Intolerancia A La Fructosa
Intolerancia A La Fructosa
Intolerancia A La Fructosa
Descripción clínica
La IHF se presenta durante la lactancia en el momento del destete (cuando la fructosa se
incorpora a la dieta), manifestándose con hipoglucemia, acidosis láctica, cetosis con
vómitos recurrentes, dolor abdominal y manifestaciones sistémicas tras el consumo de
alimentos que contienen fructosa. Una ingesta persistente de fructosa y azúcares
relacionados (tales como sacarosa y sorbitol) puede conducir a un retraso del crecimiento,
hepatomegalia, disfunción tubular proximal, fallo hepático y renal, convulsiones, coma y
riesgo de deceso. Todos los afectados que alcanzan la edad adulta, desarrollan una aversión
natural a las frutas y a los dulces y describen un largo historial de por vida de vómitos e
hipoglucemia tras la ingesta de fructosa. Las caries dentales están ausentes en una
proporción significativa de la población adulta con IHF (lo que puede ser indicativo del
diagnóstico). A veces, se puede realizar el diagnóstico en un adulto que, debido a su
aversión a la fructosa, ha rechazado todos los alimentos que la contienen desde la infancia.
METABOLISMO DE LA FRUCTOSA
1. Fructosuria
Debido a las limitaciones de la interpretación del test de hidrógeno, con una mala
correlación entre sintomatología clínica y malabsorción, también se utiliza para el
diagnóstico una prueba de provocación, que se realiza de forma similar a la de la
intolerancia a lactosa. Ante la sospecha clínica de intolerancia a fructosa se dan normas
para una exclusión estricta de fructosa en la dieta que se mantiene 2-4 semanas. En caso
de respuesta clínica favorable se introduce fructosa de modo progresivo y si reaparecen
los síntomas previos puede considerarse positiva. Una limitación de esta prueba es la
valoración subjetiva de la respuesta clínica por parte del paciente, que puede estar
sesgada al realizarse la provocación de modo abierto.
Tratamiento