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De La Abundancia Del Corazón - JORGE

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Lucas 6:45

“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el


hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de
la abundancia del corazón habla la boca.”

El Señor nos advierte que aquello que abunda en nuestro interior, tarde o
temprano, con menor o mayor frecuencia, se reflejará en nuestras
expresiones, en nuestras conversaciones, y como consecuencia, en nuestros
actos.
Tus palabras hablan de tu realidad ,de tu muy particular manera de verlo
todo. Tu consciencia usa tu palabra para decir lo que percibe y como lo
percibe, es el cristal con que lo miras. Habla de tus emociones , de tu
conocimiento de todo lo que te rodea, de como es la vida que vives , habla
de ti y de lo que gusta o te disgusta , del amor que sientes, de lo que
compartes , de lo que rechazas. Lo que abunda en ti se expresa en tu
lenguaje.

En Proverbios 18:21 dice:


“La muerte y la vida están en poder de la lengua,
Y el que la ama comerá de sus frutos.”

Las palabras revelan lo que nuestro corazón contiene y nuestras palabras


son poderosas. Nuestras palabras revelan la fe que tenemos. Las palabras
pueden sanar, pueden herir, pueden edificar o pueden destruir, pueden dar
vida o pueden producir muerte, pueden bendecir o pueden maldecir, y toda
palabra que sale de nuestra boca viene de nuestro corazón que es muy
engañoso.

¿Las palabras que salen de tu boca son de bendición o de maldición?

Maldecir quiere decir “Hablar mal de algo o de alguien”, cuando hablamos


mal de nuestro esposo o de nuestra esposa, estamos hablando maldición,
cuando hablamos mal de la suegra estamos hablando maldición, cuando
hablamos mal de la iglesia, estamos hablando maldición . . . por eso, si
hemos estado hablando mal, si hemos estado maldiciendo, dejemos de
hacerlo y empecemos a hablar bien, hablemos bendición, hablemos vida.

Bendecir es “Hablar bien de algo o de alguien”, hemos sido bendecidos para


que podamos bendecir, por tanto, hablemos bien de nuestros hermanos, de
nuestros esposos, de nuestras esposas, de nuestros hijos, de nuestras
familias, de nuestra congregación, de nuestra ciudad.

La clave es llenar el corazón de la Palabra de Dios, para que esta abunde


como tesoro valioso en el corazón y sea lo que en el andar diario se
manifieste; veremos un cambio de vida en Cristo Jesús.
En Efesios 4:29 dice:

“No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea
buena para edificación, según la necesidad del momento, para que
imparta gracia a los que escuchan.”

Amén!
10/03/2019

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