GEOMALLA
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GEOMALLA
Antes de comenzar a especificar algunos de los usos más frecuentes de las geomallas, es
conveniente explicar qué son exactamente. Las geomallas son un tipo de geosintético formadas por
filamentos de poliéster de alta tenacidad, recubiertos y unidos por una envuelta de PVC. o bien de
fibra de vidrio. Se trata de materiales altamente resistentes y duraderos.
Dependiendo del tipo de uso que se quiera conseguir, las geomallas pueden ser uniaxiales o
biaxiales. En el primer caso, la geomalla proporciona refuerzo en una dirección, mientras que las
biaxiales lo hacen posible en más de una. En los últimos años, ya se han empezado a desarrollar las
geomallas triaxales que ofrecen una distribución multidireccional de la carga.
Las geomallas están catalogadas dentro de lo que se conocen como geosintéticos de refuerzo, junto
a los geotextiles y los geocompuestos.
Una de las preguntas que más se suelen hacer los jefes de proyectos a la hora de seleccionar las
geomallas es, ¿poliéster o fibra de vidrio? La respuesta es sencilla. Las de Poliéster se suelen usar en
tierras (muros de contención por tongadas, base de terraplenes…) y las de fibra de vidrio para
refuerzo de pavimentos (reasfaltado de carreteras con falla de base, ampliaciones de calzada….).
Una vez que has conocido con detalle qué son las geomallas, es hora de hablar sobre su uso para
refuerzo y estabilización. Así, las diferentes aplicaciones de las geomallas son:
2. Refuerzo en terraplenes.
Se dice que se tiene un suelo reforzado cuando para mejorar el comportamiento de un relleno
controlado, elementos fabricados por el hombre tales como barras de acero, capas de geotextiles,
geomallas plásticas, mallas de acero u otro tipo de elementos artificiales.
Dentro de las estructuras de suelo reforzado se tienen dos grandes grupos: los Muros Estabilizados
Mecánicamente (MEM) y los Taludes Reforzados (TR). La única diferencia entre estas dos
estructuras es la inclinación de la fachada, ya que ambas se componen básicamente de un suelo
compactado, geomallas de refuerzo y una fachada no estructural, requiriendo adicionalmente de
un sistema de drenaje y de sistemas para prevenir la erosión.
El uso de refuerzos sintéticos fabricados a base de polímeros como el Polietileno de Alta Densidad
(HDPE), el Polipropileno (PP) o el Poliester (PET) se ha extendido recientemente gracias a la
versatilidad que ofrecen estos materiales sintéticos para obtener geomallas con alta resistencia a la
tensión, completamente inertes y de gran resistencia a la degradación en contacto con materiales
de relleno saturados y medios con presencia de agentes químicos agresivos.
A diferencia de los refuerzos metálicos de otros sistemas, las geomallas sintéticas de refuerzo no
vida útil de la
estructura.
¿Qué ventajas ofrecen los muros Estabilizados Mecánicamente (MEM) con refuerzos poliméricos,
sobre muros convencionales?
Los MEM que incluyen geomallas poliméricas tienen un fácil y rápido procedimiento constructivo,
que al compararlo con el empleado en los muros de concreto tradicionales, logran reducciones
significativas de los tiempos de ejecución. Las actividades requeridas para preparar el sitio son
mínimas, y solo se requiere de equipo de movimiento de tierras para colocar y compactar el suelo,
así como mano de obra para colocar las geomalllas y el elemento de fachada.
Además, en condiciones de poco espacio frente la cara del muro el procedimiento constructivo se
adapta sin problemas para las maniobras y operaciones de construcción. En la fig. 3 se aprecia como
en muros de alturas mayores a 2m, todos los trabajos se realizan por la parte interior del muro sin
necesidad de emplear andamios.
El costo específico de una estructura de suelo reforzado es función de muchos factores, entre los
que se incluyen los requerimientos de corte y relleno, altura y tipo de muro o talud, tipo de suelo
disponible para el relleno reforzado y el terraplén, el acabado de la fachada y el periodo de vida útil
de la estructura, pero se ha observado que para muros con altura mayor a 3.0m y terreno de
cimentación con resistencia media, el costo de un MEM es más competitivo que el respectivo de un
muro tradicional de concreto.
En general, con el uso de MEM se obtienen ahorros del orden del 25 al 50% respecto a muros
tradicionales de concreto, y además tienen un mejor comportamiento ante deformaciones
diferenciales que aquellos.
Al emplear limos o arcillas como material de relleno, debe ponerse especial atención en el drenaje,
ya que dada la baja permeabilidad de estos suelos, el flujo del agua infiltrada a través de ellos es tan
lento que puede desarrollar empujes hidrostáticos y llevar el muro a la falla. A
manera de drenaje en la interfase suelo reforzado-suelo retenido, puede emplearse un filtro pétreo,
pero dada la dificultad para controlar su granulometría y el difícil proceso de colocación para evitar
que se contamine o disgregue, se prefiere emplear grava de tamaño uniforme envuelta en un
geotextil PAVITEX filtrante; este tipo de grava mal graduada tiene mucha mayor permeabilidad que
un filtro pétreo, hasta 1000 veces más, y el geotextil PAVITEX filtrante evita que la grava se
contamine, conservandose así la permeabilidad y buen funcionamiento del sistema de drenaje
Para el diseño de las obras de control de la erosión de un talud es necesario realizar un análisis muy
completo de las condiciones geológicas, geotécnicas, ambientales e hidrológicas para asegurarnos
del comportamiento del talud una vez construido. La utilización de las geomallas para la
estabilización de taludes es la solución más eficiente para evitar problemas causados por la erosión.
Se conocen como mallas volumétricas o geomallas al material formado por tres mallas combinadas,
la malla de polipropileno (PP), que actúa como base del conjunto, y las otras mallas de alta densidad
(PEAD) forman su estructura tridimensional con sus ondulaciones. Actúa como filtro, es decir, deja
pasar el agua pero no los finos de la capa superficial del suelo, evitando, de esta forma, el lavado de
finos dificultando la acción de la erosión y, por otro lado potencia la formación de una cubierta
vegetal, cuyas ventajas principales son:
Protección del talud en condiciones climáticas extremas como fuerte viento o altas
temperaturas.
3. Se dispondrá de una zanja para anclar la malla, a una distancia no menor a 1 metro del
borde del talud, de 20 cm de ancho por 20 de profundidad.
9. Una vez terminado el proceso de inspección del estado de las piquetas, ya se puede
recubrir con sustrato o hidrosiembra para la regeneración de la cubierta vegetal del talud.
PRECIOS UNITARIOS
Moneda: dólares