Producción de Melón Bajo Invernadero
Producción de Melón Bajo Invernadero
Producción de Melón Bajo Invernadero
Introduccion:
El melón o Cucumis melo L pertenece a la familia de las Curcubitáceas, frutas tropicales
adaptadas a climas templados y que tienen en la Región de Murcia un santuario natural
para su cultivo.
Origen
Su origen está envuelto en misterio pues se han encontrado pruebas de su existencia en
épocas muy cercanas en el tiempo tanto en Asia como en África. Los romanos, a través del
puerto de Cartago Nova, lo introducirían en la Península Ibérica, siendo precisamente en el
Campo de Cartagena donde se encuentran las mayores plantaciones de melones de toda la
Región de Murcia, una de las mayores productoras de España. Desde los años 70 del siglo
XX la exportación de esta fruta ha hecho que grandes críticos gastronómicos de países
europeos ensalzasen sus propiedades culinarias y nutritivas, otorgando relevancia a los
melones de la Región. Indicación Geográfica Debido a la importancia de su cultivo y la
calidad de los productos comercializados desde Torre Pacheco, durante el año 2007 la
Consejería de Agricultura emitió su "decisión favorable a la solicitud de inscripción de la
Indicación Geográfica Protegida Melón de Torre Pacheco" en el Registro Comunitario de
Denominaciones de Origen Protegidas e Indicaciones Geográficas Protegidas. Las
variedades amparadas por la I.G.P. son la Saccharinus Naud, con los tipos Piel de Sapo y
Amarillo; y Cantalupensis Naud, con los tipos Galia y Cantaloup. Las últimas cosechas de
melones han dado cifras que superan las 200.000 toneladas.
Características
El melón es una planta herbácea, anual, rastrera o trepadora si se le facilita un entutorado
apropiado mediante zarcillos sencillos de 20-30 cm de longitud que nacen en las axilas de
las hojas, junto a los brotes en formación. Gracias al cultivo forzado y a su protección en
invernadero se ha ampliado el tiempo de su permanencia en el mercado.
a) Por la forma del fruto
• Más o menos alargados, como los melones tradicionales españoles: amarillos, piel de sapo,
tendral
b) Color de la piel:
• Color verde más o menos oscuro, amarillo, dorado, blanco, moteado, etc.
b) Aspecto de la epidermis:
• Lisa
• Escriturado: Son protuberancias longitudinales más o menos notable sobre la piel, típico
de los melones piel de sapo
• Reticulado: Especie de red que recubre todo el fruto, típico de los melones galia
• Con meridianos más o menos oscuros
• Rugosos: Peculiar en frutos tipo tendral, con gran resistencia a la conservación
c) Color de la pulpa:
• Blanco, la de los melones tradicionales españoles
• Amarillento verdoso, amarillo anaranjado, como las variedades tipo galia
• Asalmonados, naranja, más o menos intenso, como los cantalupos
d) Tamaño: Puede considerarse para la descripción de las variedades los siguientes pesos y
tamaños:
e) Contenido en azúcar:
menor 2-3 kg menor
3-4 kg mayor de 4 kg
Se calcula a través del índice refractométrico.
Riego y nutrición
La forma más práctica de llevar el riego en un cultivo en suelo bajo condiciones de
invernadero es apoyándose de tensiómetros. Aunque el sistema radicular del
melón es grande, se ha comprobado que la parte más activa para la absorción de
nutrientes se encuentra de 0 a 35 cm de profundidad. Este dato es relevante para
calcular el bulbo de humedad, además de determinar a qué profundidad colocar los
tensiómetros indicadores. La tensión sugerida para el cultivo es de 10 Kpa. Sin
embargo se puede emplear el rango de 10 a 15 Kpa con la reserva de considerar
el tipo de suelo donde se establecerá el cultivo (este rango varia ligeramente). En
sistemas hidropónicos el volumen de riego se moverá en función de mantener por
todo el ciclo una diferencia entre la conductividad eléctrica (C.E.) de la solución
nutritiva del gotero y la C. E. de la bandeja de drenaje, menor a 2.0 dS /m.
La nutrición es una parte coyuntural para la obtención de máximos rendimientos.
Actualmente la media nacional en rendimiento de melón para México es de 25 t/ha
en campo abierto. Está comprobado que los rendimientos potenciales para melón
bajo invernadero superan las 80 t/ha. El aporte de nutrientes sugerido para suelo e
hidroponía es distinto. (Cuadro 1 y 2)
Principales plagas y enfermedades
A continuación se describen las principales plagas y enfermedades que se
presentan en el cultivo de melón bajo invernadero.
Plagas
Pulgones: Myzus persicae y Aphis gossypii cuyo aspecto es globoso,
generan picaduras en órganos jóvenes provocando la salida de savia que
debilita a las hojas y se abarquillan. Estos áfidos son transmisores de virus.
El adecuado control de esta plaga radica en la colocación de trampas
amarillas y el control químico sugiere la aplicación de las siguientes
moléculas: cipermetrin, imidacloprid, zeta cipermetrin (solo por citar algunos
ejemplos).
Enfermedades
Cenicillas en haz y envés. Las especies responsables en melón son Erysiphe
cichoracearum y Sphaerotheca fuliginea. Los síntomas característicos
son machas blanquecinas y polvorientas que se van agrandando hasta
cubrir toda la hoja. La temperatura óptima para que esta enfermedad se
presente es 25 oC acompañada de humedad relativa del 70 %. Como control
preventivo se recomienda el uso de variedades resistentes. Para el control
químico se sugiere el uso de azufre coloidal o micronizado, penconazol, entre
otros productos.
Mildius. El hongo que ataca al melón es Pseudoperonospora cubensis, este
es diseminado por el viento. Se presenta cuando la humedad relativa está
entre 80 y 90 % con temperaturas entre los 20 y 25 oC. Los daños que
ocasionan en la planta son machas pequeñas con necrosamiento y
sequedad en las hojas. Para su control preventivo se sugieren el uso de
variedades tolerantes o el uso de productos químicos como: mancozeb,
cobre, y clortalonil.
El melón es, después de pimiento y tomate, el cultivo que ocupa más superficie bajo
invernadero, especialmente en Almería (alrededor de 7.000 ha.), situación que
apenas se produce en los invernaderos del Sur de Alicante y Campo de Cartagena,
áreas en las que entra en competencia con los monocultivos de pimiento o tomate.
En Almería, la finalización del primer cultivo en los primeros meses del año (enero-
marzo) facilita la introducción de un segundo cultivo, que en gran parte de la
superficie viene a ser el melón.
El tipo Galia es el que más superficie ocupa (un 35-40% sobre el total) y en muy
pocos años se ha hecho con la supremacía del mercado de exportación. También
hay que señalar que es el que mejor se comporta bajo invernadero. Hay una multitud
de híbridos de este tipo, los que más se están cultivado son Melina, Yupi, Primal,
Aitana, Mirella, Eros, Caruso, etc.
Este cultivo es más sensible al frío que tomate, pimiento, berenjena, algo menos
que sandía y parecido a judía. Las temperaturas de suelo por debajo de 12 ºC
ocasionan un parón vegetativo:
• T. mínimas: letal (0-2º), biológica (12-14º).
• T. óptimas: noche (18-21º) y día (24-30º).
• T. máxima: biológica (30-34º).
• T. de germinación: mínima (14-16º), máxima (20-30º).
Las plantaciones muy tempranas no necesariamente dan lugar a recolecciones más
precoces, las temperaturas bajas y con falta de luz pueden "endurecer" las plantas,
retrasando y disminuyendo la producción y perjudicando la calidad de la misma.
El cultivo del melón bajo invernadero se puede realizar bien rastrero o bien
entutorado, es decir, apoyado en suelo en cultivo horizontal o apoyado verticalmente
en hilos o redes de cuadros. La elección de uno u otro sistema es un tema
controvertido, que viene resolviéndose a favor del que requiere menos mano de
obra, el cultivo rastrero.
Si bien este cultivo es el más utilizado, los ensayos que hemos realizado
comparando ambos sistemas, indican que:
• La producción precoz y final son mayores en cultivo entutorado, aunque la
recolección se inicia al mismo tiempo, o incluso antes, en cultivo rastrero.
• El peso medio de los frutos es mayor en cultivo entutorado.
• El destrío es mayor en cultivo rastrero.
En cultivo rastrero, las densidades de plantación serán, para los Piel de Sapo,
alrededor de 5.000 plantas/ha., y para los tipo Galia, Cantalupo y Amarillos, entre
8.000 y 10.000 plantas/ha.
En cultivo entutorado, con plantas podadas a dos guías, se ponen entre 12.500 y
15.000 plantas/ha., la densidad más alta para los tipos Galia con frutos que puedan
"pasarse" de tamaño.
6.- Poda
Dicho esto, nos parece adecuado, en cultivo entutorado, realizar una poda para
conducir la planta a dos guías, despuntandola por encima de la segunda hoja
cuando la planta tenga cuatro. De las axilas de estas dos hojas saldrán las dos guías
principales. Posteriormente, de ambas guías, salen los tallos terciarios, que se
limpian hasta 50-60 cm, y después se despuntan por encima de una o dos hojas
sobre los frutos cuajados. Este tipo de poda ahorra número de plantas, ordena su
conducción, aclara el follaje y ningún otro sistema es más productivo.
En cultivo rastrero no hemos visto ninguna ventaja con la poda, aunque, a veces,
con variedades vigorosas, se recomienda el descabezado por encima de la 2ª ó 3ª
hoja para acelerar la aparición de ramas secundarias, pudiendo equilibrar la parte
aérea y la radicular. La intervención sobre ramas terciarias no está justificada más
que para recortar, con hoz, los brotes que rebasan los bordes de la banca.
El consumo de agua por este cultivo es muy variable y se puede evaluar entre 4.000
y 6.000 m3/ha. Las necesidades son distintas según la fase en que se encuentren
las plantas. Así, el consumo es muy reducido desde la plantación hasta el comienzo
de la floración, crece con el comienzo del cuaje, es máximo con el engorde de los
frutos y se estabiliza o disminuye en la fase de maduración-recolección.
En invernadero el melón tiene muchas dificultades para cuajar las flores de forma
natural, por lo que es absolutamente necesario la utilización de medios que permitan
forzar el cuajado de las flores. El medio universalmente utilizado y con excelentes
resultados es el uso de las colmenas de abejas, que se introducirán en el
invernadero con la aparición de las flores masculinas (salen unos 10 días antes que
las femeninas). En este periodo los insectos se adaptan al recinto. Parece suficiente
una colmena para 5.000 m2.
En caso de no contar con una colmena, por las razones que sean, se puede recurrir
al uso de fitorreguladores para provocar el cuaje de las flores, nosotros hemos
ensayado con éxito procarpil, fengib y fulmet, con pulverizaciones dirigidas a la flor,
cuando las plantas tienen unas 5-6- flores femeninas/planta, repitiendo el
tratamiento 5-7 días después. Si bien hemos podido comprobar el buen
comportamiento de los fitorreguladores en la mayoría de los tipos de melón,
incluidos los Cantalupos, en éstos hemos observados alguna vez resultados
insuficientes.
Bibliografía:
http://los-invernaderos-123.blogspot.pe/2010/09/cultivo-de-
melon-bajo-invernadero.html
https://www.intagri.com/articulos/horticultura-
protegida/produccion-de-melon-bajo-invernadero
https://es.scribd.com/document/136386509/Monografia-Del-
Melon-PDF
https://es.scribd.com/document/136386509/Monografia-Del-
Melon-PDF
Integrantes:
Diego Mogrovejo Sánchez
Maxwell Valdivia Rodríguez
Semestre: IX
2017