El Ayuno
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Lección 8: El Ayuno
La Biblia cuenta la intervención de Dios en los casos de Moisés, de Esther, de Nehemías, de
Esdras, de Daniel, de Josafat y de muchos otros que oraron y ayunaron. Los grandes hombres de
Dios que transformaron naciones como Lutero, Wesley, Calvino, Finney, Knox y otros fueron
personas que oraron y ayunaron. Pero ¿Por qué ayunar? ¿Es acaso un tipo de huelga de hambre
para lograr que el Señor nos preste atención? ¡No! El ayuno intensifica la oración. Una persona
que ora y ayuna está informando al cielo que su pedido va en serio. La oración con ayuno
constituye el catalizador que transforma lo imposible en victoria.
2) Cristo nuestro ejemplo: Jesús mismo practicó esta disciplina y enseñó que debía ser parte
de la devoción del creyente (Mateo 6.16-18) y un acto de preparación para su regreso
(Mateo 9.15) En este último texto podemos ver que Jesús esperaba que los creyentes
ayunaran después de su partida. La iglesia espera su regreso, por lo tanto, el ayuno en
esta época es una señal del anhelo del creyente por el retorno del Señor, una preparación
para su venida.
3) Propósitos del ayuno con oración: a)- Honrar a Dios (Lucas 2.37) b)- Humillarse delante de
Dios y disfrutar de intimidad con Dios (Esdras 8.21) c)- Lamentarse por el pecado y fracaso
personal (1ra. Samuel 7.6) d)- Lamentarse por los pecados de la iglesia, de la nación, y del
mundo (Nehemías 9.1-2) e)- Buscar la gracia para una nueva tarea y para confirmar la
consagración a Dios (Mateo 4.1-25) f)- Buscar a Dios al acercarse al El y prevalecer en
oración contra las fuerzas espirituales que se oponen (Jueces 20.26) g)- Mostrar
arrepentimiento y permitir así que Dios cambie sus intenciones declaradas de juicio (1ra.
Reyes 21.27-29) h)- Salvar a las personas de la esclavitud del mal (Isaías 58.6) i)- Obtener
revelación, sabiduría y entendimiento con respecto a la voluntad de Dios (Daniel 9.3, 21-
22).
En las manos de un hijo de Dios el ayuno es una herramienta poderosa para abrir lo imposible. Por
eso debemos saber que cuando ayunamos dedicamos más tiempo para orar y buscar de Dios. El
ayuno sin búsqueda del Señor es solo una dieta. Ayunar es dejar la rutina cotidiana y abstenerse
no solo de los alimentos sino también de la televisión, diarios, pasatiempos para dedicarse más
tiempo a la comunión con Dios.