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Chapado de Madera "Todo lo que Necesitas

Saber"
Es uno de los trabajos de carpintería habituales: cubrir con chapa una superficie para dar
un acabado estético a un mueble. He aquí algunos trucos para un buen resultado.

CUBRIR UNA TABLA.

Chapar es cubrir una superficie, generalmente de madera de baja calidad, con una hoja fina
de madera noble o de material sintético (estratificado) para darle un aspecto más estético.
Las chapas se utilizan para forrar encimeras y muebles con la superficie “en bruto” o
deteriorada. Se pueden comprar en centros y almacenes de madera en gran variedad de
acabados. Si no se encuentra el acabado buscado, las chapas admiten barniz o tintes para
acercarse en lo posible al color del mueble en cuestión.

LOS DISTINTOS VETEADOS.

Se llama así a los dibujos formados en la superficie de la madera y que pueden ser ondas,
rayas paralelas, manchas de color, etc. Por lo general, se establecen los, siguientes grupos
de veteados y dibujos, en función de la causa.

 Los productos por los anillos de crecimiento del árbol y la distancia naturaleza de
los tejidos leñosos que forman la madera (en forma de U, V, líneas rectas paralelas a
los bordes, etc.)
 Producidos por formas irregulares de las fibras (figuras con fibra ondulada,
reviradas y entrelazadas).
 Producidos por la desigual impregnación de los diferentes tejidos por materias
colorantes, aceites, gomas o resinas.
 Producidos por deformaciones de la constitución de los tejidos en determinadas
partes del árbol.
TIPOS Y GROSORES.

Hay una diversidad de chapas con todo tipo de dibujos, texturas y colores. El grosor puede
ir de 0,5 a 0,7 mm a 6 mm. Variedades más utilizadas en carpintería:

 Lisas o de vetas regulares. Las fibras son casi rectilíneas, sin apenas ondulaciones
ni tampoco variaciones de color.
 Onduladas. Los dibujos presentan ondas y distintas coloraciones.
 Haciendo aguas. Las chapas presentan dibujos con curvas caprichosas.
 De raíz. Las vetas forman pequeños nudos, de otro color o próximos entre si.
 Sarmentosas o de trepa. Ofrecen dibujos caprichosos, variados y con coloración
acentuadas.

DISTINGUIR ANVERSO Y REVERSO.

Por lo general, las chapas de mejor calidad y mayor anchura se denominan de superficie y
son más valoradas que las de reverso. El reverso de la chapa es la cara abierta y el anverso
la cerrada. Un truco sencillo para distinguir cada parte es doblar la chapa en dirección de la
veta. Cuando la cara abierta está convexa, el arco que forma que
es más pronunciado. Hay que procurar colocar la chapa con la
cara abierta hacia abajo, su superficie es algo más rugosa que la
de la cara cerrada.
COMBINAR LAS VETAS.

Cuando hay que unir dos o más chapas para forrar una superficie grande, un truco para ver
las distintas posibilidades y como quedan mejor es el siguiente: sujeta un espejo
perpendicular a la chapa y de deslizándolo a lo ancho de está para comprobar el resultado
estético de la veta repetida en cada punto. Cuando llegues al que más te gusta, marca la
línea de corte con el borde inferior del espejo y luego corta igual todas las demás chapas.

HUMEDECER PARA ALISAR.

Al estar apiladas en el centro, muchas veces las chapas presentan combaduras y


deformaciones. Cuando llegues a casa puedes alisarlas bien mojándolas ligeramente antes
de su colocación. Para ello hay varias sistemas, por ejemplo, pasando vapor por debajo (con
una plancha). Una rápida inmersión en agua es otro procedimiento, pero el más sencillo es
humedecer ligeramente con una esponja. Después será necesario sujetar la chapa entre dos
tablas, a modo de sándwich, con un tornillo de banco hasta que se seque por completo.
ELIMINAR BURBUJAS.

Es bastante frecuente que, una vez pegada la chapa, queden burbujas de aire atrapadas. Para
eliminarlas, golpea con los dedos y suavemente la superficie. En caso de que no
desparezcan, aplana con plancha eléctrica y martillo de chapeado. Y cuando esto tampoco
resulte efectivo, haz un pequeño corte con un cuchillo afilado siguiendo la veta. Después
presiona para extraer el aire, y listo.

IMPRIMAR ANTES DE CHAPAR.

Para fijar la chapa a la superficie de madera, aplica una capa uniforme de cola sobre la base
a la que va pegada; pero imprima la base de antemano con el fin de que está no absorba una
mayor cantidad de adhesivo, lo que dificultaría una buena unión. Deja que ambas
superficies repose el tiempo suficiente, y cuando la cola esté mordiente (casi seca pero aún
pegajosa), es el momento de colocar alineándola por los cantos y alisando con la mano
primero y un martillo de chapado después. Se comienza por el centro y se continúa hacia
los bordes en movimiento de zigzag.
FORRAR SUPERFICIES GRANDES.

Las chapas tienen unas medidas determinadas, así que, cuando tengas una superficie grande
para chapar, coloca las chapas unidas borde contra borde y de lado a lado, procurando no
alterar la dirección de la veta. Este sistema permitirá que las juntas queden disimuladas.
Recorta las chapas en las que las rayas no sean paralelas al borde unido.

UN BUEN ACABADO.

Antes de dar el acabado a una superficie que ha sido chapada con barniz o tinte es muy
importante quitar todos los restos de pegamento que hayan podido quedar al fijarla con un
trapo humedecido.

Después, se lija bien la superficie para suavizarle y eliminar imperfecciones; de lo


contrario, al barnizar los defectos destacan mucho más. Por último, se barniza, encera o
tiñe, en esté último caso es mejor usar tintes al agua, aplicando varias manos de tapaporos
rebajados al 50% con disolvente nitro.
TABLEROS CONTRACHAPADOS.

Están formados por hojas finas o láminas de madera, con un número de capas que varia
dependiendo del grosor del tablero. Se unen después con mucha precisión para formar un
conjunto fuerte y estable. Son muy decorativos y adecuados para construir muebles. Hay
tableros contrachapados para uso en interiores, exteriores (resistentes a la intemperie y al
calor) y contrachapado marino, de alta calidad y construido con chapas escogidas, sin
nudos ni grietas.

RETIRAR UNA CHAPA QUE SE DESPEGA…

Puede ser por la aparición de burbujas de aire entre la base y


la chapa. En ese caso, y si han quedado zonas huecas, la cola
empleada pierde su capacidad, por lo que se despega. Para
retirarla del todo hay que ablandar el adhesivo con calor
aplicado con una plancha caliente. Para ello, cubre con un
papel de estraza e introduce un formón o espátula para
facilitar su desprendimiento. Ve poco a poco en zonas
reducidas y no ejerzas demasiada presión para no estropear la
madera. Vuelva a calentar si fuera necesario.

Y PREPARAR LA SUPERFICIE PARA VOLVER A FORRAR.

El siguiente paso es sanear y preparar la madera para


colocar de nuevo una lámina de chapa. Para ello, rellena
los desperfectos de la superficie con pasta de madera (la
encuentras en centros). Pasa la lijadora eléctrica a
continuación para igualar bien y eliminar restos de pintura
y de adhesivo. Elimina el polvo: la superficie ya está lista
para volver a chaparla.
ESTRATIFICADOS, ¿QUÉ SON?

Además de las chapas de madera, otro tipo muy empleado son las láminas de estratificado.
Pueden fijarse sobre superficie de madera, contrachapada, aglomerada o DM. El proceso de
colocación es exactamente igual para los dos tipos de chapas, aunque en el caso del
estratificado el corte se realiza de la siguiente manera: se dejan unos 4 cm de margen en
todo el perímetro, se marca por el reverso con una cuchilla especial a 2/3 de su espesor a lo
largo del corte con una regla como guía, y se parte la lámina de un golpe seco. Después se
pega el estratificado al soporte con doble encolado y se espera unos segundos a que seque,
presionando en el centro y pasando un rodillo especial. Al final se enrasa la chapa en
relación a los cantos, lo que se puede hacer con la cuchilla y el cepillo, Sólo queda cantear.

REMATAR LOS CANTOS.

Las cintas de cantear son chapas estrechas para cubrir los cantos de las tablas. Se
encuentran en centros y se pueden comprar por metros. Para colocarlas, siempre que hay
que elegir una cinta un poco más ancha que el canto a cubrir. Se pueden fijar con cola, pero
también las hay termo adhesivas, es decir, que llevan pegamento y se adhieren con una
plancha caliente. Una vez pegadas, se golpean con un mazo y se igualan con el cepillo a un
ángulo de 45º para crear un ligero bisel, puliendo al final con lija.
SUJETAR UNA SUPERFICIE RECIÉN CHAPADA.

Si acabas de forrar una encimera o superficie de un mueble con una chapa, debes
mantenerla sujeta hasta que la cola seque por completo. Una buena solución es poner
tableros mártires sobre la chapa y sujetarlos con sargentos, limpiando al momento la cola
que rebose. Mantén así un día y después retirarlos.

COLA DE CONEJO EN MARQUETERÍA.

La marquetería se usa para realzar superficies de madera con motivos ornamentales a base
de cenefas o dibujos hechos con chapas de distintas maderas y tonos. El producto más
utilizado para pegar las piezas es la cola de conejo, ya que este adhesivo no penetra en el
poro de la madera, sino que forma una película espesa que se adhiere a las dos superficies
que se desea unir. Se comercializa en escamas, que se mezclan con agua y se calientan al
baño María.
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