019 El Memorándum de Dios - Og Mandino PDF
019 El Memorándum de Dios - Og Mandino PDF
019 El Memorándum de Dios - Og Mandino PDF
OG Mandino
Autor de El Vendedor mas Grande del Mundo
UN MENSAJE
ESPECIAL DEL AUTOR
Experimento hacía El Memorándum de Dios las mismas profundas
emociones de amor y de orgullo que experimenta cualquier padre cuando su
hijo sale al mundo y alcanza el éxito, la fama y es aclamado por los demás
¡Deseo que me conceda veinte minutos de su tiempo cada día, durante los
próximos cien días!
¿Y qué es le que quiero que hago durante esos veinte minutos? Es muy
sencillo. Cada noche, justo antes de retirarse a dormir lea El Memorándum
de Dios, de principio a fin. Si piensa empezar ahora mismo, entonces rodee
con un círculo la fecha de hoy en su calendario. Cuente cien días a partir de
esta fecha y encierre con otro círculo esa echa. Lea todo El Memorándum
cada noche, hasta que llegue al segundo círculo. ¡Eso es todo!
Por el momento. sólo dígase a sí mismo que no tiene nada que perder si lo
intenta y mucho que ganar si ese tipo, Mandino, es realmente sincero con
usted.
Cada noche, una vez que hoya terminado su lectura duerma en paz; mientras
el mensaje que acaba de leer se filtra gradualmente hacia lo más profundo de
su mente subconsciente, que nunca duerme. Poco a poco a medida que su
nuevo programa para alcanzar el éxito y la felicidad se graba en el más intimo
de su ser, observará grandes cambios en su persona, como también lo
observaran quiénes están a su alrededor.
Para el centésimo día será una nueva persona. . . un milagro viviente. . un ser
que ha resucitado de una vida que en otros tiempos no parecía llevarlo a
ninguna parte. Entonces deberá dar un paso más, busque a alguien que, lo
mismo que su antiguo yo, parezca estar girando sólo sobre su mis engranaje.
Obséquiele a esa persona un ejemplar de El Memorándum de Dios.
Comparta su buena suerte.
Más adelante, si quiere enterarse de los orígenes de El Memorándum de
Dios, quizá deseará adquirir un ejemplar del libro de donde surgió. El Milagro
más Grande del Mundo. Entonces se dará realmente cuenta de lo mucho que
ha cambiado su vida a través de sus propios esfuerzos, de la forma en que se
ha convertido en un nuevo ser.
Y ahora, empiece. . . y no permita que algo le impida terminar sus cien días.
Y hay algo más que deberá darle. . . como yo lo he dado a usted. . .amor.
Tengo una visión en la cual puedo ver a miles y miles de personas usando
nuestro amuleto de trapero. Las personas sé encontrarán con otras en el
mercado, en la calle, en los lugares de culto, en los transportes públicos, en
las escuelas y en el trabajo y contemplarán en los demás el insignificante
alfiler con el trapito y podrán sonreírles a sus hermanos y hermanas. . . ya
que todos sabrán que la otra persona también se ha embarcado en la misma
misión, en el mismo sueño con un propósito común. . . cambiar su propia vida
para bien y así, todos unidos cambiar su mundo.
Acepta el consejo.
Escucho tu lamento.
Lloras por todos los sueños de tu infancia, que se han desvanecido con el
transcurso de los años.
Lloras por todo eso potencial que tienes y que has trocado por la seguridad.
Lloras por toda tu individualidad que ha sido pisoteada por las multitudes.
Lloras por todo tu talento que se ha desperdiciado por el mal uso que has
hecho de él.
No puedes recordarlo.
¿No tienes el menor recuerdo del momento en que emergiste del vientre de
tu madre y yo coloqué mi mano sobre tu suave frente, ni del secreto que
murmuré en tu pequeño oído cuando té concedí todas mis bendiciones?
No puedes recordarlo.
Este día, igual que Elíseo con el hijo de la viuda, me extiendo tres veces por
encima de ti y vuelves a vivir.
Este día, lo mismo que Elías con el hijo de la sunamita, uno mis labios a los
tuyos y mis ojos a los tuyos y pongo mis manos sobre las tuyos y tus carnes
vuelven a recobrar el calor.
Este día, lo mismo que Jesús frente a la tumba de Lázaro, te ordeno que te
levantes y abandones la sepultura de tu ruina a fin de que inicies una nueva
vida.
Como una mariposa que rompe su crisálida, podrás volar... vuela tan alto
como lo desees y ni las avispas ni las libélulas, ni las mantis de la humanidad
serán un obstáculo para tu misión o para tu búsqueda en pos de las
verdaderas riquezas de la Vida.
Siente mi mano sobre tu cabeza.
Atiende a mi sabiduría.
Deja que comparta contigo, una vez más el secreto que escuchaste en el
momento de tu nacimiento y del cual te has olvidado.
Esas fueron las primeras palabras que escuchaste. Después lloraste. Todos
lloran.
Tú eres ni remanente.
¡Estabas equivocado!
¿Estás ciego? ¿Acaso el sol sale y se pone sin que tú seas testigo de ello?.
¿No amas ni eres amado? ¿Te sientes hundido en la soledad, noche y día?
No. Ya no. Puesto que ahora ya conoces el secreto del amor, que para
recibir amor debes darlo sin la esperanza de que sea retribuido. Amor por
obligación, por satisfacción o por orgullo no es amar. El amor es un don por el
cual no se exige nada a cambio. Ahora ya sabes que el amor sin egoísmo
encuentra en si su propia recompenso. E incluso en el caso de que el amor
no sea correspondido no se pierde, puesto que ese amor que no te ha sido
devuelto volverá a fluir hacia ti, suavizando y purificando tu corazón. Anota
otra bendición. Y anótala como si fuese doble.
No. Tu piel está sana y es una maravilla de la creación, que sólo necesita que
cuides de ella con agua y jabón, un cepillo y amor. Con el tiempo, todos los
aceros se deslustran y se enmohecen, pero no tu piel. A la larga, el más
resistente de los metales se desgasta con el uso, pero eso no sucede con
esa capa que he construido a tu alrededor. Constantemente se renueva a sí
misma y nuevas células reemplazan a las viejas, así como tu antiguo yo
ahora se está viendo reemplazado por el nuevo. Anota otra bendición.
¿Están contaminados tus pulmones? ¿EI aliento de la vida lucha por entrar a
tu cuerpo?
No. Tus portañolas que se abren a la vida te sostienen incluso en el más
repugnante de los ambientes de tu propia creación, y siempre trabajan para
filtrar el oxígeno vivificante a través de seiscientos millones de cavidades
formados por los pliegues de tu carne, al mismo tiempo que liberan a tu
organismo de los desperdicios gaseosos. Anota otra bendición.
No. Dentro de tus cinco litros de sangre hay veintidós billones de células
sanguíneas y dentro de cada molécula hay un átomo que oscila a más de
diez millones de veces cada segundo. Cada segundo mueren dos millones de
tus células sanguíneas para ser reemplazadas por otros dos millones mas en
una resurrección que no se ha visto interrumpida desde el momento de tu
nacimiento. Anota otra bendición.
¿Por qué te has traicionado? ¿Por qué te has lamentado diciendo que fuiste
despojado de todas las bendiciones de la humanidad? ¿Por qué te engañaste
pensando que eras impotente para cambiar de vida? ¿Acaso careces de
talento, sentidos, habilidades, placeres, instintos, sensaciones y orgullo?
¿Has perdido toda esperanza?
¿Por qué te arrastras entre las sombras como un gigante derrotado en espera
sólo de un compasivo transporte hacia el bienvenido vacío y la humedad del
infierno?.
Respóndeme.
Respóndete a ti mismo.
Por tanto, haz como te digo, cuenta tus bendiciones y sabe que ya eres mi
máxima creación. Esta es la primera le y a la cual debes obedecer a fin de
realizar el milagro más grande del mundo el regreso de tu humanidad desde
la muerte en vida.
¿En dónde están las desventajas que ocasionaron tu fracaso? ¿Sólo existían
en tu mente?
Jamás, entre los setenta mil millones de seres humanos que han caminado
sobre este planeta desde el inicio de los tiempos ha habido alguien que sea
exactamente Igual a ti.
Nunca hasta el final de los tiempos existirá otro ser humano igual a ti.
Llegaste trayendo contigo, corno lo hace cada niño, el mensaje de que aún
no me he decepcionado del hombre. Dos células unidas ahora en un
milagro. Dos células, cada una de ellas conteniendo veintitrés cromosomas y
dentro de cada cromosoma cientos de genes, los cuales controlarían cada
una de tus características, desde el color de tus ojos hasta el encanto de tus
modales y el tamaño de tu cerebro.
Teniendo bajo mi mano todas esas combinaciones, empezando con ese
único espermatozoide entre los cuatro millones de tu padre, gracias a los
cientos de genes en cada uno de los cromosomas de tu madre y de tu padre
podría haber creado trescientos mil millones de seres humanos, cada uno de
ellos diferentes de los demás.
¿Por qué te has valorado en centavos cuando eres digno del rescate de un
rey'?.
Porque como podrás saber que no estas imitando el mal; y aquel que imita el
mal siempre va más allá del ejemplo que le han dado mientras que a quien
imita el bien, siempre se queda corto. No imites a nadie. Sé tú mismo.
Demuéstrale al mundo tu singularidad y todos te cubran de oro. Esta es
entonces, la segunda ley.
Proclama tu singularidad.
Esta es, entonces la tercera ley. . . el secreto que te producirá riquezas y hará
que sea aclamado más allá de todos tus sueños. ¿Sigue adelante otro
kilómetro?
No pienses que estafan si rindes más de las amonedas de plata que recibes.
Ya que en la vida hay un péndulo para todo y el sudor de tu frente, sino se vio
recompensado el día de hoy, lo será el día de mañana multiplicado diez
veces. El mediocre nunca camina otro kilómetro ya que piensa que por qué
habría de estafarse así mismo.
¿En donde está ese campo desde donde una vez clamaste que no había la
menor oportunidad? ¡Mira! Mira a tu alrededor. Observa en donde apenas
ayer te revolcabas en los desechos de la autocompación, ahora caminas
erguido sobre una alfombra de oro. Nada ha cambiado. . . excepto tú, pero
tú lo eres todo.
Jamás he perdido la fe en ti, desde ese día en que por vez primera te hice
girar en una gigantesca ola, arrojándote impotente sobre la arena. Según tu
manera de medir el tiempo, eso sucedió hace más de quinientos millones de
años. Hubo un gran número de modelos, muchas formas y muchos tamaños
antes de llegar a la perfección en ti hace más de treinta mil años. En todos
estos años, no he vuelto a hacer ningún esfuerzo adicional por mejorar lo que
hice en ti.
¿Qué has hecho con esa tremenda fuerza? Contémplate a ti mismo. Piensa
en las elecciones que has hecho en tu vida y recuerda, ahora, esos amargos
momentos en que habrías estado dispuesto a caer de rodillas si tan solo
hubieses tenido la oportunidad de volver a elegir.
Lo pasado, pasado está. . . y ahora ya conoces la cuarta gran ley de la
felicidad y el éxito. Emplea con sabiduría tu poder de elección.
Eres algo más que un ser humano, eres un ser humano digno.
Eres capaz de lograr grandes maravillas.
Recuerda al niño que dice “Cuando sea un niño grande” pero, ¿qué significa
eso? Ya que el niño grande dice: “Cuando sea adulto”. Y cuando ha llegado
a la edad adulta, dice: “Cuando contraiga matrimonio”. Pero después de
todo, ¿Qué significa estar casado? Entonces ese pensamiento cambia a
“Cuando me jubile”. Y después llega la jubilación y mira hacia atrás el
paisaje que ha recorrido; un viento helado lo barrido y de alguna manera se
ha perdido de todo y ahora ha desaparecido.
Has vuelto a nacer . . . pero lo mismo que antes puedes elegir entre el
fracaso y la desesperación, o el éxito y la felicidad. La elección es sólo tuya.
Yo únicamente puedo observar como antes. . . lleno de orgullo . . . o de
pesadumbre.
Proclama tu singularidad.
Y hay otra más, para cumplir con las otras cuatro. Haz todas las cosas con
amor. . . amor hacia ti mismo, amor hacia los demás y amor hacia mí.
Enjuga tus lágrimas. Estira tu mano, toma la mía y manténte erguido.
Bibliografía: