Tescua, un bergant�n de la marina
civil dedicado al cabotaje entre Paita y otros puertos del litoral peruano y de los
pa�ses del norte hasta Panam�. El capit�n del buque era Manuel Francisco Herrera,
compatriota y gran amigo de Juan Manuel Grau. Fue el punto de partida de la carrera
n�utica de Miguel, pero se trunc� inesperadamente. El buque naufrag� frente a la
isla Gorgona y el aspirante a grumete se salv� milagrosamente, debiendo retornar a
la vida hogare�a y escolar en Paita.18?19?

En 1844, Grau consigui� nuevamente la autorizaci�n de su padre para embarcarse.


Esta vez qued� definitivamente enrumbada su carrera marina, navegando en diferentes
buques, a veces con transitorios retornos a la patria.20? En esos viajes recorri�
todos los mares y los puertos m�s importantes del mundo, viajando por el Extremo
Oriente, Europa y Norteam�rica, as� como las costas de Sudam�rica en varias
oportunidades.21? El mismo Grau ha dejado una relaci�n concisa de estos viajes, que
se sucedieron entre marzo de 1843 y agosto de 1853.22?23?
Guardiamarina

Durante los viajes que realiz� en la marina mercante, Grau se adiestr� en la


ciencia y el arte de la navegaci�n24? y se inici� en el conocimiento del idioma
ingl�s.25? Embarcado en Paita como aspirante a grumete en 1843, regres� al Per� en
1853, convertido en piloto de primera. Ten�a 19 a�os; hab�a recorrido durante diez
a�os, en doce distintos buques, por varios y distantes rumbos, aunque con breves
intervalos de estad�a en tierra.26?

Se instal� en Lima, con miras a ingresar a la Marina de Guerra del Per�. Su hermano
Enrique Grau Seminario, que tambi�n hab�a servido en la marina mercante, ten�a la
misma vocaci�n. El padre pidi� la incorporaci�n de sus dos hijos a la Marina,
mediante solicitud firmada en Lima, el 18 de agosto de 1853, dado que aquellos eran
todav�a menores de edad.27? Mientras tanto, Miguel se inscribi� como estudiante
libre en el colegio del poeta Fernando Velarde, donde estuvo hasta que se verific�
su ingreso a la Marina,28? el mismo que se produjo el 14 de marzo de 1854, en
calidad de guardiamarina. Gobernaba entonces en el Per� el general Jos� Rufino
Echenique.29?

Por entonces, la Marina de Guerra del Per� se hab�a incrementado y


profesionalizado, bajo el incentivo del presidente Ram�n Castilla (primer gobierno,
1845-1851), gobernante muy preocupado porque su pa�s tuviera la hegemon�a marina en
Sudam�rica. La armada peruana contaba con su primer buque a vapor, el R�mac,
construido en Nueva York, de 1300 toneladas y armado con cuatro ca�ones; la fragata
Mercedes, los bergantines Guise y Gamarra y las goletas Peruana y H�ctor. Castilla
adquiri� tambi�n la fragata Amazonas, de 1300 toneladas y 33 ca�ones, que lleg� en
el gobierno de su sucesor, Jos� Rufino Echenique (1851-1856). Este continu� la
pol�tica de fortalecimiento del poder�o naval con la adquisici�n en Inglaterra de
la fragata mixta Apur�mac y las goletas Loa y Tumbes.30?
Casa de Grau en Lima.

El guardiamarina Grau sirvi� sucesivamente en el vapor R�mac (6 meses y 18 d�as, de


abril a septiembre de 1854); el pailebot Vigilante (10 meses y 21 d�as, de octubre
de 1854 a noviembre de 1855); y el vapor de ruedas Ucayali (4 meses y 12 d�as, de
diciembre de 1855 a febrero de 1856).31?32?

El Guardiamarina Miguel Grau desempe�a eficientemente sus obligaciones. Destaca


entre sus compa�eros como excelente pr�ctico y verdadero conocedor de todo lo
relacionado con la navegaci�n. Posee adem�s los mejores atributos del marino
experto. Es un hombre franco, sincero, de reposado temperamento, con la
tranquilidad de la propia suficiencia, competente y h�bil, valeroso, decidido y
en�rgico. Se distingue asimismo por su car�cter reflexivo, moral austera y
acendrados principios religiosos.
Geraldo Arosemena Garland31?

Estando de servicio en el Vigilante, Grau tuvo su primera experiencia especialmente


dura. Ocurri� el 10 de junio de 1855, cuando navegaba rumbo a Paita, entre M�ncora
y Punta Sal, con un mar algo inquieto y el cielo nublado: el aspirante de marina
Manuel Bonilla cay� al agua desde lo alto de la torre de mando, y Grau, que era el
oficial de guardia, dispuso que el buque se detuviera de inmediato y se buscara al
n�ufrago. Luego de tres horas de esfuerzo infructuoso, suspendi� la b�squeda. En el
parte que pas� ese mismo d�a al comandante del buque, el capit�n de fragata Emilio
D�az Seminario (que era su medio hermano), dio cuenta del suceso, expresando que
�todos sus esfuerzos resultaron in�tiles, pues el mencionado pilot�n no sab�a
nadar�.33?34?

Por aquella �poca, Ram�n Castilla volvi� al poder, luego de derrotar en la batalla
de La Palma, el 5 de enero de 1855, al general Jos� Rufino Echenique.
Alf�rez de fragata

El 4 de marzo de 1856 Grau recibi� su primer ascenso, como alf�rez de fragata, y se


integr� de modo formal al cuerpo de oficiales de la Marina de Guerra. Fue destinado
al Apur�mac, el mejor buque de la escuadra, que estaba bajo el comando del capit�n
de nav�o Jos� Mar�a Salcedo (natural de Chile), y cuyo segundo comandante era el
teniente Emilio D�az Seminario (hermano materno de Grau).35?

Se hallaba Grau en el sur, a bordo del Apur�mac, cuando estall� en Arequipa, el 10


de noviembre de 1856, la revoluci�n a favor del general Manuel Ignacio de Vivanco,
exmandatario y enconado rival del presidente Castilla. La insurrecci�n era de
tendencia conservadora, opuesta a la Constituci�n liberal (promulgada el mes
anterior) y a toda reforma liberal, en especial a las de car�cter anticlerical.36?

El movimiento de Vivanco se extendi� por Moquegua. Pronto, la Marina de Guerra se


sum� a los rebeldes. El levantamiento a bordo del Apur�mac ocurri� en la rada de
Arica el 16 de noviembre de 1856, siendo atizada por el teniente segundo Lizardo
Montero Flores, marino muy inclinado a la pol�tica. Es probable que Grau se sumara
a la rebeli�n bajo influjo de Montero, que era su amigo y paisano. Al Apur�mac se
unieron poco despu�s el Tumbes, el Loa, el Guise y el Izcuchaca.37?

En oficio fechado en Arica, el 20 de noviembre de 1856, el comandante del Apur�mac,


Jos� Mar�a Salcedo, dio parte a la Comandancia General de Marina , relatando los
pormenores de la rebeli�n y mencionando al alf�rez de fragata Miguel Grau como uno
de los que la secundaron.38? Las primeras acciones de los rebeldes fueron liberar a
los presos pol�ticos que se hallaban en los pontones Caupolic�n y Highlander, y
proclamar al general Vivanco supremo regenerador de la Rep�blica.39?

La revoluci�n adquiri� los caracteres de una guerra civil, una de las m�s largas y
cruentas de la historia republicana peruana. La escuadra vivanquista lleg� frente
al Callao en enero de 1857. La Apur�mac se qued� all�, en una especie de bloqueo al
puerto, mientras que el resto de la escuadra sigui� hacia el norte, para alentar a
la ciudadan�a a levantarse. Los vivanquistas tomaron Trujillo y luego Chiclayo,
pero, perseguidos por Castilla, continuaron m�s al norte, para embarcarse en Paita
y caer en el Callao el 22 de abril, donde libraron enconada lucha en las calles del
puerto. Derrotado Vivanco, se retir� al sur y se atrincher� en Arequipa, ciudad que
resisti� un largo asedio, para finalmente ser tomada sangrientamente, entre el 5 y
6 de marzo de 1858. As� finaliz� la guerra civil, con el triunfo de las fuerzas
gobiernistas.39?40?

Uno tras otro, los buques rebeldes se fueron rindiendo. La �ltima en rendirse fue
la fragata Apur�mac, que fonde� en el Callao el 25 de marzo de 1858 y se puso a
disposici�n del Gobierno.39? Los marinos amotinados fueron separados del servicio
activo y borrados del escalaf�n oficial.41?
Separaci�n del servicio. Otra vez en la marina mercante
Retrato de Grau.

Separado de la marina de guerra, Miguel Grau regres� a la marina mercante. De abril


de 1859 a marzo de 1862 sirvi� en el bergant�n goleta Mar�a Cristina, de propiedad
de Jos� Antonio Garc�a y Garc�a, con el que naveg� entre los puertos peruanos,
hasta Guayaquil, por el norte. En marzo de 1862, asumi� el comando del bergant�n
Apur�mac, con el que hizo viajes desde el Callao, hasta Lambayeque, Paita y
Guayaquil, siendo el �ltimo realizado en esa ruta en septiembre de 1862, antes de
enrumbar a la Polinesia.42?

El viaje a la Polinesia ten�a como fin traer bajo contrato mano de obra barata al
Per�, la que escaseaba tras la abolici�n de la esclavitud dada por Castilla en
1854. Miguel Grau no particip� de este negocio, sino solamente era el capit�n del
buque contratado para tal labor. Parti� del Callao a fines de septiembre de 1862,
haciendo una traves�a normal, hasta que, al llegar a la isla Humphrey, sufri� un
fuerte temporal que hizo encallar a la nave (12 de noviembre de 1862). Grau y su
tripulaci�n se salvaron con grandes esfuerzos, refugi�ndose en la isla, siendo
acogidos hospitalariamente por sus habitantes. Pocos d�as despu�s fueron recogidos
por el bergant�n Trujillo, a bordo del cual retornaron al Per�. Es de remarcar que
Grau no logr� traer a ning�n canaca o polinesio, debido al siniestro de su nave.
Otros colegas suyos si lograron tal objetivo, no dudando en usar el enga�o y el
secuestro para cubrir sus cuotas.43? A los isle�os, hombres y mujeres, se les hac�a
firmar documentos de trabajo para luego embarcarlos y traerlos al Per� donde dicho
contrato no era respetado y en la pr�ctica se convert�an en esclavos.44? Para
contextualizar este episodio, es de saber que este proyecto de inmigraci�n
polinesia auspiciado por el gobierno peruano, dur� solo siete meses; en todo ese
tiempo participaron 33 buques, entre ellos 27 peruanos, 4 chilenos, un espa�ol y
uno de Tasmania. Realizaron 38 viajes y trasladaron a 3634 personas. El proyecto
concluy� el 28 de abril de 1863, por decisi�n del mismo gobierno peruano, que
suspendi� las licencias otorgadas y aprob� la repatriaci�n de los sobrevivientes a
su lugar de origen.43?

Mientras Grau navegaba en buques mercantes, el Per� y Ecuador enfrentaban un


conflicto (1858-1860), que culmin� cuando el presidente Castilla ocup� Guayaquil y
celebr� con el gobierno local el Tratado de Mapasingue. En el plano interior,
Castilla convoc� un Congreso Constituyente que dict�, en noviembre de 1860, la
moderada Constituci�n de 1860, que suprimi� algunas de las reformas liberales de la
anterior Carta de 1856. Esta Constituci�n rigi� en el Per�, salvo breves
interrupciones, hasta 1920.45?
Reincorporaci�n a la Marina de Guerra

El 11 de abril de 1861 el Congreso de la Rep�blica expidi� la �ley de reparaci�n de


los separados o indefinidos del servicio militar�, que ordenaba reinscribir en el
escalaf�n a los borrados tras el triunfo de la revoluci�n de 1854-1855. Por otra
ley dada el 25 de mayo de 1861, quedaron comprendidos en los efectos de esa ley los
�Generales, Jefes y Oficiales, que hall�ndose o no en servicio, tomaron parte de la
revoluci�n que termin� el a�o 1858�. Entre los beneficiados por esta �ltima ley
estaba Miguel Grau, que por recurso fechado el 6 de diciembre de 1861, pidi� que se
declaren los goces que le correspond�an como indefinido.46? El 24 de abril de 1862
se resolvi� favorablemente su solicitud, orden�ndose inscribir al �alf�rez de
fragata Miguel Grau� en el �Escalaf�n General de la Armada� con �7 a�os y 27 d�as
de servicios� y, a la vez, se le expidi� �c�dula de licencia indefinida�.47?48?

De esa manera, Grau solucion� su situaci�n en la Marina de Guerra, quedando en


calidad de oficial con licencia indefinida. Mientras tanto, a la espera de su
readmisi�n en el servicio activo, continu� en la marina mercante. Por entonces,
concluy� el segundo gobierno de Castilla, que el 24 de octubre de 1862 dio pase al
gobierno del mariscal Miguel de San Rom�n. En noviembre de ese a�o, Grau se hallaba
en el ya mencionado viaje a la Polinesia. Tras el naufragio de su nave, retorn� al
Per�, arribando al Callao a principios de 1863.49? Present� al capit�n de puerto un
detallado informe de su frustrado viaje, seg�n consta en el diario El Comercio de
Lima, con fecha del 7 de enero de 1863.50?

Poco despu�s, ocurrieron cambios en el gobierno. El presidente San Rom�n falleci�


el 4 de abril de 1863, siendo reemplazado interinamente por el segundo
vicepresidente, general Pedro D�ez-Canseco, hasta el 5 de agosto de ese a�o, cuando
regres� de Europa el primer vicepresidente, general Juan Antonio Pezet. Al mes
siguiente, Grau retorn� al servicio activo en la Marina de Guerra y fue ascendido a
teniente segundo (13 de septiembre de 1863), siendo destinado a la dotaci�n del
vapor Lerzundi. Poco tiempo despu�s fue ascendido a teniente primero graduado (4 de
diciembre de 1863).51?
En comisi�n a Europa
Fotograf�a de Miguel Grau.

Grau permaneci� a bordo del Lerzundi cuatro meses y dos d�as, tiempo en el que
estrech� una amistad perdurable con el comandante del buque, el capit�n de corbeta
Aurelio Garc�a y Garc�a. Ambos jefes debieron suspender repentinamente sus
servicios a bordo y viajar a Europa, comisionados por el gobierno para negociar la
adquisici�n de modernas unidades navales. Ello, debido a que urg�a reforzar la
escuadra nacional, ante la alarma desatada por la presencia de la escuadra espa�ola
del Pac�fico, que camuflada bajo el nombre de Expedici�n Cient�fica, surcaba
amenazante las costas peruanas desde julio del a�o anterior. El incidente de
Talambo, ocurrido en agosto, en el que muri� un trabajador espa�ol, fue la excusa
para que los espa�oles, amparados por los ca�ones de su escuadra, insistieran en
entablar negociaciones con el gobierno peruano para recibir satisfacciones por
supuestos agravios.52?

Grau y Garc�a partieron del Callao el 12 de enero de 1864.53? D�as antes, el 8 de


enero, se concedi� a Grau la efectividad del grado de teniente primero.54? En
febrero, ambos marinos se hallaban ya en Londres, punto central de las
negociaciones que deb�an llevar a cabo. De inmediato, tomaron contacto con
autoridades y empresas constructoras navales. Las negociaciones tuvieron resultados
positivos.53? El 30 de marzo de 1864, se firm� en Londres, con la casa J. A. Samuda
& Brothers, la construcci�n de la fragata Independencia, cuyo costo se estipul� en
108 000 libras esterlinas. Los firmantes por Per� fueron el c�nsul, Enrique
Kendall, y el capit�n de fragata Aurelio Garc�a y Garc�a.55?

El 12 de agosto de 1864, admiti� el Per� la propuesta de la casa Laird de


Birkenhead, frente a Liverpool, para construir un buque s�lido con aparejo de
bergant�n. Ese otro blindado era el monitor Hu�scar, cuya construcci�n fue vigilada
por el capit�n de nav�o Jos� Mar�a Salcedo y el capit�n de corbeta Aurelio Garc�a y
Garc�a.56?57?

Mientras tanto, en el Per� se agrava el conflicto con Espa�a. El gobierno peruano


se neg� a recibir a Eusebio Salazar y Mazarredo como comisario extraordinario
enviado por la corte espa�ola, pues el Per� ya no era colonia de Espa�a. En
respuesta, el 14 de abril de 1864, la Escuadra Espa�ola del Pac�fico ocup� las
islas Chincha (productoras del guano peruano), desatando un grave incidente
internacional. El presidente Pezet apel� a la diplomacia para solucionar el
conflicto, lo que no era sino una forma de ganar tiempo para armar adecuadamente al
Per�. Por lo que se hac�a necesario agilizar las adquisiciones b�licas en
Europa.58?

En efecto, el gobierno peruano nombr� ministro especial y extraordinario a Federico


L. Barreda (ante Par�s y Londres), quien actuando con gran celeridad y eficiencia,
logr� cerrar el contrato de compra sobre dos corbetas francesas que hab�an sido
construidas por encargo del gobierno de los Estados Unidos durante la guerra de
Secesi�n,59? pero, al no ser canceladas, fueron embargadas y puestas en remate. Se
trataba de las corbetas Shangay (surta en Saint Nazaire) y San Francisco (surta en
Nantes). Una vez formalizada la compra se les rebautiz�, llam�ndolas Uni�n y
Am�rica, respectivamente. Las corbetas pasaron a poder del Per� entre noviembre y
diciembre de 1864 e inmediatamente se aprestaron para partir hacia su nuevo
destino. Al respecto, en la correspondencia de Barreda se menciona a Miguel Grau y
a Aurelio Garc�a y Garc�a como los oficiales encargados de inspeccionar las naves,
y cuyos informes decidieron la compra de las mismas.60?

Grau, nombrado comandante de la Uni�n, se dirigi� inmediatamente a Saint-Nazaire y


se hizo cargo del buque el 15 de diciembre de 1864. Por su parte, el capit�n de
corbeta Juan Pardo de Zela Urizar se hizo cargo del mando de la Am�rica.61?
Arresto en Inglaterra

La corbeta Uni�n, bajo el mando de Grau, sali� de Saint-Nazaire enarbolando


pabell�n peruano el 18 de diciembre de 1864, y fonde� en el T�mesis el 22 de ese
mes. Continuando su viaje, toc� Greenhithe y el 17 de enero de 1865 estaba ya en
Plymouth. Es aqu� donde Grau sufri� arresto por orden de las autoridades
brit�nicas, bajo sospecha de haber violado la ley que regulaba el enrolamiento de
personal para el servicio de las naves. El que expidi� la orden de arresto fue el
juzgado de Dartford, en el condado de Kent, hacia donde fue trasladado el detenido.
El segundo comandante de la Uni�n, teniente Felipe Pardo, dirigi� una nota al
ministro Barreda dando cuenta del incidente, ocurrido cuando Grau se retiraba de la
casa del almirante jefe del apostadero de Plymouth, a quien acababa de saludar.62?
63?64?
Informado del suceso, Barreda, que se encontraba en Par�s, se traslad� a Londres
encargando la defensa de Grau al abogado brit�nico Tilfourd Slater, a quien pidi�
que se presentara ante el juzgado de Dartford para exigir que Grau fuera puesto en
libertad sin condiciones. Por su parte, Barreda dirigi� al canciller brit�nico John
Russell, una nota de protesta por la arbitraria prisi�n de Grau, reclamando su
inmediata libertad.65?66?

El 20 de enero, el abogado Slater lleg� a Dartford, donde encontr� a Grau preso,


enter�ndose que todo se hab�a originado cuando dos operarios, contratados para
trabajar como carboneros a bordo de la Uni�n, se hab�an quejado de malos tratos.
Durante la audiencia, se puso al descubierto que Grau hab�a despedido a esos dos
operarios por insubordinaci�n. Ventilado el juicio y sentada la protesta del
Gobierno del Per� por el atropello cometido, el juez expres� que �encontraba el
testimonio insuficiente para la formaci�n de causa� y declar� �que no hab�a lugar
para la detenci�n�, por lo que orden� la inmediata libertad de Grau. La prisi�n del
comandante peruano solo hab�a durado 48 horas.67?

Ahora se sabe que tras este incidente estuvo el manejo oculto de la diplomacia
espa�ola, que trataba a toda costa impedir la llegada a su destino de los buques de
guerra adquiridos por el Per�, en momentos en que se agravaba el conflicto peruano-
espa�ol en aguas peruanas. Lo atestigua una comunicaci�n de la legaci�n de Espa�a
en Londres dirigida al primer secretario de Estado espa�ol, fechada el 19 de enero
de 1865 con car�cter de reservado. All� dice claramente el diplom�tico espa�ol a su
superior, que el arresto del comandante peruano en Plymouth fue el �resultado de
las gestiones indirectas y reservadas que ten�a entabladas con autorizaci�n de V.
E.�68?

Grau, en carta fechada el 23 de enero de 1865 y dirigida a Barreda, explic� todas


las incidencias acaecidas en torno a su detenci�n.69? Solucionado el incidente,
Grau continu� el viaje al Per�.70?
La revoluci�n restauradora
Art�culo principal: Guerra civil peruana de 1865

Mientras que en Europa los representantes del gobierno peruano gestionaban y


agilizaban las compras de buques y armamentos, en Lima se negociaba
diplom�ticamente el impasse surgido por la ocupaci�n espa�ola de las islas de
Chincha. Al fin, el 27 de enero de 1865, el general Manuel Ignacio de Vivanco, como
representante del presidente Pezet, concluy� con el almirante espa�ol Jos� Manuel
Pareja el llamado Tratado Vivanco-Pareja, por el cual, el Per�, si bien recuperaba
las islas Chincha, se compromet�a a pagar tres millones de pesos como indemnizaci�n
por los gastos de la escuadra espa�ola. El acuerdo fue rechazado por un mayoritario
sector de la ciudadan�a peruana que lo consideraba humillante y contrario a los
intereses del pa�s. Tampoco fue aprobado por el Congreso. El 28 de febrero de 1865
estall� revoluci�n restauradora encabezada por el coronel Mariano Ignacio Prado, en
Arequipa. Otro de los jefes revolucionarios era el general Pedro D�ez-Canseco, en
su calidad de segundo vicepresidente del Per�. Pronto fueron apoyados desde el
norte por el coronel Jos� Balta. Parte de la armada, al mando del capit�n de
fragata Lizardo Montero se uni� tambi�n a la revoluci�n.71?

Mientras tanto, Grau, al mando de la Uni�n dejaba el Reino Unido, el 5 de febrero


de 1865. Le acompa�aba la Am�rica, comandada por el capit�n de corbeta Juan Pardo
de Zela Urizar.72? De los 147 hombres que conformaban la tripulaci�n de la Uni�n,
solo cuatro eran peruanos: el comandante Grau; el teniente Felipe Pardo y Lavalle
(hermano de Manuel Pardo y Lavalle), que era el segundo comandante; y los
guardiamarinas Ricardo Vera y Jos� Correa. El resto eran brit�nicos.73?

El 15 de febrero, las corbetas peruanas tocaron Funchal73? (isla de Madeira) y el


20 de febrero Cabo Verde. El 6 de marzo arribaron a R�o de Janeiro, donde Grau se
dedic� a reparar la m�quina de la Uni�n que hab�a sufrido desperfectos en la
traves�a. El 26 de marzo partieron en convoy la Uni�n y la Am�rica pero, al
siguiente d�a, tras navegar m�s de 100 millas, fueron sorprendidos por un furioso
temporal. La Uni�n sufri� graves da�os en su arboladura, por lo que tuvo que ser
remolcada por la Am�rica, de regreso a R�o de Janeiro. All�, debido a las
dificultades ocasionadas por las lluvias, las reparaciones de la Uni�n se
prolongaron por dos meses, por lo que la Am�rica opt� por continuar sola el
viaje.72?

Por fin, el 6 de junio, Grau y la Uni�n se hicieron a la mar; un mes despu�s, el 6


de julio, fondeaba en Valpara�so. Dos meses atr�s, el 31 de marzo, el presidente
Pezet hab�a ascendido a Grau al grado de capit�n de corbeta. Enterado de la guerra
civil que se hab�a desatado en el Per�, Grau anunci� su prop�sito de sumarse a las
fuerzas revolucionarias de Prado.74? Su anciano padre, Juan Manuel Grau, viaj� a
Chile con el exclusivo prop�sito de entregarle un mensaje personal del presidente
Pezet, en el que le ped�a que se mantuviera leal al r�gimen constitucional. Pero
Grau, fiel a sus convicciones pol�ticas, rehus� amablemente el pedido, y al mando
de la Uni�n se uni� a la escuadra rebelde, que estaba comandada por su amigo y
paisano Lizardo Montero.75?73? Juan Manuel Grau, que se encontraba enfermo,
falleci� pocos meses despu�s, estando todav�a en Valpara�so, el 30 de noviembre de
1865.75?

Grau, como comandante de la Uni�n, apoy� desde el mar a las fuerzas revolucionarias
que combat�an en tierra. Patrull� las costas, traslad� tropas, vigil� puertos,
transmiti� informes, entre otras diversas comisiones. En plena revoluci�n, el 22 de
julio de 1865, fue ascendido a la clase de capit�n de fragata por el segundo
vicepresidente de la Rep�blica, el general Pedro D�ez-Canseco, que se encontraba en
ese entonces en la sierra central, junto con el coronel Mariano Ignacio Prado,
despu�s de dominar todo el sur.74?76? En el parte escrito por el mismo Miguel Grau
y elevado a la Comandancia General de Marina el 5 de octubre de 1865, estando al
ancla en el puerto chinchano de Tambo de Mora, se consigna una declaraci�n de dicho
ascenso.77?

El gobierno de Lima, por su parte, dio de baja a Grau, junto con otros jefes y
oficiales que se hab�an sumado a la revoluci�n (16 de agosto).78?

El desarrollo de la guerra civil se inclin� a favor de los revolucionarios. El


coronel Balta gan� el norte del pa�s, de donde partieron gran cantidad de tropas
para unirse con los revolucionarios del sur en Chincha y emprender en conjunto el
avance sobre la capital. Los ej�rcitos revolucionarios entraron en Lima el 6 de
noviembre y obligaron a capitular a las fuerzas de Pezet. Tras un corto gobierno en
Lima del general Pedro D�ez-Canseco, se instal� la dictadura presidida por coronel
Mariano Ignacio Prado, el jefe de la revoluci�n triunfante (26 de noviembre). El
pa�s se encamin� firme y seguro hacia la guerra con Espa�a. El 5 de diciembre el
Per� firm� con Chile (que se hallaba en guerra con Espa�a desde el 6 de octubre),
un tratado de alianza ofensiva y defensiva, al que despu�s se adhirieron Bolivia y
Ecuador. El 14 de enero de 1866 el Per� declar� la guerra a Espa�a.79?
Guerra hispano-sudamericana
Art�culo principal: Guerra Hispano-Sudamericana
V�ase tambi�n: Combate de Abtao

En v�spera de la declaratoria de guerra a Espa�a, el gobierno del Per� apresur� la


formaci�n de una divisi�n naval, bajo el mando del capit�n de nav�o Manuel Villar
Olivera e integrada por las fragatas Amazonas y Apur�mac y las corbetas Uni�n y
Am�rica, reci�n llegadas de Europa. Grau segu�a como comandante de la Uni�n,
mientras que el capit�n de fragata Manuel Ferreyros lo era del Am�rica.80?
El combate naval de Abtao.

A fines de diciembre de 1865 la flota peruana sali� hacia el sur para unirse a la
escuadra chilena, compuesta por la Esmeralda y la Covadonga, esta �ltima capturada
recientemente a los espa�oles. La misi�n de la escuadra peruana era dirigirse al
Estrecho de Magallanes, donde deb�a montar guardia en espera de la llegada de los
reci�n construidos blindados peruanos Independencia y Hu�scar,80? que ven�an de
Europa, al mando de los comandantes Aurelio Garc�a y Garc�a y Jos� Mar�a Salcedo,
respectivamente.81?

El 15 de enero de 1866, en el apostadero de Chayahu�, al abrigo de la isla de Abtao


en Chilo�, se unieron las flotas peruana y chilena. La divisi�n naval del Per�
sufri� una sensible p�rdida cuando la fragata Amazonas var� en un baj�o arenoso de
Abtao.80?

El 7 de febrero, los dos barcos m�s poderosos de la escuadra espa�ola, la Villa de


Madrid y Blanca, avanzaron resueltamente hacia Abtao, formando l�nea de combate,
seguros de derrotar a la flota aliada, de menor poder�o. La fragata Apur�mac,
comandada por Manuel Villar, abri� fuego, retando as� a la temible potencia de los
ca�ones espa�oles. Los barcos peruanos, gracias a su menor calado pudieron
maniobrar con mayor soltura entre los peligrosos canales de Abtao y mantuvieron a
raya a los buques espa�oles, tan es as� que estos se vieron obligados a retirarse
con algunas aver�as, tras dos horas de combate. Claudio Alvargonz�lez, comandante
de la Villa de Madrid, en el parte del combate reconoci� la capacidad de los
marinos peruanos, diciendo textualmente: �Los tiros m�s certeros, de m�s alcance y
de m�s efecto fueron los de las dos corbetas peruanas Am�rica y Uni�n�.82? Por su
parte, Juan Williams Rebolledo, el jefe de la escuadra chilena (y a la vez de toda
la flota aliada), felicit� a Manuel Villar por el triunfo de Abtao.83?

Despu�s del combate de Abtao, la flota aliada pas� a Huito, que ten�a mejores
defensas. Las corbetas Uni�n y Am�rica salieron con rumbo al Estrecho de
Magallanes, en b�squeda de los blindados peruanos que ven�an de Europa. Pero al no
encontrarlos, enrumbaron a Valpara�so, que d�as antes hab�a sido bombardeada por la
flota espa�ola. La Uni�n regres� a Huito, donde permaneci� dos meses, hasta que el
15 de mayo parti� nuevamente a Valpara�so. Luego se reuni� con el resto de la flota
aliada en Ancud, a la espera de la llegada de la Independencia y el Hu�scar.81?

Mientras tanto, la guerra continuaba. La flota espa�ola se dirigi� a las costas del
Per�, dispuesta a escarmentar al Callao, como lo hiciera con Valpara�so. Pero el
puerto peruano se hallaba preparado para responder el ataque. El 2 de mayo de 1866
se libr� el combate del Callao, que en el Per� se conoce como combate del Dos de
Mayo. Despu�s de m�s de cuatro horas de intenso bombardeo, la escuadra espa�ola se
retir� definitivamente, sin haber cumplido sus objetivos. En dicho combate muri� el
ministro de Guerra y Marina del Per�, Jos� G�lvez.84?

Finalmente, la Independencia y el Hu�scar arribaron el 7 de junio de 1866 a Ancud.


Reunida pues, toda la flota peruana, el 11 de junio salieron todos con rumbo a
Valpara�so, puerto en el que permanecieron anclados cerca de dos meses, a �rdenes
del capit�n de nav�o Lizardo Montero.85?
Arresto en la isla de San Lorenzo
Los �Cuatro Ases de la Marina Peruana�. Parados, de izquierda a derecha, Miguel
Grau, Lizardo Montero y Aurelio Garc�a y Garc�a. Sentado: Manuel Ferreyros.

El gobierno de Mariano Ignacio Prado, entusiasmado por la victoria sobre Espa�a, y


habiendo sido reforzada la escuadra aliada con dos acorazados, proyect� una
expedici�n naval a Filipinas para liberarla del dominio espa�ol. Pero tom� una
decisi�n inesperada: con la idea de dar mayor solidez a la comandancia naval,
contrat� al contralmirante retirado de la marina estadounidense, John R. Tucker,
quien arrib� a Valpara�so a principios de julio de 1866 y asumi� el mando de la
escuadra,86?87?, en reemplazo de Montero.88?

Los jefes y oficiales peruanos, enterados con anticipaci�n de que se le dar�a el


mando de la escuadra a un extranjero, escribieron al gobierno de Lima protestando
por esa decisi�n, pues dejaba de lado a muchos jefes peruanos capaces y de
reconocidos m�ritos. Solicitaron que el nombramiento de Tucker fuera revocado o, en
su defecto, que se aceptaran sus renuncias al servicio. Entre esos marinos estaban
Lizardo Montero, Miguel Grau, Aurelio Garc�a y Garc�a y Manuel Ferreyros. En
respuesta, el gobierno de Lima envi� a Valpara�so al Secretario de Hacienda y
Comercio, Manuel Pardo y Lavalle (futuro presidente del Per�), investido de amplias
facultades para solucionar el incidente.89?

Pardo parti� a bordo del transporte de guerra Callao, donde tambi�n se embarcaron
los jefes y oficiales de la Marina designados para reemplazar a los renunciantes,
en caso que estos persistieran en su actitud.89? Como estos, efectivamente, se
mantuvieron firmes en renunciar a sus puestos si no se revocaba a Tucker, Pardo les
remiti� la siguiente orden circular, fechada el 5 de agosto de 1866:90?

Que los jefes, oficiales y guardiamarinas se presenten en 24 horas a bordo de


los buques a donde har�n renuncia, por el conducto regular, los que no quisieran
continuar en el servicio. Los que no cumpliesen con venir quedar�n declarados
desertores de la armada al frente del enemigo.

Luego, orden� a los marinos renunciantes que se embarcaran en el transporte Callao,


que les deb�a trasladar al puerto chalaco. Todos ellos obedecieron y entregaron los
buques a los marinos venidos a bordo del mismo transporte. Grau dej� la Uni�n al
capit�n de corbeta Camilo N. Carrillo.90?

Los marinos renunciantes arribaron al Callao el 15 de agosto, siendo trasladados a


la isla San Lorenzo, frente al Callao, en condici�n de arrestados. Eran m�s de
treinta. Fueron sometidos a juicio, acusados de insubordinaci�n, deserci�n y
traici�n.91? Cabe se�alar que la reclusi�n en San Lorenzo no fue severa y que a
varios de los marinos se les pod�a ver en las calles del Callao, comprometidos bajo
palabra a no salir de los l�mites del puerto.92?

El juicio dur� seis meses. El 24 de enero de 1867 los jefes y oficiales detenidos
fueron llevados de la isla San Lorenzo al puerto del Callao. Al d�a siguiente,
entr� en funciones el Consejo de Guerra, presidido por el mariscal Antonio
Guti�rrez de la Fuente e integrado por los generales de divisi�n, Manuel Mart�nez
de Aparicio, y Jos� Rufino Echenique y por los generales de brigada, Pedro
Cisneros, Baltasar Caravedo, Luis La Puerta y Nicol�s Freire.86?

Grau tuvo como defensor a Luciano Benjam�n Cisneros (hermano del poeta Luis
Benjam�n Cisneros), conspicuo representante del foro lime�o. La defensa de Cisneros
fue muy brillante y se bas� en que no hubo insubordinaci�n, por cuanto Grau hab�a
acatado las �rdenes del gobierno al embarcarse en el transporte Callao; que no hubo
rebeli�n, por cuanto no hab�a desobedecido �rdenes sino s�lo hab�a planteado su
renuncia; y finalmente, que no pod�a ser desertor, por cuanto el Gobierno era quien
lo hab�a separado de su cargo. Adem�s, el hecho de indisciplina quedaba descartado,
al haber presentado su petici�n de renuncia antes de que Tucker se hiciera cargo
del mando de la escuadra.86?

La defensa de Cisneros, toda una joya de la oratoria forense, conten�a las


siguientes conmovedoras palabras:93?

Los marinos no han cometido ni la m�s ligera falta. Si alguna hay, ser� efecto
de un noble patriotismo, pero �las exageraciones del patriotismo se disimulan, no
se penan... �No hay delito se�ores, no hay delincuentes; solo hay m�rtires de la
convicci�n y del deber que vienen a reclamar con perfecto derecho, el derecho de
ser solemnemente absueltos!

El 9 de febrero de 1867 culminaron las defensas y el Consejo pas� a sesi�n secreta.


El 11 se dict� sentencia y, por unanimidad de votos, fueron declarados inocentes
todos los procesados.94?

En cuanto a la proyectada expedici�n libertadora a Filipinas, esta no lleg� a


concretarse, debido sobre todo a la renuencia de Chile a comprometerse en el plan.
El contralmirante John Tucker ces� en el mando de la escuadra, recibiendo a cambio
una comisi�n para explorar los r�os de la selva amaz�nica peruana.95?
Otra vez en la marina mercante. Matrimonio
Dolores Cabero Nu�ez, esposa de Grau.

Repuesto en sus prerrogativas e inc�lume su honor de marino, Grau pidi� licencia a


la Comandancia General de Marina, en oficio de 30 de marzo de 1867, para dedicarse
a la marina mercante �en ejercicio de su profesi�n naval�. El 2 de abril la
licencia le fue concedida y, cuatro d�as despu�s, Grau solicit� permiso para
contraer matrimonio con la dama lime�a Dolores Cabero y N��ez,96? hija de Pedro
Cabero Valdivieso (vocal del Tribunal Mayor de Cuentas) y Luisa N��ez Navarro.97?
Otorgada la autorizaci�n, el enlace se realiz� en la parroquia del Sagrario en Lima
el 12 de abril. Apadrinaron la boda el general Miguel Medina y la se�ora Luisa
N��ez de Cabero. Los testigos eran tres �ntimos amigos de Grau, marinos tambi�n:
Manuel Ferreyros, Aurelio Garc�a y Garc�a y Lizardo Montero.98? A todo ese grupo de
amigos ya se les conoc�a como los Cuatro Ases de la Marina, pues era com�n verlos
departiendo juntos.99?

Entre 1867 y 1868, Grau se dedic� a la marina mercante, comandando buques de la


Compa��a Inglesa de Vapores, que surcaban el Pac�fico sudamericano: primero, el
vapor Callao (cuyo mando asumi� el 13 de mayo de 1867, es decir, al d�a siguiente
de su matrimonio), y luego, el vapor Quito, terminando su actividad mercante el 22
de febrero de 1868. No era com�n que un marino no brit�nico asumiera el mando de un
buque de una compa��a inglesa. Los capitanes ingleses se ten�an por los mejores del
mundo y su sociedad era muy cerrada; el hecho que aceptaran a Grau era un
indicativo de que ten�an en muy alta consideraci�n las dotes n�uticas del marino
peruano.100? De otro lado, esa labor mercante le permiti� a Grau conocer
minuciosamente la costa entre Chile y Per�.88?
Comandante del monitor Hu�scar

Mientras Grau se hallaba en la marina mercante, se produjeron cambios pol�ticos en


el Per�. Mariano Ignacio Prado, cuya dictadura deb�a ser solo temporal, quiso
mantenerse en el poder y se hizo presidente constitucional, proclamando la
Constituci�n de 1867. Ese mismo a�o estall� una revoluci�n, acaudillada en el sur
por el general Pedro D�ez-Canseco y en el norte por el coronel Jos� Balta, en
defensa de la Constituci�n de 1860. Tras sangrientos combates, triunf� la causa
revolucionaria y Prado se vio obligado a renunciar al poder. El 22 de enero de
1868, el general Pedro D�ez-Canseco asumi� por tercera vez la Presidencia interina
de la Rep�blica, y fue bajo su mandato que Miguel Grau fue llamado a reincorporarse
a la Marina.101?
El monitor Hu�scar.

El 27 de febrero de 1868, Grau fue nombrado comandante del monitor Hu�scar, con el
grado de capit�n de fragata, cargo en el que se mantuvo durante m�s de ocho a�os
consecutivos y que s�lo dejar�a en 1876 cuando se incorpor� al Congreso como
diputado por Paita, para reasumirlo despu�s en 1879, al empezar la Guerra del
Pac�fico. Fue precisamente estando al mando del Hu�scar, cuando Grau recibi� el 25
de julio de 1868 su ascenso a capit�n de nav�o graduado, por decisi�n del mismo
presidente Diez Canseco. Ten�a tan solo 34 a�os de edad.101? Una semana despu�s,
Jos� Balta asumi� la Presidencia Constitucional de la Rep�blica, y confirm� a Grau
en el mando del Hu�scar. Grau y Balta eran amigos de tiempo atr�s, desde los d�as
de la revoluci�n restauradora de 1865.102?

Grau ya gozaba de prestigio internacional, como experto marino y hombre de solvente


criterio, a tal punto que fue designado �rbitro para pronunciarse sobre las
responsabilidades derivadas de una colisi�n entre dos buques de guerra extranjeros,
el brit�nico Glaid Maiden y el estadounidense Kit Carson. El diario El Comercio de
Per� dio cobertura a este suceso en sus ediciones de 5 y 12 de noviembre de 1868 y
public� el fallo de Grau, que a la letra dice:103?

Que los capitanes de ambos buques han tenido omisiones y descuidos en


procedimientos y maniobras y no han obrado con el acierto que deb�an; que aunque
los da�os que se derivan de la colisi�n son rec�procos y mayores los de un buque
respecto del otro, dichos da�os no son sin embargo imputables al uno m�s que al
otro capit�n; y que cada uno reporte sus propias aver�as por haber sido,
rec�procamente, causantes de los da�os. Y por esta sentencia, en justicia, as� lo
resuelvo, pronuncio y firmo, en el Callao a 10 de noviembre de 1868. Miguel Grau,
Comandante del Hu�scar.

El 26 de enero de 1869, Balta promulg� la ley de gratitud nacional a los vencedores


del Dos de Mayo y Abtao. Grau, que particip� en este �ltimo combate como comandante
de la Uni�n, recibi� el t�tulo de benem�rito a la patria en grado heroico. La
condecoraci�n era de oro, esmaltada, con la siguiente inscripci�n en el anverso:
�Fue uno de mis defensores�; y, en el reverso: �7 de febrero de 1866� (fecha del
combate de Abtao). El 22 de octubre de ese mismo a�o, Balta expidi� una resoluci�n
en donde se reconoci� a Grau como abono a su tiempo de servicios, el tiempo que
estuvo navegando en buques mercantes, adicionando tres a�os y cinco meses m�s a su
favor.104?

Durante el gobierno de Balta, a Grau se le encomend� diversas comisiones, entre


ellas, el estudio de las condiciones hidrogr�ficas de la caleta Garita de Moche,
donde se pensaba habilitar un nuevo puerto, en reemplazo del puerto de
Huanchaco.105? Form� tambi�n parte de la comisi�n encargada de la instalaci�n de
faros en quince puntos de la costa y present�, a la Junta Consultiva de Marina, un
proyecto de Reglamento interior de los buques de la escuadra.106?

Grau se preocup� tambi�n por la formaci�n militar de la tripulaci�n del buque a su


mando, el monitor Hu�scar, haciendo diariamente ejercicios.107?

En junio de 1870, Grau recibi� la comisi�n de viajar a Chile con su buque. Recorri�
los puertos del sur del litoral peruano y la costa boliviana, arribando a
Valpara�so. La misi�n consist�a en escoltar al bergant�n franc�s Lucie, que tra�a
cargamento de armas para Per�, adquiridas por el gobierno de Balta. Retorn� al
Callao el 27 de julio. Estando en Chile, observ� el ambiente belicista que exist�a
en esa rep�blica y ya de retorno al Per� dio sus personales informes al presidente
Balta.108?

Balta fue un presidente muy preocupado por la Marina de Guerra. Durante su mandato
se repararon varios buques de la escuadra, y se retubaron las calderas de los
monitores Manco C�pac y Atahualpa, adquiridos por el gobierno de Mariano Ignacio
Prado.109? Estos monitores, reci�n llegados al Per� en 1870, en remolque desde los
Estados Unidos, estaban dise�ados para la navegaci�n fluvial, por lo que fueron una
mala adquisici�n y solo se usaron como pontones o bater�as flotantes.

Al enterarse que Chile hab�a contratado en Inglaterra la construcci�n de dos


poderosos buques blindados, Balta se reuni� con su consejo de ministros el 14 de
febrero de 1872 y acord� contratar en Europa la construcci�n de dos buques
blindados, de mayor poder que los chilenos, as� como dos ca�oneras guardacostas. El
comandante Manuel Ferreyros fue comisionado a Inglaterra para negociar la
contrataci�n de los blindados peruanos. Sin embargo, esta operaci�n se frustr�, al
negarse la Casa Dreyfus a proporcionar los fondos necesarios, si antes no se
solucionaban las cuentas pendientes que con ella ten�a el Estado peruano (que hab�a
contra�do una serie de empr�stitos con dicha Casa a cuenta de la ganancia del
guano, por el llamado contrato Dreyfus). No obstante, Balta, consciente del peligro
que entra�aba la superioridad naval de Chile, insisti� en las negociaciones, hasta
poco antes de su tr�gica muerte. Si bien estas continuaron, ya no tuvieron el
impulso que Balta les hab�a dado, siendo finalmente suspendidas por el gobierno de
su sucesor Manuel Pardo y Lavalle.110? De las negociaciones de Balta solo se
concretaron la adquisici�n de las dos ca�oneras, que fueron la Chanchamayo
(naufragada en 1876 en Punta Aguja) y la Pilcomayo (que tuvo importante actuaci�n
en la guerra del Pac�fico).
La revoluci�n de los Guti�rrez
Art�culo principal: Rebeli�n de los coroneles Guti�rrez

En las elecciones generales de 1872, result� elegido Manuel Pardo y Lavalle, el


primer presidente civil de la historia republicana del Per�. Pero antes de que se
realizara el cambio de mando, el coronel Tom�s Guti�rrez, a la saz�n ministro de
Guerra y Marina, dio un golpe de Estado, apoyado por sus tres hermanos, los
coroneles Silvestre, Marceliano y Marcelino Guti�rrez. El presidente Balta fue
apresado y confinado en un cuartel de Lima. El Congreso fue disuelto. Tom�s
Guti�rrez se autoproclam� Jefe Supremo (22 de julio de 1872).

Para someter a la Escuadra, Tom�s Guti�rrez envi� una orden al Comandante General
de Marina, capit�n de nav�o Diego de la Haza, que dec�a as�: 111?

Se�or Comandante General de Marina. Ordene Ud., que la Escuadra secunde el


movimiento que se ha hecho en Lima. Se ha botado al Congreso y don Jos� Balta est�
preso. Su afecto amigo Tom�s Guti�rrez. Lima, julio 22 de 1872.

El mensaje fue rechazado por los jefes de la Armada, y lo mismo ocurri� con otro
enviado por un insistente Tom�s Guti�rrez. Miguel Grau, que hab�a ordenado encender
las calderas de su buque, indignado por la trasgresi�n a la Constituci�n perpetrada
por los Guti�rrez, sugiri� que los comandantes de los buques se juntasen a bordo
del vapor Mara��n, para deliberar sobre la acci�n a tomar. En dicha reuni�n se
acord� movilizar la Escuadra y zarpar rumbo al cabezo de la isla San Lorenzo, para
tomar, con amplia libertad, la decisi�n definitiva.112?

El d�a 23 de julio, los jefes y oficiales de la Escuadra, entre ellos Grau,


suscribieron una proclama contra el golpe revolucionario y reafirmaron su decisi�n
de luchar por el restablecimiento del orden y la ley.113?114?

Firmada la proclama, se la hizo circular por el Callao y Lima. La Escuadra se


retir� del Callao y fonde� el 24 de julio en las islas Chincha. Continuando el
viaje al sur, el 26 lleg� a Islay. Ese d�a, el presidente Balta fue asesinado
vilmente en el cuartel San Francisco, en donde estaba detenido. Enterado el pueblo
de este crimen, su reacci�n fue tremenda. Los coroneles Guti�rrez cayeron muertos
uno tras otro, a manos de la furia popular, a excepci�n de uno de ellos, que se
puso a resguardo.115?

Mientras en Lima ocurr�an esos sucesos, Miguel Grau, desde el Hu�scar, fondeado en
Islay, dirig�a una extensa circular a los prefectos de Arequipa, Cuzco, Puno,
Moquegua y Tacna, a los subprefectos de Arica e Islay, a los Presidentes de las
Cortes Supremas de Arequipa, Puno y Moquegua y a los alcaldes municipales de Tacna
y Tarapac�. La circular daba cuenta de los hechos ocurridos en Lima y la posici�n
de rechazo a la dictadura asumida por la Escuadra.116?

El 1 de agosto, ya restablecido el orden y la normalidad en el pa�s, el comandante


Grau envi� al ministro de Guerra y Marina, el informe detallado de los sucesos
acaecidos en la Armada Peruana, desde el 22 de julio en que estall� la revoluci�n.
En ese informe Grau dio cuenta que el d�a 29 de julio, a las siete de la tarde, en
el puerto de Pisco, se enter� del asesinato del presidente Balta y del
restablecimiento del orden en la capital, por lo que zarp� inmediatamente con
destino al Callao.117?
El 5 de agosto, restablecido el orden constitucional y estando ya en funciones el
presidente Manuel Pardo, Grau envi� al Mayor de �rdenes del Departamento, capit�n
de nav�o Ezequiel Otoya, la n�mina de todos los jefes, oficiales y tripulantes de
los buques de la Escuadra, que se embarcaron en el Hu�scar, la noche del 22 de
julio, dispuestos a luchar contra los golpistas.118?

El papel desempe�ado por Grau en la debelaci�n de la revoluci�n de los Guti�rrez,


fue muy importante, pues influy� para que la rebeli�n no se propagara en la Marina
y en el resto del pa�s. Su figura ya empezaba a ser reconocida incluso en el
extranjero; un periodista argentino, H�ctor F. Varela, public� en El Americano de
Par�s un art�culo donde alababa el comportamiento de la Marina peruana, y en
especial, hac�a el retrato de Grau, con encomi�sticas expresiones:119?120?

Noble, franco, leal, inteligente, bondadoso y bravo como todos los hombres de
convicciones, el comandante Grau que manda el magn�fico acorazado �Hu�scar�, es un
oficial que hace honor a su patria

Dicho art�culo fue reproducido �ntegramente en la edici�n de El Comercio de Lima


del 17 de agosto de 1872.
Miembro de la Comisi�n Consultiva de la Marina

El presidente de la Rep�blica, Manuel Pardo, a pocos d�as de asumir el mando,


decidi� asesorarse por expertos consejeros en todo lo relacionado con las
necesidades del Ej�rcito y la Marina. Con ese fin, el 14 de agosto de 1872 expidi�
un decreto supremo, por la que creaba las Comisiones Consultivas de Guerra y de
Marina. La Comisi�n de Marina qued� integrada por ocho marinos, uno de ellos fue el
capit�n de nav�o Miguel Grau.121? Esta Comisi�n se instal� el 26 de agosto y la
conformaban los siguientes oficiales: contralmirante Domingo Valle Riestra,
capitanes de nav�o Manuel J. Ferreyros, Aurelio Garc�a y Garc�a, Miguel Grau, Jos�
R. Carre�o, Camilo N. Carrillo, Juan Pardo de Zela y Jos� Elcorrobarrutia. Tambi�n
concurri� como invitado especial el capit�n de nav�o Lizardo Montero, senador por
Piura.122?
El Hu�scar, rumbo al sur
Miguel Grau con uniforme naval de la Marina de Guerra del Per�, con insignias de
capit�n de nav�o. Museo Naval del Per� en el Callao

El 1 de septiembre de 1872, el Hu�scar, al mando de Miguel Grau, sali� del Callao


con rumbo sur, acompa�ado del transporte Chalaco y lleg� a Iquique el d�a 5. Grau
llevaba instrucciones del gobierno, en el sentido de buscar fidedignas
informaciones sobre los sucesos que, por cuestiones lim�trofes, ocurr�an por
entonces entre las rep�blicas de Bolivia y Chile.123?

Las dificultades lim�trofes entre Bolivia y Chile proven�an de la explotaci�n del


guano y el salitre por compa��as chilenas, en los desiertos bolivianos de Atacama.
En 1866, tras el fin de la guerra hispano-sudamericana, ambos pa�ses firmaron un
tratado de l�mites, que fij� el paralelo 24�S como l�nea divisoria entre ambos
pa�ses y establecieron que entre los paralelos 23�S y 25�S los Estados signatarios
se repartir�an las ganancias del guano y los minerales explotados en partes iguales
(zona de beneficios mutuos). Gobernaba entonces en Bolivia el dictador Mariano
Melgarejo, muy amigo de Chile. A la ca�da de Melgarejo, en enero de 1871, el
gobierno de su sucesor, general Morales, anul� los actos de la administraci�n
depuesta y resolvi� modificar el tratado de l�mites de 1866, muy impopular entre
los bolivianos porque confer�a derecho a Chile para intervenir en el territorio de
Bolivia y explotar sus riquezas. A fin de resolver diplom�ticamente la tensa
situaci�n creada entre ambos pa�ses, el gobierno boliviano envi� como Ministro
Plenipotenciario y Enviado Extraordinario en Santiago a Rafael Bustillo, quien se
mostr� intransigente en defender los derechos bolivianos sobre el territorio en
disputa, lo que condujo a un entrampamiento en las negociaciones. Chile, deseoso de
llegar a un arreglo con Bolivia que no alterase las bases sustanciales del tratado
de 1866, y viendo que no lo lograr�a con Bustillo, envi� a La Paz, como su
ministro, a Santiago Lindsay, para que reanudara las conversaciones. Estando
Bustillo por regresar a Bolivia, en julio de 1872, el general boliviano Quint�n
Quevedo, partidario de Melgarejo, arm� en Valpara�so una expedici�n y desembarc� en
Antofagasta avanzando hasta Tocopilla, donde las fuerzas bolivianas lo rechazaron.
Quevedo y sus hombres se refugiaron en la corbeta chilena Esmeralda, anclada en el
puerto. Todo indicaba que el gobierno de Chile apoyaba las intentonas
revolucionarias de Quevedo, aunque lo negara oficialmente.124?

Desde Iquique, Grau escribi� una nota el 6 de septiembre de 1872 al ministro de


Guerra y Marina, inform�ndole sobre los sucesos en torno a la expedici�n de Quevedo
y dejando en ella constancia que la mayor�a de los expedicionarios eran chilenos y
que la Escuadra de Chile se encontraba en Mejillones.125?126?

Sin tener m�s noticias importantes de qu� informar, Grau emprendi� el regreso al
Callao, arribando el 30 de setiembre de 1872.127?

Mientras tanto, en La Paz continuaron las gestiones entre el ministro chileno


Lindsay y el canciller boliviano Casimiro Corral, para determinar las nuevas bases
de arreglo sobre las cuestiones pendientes del tratado de 1866. El 5 de diciembre
de 1872, ambos diplom�ticos suscribieron el protocolo conocido con el nombre
Lindsay-Corral, por el cual se confirm� el paralelo 24 como l�mite de Chile y
Bolivia y se determin� que la partici�n por mitad de los derechos de exportaci�n se
refer�an, aparte de los metales, a las sustancias inorg�nicas como el salitre,
b�raxy sulfatos. El acuerdo suscit� igualmente el rechazo de la opini�n p�blica
boliviana, que consideraba excesivas las ventajas obtenidas por Chile. La Asamblea
de Bolivia rechaz� aprobar el protocolo, lo que mantuvo pendiente el problema.128?
Crucero por el litoral boliviano

Al temerse un conflicto armado entre Chile y Bolivia, el gobierno peruano orden� a


Grau que zarpara nuevamente al sur con el Hu�scar, con la finalidad de conocer de
cerca la situaci�n, as� como para prevenir otras perturbaciones de �ndole pol�tica
que amenazaran a la Rep�blica peruana. El 4 de marzo de 1873 el monitor zarp� del
Callao, rumbo a aguas bolivianas.129?

El 13 de marzo, desde Iquique, Grau envi� un informe al Ministro de Guerra y


Marina, haci�ndole saber de la tranquilidad en el litoral, al no hallar �nada que
pueda amenazar una perturbaci�n en el orden pol�tico�y agregando que �no descuidar�
medida alguna conducente al mejor desempe�o de mi comisi�n�.129?

El 24 de marzo, el Hu�scar lleg� al puerto de Cobija, donde permaneci� tres d�as.


El 28, ya en Iquique, Grau escribi� nuevamente al Ministro de Guerra, inform�ndole
de la afectuosa acogida que tuvo de parte las autoridades bolivianas:129?

Conforme indiqu� a V. S., en mi oficio del 24 del presente he permanecido tres


d�as en el puerto de Cobija, habiendo regresado a �ste en la tarde de ayer. Durante
mi permanencia en esas aguas me ha sido muy satisfactorio el recibimiento hecho por
las autoridades bolivianas, las que me han dispensado toda clase de atenciones, no
omitiendo circunstancia alguna para manifestar sus sentimientos de adhesi�n al
Gobierno y pueblo del Per�.

El 4 de abril, desde Iquique, Grau envi� otro informe al ministro de Guerra, donde
aseguraba �que el sur contin�a sin novedad�. El gobierno peruano le autoriz�
entonces a efectuar los reconocimientos al sur del litoral de la Rep�blica cuando
lo juzgara conveniente y expidi� la resoluci�n legislativa del 23 de abril de 1873,
por la que ascendi� a Grau a capit�n de nav�o efectivo.130?

El 28 de mayo el Hu�scar lleg� nuevamente a Cobija. Al d�a siguiente Grau escribi�


a la Comandancia General de Marina, dando cuenta de su llegada a ese puerto e
informando que toda la costa se encontraba en orden. El 2 de junio le escribi� al
ministro de Guerra, poni�ndole al tanto sobre la desfavorable acogida dispensada al
protocolo Corral-Lindsay por parte del pueblo boliviano; adem�s, le inform� del
cordial recibimiento que tuvo:131?

Por lo dem�s, la recepci�n hecha tanto por ese funcionario, como por las
autoridades de este puerto, y las diversas circunstancias que he tenido la ocasi�n
de hacerles atenciones cari�osas y agasajos, en cuanto me ha sido posible, no han
hecho m�s que estrechar los v�nculos y afecciones que dichas autoridades y pueblo
boliviano manifiestan sinceramente por el Gobierno y pueblo del Per�, no omitiendo
la ocasi�n de probarlo pr�cticamente, una vez que han tenido la oportunidad de
hacerlo.

Cabe se�alar al respecto, que el 6 de febrero de 1873 se hab�a suscrito en Lima,


con car�cter de secreto, el Tratado de Alianza Defensiva entre Per� y Bolivia, por
lo que es de suponer que el cordial recibimiento que disfrut� Grau en Cobija de
parte de las autoridades bolivinas obedec�a en parte a instrucciones del gobierno
de La Paz.132?

De regreso en Iquique, Grau fue encomendado a hacer un estudio de la rada del


puerto, a fin de facilitar el desarrollo de las actividades portuarias.132? En
julio de 1873, el Hu�scar arrib� al Callao, terminando as� su segundo crucero a lo
largo del litoral boliviano, que hab�a durado en total cuatro meses. Para entonces
ya se hab�a apaciguado la disputa boliviana-chilena, tranquiliz�ndose el ambiente
internacional. Sin embargo, el Hu�scar no permaneci� mucho tiempo en el Callao, ya
que a fines del mes siguiente fue comisionado nuevamente hacia la costa sur
peruana, regresando en septiembre del mismo a�o.133?
Jefe de la escuadra de evoluciones

El 10 de junio de 1874, Grau fue nombrado Jefe de la Escuadra de Evoluciones. Esta


figura consist�a en que los buques de la escuadra pusieran en pr�ctica los
movimientos de la t�ctica naval, consignados en el manual respectivo de la Escuela
Naval.134? A decir del historiador Melit�n Carvajal Pareja, esta forma de trabajo
con la escuadra tendr�a su origen en las inquietudes del mismo Grau. Integraron
dicha escuadra: el monitor Hu�scar, la fragata Independencia, los monitores
Atahualpa y Manco C�pac, la corbeta Uni�n y el transporte Chalaco. Para asumir el
mando de la Escuadra, Grau debi� dejar moment�neamente el comando del Hu�scar al
capit�n de corbeta Leopoldo S�nchez.135?

La escuadra de evoluciones desarroll� sus actividades de 12 de junio de 1874 a 22


de enero de 1875. Sali� del Callao el 18 de junio y recorri� el litoral peruano,
tocando las islas Chincha, San Juan, Islay, Arica, Ilo, Pisco, Mollendo, entre
otros puntos.136? En ejercicio de su alto cargo, Grau orden� la ejecuci�n de toda
clase de maniobras para adiestrar a las tripulaciones en conocimientos de t�ctica
naval y manejo de la artiller�a. Ya por entonces, Grau intu�a la amenaza que
entra�aba el armamentismo que desarrollaba Chile, que hab�a mandado a construir dos
poderosos blindados en el Reino Unido; consideraba por ello necesario hacer ese
tipo de ejercicios para mantener siempre preparado al personal de la Marina.134?

De otro lado, Bolivia y Chile parecieron zanjar sus diferencias al firmar un nuevo
tratado de l�mites, el 6 de agosto de 1874. La frontera se mantuvo en el paralelo
24�S y continu� el sistema de explotaci�n y venta de com�n acuerdo entre los
paralelos 23�S y 24�S. Asimismo, Bolivia se compromet�a a no incrementar los
impuestos a las personas, capitales y negocios chilenos durante 25 a�os. El
incumplimiento por parte de Bolivia de esta �ltima cl�usula ser�a el detonante de
la posterior Guerra del Pac�fico.137?

La firma del tratado de 1874 hizo que se disiparan moment�neamente los peligros de
guerra entre Bolivia y Chile. En octubre de ese a�o, el gobierno peruano se enter�
de la presencia en aguas peruanas del Talism�n, peque�o nav�o fletado en
Inglaterra, y en el cual, seg�n se afirmaba, ven�a Nicol�s de Pi�rola (el ex
ministro de Hacienda de Jos� Balta), con un grupo de revolucionarios, cuyo plan era
el derrocar al presidente Manuel Pardo (episodio conocido como la Expedici�n del
Talism�n).138?

Grau y la Escuadra de Evoluciones recibieron la misi�n de capturar al Talism�n, que


de acuerdo con las informaciones del gobierno, hab�a intentado desembarcar en
Pacasmayo. Luego de una activa b�squeda, el Talism�n fue apresado por el Hu�scar en
la bah�a de Pacocha, cerca de Ilo, la ma�ana del 2 de noviembre de 1874. La
tripulaci�n fue apresada y buena parte del cargamento confiscado, pero Pi�rola
logr� escapar hacia Moquegua; posteriormente ser�a derrotado por las tropas
gobiernistas en el combate de Los �ngeles.139?140?

Grau envi� al Talism�n a Mollendo, bajo el mando del capit�n de corbeta Leopoldo
S�nchez, y elev� un parte al Ministro de Guerra y Marina, fechado en Pacocha, dando
cuenta de los hechos.139?141?

Cumplida su misi�n, el Hu�scar parti� de inmediato al sur para seguir resguardando


el orden. En diciembre de 1874, la Escuadra de Evoluciones lleg� a Iquique y luego
regres� al Callao, poniendo fin a su entrenamiento. El 20 de enero de 1875, Grau
ces� en el mando de la escuadra y continu� como comandante del Hu�scar.142?
Diputado por Paita (primera legislatura)

La vinculaci�n que hab�a mantenido Miguel Grau con el puerto de Paita, donde
transcurriera su ni�ez, hizo que en 1875 sus pobladores lo eligieran diputado para
representar a esa provincia en el Parlamento, como miembro del Partido Civil. Por
ese motivo, el 5 de julio de 1876, Grau dej� el comando del Hu�scar (que hab�a
ejercido durante m�s de 8 a�os) y se alist� para tomar posesi�n de su esca�o
congresal, por un periodo de seis a�os, aunque, de hecho, este se reducir�a a dos
legislaturas, de seis meses cada una (agosto de 1876-febrero de 1877 y julio de
1878-febrero de 1879).143?144?

El 2 de agosto de 1876 se instal� el gobierno constitucional del general Mariano


Ignacio Prado, sucesor de Manuel Pardo. El d�a 4 la C�mara de Diputados aprob� el
dictamen de la Comisi�n de Poderes que habilitaba a Grau para incorporarse como
diputado propietario por Paita. Al d�a siguiente, Grau prest� juramento de ley en
la C�mara y pas� a integrar la Comisi�n de Marina,143?, presidida por su paisano y
compa�ero de armas, Camilo N. Carrillo. Entre sus colegas parlamentarios figuraban
adem�s El�as Malpartida, C�sar Canevaro, Manuel Mar�a G�lvez, Luciano Benjam�n
Cisneros, Ram�n Ribeyro y Juan Francisco Balta.145?

Su actividad como legislador fue activa y eficaz. Fue autor de la iniciativa sobre
ascensos en la Armada que reconoc�a los m�ritos de jefes y oficiales para acceder a
rangos superiores. Tambi�n propuso la reorganizaci�n del Ministerio de Guerra y
Marina, y solicit�, igualmente, que la C�mara se reuniera dos veces a la semana en
sesiones nocturnas.146?

A pedido del Ejecutivo, en octubre de 1876 se le concedi� licencia temporal para


formar parte del Consejo de Guerra que deb�a juzgar la p�rdida de la ca�onera
Chanchamayo.146?

Concluida la legislatura en febrero de 1877, Grau ejerci� durante unos d�as como
agregado al Departamento de Marina, y en ese mismo mes, pidi� licencia por dos
meses para viajar a Valpara�so, con el fin de traer los restos de su padre, el
teniente coronel Juan Manuel Grau y Berr�o, fallecido en dicho puerto en 1865. Se
embarc� en el vapor brit�nico Eten,146? llevando consigo a su segundo hijo, Miguel
Gregorio, de 8 a�os de edad, quien fat�dicamente falleci� en Valpara�so, a
consecuencia de un accidente.147?

Ya de retorno al Per�, Grau cumpli� con informar al gobierno de los preparativos


b�licos de Chile y la manifiesta superioridad en que se hallaba la escuadra de este
pa�s con respecto a la del Per�, lo que �l mismo pudo comprobar in situ, al ver
fondeados en las aguas de Valpara�so a los poderosos blindados Almirante Blanco
Encalada y Almirante Cochrane, muy superiores a cualquiera de los mejores nav�os de
guerra peruanos.148?

El 7 de marzo de 1877, Grau fue nombrado vocal de la Junta Revisora de las


Ordenanzas Navales, cargo que ejerci� hasta el 30 de mayo, cuando fue nombrado
Comandante General de Marina.148?
Comandante General de la Marina de Guerra del Per�

El 1 de junio de 1877, Miguel Grau asumi� la m�s alta funci�n en el servicio naval:
la de Comandante General de Marina. Ten�a entonces 43 a�os de edad.149?150? En tal
condici�n, el 2 de enero de 1878 elev� un pormenorizado informe sobre el estado de
los buques de guerra y de las necesidades de la Marina, importante documento
conocido como la Memoria, que terminaba con las siguientes reflexiones:151?

De alg�n tiempo atr�s la Marina no ha hecho adelanto material alguno, a


excepci�n del aumento que ha recibido con el transporte Lime�a; lejos de esto su
importancia ha desmerecido mucho, pues siendo nuestros principales buques
construidos en una �poca en que el blindaje y gruesa artiller�a hac�an sus primeros
ensayos, ya han quedado muy atr�s de las poderosas naves de guerra que se
construyen en el d�a.

Esta novedad que se ha hecho una necesidad imperiosa en todas las naciones
proporcionalmente a sus exigencias, me hace llamar la preferente atenci�n de
vuestra excelencia que tanto conoce cu�nto afianza una buena escuadra, los
intereses, la tranquilidad y soberan�a de la naci�n. Demasiado conozco la aflictiva
situaci�n de nuestro erario, sin embargo, en atenci�n a las consideraciones
expuestas, creo mi deber reclamar la prestigiosa influencia de vuestra excelencia
para reforzar nuestra escuadra con los buques que seg�n su ilustrada sean
necesarios.
Haciendo a V.E. el anterior pedido, justo y conveniente es que opine por la
supresi�n de los buques que por su poca marcha o por su estado de deterioro o
inutilidad, solo aumentan los gastos de la Escuadra, sin provecho y con detrimento
de la conservaci�n de los dem�s buques.

Grau hizo en dicha memoria un certero diagn�stico de la situaci�n de la Armada


Nacional y formul� juicios que fueron una verdadera advertencia, a un a�o del
estallido de la Guerra del Pac�fico;152? sin embargo, sus pedidos no fueron
debidamente evaluados y la C�mara dispuso acusar recibo y enviar al archivo. La
raz�n del gobierno para descuidar de esa manera a la Marina, era que el pa�s se
hallaba en una terrible crisis econ�mica.n 3?

Pese a las limitaciones de presupuesto, Grau supo desempe�ar con eficiencia su


elevado cargo. Orden� las reparaciones y la limpieza de los fondos de las naves de
guerra, trat� de proveerlas de pertrechos y de armamentos; pero no pudo conseguir
lo que deseaba con m�s vehemencia: la adquisici�n de buques blindados, para
superar, o al menos equiparar, el poder�o alcanzado por la flota chilena.153?

A principios de 1878, le toc� presidir el Jurado de Ex�menes de la Escuela


Preparatoria y Escuela Naval, dejando constancia, por oficio del 4 de febrero de
1878, de ��el aprovechamiento que han alcanzado todos los alumnos, en los diversos
ramos que han cursado��, importante avance en la formaci�n profesional de los
marinos, lo que contrastaba con la falta de modernizaci�n de las naves y equipos de
la Marina. 154?
El 10 de julio de 1878, Grau puso a disposici�n del gobierno su cargo de Comandante
General de la Marina, pues deb�a reincorporarse al Congreso Ordinario, al estar
pr�xima a iniciarse una nueva legislatura, programada para el 28 de julio de 1878.
Su sucesor en la Comandancia de la Marina fue el contralmirante Antonio de la
Haza.155?
Diputado por Paita (segunda legislatura)

Nuevamente como parlamentario, Grau sigui� en la Comisi�n de Marina, donde libr�


una verdadera lucha para que no se rebajaran las partidas presupuestales del pliego
de Marina, en vista de no haber logrado que se aumentaran. De otro lado, luch�
contra las intenciones piuranas de convertir a Paita en un distrito de Piura,
esbozando su frase: �No solo como representante de Paita, sino como hijo de ella,
luchar� por la permanencia de Paita como provincia� (octubre de 1878), quedando as�
como el m�s f�rreo opositor de las intenciones piuranas e incluso gan�ndose
enemigos pol�ticos piuranos, pero ganando a cambio el coraz�n de todo Paita.156?

Cuando, en noviembre de 1878, fue asesinado su amigo y su jefe pol�tico, el


expresidente Manuel Pardo (a la saz�n presidente del Senado), Grau pronunci� un
emocionado y lac�nico discurso, y aprob� la resoluci�n que impuso el estado de
sitio y declar� a la patria en peligro.157?

En febrero de 1879, concluida la legislatura, Grau pas� nuevamente a servir en el


Ministerio de Guerra y Marina en condici�n de agregado, pero el cargo lo desempe��
solo 50 d�as, pues corr�an vientos de guerra en el sur. El 28 de marzo, Grau volvi�
a ser comandante del monitor Hu�scar. El 5 de abril de 1879, Chile declar� la
guerra al Per�.158?

El 2 de agosto de 1879, en plena campa�a naval en el sur, Grau pidi� ser relevado
del ejercicio de su funci�n parlamentaria y que en su reemplazo asumiera el
suplente Manuel E. Raygada, para que su provincia no se perjudicara.8?
Campa�a naval de la guerra del Pac�fico
Art�culo principal: Campa�a naval de la Guerra del Pac�fico

La Guerra del Pac�fico (1879-1883) fue un conflicto armado que enfrent� a la


Rep�blica de Chile contra la Rep�blica Peruana y la Rep�blica de Bolivia. Tambi�n
se le ha denominado Guerra del Guano y del Salitre.
La escuadra peruana y la chilena
El monitor Hu�scar, muralla m�vil del Per�. �leo del pintor peruano Fernando
Sald�as.

Debido a las caracter�sticas del litoral boliviano y del extremo sur peruano, en el
que se extiende el desierto de Atacama, y teniendo en cuenta las experiencias de la
Guerra de la Independencia y contra la Confederaci�n, Chile conoc�a que era
necesario sortear por mar este territorio para poder trasladar a sus tropas e
invadir el territorio peruano. Para ello tendr�a que lograr el dominio del mar. El
Per�, por su parte, tambi�n comprendi� que esta era la maniobra l�gica que
adoptar�a Chile. De ese modo, ambas naciones dieron inicio a la campa�a naval como
la primera parte de la guerra.

La escuadra peruana, al mando del capit�n de nav�o Miguel Grau, estaba conformada
por el blindado tipo monitor Hu�scar, la fragata acorazada Independencia, la
corbeta Uni�n, la ca�onera Pilcomayo y los transportes Chalaco, Oroya, Lime�a y
Talism�n. Estos �ltimos habr�an de cumplir una funci�n muy importante durante el
conflicto, manteniendo abierta la ruta de abastecimiento peruana con continuos
viajes entre el Callao y Panam�, as� como a otros puntos del litoral, transportando
tropas, pertrechos y municiones, burlando a la poderosa escuadra enemiga. A ellos
se sumaban los vetustos monitores costeros Manco C�pac y Atahualpa de casi nulo
desplazamiento, lo que los reduc�a a ser solo bater�as flotantes.
La escuadra chilena, al mando del contralmirante Juan Williams Rebolledo, estaba
compuesta por los blindados Almirante Blanco Encalada y Almirante Cochrane, las
corbetas Chacabuco, O'Higgins, Abtao y Esmeralda y las ca�oneras Magallanes y
Covadonga, adem�s de varios transportes armados como el Loa y Amazonas. Completaban
su flota veloces transportes que aseguraban la log�stica de sus tropas acantonadas
en Antofagasta y de su escuadra, como el Itata, Lamar, R�mac, Copiap� y el
carbonero Mat�as Cousi�o. El equilibrio de poder era favorable a la marina chilena,
dado que sus naves, sobre todo los dos blindados, ten�an mejor artiller�a, mayor
velocidad nominal y coraza, en comparaci�n a las naves peruanas.

El planteamiento fue muy claro en ambos lados. La escuadra chilena era superior
materialmente a la peruana, no s�lo en n�mero sino tambi�n en la calidad de sus
buques. Deb�a entonces buscarla y destruirla lo m�s pronto posible. La escuadra
peruana, por su parte, dada su inferioridad en medios, deb�a prolongar lo m�s
posible su presencia como una amenaza efectiva en el mar, no tanto para la escuadra
chilena sino para el tr�fico mar�timo de ese pa�s, entablando combate �nicamente
cuando estuviera en superioridad de condiciones o cuando �ste fuese inevitable. El
tiempo que se ganara en ello ser�a en provecho de la preparaci�n de las defensas en
el sur peruano y la adquisici�n de nuevas naves y armamento.
Preparativos de la campa�a naval

La escuadra peruana, cogida de sorpresa por la declaratoria de guerra, no estaba


preparada para ponerse en campa�a de inmediato. El pueblo peruano, que ignoraba la
verdadera situaci�n de la armada, se sent�a optimista con respecto al
enfrentamiento con Chile y exig�a que los buques peruanos salieran de inmediato.

Grau hizo ver que era necesario hacer antes algunos ejercicios de maniobras y de
artiller�a, pues la mariner�a extranjera reci�n reclutada apenas conoc�a sus
obligaciones. Como algunos dijeron que el Hu�scar era lo suficientemente fuerte
para enfrentar con �xito a la escuadra chilena, Grau respondi� diciendo que el
monitor era sin duda un buque muy fuerte, pero que nunca podr�a contrarrestar a uno
solo de los blindados chilenos, muy superiores en cuanto a blindaje, movilidad y
poder de fuego; pero que aun as�, llegado el caso, cumplir�a con su deber, aun
cuando tuviera la seguridad de su sacrificio.159?160? Estas palabras fueron
prof�ticas.

Finalmente, la presi�n de la opini�n p�blica pes� m�s y se acord� la salida de la


escuadra. Esta fue dividida en dos divisiones:

La primera, conformada por el monitor Hu�scar, la fragata Independencia, los


monitores Manco C�pac y Atahualpa; y los transportes Chalaco, Oroya y Lime�a.
La segunda, conformada por la corbeta Uni�n y la ca�onera Pilcomayo.

Grau fue nombrado comandante de la Primera Divisi�n Naval. La insignia de la Armada


correspond�a estar en la Independencia por ser el buque de mayor poder�o, pero Grau
prefiri� izarla en el Hu�scar, nave a la que conoc�a muy bien por haberla comandado
durante ocho a�os. Lleg� incluso m�s tarde a quitarle el m�stil de proa, dej�ndole
solo el de popa, para hacerle m�s maniobrable en el uso de los ca�ones de la torre
giratoria.

El presidente Mariano Ignacio Prado fue nombrado Supremo Director de Guerra. La


Segunda Divisi�n Naval del Per�, comandada por el capit�n de nav�o Aurelio Garc�a y
Garc�a, fue la primera en partir hacia el sur. La primera acci�n tuvo lugar apenas
siete d�as despu�s de declarada la guerra, el 12 de abril de 1879, cuando la
corbeta Uni�n y la ca�onera Pilcomayo atacaron y persiguieron a la corbeta chilena
Magallanes frente a Punta Chipana.161?

Por su parte, la escuadra chilena bombarde� los puertos peruanos de Pisagua,


Mollendo e Iquique,162? antes de dirigirse al Callao con el prop�sito de atacar por
sorpresa a la escuadra peruana y destruirla. Quedaron bloqueando el puerto de
Iquique la corbeta Esmeralda y la ca�onera Covadonga, que eran los buques m�s
d�biles de la Escuadra. Pero el mismo d�a (16 de mayo) en que la escuadra chilena
part�a de Iquique hacia el Callao, los buques peruanos de la Primera Divisi�n Naval
zarpaban del Callao, rumbo a Arica (entonces puerto peruano), llevando a bordo al
presidente Prado. Ambas flotas se cruzaron sin divisarse, debido a que los peruanos
navegaban cerca de la costa y los chilenos mar adentro. El viaje de la flota
chilena al Callao result� as� infructuoso, al no hallar a la escuadra peruana en la
bah�a, mientras que en Iquique se libraba un combate naval.163?161?
Combate naval de Iquique
Art�culo principal: Combate naval de Iquique
Combate Naval de Iquique, de Thomas Somerscales (1842-1927).
Representaci�n del enfrentamiento entre el monitor peruano Hu�scar, al mando del
capit�n de nav�o Miguel Grau, y la corbeta chilena Esmeralda, al mando del capit�n
de fragata Arturo Prat.

El 20 de mayo de 1879, la flota peruana arrib� a Arica, donde desembarc� el


presidente Prado, director de Guerra, pues se consider� necesario que el cuartel
general estuviera cerca del teatro de operaciones. Casi de inmediato fueron
despachados a Iquique el monitor Hu�scar y la fragata Independencia, con
instrucciones de levantar el bloqueo de ese puerto, sostenido en ese momento por la
corbeta Esmeralda, la ca�onera Covadonga y el transporte Lamar.163?

El 21 de mayo de 1879, el monitor Hu�scar, al mando del capit�n de nav�o Miguel


Grau, y la Independencia al mando del capit�n de nav�o Juan Guillermo More Ruiz,
ingresaron a la bah�a de Iquique y se enfrentaron a los ya mencionados buques de
madera chilenos, comandados, respectivamente, por Arturo Prat Chac�n (Esmeralda) y
por Carlos Condell de la Haza (Covadonga). El transporte Lamar iz� bandera
estadounidense y puso rumbo al sur.164?

El Hu�scar rompi� sus fuegos sobre la Covadonga; por su parte, la Independencia


atac� a la Esmeralda; esta �ltima maniobr� para colocarse delante de la poblaci�n
de Iquique, con el prop�sito de ponerla en riesgo de los proyectiles peruanos.
Aprovechando un alto realizado por el Hu�scar para atender a un bote que tra�a
informaci�n, la Covadonga se puso en fuga hacia el S.E.; Grau orden� entonces a la
Independencia ir en su persecuci�n, debido a que esta ten�a m�s velocidad. Mientras
tanto, el Hu�scar se qued� en Iquique ca�oneando a la Esmeralda, y barriendo su
cubierta con su ametralladora Gatling, caus�ndole muchas bajas. Pero debido a la
impericia de sus artilleros, los tiros del Hu�scar no daban en el blanco justo como
para hundir al buque adversario, y el combate se prolongaba demasiado, por lo que
el comandante Grau decidi� utilizar el espol�n.165? El primer espolonazo del
Hu�scar hizo poco da�o en la amura de babor de la Esmeralda; fue en ese instante
cuando el comandante chileno Arturo Prat realiz� un abordaje frustrado, muriendo en
la cubierta del monitor. El segundo espolonazo caus� a la corbeta chilena una gran
aver�a en la amura de estribor.
Hundimiento de la Esmeralda.

Finalmente, con un tercer espolonazo, logr� Grau hundir a la nave chilena, cuyos
sobrevivientes se arrojaron al agua. El combate hab�a durado cuatro horas. El
comandante peruano, en un gesto humanitario al que no estaba obligado, rescat� a
los n�ufragos chilenos, perdiendo as� un tiempo precioso que le hubiera servido
para ayudar a la Independencia en su persecuci�n de la Covadonga.166? En el combate
muri� el teniente primero Jorge Velarde, primer h�roe naval peruano de la
contienda.167?

Mientras tanto, la Independencia, conducida por More, persegu�a a la Covadonga, que


iba muy cerca de la costa. La fragata peruana, en su af�n de espolonear al buque
chileno, choc� con una roca, cerca de Punta Gruesa, abri�ndose su casco en la l�nea
de flotaci�n, por lo que empez� a hundirse. Tan pronto se percat� de esto, el
comandante Condell de la Covadonga, volvi� sobre sus aguas y dispar� su artiller�a
sobre la fragata varada, ametrallando incluso a los n�ufragos peruanos que
empezaban a arriar los botes para abandonar el buque encallado. La Independencia,
semihundida, no se rindi� y respondi� el ataque con todo el poder de fuego que le
quedaba. El combate finaliz� cuando la Covadonga, al ver acercarse al Hu�scar, se
retir� del lugar.167?168? Los historiadores peruanos suelen contrastar la actitud
de Grau, salvando a los n�ufragos chilenos de la Esmeralda, y la de Condell
ametrallando a los n�ufragos peruanos de la Independencia.169? En todo caso, esa es
la versi�n peruana del combate; en cambio, Condell dice en su parte que solo
dispar� dos ca�onazos sobre la Independencia, dado que a�n manten�a su bandera al
tope, indicaci�n que segu�a en combate, y que enseguida More iz� la bandera de
parlamento y le pidi� un bote; y que estando en esa tratativa apareci� la silueta
del Hu�scar en el horizonte, optando entonces por retirarse.170? Grau procedi� a
recoger a los sobrevivientes de la Independencia y orden� quemar los restos del
buque.171?

Posteriormente Grau, en un gesto de caballerosidad, escribi� a Carmela Carvajal,


viuda del h�roe naval chileno Arturo Prat Chac�n, comandante de la Esmeralda,
muerto en la cubierta del Hu�scar, una carta en la que elogiaba la actuaci�n de su
esposo y le enviaba algunas de sus prendas personales, entre ellas su espada. A su
vez, en la respuesta a esta carta, la viuda de Prat agradeci� tal gesto, asegurando
que dada la hidalgu�a mostrada por Grau al asociarse a su dolor, ella comprend�a
que la muerte de su esposo fue consecuencia de la guerra y que de haber estado en
manos del capit�n del Hu�scar, jam�s habr�a tenido lugar.172?

Wikisource contiene obras originales de o sobre Miguel Grau Seminario.

Combate naval de Angamos


Art�culo principal: Combate naval de Angamos
Combate de Angamos, �leo de Salaverry. Colecci�n particular. Lima

La incapacidad de los mandos navales chilenos frente a las continuas incursiones


del Hu�scar caus� gran desaz�n en Chile. Todo ello se agudiz� con la captura del
transporte R�mac, luego de lo cual se produjeron protestas populares,
interpelaciones en el congreso, renuncias de ministros y cambios en las jefaturas
del ej�rcito y la escuadra.173?

Los mandos chilenos, ante la imposibilidad de iniciar la campa�a terrestre para


invadir el sur peruano, determinaron que la captura del Hu�scar era prioritaria e
indispensable para llevar a cabo sus planes. Una de las primeras medidas fue el
relevo del contralmirante Juan Williams Rebolledo en el mando de la Escuadra
chilena, siendo reemplazado por el capit�n de nav�o Galvarino Riveros, quien
dispuso que los buques fueran sometidos a reparaciones de calderas y carenado para
limpiar sus fondos y prepararse a dar caza al Hu�scar.174? Para dicho prop�sito,
elaboraron un plan para capturarlo, organizando a su escuadra en dos divisiones, la
primera, integrada por el Almirante Blanco Encalada, la Covadonga y el Mat�as
Cousi�o, y la segunda, compuesta por el Almirante Cochrane, el Loa y la O'Higgins.
La idea era tenderle un cerco al Hu�scar, en el �rea comprendida entre Arica y
Antofagasta.

Sin conocer toda esa concentraci�n del enemigo para darle caza, Grau recibi�
�rdenes de zarpar desde Arica con el Uni�n y el R�mac rumbo al sur, con la
finalidad de hostigar los puertos chilenos entre Tocopilla y Coquimbo (1 de
octubre). Mientras tanto, las dos divisiones chilenas partieron desde Mejillones
hacia el norte, en b�squeda del Hu�scar, llegando a Arica en la ma�ana del 5 de
octubre, no hallando all� a su objetivo.175?

El Hu�scar, mientras tanto, luego de dejar al R�mac en Iquique, arrib� en compa��a


del Uni�n a la caleta de Sarco, el 4 de octubre. All� capturaron a la goleta
Coquimbo, para posteriormente llegar al puerto del mismo nombre y proseguir m�s el
sur, llegando hasta la caleta de Tongoy. Se hallaban a pocas horas de Valpara�so,
pero Grau y sus naves prefirieron no arriesgar, y dando por cumplida su misi�n,
iniciaron el retorno a aguas peruanas.176?

Mientras los barcos peruanos navegaban hacia el norte de regreso, ignoraban los
movimientos de los buques chilenos. Las dos divisiones enemigas avanzaban desde
diferentes direcciones, en posici�n abierta, dispuestas a cercar a su objetivo.177?

Al amanecer del 8 de octubre de 1879, el Hu�scar a la altura del istmo de Angamos


fue avistado por la primera divisi�n chilena, lo que oblig� a Grau a virar hacia el
suroeste para luego volver al norte, a la m�xima velocidad posible tratando de
dejar atr�s a sus enemigos. Poco despu�s, el Hu�scar y la Uni�n se encontraron con
la segunda divisi�n chilena frente a Punta Angamos, la cual navegaba en abanico. Al
percatarse de que el Hu�scar no podr�a evadir el combate por su escaso andar, la
Uni�n, de mayor andar, por orden del almirante, se abri� paso hacia el norte.177?
Al proceder de esa manera, Grau cumpl�a las instrucciones dadas por el Director de
Guerra, presidente Prado, que le obligaba a no comprometer a los buques de su
mando, y que, en caso de verse rodeado por fuerzas superiores sin posibilidad de
retirarse, deb�a cumplir con su deber.178?

Luego, a las 9:40 de la ma�ana, siendo inevitable el encuentro, el monitor peruano


afianz� su pabell�n de combate y dispar� los ca�ones de la torre sobre el Cochrane,
a mil metros de distancia. Grau se determin� pues a presentar combate, a sabiendas
que las probabilidades de salir airoso de la emboscada eran nulas. La Covadonga y
el Blanco Encalada en esos momentos se hallaban a una distancia de seis millas con
direcci�n al Hu�scar, mientras que la O'Higgins y el Loa iban tras la Uni�n,
persecuci�n que resultar�a infructuosa. El Cochrane no contest� inicialmente los
disparos, sino que acort� distancias gracias a su mayor velocidad; estando a 500
metros, una andanada del monitor golpe� la banda del acorazado chileno haci�ndolo
bandearse por unos instantes, pero sin mayor da�o. Cuando estuvo a 200 m por babor
del Hu�scar, el Cochrane hizo sus primeros disparos, perforando el blindaje del
casco y da�ando seriamente el sistema de gobierno del monitor, que debi� ser
restablecido con aparejos que eran jalados manualmente por varios hombres.179?
Combate de Angamos, �leo de Te�filo Castillo. Representa el enfrentamiento entre el
monitor Hu�scar y los blindados Cochrane y Blanco Encalada.

Grau en su torre, presintiendo lo inevitable y agach�ndose hacia la rejilla del


piso, se despidi� de Diego Ferr� en un fraternal saludo de manos. Mientras tanto,
las alzas de los ca�ones chilenos apuntaban hacia las partes vitales del monitor.
Hacia las 10:00 a.m., un proyectil proveniente del Almirante Cochrane impact� en la
torre de mando y al estallar destroz� al contralmirante Miguel Grau y dej�
moribundo a su acompa�ante teniente primero Diego Ferr�.180?181?

En tal circunstancia tom� el mando del buque el capit�n de corbeta El�as Aguirre,
quien continu� el combate con las naves chilenas. En auxilio del Cochrane lleg� el
Blanco Encalada, que, en su ansia de acabar de una vez con el monitor, se acerc�
demasiado y por poco se salv� de colisionar con el otro acorazado. Esta
circunstancia fue aprovechada por el Hu�scar para efectuar una h�bil maniobra que
le permiti� colocarse en medio de los dos acorazados, disparando sus ca�ones sobre
ambos alternativamente. Pero los acorazados cambiaron de posici�n r�pidamente y sus
doce ca�ones sembraron la destrucci�n y la muerte en el monitor.182?

Pese a sufrir graves destrozos en sus puntos vitales, el Hu�scar no se rindi�. Su


comandante Aguirre intent� espolonear al Blanco Encalada, sin resultado, y poco
despu�s cay� muerto por un disparo del Cochrane, cuando se hallaba en el puente de
mando dirigiendo el combate. Su sucesor en el comando fue el teniente primero Jos�
Melit�n Rodr�guez, quien tambi�n sucumbi� heroicamente, cuando sacaba la cabeza de
la tronera de la torre giratoria para apuntar uno de los ca�ones, momento en que un
proyectil enemigo le vol� la cabeza, cayendo su cuerpo inerte en el interior.
Resultaron heridos el capit�n de fragata Melit�n Carvajal y el teniente segundo
Enrique Palacios. Asimismo, el pabell�n peruano cay� dos veces al suelo, al
cortarse la driza por efectos de la metralla enemiga, siendo izado otras tantas
veces, como demostraci�n del prop�sito resuelto de sus tripulantes de no rendirse
nunca.182?183?

Hasta que, habiendo reca�do el mando en el teniente primero Pedro G�rezon Thomas de
solo 28 a�os de edad, este oficial, viendo que ya no era posible continuar la lucha
por las condiciones en las que se hallaba el buque, con sus ca�ones inutilizados,
roto su tim�n, y con parte de su tripulaci�n muerta o herida, dio la orden de abrir
las v�lvulas de fondo para inundar al monitor y de esta forma hundirlo para impedir
su captura. Esta orden fue transmitida por el alf�rez de fragata Ricardo Herrera de
la Lama, al 1� maquinista de la nave, Samuel Mac Mahon, quien se puso manos a la
obra.184?183?

Cuando la bandera peruana cay� por tercera y �ltima vez, nuevamente a consecuencia
de los disparos enemigos en la driza, los chilenos esperaron un corto intervalo de
tiempo para considerarla como nave rendida, pues ya en dos ocasiones anteriores se
hab�an apresurado a celebrar la supuesta rendici�n del buque. Viendo que ya no
hab�a resistencia, a las 11:10 a.m. los acorazados chilenos suspendieron el ca�oneo
y enviaron una dotaci�n armada en lanchas para proceder al abordaje. Esta tarea se
vio facilitada debido a que el Hu�scar tuvo que parar el movimiento de su m�quina,
lo que era necesario para apresurar la sumersi�n del buque. Cuando los marinos
chilenos ingresaron a bordo, el Hu�scar ya ten�a 1,20 m de agua y estaba a punto de
hundirse por la popa. Rev�lver en mano, los oficiales chilenos ordenaron a los
maquinistas cerrar las v�lvulas y posteriormente obligaron a los prisioneros a
apagar los fuegos que consum�an diversos sectores de la nave. La nave, ya
incapacitada para la defensa, acab� as� por ser abordada por el enemigo.185?183?

La lucha hab�a concluido y el Hu�scar capturado. De sus 216 tripulantes, 31


murieron y los restantes resultaron heridos en su mayor�a. Ninguno de los oficiales
prisioneros entreg� su espada al vencedor, pues lo arrojaron al mar antes de
producirse el abordaje.183? Si bien los chilenos encontraron la bandera peruana
ca�da, G�rezon explic� al teniente primero Policarpo Toro del Cochrane que el
pabell�n se encontraba en la cubierta, junto con el pico, por haberse roto la driza
de madera que lo sosten�a y no por haber sido arriado a prop�sito.184?
Los restos de Grau

Despu�s del combate de Angamos, el teniente primero Pedro G�rezon Thomas, �ltimo
comandante del "Hu�scar", no quiso abandonar el monitor hasta no haber agotado la
b�squeda de los restos del almirante Grau. Al ver su insistencia, el teniente
chileno Go�i le permiti� hacer dicha b�squeda en la torre de mando, que se hallaba
destrozada. Garez�n entr� por un gran boquete abierto por las bombas y tras una
b�squeda exhaustiva, hall� finalmente entre los escombros el �nico resto de Grau:
�un trozo de pierna blanca y velluda, solo desde la mitad de la pantorrilla al pie,
que estaba calzada con un bot�n de cuero�. G�rezon certific� que se trataba de un
aut�ntico resto del almirante. Colocado en una caja, fue conducido a Mejillones,
donde se le honr� con una misa oficiada por monse�or Fontecilla. Luego, el 14 de
octubre, por orden expresa del gobierno chileno, fue trasladado a Valpara�so, a
bordo del Blanco Encalada. El capit�n de fragata �scar Viel, que era concu�ado y
compadre de Grau, obtuvo de su gobierno el permiso para sepultar los restos de Grau
en el mausoleo de su familia en Santiago, donde permaneci� por algunos a�os.186?
Exequias de Miguel Grau en la Catedral de Lima (1890)

Los restos de Grau, junto con los pertenecientes a otros combatientes peruanos
ca�dos en la guerra, retornaron al Per� durante el primer gobierno de Andr�s A.
C�ceres. Llegaron al Callao a bordo del crucero Lima, el d�a 13 de julio de 1890,
siendo sepultados en una tumba provisional en el Cementerio Presb�tero Maestro de
Lima. En 1908 fueron trasladados a la Cripta de los H�roes de la Guerra del
Pac�fico, inaugurada por el presidente Jos� Pardo y Barreda en dicho
cementerio.187?

En Chile permaneci� un fragmento de la tibia de Grau que era exhibido en un museo


de Santiago, junto con una gorra y otros enseres personales del h�roe. Este resto
fue devuelto al Per� el 20 de marzo de 1958, en solemne ceremonia realizada en
Santiago con la presencia del presidente de Chile, Carlos Ib��ez del Campo.188? Al
d�a siguiente, llegaron v�a a�rea a Lima, donde fueron recibidos por el presidente
Manuel Prado Ugarteche, quien, en parte de su discurso ceremonial expres� lo
siguiente:

La figura de nuestro �nclito Almirante, personifica una de las glorias


leg�timas que enaltecen no solo nuestros anales y los de Am�rica, sino del mundo
entero. Su vida y sacrificio son paradigmas de caballerosidad y abnegaci�n.

Luego, los restos fueron conducidos al edificio de la antigua Escuela Naval en La


Punta, donde fueron depositados en un sal�n.

Finalmente, el 7 de octubre de 1976, los restos �seos de Grau fueron trasladados en


solemne ceremonia al Cenotafio construido en la Cripta de la Escuela Naval, donde
permanecen con guardia de honor permanente. El 25 de julio del 2003 fueron
depositadas all� la espada y las condecoraciones del h�roe.189?
Familia
Ancestros
Ancestros de Miguel Grau Seminario190?
[mostrar]
Matrimonio y descendencia

Miguel Grau se cas� con Dolores Cabero y Nu�ez, el 12 de abril de 1867 en la


catedral de Lima.191? El matrimonio tuvo diez hijos:

Enrique (Lima, 24 de mayo de 1868-Miraflores, 22 de julio de 1954), c�nsul del


Per� en San Francisco.147?

Miguel Gregorio (Lima, 9 de marzo de 1869-Valpara�so, 15 de julio de 1877),


fallecido en un accidente en Chile mientras su padre repatriaba los restos de Juan
Manuel Grau.147?

Oscar (Lima, 3 de febrero de 1871-Ib., 31 de julio de 1929), fue prefecto por


Piura, cargo al que renunci� como protesta tras el asesinato de su hermano
Rafael.192?

Ricardo Florencio (Lima, 12 de febrero de 1872-Chanchamayo, 7 de marzo de


1899), ingeniero de profesi�n, falleci� en un accidente mientras constru�a un
puente y su cuerpo fue arrastrado por el r�o. Nunca fue encontrado.193?194?

Mar�a Luisa (Lima, 5 de marzo de 1873-Ib., 8 de diciembre de 1973), permaneci�


soltera. Tuvo descendencia con el M�dico Cirujano lambayecano Francisco Muro
Pacheco (primo de Alfredo Solf y Muro y Manuel Antonio Mesones Muro). De dicha
uni�n nace el pintor Ricardo Grau ( Ricardo Muro Grau). Mar�a Luisa hered� la
espada obsequiada a su madre por las damas peruanas radicadas en Europa.
Posteriormente la don� al gobierno peruano.194?

Carlos Pedro (Lima, 30 de abril de 1874-Par�s, 1940).194?

Rafael (Lima, 20 de enero de 1876-Cotabambas, 4 de marzo de 1917), pol�tico


peruano y uno de los fundadores del partido Uni�n C�vica, fue vicepresidente de la
C�mara de diputados y posteriormente Ministro de instrucci�n, justicia y culto.
Adem�s fue varias veces alcalde de El Callao. Siendo diputado por Cotabambas,
Apur�mac, y en medio de su campa�a reeleccionista fue asesinado por Santiago
Montesinos, su contendiente electoral.195? La provincia de Grau, en Apur�mac,
recibi� este nombre en su honor por pedido de su hermano Miguel.196?

Victoria (Lima, 21 de enero de 1877-Par�s, 19 de mayo de 1914), muri�


soltera.196?

Elena (Lima, 21 de enero de 1877-Ib., 24 de diciembre de 1877), melliza de


Victoria, muri� a los 11 meses de edad.197?

Miguel (Lima, 23 de enero de 1879-Ib., 31 de octubre de 1976), fue senador por


Amazonas en 1917 y por Callao en 1919 y posteriormente c�nsul del Per� en
Bruselas.198? Adem�s, acus� al presidente Jos� Pardo y Barreda como el causante
indirecto de la muerte de su hermano al no haberle brindado garant�as para su vida
a pesar de haberlas pedido. Propuso adem�s que se llame Grau a la provincia de
Cotabambas en honor a su hermano. Reconciliado con Pardo, postul� como su segundo
vicepresidente en los comicios de 1936, sin embargo las elecciones fueron anuladas
y el presidente �scar R. Benavides extendi� su mandato por otros tres a�os.199?

Homenajes
La carta que Grau, caballerosamente, envi� a la viuda del capit�n Prat, fue tallada
en un monumento en un parque del centro de Santiago de Chile.
El lugar donde cay� sobre el Hu�scar tiene una placa homenaje de la Armada Chilena

Autores peruanos, de las m�s variadas ideolog�as y condiciones sociales, han


recitado el elogio sobrecogido del h�roe de Angamos, considerado como el primer
h�roe nacional del Per�.

�pocas hay en que todo un pueblo se personifica en un solo individuo: Grecia en


Alejandro, Roma en C�sar, Espa�a en Carlos V, Inglaterra en Cromwell, Francia en
Napole�n, Am�rica en Bol�var. El Per� de 1879 no era Prado, La Puerta o Pi�rola:
era Grau� Humano hasta el exceso, practicaba generosidades que en el fragor de la
guerra conclu�an por sublevar nuestra c�lera. Hoy mismo, al recordar la sa�a
implacable del chileno vencedor, deploramos la exagerada clemencia de Grau en la
noche de Iquique. Para comprenderle y disculparle, se necesita realizar un
esfuerzo, acallar las punzadas de la herida entreabierta, ver los acontecimientos
desde mayor altura. Entonces se reconoce que no merecen llamarse grandes los tigres
que matan por matar o hieren por herir, sino los hombres que hasta en el v�rtigo de
la lucha saben economizar vidas y ahorrar dolores.
Manuel Gonz�lez Prada, �Grau�, 1885.

Miguel Grau Seminario fue un hombre comprometido con su tiempo, con su pa�s y
sus valores. Fue honesto y leal con sus principios, defendi� el orden
constitucional y fue enemigo de las dictaduras. El h�roe de Angamos siempre estuvo
en la l�nea de afirmaci�n de las normas morales y las tradiciones de la rep�blica.
Honrado en el camarote y en la torre de mando, lo es tambi�n en el sal�n y en el
hogar.
Jorge Basadre Grohmann

Como del carb�n sale el diamante, as� de la negrura de esta guerra sale Grau.
La posteridad ha indultado a su generaci�n infausta porque a ella perteneci� el
comandante del Hu�scar (...) Al estudiar lo que hizo, preciso es recordar con qu�
elementos trabaj� y cabe preguntar qu� hubiera sido del Per� con Grau en un barco
como el Cochrane o el Blanco Encalada..."
Jorge Basadre Grohmann, �Efigie de Grau�, inserta en Historia de la Rep�blica
del Per�.
Grau fue y ser�, por ello, el s�mbolo del Per�, el h�roe peruano por
excelencia, porque tuvo, entre sus virtudes cardinales algunas que eran suyas, como
brote milagroso del genio heroico �salud, fortaleza, tenacidad, prudencia, robustez
del cuerpo y del alma�, y otras que eran la impronta de nuestro esp�ritu y nuestro
sino y cristalizaron en su mezcla de bravura y nobleza, en su humildad y ternura
para el ni�o o para el enemigo, en su incapacidad para la violencia destructora y
la sa�a vand�lica, y, sobre todo, en su peruan�sima lecci�n de vencer sin odio y
perder con honra.
Ra�l Porras Barrenechea

T� eras la patria sobre el mar,


bajo el cielo
y m�s all� del horizonte,
y un�as la leyenda y el cantar
al ejemplo
como un nuevo Quijote.
Reflejo azul de la bondad divina,
por ti, la roja guerra tuvo;
hund�as barcos y salvabas vidas;
a�n al enemigo distes amor,
y entre la sangre y la metralla
puro pasaste, el alma erguida
por la mano de Dios.

�Ten�as que caer!
Como en un mito griego,
se hizo de sangre todo el horizonte,
y se alzaron como unos semidioses
los que contigo al holocausto fueron.
�Ten�as que caer!
�Se hizo de sangre todo el horizonte,
pero el mar, como nunca, fue el color de laurel!.

Jos� G�lvez Barrenechea, �Oda a Grau�.

Imagen de Grau en su camarote personal, en el museo Monitor Hu�scar, Talcahuano,


Chile.

Hay una tumba sin cruces en Punta de Angamos. Un recuerdo de luz que un pu�ado
de marinos erigi� por siempre para gloria de su patria. M�s all� del valor y de
l�mites tangibles escribistes Almirante, una oda de nobleza que hace honor a la
guerra y sombra a sus trofeos. Tu pueblo, agradecido pronuncia con respeto el
nombre de aquel buque de inmenso memorar: Hu�scar.
Contralmirante Fernando Casaretto Alvarado, Los peruanos de Angamos (Obra
teatral, 1976).

Miguel Grau es recordado no solo en el Per�, sino tambi�n en Chile y en Bolivia. Su


nombre est� presente en calles de Santiago de Chile como reconocimiento a su
hidalgu�a. Por esta raz�n, se le conoce como El caballero de los mares, t�tulo
acu�ado por todos los implicados, por sus alturados valores, su coraje y pese a la
guerra, la humanidad, temple y gallard�a que mostraba ante sus enemigos en alta
mar.

En Talcahuano, Chile, se conserva el Monitor Hu�scar y en �l, la figura de Grau


est� presente en un sitial de honor en su camarote y sala de oficiales.

En el piso bajo del hemiciclo del Congreso del Per�, ubicado en la parte central de
la mesa directiva y frente a todo el hemiciclo se encuentra una r�plica del esca�o
que ocupara en el siglo XIX Miguel Grau en su calidad de diputado nacional. Grau,
siendo parlamentario, solicit� licencia para servir al Per� en la Guerra con Chile
y como falleci� en esta durante el Combate de Angamos, jam�s se reintegr� al
parlamento. Como una se�al de respeto y un homenaje, el nombre de Miguel Grau es el
primero que se llama al momento de pasar lista a los congresistas.
Ascenso a la alta clase de Almirante

Al momento de estallar la guerra con Chile, Grau ostentaba la clase de capit�n de


nav�o. Por su destacado accionar en la campa�a mar�tima fue ascendido a
contralmirante, por ley del Congreso de la Rep�blica del 26 de agosto de 1879, pero
�l nunca quiso hacer uso de la insignia de dicho grado, pues deseaba permanecer
como comandante del Hu�scar. As� se mantuvo hasta su gloriosa muerte en el combate
de Angamos.

De manera p�stuma, el Congreso de la Rep�blica del Per� expidi� la Ley N.� 10869,
que fue promulgada el 26 de octubre de 1946 por el presidente Constitucional de la
Rep�blica Jos� Luis Bustamante y Rivero, por la cual, por voluntad nacional, se
ascendi� al contralmirante Grau a la alta clase de Almirante.
Monumentos a la gloria del Almirante Grau
Vista de la Plaza Grau; al fondo la v�a expresa del Paseo de la Rep�blica, Lima.
Estatua de bronce en el Callao en homenaje al Caballero de los Mares.

El 21 de noviembre de 1897, el presidente Nicol�s de Pi�rola inaugur� en el Callao


la hermosa columna que el escultor italiano Fabio Lanzarini model� en G�nova. La
base y el capitel son de m�rmol y el conjunto es coronado por la estatua de Grau,
de pie y con el brazo extendido se�alando hacia el sur.200? En su discurso, Pi�rola
expres� lo siguiente:

El trozo de granito y bronce que circundamos en este instante y que el


benem�rito pueblo chalaco ha levantado en este p�rtico del hogar nacional,
conmemora una gloria verdaderamente peruana; pero como en las grandes cosas,
brillante y amplia, vivificadora y fecunda, duradera, con la duraci�n sin medida de
los tiempos.
Nicol�s de Pi�rola, 1897.

En enero de 1940, el presidente Manuel Prado Ugarteche encarg� al escultor peruano


Luis F. Agurto, la ejecuci�n de un monumento en honor a Grau, destinado a elevarse
en la plaza principal de Piura. Dicho monumento se inaugur� el 8 de octubre de
1943.

Prado tambi�n encarg� otra obra escult�rica del h�roe al artista espa�ol Victorio
Macho, para ser elevada en el centro de Lima. Dicho monumento lo inaugur� el
presidente Jos� Luis Bustamante y Rivero, el d�a 28 de octubre de 1946, en la plaza
que desde entonces lleva su nombre, ubicado entre el Paseo de la Rep�blica, la
Avenida Grau y el Paseo Col�n. Es un bello conjunto de granito y bronce, en cuyo
frontis se puede leer la leyenda: �A la gloria del Almirante del Per� Miguel Grau�.
El presidente Bustamante ley� en tal ocasi�n un discurso, que culminaba as�:

Almirante:

La dimensi�n de vuestra haza�a se ha agrandado con el tiempo. En la lejana


perspectiva es Angamos un s�mbolo de gigantes contornos y de presentes ense�anzas.
Dispon�ais de medios limitados y fr�giles; mas vuestro aliento supo darles eficacia
y grandeza. Vuestra nave min�scula ha crecido, Almirante; y hay un sutil poder de
fuego que envidian los ca�ones en el silencio austero de las cubiertas
desmanteladas. No fue infructuoso vuestro sacrificio ni un vano gesto de inmolaci�n
de quienes con vos cayeron en la brega. Vuestra sombra augusta preside nuestros
mares; y hay un altar para vuestro busto en cada nave de nuestra flota; y un rinc�n
de emoci�n en cada pecho de nuestros marinos. La Armada del Per� cifra su orgullo
en vuestra memoria y la Naci�n, espiritualmente congregado al pie de este
monumento, os dice con acento de estremecida gratitud:
�Gloria a vos, Almirante!.
Jos� Luis Bustamante y Rivero, 1946.

Monumento a Miguel Grau Seminario en Plaza Per�, ciudad de Buenos Aires.

Estatua de Miguel Grau en Pucallpa, Ucayali.

Estatua de Miguel Grau en Trujillo.

Monumento a Miguel Grau en Miraflores, Lima.

Busto de Miguel Grau en la Alameda de la ciudad de C�diz (Andaluc�a, Espa�a).

Monumento a Miguel Grau en G�nova, Italia.

Orden Gran Almirante Grau

La Orden Gran Almirante Grau, fue creada el 13 de agosto de 1969 por Decreto
Supremo, durante el gobierno del general Juan Velasco Alvarado, como condecoraci�n
de la Marina de Guerra del Per�. La orden es concedida mediante Resoluci�n Suprema
por el presidente de la Rep�blica en los grados de "Gran Cruz Especial" y "Gran
Cruz" y por el Ministerio de Defensa, como Canciller de la Orden, en los dem�s
grados. El 29 de marzo del 2010, la Casa de Gobierno emiti� un comunicado por el
que se modificaba la concesi�n de los grados de la orden.
V�ase tambi�n

Paita
Marina de Guerra del Per�
Combate naval de Iquique
Combate naval de Angamos
Correr�as del Hu�scar
Guerra del Pac�fico
Club Atl�tico Grau
Club Miguel Grau de Deportes

Notas

El 27 de julio de 1834 es la fecha que generalmente se acepta como su nacimiento,


sin embargo Reynaldo Moya Espinoza es de la opini�n que este realmente ocurri� el
26 de julio:

El c�lculo de la fecha de nacimiento del h�roe de Angamos se ha determinado por


su partida de bautismo, cuyo acto se realiz� el 3 de setiembre de 1834, en la que
se dice que el ni�o ten�a un mes y 7 d�as de nacido, es decir que pudo haber tenido
37 o 38 d�as. El c�lculo es el siguiente:

Del 27 al 31 de julio 5 d�as


Un mes 30 d�as
Del 1� al 2 de setiembre 2 d�as

Pero resulta que agosto tiene 31 d�as, de tal manera que si consideramos un mes
de 31 d�as, su nacimiento habr�a sido el 26 de julio, y no el 27 como generalmente
se acepta.
Moya (2003, pp. 27-28)

En el estudio de Ella Dunbar Temple, titulado El Victorial de Miguel Grau, se


transcribe la partida bautismal del h�roe:
"Miguel Mar�a Grau. A�o del Se�or del 1834, a los tres de setiembre yo el Inter
de la Matriz. D. Juan Blanco puse �leo y Crisma a Miguel Mar�a a quien en caso de
nesesidad [sic] le Bautiz� el presb�tero don Santiago Angeldonis, de un mes y siete
d�as de nasido [sic], hijo natural de D. Juan Manuel Grau y de do�a Josefa
Castillo, fueron sus Padrinos don Manuel Anzo�tegui y do�a Rafaela Angeldonis a
quienes advert� sus obligaciones y Espiritual parentesco y para que conste lo
firmo. Juan Blanco" (Cf. Archivo Parroquial de la Catedral de Piura. Libro de
Bautismos, n.� 19, fol. 80 vta., partida n.� 953).

El ministro de Guerra y Marina, general Pedro Bustamante, envi� la Memoria de


Grau a las c�maras legislativas, junto con la suya, el 28 de julio de 1878. La
C�mara de Diputados tom� conocimiento de ella en la sesi�n del 11 de septiembre de
1878, acord� acuse de recibo y su pase a archivo.

Referencias

Seminario Ojeda, Miguel Arturo (2000). �GRAU SEMINARIO, Miguel�. Grandes Forjadores
del Per� (1.� edici�n edici�n). Lima: LEXUS editores. pp. 194-196. ISBN 9972-625-
50-8.
Arosemena, 1979, p. 2.
De la Puente, 2003, p. 16.
Moya, 2003, p. 28.
Moya, 2003, pp. 29-32.
�Miguel Seminario Ojeda: "Grau naci� en Piura y no en Paita"�. El Regional Piura. 9
de noviembre de 2014. Consultado el 27 de junio de 2016.
De la Puente, 2003, pp. 24-25.
�Miguel Grau Seminario: Un d�a como hoy, hace 180 a�os, naci� el h�roe nacional�.
La Rep�blica. 27 de julio de 2014. Archivado desde el original el 17 de agosto de
2016. Consultado el 29 de junio de 2016.
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Arosemena, 1979, p. 8.
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Ortiz Sotelo, Jorge; Casta�eda Martos, Alicia (2007). Asociaci�n de Historia
Mar�tima y Naval Iberoamericana, ed. Diccionario Biogr�fico Mar�timo Peruano. Lima.
pp. 134-136. ISBN 978-9972-877-06-3.
Arosemena, 1979, pp. 8-9.
Arosemena, 1979, p. 9.
Congrains Martin, 1975, p. 37.
Arosemena, 1979, pp. 9-10.
De la Puente, 2003, p. 39.
Arosemena, 1979, p. 10-11.
El relato que el propio Grau hace de estos viajes, est� en Relaci�n de los buques
en que ha navegado Miguel Grau. El Comercio de Lima, en su edici�n del 13 de marzo
de 1954 incorpor� una copia fotogr�fica de esta relaci�n.
Arosemena, 1979, p. 12.
De la Puente, 2003, p. 49.
De la Puente, 2003, pp. 42-44.
De la Puente, 2003, p. 59.
Congrains Martin, 1975, pp. 39-40.
Arosemena, 1979, p. 14.
Arosemena, 1979, p. 14, 16.
Arosemena, 1979, p. 15.
De la Puente, 2003, pp. 61, 532.
Arosemena, 1979, pp. 15-16.
El parte al que se hace referencia corre en original en el Archivo del Ministerio
de Defensa, Comandancia General de la Marina, a�o 1855, que se conserva en el Museo
Naval del Callao
De la Puente, 2003, pp. 60-61.
Arosemena, 1979, p. 16.
Arosemena, 1979, p. 16-17.
De la Puente, 2003, p. 64.
Arosemena, 1979, p. 17.
Basadre, 2005, p. T.4, 271-272.
Congrains Martin, 1975, p. 41.
De la Puente, 2003, pp. 83-84.
De la Puente, 2003, pp. 92-93.
Slavers in Paradise: The Peruvian Slave Trade in Polynesia, 1862-1864.
Arosemena, 1979, p. 18.
Solicitud de Miguel Grau pidiendo los goces que le corresponden como indefinido
En el libro V, titulado Nombramientos y ascensos (1854�1864), del archivo del ex
Ministerio de Marina, que se conserva en el Museo Naval del Per�, en el Callao,
aparece en la p�gina 17 el asiento N.� 102 que contiene el texto de dicha licencia.
Arosemena, 1979, pp. 18-19.
Arosemena, 1979, p. 20.
De la Puente, 2003, p. 91.
Arosemena, 1979, pp. 20-21.
Arosemena, 1979, pp. 23-24.
De la Puente, 2003, p. 100.
Arosemena, 1979, p. 23.
Arosemena, 1979, p. 25.
Arosemena, 1979, p. 26.
Congrains Martin, 1979, pp. 42-43.
Basadre, 2005, p. 208-209.
Congrains Martin, 1979, p. 43.
Arosemena, 1979, pp. 25-26.
Arosemena, 1979, pp. 26-27.
Carta del teniente segundo AP Felipe Pardo al ministro del Per� en Inglaterra y
Francia
Arosemena, 1979, p. 29.
De la Puente, 2003, pp. 110-111.
Nota de protesta del ministro plenipotenciario del Per� en Inglaterra y Francia,
embajador Federico L. Barreda
Arosemena, 1979, pp. 30-31.
Arosemena, 1979, p. 31-32.
De la Puente, 2003, pp. 111-112.
Carta de Miguel Grau al ministro Barreda explicando la forma c�mo fue detenido
Arosemena, 1979, p. 33.
Arosemena, 1979, pp. 35-36.
Arosemena, 1979, p. 36.
De la Puente, 2003, p. 113.
Arosemena, 1979, p. 37.
Congrains Martin, 1975, p. 45.
De la Puente, 2003, p. 114.
Original en el archivo del ex Ministerio de Marina: Parte elevado por Miguel Grau a
la Comandancia General de Marina el 5 de octubre de 1865.
Arosemena, 1979, p. 38.
Arosemena, 1979, pp. 38-40.
Arosemena, 1979, p. 41.
Arosemena, 1979, p. 43.
Congrains Martin, 1975, p. 47.
Arosemena, 1979, pp. 42-43.
Arosemena, 1979, pp. 43-44.
Arosemena, 1979, p. 45.
Arosemena, 1979, p. 48.
Congrains Martin, 1975, p. 49.
Basadre, 2005, p. T.6, 224.
Arosemena, 1979, p. 46.
Arosemena, 1979, p. 47.
Arosemena, 1979, pp. 47-48.
Congrains Martin, 1975, pp. 50-51.
Arosemena, 1979, p. 50.
Arosemena, 1979, p. 51.
Basadre, 2005, pp. T.6, 224-225.
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De la Puente, 2003, p. 181.
Arosemena, 1979, p. 54.
Congrains Martin, 1975, pp. 51-52.
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Manifiesto a la Naci�n del 23 de julio de 1872 de la Marina de Guerra del Per�
Arosemena, 1979, p. 84.
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Arosemena, 1979, pp. 86-87.
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Arosemena, 1979, p. 91.
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Arosemena, 1979, pp. 97-99.
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Nota del 6 de septiembre de 1872 de Miguel Grau al Ministro de Guerra y Marina del
Per�
Arosemena, 1979, p. 101.
Arosemena, 1979, p. 102.
Arosemena, 1979, p. 105.
Arosemena, 1979, p. 106.
Arosemena, 1979, pp. 106-108.
Arosemena, 1979, p. 108.
Arosemena, 1979, p. 109.
Arosemena, 1979, p. 111.
De la Puente, 2003, p. 142.
De la Puente, 2003, pp. 142-143.
Basadre, 2005, p. 216.
Arosemena, 1979, p. 113.
Arosemena, 1979, pp. 113-114.
De la Puente, 2003, p. 141.
Parte de Grau sobre los sucesos de Pacocha
Arosemena, 1979, pp. 114-115.
Arosemena, 1979, p. 117.
De la Puente, 2003, pp. 242-244.
De la Puente, 2003, pp. 244-245.
Arosemena, 1979, p. 118.
Moya, 2003, p. 437.
Arosemena, 1979, p. 120.
Arosemena, 1979, p. 121.
De la Puente, 2003, p. 147.
Esta Memoria que presenta al Supremo Gobierno el Capit�n de Nav�o Comandante
General de Marina, Miguel Grau, en el a�o de 1878 aparece inserta en el Diario de
los Debates de la C�mara de Diputados, a�o de 1878, 1.� tomo, p�g. 383, y fue
publicado por la Imprenta El Nacional, por Pedro Lira. Posteriormente, Geraldo
Arosemena Garland public� el texto completo en un folleto titulado: Comentarios a
la Memoria de Grau del A�o 1878 (Lima, enero de 1978).
De la Puente, 2003, pp. 165-169.
Arosemena, 1979, p. 122.
Arosemena, 1979, pp. 124-126.
Arosemena, 1979, p. 127.
Moya, 2003, p. 116.
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Arosemena, 1979, p. 138-139.
Paz Sold�n, 1979, p. 141.
De la Puente, 2003, p. 265.
Basadre, 2005, p. 265.
Paz Sold�n, 1979, pp. 135-136.
Arosemena, 1979, p. 166.
Paz Sold�n, 1979, p. 150.
Paz Sold�n, 1979, pp. 150-151.
Arosemena, 1979, p. 167.
Basadre, 2005, p. 266.
Parte oficial de Juan Guillermo More Ruiz (22 de mayo de 1879).
Paz Sold�n, 1979, p. 157.
Parte oficial del Comandante de la Covadonga Carlos Condell sobre el Combate de
Punta Gruesa.
Arosemena, 1979, p. 168.
Arosemena, 1979, p. 185-193.
Arosemena, 1979, p. 210.
Arosemena, 1979, p. 216.
Arosemena, 1979, pp. 242-243.
Arosemena, 1979, p. 243.
Arosemena, 1979, p. 244.
Arosemena, 1979, p. 242.
Arosemena, 1979, p. 246.
Arosemena, 1979, pp. 246-247.
De la Puente, 2003, p. 381.
Arosemena, 1979, p. 247.
Basadre, 2005, p. 284.
Parte oficial del teniente primero Pedro G�rezon, �ltimo comandante del Hu�scar (10
de octubre de 1879)
Arosemena, 1979, p. 248.
Memorando del teniente primero AP Pedro G�rezon Thomas sobre el combate naval de
Angamos. Fechado el 4 de septiembre de 1890.
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