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El Prestigio Lingüístico

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EL PRESTIGIO LINGÜÍSTICO.

Labov, se refiere a él relacionándolo con variables sociológicas, como el estatus del subgrupo
que puede determinar si un cambio en la lengua puede llegar o no a ser “modelo de prestigio”;
Berruto (1979), considera el prestigio lingüístico como “peso socio-cultural”; Ninyoles (1972), se
refiere al prestigio lingüístico en la faceta relacionada con el poder. Moreno Fernández (1990),
considera que el prestigio lingüístico se debe abordar desde disciplinas como la sociología, la
lingüística y la sociolingüística.

1. El prestigio desde la sociología

La sociología se ha ocupado del prestigio por la necesidad de analizar y especular sobre la


“estratificación social”. Hans Gerth y Charles Wright Mills considera que la formación y la
persistencia de los estratos sociales están fundamentados en cuatro variables: la ocupación, la
clase, el estatus y el poder.

La ocupación es el conjunto de actividades realizadas de forma más o menos regular, como


fuente principal de ingresos económicos.

La clase tiene que ver con la cantidad y fuente de ingresos con los que se obtienen los objetos
necesarios para la supervivencia.

El estatus está relacionado con la obtención del respeto.

El poder consiste en la capacidad de realización de la voluntad de uno, aun a costa de la voluntad


de los demás.

De lo anterior se desprende que ocupación y clase son factores complementarios en la esfera


de la economía, y que el poder y el estatus se relacionan más con el prestigio, sin embargo, las
cuatro dimensiones se relacionan estrechamente entre ellas. Así, el respeto que se genera a
partir del estatus sólo es posible si hay presencia aceptable de las otras dimensiones.

Por ejemplo, en una oficina, puede ser un banco, una empresa de servicios públicos o una
industria, las manifestaciones de respeto van para las personas que ostentan un cargo superior
y, obviamente ganan más dinero; el hecho de tener un cargo superior les da poder. Ahora bien,
si consideramos el respeto entre iguales –los obreros de una fábrica, por ejemplo–, se
evidenciará más respeto frente al que tiene más edad, o se viste mejor, o tiene más experiencia,
o proviene de una clase social más alta y no al contrario.

Jonathan Turner considera tres factores fundamentales para que se dé el prestigio:

1. La distribución de los recursos de valor.

2. La formación de grupos de valor y,

3. La categoría de dichos grupos.

2. El prestigio desde la lingüística

El prestigio lingüístico, obedece simultáneamente a determinaciones sociales y lingüísticas que


configuran una variedad y califican el uso como estandarizado o estigmatizado. Tal prestigio está
determinado, en última instancia, por cuatro conceptos cuales son: la norma académica, la
corrección gramatical, la adecuación pragmalingüística y la aceptabilidad sintáctico- semántica.
La fidelidad a la normatividad académica da prestigio. En general, las academias son respetadas
por el común de los hablantes y quien sigue tal normatividad, participa del prestigio de dichas
corporaciones. Es claro que, en todos los idiomas, particularmente en los multinacionales de
gran extensión geográfica, se crean focos de prestigio idiomático

La corrección gramatical, aunque no es objeto de los estudios sociolingüísticos y pragmáticos,


es indudable fuente de prestigio, porque, según Vossler, “La corrección gramatical se basa en la
regla, en la convención, y no en la lógica ni en la verdad. Lo gramaticalmente falso es lo que
choca contra el uso idiomático.

Hay dos factores indispensables en el momento de determinar el grado de prestigio lingüístico


que son la adecuación y la aceptabilidad, veamos:

La adecuación de los enunciados a las situaciones comunicativas es la relación entre usos


lingüísticos, los interlocutores y los contextos de interacción.

La aceptabilidad, a veces llega a confundirse con la norma, se relaciona con las distintas
alternativas sintáctico-semánticas de que se disponen a partir del sistema para producir sentidos
dentro de un grupo sociocultural. Responde, entonces, a unos patrones de uso generalizados al
interior de un grupo de hablantes que pueden, incluso romper con las reglas del sistema, y que
a pesar de ello se recuperan los sentidos y se acogen a la estructura haciéndose reconocibles
para todos los usuarios

3. El prestigio de la sociolingüística.

En la sociolingüística actual reconocemos los aportes de Moreno Fernández (1990:187) para


quien el prestigio “Puede ser considerado bien como una conducta, bien como una actitud, es
decir, el prestigio es algo que se tiene, pero también que se concede” y lo define como “Un
proceso de concesión de estima y respeto hacia individuos o grupos que reúnen ciertas
características y que lleva a la imitación de las conductas y creencias de esos individuos o
grupos”.

4. Tipos de prestigio lingüístico

Siguiendo a Moreno Fernández (1990), el análisis del prestigio exige cuatro dicotomías, a saber:

 Prestigio de la ocupación /Prestigio del individuo

Existe un prestigio como atributo de la reputación de las personas y un prestigio como atributo
formal de determinados puestos sociales. El primero es fruto de la interacción social entre
miembros de un mismo grupo, mientras que el segundo es dado a partir de la interacción entre
miembros de distintos grupos. Los dos pueden ser capaces de determinar la dirección de un
cambio lingüístico.

 Prestigio como actitud / Prestigio como conducta

Son dos caras de una misma moneda, pero sólo la actitud positiva nos puede llevar al
conocimiento y uso de formas de prestigio que, de no darse, podrían acarrear formas
estigmatizadas y/o agresivas. Una vez descubiertas dichas formas prestigiosas, su uso se hace
habitual y entra a configurarse como forma de conducta lingüística en el hablante.

 Prestigio vertical / Prestigio horizontal


El concepto de prestigio y de los fenómenos sociolingüísticos en los que se ven implicados en él,
no siempre están relacionados con paradigmas como la riqueza, la clase o el poder, de allí que
estos aspectos no son los determinantes para considerar una lengua, una variedad de la misma
o un uso específico como prestigioso. El prestigio es un proceso que funciona, con un grado
mayor o menor de conciencia, entre clases sociales diferentes, entre los individuos que tienen
poder y los que no lo tienen, entre gentes que pertenecen a ciertos estatus y las que no
participan de ellos, pero también funciona entre individuos que pertenecen a una misma clase
social, que participan del mismo grado de poder o de competencia y que pertenecen a un mismo
estatus, ya sea éste elevado o no. El prestigio puede ser vertical si funciona entre clases y externo
si funciona entre grupos sociales, esto justifica la imitación de las conductas de las clases altas
por parte de las clases medias; puede ser también horizontal o interno, esto es que funciona al
interior de cada clase y de cada grupo y para la difusión o propagación entre los hablantes de un
cambio lingüístico. El prestigio interno posee una mayor trascendencia, desde el punto de vista
práctico, que el prestigio externo.

 Prestigio sociológico / Prestigio lingüístico

Las dificultades que presenta la interpretación o análisis del prestigio, nacen de las interferencias
que se producen entre el prestigio sociológico y el prestigio lingüístico. Es necesario, entonces,
aislarlos para saber qué peso ejercen por separado y conjuntamente en los fenómenos
sociolingüísticos. Sin embargo, es claro que los dos están íntimamente relacionados, ya que el
prestigio sociológico se manifiesta a través de los usos lingüísticos de los miembros del grupo
social.

5. Causas del prestigio lingüístico

Causas religiosas: todas las religiones tienen sus registros y estilos característicos que se
constituyen en lazo de unión entre sus miembros

Causas culturales: El hecho mismo de que un pueblo adquiera fama de culto y refinado, según
este concepto, da prestigio a su lengua. Ocurre muchas veces que una nación, aunque haya
adquirido un alto grado de civilización con respecto a las demás y esté dotada de una amplia
cultura propia, puede estar también bajo la influencia cultural de otra; o, en fenómeno inverso,
que un grupo lingüístico se convierta en modelo de los demás.

Causas políticas: una nación a medida que aumenta su influencia política, tiene mayor necesidad
de comunicarse con pueblos desconocidos. El intercambio es recíproco, lo que hace aumentar
el número de hablantes de esa lengua.

Causas geográficas y sociales: las causas geográficas influyen en cuanto a la extensión territorial
y las sociales por el número de hablantes.

A manera de conclusión

Después de estas consideraciones en torno al prestigio lingüístico queda por concluir que el
prestigio de una lengua se da fundamentalmente por factores extralingüísticos. Estos mismos
factores son determinantes en el prestigio de una lengua en particular en situaciones de
contacto de lenguas o de coexistencia de dos o más lenguas. De otro lado, el prestigio lingüístico
lleva a la imitación de los usos tanto léxicos, como semánticos, morfosintácticos y pragmáticos,
que pueden generar, dentro de una misma lengua, modas lingüísticas y cambios lingüísticos
dependiendo de las personas o grupos sociales que los usan.

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