Animus Domini
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La Ley. t. 115-909
I. Introducción
No porque se reitere en nueva oportunidad ni por aparentar que su
estudio y dilucidación es tremendo problema, deja de ser verdadera la
afirmación, de que en la consideración de les derechos reales es una
compleja figura la posesión y que siempre constituyó tema de inevitables
controversias doctrinarias y aun de vehementes comentarios, inbuídos
de afán combativo.
No hay duda que la posesión -que bien se la calificara de cuasi-do-
minio por lo que de contacto y similitud tiene en su exteriorización con
tal derecho y que por el mismo motivo, también pudo llamársela presun-
ta propiedad-, ofrece amplio campo a disquisiciones jurídicas y en oca-
siones ante tan vieja institución, las opiniones que en el punto se vierten
y se suceden a través del tiempo, no hacen sino realidad el antiguo ada-
gio: non nova, sed nova.
Efectivamente: no cosas nuevas, sino dichas en forma nueva. Nosotros
no somos excepción. Pero simplifiquemos para allanar ei camino, recor-
demos que es clásica la distinción en la integración de la posesión de dos
elementos, el corpus y el animus (materialidad e intención, respectiva-
mente, factores no disociados y que íntimamente se ligan) y en el estudio
de ambos, ocupan un lugar destacado Savigny e Ihering, antítesis de casi
toda la doctrina posesoria.
El primero de los nombrados, se remite al estudio de/corpus en los
viejos y siempre actuales textos del derecho romano y al considerar la
i que nos pone en estado, no sólo de sentar en cualquier ocasión los pies
sobre parte del fundo, sino también de obrar en este conforme a nuestra
voluntad"(2).
Ihering -que acertadamente incluye la posesión en el derecho de
cosas, por aparecer como una relación inmediata de la persona con la
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cosa-o manifiesta respecto al corpus, que "por exterioridad del domi-
nio entiendo el estado normal externo de la cosa, bajo el cual cumple
el destino económico de servir a los hombres. Ese estado toma. según
la diversidad de las cosas, un aspecto exterior diferente; para las unas,
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ACTOS POSESORIOS 117
IV. Jurisprudencia
Esa diversidad de criterios en los fallos de nuestros tribunales, que en
tema precedeme mencionáramos, se motiva en la circunstancia de que
mientras algunas sentencias reconocían la sola realización de actos po-
sesorios como reveladores de una posesión efectiva, otras exigían ade-
más. que se probara por el interesado que se había ejercido una posesión
{/nilllusdom in i.
Entre aquellas que han sostenido tal criterio, podemos recordar algu-
nas, en las que se ha dicho que "los actos de cultivo del fundo, si pueden
justificar y acreditar el corpus posesorio. no son suficientes para acredi-
tar el ánimo o la intención de realizarlos como dueño exclusivo en forma
indudable y convincente" (Rev.LALEY,\. 6, p. 322 [fallo 2284]). que "para
admitir que la posesión es a título de propietario, es necesario que el ani-
lIlusdolllini resulte establecido con claridad" (Rev. LA LEY,\. 15. p. 1104
[fallo 7931]);o bien que "la ocupación de la tierra. su cultivo, la percep-
ción de los frulOs, son hechos externos comunes a toda posesión y no
prueban el mlÍlIlusdolllini" (J. A., \. 5, p. 489).
Otros fallos pronunciados en similar sentido, se registran en Rev.
LA LEY,\. 53. p. 569 (fallo 25.966); \. 99. ps. 276 (fallo 45.015) y 755 (fallo
45.225); t. 100,p. 715 (fallo 45.529) y j. A., \. 5, p. 93).
(l6) Bibiloni, luan A.• "Reforma del Código Civil (Anteproyecto)'; Ed. Kraft Ltda .•
Buenos Aires. 1939, t. \l, p. 32, nota al arto 2317.
120 LUIS M. VALIENTE NOAILlES (H.)
V.Conclusiones
En primer término recordemos que el codificador enumera como ac-
tos posesorios en el arto 2384 la cultura de inmuebles, la percepción de
los frutos, el deslinde, la construcción o reparación que en ellas se haga
y, en general, su ocupación, de cualquier modo que se tenga, bastando
hacerla en alguna de sus partes.
Esta enumeración no es taxativa ni limitativa; es, por el contrario,
enunciativa; y a ella pueden agregarse todos aquellos actos que la juris-
prudencia declaró posesorios, como ser: realizar plantaciones, colocar
alambradas, efectuar una tasación, la diligencia de mensura practicada
para atribuirse un terreno (no para saber su ubicación), la siembra y co-
secha, la explotación de bosques o de campos en provecho propio.
Se ha declarado, en cambio que no asume el carácter de acto pose-
sorio, el simple relleno de pozos de un campo ni el decreto de autoridad
competente que ordena una mensura (mientras ésta no se concrete) ni
la constitución de hipoteca que es simple acto de disposición jurídica y
no material, tampoco el comisionar a un tercero la venta de un lote ni el
pago de impuestos, aunque esto último merecerá un párrafo aparte.
En realidad, cada supuesto requiere que la prueba del acto posesorio
se adecue a la naturaleza del inmueble sobre el cual se ejerce, debiendo
ser analizado en cada circunstancia conforme a las características del
bien.
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ACTOS POS,SORIOS 121
(17) Valiente Noallles, Luis M., "El decreto-ley 5756/58, modificatorio del régi-
men procesal para prescribir, estatuido por la ley 14.159'; Rev. LA LEY,t. 91, p. 974.