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Ensayo "Arte Barroco"

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El arte barroco y su influencia en la Angelópolis.

“Fenómeno complejo de índole social, político y religioso, ostentoso y exagerado”,


esto es el arte barroco, uno de los movimientos más trascendentales en la historia
de las artes, con tres grandes enfoques en las cortes de Madrid, México y Lima.
Como estilo barroco, surge en Italia, en un periodo que trascurre desde el siglo XVI
al XVII, alcanzando su madurez plena en 1630 y desarrollándose los cuarenta años
siguientes, extendiéndose por toda Europa. El siglo XVII fue una época de violencia
y guerra, los habitantes eran atormentados por el dolor y la muerte. Deseando
superar el pesimismo, consecuencia de todas las situaciones que se vivían en esa
época, el hombre buscó el goce y el deseo por la vida mediante la exageración y la
abundancia, subordinándose a la decoración espectacular, provocando claros
juegos de luces y sombra. Se dice que el arte barroco es una continuación al
manierismo italiano, el barroco sucediéndolo aplica el abandono a la serenidad y
expresa un mundo en movimiento y agitación de los sentidos.
Como mencionamos anteriormente, debido al abandono de la serenidad y
respondiendo con severidad, se suele decir que el arte barroco es el arte de la
Contrarreforma, llevando a cabo algunas normas que dictaba la iglesia ante este
movimiento como la edificación de templos con profusión de escultura, alejando a
los artistas de los temas paganos, así como evitando desnudos y escenas
escandalosas. Desde el siglo XVI, comenzó una época de emigración de los
andaluces a la Nueva España, movimiento migratorio que continuaría dos siglos
más, presentando un lento descenso progresivo. La mayoría de los pasajeros,
titulares de este movimiento migratorio, tuvieron como destino Nueva España,
residiendo una gran cantidad de ellos en la Puebla de los Ángeles, entre ellos un
sinfín de profesionistas, desde religiosos y dedicados a los oficios mecánicos,
artesanos, hasta artistas y gastrónomos, dejando gran influencia a lo largo del
periodo virreinal.
La Angelópolis fue una ciudad con gran auge económico, político y social, llegando
a ser considerada la segunda importante de la Nueva España. Además contaba con
gran importancia en la red comercial debido a su ubicación, siendo una zona
estratégica e importante geográfica y culturalmente. Gozando una gran cantidad de
recursos naturales que la llevó a la obtención de una gran variedad de materiales
constructivos y de ornamentación, contando con una población con gran capacidad
en cuanto a la mano de obra, siendo una de las primeras ciudades donde surgieron
las primeras manifestaciones del barroco. A principios del siglo XVI, la ciudad
requería el levantamiento de edificios que satisficieran las necesidades de sus
habitantes, requiriendo personal calificado dominante en los conocimientos y
técnicas españolas. Los habitantes con el paso del tiempo y con la implementación
del estilo barroco, fueron adquiriendo gusto por el ya mencionado, comenzando a
edificar siguiendo dicha modalidad.
“Se realizaron distintos tipos de géneros de arquitectura (por ejemplo, en lo
eclesiástico se hizo el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (1722) y respecto
a la arquitectura civil se edificó la llamada casa de los “Muñecos” (siglo XVIII); se
concluyeron obras que estaban en proceso de construcción (como era el caso del
templo de San José); se remodelaron interiores y fachadas poniéndolas a la moda
estilística del momento (la fachada del colegio de San Jerónimo), y se ejecutaron
portadas barrocas en edificios de carácter civil o religioso. En otros casos solo hubo
una remodelación de las edificaciones para ponerlas a la moda estilística del
momento (como por ejemplo la fachada del templo de San Francisco, del siglo XVI,
cuya remodelación fue obra de José Buitrago efectuada entre 1743 y 1767 , en la
que los tableros de azulejo se combinan con la cantería y el ladrillo” (Bonilla, 2012,
p. 75). “Durante los siglos XVII y XVIII la arquitectura virreinal, en la región que
comprendió el antiguo obispado de Puebla, manifestó características bien definidas,
así como diferencias locales en sus zonas como resultado del empleo de algunos
elementos constructivos, arquitectónicos y decorativos, así como por el uso de
materiales locales. Ninguno de estos elementos y materiales son excepcionales en
la arquitectura de la Nueva España, pero su reiterado empleo y la ausencia de otros,
típicos de otras regiones, es lo que contribuye a definir el carácter regional”
(Morales, 1982, p. 52).
Ornamentalmente se utilizaron tanto yeserías como azulejos, claro ejemplo
tenemos en las manieristas del templo de San Ildefonso muy parecidas a las de la
cúpula de la escalera del convento de Santo Domingo en Granada y los lambrines
de la iglesia de Santa Catalina y los de la capilla del Rosario a semejanza de los del
patio del hospital de San Juan de Dios en Granada, dicho manejo de la
ornamentación, llevó a Puebla a ser la ciudad novohispana caracterizada por su
peculiar manejo de color y texturas en las fachadas de sus edificios, siendo lo más
característico la utilización de azulejos propios de la Angelópolis, elaborados con la
técnica estannífera, conocida en Nueva España como talavera. En la ciudad
Poblana, se comenzaron a utilizar las yeserías a partir de las primeras décadas del
siglo XVII (tipo de material ornamental para elaborar molduras), decorando los
interiores de los edificios civiles y religiosos. Primeramente empleándose en
bóvedas y cúpulas de las iglesias. De las yeserías barrocas más tempranas se
tienen las del interior del templo de San Cristóbal y las de la capilla del Rosario, las
capillas de San Juan de la Cruz en el convento del Carmen y la de la Virgen de los
Dolores en el Santuario de Guadalupe realizadas en el siglo XVIII. Debido a las
yeserías, las cuales, solo podían ser utilizadas interiormente por ser un material
deleznable, surgieron las argamasas, una especie de moldura elaborada con una
mezcla de cal y arena fina, utilizada en los exteriores de los muros, cúpulas y
bóvedas, ventanas, etc. de templos y casas, conocidas vulgarmente como pegotes,
convirtiendo dicho empleo, característico de las decoraciones del siglo XVII en la
ciudad de Puebla. Otro material característico de este arte en la ciudad es el ladrillo,
durante el barroco se aplicó de manera aparente en la ornamentación de paños de
las fachadas de la arquitectura, apreciable en el lateral del templo de la Compañía
de Jesús, los del colegio de San Pantaleón y los del Hospital Real de San Pedro, o
combinados con otros materiales como argamasas y azulejos en los muros del
claustro del convento de Santa Mónica, fachadas de un gran número de casas
habitación de Ciudad, fachada de las iglesias de San Marcos y San Antonio, así
como el santuario de la Virgen de Guadalupe.
Durante el siglo XVIII tanto en la arquitectura religiosa como en la civil de Puebla
existió gran abundancia en el empleo de azulejo, teniendo sus antecedentes en las
modalidades andaluzas, sobre todo en la sevillana. El azulejo se utilizó combinado
con la cantería, argamasa, yesería, ladrillo, o por sí solo. Podemos encontrar la
exclusividad del uso del azulejo en la ornamentación de diferentes cúpulas, como la
de la capilla de Jesús Nazareno, la de la Catedral y el cimborrio de la Compañía de
Jesús. Dentro de los ejemplos del azulejo combinado con otros materiales
constructivos, además de los ya mencionados, podemos mencionar la fachada del
“Templo de Belén” y la de la “Casa de los Muñecos”. También se utilizó el tejaroz,
solución arquitectónica de antecedente andaluz que brindaba protección del sol y
la lluvia. Si bien, podemos mencionar que los materiales utilizados y sobre todo la
ornamentación, jugaron un papel principal, característico de la ciudad. Cabe
recalcar que los materiales arquitectónicos mencionados anteriormente no fueron
de uso exclusivo, gracias a la ayuda de artesanos, carpinteros, etc. que laboraron
se hizo posible la propagación de la influencia andaluza por la región.
Un símbolo importante de la influencia barroca en la Ciudad de Puebla, es el Museo
Internacional Barroco (MIB) creado por el Arquitecto japonés Toyo Ito, considerado
uno de los arquitectos más innovadores del mundo que, gracias a su soberbia
ejecución en la proyección de las obras realizadas, fue posible cimentar el
patrimonio cultural e histórico de la ciudad de Puebla.

Bibliografía:
-Canessa, R. (2010). El Arte del periodo Barroco. Historia del Arte. Recuperado de:
http://desarrollodelarte.blogspot.mx/2010/10/el-arte-del-periodo-barroco.html
-Anguita, H. R. (2004). El arte barroco español. Madrid: Ediciones Encuentro
-Morales, C. E. (1986). El Arte Mexicano, Tomo 6, Arte colonial II, Arquitectura de
los siglos XVII y XVIII de la región de Puebla, Tlaxcala y Veracruz, (2º ed.)
-Redacción (2016). Puebla te ayuda a dominar el Barroco [versión electrónica].
Latinoamérica. Recuperado de:
http://www.ngenespanol.com/traveler/lugares/16/03/28/museo-internacional-del-
barroco-turismo-que-hacer-en-puebla/

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