El Secreto de La Bendicion Esta en La Honra A Dios
El Secreto de La Bendicion Esta en La Honra A Dios
El Secreto de La Bendicion Esta en La Honra A Dios
La irreverencia de Uza terminó con su vida, 1º Crónicas 13:10. David detuvo la misión e
investigó la razón por la que Dios se había enojado tanto. Quedó desconcertado al observar que el
mismo arca que mató a un líder bendijo a Obed-edom, 1º Crónicas 13:14. ¡El arca que mata
personas también bendice hogares! David aprendería la lección más importante de su vida: la
presencia de Dios y Su bendición es proporcional a la honra que se le ofrece.
El arca de Dios no trajo ninguna bendición a la casa de Abinadab y sí a la de Obed-edom. Las dos
familias la tuvieron, pero sólo una fue bendecida. La clave fue la honra. En casa de Abinadab el
arca pasó desapercibida; era simplemente un mueble más. En cambio, en la casa de Obed-edom el
arca tuvo un lugar de privilegio. David observó que a los que eran respetuosos con Dios les iba
bien, en cambio, a los irreverentes les iba mal. Dios desea que Su presencia sea una bendición
como lo fue para Obed-edom y la honra es el medio para obtenerla.
Beneficios de la honra
1. Si honras a Dios tendrás su presencia. “El SEÑOR estará con ustedes, siempre y cuando
ustedes estén con él. Si lo buscan, él dejará que ustedes lo hallen; pero si lo abandonan, él los
abandonará”, 2º Crónicas 15:2 (NVI).
2. Si ‘tienes’ a Dios tendrás su bendición. “Obedécelo (a Dios)… Él siempre responderá tus
peticiones…”, 1º Crónicas 28:9 (TLA).
3. Si ‘tienes’ a Dios tendrás su protección y lograrás su promoción. Considera a los tres
amigos de Daniel. El rey Nabucodonosor mandó hacer una estatua de sí mismo y ordenó a todo el
mundo que se postrara delante de ella. Sadrac, Mesac y Abed-nego se negaron y el rey ordenó
que fueran arrojados al horno, Daniel 3:15-23. Al ver que no morían exclamó: “No hay otro dios
que pueda hacer lo que el Dios de estos jóvenes ha hecho… Además, Nabucodonosor les dio a
los tres jóvenes puestos aún más importantes en el gobierno de Babilonia”, Daniel 3:29-30
(TLA).
La forma en la que tratas a Dios determina cuánto recibirás de Él. Quienes honran a Dios
serán honrados por él: “Yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en
poco”, 1º Samuel 2:30. La honra es el vehículo que te ‘trae’ a Dios y su bendición. Un claro
ejemplo es el de Jesús cuando estuvo en Nazaret: “No pudo hacer allí ningún milagro, salvo que
sanó a unos pocos enfermos…”, Marcos 6:5. La expresión “no pudo” indica que fue frenado.
¿Qué lo estorbó para que no pudiera hacer milagros? La falta de honra. Jesús mismo dijo: “No
hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa”, Marcos 6:4.
Jesús no fue tratado con respeto y consideración sino como un conciudadano más, por tanto
recibieron de Él una bendición muy pequeña.
Por el contrario, el centurión mencionado en Mateo 8:5-13 honró a Jesús y se llevó el premio
completo. El oficial romano dijo: “Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di
la palabra, y mi criado sanará”, versículo 8. En primer lugar, lo trató como Señor y, luego, dijo
de sí mismo que no era digno. ¿No era digno? Si él era un oficial del ejército romano, es decir, el
conquistador; mientras que Jesús pertenecía a una nación conquistada. Sin embargo, el centurión
sabía bien quién era Jesús. Reconoció su autoridad espiritual por encima de la suya que era
terrenal. Trató a Jesús como alguien muy importante y le rindió el debido respeto. Como
consecuencia, su criado fue sanado completamente. En conclusión: la honra es una clave
esencial para recibir del cielo.