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LICENCIATURA EN SEGURIDAD PÚBLICA

UNADM

ACTUACION DE LOS CUERPOS DE SEGURIDAD


Bases para la profesionalización eficaz y la
necesidad de cuentas
Alumno:
Matricula:
Facilitador:

UnADM

UNIDAD 2

ACTIVIDAD 2
INTRODUCCION
El propósito de esta actividad es analizar qué actuaciones están dentro los límites
del uso de la fuerza para considerarse excesivas o no, enmarcadas en el respeto
de los derechos humanos y a qué mecanismos de rendición de cuentas se sujetan
los elementos de los cuerpos policiacos.

Con este fin identificamos un caso en la página de la Comisión Nacional de


Derechos Humanos, donde se hizo una recomendación sobre el uso indebido de
la fuerza por parte de elementos de una corporación policíaca, respondiendo a los
siguientes temas:

Síntesis: El 22 de junio de 2000 esta Comisión Nacional recibió el escrito de queja de la


señora María Luisa Romero Piña, en el cual denunció presuntas violaciones a los
Derechos Humanos de su hijo, Rodolfo Salazar Romero, cometidas por servidores
públicos de la Procuraduría General de la República, consistentes en detención arbitraria
y trato cruel y/o degradante.
En el escrito de referencia se argumentaron como hechos violatorios que el 19 de
diciembre de 1999, en la ciudad de Puebla, Puebla, elementos de la Policía Judicial
Federal, sin identificarse, pretendieron detener a Rodolfo Salazar Romero, y le
dispararon con un arma de fuego, lesionándolo en una pierna y “en el pene”, aunque
logró huir para salvarse. Los elementos policiales manifestaron que Rodolfo Sa- lazar
Romero estaba involucrado en los delitos de homicidio, robo y otros, ocurridos en 1988
en Phoenix, Arizona, Estados Unidos de América. Se indicó, además, que desde ese
momento la quejosa y su familia han sido acosados y les tienen intervenidos sus
teléfonos. También agregó que el 15 de junio de 2000 en la ciudad de Chetumal,
Quintana Roo, Rodolfo Salazar Romero circulaba a bordo de una bicicleta cuando fue
interceptado por elementos de la Unidad Especializada en Delincuencia Organizada de
la Procuraduría General de la República, quienes conducían dos camionetas, y al
momento de su captura lo sometieron y lesionaron con disparos de arma de fuego en
un brazo y “en un testículo”, y además se le perforó un pulmón a causa de los golpes
que le propinaron, motivo por el cual fue internado en el Hospital General de la
mencionada localidad, y el 19 del mes citado se le trasladó a la ciudad de México.
Del análisis de la información recabada y de la investigación realizada por esta
Comisión Nacional se acreditaron violaciones a los Derechos Humanos del señor
Rodolfo Salazar Romero, por parte de elementos de la Policía Judicial Federal de la
Dirección General de Planeación y Operación de la Procuraduría General de la
República, consistentes en un trato cruel, inhumano o degradante, debido a que el 15
de junio de 2000 lo detuvieron con motivo de una solicitud de detención formal con fines
de extradición efectuada por el Gobierno de Estados Unidos de América, a través de su
Embajada en México, actuando con exceso en el uso de la fuerza empleada para
detenerlo, toda vez que por disparo de arma de fuego lo hirieron en el brazo derecho y
en el testículo izquierdo, además de provocarle fractura por contacto directo de un
agente contundente por cuerpo blando (golpe de pie calzado) en doceavo arco costal
derecho, por lo que en el caso concreto muy probablemente incurrieron en una
responsabilidad de carácter administrativa al contravenir lo dispuesto por los artículos
109, fracción III, de la Constitución Política de los E s t a d os Unidos Mexicanos, así
como 47, fracciones I y XXII, de la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores
Públicos; además, de una conducta que pudiera resultar constitutiva de delito, atento a
lo previsto en los artículos 225, fracción VII, y 292, en relación con el 315 y el 316, del
Código Penal Federal.
Por otra parte, dada la gravedad del caso, se advirtieron irregularidades en la
actuación de la licenciada Claudia Rosas Sosa, agente del Ministerio Público de
la Federación, titular de la Mesa II de la Subdelegación de Procedimientos
Penales en Chetumal, Quintana Roo, ya que el 17 de junio de 2000 declaró al
señor Rodolfo Salazar Romero, en relación con los hechos investigados en el
exhorto CH/ 023/200, derivado de la indagatoria 1215/99/CI/MI, sólo en su
calidad de probable responsable del delito de lesiones intencionales cometido en
agravio de Ofir Picazo Garrido, agente de la Policía Judicial Federal, siendo
que, en términos de los artículos 113, 123 y 124 del Código Federal de
Procedimientos Penales, se encontraba facultada para declararlo en su calidad
de ofendido e iniciar la indagatoria correspondiente por las lesiones que el mismo
presentó; además, omitió informarle de sus derechos en los términos del artículo
20 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
De lo expuesto, la citada servidora pública, al ejercer las funciones que como
representante de la sociedad le confiere tal precepto constitucional, no ajustó su
actuación a la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, así como al
Código Federal de Procedimientos Penales, por lo que probablemente contravino lo
dispuesto en los artículos 109, fracción III, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, y 47, fracciones I y XXII, de la Ley Federal de Responsabilidades
de los Servidores Públicos; además, su conducta también pudiera resultar constitutiva
de delito, atento a lo previsto en el artículo 225, fracción VII, del Código Penal Federal
vigente.
Esta Comisión Nacional de los Derechos Humanos recomendó al Procurador General
de la República se diera vista al Órgano de Control Interno de dicha institución, con
objeto de que se iniciara y determinara conforme a Derecho el procedimiento
administrativo en contra de los agentes de la Policía Judicial Federal de la Dirección
General de Planeación y Operación, así como de la licenciada Claudia Rosas Sosa,
agente del Ministerio Público de la Federación, titular de la Mesa II de la
Subdelegación de Procedimientos Penales de la Procuraduría General de la República
en Chetumal, Quintana Roo.
También, que se inicie y determine conforme a Derecho la averiguación previa
correspondiente en contra de los agentes de la Policía Judicial Federal de la Dirección
General de Planeación y Operación, por las lesiones que infligieron al señor Rodolfo
Salazar Romero; asimismo, de la licenciada Claudia Rosas Sosa, agente del Ministerio
Público de la Federación, titular de la Mesa II de la Subdelegación de Procedimientos
Penales de la Procuraduría General de la República en Chetumal, Quintana Roo, por
obstruir la procuración de justicia, y en su caso, se diera cumplimiento a las órdenes de
aprehensión que llegaran a librarse.
El 6 de noviembre de 1996, en la Procuraduría General de la República, se recibió el
oficio ASJ/ 13483, del 4 del mes y año citados, procedente de la Secretaría de Relaciones
Exteriores, en el que comunicó que el Gobierno de Estados Unidos de América, a través
de su Embajada en México y mediante nota diplomática del 4 de noviembre de 1996,
solicitó la detención formal con fines de extradición internacional del señor Rodolfo
Salazar Romero, en razón de que el 21 de junio de 1988 el Juez Gregory H. Martin, de la
Corte Superior de Justicia del Condado de Maricopa, Phoenix, Arizona, libró orden de
aprehensión por su probable responsabilidad en la comisión de los delitos de homicidio,
robo a mano armada, allanamiento, asalto con agravantes y otros relacionados.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, con fundamento en los artículos 102,
apartado B, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y 1o.; 3o.; 6o.,
fracciones II y III; 15, fracción VII; 24, fracción IV; 44, y 46, de la Ley de la Comisión
Nacional de Derechos Humanos, ha procedido a examinar los elementos contenidos en
el expediente 2000/2641/1, relacionados con el caso del señor Rodolfo Salazar Romero.

¿Cuáles fueron las causas que propiciaron que el servidor público actuara
de manera arbitraria o excesiva?

Con motivo de la petición realizada por la Delegación Estatal de la Procuraduría


General de la República en Puebla, se radicó el exhorto 23/2000/II, derivado de
la integración de la averiguación previa 1215/99/CI/MI, iniciada en la Agencia del
Ministerio Público de la Federación, C‚lula Primera, Mesa Uno, de la ciudad de
Puebla, Puebla, en contra de María de Jesús y Rodolfo, ambos de apellidos
Salazar Romero, por el delito de lesiones intencionales cometido en agravio de
Ofir Picazo Garrido, agente de la Policía Judicial Federal, adscrito a la Dirección
de Planeación y Operación de dicha corporación policiaca, en el cual se recabó
la declaración ministerial del señor Rodolfo Salazar Romero, sin precisar en qué
calidad.

El Director General de Protección a los Derechos Humanos de la Procuraduría


General de la República, reenvió una copia certificada de la averiguación previa
1215/99/C/ I.M.I., iniciada en la Agencia del Ministerio Público de la Federación
de Procedimientos Penales B, C‚lula Uno, Mesa Uno, en Puebla, Puebla, en
contra de María de Jesús y Rodolfo, ambos de apellidos Salazar Romero, como
probables responsables de la comisión del delito de lesiones cometido en agravio
de Ofir Picazo Garrido, agente de la Policía Judicial Federal, comisionado para
dar cumplimiento a la orden de aprehensión vinculada con la solicitud de
extradición formulada por un Juez de Estados Unidos de América, en contra de
Rodolfo Salazar Romero por su probable responsabilidad en la comisión de los
delitos de homicidio, robo a mano armada, allanamiento, asalto con agravantes y
otros relacionados.
El agraviado manifestó que en diciembre de 1999 se percató que iba a ser
detenido por un agente de la Policía Judicial Federal, pero se opuso y se fue
a una barranca cercana a su casa; lugar donde forcejeó con un agente de la
Policía Judicial Federal, quien resbaló y como éste estaba a la orilla de la
barranca lo empujó para que cayera a dicho barranco y al resbalar se le cayó
el arma, la cual recogió y disparó dos veces hacia el lugar donde había caído
el elemento de la Policía Judicial Federal, aclarando el agraviado que
también golpeó a dicho servidor público en la cara con un radio que éste
traía.

El Director General de Planeación y Operación de la Policía Judicial Federal hizo


del conocimiento de la Dirección General de Asuntos Legales e Internacionales
de la Procuraduría General de la República, que el señor Salazar Romero
resultó lesionado al resistirse a su detención en cumplimiento al
mencionado mandato judicial, actuación que de ninguna manera está justificada
por parte de los servidores públicos que intervinieron en los hechos, toda vez que
no quedó acreditado que fuera inevitable el uso de armas de fuego por parte de
los mencionados elementos policiacos, por encontrarse éstos en peligro
inminente de muerte o de lesiones, tal como lo prevén las disposiciones 9 y 16 de
los Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los
Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley, adoptados por la
Organización de las Naciones Unidas el 7 de septiembre de 1990.

¿Cuál fue el impacto que tuvo el caso en la sociedad y destaca la relevancia


del mismo?

La eficacia del trabajo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos


depende en gran medida de la actitud de colaboración y disposición, así como del
compromiso con la vigencia de los Derechos Humanos de las propias autoridades.
La función de la Comisión es de colaboración con las autoridades, en tanto que
señalan a los servidores

públicos que se han apartado de la legalidad que debe regir su función. Quienes
violan los Derechos Humanos desde posiciones de autoridad perjudican a las
instituciones a las que sirven y debilitan los valores esenciales de la convivencia
democrática. Un complemento indispensable del Gobierno a la tarea de la
Comisión Nacional de los Derechos Humanos es el trabajo profesional y eficiente
de las Contralorías, tanto de la SECODAM como de cada una de las contralorías
internas de las dependencias, pues a ellas corresponde —como autoridad—
fincar la responsabilidad de los servidores públicos que incurren en faltas. En este
campo se han detectado problemas, toda vez que, si bien se aceptan
Recomendaciones y soluciones amigables por parte de la autoridad, al dar vista
a los órganos internos de control ocurre que, en numerosas ocasiones, pese a
estar claramente acreditada la responsabilidad, los servidores públicos o no son
sancionados o la sanción es mínima. Da entonces la impresión que el
procedimiento resulta una simulación que tiene un impacto desmoralizador en
la sociedad, que ve de qué manera violaciones graves a los Derechos
Humanos son consideradas en los hechos como faltas leves dentro del servicio
público. Se trata de un problema generalizado, tanto a nivel federal como local,
de acuerdo con lo reportado por las Comisiones Estatales. La impunidad por faltas
administrativas no sancionadas es también un grave obstáculo para el avance de
una cultura de los Derechos Humanos. La actividad de los organismos
públicos defensores de Derechos Humanos pierde toda eficacia ante las
numerosas lagunas que aprovechan los malos servidores públicos para
evadir la responsabilidad de sus actos.

BIBLIOGRAFIA
http://www.cndh.org.mx/sites/all/fuentes/documentos/gacetas/128.pdf
https://unadmexico.blackboard.com/bbcswebdav/institution/DCSA/BLOQUE1/SP/08/SACS/U2/Unidad%202.%
20La%20necesidad%20de%20profesionalizacion%20de%20los%20cuerpos%20policiales.pdf
https://unadmexico.blackboard.com/bbcswebdav/institution/DCSA/BLOQUE1/SP/08/SACS/U2/Unidad%202.%
20La%20necesidad%20de%20la%20profesionalizacion%20de%20los%20cuerpos%20policiacos%20ante%20
las%20nuevas%20modalidades%20%20Actividades.pdf
http://www.ordenjuridico.gob.mx/Constitucion/cn16.pdf

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