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Zonas Erroneas

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Resumen.

Tus Zonas Erróneas


Sandra González mayo 7th, 2015 Resúmenes de libros
21 Comentarios

«Una de las obras más leídas y respetadas de toda la literatura de


autoayuda. ¿Tienes a veces la sensación de estar desbordado por la existencia? ¿Paralizado por
compromisos -afectivos, laborales…- que ya no te satisfacen? ¿Dominado por complejos de culpa o
inseguridad? No proyectes tu insatisfacción en otros, la causa está en ti, en las zonas erróneas de tu
personalidad, que te bloquean e impiden que te realices. Esta obra, muestra dónde se encuentran,
qué significan y cómo superarlas.»
Autor: Wayne W. Dyer – Ed. DeBolsillo – 320 páginas

RESUMEN. TUS ZONAS ERRÓNEAS

INTRODUCCIÓN BY SANDRA GONZALEZ


En este libro Wayne Dyer te explica qué zonas de tu mente (creencias, pensamientos, emociones)
contienen errores de percepción, que te limitan a la hora de tener una vida plena, y te impiden
sentirte realizada/o, feliz y con paz interior.

Este me parece un muy buen libro para aquellas personas que están comenzando su propio proceso
de desarrollo personal, y por tanto, empiezan a cuestionarse sus propias reacciones, las normas de
conducta que siguen y todo lo que han aprendido sobre cómo ser feliz hasta el momento.

1. Haciéndote cargo de ti mismo


Hacerte cargo de ti mismo/a, implica elegir cómo te sentirás en cada situación que acontezca en tu
vida. Supone comprender, y sobretodo asumir, que tus emociones son tu responsabilidad, y no el
mero resultado de lo que hacen o dicen otras personas, ni tampoco son una mera reacción a lo que
ocurre a tu alrededor.

Por tanto, hacerte cargo de ti misma/o implica ser consciente de ti mismo, y cuestionarte tus propias
reacciones, en lugar de justificarte juzgando y criticando todos los factores externos que acontecen a
tu alrededor. Esto demanda integrar el hecho de que «el mundo» no es perfecto (al menos no desde
tu visión del mismo), y decidir de forma rotunda, que eso no es un impedimento para tu felicidad,
sino un catalizador para preguntarte:

-¿Realmente me interesa más que cualquier otra cosa en el mundo, ser feliz?

– ¿Cuánto tiempo más quiero aguantar estando deprimido/herido/ofendida, antes de decidirme a ser
realmente feliz?

Cambiar implica tiempo, disciplina y energía. La mayoría de la gente pretende probar una nueva
forma de pensar una sola vez, y confiar que así todo se solucionará al momento, cuando en realidad,
ser feliz es en si mismo todo un proceso, que por cierto, no acaba nunca 😉

2. El Primer Amor
«La propia estima no puede ser verificada por los demás. Tú vales porque dices que es así. Si
dependes de los demás para valorarte, esta valorización estará hecha por los demás».
Asociar lo que vales con tus éxitos y fracasos, es una zona errónea. Una cosa es que ayer
suspendieras aquel examen de matemáticas, y otra cosa bien distinta es que por ello, no valgas lo
suficiente, y te sientas poca cosa. Una cosa es que cometas un error, y otra que pongas en tela de
juicio tu propio valor.

Y es que valorarte en referencia a tus resultados, es un error de percepción del que necesitas ser
consciente en cada momento, para poder transcenderlo.

Tú vales por el mero hecho de existir, y aparte de eso, quieres desarrollarte, superarte y mejorar,
pero no desde la necesidad de valorarte más, sino desde las ganas de expandirte y crecer (la
diferencia es enorme, el cambio de percepción sin embargo, es muy sutil).

Cuando sientas que te estás infravalorando por lo que sea, reconoce ese momento, comprende que es
debido a un error de percepción que arraigaste en tu mente hace ya tiempo, y elige cambiar ese
pensamiento.

3. Tú no necesitas las aprobación de los demás


Desear aprobación es normal y no tiene porqué ser erróneo, necesitarla es otra cosa.

El problema de necesitar aprobación es que cuando no la consigues automáticamente no


puedes sentirte bien. Esto conlleva por supuesto una gran pérdida de poder personal, y sobretodo de
libertad, porque implica que harás o dirás cosas con las que no comulgas, solamente para conseguir
aprobación.

Lo cierto es que es un error de percepción muy común, y muy reforzado por nuestra cultura:

 nuestros padres, insistieron mucho en ello al educarnos desde el «si no haces esto, no te querré»
 nuestras escuelas, lo apoyaron con el «si no estudias, suspenderás y no te validaremos»
 nuestras instituciones (iglesia, estado, medios, anuncios, etc), te dicen lo que debes hacer para ser
aceptado.
Sin embargo, todos sabemos, y tú también lo sabes, que no puedes evitar la desaprobación de los
demás, simplemente porque no existe. Siempre habrá un 50% de personas que no estarán de acuerdo
contigo, en al menos un 50% de las cosas que dices/haces. Comprender esto, y asumirlo te permite
reducir tu necesidad de aprobación.

Eso si, recuérdatelo mucho, para ponerlo en práctica a menudo.

4. La ruptura con el pasado


Autoetiquetarte en función de la imagen que has forjado de ti mismo/a en el pasado, es una zona
errónea.

Si, puede ser que en el pasado no se te diera bien ser un buen comunicador, pero eso no significa que
«seas» un mal comunicador, sólo significa que algún momento del pasado no lo fuiste. El que
durante toda tu vida, tus más allegados dijeran de ti que «eres un vago», no significa que lo seas,
solamente quiere decir que en el pasado pudiste tener algún que otro comportamiento calificado
como de perezoso. En ningún momento ha sido, ni es, lo que Eres.
Confundir por tanto tus comportamientos del pasado con lo que Eres es un error de percepción, que
te resta poder personal, pero que muchas personas utilizan a menudo porque les brinda un gran
beneficio: no enfrentarse a determinados retos o situaciones, justificándose con el «es que yo soy
así», «siempre he sido así», «no puedo evitarlo», «es mi carácter». Una auténtica traba para tu
crecimiento personal.

El cambio de percepción pasa por integrar nuevas frases en tu interior como por ejemplo:

– «Hasta ahora me he comportado con cierta vagancia» o «He escogido comportarme con timidez
hasta ahora»

5. Las emociones inútiles: culpabilidad y preocupación


Sentir culpa y/o preocupación es fruto de una zona errónea que tienes activa en tu mente.

Es habitual que casi la totalidad de nosotros nos sintamos mal por algo que sucedió en el pasado y/o
algo que puede llegar a suceder en el futuro. De hecho, está socialmente impreso en nuestra cultura
que: si te importa alguien, debes demostrarlo sintiéndote culpable por las cosas que le hiciste en el
pasado, o preocupándote por su futuro.

La culpabilidad, lejos de arreglar el pasado (que por cierto no tiene arreglo posible porque no puedes
cambiarlo), hace que malgastes tu presente y te limita enormemente para ser feliz. Lo único que
puedes hacer con respecto al pasado es Re-Significarlo, es decir, comprender que es un gran maestro
que te ayuda a aprender lecciones que te servirán para desarrollarte como persona en el presente y el
futuro, por eso es importante sustituir la culpa por el aprendizaje.

La preocupación, lejos de arreglar el futuro (que por cierto no puedes controlar por más vueltas que
le des), hace que te inmovilices en el presente, que pases a la inacción. Mientras te pre-ocupas, no te
ocupas, no actúas, sólo sientes ansiedad y por tanto eliminas tu eficacia. La salida a este
comportamiento es: vivir en el presente, ocuparte de las cosas que puedes hacer en el presente que te
ayudarán en el futuro. Puedes ocuparte de hacer planes a futuro por supuesto, pero esto es muy
distinto a pre-ocuparte.

6. Explorando lo desconocido
Pensar que la vida consiste en ir siempre a lo seguro, y saber siempre a dónde vas, es una zona
errónea.
¿Por qué? Porque solamente las personas inseguras buscan la seguridad. Cuando crees totalmente en
ti mismo/a, no necesitas que todo sea conocido, fácil y confortable. Pensar lo contrario es ver el
mundo con un claro error de percepción.

Normalmente te incomoda explorar lo desconocido porque temes el fracaso, o porque el


perfeccionismo es importante para ti. Ambas zonas erróneas te mantienen inmóvil, atrapado en lo
conocido y «confortable». Tu miedo a la desaprobación de los demás, o a hacer el ridículo te
paraliza y te mantiene preso en una existencia que no es la que deseas, ni la que quieres tener en el
futuro.

La rigidez, el perfeccionismo, el control, el no arriesgarte a cometer errores, todas ellas son válvulas
de escape que te evitan explorar zonas desconocidas, y además te proporcionan un gran beneficio:
una falsa sensación de valor o valía por haber hecho las cosas «bien».

La solución es muy parecida a la del capítulo 3: Valórate en tus propios términos, no te compares
con otros porque todos somos diferentes, y por ello la comparación y la competencia no existen,
sólo son errores de percepción.

7. Rompiendo la barrera de los convencionalismos


El mundo está lleno de convencionalismos, seguirlos sin cuestionarlos a pesar de que te estén
limitando para ser feliz, es una zona errónea.

La única manera de «escapar» a los convencionalismos es descubrir porqué logran afectar de manera
negativa a tu vida. El verdadero problema radica en que la mayoría de nosotros tenemos la insana
costumbre de supeditar nuestro pensamiento, estado emocional y comportamientos a algo, o alguien,
externo a nosotros mismos.

Es justo en esa zona errónea dónde los convencionalismos se asientan, ya que, tendemos a prestar
más atención y a creer más en lo que nos viene de fuera, que lo que ya existen en nuestro interior (lo
que sentimos):

 «debo hacer esto» o «debería aquello» (es una excusa para no enfrentarme a ser o pensar diferente,
para sentir más seguridad)
 «no consigo adelgazar porque mi marido y mis hijos me ponen muy nerviosa» (excusa para no
responsabilizarte de tu problema)
 «si fulanito de tal lo hace, entonces yo también lo haré» (para justificar una práctica de dudosa
legalidad o ética)
 «no me apetece nada, pero tengo que ir porque es lo normal en estas situaciones»
 «no puedo, debo ir a comer a casa de mi abuela, porque hoy es domingo»
La salida a esta falta de responsabilidad hacia ti mismo, tu libertad y tu bienestar es: Convertirte en
el juez de tu propia conducta, y aprender a confiar en ti mismo/a para tomar tus propias
decisiones.

8. La Trampa de la Justicia
Creer que existe tal cosa como la Justicia no es más que un error de percepción.

Si esperas que exista justicia en el mundo te estás engañando y vas a sufrir por ello. Sólo con
observar unos minutos la naturaleza puedes ver que, aunque te parezca injusto, el coyote matará al
tejón, el tejón matará al ratón, el ratón matará al insecto, etc, etc. El problema no es cómo está
constituida la naturaleza, sino como está constituida tu percepción: que busca justicia. Por tanto, no
es que el mundo sea injusto, sino que es el propio concepto de justicia el que es injusto (es un error
de percepción).
Tu decisión inconsciente de dejarte perturbar por la justicia, esto es, permitir que empañe tu
felicidad, es una zona errónea.

La justicia nos sirve de base para justificar: celos, culpas, desaprobación, comportamientos
inmorales, manipulación, etc.

Por ejemplo:

 Le pegué / chillé / engañé, porque él me pegó / chilló / engañó primero.


 Le amonesté porque, aunque no molestaba a nadie, no se puede uno bañar en la piscina a estas horas.
Es el reglamento.
 Yo nunca te digo cosas así, es injusto que me hagas esto.
 No es justo que gane más dinero que yo, cuando en realidad hacemos el mismo trabajo, por eso paso
de todo.
Para salir de esta trampa que te lleva a estar resentido con el resto del mundo «injusto», empieza a
pensar que tu vida emocional es algo que está dentro de ti, y aprende a independizarte de lo que hace
o deja de hacer el resto. Esto te liberará del dolor y la frustración y te permitirá responsabilizarte de
nuevo de tu bienestar.

9. Terminando con las postergaciones ahora mismo


Si postergar las cosas tu produce ansiedad, entonces es una zona errónea.

Postergar, tiene un gran beneficio: te permite dejar para mañana algo que sabes que nunca harás, y
así engañarte a ti mismo/a ante el hecho de que no estás haciendo aquello que te propusiste hacer.
Por ejemplo:

 evadirte de hacer cosas desagradables


 seguir como estás en tu zona de «confort» (que muchas veces es más bien incómoda, como un
trabajo que odias)
 criticar lo que hacen otros, para elevarte a ti mismo (autoengañarte). Los que más critican a menudo
son lo que menos hacen, jejejeje!!!
 culpar al mundo de que no consigas hacer las cosas
 que otra persona haga las cosas por ti
Para evitar la postergación:

1. Empieza. Así tendrás ya el primer paso resuelto, y lo demás vendrá poco a poco con más
liviandad que si no empiezas nunca.
2. Pregúntate ¿qué es lo peor que me podría pasar si lo hiciera ahora mismo?
3. Deja ya, ahora mismo, de fumar / beber / comer insano…
4. Involucra a más gente, haz pactos, propónte retos, etc.

10. Proclama tu independencia


Depender psicológicamente de alguien es una zona errónea.

Una cosa es tener una relación del tipo que sea, con alguien y que ésta no interfiera en tus metas de
vida; y otra cosa es un relación en la cual te sientes obligado a ser algo que no quieres ser.

Si necesitas una relación (es decir, no la eliges) o te sientes obligado/a a tenerla, y luego te resientes,
entonces es que actúas desde un error de percepción: el error de pensar que necesitas a esa persona
para vivir o ser feliz.
Esto no quiere decir que lo correcto sea no desear tener relaciones, para nada. Lo sano es tenerlas y
al mismo tiempo no necesitarlas.

El problema de las relaciones de dependencia es que suelen expresarse a través de las figuras del
dominante y el sumiso, (ambos papeles se intercambian todo el tiempo), por ejemplo:

– Persona A: «¡¡¡¡¡Deja de hacer esooooo, eres insoportable e irritante!!!!! (dominante)

– Persona B: se queda en silencio (sumiso)

– Persona B: «¿por qué me hablas así? Con lo bien que me porto yo siempre contigo…» (el sumiso
pasa a intentar dominar al dominante a través de la culpa, y así, se intercambian los papeles en una
misma conversación, varias veces)

La única vía para salir de estas relaciones de dependencia es: no dejarte manipular por las
estrategias de la otra persona, si no lo permites, el otro dejará de utilizar estos papeles y la
dependencia no tendrá más remedio que transformarse en algo más positivo.

11. Adiós a la ira


La ira es una zona errónea, ya que no sirve para hacerte feliz, más bien todo lo contrario, el estado al
que te lleva al ira es de todo menos agradable, tanto para ti, como para los demás.

Hay gente que se escuda en el «es que si no lo libero, se me enquista y es peor», pero esto sólo es
una excusa para no coger las riendas de sus propias emociones. La cuestión no es si la liberas o la
reprimes, la salida es comprender que la ira, es el resultado de tus pensamientos acerca de algo o
alguien, y… ¿quién piensa tus pensamientos?: ¡TÚ!

Por tanto, la solución a la ira, por supuesto no es reprimirla, sino cambiar tu forma de pensar.

La fuente de tu ira es desear que todo y todos a tu alrededor sean como esperas que sean (como tú).
La ira se desencadena cuando inconscientemente, te apoderas del comportamiento de los demás y
pretendes que hagan lo que para ti es «lo normal» o «respetable». Esta forma de pensar implica que
tarde o temprano te frustres una y otra vez, y liberes esa tensión a través de la ira.

Recuerda esto: tu ira no es por culpa del otro, o del suceso en cuestión, es el resultado de tu
forma de pensar sobre el comportamiento de otro, o sobre un suceso.
La salida es reconocer en cada momento el desencadenante de tu ira, es decir, ser consciente de tus
expectativas irrealistas sobre los demás, o lo que sucede a tu alrededor. Asume que los demás no son
como tú, nunca lo serán, y siempre se comportarán de maneras que te disgusten, pero no por ello
debes recurrir a la ira, porque ya lo tienes asumido previamente. Asumir esto, es el camino hacia una
mayor comprensión/compasión hacia los demás, y por supuesto también, hacia ti mismo.

Nada ni nadie puede perturbarte si tu no lo permites.

12. Retrato de una persona que ha eliminado todas las zonas erróneas
 es una persona que disfruta de todo, de la lluvia cuando llueve, y del sol cuando luce.
 no se siente amenazada por el futuro, ni por lo desconocido,
 le parece absurdo postergar su propio disfrute de la vida, hasta conseguir algún objetivo,
 aprecia su independencia, y que los demás no dependan de ella,
 no busca la aprobación de los demás, ni tampoco honores,
 es activa, un hacedor,
 tiene altos niveles de energía
 no tiene miedo al fracaso
 tiene total carencia de culpa, quejas, arrepentimiento…
 sabe reírse de si misma, y de la vida.

CONCLUSIÓN BY SANDRA GONZALEZ


Me gusta mucho la manera que Wayne Dyer ha utilizado para exponer las principales fuentes de
malestar que la mayoría de las personas compartimos. Como habrás podido ver, cada capítulo aborda
una zona errónea que de manera muy amena el autor explica, desarrolla, y ejemplifica de manera
clara. Además al final de cada uno, expone las soluciones aplicables en el día a día para trascender
ese error de percepción, y te ayuda (si practicas) a acercarte cada vez más a una vida plena y
satisfactoria.

Recomiendo este libro a todas aquellas personas, que realmente, quieran empezar a cambiar su
manera de ver las cosas y de verse a sí mismos, para mejorar sus vidas, y desarrollarse a nivel
personal y profesional.

Puntos Fuertes
 Muchos ejemplos, muy corrientes, que apoyan las explicaciones.
 El autor repite mucho los conceptos más importantes, a fin de que queden bien grabados en el lector.
 Aporta soluciones, ejercicios y comportamientos a poner en práctica para corregir la percepción.

Puntos Débiles
 Al tratar casi una docena de zonas erróneas puede ser abrumador leerlo y aplicarlo de golpe.
 Si no te interesa cambiar tu forma de pensar, y no tienes una mente abierta, no te gustará.

Bibliografía

Psicólogo americano, Wayne Walter Dyer pasó su infancia y juventud en orfanatos y hogares
de acogida hasta graduarse. Tras pasar cuatro años en la Armada Estadounidense, obtuvo el
título de Doctor de la Educación en la Universidad Estatal de Wayne y el de Doctor en
Psicología en la Universidad de Michigan.

Dyer trabajó como profesor en la St. John´s University de Nueva York simultaneando este
trabajo con una consulta privada de psicoterapia y con múltiple conferencias, cuyo éxito le
llevaron a plasmar sus contenidos en un libro. Desde aquel momento combinó su labor privada
con la escritura de varios libros más, publicado en periódicos y apareciendo en numerosas
ocasiones en el servicio Público de Radiodifusión de Estados Unidos, además de continuar con
sus conferencias. Residió en Hawai durante gran parte de su vida.

Defensor de la autosuficiencia del hombre, Dyer fue autor de libros de autoayuda, dentro de la
llamada Psicología Humanista.
Su inspiración fue la rama de la llamada psicología humanista, y en concreto,
Abraham Maslow. En sus primeros libros, esta influencia se muestra en su
creencia en las posibilidades de desarrollo de la persona más allá de “la
normalidad”, para llegar a desarrollar todas nuestras potencialidades como seres
humanos (persona “sin límites”), en lugar de centrarse en tratar la enfermedad o
el trastorno para situarse en la normalidad, como hacen las otras teorías
psicológicas.
Dyer era psicoterapeuta y tenía un doctorado en psicología por la Universidad
de Michigan, y enseñó a muchos niveles, desde preparatoria hasta universidad.
Es co-autor de tres libros de texto, colaboró con muchos periódicos y dio
conferencias en todo el territorio estadounidense. Apareció regularmente en
programas de TV y radio. Falleció el 29 de agosto de 2015, en el condado de
Maui, Hawái, Estados Unidos, tenía 75 años.
Dyer fue psicoterapeuta y doctor en psicología por la Wayne State
University. Era profesor en la St. Johns University de Nueva York
cuando decidio escribir su primer libro «Tus Zonas Erróneas» (1976),
que vendió 35 millones de ejemplares en diferentes idiomas,
permaneciendo 64 semanas consecutivas como best-seller en el New
York Times, desde aquel momento su vida cambió para siempre.
Además editó un documental, fue co-autor de tres libros de texto,
colaboraba con muchos periódicos, daba conferencias en todo el
territorio estadounidense y aparecía regularmente en programas de
TV y radio., llegando a convertirse en un maestro espiritual que ha
ayudado a miles de personas.

Vida[editar]

Nació en Detroit en 1940, en un barrio pobre. Creció como huérfano y fue cuidado por un tío.
Sirvió en la Marina estadounidense antes de estudiar en la Wayne State University,
donde obtuvo su doctorado en psicología. Trabajó como profesor en la St. Johns University de
Nueva York cuando escribió su primer libro «Tus zonas erróneas» (1976). Tras el éxito —vendió
35 millones de ejemplares en diferentes idiomas, permaneciendo 64 semanas consecutivas
como superventas en el New York Times— abandonó su puesto de profesor en St. John's para
dedicarse a escribir y promocionar sus obras.2
Murió en Maui, Hawái, el 29 de agosto de 2015, a los 75 años, de leucemia linfática crónica,
enfermedad que le había sido diagnosticada en 2009.

Fundamentos de sus obras y críticas[editar]

Su inspiración fue Swami Muktananda, fundador del camino espiritual de Siddha Yoga, así
como San Francisco y el filósofo chino Lao-Tse, fundador del taoísmo.3 Su fundamento en
la psicología transpersonal, y en su fundador, Abraham Maslow ha sido puesta en duda. El
psicólogo cognitivo L. Michael Hall argumenta que ya en sus primeras obras, Dyer
malinterpretó su sentido e introdujo conceptos propios que la tergiversan o incluso falsean,4
aunque se le reconoce que el lenguaje asequible permitía, a personas sin formación previa,
entender y practicar conceptos de la psicología cognitiva que ya se habían demostrado útiles
en la práctica psicoterapéutica. Progresivamente, en sus obras posteriores a la primera trilogía
se va haciendo más patente una influencia de la corriente llamada Nuevo Pensamiento.5 Dyer
fue miembro de Public Broadcasting Services, que difundió sus charlas. A partir de 2006
arreciaron las quejas acerca de que estaba promoviendo una cosmovisión religiosa específica,
lo que iba en contra de las normas editoriales de PBS.6

Obras[editar]

 Tus Zonas Erróneas (1976)

 Evite ser utilizado

 El Cielo es el Límite

 ¡Felices Fiestas!

 Los regalos de Eykis

 Tus Zonas Mágicas

 La Felicidad de nuestros Hijos

 Tus Zonas Sagradas

 La Fuerza de Creer

 Promesa de amor

 Construye tu destino

 Camino de la Perfección

 La Sabiduría de Todos Los Tiempos

 Diez secretos para el éxito y la paz interior

 El Poder de la Intención

 En busca del equilibrio

 Inspiración: Tu llamado primordial

 Nuevos pensamientos para una vida mejor

 Piensa diferente, vive diferente

 El Cambio

 El Mejor de mis maestros

 Vive la sabiduría del Tao

 Todo lo que puedas imaginar

 La fuerza del espíritu. Hay una solución espiritual para cada problema

Primer Dato

Wayne Dyer y sus fuentes de Inspiración


Wayne Dyer se nutrió del referente Swami Muktananda y supo consolidar sus
conocimientos alrededor de la formación espiritual del Siddha Yoga, quien lo ha
logrado.

Además, se basó en los principios de Lao-Tse y san Francisco de Asís.

De esta manera, se convirtió en un referente mundial de la psicología


transpersonal, de la mano de su padre fundacional Abraham Maslow.

Además, se nutrió del nuevo pensamiento y formó parte de la cadena


nacional Public Broadcasting Services en Estados Unidos, a través de la cual
ofreció sus multitudinarias charlas.

Dueño de una personalidad intrigante e interesante, Wayne Dyer fue un sujeto


de muchas críticas. Tal es así, que se le juzgó en numerosas oportunidades de
tener una ideología religiosa contraria a la de muchas personas.

Segundo Dato
Wayne Dyer y sus pensamientos más profundos
El pensamiento de Wayne Dyer trascendió ampliamente las fronteras de su país
y logró atravesar todos los límites mentales.

Su propósito central, se focalizó en demostrar que no existen conceptos


individuales de distinción por raza, nacionalidad o religión, para posicionarse en
la demostración de que cada uno de nosotros somos espíritus eternos.

Su idea central, consiste en arrancarse las típicas etiquetas que lo atan a


comprensiones banales o anticuadas sobre la realidad, para comenzar un
verdadero proceso de transformación capaz de ayudarlo a construir un espacio
de carácter sagrado.

Todos apostaron a ver en Wayne Dyer un verdadero líder motivacional,


demostrando desde su propia experiencia de vida, el poder que tienen los
sueños y la posibilidad de explotar al máximo las potencialidades y
oportunidades que brinda la vida.

El eje de su concepción radica en alcanzar el “yo superior”

Tercer Dato

El arte de perdonar de Wayne Dyer


El arte de perdonar de Wayne Dyer
Para Wayne Dyer, el ejercicio del perdón, aunque resulte complejo y difícil de
transitar, es el que contribuye finalmente a alcanzar un verdadero crecimiento
espiritual.

Aunque piensas muchas veces que el problema está en la otra parte, Wayne
Dyer, afirma que ese sentimiento es parte de algo que sientes internamente.

Cuando sientes indignación, bronca y resentimiento, esas experimentaciones


vivenciales terminan por despertar energías negativas y destructivas.

Alcanzar la paz interior es el gran desafío en puerta.

Si comprendes que cada persona que transita por la vida cumple un rol y como
tal, hay que respetarlo, entonces, dejarás de pensar negativamente acerca de
las personas y evitarás perder constantemente energía.

Repensarse a sí mismo y conectarse con la espiritualidad son los puntos de


inflexión para el cambio.

La idea es convertirte en el verdadero instrumento de paz que Wayne


Dyer promueve, sosteniendo su relato en las enseñanzas de san Francisco de
Asís.

Si alguien lo incomoda, perturba o le genera falta de comprensión, debe


concentrarse en la espiritualidad interna, alejándose lo antes posible de
los pensamientos conflictivos y evitando deslindar culpa en los ajenos.

Cuarto Dato

Meditar: el poder de la espiritualidad


Wayne Dyer hace hincapié en lo que debes tener en cuenta para concentrarte
en el camino hacia la construcción de un proceso de meditación.

Habitualmente resulta muy difícil que logres concentración si no despejas y


orientas tu mente, espíritu y sentidos hacia el objetivo propuesto.
Aprovecha el silencio para ganar creatividad. El silencio tiene un potencial
enorme si logras optimizarlo en beneficio de tu proceso de espiritualidad.

No se deben crear limitaciones allí donde no existen o podrían eliminarse. Las


limitaciones son excusas para que orientes tu existencia al fracaso y no hacia
el éxito espiritual.

Quinto Dato

Desestimar los temores frecuentes


Desde la perspectiva de Wayne Dyer, debes comprender en todo momento y a
cada instante, que el cuerpo y las potencialidades, tienen un inicio y un fin
reducido a polvo, dan cuenta de que la vida no representa la vida misma.

Wayne Dyer sugiere que te contemples como un ser espiritual infinito en


constante proceso de vivenciar situaciones, y no como una sumatoria de
excepcionalidades o instancias ocasionales.

Es por ello por lo que resulta muy importante entender que los miedos no pueden
atormentarte ni generar el retroceso de tus acciones bienintencionadas.

Debes dar batalla a los miedos.

Para lograr un mejor desarrollo personal como meta final, debes comprender
que necesitas ponerte en contacto con lo que se encuentra más allá de lo propio
o personal y construir la unidad del mundo.

Mediante esa unidad, puedes descubrir el sentido de esta y rastrear en


profundidad tu personalidad, qué es lo que quieres y hacia dónde deseas llegar.

Sostener las actitudes negativas solo te llevará a abandonar muchos proyectos


que pueden resultar sumamente valiosos.

Debes concentrarte en lo que realmente es importante en tu vida, pues de lo


contrario gastarás tus energías en ideas que poco tienen que ver con tus
intereses.

Wayne Dyer, te ayuda a comprender lo que es importante respecto de aquello


que solo es accesorio en la vida.

Su aporte ayuda a entender que las fronteras mentales son perjudiciales y que
necesitas valorar tanto lo positivo como lo negativo de la otra persona.
Como cada individuo tiene sus actitudes o formas de ser positivas y negativas,
focaliza en reaccionar de manera amable en todo momento.

Enfadarte te quitará energías y no te ayudará a alcanzar la felicidad que


necesitas para tu integridad espiritual.

Wayne
Dyer, te ayuda a comprender lo que es importante respecto de aquello que solo
es accesorio en la vida
¿Cómo te pareció el aporte de Wayne Dyer a tu espiritualidad y manera de
proceder frente a cada situación?, ¿te ha gustado?, te invito para que
diariamente lo vayas teniendo presente en tu vida.

“Tus Zonas Erróneas” es un libro que hay que leer si se tiene una mínima inquietud de
crecimiento personal. Su contenido alumbra ése deseo desde hace varias décadas (el libro se
publicó en 1976). Y lo hará el tiempo que el hombre mantenga una sana intención de
alcanzar la mejor versión de sí mismo.

La descripción de las “Zonas Erróneas” es, por supuesto, lo esencial del libro. Sin embargo
el “retrato” que expone Dyer de una persona que idealmente las haya superado, es
tremendamente inspirador. Sacude todas las fibras, conmueve.

Es el “retrato” del ser que “todos quisiéramos ser”: libres, independientes, productivos,
genuinos, sin complejos, protagonistas en los actos de la vida. En paz con el mundo y con
todo lo que lo puebla.

Dyer detalla éste retrato en el capítulo final de su libro. Lo presenta como una poderosa
invitación al conocimiento de una vida diferente. Un estado y una forma de ser que cualquier
persona desearía para sí misma.

Esta parte de su texto no ha estado exenta de polémica, la misma que acompaña casi todos los
ideales, los objetivos majestuosos, los referentes poderosos.

Conocer el retrato de una persona sin Zonas Erróneas es un imperativo para todo aquél que
pretende transitar el camino hacia la mejor versión de sí mismo. Es un modelo por el cual vale
la pena invertir los esfuerzos de crecimiento y transformación personal.
Antes de abordar el retrato corresponde describir las 11 Zonas Erróneas que Wayne Dyer
identifica en las personas y describe en su libro:

1.- Hazte cargo de ti mismo, tú eres el único responsable de tu propia vida.

2.- El primer amor es el Amor Propio. (El trabajo de la autoestima).

3.- No necesitas la aprobación de los demás.

“La aprobación no es un mal en sí misma; en realidad, la adulación es deliciosamente


agradable. La búsqueda de la aprobación se convierte en una zona errónea cuando se vuelve
una necesidad en vez de un deseo… Encuentra la inmunidad ante el dolor cuando no logres los
aplausos que buscas…”

4.- La ruptura con el pasado.

“Tú eres lo que eliges ser hoy día, no lo que antes elegiste ser”.

5.- Las emociones inútiles: culpabilidad y preocupación.

“Si tú crees que sentirte mal o preocuparte lo suficiente cambiará un hecho pasado o futuro,
quiere decir que resides en otro planeta con un diferente sistema de realidad.”

6.- Explorando lo desconocido.

“Solo los inseguros ansían la seguridad.”

“La Zona Errónea de miedo a lo desconocido está esperando ser reemplazada por nuevas
actividades estimulantes y llenas de interés que aportarán placer a tu vida. No tienes que saber
hacia dónde vas; lo importante es estar en el camino.”

7.- Rompiendo las barreras de los convencionalismos.

“No hay reglas, ni leyes ni tradiciones que se puedan aplicar universalmente… incluyendo ésta.”

“El mundo está lleno de debes hacer esto que la gente aplica a su comportamiento sin previa
evaluación; y la suma total de todos estos debes componen una gran zona errónea.”

8.- La trampa de la justicia.

“Estamos condicionados a buscar justicia en esta vida; y cuando no la conseguimos sentimos


enfado, ansiedad o frustración. En realidad sería igualmente productivo que buscáramos la
fuente de la juventud o algún otro mito por el estilo. La justicia no existe. Nunca ha existido y
jamás existirá.”

“El concepto de justicia es un concepto externo; una manera de evitar el hacerte cargo de tu
propia vida.”

9.- Terminando con las postergaciones ahora mismo. La eliminación de la inercia como
estrategia para vivir.

10.- Proclama tu independencia.

“Ser psicológicamente independiente quiere decir estar totalmente libre de todas las relaciones
obligatorias, e implica la ausencia del comportamiento dirigido hacia los demás. Quiere decir
que eres libre de la obligación de hacer algo que de otra manera no elegirías hacer, de no
existir ésa relación.”
11.- Adiós a la ira.

“El único antídoto para la ira es la eliminación de la frase interna: Si solo fueras más parecido
a mí.”

Éstas son las Zonas Erróneas que se deben abordar y trabajar. Y como producto del éxito que
se tenga en la tarea, emerge el individuo libre de Zonas Erróneas. Éste cuya descripción se
convierte en un paradigma del crecimiento personal:

El retrato de una persona que ha eliminado todas las zonas erróneas

Un hombre libre

Dyer dice que una persona que ha eliminado sus zonas erróneas es un “hombre libre” que está
demasiado ocupado SIENDO para fijarse en lo que hacen sus vecinos.

Este es, posiblemente, uno de los conceptos más elevados de libertad. Y la ocupación más
sublime a la que puede dedicarse un individuo: simplemente SER, y por ende… dejar ser.

Estas personas libres, dice “no encajan fácilmente en ningún rol, trabajo específico, moldes
geográficos, niveles educativos o estadísticas económicas… pueden ser ricos o pobres, hombres
o mujeres, blancos o negros, vivir en cualquier parte y hacer casi cualquier cosa. Son un grupo
de gente muy variada que sin embargo tienen un factor en común: estar libres de Zonas
Erróneas.”

Más allá de sus condiciones o situación, estas personas simplemente SON. Y se sienten bien
siendo como son.

“…disfrutan virtualmente todo lo que les brinda la vida; gente que se siente cómoda haciendo
cualquier cosa y que no pierde el tiempo quejándose o deseando que las cosas fueran de otra
manera. Sienten entusiasmo por la vida y quieren todo lo que puedan sacar de ella. Les gusta
salir de excursión, ir al cine, leer, practicar deportes, asistir a conciertos, visitar ciudades,
granjas, contemplar animales, montañas y realmente casi todo. Les gusta la vida.”

Es poderosa la sutil diferencia que hay entre alguien a quién “le guste la vida” y otro a quién
“le guste su vida”. La vida es simplemente mayor a todo lo demás, es la fuente, el recurso
principal. Las personas pasan mucho tiempo evaluando solamente SU vida. Calificando las
pequeñas proporciones de su realidad. Pero cuando el lente se enfoca en la totalidad, de
hecho condiciona la parte. Apreciar la vida en su acepción genérica y total conduce
inmediatamente a la apreciación de la vida personal. Ésta es una sutileza que se debe
distinguir.

Quién disfruta lo que es la vida (en general), disfruta de hecho lo que es su vida (en
particular).

Dyer prosigue: “Cuando se está cerca de una persona libre de Zonas Erróneas se nota la
ausencia de lamentos e inclusive de suspiros pasivos. Si llueve, les gusta. Cuando hace calor lo
disfrutan en vez de quejarse. Si se encuentran en medio de una congestión de tráfico, o en una
fiesta, o completamente solos, sencillamente actúan de la mejor manera posible. No se trata
de disfrutar de todo lo que sucede, sino de una sabia aceptación de lo que es, de una rara
habilidad para deleitarse con la realidad.”
Al final de estas frases está planteada la conclusión más conmovedora del carácter de estas
personas libres: su habilidad para deleitarse con la realidad. Posiblemente este es el
imperativo final.

La gran mayoría de las personas sostienen una lucha permanente con la realidad. La tratan de
amoldar a lo que dictan sus expectativas e intereses. En ése proceso transcurre la vida, sin
victoria y sin gozo. Como la historia de ése caballo que persigue una zanahoria atada a su
frente y que no la alcanza jamás.

Tener sin embargo la “habilidad” (la palabra específica es importante), de DELEITARSE con la
realidad, involucra alcanzar una comunión total con la vida. No solo aceptarla con reverencia y
fluir inteligentemente con ella, también disfrutarla en cada parte del proceso.

No es lo mismo luchar en la vida que luchar contra la vida. Ésta última es una contienda que
no se puede vencer.

Desarrollar “habilidad” para deleitarse con la realidad otorga la ventaja necesaria para luchar y
alcanzar expectativas y propósitos. Porque quedan alineadas las energías propias con aquellas
que impone la vida. Y si ésta “alineación” está gobernada por el gozo y el deleite, el proceso
tiene tanto o mayor valor que el propio objetivo.

Un hombre libre de culpas y preocupaciones

Dice Dyer: “La gente sana y realizada está libre del sentimiento de culpa y de toda ansiedad
que se produce cuando se usan los momentos presentes inmovilizándose por hechos que
sucedieron en el pasado… La total carencia de culpa es una de las características de las
personas sanas. Nada de lamentos por lo que pasó y nada de esfuerzos por lograr que otros
escojan la culpa…”

El ser humano tiene el derecho natural de cometer errores. Ellos poblarán la vida desde la
toma de conciencia hasta el momento final. Sin embargo cuando los errores se asocian a
culpas se forman Zonas Erróneas.

¡No se puede caminar en la vida cargando culpas!

El pasado es inaccesible, no se puede modificar. Y en tanto se deje allí y constituya, en el mejor


de los casos, experiencia o aprendizaje, juega a favor. Pero cuando emerge la culpa, se
condiciona el presente, y así no solo se elimina el sano deleite con la realidad, también se
propende a cometer más errores.

Por otra parte, expresa Dyer, “la gente libre de Zonas Erróneas no se atormenta con
preocupaciones… No son ni planificadores del futuro ni ahorradores para el futuro. Rehúsan
preocuparse por lo que pasará en el futuro y se mantienen libres de la ansiedad que acompaña
a las preocupaciones. No saben preocuparse. No es parte de su manera de ser.”

Ni culpas por el pasado, ni preocupaciones o ansiedad por lo que pueda suceder en el futuro.
Éste es el desafío, el camino de la paz.

El concepto poderoso es: “No saben preocuparse”. ¡Extraordinario!

No se trata de “no preocuparse”. Es que las personas sanas, simplemente NO SABEN cómo
hacerlo.
Viven en la ignorancia completa y premeditada respecto al hecho de preocuparse. O para
plantearlo de otra forma CONOCEN explícitamente la banalidad que constituye el hecho de
preocuparse.

En un filme cinematográfico que expone la historia del canje del espía soviético Viliam Fisher
(alias Rudolf Abel) por Gary Powers, el piloto estadounidense del avión U2 derribado en
Kamchatka durante la guerra fría, un agente del gobierno americano le dice a Fisher: “no
parece preocupado por su situación”, y Fisher responde: “¿ayudaría eso en algo a mi
situación?.

La preocupación es uno de los actos más inútiles que existen, y las personas sanas lo saben.

Un hombre que disfruta siempre del AHORA, del momento presente

Dyer continúa su descripción: “A estas personas les encanta la ambigüedad. Disfrutan del
ahora en todas las ocasiones, convencidos que es todo lo que tienen… Los momentos que se
viven entre los acontecimientos son tan vivibles como los acontecimientos mismos, y estas
personas tienen una rara habilidad para sacar todo el goce posible de sus vidas diarias… Gozan
siempre porque sencillamente se dan cuenta de lo absurdo que es esperar para disfrutar.”

No hay mejor término para expresar esto: ¡ciertamente es ABSURDO esperar para
disfrutar! ¿No se acerca éste despropósito a lo ridículo? ¿Por qué entonces es una práctica de
vida de casi todos los seres que pueblan el planeta?

Corresponde, por supuesto, “sacar todo el goce posible de la vida diaria”, de cada momento,
de cada evento. La vida no es nada más que eso, una suma de pequeñas inversiones.

Un hombre independiente

Wayne Dyer establece: “Esta gente tan sana es notablemente independiente. Es gente que se
encuentra fuera del nido, y aunque puede sentir gran amor por su familia y estar muy ligados a
ella, piensan que la independencia es más importante que la dependencia en todas las
relaciones humanas… Rehúsan depender de la gente y que dependan de ellos en una relación
madura… No necesitan ser amados por todo el mundo, ni tienen excesiva necesidad de
aprobación.”

El amor genuino se fundamenta en el desapego. En la capacidad de amar sin dependencia y la


posibilidad de saberse valioso sin el estímulo externo. Si se acepta que esto se llama madurez,
se aceptará también que la mayoría de las personas se comportan como niños en el
entendimiento de sus relaciones con los demás y consigo mismos.

Un hombre con sentido del humor

Estas personas, dice Dyer, “saben reír y hacer reír. Descubren el humor en casi todas las
situaciones y se pueden reír de los acontecimientos más absurdos lo mismo que de los más
serios y solemnes… No es gente seria ni grave que camina por la vida con pasos de plomo y
rostro severo… No se ríen de la gente, se ríen con la gente. Se ríen de la vida y lo ven todo como
un gran divertimento, aunque toman muy en serio sus proyectos.”

Triste es en realidad el destino de las personas que carecen de sentido del humor.

El sentido del humor es vehículo poderoso para construir una relación con las personas. Y
desde allí vital para desarrollar fe, reconocimiento, percepciones de protección y amor. El
mismo significado del término lo explica todo: “El sentido del humor es una actitud que
permite enfrentar las diversas situaciones de la vida sin dejarse atravesar por la derrota. Como
si fuese una especie de baluarte, las personas con sentido del humor son capaces de salir
adelante de los asuntos más delicados, dejándose guiar por la esperanza y la certeza de que las
cosas pueden mejorar.”

Un hombre que desprecia la queja

Por otra parte, dice Dyer, “las personas libres de Zonas Erróneas, son gente que se acepta a sí
misma sin quejas… saben cuál es su aspecto físico y lo aceptan… Se han aceptado a sí mismo y
por ello son la gente más natural. Nada de esconderse detrás de artificios ni de disculparse por
lo que son. No saben ofenderse por nada que sea humano. Se quieren a sí mismos y aceptan lo
que son.”

No hace falta mucha agudeza para entender la arista de cobardía que involucra la queja en
general. Pero el drama es mayor cuando se trata de la queja con uno mismo.

Tampoco es difícil entender el valor que tiene la capacidad de aceptar la realidad y las cosas
que determina la vida. Pero ya es más complejo entender que las personas se nieguen a sí
mismas y no se acepten con naturalidad. Esta es, posiblemente, la más dolorosa de las Zonas
Erróneas en cualquier persona.

Un hombre que no está sometido por los problemas

Las personas sanas, continúa Dyer, “no están monopolizadas por los problemas de su mundo
emocional. Para esta gente, un problema es realmente solo un obstáculo que hay que vencer y
no un reflejo de lo que ellos son o dejan de ser como personas. Su autovaloración está ubicada
dentro de sí mismos, por lo que cualquier problema externo puede ser visto objetivamente, y
no, en ningún caso, como una amenaza o un desafío a su propia valía.”

La relación sujeto – objeto de la personas con los problemas se maneja, la mayoría de las
veces, sin el necesario entendimiento de la división que existe entre ellos. Son tan intensas las
emociones que puede generar un problema que concluye siendo parte de la realidad del
sujeto. Y forma de hecho una tercera realidad: “un sujeto en problemas”.

En esta tercera entidad el sujeto no siempre toma el control de los problemas, son estos
quienes toman control del sujeto.

Pueden considerarse los problemas como entidades objetivas (es decir que realmente existen).
Pero asimismo la relación de las personas con ellos debe partir desde la objetividad. Desde la
idea clara de la división que existe entre la persona y lo que le pasa. Uno no es lo que le pasa.

Esto lo entiende bien la persona que ha eliminado sus Zonas Erróneas.

Un hombre que no pelea inútilmente

“Las personas sanas nunca pelean inútilmente, dice Dyer. Si la lucha puede provocar un
cambio, entonces lucharán, pero jamás lucharán inútilmente. No son mártires, son hacedores.
Son también gente que ayuda a los demás”.

Luchar en la vida es una cosa, una necesidad de gobernar la nave ante las condiciones que
presenta el ambiente para continuar en ruta y alcanzar el objetivo. Pero pelear contra éstas
mismas condiciones cuando el esfuerzo es inútil o vivir en conflicto con los demás por cosas
que finalmente constituyen una nimiedad es otra cosa.
Llevar luchas y peleas hasta la cama, poblar la mente y el reposo con ellas, anula toda
disposición productiva y neutraliza la acción efectiva. El hombre psicológicamente sano no
confronta inútilmente. Más bien tiende puentes benignos para aprovechar la energía positiva
de los demás.

Un hombre que no se inmoviliza por nimiedades

Y en un sentido más práctico, pero igualmente trascendental, Dyer comenta:

“Estas personas no son gente enfermiza. No creen en la inmovilidad que producen los
resfriados y los dolores de cabeza… Tratan bien a sus cuerpos. Se quieren a sí mismos y en
consecuencia comen bien, hacen regularmente ejercicio (como sistema de vida) y rehúsan
experimentar el tipo de malestares que inutilizan a mucha gente durante diversos periodos de
tiempo.”

Un hombre honesto consigo mismo, y como consecuencia, honesto con los demás

La honestidad es otra cualidad de estos individuos en pleno funcionamiento:

“Sus respuestas no son evasivas ni pretenden mentir respecto a ninguna cosa. Consideran que
la mentira es una distorsión de su propia realidad y rehúsan participar en cualquier tipo de
comportamiento que sirva para engañarse a sí mismos… Esta gente no culpa a los demás. La
orientación de su personalidad es interna y rehúsan responsabilizar a los demás por lo que ellos
son.”

El engaño se encuentra en la antípoda de la honestidad. Y seguramente no hay engaño más


destructivo que aquel que se establece con uno mismo. Puesto que de él parte, casi de
inmediato, la necesidad compulsiva de culpar a los demás y así paliar el dolor.

Si existe un tipo de honestidad que es menester rescatar como fundamento del carácter es la
honestidad con uno mismo.

Un hombre que administra muy bien su energía

Por otra parte, expresa Dyer, son personas que “emprenden cualquier cosa a su manera única
y particular, ya sea el hacer un plato de sopa, escribir un informe o cortar el césped… No
sienten la obligación de hacer las cosas de cierta manera… Es gente con niveles de energía
especialmente altos. Parecen necesitar menos sueño y sin embargo se sienten estimulados por
la vida. Viven y son sanos… No saben aburrirse… No hay aburrimiento en sus vidas porque ellos
canalizan la misma energía que tienen otros de maneras productivas para ellos mismos. Son
agresivamente curiosos. Nunca saben lo suficiente.”

La conexión entre las “Zonas Erróneas” de los individuos y la Administración de Energía


personal es muy interesante. Porque finalmente es un hecho que en tanto se tengan “agujeros
negros” que condicionan el comportamiento, ellos absorben energía vital que pudiera
destinarse a cosas más productivas.

En cuanto las personas se encuentren más “ligeras” de condicionamientos negativos, mejor


destino tiene la dispensación de energía y es mayor la fortaleza de los aspectos positivos. El
circuito adquiere virtuosismo por el simple flujo que toma la energía personal.

¿Y el aburrimiento? ¿Acaso no es solo el estado en que se carece de energía o se la está


reponiendo para propósitos que carecen de estímulo?
Un hombre sin temor al fracaso

Las personas sin Zonas Erróneas, prosigue Dyer, “no tienen miedo al fracaso. No equiparan el
éxito en una empresa con el éxito como ser humano… Saben que el fracaso es solo un índice de
la opinión de otra gente y no hay que tenerle miedo puesto que no puede afectar su
autovaloración.”

¿Qué es el fracaso para una persona segura de sí misma? ¿Acaso no es solamente la valoración
que otros dan al desenlace de ciertos eventos? ¿Cómo puede sentirse fracasada una persona
que no mide su valor en términos de externalidades?

Un hombre que no cae en la seducción de la ira

Por otra parte, dice Dyer, “nunca escogen la ira que inmoviliza… Aceptan a los demás como son
y trabajan para cambiar los hechos que les desagradan. Así, la ira es imposible porque no
existen las falsas o exageradas pretensiones.”

Esta “administración de expectativas” que tiene la gente psicológicamente sana ayuda a


resolver muchos problemas mundanos que acechan a las personas. Puesto que si la valoración
del éxito no se inscribe en una expectativa del juicio de los demás, la percepción del fracaso no
existe. Y si por otra parte tampoco se construyen pretensiones respecto al comportamiento
ajeno, toda perturbación respecto a ello se disuelve. Incluida, especialmente, la ira.

La “administración de expectativas” es, posiblemente, la principal virtud de las personas que


han eliminado sus Zonas Erróneas.

Un hombre sin fronteras y sin límites

Finalmente Dyer comenta que para estos seres libres “sus valores no son valores locales. No se
identifican con la familia, el vecindario, la comunidad, la ciudad, el estado o el país. Se
consideran a sí mismos como parte de la raza humana y para ellos un austriaco cesante no es
mejor ni peor que un californiano cesante… No tienen héroes ni ídolos. Miran a toda la gente
como seres humanos y no colocan a nadie sobre sí mismos en importancia. No exigen justicia
en cada ocasión… Quieren ser victoriosos y eficientes por sus méritos en vez de ganar por las
fallas de los demás”.

Este es el resumen del retrato de un individuo sin Zonas Erróneas. Alguien que no puede
entenderse como un ideal, más bien como un norte que guíe los esfuerzos de transformación.

Alcanzar la mejor versión de sí mismo no es solo una sana ambición que debe sostener todo
individuo. Es en realidad una obligación que se tiene ante la magnanimidad de la vida y la
naturaleza de todo lo que la puebla.
Las frases más célebres Wayne Walter Dyer

En las siguientes líneas veremos las mejores frases de Wayne Dyer, perfectas para
replantearnos todo lo que creíamos saber sobre la vida.

1. Soy realista, espero milagros

Dyer considera el ser consciente de lo que somos o no somos capaces de conseguir.

2. Puedes conseguir cualquier cosa que realmente quieras, si realmente la persigues

Esta simple frase puede ser muy influyente si nos la tomamos en serio.

3. Comienza a verte a ti mismo como un alma con un cuerpo en lugar de un cuerpo con un
alma

La autoestima es el elemento principal para la autoayuda. Por eso es bueno potenciarla.

4. No puedes estar solo si te gusta la persona con la que estás a solas

Hay que saber estar solo. Es síntoma de autonomía personal.

5. No hay estrés, solo gente pensando pensamientos estresantes

Walter Dyer era una persona muy crítica con el nivel frenético de vida, algo que afecta al
bienestar mental.

6. Lo verás cuando lo creas

Creer es poder, sin más.


7. Estás condenado a tomar decisiones. Esa es la mayor paradoja de la vida

Para Dyer cualquier decisión es compleja. No elegir también es una elección.

8. No puedes fracasar, solo puedes producir resultados

El concepto de fracaso es una manera de torturar la autoestima y realización personal.

9. El antídoto para el miedo es la fe

Según el autor estadounidense, el miedo paraliza nuestras aspiraciones.

10. Prefiero ser odiado por lo que soy que amado por lo que no soy

Uno tiene que estar convencido de lo que es, no de lo que quieren los demás.

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encontramos pareja"

11. Si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian

Todo se forma según nuestra percepción subjetiva.

12. Ve a por el ahora. El futuro no esta prometido a nadie

Los momentos son instantáneos, no programables.

13. Cuando juzgas a otros, no los defines, te defines a ti mismo

Uno de los pecados capitales que interrumpen la autoestima.

14. Te trataran en la vida en la forma en que enseñas la gente a tratarte

No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan.

15. Nuestras vidas son una suma total de las opciones que hemos tomado

Según Wayne Dyer, todo lo que hacemos son opciones escogidas por nosotros.

16. Practica ser el tipo de persona que te gustaría atraer

Los seres que nos rodean serán el reflejo de nosotros mismos.

17. Nuestra intención crea nuestra realidad

La intención es lo que cuenta, la voluntad de querer algo en concreto.

18. No puedes controlar siempre lo que ocurre en el exterior, pero siempre puedes controlar
lo que ocurre en el interior

Para Dyer era absurdo querer tenerlo todo controlado, sobretodo las fuerzas externas.

19. No tiene sentido preocuparse por cosas sobre las que no tienes control porque no hay
nada que puedas hacer

Jamás hay que derrochar un solo minuto por algo que no tenemos la capacidad de cambiar.

20. Se desgraciado. O motívate a ti mismo. Hagas lo que hagas, es tu opción

Nosotros elegimos lo que queremos ser. Una de las frases de Wayne Dyer más motivadoras.
21. Si crees que funcionará, verás oportunidades. Si crees que no lo hará, verás obstáculos

Como ya apuntaría Dyer más arriba, creer es poder. La realidad la proyectamos


individualmente.

22. Si tu estancia en la tierra es tan corta, debería ser por lo menos agradable

Ser felices nos procurará una agradable trayectoria vital.

23. La propia estima no puede ser verificada por los demás

La estima personal tiene que ser juzgada y aprobada por uno mismo. Recurrir a los demás es
un error mayúsculo.

24. La necesidad de aprobación de los demás anula la opinión propia

Esperar la opinión de los demás nos impide avanzar y formar nuestra personalidad.

25. Sólo los fantasmas se revuelcan en el pasado

¿Quieres ser un fantasma o una persona viva?

26. Si crees que sentirte mal o preocuparte lo suficiente cambiará un hecho pasado o futuro,
resides en otro planeta

EL lamento es una de las lacras de la autorrealización, según Dyer.

27. No hay reglas ni leyes ni tradiciones que se puedan aplicar universalmente

Todo tiene que ser analizado e interpretado según el momento, el lugar y la persona.

28. Tú eres lo que eliges ser hoy en día, no lo que antes elegiste ser

El día a día es lo que importa, ni el antes ni el después.

29. El significado de la vida es conseguir un significado para la vida

Wayne Dyer puso énfasis en objetivizar lo que queríamos de esta vida.

30. No mueras con la música aún en ti

Esta frase de Wayne Dyer hace referencia a la inquietud que tenemos en el cuerpo y que nos
hace seguir motivados en nuestro día a día.

31. El pasado ha terminado y se ha ido. El futuro no está garantizado

Es el día a día única y exclusivamente lo que nos hará ser felices.

32. La forma más alta de ignorancia es cuando rechazas algo de lo que no sabes nada

Si no se prueba, no se puede opinar. Nos perderemos parte de nuestra realidad.

33. La catástrofe que tanto te preocupa a menudo resulta ser menos horrible en la realidad

Wayne Dyer apostaba por minimizar los riesgos, que no hacen más que obstaculizar nuestro
crecimiento personal.

34. No hay camino a la prosperidad, la prosperidad es el camino

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