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Los Contratos Referidos Al Aporte Social

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Los contratos referidos al aporte social

Los contratos referidos a los aportes al capital social para la constitución de una
empresa o para la ampliación de dicho capital, pueden ser efectuados en dinero o en
especie. En este último caso, ello sucede mediante un aporte de bienes. Los aportes en
dinero para constituir una empresa deben ser desembolsados según las condiciones del
pacto social, a las que se refieren los artículos N° 22 al 30 de la Ley General de
Sociedades. Los aportes en dinero no se encuentran gravados con el Impuesto a la
Renta ni con el Impuesto General a las Ventas.

El aporte de bienes inmuebles se reputará efectuado cuando el aportante otorgue la


escritura pública de transferencia correspondiente. El aporte social requerirá en todos
los casos de la entrega de la propiedad jurídica a favor de la empresa que se constituye
o incrementa su capital. Es así que, la transferencia física y la escritura Pública del
inmueble son absolutamente imprescindibles para que la empresa receptora del aporte
pueda incorporarla como activo inmovilizado sujeto a depreciación y como capital
social pagado.

La entrega de aportes de bienes muebles (maquinaria o vehículos, por ejemplo) y la


documentación referida a su propiedad debe ser efectuada como máximo cuando la
empresa receptora otorgue las escrituras públicas de constitución o aumento de capital,
según sea el caso.

El Art. N° 27 – Valuación de aportes no dinerarios de la Ley General de Sociedades


establece que “en la Escritura Pública donde conste el aporte de bienes debe insertarse
un Informe de valorización en el cual se describan los bienes objeto del aporte, los
criterios empleados para su valuación y su respectivo valor”.

Tratamiento del impuesto a la renta

Según la LIR se entiende por enajenación de bienes al aporte a sociedades por el que
se transfiere el dominio a título oneroso (Art. 5º LIR).

El aporte de bienes por sujetos que tributan rentas de tercera categoría genera renta
gravada y debe ingresar al activo inmovilizado de la empresa receptora del aporte. La
depreciación es considerada un gasto deducible.
Asimismo, deberá tomarse en consideración lo dispuesto por el Art. N° 32 de la LIR,
referido al valor de mercado de los bienes para efectos tributarios. Dicho artículo
señala que se considera valor de mercado cuando se produzca una transferencia de
bienes del activo fijo “el que corresponda a sus transacciones frecuentes y, cuando no
se cuente con transacciones frecuentes, el valor de mercado será el de la tasación”.

El reconocimiento de la renta gravable por la empresa aportante será efectuado


(devengado) a la entrega del bien aportado. Se perfecciona jurídicamente con la
escritura pública correspondiente. Consecuentemente, debe incluirse como ingreso
gravable sujeto al pago a cuenta del Impuesto a la Renta en el mes de transferencia de
propiedad.

Tratamiento del impuesto general a las ventas

El Art. 3° de la Ley del IGV considera venta a todo acto por el que se transfieren
bienes a título oneroso, independientemente de la designación que se dé a los contratos
o negociaciones que originen la transferencia y de las condiciones pactadas por las
partes. Adicionalmente, el Art. 2° del Reglamento señala expresamente a la
transferencia de bienes dentro del concepto de aportes sociales.

El nacimiento de la obligación tributaria del IGV se produce en la fecha de emisión


del comprobante de pago o en la fecha de entrega del bien, lo que ocurra primero. En
el caso de los aportes sociales en especie, corresponderá a la fecha de la entrega del
bien, tomando en consideración los aspectos legales descritos en párrafos anteriores.

Contrato de sociedad y cumplimiento del aporte en la ley de "empresas en un día"

La ley Nº 20.659, publicada el pasado 8 de febrero de 2013, creó una nueva forma
de constitución, modificación y extinción de empresas individuales de responsabilidad
limitada y de la mayor parte de las sociedades comerciales (se excluyen las sociedades
anónimas abiertas y otras reguladas por la ley de mercado de valores). Se trata de un
sistema de carácter digital alternativo al régimen común que, como es sabido, se basa
en el Registro de Comercio correspondiente al domicilio social, que se lleva en formato
papel. La constitución de la sociedad, y los demás actos de modificación de estatutos,
transformación de una sociedad en otra, fusión, división, terminación o disolución,
podrá realizarse mediante la suscripción, mediante firma electrónica avanzada o a
través de un notario que utilice dicha firma, de un formulario electrónico que, una vez
completado en sus campos esenciales y demás que puedan agregarse como
estipulaciones voluntarias, se incorporará automáticamente a un registro digital que
llevará la Subsecretaría de Economía y de Empresas de Menor Tamaño. A este registro
tendrá acceso el Servicio de Impuestos Internos, lo que se espera facilitará los trámites
necesarios para el otorgamiento de RUT, la iniciación de actividades, pago de patentes
y demás gestiones necesarias para el funcionamiento de la empresa. La vigencia de la
ley ha quedado diferida a la aprobación de su reglamento, para lo cual no se fija plazo.

El objetivo principal del gobierno que impulsó esta iniciativa era permitir la creación
de una empresa en un solo día, para así incentivar el emprendimiento. Pero si se lee
atentamente la nueva normativa puede comprobarse que se ha ido más allá que de una
mera simplificación de los trámites necesarios para crear una sociedad. Se ha diseñado
un completo procedimiento alternativo de constitución de personas jurídicas con fines
de lucro que, aunque por ahora está llamado a funcionar en forma paralela con el
régimen común, tiene vocación para convertirse en el definitivo y permanente, si su
funcionamiento no produce los menoscabos a la certeza jurídica y a la fe pública que
invocaron durante toda la tramitación del proyecto los notarios y conservadores.

Son muchos los aspectos del nuevo sistema que merecen un análisis jurídico más
detenido. Por ahora, y después de una primera lectura, podemos fijarnos en dos. Uno
referido al cumplimiento de la obligación de aportar y otro a la inoponibilidad frente a
terceros que la ley establece mientras no se ejecute dicha obligación. Estas dos
cuestiones corresponden a los dos incisos del art. 8 de la nueva ley.

El cumplimiento de la obligación de aportar está regulado por el inciso primero en la


siguiente forma: "Sin perjuicio de que se cumpla en el formulario con la mención al
capital según la especie de persona jurídica de que se trate, cuando se requiera de
formalidades o solemnidades especiales para enterar el aporte, según el tipo de bien,
deberá efectuarse conforme a ellas". El precepto dispone que, si bien el contrato social
se perfecciona de manera virtual (con formulario suscrito e incorporado en el Registro
digital), el cumplimiento de la obligación que surge de ese contrato de pagar el aporte
queda entregado al derecho común, de modo que se exigen las solemnidades o
formalidades que éste contempla para la transferencia del dominio a nombre de la
sociedad según el tipo de bien de que se trate. Obviamente, la regla se está refiriendo
principalmente al aporte de inmuebles o derechos reales inmuebles (por ejemplo, un
usufructo), que deberá practicarse mediante la inscripción en el registro respectivo del
Conservador de Bienes Raíces. Para ello se necesitará un título que tenga el carácter
de instrumento público, que tenga acceso a los Registros de Propiedad o de Hipotecas
y Gravámenes. Desafortunadamente, la ley no da fuerza de instrumento público al
formulario ni a su inscripción. El art. 22 sólo dispone que los "certificados" emitidos
por la Subsecretaría de Economía "tendrán valor probatorio de instrumento público".
Aunque en estricto rigor no se dice que sean instrumentos públicos y se alude sólo a
su función probatoria, se deberá aplicar la definición de instrumento público que ofrece
el art. 1699 del Código Civil para llegar a la conclusión de que estos certificados,
autorizados por un funcionario público con las solemnidades legales, no sólo tienen
valor probatorio sino que son para todos los efectos instrumentos públicos. Lo ideal
sería que lo que se inscribiera fuera un certificado que incluyera copia del formulario
que, según la ley, contiene el contrato social, que es el título traslaticio que justifica la
tradición del bien hacia la sociedad. El certificado debería otorgarse en formato papel
(la ley parece pensar en certificados digitales, puesto que señala que serán firmados
mediante firma electrónica: cfr. art. 12); de lo contrario podría ser rechazado por el
Conservador de Bienes Raíces. Habrá que esperar, en todo caso, que se dicte el
reglamento que debe definir el contenido y la forma de estos certificados.

Más complejidades resultan del inciso segundo del art. 8, según el cual "Mientras no
se dé cumplimiento a lo señalado en el inciso anterior [la obligación de pagar el
aporte], las estipulaciones, pactos o acuerdos que establezcan los interesados no
producirán efectos frente a terceros, sin perjuicio de las demás sanciones que a este
respecto dispongan las leyes que establecen y regulan a las respectivas personas
jurídicas". En su sentido literal, la norma estaría estableciendo que el cumplimiento
por parte de los socios de la obligación de enterar el aporte es un requisito de
oponibilidad a terceros de toda la sociedad. Es decir, mientras no se haya enterado
completamente el fondo social o capital la sociedad no existiría para terceros, ni como
contrato ni como persona jurídica. Si fuera así esta norma sería especialmente
preocupante, ya que perjudicaría a los acreedores personales de los socios que no
podrían, por ejemplo, embargar las utilidades o acciones y, a su vez, podría perjudicar
a los mismos socios que quisieran operar con la sociedad, aunque alguno de los
aportes, incluso de poco significado o valor material, no se haya pagado: no se podría
contratar con un tercero, obtener una cuenta corriente o pedir un crédito, a nombre de
la sociedad. La historia de la ley demuestra que lo que se quería era ratificar el principio
de la relatividad contractual, y por ello en sus primeras redacciones la inoponibilidad
aparecía referida a la fase de constitución de la sociedad, pero en el transcurso de la
discusión parlamentarias se le incluyó, por indicación de un senador, como inciso
segundo de la norma que se refería, no a la perfección del contrato, sino al entero del
aporte; con ello varió completamente su significado literal. Se dejó constancia en actas,
sin embargo, que la intención era que el contrato no produjera efectos frente a terceros
mientras no se hubiere legalmente celebrado (de manera virtual). Queda la duda sobre
si debemos atenernos a lo que fue la intención de los legisladores: imposibilidad del
contrato mientras no se haya perfeccionado según el procedimiento digital, o a lo que
el texto literal señala de manera ostensible: la imposibilidad de lo estipulado mientras
no haya entero del capital.

LOS CONTRATOS ASOCIATIVOS REGULADOS EN LA LEY GENERAL DE


SOCIEDADES – LEY Nº 26887

ELIAS LAROZA indica que “los contratos de asociación y de consorcio son


clasificados por la Ley en el rubro de contratos asociativos que (…) son aquellos en
que la colaboración empresarial se expresa con una característica especial: la
existencia de una finalidad común, que es primordial para todos los contratantes” 1.

El marco normativo de los contratos asociativos se encuentra contemplado en los


artículos 438° al 448° de la Ley General de Sociedades. Asimismo, son de aplicación
las disposiciones generales en materia de obligaciones y contratos contenidas en el
Libro VI y VII del Código Civil.

Al efectuar una revisión de la Ley General de Sociedades, la cual fue aprobada por la
Ley Nº 26887, se aprecia en el libro quinto la regulación de los Contratos Asociativos,
precisando en su artículo 438º los alcances de los mismos. Allí se indica que se
considera contrato asociativo a aquel que crea y regula relaciones de participación e
integración en negocios o empresa determinados, en interés común de sus
intervinientes2
web grafía

http://blog.pucp.edu.pe/blog/blogdemarioalva/2014/06/17/algunos-apuntes-sobre-el-
contrato-de-asociaci-n-en-participaci-n/

file:///C:/Users/CompuPampas/Downloads/12477-Texto%20del%20art%C3%ADculo-
43536-1-10-20160914%20(1).pdf

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