Temperamentos
Temperamentos
Temperamentos
1.
3. ¿Qué es el temperamento?
7. Conclusiones
8. Bibliografía
INTRODUCCIÓN
Es muy probable que la mayoría de las personas, en algún momento de su vida, se hayan preguntado
porqué en determinadas circunstancias actuaron como lo hicieron, cuando otras personas, en
circunstancias similares, lo hicieron de manera distinta. Quizás cuestionen o admiren la conducta
desenvuelta o las actitudes de sus padres, hermanos, profesores, amigos o personalidades célebres
de la historia o de la pantalla de cine y televisión. Reconocen en los demás actitudes naturales que
ellos quisieran alcanzar pero que, por más que se esfuerzan no lo pueden lograr, o por lo menos no al
mismo nivel. Así mismo, ven como ciertas cosas, para ellos fáciles de hacer, se les dificulta a otros de
una manera inusitada. En ocasiones las personas quisieran ser distintas a como son, sienten que el
trabajo que desempeñan no los motiva o que las actividades que para los demás son fabulosas, para
ellos son aburridas o sin sentido. ¿A qué se debe esto?. ¿Pueden estas situaciones ser cambiadas?.
Desde los inicios de la humanidad estas cuestiones han tratado de ser explicadas y estudiadas. Para
muchos la influencia de los astros en la forma de ser de las personas ha sido, y es, un factor decisivo
en el comportamiento de los seres humanos. Otros, a través de han buscado explicaciones con
mayores fundamentos lógicos y precisos. Tales son los casos de Hipócrates y Kretschmer.
Hoy por hoy, aún cuando se crea que el problema ya ha sido ampliamente estudiado y resuelto,
existen muchos puntos de vista no muy claros e incluso antagónicos al respecto. Para algunos
sectores de la psicología, los factores externos que afectan al individuo durante su formación son
decisivos. Para otros, en cambio, la carga genética de la persona es la que marca en definitiva la
conducta del individuo durante su vida.
En este trabajo se pretende mostrar en forma condensada una de las teorías que trata de explicar
muchas de las tendencias humanas y de clasificar a los individuos por medio de sus características
conductivas predominantes. Tal es el caso de la "Teoría de los cuatro temperamentos básicos",
promulgada y publicada por el Doctor Tim Lahaye desde la década de los sesenta del recién pasado
siglo.
CAPÍTULO I
ALGUNOS CONCEPTOS Y REFERENCIAS HISTÓRICAS SOBRE LA TEORÍA DE LOS
TEMPERAMENTOS
REFERENCIAS HISTÓRICAS
Desde los Pitagóricos el número cuatro gozaba de gran prestigio místico. Empédocles, Aristóteles y
otros filósofos enseñaron que los elementos de la tierra eran cuatro. En seguimiento de esta doctrina
descubrieron los médicos hipocráticos (500 a 400 años antes de Cristo) cuatro líquidos orgánicos
fundamentales a los cuales atribuían la génesis y el mantenimiento de la vida: sangre, bilis, flema o
linfa, bilis negra o atrabilis. Estaban convencidos de que la vida bullía en estos líquidos o humores
del cuerpo y sobre la base de esos humores los hombres podían ser distribuidos en cuatro grupos o
tipos, según que en ellos predominara uno u otro de esos líquidos. Estos tipos eran:
Sanguíneo: Corresponde al predominio de la sangre: físicamente son individuos de estatura inferior
a la media, buena musculatura, figura proporcionada. En sus manifestaciones de carácter presenta
tendencia a la irreflexión, es sociable, poco tenaz y persistente.
Melancólico: Predomina en él lo que Hipócrates llamaba la "bilis negra", se conoce también como
tipo nervioso. Físicamente es delgado, de estatura normal o superior a la media, con tendencia a la
palidez.
Colérico: Predomina en su organismo la "bilis amarilla". De estatura normal o superior a la media; la
piel presenta un tono amarillento.
Flemático: Físicamente tienen tendencia a la obesidad, aunque pueden existir tipos delgados. En él
predomina la flema.
Esta teoría sobre los temperamentos fue aceptada prácticamente sin discusión ni modificación
durante siglos. No es sino hasta finales del siglo IXX y principios del XX cuando aparecen nuevas
clasificaciones en las cuales se relacionaba básicamente la constitución física del individuo con su
temperamento. Una de ellas viene de la Escuela constitucionalista Italiana donde el psiquiatra De
Giovanni estableció los conceptos de normotipo y ectipo. El normotipo determina ciertas
proporciones que el organismo debe presentar para corresponder a un tipo definido; el ectipo se
observa cuando el sujeto presenta dimensiones corporales en mayor o menor proporción que las
fijadas para un tipo somático. El normotipo debía presentar ciertas proporciones somáticas, como la
longitud abarcada por los brazos abiertos debe ser igual a la estatura y circunferencia torácica igual a
la mitad de la estatura, además de otras medidas complejas.
En forma simultánea a las aportaciones de la escuela italiana, en Alemania Kretshmer desarrollaba
una clasificación de tipos somáticos con la que intentó relacionar una estructura corporal
determinada y las tendencias psicológicas correspondientes. Los tipos de propuestos por Kretshmer
son el pícnico, el atlético y el leptosomático.
Cuando Kretshmer establece a clasificación de tipos psíquicos se basa en algunos rasgos de
enfermedades mentales. En el desarrollo embrionario, el sistema digestivo se origina del
endodermo; el sistema nervioso y los órganos sensoriales del ectodermo y el sistema muscular y óseo
del mesodermo. Basándose en esos principios, Sheldon y su colaborador Stevens, establecen la
siguiente clasificación:
El endomorfo
El ectomorfo
El mesomorfo
o Para ser efectivo requiere: Múltiples contactos con la gente, una guía democrática, mucha
variedad y reconocimiento público.
El sanguíneo es una persona cálida, vivaz, alegre, que da gusto. Por naturaleza es receptivo y las impresiones externas
se abren camino fácilmente en su corazón donde prestamente provoca una respuesta atropellada. Para tomar sus
decisiones predominan más los sentimientos que los pensamientos reflexivos. Es un superextrovertido. Tiene una
capacidad poco común para divertirse y generalmente contagia su espíritu alegre y divertido. Fascina cuando narra
cuentos y su naturaleza cálida y entusiasta le hace revivir prácticamente la experiencia que relata.
Nunca le faltan amigos. Su naturaleza ingenua, espontánea, cordial le abre puertas y corazones. Puede sentir
genuinamente las alegrías y los pesares de las personas con quien está y tiene la habilidad de hacerle sentir
importante como si se tratase de un amigo muy especial- y lo es, mientras tenga sus ojos puestos en él, o mientras sus
ojos no se dirijan hacia otra persona con igual intensidad.
El sanguíneo nunca se encuentra perdido por falta de palabras, aun cuando con frecuencia habla sin pensar. Su franca
sinceridad, sin embargo, tiene un efecto desarmador sobre muchos de sus interlocutores, de tal modo que los hace
responder a su humor. Su modo libre de desenvolverse hace que los de temperamento más tímido lo envidien.
Al sanguíneo le gusta la gente y detesta la soledad. Nunca se siente mejor que cuando está rodeado de amigos donde
él es el alma de la fiesta. Tiene un repertorio interminable de cuentos que relata en forma dramática.
Su modo ruidoso, afable, atropellado, lo hacen parecer más seguro de lo que él mismo se siente; pero su energía y su
disposición amable lo ayudan a superar sus problemas en la vida. La gente suele disculpa sus debilidades diciendo "Él
es así".
Generalmente resultan excelentes vendedores, sintiéndose muy atraídos hacia esa profesión. Suelen además ser
excelentes actores, anfitriones, predicadores, locutores, animadores, políticos, etc.
En cuanto a ayudar a otros se refiere, los sanguíneos se destacan en tareas hospitalarias. Los doctores sanguíneos
están dotados de una aptitud especial para acercarse al enfermo al cual lo deja siempre de buen ánimo como
consecuencia de su trato cautivante. La enfermera sanguínea evidencia igual grado de entusiasmo para ayudar a los
enfermos, y su radiante sonrisa cuando entra en la habitación siempre tiene el efecto de levantar el espíritu.
Cualquiera sea la actividad a que se dedique el sanguíneo, siempre conviene que sea una actividad que le proporcione
mucho contacto con otras personas.
DEBILIDADES DEL SANGUÍNEO
Indisciplinado y falto de voluntad. La tendencia a ser indisciplinados y su voluntad débil puede llegar a destruirlo a
menos que sepa vencer estas debilidades. Como son altamente emocionales tienden a ser "manoseadores".
La voluntad débil y falta de disciplina hacen que les resulte fácil hacerse deshonestos, falsos y poco dignos de
confianza. Tienden a cometer excesos y a aumentar de peso y les resulta sumamente difícil mantener una dieta; en
consecuencia es muy normal que un sanguíneo de treinta años de edad pese quince kilos de más y que siga
aumentando rápidamente.
Inestabilidad emocional. El sanguíneo no sólo es capaz de llorar por cualquier pretexto, sino que la chispa de ira
puede transformarse en furioso infierno instantáneamente. Hay algo consolador en su enojo – no guarda rencor. Una
vez que ha desatado su furia se olvida de la cuestión. Los demás no, pero él sí. Por eso es que él no tiene úlceras; se las
pasa a los demás.
El egotismo. El sanguíneo lucha constantemente por ser el centro de la atención. Para él todo el mundo es un gran
escenario y él es el actor principal. Normalmente él mismo es su personaje favorito.
Un habito muy sutil del sanguíneo es hacer referencia a personalidades (proyección), haciendo hincapié en su
relación con la persona.
Inquieto y desorganizado. Los sanguíneos son tremendamente desorganizados y siempre están en movimiento. Raras
veces planifican por anticipado; generalmente aceptan las cosas a medida que se le presentan. Son felices buena parte
del tiempo porque raramente vuelven la mirada hacia atrás (y en consecuencia no se benefician de los errores
pasados), y raras veces miran hacia delante. Donde quiera que viva o trabaje las cosas se encuentran en un desastroso
estado de desarreglo. No consigue las herramientas, y las llaves constituyen su ruina- invariablemte se le pierden.
Dado su ego, generalmente es exigente para vestirse, pero si sus amigos vieran la habitación donde se vistió pensarían
que alguien ha sido víctima de una explosión.
La inseguridad. Aún cuando su personalidad extrovertida lo hace ver como una persona segura de sí misma en
realidad es una persona muy insegura.
Generalmente el sanguíneo no teme el daño personal y a menudo se arriesga a realizar desmedidas hazañas de osadía
y heroísmo. Sus temores giran en torno más bien del fracaso personal, el rechazo o la desaprobación de los demás.
Conciencia flexible. Ya que el sanguíneo tiene la capacidad de convencer a los demás, con lo cual se granjea la
reputación de ser el timador más grande del mundo, no le resulta difícil convencerse de que todo lo que quiere hacer
está perfectamente bien. Tiene la tendencia a torcer la verdad o a exagerar. Para el sanguíneo "el fin justifica los
medios" y normalmente el fin es el de él. Es por ello que frecuentemente pisotea tranquilamente los derechos de los
demás y pocas veces titubea ante la posibilidad de servirse de otros.
COLÉRICO
o Es emprendedor, productivo, impaciente, poderoso, persistente, exasperante, objetivo,
impredecible, apremiante, solucionador de problemas.
o Para ser efectivo necesita: Muchos estímulos, corrección cuando sea necesario, que se le
demuestre que es apreciado, algo de prestigio, oportunidades para aprender nuevas habilidades,
sentimiento de competencia.
El colérico es de un temperamento ardiente, ágil activo, práctico y de voluntad fuerte que se tiene por autosuficiente y
muy independiente. Tiende a ser decidido y lleno de opciones, y le resulta fácil tomar decisiones por su cuenta, y por
cuenta de otros también. Al igual que el sanguíneo, el colérico también es extrovertido, pero es mucho menos intenso.
El colérico se encuentra a gusto con la actividad. Para él la vida es actividad. No necesita que el medio lo estimule;
antes bien él estimula al medio que lo rodea con sus ideas, planes, metas y ambiciones inacabables. No se dedica a
actividades que no tengan un propósito concreto porque tiene una mentalidad práctica y aguda, capaz de tomar
decisiones o de planificar actividades útiles en forma instantánea y acertada. No vacila ante la presión de la opinión
ajena, sino que adopta posiciones definidas frente a las cuestiones, y con frecuencia aparece organizando cruzadas
contra alguna injusticia social o alguna situación subversiva.
Al colérico no le asustan las adversidades; más aún, éstas tienden a alentarlo. Su tenaz determinación generalmente le
hace tener éxito donde otros fracasan porque él sigue empeñado en la tarea cuando otros se desalientan. El colérico es
un líder nato, lo que los expertos en administración empresarial llaman un líder natural fuerte.
La naturaleza emocional del colérico es la parte menos desarrollada de su temperamento. No siente compasión por
otros fácilmente, ni lo demuestra ni lo expresa. Con frecuencia se siente incómodo frente a las lágrimas ajenas, o
simplemente le disgustan, y en general es insensible a sus necesidades. Demuestra poco aprecio por la música y el
arte. Preferentemente busca los valores utilitarios y productivos de la vida.
El colérico reconoce rápidamente las oportunidades y con igual rapidez descubre la mejor forma de sacarle provecho.
Tiene una mente bien organizada, aunque suelen aburrirlo los detalles. Como no es muy dado al análisis, sino más
bien a una estimación rápida, casi intuitiva, tiende a poner la mira en la meta que quiere alcanzar sin tener en cuenta
las posibles trampas y escollos en el camino. Tiende a ser dominante y autoritario y usa a la gente sin vacilación a fin
de lograr sus fines. A menudo se le considera oportunista.
Toda profesión que requiera liderazgo, motivación y productividad es adecuada para el colérico, siempre que no le
exija demasiada atención en cuestiones de detalles y planificación analítica. Generalmente le gustan las tareas de
construcción porque es una actividad muy productiva y es frecuente que el colérico termine siendo capataz o
supervisor.
El colérico es desarrollista por naturaleza sueña con construcciones y maquinarias abriendo caminos.
La mayoría de los financistas son coléricos. Formulan sus ideas y tienen ese espíritu de aventura que los lleva a
lanzarse en direcciones nuevas. No se limitan tampoco a sus propias ideas; a veces oyen hablar de alguna idea
progresista y ellos la toman como bandera. Sin embargo, una vez que el colérico ha iniciado un nuevo negocio, no es
difícil que se aburra muy pronto a pesar del éxito, por dos razones: cuando el negocio crece bajo su dinámica
dirección necesariamente surgen muchas cuestiones de detalle. Pero como los coléricos son malos delegando
responsabilidad terminan haciéndolo todo ellos mismos. Cuando descubre que está tan ocupado que le faltan manos
para hacerlo todo, opta por buscar a alguien que le compre el negocio. Es pues común, que un colérico inicie entre
cuatro y diez negocios en el curso de su vida.
El colérico no es un perfeccionista sino un productor. Prefiere hacer veinte cosas con un setenta u ochenta por ciento
de perfección a hacer unas pocas con un cien por cien.
El colérico tiende a desenvolverse muy bien en el comercio, en la enseñanza de asignaturas prácticas, en la política, en
funciones militares, en los deportes. Por otra parte, raramente encontraremos un cirujano, un dentista, un filósofo, un
inventor, un matemático o un relojero colérico. Normalmente es tan optimista que rara vez fracasa- excepto en su
propia casa.
DEBILIDADES DEL COLÉRICO.
El enojo y la hostilidad. El colérico es extremadamente hostil. Algunos aprenden a controlar su ira, pero una erupción
de violencia es siempre una posibilidad en ellos. No les lleva mucho tiempo comprobar que los demás generalmente
se asustan de sus estallidos de enojo y de que por lo tanto pueden valerse de su ira como un arma para conseguir lo
que quieren- y generalmente lo que quieren es salirse con la suya.
El enojo de los coléricos es enteramente diferente a la de los sanguíneos. La explosión del colérico no es tan fuerte
como las del sanguíneo ya que es menos extrovertido, pero puede ser mucho más peligrosa. El colérico puede herir a
los demás con toda intención y gozarse de haberlo hecho. La esposa del colérico generalmente le tiene miedo, y éste
tiende a aterrorizar a los hijos. El colérico da portazos, golpea la mesa con el puño, usa la bocina del automóvil sin
discreción. Cualquier persona o cosa que se le cruce en su camino, que retarde su progreso, o que deje de funcionar en
la medida de sus expectativas, no tardará en experimentar la erupción de su cólera. Y a diferencia del sanguíneo, al
colérico no se le pasa el enojo fácilmente, sino que por el contrario puede arrastrar su encono durante un tiempo
increíblemente largo. Tal vez sea ésta la razón de que a los cuarenta años de edad ande con úlceras estomacales.
Cruel cortante y sarcástico. Nadie pronuncia con su boca comentarios más ácidos que el colérico sarcástico, el cual
está preparado con un comentario cortante que es capaz de aniquilar a los que se sienten inseguros y demoler a los
menos combativos. Raras veces titubea cuando quiere cantarle las cosas claras a alguien o hacerlo papilla. En
consecuencia, va dejando un reguero de casos psíquicos y de personas heridas por donde pasa.
Frío y sin afecto. De todos los temperamentos el colérico es el que evidencia menos afecto y se neutraliza ante la idea
de hacer alguna demostración pública de afecto; su rigidez emocional rara vez le permite derramar lágrimas.
Insensible y desconsiderado. Similar a su natural falta de amor es la tendencia del colérico a ser insensible a las
necesidades de los demás y desconsiderado acerca de sus sentimientos.
Porfiado y terco. La firmeza y la decisión natural del colérico es una característica temperamental que puede ayudarlo
en el curso de su vida, pero también puede convertirlo en un hombre porfiado y terco. Como tiene un sentido intuitivo
generalmente toma resoluciones rápidamente (sin consideración y análisis adecuados), y una vez que ha tomado una
decisión es prácticamente imposible que cambie de parecer. El colérico se muestra neutral en muy pocas cosas y terco
en todo.
Astuto y dominador. Una de las características del colérico es su inclinación a proceder con astucia a fin de lograr lo
que quiere. Raras veces acepta un no como respuesta y con frecuencia recurre a cualquier medio necesario para
alcanzar su meta. Si tiene que adulterar las cifras y torcer la verdad, raras veces vacila, porque para él el fin justifica
los medios. Cuando necesita un favor, puede transformarse casi en un sanguíneo en su capacidad persuasiva, pero en
el momento que se le da lo que busca, se olvida de que te conoció.
MELANCÓLICO
o Es sensible, sistemático, comprensivo, supervisor, resignado. Trabaja con orden e interés, es
concreto, se desalienta ante las dificultades, es desconfiado y pasivo.
o Para ser efectivo le gusta: crear armonía, que se le diga el por qué de las cosas; observar
detalladamente, evitar la crítica, que se le alabe en privado y tener tiempo para procesar la información.
El melancólico tiene el temperamento más rico de todos. Es un tipo analítico, talentoso, perfeccionista, abnegado, con
una naturaleza emocional muy sensible. Nadie disfruta más del arte que el melancólico. Por naturaleza tiende a ser
introvertido, pero como predominan sus sentimientos, lo caracterizan una serie de disposiciones de ánimo. A veces lo
elevan a las alturas del éxtasis que lo llevan a obrar en forma más extrovertida. Sin embargo, en otros momentos está
triste y deprimido, y en esos momentos se vuelve escurridizo y puede incluso, volverse antagónico.
El melancólico es un amigo muy fiel, pero a diferencia del sanguíneo no hace amistad con facilidad. Pocas veces se
esfuerza por conocer a la gente; mas bien se limita a esperar que acudan a él. Quizás sea el de temperamento más
confiable, por cuanto sus tendencias perfeccionistas no le permiten hacerse a un lado o abandonar a otros cuando
cuentan con él. Su reticencia natural a tomar la delantera no es indicación de que no le guste la gente. Como a todos,
no sólo le gusta la gente sino que tiene un gran deseo de ser aceptado por ellos. Las experiencias desalentadoras lo
llevan a rehusar a la gente por lo que parecen; por ello tiende a sospechar cuando lo buscan o le hacen atenciones.
Su excepcional capacidad analítica lo impulsa a diagnosticar acertadamente los obstáculos y los peligros de cualquier
proyecto en el que participa. Esto contrasta marcadamente con el colérico, que pocas veces ve los problemas o
dificultades, pero que confía en que va a poder resolver cualquier crisis que se le presente. Estas características a
menudo hacen que el melancólico no quiera iniciar algún nuevo proyecto o que se vea en conflicto con los que quieran
iniciarlo. Cuando una persona ve los obstáculos en lugar de los recursos o metas, es fácil que se descorazone antes de
empezar. Dicho de otra manera el melancólico es un pesimista nato.
El melancólico suele descubrir su mayor sentido de la vida entregándose al sacrificio personal. Con frecuencia elige
una vocación difícil, que requiera mucho sacrificio personal. Pero una vez que ha elegido, tiende a ser sumamente
metódico y persistente en el cumplimiento de la misma, y es mas que probable que realice grandes cosas si su
tendencia natural a quejarse del sacrificio que significa no lo deprime hasta el punto de hacerlo abandonar
totalmente.
Toda vocación que requiera perfección, abnegación y creatividad es adecuada para el melancólico. La mayoría de los
grandes compositores, artistas, músicos, inventores, filósofos, teóricos, teólogos, científicos y dedicados educadores
del mundo han sido predominantemente melancólicos. La capacidad analítica necesaria para proyectar edificios,
concebir proyectos requiere el temperamento de un melancólico. Pero también pueden ser artesanos de primera:
carpinteros, albañiles, plomeros, horticultores, científicos, abogados, escritores, mecánicos, ingenieros. Pueden ser
miembros de toda profesión que proporciona un servicio con sentido humanitario.
DEBILIDADES DEL MELANCÓLICO
Negativo, pesimista y crítico. Las admirables cualidades del perfeccionismo y la escrupulosidad conllevan con
frecuencia la seria desventaja del negativismo, el pesimismo y de un espíritu de crítica. Normalmente, la primera
reacción de un melancólico ante cualquier cosa va a ser negativa o pesimista. Éste sólo rasgo limita la actuación
vocacional del melancólico más que ningún otro. Apenas se le presenta una nueva idea o un proyecto nuevo su
habilidad analítica se enciende y comienza a imaginar toda clase de problemas y dificultades que en su opinión
podrían surgir al poner el proyecto en práctica. Para la industria esto es una ventaja, porque mediante este rasgo el
melancólico puede anticipar los problemas y prepararse para ellos. Pero para él mismo es una desventaja porque le
impide largarse por su cuenta y sacar ventaja de su creatividad. Es raro que una persona predominantemente
melancólica inicie un nuevo negocio o proyecto por su cuenta; en cambio es fácil que sea utilizado por personas
menos dotadas pero de temperamento más emprendedor. El melancólico es capaz de experimentar el
"arrepentimiento del comprador" antes de comprar la mercancía, y no como los otros que la experimentan tiempo
después.
Los melancólicos deben luchar constantemente contra su espíritu de crítica que proyectan hacia los que lo rodean
como hacia sí mismo, razón por la cual suele sentirse sumamente disconforme consigo mismo.
Egocéntrico, susceptible, y quisquilloso. El melancólico es más egocéntrico que cualquier otro temperamento, pues
todo lo interpreta en relación consigo mismo. Si, por ejemplo, se anuncia en su trabajo alguna nueva disposición,
inmediatamente reacciona alarmado pensando que es a él al que quieren agarrar. Tiende además a compararse con
los otros en apariencia exterior, en talento, en intelecto, sintiéndose invariablemente deficiente porque jamás se le
ocurre que se compara con los mejores rasgos del otro y hace a un lado sus puntos débiles.
Este rasgo de egocentrismo, juntamente con su carácter sensible, hace que el melancólico sea muy susceptible y
quisquilloso por momentos. Se puede ofender a un melancólico con solo mirarlo.
Vengativo y propenso a sentirse perseguido. El talentoso cerebro del melancólico puede ser terreno fértil para
conceptos creativos y positivos, o la fuente de pensamientos perjudiciales. Aun cuando no es tan expresivo como el
sanguíneo o el colérico en su enojo, es perfectamente capaz de alentar un rencor de ebullición lenta y de larga
duración que se manifiesta en pensamientos vengativos y en meditaciones de auto persecución. Si se alienta esto por
un tiempo suficiente el resultado puede ser el que se transforme en un maniático depresivo o por lo menos que
explote de ira, de un modo que resulta enteramente distinto de su naturaleza normalmente suave.
Las líneas negativas de pensamiento hacen que el melancólico tome decisiones poco realistas. El noventa y cinco por
ciento de las veces su línea de pensamiento vengativa y opresiva saca el problema fuera de toda perspectiva.
Temperamental, depresivo, antisocial. Una de las características más prominentes del melancólico se refiere a los
vaivenes de ánimo. En algunas ocasiones se siente transportado a tales alturas que obra como si fuese un sanguíneo y
en otras, se siente tan deprimido que quisiera deslizarse por debajo de las puertas. A medida que aumenta en años
aumentan los momentos de insatisfacción, amargura y depresión, a menos que halla a prendido a autocontrolarse.
Legalista y rígido. Ningún temperamento es tan susceptible a ser rígido, implacable e intransigente, hasta el punto de
ser totalmente irrazonable, como el melancólico.
Es el mártir natural de su causa. Es incapaz de falsear la información en los formularios de impuestos o cualquier
otro. Es intolerante e impaciente con los que no ven las cosas como las ve él; en consecuencia le resulta difícil formar
parte de un equipo y con frecuencia se desenvuelve sólo en el mundo comercial.
Impráctico y teórico. El melancólico es un idealista por lo que a veces tiende a ser impráctico y muy teórico por lo que
le convendría someter siempre sus proyectos a la prueba de la viabilidad y le conviene asociarse con personas de otro
temperamento que se complementen.
FLEMÁTICO
o Para ser efectiva necesita: Un ambiente estable, que se le indique lo que debe hacer, se
estimule su talento analítico, saber con anterioridad los cambios que pueden ocurrir, demostrar sus
verdaderos sentimientos, seguridad económica.
o Cuando se le estimula: contribuye al trabajo pesado, a la perspectiva paciente. Es leal, sigue
las instrucciones y se orienta a la tarea a realizar.
El flemático es un individuo tranquilo, sereno, que nunca se alarma y casi nunca se enoja. Sin duda alguna es la
persona con la cual es más fácil llevarse y es, por naturaleza, el más simpático de los temperamentos. Para él la vida es
una alegre y agradable experiencia, sin emoción, en la que evita comprometerse todo lo posible. Es tan tranquilo y
sereno que parece no agitarse nunca, cualesquiera que sean las circunstancias que lo rodean. Es el único tipo
temperamental que es invariablemente consecuente. Bajo su personalidad tranquila el flemático experimenta más
emociones de las que aparecen en la superficie, y tiene capacidad para apreciar las bellas artes y las cosas buenas de la
vida.
Al flemático no le faltan amigos porque le gustan las personas y tiene un sentido del humor natural y satírico. Es del
tipo de persona que puede hacer que los demás se desternille de la risa mientras él permanece imperturbable. Posee
una capacidad especial para descubrir el lado humorístico de los demás, y de las cosas que hacen los demás, y tiene
una actitud siempre positiva hacia la vida. Tiene buena retentiva y puede ser un buen imitador. Una de sus grandes
fuentes de diversión consiste en provocar a los demás o en burlarse de los otros tipos temperamentales.
El flemático tiende a ser más bien espectador, y procura no comprometerse mucho con las actividades de los demás.
Más aún, cuesta mucho lograr que tome parte en alguna actividad que no sea su rutina diaria. En general el flemático
es de buen corazón y compasivo, pero raras veces deja traslucir sus verdaderos sentimientos. Sin embargo, toda vez
que su interés ha sido despertado, y resuelve poner manos a la obra, sus capacidades de cualidad y eficiencia se ponen
de manifiesto. No se ofrece voluntariamente para ocupar la posición de líder, pero, cuando se ve obligado a ocuparla,
da muestras de ser un líder sumamente capaz. Ejerce una influencia conciliadora sobre otros y es un planificador
nato.
El flemático es un maestro en todo aquello que requiera de una paciencia meticulosa y la presencia de la rutina diaria.
La mayoría de los maestros de la escuela primaria son flemáticos. Esto se aplica también al nivel secundario y
superior, donde tienen preferencia por las matemáticas, la física, la gramática, la literatura, etc. Otro campo que apela
al flemático es la ingeniería. Le atraen los planos y los cálculos, es bueno como ingeniero civil tanto en estructuras
como en sanitaria, ingeniero químico, ingeniero mecánico, dibujante, estadística, etc. Tienen además excelentes
aptitudes artesanales, por lo que suelen ser buenos mecánicos, torneros, carpinteros, electricistas, relojeros,
especialistas en cámaras fotográficas y otros instrumentos de precisión. Suelen también ser excelentes capataces,
supervisores o dirigentes de personal pues son diplomáticos y no provocan roces.
El flemático es organizado, jamás concurre a una reunión desprevenido o tarde, tiende a trabajar bien bajo presión y
es extremadamente confiable. Es frecuente que el flemático conserve el mismo trabajo toda la vida.
Como tiende a luchar con el problema de la inseguridad personal, el flemático puede preferir ocupaciones con
beneficios de jubilación u otras seguridades. Por ello lo atraen los cargos en la administración pública, en las fuerzas
armadas, en funciones de gobierno y otras semejantes. Es raro que el flemático inicie alguna actividad comercial por
su cuenta, aún cuando está capacitado para ello.
DEBILIDADES DEL FLEMÁTICO
Sin interés, lento y ocioso. La debilidad más evidente del flemático es su aparente falta de empuje o de ambición. Si
bien pareciera que siempre hace lo que se espera de él, raras veces hace más de lo necesario. Hace pensar en que tiene
un metabolismo bajo, o lento, y con frecuencia se queda dormido en el momento que se sienta. Raramente propicia
alguna actividad, y en cambio busca excusas para evitar tener que comprometerse en las actividades de los demás.
Incluso su ritmo tiende a disminuir con el paso de los años. El flemático generalmente se levanta temprano, se va a su
trabajo o actividad diaria de buen humor, y habiendo cumplido un horario corrido, regresa "completamente agotado".
Con frecuencia duerme una larga siesta, tras lo cual se sienta frente al televisor ( que maneja a control remoto), y en el
curso de la tarde se duerme y se despierta según los programas. Por último, después de las noticias de la noche, su
mujer lo despierta y lo ayuda a meterse en la cama, donde se duerme profundamente hasta la mañana siguiente. Y
esto todos los días invariablemente.
Autoprotección. A nadie le gustan las heridas, y esto resulta particularmente cierto en el caso del flemático. Si bien no
es tan sensible como el melancólico, tiene piel bastante delgada y, por lo tanto, aprende a protegerse a una edad muy
temprana. Es bastante frecuente que aprenda a vivir como una tortuga, erigiendo un duro caparazón protector que lo
escude de todo dolor o afrenta externos.
Mezquino y avariento. Esta es una característica de las que solo pueden dar fe las personas que viven con un
flemático, pues su actitud siempre cortés y correcta para con los demás, hacen que el resto de las personas no se
percaten de ella. El flemático cuida cada centavo y actúa como un avaro, excepto cuando se trata de comprar algo para
sí mismo. Normalmente es el que da las propinas más pequeñas.
Terco, terco y terco Nadie es más terco que el flemático; pero es tan diplomático, hasta en eso, que a la gente le puede
pasar desapercibido. Casi nunca se enfrenta con otra persona, ni se niega a hacer algo, pero de algún modo se las
arregla para eludir la responsabilidad. Ante una situación familiar el flemático jamás grita o discute. Se limita a
arrastrar los pies o se planta y se niega a moverse.
Indeciso y temeroso. Debajo de la amable superficie del flemático diplomático late un corazón sumamente temeroso.
Esta tendencia a temer le impide, con frecuencia, aventurarse por su cuenta para sacar el mayor provecho de sus
potencialidades.
Habiendo hecho un recorrido por las características de cada uno de los temperamentos, se pasará en el siguiente
capítulo a comentar, tomando algunos casos, cómo influyen ellos en la conducta cotidiana de las personas.
CAPÍTULO III
EL TEMPERAMENTO Y LA VIDA COTIDIANA
El TEMPERAMENTO INFLUYE EN TODO LO QUE HACEMOS
Al examinarlos cuatro temperamentos básicos, se está en una mejor condición para entender que no hay influencia
más significativa que impulse en forma natural las acciones y reacciones del ser humano, incluso las más cotidianas.
Pongamos de ejemplo algunas actividades comunes y cotidianas de las personas.
El temperamento y la capacidad de manejo. Los sanguíneos son conductores erráticos de vehículos. A veces conducen
a gran velocidad, pero sin que exista razón aparente pierden interés en la velocidad y reducen la marcha. Viajar en el
asiento de atrás de un sanguíneo puede resultar decididamente peligroso. Le interesan tanto las personas, que cuando
habla quiere mirarlas a la cara, incluso mientras maneja. Dado que es un súperconversador presta muy poca atención
a la ruta.
Los coléricos son osados demonios de la velocidad, que avanzan adelantándose a los otros vehículos por cualquier
lado. Siempre de recorrer en un período de tiempo más de lo que es humanamente posible, e intentan ganar tiempo
conduciendo furiosamente entre un compromiso y otro. Por extraño que parezca rara vez lo multan, pues tiene la
habilidad para tener el ojo puesto en el retrovisor y estar atento a los policías de tráfico.
Los melancólicos jamás salen de la casa sin prepararse para el viaje con la antelación necesaria. Estudian el mapa y
conocen la mejor ruta de principio a fin. Los melancólicos son los que están en mejores condiciones para mantener un
registro completo de la historia del vehículo, incluyendo el consumo de gasolina, aceite y las reparaciones. Son
legalistas por naturaleza, y por lo tanto raras veces viajan a grandes velocidades
El flemático por su parte es el conductor mas lento de todos. Es el último en arrancar en una intersección; raras veces
cambia de carril, y constituye un peligro por su indecisión cuando entra en la autopista desde una rampa lateral.
Conduce como si anduviera de paseo los siete días de la semana. Pocas veces lo multan, casi nunca tiene accidentes,
pero puede ser un peligroso obstáculo en la carretera.
El temperamento y el jardín. El sanguíneo normalmente se levanta temprano el sábado para arreglar su patio. Con
gran entusiasmo prepara las herramientas (posee todos los elementos que se conocen porque es incapaz de resistirse
a comprar lo que le ofrecen). Con todo, a la media hora, lo más probable es que esté de lo más feliz charlando con un
vecino. Antes de completar la jornada le pide al hijo que recoja las herramientas y resuelve arreglar el jardín la
próxima semana. El sanguíneo es uno de los grandes postergadores del mundo.
El colérico detesta el trabajo del jardín y por ello, cuando lo encara, lo hace como con espíritu de venganza. Trabaja a
una velocidad increíble a fin de terminar cuanto antes. Si poda una planta seguramente lo hará para todo el año.
El melancólico tiene una aptitud natural para hacer crecer cosas y generalmente tiene el mejor jardín del barrio. Es la
persona que les habla a las plantas y las trata como a seres humanos. Casi todos los fines de semana lo encontraremos
de rodillas haciéndole la "manicura" al jardín.
El jardín del flemático ofrece el espectáculo de un hombre que a media mañana está degustando su tercera taza de
café. Es capaz de hacer el trabajo con calidad, y se encarga escrupulosamente de él, sencillamente porque el impulso
de hacer lo que corresponde es superior a su deseo de descansar.
Temperamento y los hábitos gastronómicos. Los sanguíneos comen todo lo que tienen a la vista De paso, en un
restaurante casi nunca consultan el menú antes de que llegue el mesonero, pues seguramente estará conversando. Los
coléricos son comensales estereotipados, pues su menú varía sólo excepcionalmente de un día para otro, y cuando se
lo sirven, se lo traga a grandes bocados, a menudo hablando mientras comen o mastican. Los melancólicos son
comensales fastidiosos. Les lleva una eternidad resolver lo que van a pedir, pero una vez que tienen la comida delante
saborean cada bocado. Los flemáticos comen con gran deliberación e invariablemente son los últimos en terminar. Es
por eso que generalmente no aumentan de peso.
El temperamento y la pareja. Así como hay una ley física que indica con toda certeza que los polos opuestos se atraen
y los polos semejantes se repelen. Así mismo actúan los temperamentos en la relación de pareja. Difícilmente dos
personas con temperamentos similares lleguen a casarse. Por ejemplo una pareja sanguínea, siendo los dos
extrovertidos por naturaleza vivirán compitiendo por ocupar el mismo escenario toda la vida. Los coléricos, por otra
parte les exigen tanto a los demás que no solamente no se casarán entre sí, sino que probablemente ni siquiera
lleguen a salir juntos más de una vez. Se la pasarían discutiendo por cada cosa y luchando por conseguir el dominio en
la relación. Podría ser que dos melancólicos se casaran, pero es muy poco probable. Sus rasgos analíticos les sirven
para descubrir cualidades negativas en los demás, y por ello ninguno de los os buscará al otro. Sería raro que dos
flemáticos se casasen, por cuanto ambos se volverían seniles antes de que uno de los dos lograra reunir las energías
suficientes para declarársele al otro.
CAPÍTULO IV
LAS DOCE COMBINACIONES DE TEMPERAMENTOS
Una de las principales objeciones a la teoría de los cuatro temperamentos, tal como fue propugnada
por los antiguos, es que ninguna persona puede representar en forma completa uno de los
temperamentos que se han caracterizado en los capítulos anteriores. Pero en la realidad esto no es
así. Todos representamos una combinación de por lo menos dos temperamentos; uno de ellos
predomina y el otro ocupa un lugar secundario. Además de esto, cuando se consideran las
combinaciones debe tenerse en cuenta un factor que se destaca y es que no todas se manifiestan en
igual grado. Por ejemplo, una persona que tiene 60 por ciento de temperamento sanguíneo y un
cuarenta por ciento de colérico no será exactamente igual al que tiene un 80 por ciento de sanguíneo
y un 20 por ciento de colérico. En consecuencia existen muchas variables, incluso dentro de las
combinaciones que se mencionarán a continuación.
Para esquematizar la situación y tratar de clasificar el temperamento de alguien haciendo una
aproximación a las combinaciones subsiguientes, se pueden resaltar los aspectos positivos
predominantes y los aspectos positivos secundarios del temperamento principal y secundario
respectivamente. Lo mismo se puede hacer con los aspectos negativos. Como se puede intuir, algunos
aspectos se anularán entre sí y otros, por el contrario se realzarán y acentuarán o se
complementarán.
Enseguida se mostrará en forma esquematizada las doce posibles combinaciones de temperamento
en donde el nombre del temperamento principal será el primero con una preponderancia
aproximada del 60 por ciento, y el nombre del temperamento secundario será el segundo, con una
preponderancia del 40 por ciento.
COMBINACIÓN DE
ASPECTOS POSITIVOS ASPECTOS NEGATIVOS
TEMPERAMENTOS
RESOLUCIÓN
PRODUCTIVO
MEDIANAMENTE ORGANIZADO
DEPORTISTA
PERFECCIONISTAS ENOJADIZO
HACE REÍR
EXTROVERTIDO HOSTIL
CAPAZ SARCÁSTICO
DECIDIDOS
MUY CAPAZ TERCO
BUENOS ADMINISTRADORES
COMBINACIÓN DE
ASPECTOS POSITIVOS ASPECTOS NEGATIVOS
TEMPERAMENTOS
COLABORADOR SOLITARIO
DE CONFIANZA
DE CONFIANZA PASIVO
REPOSADO TEMOR
CONFIABLE NEGATIVÍSTA
SENCILLO CRÍTICO
PACIENTE Y MINUCIOSO
Después de mostrar estas 12 combinaciones principales debe tenerse en cuenta que estos casos no necesariamente
deben coincidir a la perfección con todas las personas. Recuérdese que no hay dos seres humanos exactamente
iguales. En consecuencia, existen otras variables que pueden modificar el espectro lo suficiente como para que no
encaje exactamente en ninguno de los modelos. Considérense los casos siguientes:
1. Los porcentajes pueden no ser 60/40 establecidos como parámetro. Solo mediante test y pruebas científicas
detalladas puede hacerse un diagnóstico preciso de las cargas temperamentales.
CONCLUSIONES
La teoría de los temperamentos no constituye la respuesta definitiva a la cuestión del
comportamiento humano, y por ésta y otras razones puede no resultar satisfactoria para todos. Pero
de todas las teorías que se han postulado sobre el comportamiento, la que se ha presentado
proporciona la explicación más útil. Se podrían mencionar factores adicionales para explicar algunas
otras diferencias, pero las mencionadas tendrían que bastar.
Otra conclusión a la que se puede llegar después de analizar las características de cada uno de los
temperamentos y sus combinaciones, es que no existe un "mejor temperamento", por cuanto todas
las combinaciones de ellos encarnan virtudes que hacen una contribución a la humanidad.
Lamentablemente, todas tienen debilidades también, y cuando el individuo le da curso a estos
últimos, anula, o en el mejor de los casos, limita sus potencialidades. Pareciera también que cuanto
más notables son los aspectos fuertes de la persona, tanto mayor peligro revisten sus debilidades
potenciales.
Para cada individuo el éxito parece depender de dos factores: (1) encontrar el objetivo apropiado
para los puntos fuertes, a fin de poder adquirir la mejor formación de que se dispone, dentro de los
medios al alcance, para orientar la vida hacia ese objetivo; y (2) vencer las debilidades características
del temperamento antes de que tengan la oportunidad de entorpecer la expresión de las virtudes.
Por tanto, de nada vale desear ser distinto a lo que somos. Un introvertido podrá, con dedicación y
disciplina, lograr ser menos introvertido, lográndose relacionar satisfactoriamente con su entorno,
pero jamás logrará ser un extrovertido como el sanguíneo. Por su parte, el desordenado sanguíneo,
podrá, poniendo una dosis extra de concentración, ser menos desordenado de lo que era y así no
perder las llaves o el celular con tanta frecuencia, pero jamás podrá adquirir el natural orden del
melancólico.
BIBLIOGRAFÍA
BOBGAN HNOS, PsychoHeresy Awareness Letter, Vol 7, N° 4, Julio 1997
<http://www.psychheresy-aware.org>
DÍAZ GARCÍA, P. L., BURK, IGNACIO, Psicología , Ediciones Ínsula, Caracas, 1972.
GAITÁN RIVERA, JORGE ROMERO,
Concepto de Temperamento y Carácter, Universidad Francisco Marroquín, Facultad de Ingeniería, Guatemala, 2000
LA HAYE, TIM. Varón y su Temperamento, Editorial Betania, Puerto Rico 1977.
LAROUSSE, El Pequeño Larousse Ilustrado, Agrupación Editorial, S.A., Bogotá, 1999.
Petrovski, A, psicología Evolutiva y Pedagógica, Primera edición, Editorial Progreso, Moscú, 1980.
TRABAJO REALIZADO POR
ANTONIO SÁNCHEZ MARTÍNEZ
Licenciado en Química, Graduado en la Universidad de Carabobo, Facultad de Ingeniería, Escuela de Química