Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica
Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica
Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica
La valoración para los indicadores simples y ponderado se realizó con base a la siguiente
escala: excelente (≥90%), bueno (89%–80%), aceptable (79%–70%), inaceptable
(≤69%). En base a la misma, como parte de los mecanismos de incentivos para la mejora
continua del SINAVE, el Ministerio de Salud otorga anualmente un reconocimiento
público a los centros de salud y territorios con mejor desempeño en materia de vigilancia
epidemiológica.
La última evaluación de esta naturaleza se realizó en 2002, siendo útil para impulsar
planes para el fortalecimiento de capacidades de vigilancia epidemiológica. En agosto
del 2017, se inició una segunda evaluación, cuyos resultados serán publicados en el
segundo semestre de este año.
Notificación semanal de síndromes, enfermedades y eventos (Epi-1)
En el año 2017, el SINAVE tenía adscrita 2476 unidades notificadoras. El 96% (2387) de
las mismas notificaron el Epi-1 en al menos una ocasión durante todo el año. En general,
el desempeño en la notificación del Epi-1 fue bueno alcanzando el 88% de cobertura
(113 700) y una oportunidad de 80% (103 373) respecto a los informes esperados (128
752). En cuanto al indicador de completitud del Epi-1 en los datos de población atendida
fue de 87% (11 2014).
A cuatro (4) años de emitida Resolución 00004, se ha logrado la participación del 69%
(321 de 463) de las unidades notificadoras que ofrecen servicios de hospitalización,
alcanzando menos del 50% en todos los indicadores, aunque hubo mayor progreso en
las que pertenecen al SNS.
Subsistema de Vigilancia de Enfermedades Prevenibles por Vacunas y sus
Efectos Adversos
En el marco del compromiso asumido por el país para lograr al año 2015 los Objetivos y
Metas de Desarrollo del Milenio, la Secretaria de Estado de Salud Pública y Asistencia
Social (SESPAS) ha iniciado, en septiembre del 2005, una movilización nacional
“tolerancia cero” a la ocurrencia de casos y muertes por problemas de salud que sean
evitables.
Esta iniciativa tiene como antecedente el éxito obtenido en la Movilización Nacional para
la reducción de la Mortalidad Infantil y Materna del 1997 a l 2000, en la cual se
involucraron actores de la sociedad civil y del gobierno logrando una importante
reducción de ambos indicadores durante ese tiempo.
Al igual que en ese período, UNICEF está apoyando los esfuerzos que realiza la
Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia Social en lograr los objetivos de esta
movilización nacional.
2. Sumar esfuerzos, capacidades y recursos del Estado con los de la sociedad civil,
asociaciones sin fines de lucro alrededor de planes, estrategias e intervenciones
conjuntas que fortalezcan la efectividad y los resultados de impacto sobre salud
de las poblaciones, con especial énfasis en las poblaciones más empobrecidas.
4. Sentar las bases para el desarrollo del subsistema de salud colectiva del sistema
nacional de salud moderno y efectivo.
Las estrategias planteadas para lograr estos objetivos están dirigidas a elevar la calidad
de la atención, asegurar la disponibilidad de vacunas y medicamentos en todo el sistema
nacional de salud y reforzar la vigilancia epidemiológica y la participación social en la
planificación, gestión, monitoreo y evaluación de las intervenciones.
Las enfermedades transmitidas por vectores son causadas por parásitos, virus y
bacterias transmitidos por mosquitos, flebótomos, chinches triatomíneas, simúlidos,
garrapatas, moscas tsetsé, ácaros, caracoles y piojos. En todo el mundo se registran
cada año más de 700 000 defunciones como consecuencia de enfermedades
transmitidas por vectores, tales como el paludismo, dengue, esquistosomiasis,
tripanosomiasis africana humana, leishmaniasis, enfermedad de Chagas, fiebre amarilla,
encefalitis japonesa y oncocercosis.
Desde 2014, grandes brotes de dengue, paludismo, fiebre chikungunya, fiebre amarilla
y enfermedad por el virus de Zika han azotado a diferentes poblaciones, cobrándose
vidas y abrumando los sistemas de salud en muchos países.
Rabia
La leptospirosis está producida por las espiroquetas patógenas del género Leptospira.
Esta enfermedad presenta una mayor prevalencia en las zonas tropicales aunque
también se dan casos en países de clima templado, como es el caso de España, siendo
la zoonosis bacteriana de mayor distribución a nivel mundial.
La enfermedad puede tener múltiples presentaciones clínicas que van desde un cuadro
pseudogripal hasta un fallo multiorgánico grave que puede causar la muerte del paciente.
Se debe sospechar una leptospirosis en aquellos pacientes con aparición súbita de
fiebre, escalofríos, mialgias, cefalea, inyección conjuntival e ictericia. Otros síntomas que
pueden aparecer son erupción cutánea, vómitos, diarrea, dolor abdominal y artritis.
En los casos más graves se han descrito la presencia de miocarditis, fallo hepático, fallo
renal, fallo respiratorio, hemoptisis, meningitis y hemorragias en piel y mucosas. La
inyección conjuntival sin secreción purulenta y la sensibilidad a la palpación de los
músculos, sobre todo en las pantorrillas y las zonas lumbares, son los dos signos más
distintivos.
Todos los casos que cumplan los criterios de caso “probable” o “confirmado” han de ser
notificados de manera sistemática, por el procedimiento habitual, en el momento de su
conocimiento (de la sospecha, sin esperar al diagnóstico de confirmación), a la Dirección
de Salud de Área, por el profesional que lo conozca.
Es necesario contar con cinco elementos en la vigilancia de las ITS, si esta ha de servir
para lograr programas de control eficaces:
· Notificación de casos
· Estudios especiales
Asimismo, la etapa de la epidemia del VIH (de bajo nivel, concentrada o generalizada)
en que se encuentre el país influirá en las actividades de la vigilancia de las ITS y la
prioridad que se asigne a las acciones.
En realidad, no hay un sistema único de vigilancia de las ITS que pueda servir de modelo
para todos los países. Sin embargo, los cinco elementos ya mencionados constituyen un
marco de referencia para la vigilancia de las infecciones de transmisión sexual que puede
adaptarse a la mayoría de las situaciones nacionales.
Para que esta vigilancia proporcione información de utilidad a las estrategias de salud y
a las decisiones en salud pública, su recogida, análisis y difusión deben ser sistemáticos,
continuos o en periodos regulares de tiempo.
Estas brechas sanitarias, que se han venido agrandando desde hace algunas décadas,
pueden obedecer a comportamientos de alto riesgo como fallas en los sistemas de
vigilancia epidemiológica, control insuficiente de la población de mosquitos portadores
de enfermedades, paralización de los sistemas de abastecimientos de agua y
saneamiento, acercamiento de la fauna silvestre a los asentamientos humanos por la
deforestación, entre otros.
Se han seleccionado los indicadores que mejor reflejan el efecto sobre la salud de los
factores relacionados con el medio ambiente, a cada uno de los cuales se le ha asignado
una ficha técnica en la que, junto con la descripción del indicador a controlar, se recogen
diversos parámetros para su seguimiento y vigilancia.
b) Accidentes laborales.
c) Enfermedades profesionales.