018 Origen y Fundacion de La Iglesia
018 Origen y Fundacion de La Iglesia
018 Origen y Fundacion de La Iglesia
2018_1
Hno. Lic. Alexandre José Rocha de Hollanda Cavalcanti
1
Cf. PÉREZ ARANGÜENA, José Ramón. La Iglesia: Iniciación a la Eclesiología. 8ª ed. Madrid: Rialp, 2010, p. 20.
2
Cr. Ibid., n. 732.
3
Mt 16, 18-19.
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3.1.3. «Atar y desatar en la tierra como en los cielos»: Este poder simboliza la capacidad de
crear o abolir una ley que obliga en conciencia4. Jesús establece que las determinaciones de la
Iglesia tendrán valor decisorio ante Dios y vinculante para los hombres.
3.2. Los hechos de Jesús
El Evangelio recoge hechos en la vida de Cristo que son verdaderos actos fundacionales
de la Iglesia:
3.2.1. Elección de los discípulos
Cristo mismo elige personal e individualmente a los que preparará para predicar en su
nombre.
3.2.2. Vocación de los apóstoles
Jesús escoge a doce de sus discípulos, todos varones, para que le acompañen y los envía
en su nombre. A éstos llamará «apóstoles» (Cf. Lc 6,13), que significa «enviados»; los
constituirá en grupo estable y les otorgará poderes de salvación como bautizar, perdonar los
pecados y celebrar la Eucaristía.
3.2.3. El primado de Pedro
Cristo prometió a Pedro, delante de los apóstoles, los poderes máximos. Se los conferirá
de hecho después de la Resurrección, haciéndole Pastor supremo de la Iglesia: «Apacienta
mis ovejas». (Cf. Jn 21,15-17)
3.2.4. Acontecimientos pascuales
Cristo se inmoló como Cordero de Dios sin mancha, justamente en el tiempo pascual
judío, para significar que Él es la nueva Pascua, el paso definitivo de Dios entre los hombres,
que los libera de la esclavitud del pecado.
3.2.5. La Última Cena
Cristo anticipa sacramentalmente el sacrificio de la Cruz y revela su sentido redentor
universal. Lo hace al instituir la Eucaristía y también al conferir el sacerdocio ministerial a los
apóstoles (Cf. Lc 22,19-20), a fin de perpetuar su Alianza definitiva con los hombres.
3.2.6. Pasión y Muerte
Con su Pasión y Muerte, Cristo consuma la redención de los hombres y sella la nueva y
eterna Alianza. Por eso se puede afirmar que la Iglesia nace principalmente en la Cruz, que es
un único sacrificio con la Santa Misa5.
3.2.7. La Resurrección
Cristo resucitado envía a los apóstoles, al igual que Él había sido enviado por el Padre6
a una misión universal: predicar el Evangelio a toda criatura (Cf. Mc 16,15). En este
momento les comunica la plenitud de sus poderes y les promete su presencia en la Iglesia
hasta el final de los tiempos (Cf. Mt 28,19-20)7.
4. El Magisterio de la Iglesia
La jerarquía y los fieles contribuyen, cada uno a su modo y desde el lugar que ocupan,
contribuyen en llevar a cabo la misión que Cristo da a su Iglesia.
4 Cf. CABALLERO BASA, Eduardo. Primato e infallibilità di Pietro. En: Rivista Araldi del Vangelo, n. 94. Roma, febrero de
2011, pp. 19-25.
5
Cf. CEC., ns. 1362-1367.
6
(Cf. Jn 20, 21).
7
Cf. PÉREZ ARANGÜENA, José Ramón. Op. cit., pp. 24-30.
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4.1. Potestad de Magisterio
El ministerio magisterial tiene como fin proteger al Pueblo de Dios «de las desviaciones
y de los fallos, y garantizarle la posibilidad objetiva de profesar sin error la fe auténtica»8.
4.1.1. Tipos de magisterio
El Magisterio eclesiástico puede ejercitarse a diversos niveles. En una clasificación más
didáctica, se podría definir dos tipos:
a. Magisterio extraordinario:
Es realizado de modo solemne:
• Por el Romano Pontífice cuando enseña ex cathedra, en cuanto sucesor de Pedro
y Pastor universal de la Iglesia.
• Por el Colegio Episcopal reunido en un concilio ecuménico, unidos a su Cabeza
que es el Romano Pontífice, con intención de decisión vinculante.
b. Magisterio ordinario:
Es ejercido cotidianamente por el Papa y por los obispos en comunión con él, cuando
enseñan acerca de las verdades cristianas y sus implicaciones prácticas. Su contenido es muy
amplio y variado: encíclicas y alocuciones del Papa, homilías o un documento de un obispo, etc.9
4.1.2. La infalibilidad de la Iglesia
Por la infalibilidad concedida por Cristo, la Iglesia no puede equivocarse en la custodia
y exposición de la doctrina revelada10, pues ha recibido de Él la promesa de la asistencia del
Espíritu Santo.
Los órganos o sujetos hábiles para desempeñar el oficio de enseñar son tres: el pueblo,
los obispos (solos o reunidos en Concilio, siempre en unidad con la Cabeza) y el Papa.11
Primero: El pueblo es infalible in credendo, o sea, cuando se adhiere indefectiblemente a la
fe (LG 12). Se denomina «infalibilidad discente» o «enseñada».
Segundo: El Concilio Ecuménico en perfecta unión con el Papa, siempre que quiera definir
una verdad es infalible in docendo.
Tercero: El Papa es infalible in docendo cuando habla ex cathedra sobre temas de «fe y
costumbres». Estas enseñanzas son irreformables, no necesitando de ninguna aprobación, ni
admitiendo apelación a ningún tribunal» (LG 25).
Sin embargo, aun en los casos en los que la enseñanza del magisterio de los obispos o
del Papa no sea infalible, los cristianos deben adherirse, incluso con asentimiento interno, a
esa doctrina (LG 25).
La infalibilidad pontificia se definió como dogma de fe en el Concilio Vaticano I,
mediante la Constitución Dogmática Pastor aeternus del 18 de julio de 187012.
4.2. Potestad de orden
Por la potestad de Orden, a los obispos les compete principalmente consagrar el Cuerpo
y la Sangre de Cristo y, además, conferir el sacramento del Orden y, de ordinario el de la
Confirmación, así como regular en su diócesis la disciplina sacramental.
8
CEC., n. 890.
9
PO., n.4.
10
Cf. PÉREZ ARANGÜENA, José Ramón. La Iglesia: Iniciación a la Eclesiología. 8ª ed. Madrid: Rialp, 2010, p. 87.
11
Sobre las cuestiones de fe o de moral, el único sujeto hábil para desempeñar el oficio de enseñar con autoridad
vinculante para los fieles es el Sumo Pontífice y el Colegio de los Obispos, en comunión con el Papa (cf. LG 25 ).
12
Cf. FERNÁNDEZ, Aurelio. Op. cit., pp. 741-745.
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Los presbíteros tienen además de la función santificadora de la celebración Eucarística,
la administración de los sacramentos del Bautismo, Penitencia y Unción de los enfermos, así
como la asistencia y bendición del Matrimonio y dispensación de algunos sacramentales.
A los diáconos corresponde administrar el Bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía,
asistir y bendecir el Matrimonio y presidir el rito de funerales13.
4.3. Potestad de gobierno
Se fundamenta en el poder otorgado por Cristo de «atar y desatar». Por eso la Iglesia es
gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él. (LG 8).
5. Las imágenes de la Iglesia
La naturaleza de la Iglesia ha sido revelada por Jesucristo a través de diversas imágenes
complementarias, entre las cuales el Concilio Vaticano II menciona: redil, rebaño, edificación
de Dios, etc.
Dentro de las visiones eclesiológicas, destacamos las cinco que vamos estudiar más
detenidamente:
4.1. Sociedad espiritual perfecta.
4.2. Cuerpo Místico de Cristo
4.3. Pueblo de Dios
4.4. Templo del Espíritu Santo
4.5. Communio.
5.1. Iglesia como sociedad espiritual perfecta
La Iglesia se auto define como sociedad espiritual perfecta, independiente de los
poderes humanos. Esta visión surge frente a la lucha contra el poder temporal que deseaba
dominarla y en oposición al «invisibilismo eclesiológico» de los protestantes.
5.2. Cuerpo Místico de Cristo
San Pablo explica que «así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, así
también nosotros somos un solo cuerpo en Cristo y miembros todos unos de otros» (cf. Rm
12,4-5). Cristo «es Cabeza del cuerpo de la Iglesia» (Col 1,18).
Hasta el siglo XII, la expresión Cuerpo Místico es más utilizada con referencia a la
Eucaristía. En 1303 el papa Bonifacio VIII, en la Bula Unam Sanctam utilizó la expresión
«Cuerpo místico de Cristo» aplicada a la Iglesia, definiendo la distinción entre las expresiones
Corpus mysticum y Corpus Eucharisticum14.
5.3. Pueblo de Dios:
Esta visión se remonta al pueblo de la antigua Alianza. Llegada a la plenitud de los
tiempos, la Iglesia es el Nuevo Pueblo de Dios, como indica la Primera Carta de san Pedro y
la Carta a los Hebreos15.
5.4. Templo del Espíritu Santo
El envío del Espíritu Santo en Pentecostés es, según muchos autores, el momento
propio donde nació verdaderamente la Iglesia16.
13
Cf. LG., n. 29.
14
Cf. PÉREZ ARANGÜENA, José Ramón. La Iglesia: Iniciación a la Eclesiología. 8ª ed. Madrid: Rialp, 2010, pp.
48-50.
15
(1Pe 2, 9-10); (Hb 3,5; 4,14).
16
SCHMAUS, Michael. Teología dogmática. IV: La Iglesia. Madrid: Rialp, 1960, p. 332. Siguiendo la doctrina de
Möhler, Schmaus dedica un amplio capítulo al Espíritu Santo, bajo este título: «El Espíritu Santo en la Iglesia.
Aspecto pneumatológico de la Iglesia», ibid., 314-367.
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Esta imagen de la Iglesia señala que ella es un organismo vivo, alentado por la
actuación siempre presente del Espíritu Santo17.
5.5. Communio: La Iglesia como Comunión
La palabra «Comunión» centraliza las imágenes anteriores, siendo considerada
actualmente como la más apropiada visión que la Iglesia tiene de sí misma.
6. Notas características de la verdadera Iglesia
El Credo Niceno-Constantinopolitano resume con perfección las notas características y
atributos esenciales de la verdadera y única Iglesia fundada por Nuestro Señor Jesucristo: Una,
Santa, Católica y Apostólica. Estas «Notas» son las señales visibles de la verdadera Iglesia.
6.1. Unidad
Siendo Cristo el único Fundador, la Iglesia sólo puede ser una. Esta unidad se encuentra
en el mismo Cristo, en la autoridad del Magisterio y en la comunión de la Eucaristía.
La unidad y la unicidad de la Iglesia manifiestan un triple vínculo:
• Profesión de la misma fe, recibida de los apóstoles, transmitida y custodiada por
el Magisterio.
• Celebración común de esta fe en el culto divino, sobre todo en los siete
sacramentos instituidos por Jesucristo.
• Comunión con el Romano Pontífice, principio de unidad eclesial dejado por
Cristo.
6.2. Santidad
La Iglesia está dotada de medios de santificación. Ella es santa e indefectible por ser
fundada por Cristo, sin embargo, su constitución visible está compuesta por seres humanos,
que están sujetos al pecado.
6.3. Catolicidad
La misión redentora universal del Verbo de Dios caracteriza la salvación cristiana
abierta a todos los pueblos y naciones. Por eso, ella es Católica, es decir, universal: no está
restringida a un pueblo o a una época histórica.
6.4. Apostolicidad
La Iglesia deriva de una sucesión histórica e ininterrumpida de los Apóstoles que
conocieron y siguieron personalmente a Cristo.
Jesucristo dejó el sacramento del Orden como instrumento para llevar la Iglesia a su
objetivo, de modo que ella permanezca siempre edificada sobre el fundamento de los
apóstoles y conserve intactos la fe, la doctrina, los medios de santificación, los órganos de
gobierno y su misión santificadora18.
Sólo en la Iglesia Católica se dan simultáneamente y en plenitud, las cuatro Notas
estudiadas. Por eso, afirma el Concilio Vaticano II que «la única Iglesia de Cristo» (LG 8).
7. Los fieles de Cristo
El término «laico» deriva del griego laós (pueblo); designando a un miembro del pueblo.
La Iglesia utiliza el término Christifidelis para indicar a los fieles unidos por el único
bautismo de Cristo.
17
Cf. FERNÁNDEZ, Aurelio. Teología Dogmática. Curso fundamental de la fe Católica. Madrid: BAC, 2009, pp.
698-669.
18
Cf. PÉREZ ARANGÜENA, José Ramón. Op. cit., pp. 114-119.
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El «laico» se caracteriza por las siguientes notas positivas:
• Es una persona que ha recibido el Bautismo.
• Es un miembro del pueblo de Dios.
• Participa, a su modo, del sacerdocio de Cristo y de sus tres oficios.
• Ejerce una misión propia en la Iglesia y en el mundo.
En sentido negativo, el «laico» se caracteriza por estas dos notas:
• No ha recibido el Orden sagrado (no es un clérigo).
• No pertenece a ningún instituto de vida consagrada.
7.1. La vocación de los laicos
Vocación viene del latín vocare, es decir: el llamado de Dios para participar
activamente en su obra creadora y salvifica, según la índole propia a cada persona.
El Catecismo afirma que a los laicos cabe la vocación propia de «buscar el Reino de
Dios ocupándose de las realidades temporales y ordenándolas según Dios [...], de tal manera
que éstas lleguen a ser según Cristo»19.
Lumen gentium (38), afirma que «lo que el alma es en el cuerpo eso han de ser los
cristianos en el mundo»20.
7.2. Los laicos y la jerarquía
En el plan ontológico, los laicos tiene la primacía, puesto que los sacerdotes son
primero bautizados, pero en el plan de servicio, la primacía cabe a los Ministros Sagrados, por
la sagrada potestad de actuar en nombre y en la Persona de Cristo, Cabeza de la Iglesia,
mediante la celebración de los sacramentos y de la predicación de la Palabra de Dios, en
nombre y con la autoridad de Cristo.
Los fieles laicos cumplen su misión profética escuchando las enseñanzas del Magisterio
eclesiástico. Todas sus obras, oraciones, tareas apostólicas, la vida conyugal y familiar, el
trabajo diario, el descanso espiritual y corporal, si se realizan en el Espíritu, incluso las
molestias de la vida, si se llevan con paciencia, todo ello se convierte en sacrificios
espirituales agradables a Dios por Jesucristo (CEC. n. 901). El verdadero apostolado busca
ocasiones para anunciar a Cristo con su palabra, tanto a los no creyentes [...] como a los
fieles21.
19
Cf. CEC., n. 898; LG 31.
20
Epístola a Diogneto, 6. Citada en LG 38.
21
Cf. Decreto Apostolicam actuositatem, n. 6; Decreto Ad gentes, n. 15.
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