Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Documento en Busca de El Dorado

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 34

Prólogo

El 5 de enero de 1988 nos llegó la primera carta del expedicionario Roland


Stenvenson. En ella nos motivaba a acompañarlo a la región de Roraima, en el
norte de Brasil para ayudarlo a constatar el descubrimiento de un lago que habría
sido el más grande del mundo.

Carta de Roland Stevenson 05/01/1988.

El lago Parime, abría tenido una de una superficie de más de 400 km de diámetro,
es decir, 80.000 kilómetros cuadrados, quedando este entre los tres lagos mas
grandes del mundo y diez veces más grande que el Titicaca.

El Mar Caspio tiene una superficie de 371000 km2


El lago Superior tiene una superficie de 82000 km2
El lago Titicaca tiene una superficie de 8562 km2

Al principio un poco escépticos fuimos constatando de que las pruebas que nos
iba enviando eran sorprendentes; líneas isótopas marcando niveles del agua,
salinidad del suelo, fotos aéreas y un amplio estudio antropológico entre otras
cosas.

Rápidamente fuimos pasando del escepticismo a la duda y de la duda a las ansias


de saber. Fue en este momento cuando Stenvenson desaparece por meses sin
dejar huella, solo una nota diciendo que se va a internar al “infierno verde” para
corroborar el hallazgo del lago.

El 5 de marzo de 1989 Stenveson envía carta a su regreso explicándonos que


había realizado hallazgos de suma importancia, insistiendo en la necesidad de
nuestro apoyo, según él, sus treinta y cinco años de expediciones haciéndose
camino entre la espesa selva, montañas, ríos y lidiar con tribus amazónicas había
dado frutos.

1
Carta de Roland Stevenson 05/03/1989.

¿A que hallazgo se estaría refiriendo?, ¿que queda después de encontrar un lago


de tales dimensiones? Una avalancha de fotos, ilustraciones, cartas etc llegan
durante las siguientes semanas. Las pruebas son muchas y convincentes aun
cuando el misterio que dice haber resuelto suena a consecuencia de múltiples
malarias obtenidas a través de tantas aventuras en la selva amazónica: Stevenson
relata con detalles que ha resuelto el mito de “El Dorado”.

Carta de Roland Stevenson 20/12/2005.

Desde este momento hasta el día de hoy hemos recopilado y estudiado su


información contrastándola con expediciones anteriores, con relatos de otras
fuentes. Hemos analizado la no fácil tarea de aventurarse a el mato grosso en
busca de la mítica ciudad. Hoy, convencidos, emprendemos esta búsqueda,
posiblemente con el mismo enamoramiento casi ciego y la convicción romántica
que alimentó a expediciones pretéritas.

Esta vez el mito se suma a la experiencia de Stevenson, y las leyendas coinciden


de forma sorprendente; el viaje es de una riqueza de la cual El Dorado es solo la
corona de la aventura que estamos por emprender.

2
EN BUSCA DE “EL DORADO”.

Roland W. Vermehren Stevenson

Considerado el último gran buscador del mítico El Dorado, Roland Stevenson, ha


estudiado la selva amazónica por más de treinta y cinco años. Este explorador y
pintor de nacionalidad chilena, está asentado desde 1973 en Manaos, en el norte
de Brasil. A sus 73 años, continúa sus expediciones con una fortaleza física y
mental capaz de afrontar los peligros de la selva.

Ha dedicado toda su vida a buscar lo que desde el descubrimiento de América, los


españoles, alemanes y otros europeos buscaron desesperadamente: El Dorado,
aquella ciudad donde reluce el oro.
En 1988 descubre el lago Parime, que hasta entonces se mantenía como otro mito
más. Desde entonces se ha dedicado a buscar el Dorado basado en las diferentes
versiones del mito, logrando descartar y limpiar lo imaginario de lo real.

Son los ojos agudos de Stevenson los que contemplaron sobre mapas,
documentos y principalmente en las docenas de expediciones que emprendió, la
silueta histórica de una ciudad mítica. Todo esto tuvo un coste: contrajo varias
malarias y provocó la furia de algunos científicos y políticos.

Roland Stevenson entre integrantes de tribu Yanomami.

Llegó a Manaos hace 50 años con su pluma y tinta china dedicado a dibujar
mapas y escenas de la búsqueda de El Dorado con un estilo muy semejante al de
Brian Fawcett, hijo del famoso coronel que desapareció en le Mato Grosso
buscando igualmente, una ciudad perdida.

En su trabajo artístico ha desarrollando pinturas e ilustraciones de los indígenas


Yanomami llevándolo con el tiempo y experiencia a convertirse en antropólogo Ad
Honorem, lo que lo hizo percatar de la existencia de diversos fenotipos, entre los
que figuraban cuatro grupos étnicos, destacando los “indios blancos” (rubios y de
ojos claros) y otros de rasgos notablemente similares a los quichuas del Perú.
Esto llamó profundamente la atención de Stevenson, especialmente cuando se dio
cuenta de que éstos hablaban, curiosamente, una variante del quechua antiguo

3
como también lo hacen los Waiapi y los Taulipang, según el lingüista Migliazza. El
hecho impulsó la investigación antropológica del génesis que vínculo entre los
pueblos originarios de América del Sur y de modo específico, a la posibilidad de
que tuvieran una conexión con los Incas del Perú.

Ilustración de Stevenson y su estudio fenotípicos.

Roland Stevenson hasta el día de hoy investiga los habitantes de las tribus
amazónicas, con especial énfasis a su posible descendencia Inca. Es en estas
tribus donde surge de manera reiterada el mito de la ruta que cruza la espesura de
la selva paralela al ecuador de para llegar a El Dorado.

Entre sus publicaciones más importantes encontramos “Rethinking our Pre


History, How the Revolutionary Concept of Somatic Morphology Is Changing
Perceptions of the First Colonizers of the World”, Biblioteca Nacional, Rio de
Janeiro, Brasil. “Uma luz nos misterios Amazónicos”, Biblioteca Nacional, Río De
Janeiro.

4
La Leyenda.

El mito de la ciudad de oro, se escuchó por primera vez en 1530 luego de que el
conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada se encontrara los Muiscas, en los
Andes de Colombia en lo que actualmente se conoce como el Altiplano
Cundiboyacense. Esta tribu tiene como principales santuarios las lagunas. Allí
rendían tributo a sus dioses, al son de alegres músicas y en el frenesí de sus
danzas, ofreciendo peces, tunjos y dijes de oro que eran arrojadas en sus orillas.
La historia de los rituales Muiscas fue llevada a Quito por los hombres de
Sebastián de Belalcázar, y fue así como de a poco se mezcló con otros rumores
formando allí la leyenda de El Dorado. “El Hombre Dorado”, “El rey dorado”, “El
Dorado” fue imaginado como una ciudad, como un reino, un imperio, un rey
legendario.

Son muchas las variaciones de la leyenda; otra de ellas dice que el rey era
cubierto en polvo de oro y se lanzaba al lago a manera de ofrenda. Hay cierta
verdad en la forma en que se originó el mito, pues los Muiscas efectivamente
laminaban el oro y lo usaban como cintas en la frente y tobillos, y además sus
príncipe lucían una larga capa hasta el suelo hecha de esta lámina. Las mujeres
vestían corpiños y faldas hasta el suelo del mismo oro laminado.

Hay otra teoría acerca que cuenta que en la época de Tahuantinsuyo, cuando los
españoles tomaron como prisionero a Atahualpa, se le pidió al pueblo conseguir
una habitación llena de oro y dos llenas de plata por su rescate. El pueblo logró
recolectar la cantidad deseada, pero justo antes de entregar la parte restante, los
Incas se enteraron que Atahualpa había muerto. Es así que decidieron esconder
todo el oro de la ciudad. La leyenda no dice exactamente dónde se escondió el
oro, pero se piensa que se escondió en el fondo de la inmensidad del lago
Titicaca, del cual, debido a su gran profundidad, nunca podría ser sacado.

Expediciones más Famosas de la búsqueda de El Dorado

A partir de la teoría originada por los Muiscas, Francisco de Orellana y Gonzalo


Pizarro partieron de Lima en 1541 hacia el Amazonas en busca de la legendaria
ciudad en una de las más fatídicas y famosas expediciones.

Pizarro fue el primero en hablar de El Dorado en las cercanías de un gran lago, en


una carta al Rey de España. Así, se llego a pensar que El Dorado se encontraba
en la Laguna Guatavita (1537 –Jiménez de Quezada). Sin embargo esta versión
de la leyenda fue desmentida por el documentalista Roberto Tovar Gaitán (1990),
quien se sumergió con cámaras y vio que no había oro en ella.

5
Han sido innumerables las expediciones que se han realizado con el fin de dar con
El Dorado. Conocedores de los rumores de este portentoso asiento aurifero,
Sebastián de Belalcázar y Francisco Pizarro buscaron la ciudad en 1535. En el
mismo año, el conquistador y cronista de origen alemán Nicolás de Federmann,
dirigió una expedición en su búsqueda, por su puesto sin resultados. Al año
siguiente, emprende de modo igualmente vano la misma empresa Gonzalo
Jiménez de Quesada. Después, en 1541, otro alemán, Felipe de Utre, de manera
fútil busca El Dorado a lo largo del río Amazonas. Infructuosamente Gonzalo
Pizarro (1541) y Francisco de Orellana (1542), desde Quito, intentaron llegar a El
Dorado, desviándose el primero de la difícil ruta que penetraba las inmensidades
del paisaje amazónico; y por la vía fluvial, el segundo.

Mapa con principales expediciones que buscaron El Dorado.

6
A finales del siglo XVI una gran cantidad de exploradores siguieron en búsqueda
del mítico lago Manoa. Entre ellos, Lope de Aguirre (1560) por el Perú siguiendo el
Río Marañón, un afluente del Amazonas (Expedición que basa la película “Aguirre
la cólera de Dios”). Luego, en 1570, cuando indios Arak hablaron de grandes
depósitos de oro en las nacientes del Río Orinoco, al otro lado de las sierras de
Pacaraima, y donde se ubica un gran lago rodeado de montañas ricas en oro y
piedras preciosas, Antonio de Berrío (1584) emprende misión hacia esa zona. El
mismo Berrío comienza otra expedición por el norte, a través del río Caroni (1591),
y por igual ruta, Maraver y Vera (1593) y Raleigh (1595) hicieron sus expediciones.
Luego exploraron desde el Este, por el río Essequibo, Keymis (1596) y por último,
a través del río Branco en el Sur, Roe (1611).

7
Expedición Rice

Hasta hoy El Dorado se ha mantenido como una leyenda que ha sido motivación
de muchas expediciones con vanos resultados; ni las más recientes, han dado con
el anelado y mitico lugar.
LA TEORIA DE STEVENSON.

Según Stevenson, El Dorado se encuentra en el norte del Amazonas Brasilero, en


el lado oeste de la gran llanura que está ubicada al norte del estado de Roraima.
En este lugar, Stevenson encontró los vestigios del gran lago de la leyenda junto a
una considerable cantidad de pruebas de variada índole que indican que el origen
de este mito se encuentra en esta zona. Este lugar, sería la cuna de la ciudad
perdida.
Ubicación de el lago extinto.

El error generalizado de antiguos exploradores, fue en cerrarse a que el mito de El


Dorado es “una ciudad de oro”. El Dorado no es una ciudad, según postula
Stevenson, sino una zona rica en oro que abastecía del preciado metal a Incas y
otros nativos con anterioridad. De todas formas, hoy varios de los yacimientos más
ricos de oro del continente se ubican en las montañas al norte de Boa Vista,
rodeando el supuesto lugar donde se encontraría El Dorado.

8
Ilustración de yacimientos de oro alrededor de el lago extinto (en imagen simulado con agua).
En esta zona, en la sierra Parime, se encontraría al menos una ciudad ahora
cubierta por la espesa floresta selvática donde moraban los nativos a los que se
les atribuye la leyenda de “El Dorado”.
En sus estudios, Stevenson ha logrado determinar distintas aristas para llegar a
esta conclusión, entre ellas las mas importantes son las siguientes.

Camino precolombino

Antecedentes.

Cuando en 1532 Francisco Pizarro tomó prisionero a Atahualpa y exigió una gran
cantidad de oro y plata para su rescate, toda la nación Inca juntó lo necesario para
su liberación: seis toneladas de oro que llenaron una habitación entera y dos de
plata. Desde ese momento se generó la inquietud ¿de dónde trajeron tal cantidad
de oro si en el Perú sólo existen minas de plata? ¿Cómo transportaron tal cantidad
de metal pesado en tan corto plazo?

El general Inca Rumiñahui, encargado de la recolección de oro desde Quito, supo


de la muerte de Atahualpa antes de entregar su parte del rescate, por lo que
procedió a quemar la ciudad y a esconder el oro en algún lugar al este de Quito

9
antes de la llegada de los españoles. El oro fue transportado, según la leyenda,
por más de mil hombres.

Los españoles estuvieron durante años saqueando el Perú en busca del oro Inca
sin éxito lo que hizo que este quedara sólo en estatus de Leyenda. Pero como
Francisco de Pizarro tuvo la posibilidad de ver el oro del rescate, sabía que había
más en algún lugar y que el oro no podía ser sólo una leyenda. Esto lo motivó a
partir en busca de la procedencia de éste, siguiendo el camino por donde huyeron
los Incas con la parte faltante del rescate de Atahualpa. De esta manera, su
hermano y lugarteniente Gonzalo de Pizarro parte en febrero de 1541, en una
expedición que según mapas de Toríbio de Medina, duró mas de un año y medio,
por una ruta que a los Incas les tomaba sólo setenta días internándose por el
Amazonas. Llegaron por esta vía al territorio de los indios Cofanes, quienes
habitan en las riveras de Putumayo, Colombia. Pizarro había llegado mucho más
al norte siguiendo “el rastro” o el camino de los Incas, por lo que su expedición
fracasó; claramente los Incas tenían una ruta que les dio esa ventaja abrumadora
frente a los españoles.

Desde este mismo punto posteriormente, Francisco de Orellana inició la primera


expedición que recorre el “Amazonas”, nombre qué él le dio a los territorios,
después de la supuesta emboscada de la que fueron víctimas, realizada por unas
mujeres guerreras. Estas mujeres también tomaron el nombre de Amazonas, por
las guerreras de la mitología griega. Estas jóvenes, según Stevenson, serían las
“Vírgenes del Sol”, mujeres que huyeron del flagelo español y se internaron en la
selva, como veremos con más detalle posteriormente.

Sólo Gonzalo de Pizarro recorrió el camino Incaico (incluso preincaico) que se


dejó de utilizar hacia 1532, momento en que fue ruta de escape del general Inca
Rumiñahui. La expedición de Orellana fue realizada nueve años después que la
expedición de Pizarro por lo que el camino Inca ya estaba borrado por la selva.
Pero a pesar de haber iniciado su viaje con más de 4000 indígenas y alrededor de
220 españoles, no pudieron igualar el entrenamiento y la velocidad Inca: por un
camino que debería haber durado 70 días, alcanzaron recorrer cerca de 900 Km.,
cuando los Incas por su parte, durante ese mismo periodo de tiempo alcanzarían a
recorrer 1400 Km. De esta forma, los Incas habrían llegado al lugar donde se
encuentra el gran potencial aurífero de la zona: Pico de Neblina. La expedición de
Pizarro fracasó porque no llegó a Pico de Neblina, sino que hasta la cuenca del río
Uaupés en el extremo noroeste de Brasil.

10
Ruta seguida por Gonzalo Pizarro.

Fue tal la desesperación por conseguir información útil para encontrar el camino a
El Dorado, según relata un pariente de Pizarro, que llegaron torturar a los
indígenas de la zona para obtenerla mediante el uso de la picana, lanza que se
introduce por el ano hasta salir por la boca. Francisco de Orellana siguió su huella
y se enteró no sólo de que la expedición había fracasado, sino que había ganado
la antipatía de todos los nativos por sus reiterados abusos, robos, violaciones y el
contagio de enfermedades.

Descubrimiento.

La primera información que Stevenson tuvo respecto a los caminos Incas fue de
Pedro Jesús, jefe Tariana, quien precisó el lugar exacto donde se ubicaba el
camino. Antiguos habitantes de Uacará recuerda que de niños recorrían grandes
distancias por caminos que atravesaban los poblados. Pudiendo llegar hasta 300
kilómetros de ahí, incluso pasando por Laurete donde se encuentra una fortaleza

11
de roca situado a pocos kilómetros de Uacará. También dieron constancia de en el
lado oriental de Araripará se encuentra el camino denominado “Uahupú” que llega
hasta San Pedro siempre a distancias de 20 km. entre uno y otro.

Ilustración de ubicación de tambos.

Todas las referencias históricas anteriores sugieren, según Stevenson, que en


esta zona se encuentra una ruta precolombina que se interna en el Amazonas,
recorrido que habría sido seguido por los Incas y por otros indígenas pretéritos.

Un importante descubrimiento fue el realizado por el portugués Adalberto Santos


quien en 1988 lideró una expedición de 12 hombres que cruzó por la antigua
entrada transitable desde Roraima hasta el Amazonas: el mítico camino
precolombino. Recorrió un mínimo de 700 km por la misma senda que utilizan los
Yanomami en sus visitas Inter.-tribales. La expedición terminó solo con tres
sobrevivientes producto de flechas de indios y de hombres ahogados producto de
sus intentos de escapar por los ríos, otro de los expedicionarios murió producto de

12
la mordedura de una cobra. Esta ha sido la única expedición que ha logrado
recorrer el camino precolombino.

Ruta seguida por Alberto Santos.

A consecuencia de la brutal expedición de Pizarro, desapareció todo el


contingente indígena (de procedencia Inca), así como 140 de los expedicionarios
españoles, que se dieron por extraviados o muertos. Stevenson plantea que gran
parte ese grupo español no habría muerto, sino que dio origen a un evento cruza
étnica muy importante en la zona de la cuenca del río Uaupés. Stevenson piensa
que algunos nativos de la cuenca descienden del grupo de los Dessana
mezclados con los integrantes de las expediciones españolas debido a su gran
porcentaje de rasgos caucasoides. En esta zona hoy en día se encuentran
indígenas con ojos claros que se dicen son descendientes de los 140 españoles
perdidos en la selva.

Esta idea es avalada por la tradición Tukano de Uaupés, que cuenta que
antiguamente sus antepasados llegaron a sus tierras conducidos por “Yepá-
Oakhe”, un individuo que no era de su lengua indígena, quien después habría

13
regresado a su propia tierra. Stevenson piensa que este extranjero puede haber
sido Gonzalo Pizarro.

Los propios Tukanos hablan también de que provienen de las tribus Macucú-
Igarapé y después de Turi-Igarapé formando posteriormente el pueblo de Wai-
Peri, hoy en día llamado Piraquara. Las denominaciones Uaupés, Wapé o Boupé
significan todas “camino de migración” erróneamente “camino de migración
fluvial”. En lengua quechua antigua la denominación Wapé o Uapé significa
“camino difícil de transitar” o “camino de gente brava” lo que hace alusión a la vía
terrestre que se utilizó durante la ocupación Inca.

Hay varias interferencias culturales y de lenguaje muy similares entre la cultura


Inca, y las que habitan esta zona del amazonas de Brasil, aun así, coinciden en
que hablan de la existencia de un camino que unió a los Incas con estas tribus.
Por ejemplo, el río Uaupés es llamado por los indígenas en lengua Aruak “Ucaiari”
o “Caiari” que significa “río de agua blanca” que desemboca en río negro o
también llamado “Ucaiali”, el mismo nombre del río “Ucayali” que recorre el Perú.
¿Será posible que este nombre haya sido un homenaje al río peruano, y legado
Inca? Otra curiosidad lingüística más se produce en el grupo de los indígenas
Arara-Tupuya y los Kadaú Puritana (grupo Aruak) que actualmente viven en lo alto
del río negro y desconocen el significado de la palabra Auapés, que según Koch
Grumberg es un modo despreciativo de tratar a los indios Tukano y Kubewana que
lucharon contra la tiranía española. De esta manera se puede ver cómo el legado
Inca, ha impregnado varias culturas aún a miles de kilómetros de sus propias
ciudades.

Otra teoría, según Stevenson, que refuerza la tesis de la migración Andina son las
enfermedades que los nativos adquirieron en Quito y fueron llevadas a esa región
por la expedición de Pizarro. Los Pirá-Tupuya en lengua Tukano significa “gente
pez” o portadora del espíritu de la enfermedad. La palabra que designa
enfermedad para ellos es Wai-Maxsa, “hombre pez”.

Es paradójico que la “gente pez” tiene rasgos “andinos” al contrario de la mayoría


de los grupos tribales del sector que mayormente que presentan características
mongoloides. Es por esto que los etnólogos tienen la certeza de la existencia de
una unión cultural entre Tukanos occidentales (Cofanes de Colombia) y Tukanos
orientales (de Brasil) a pesar de que se encuentren a 900 km. de distancia a
través de la selva amazónica.
Enfermedad hombre pez.

14
Lo único en que los teóricos difieren es en la forma de cómo migraron a esas
tierras. Mientras unos dicen que el grupo de los Yuhurúa (de Juquira, río Ucaiari)
migraron desde los Andes después de una larga travesía por los ríos Putumayo,
Ica y Solimoes, alcanzando el río Negro por tierra, otros estipulan que el resto de
los Tukanos hicieron un viaje fluvial por “en el vientre de la cobra grande”, como le
llaman los Aruak. Proyectando el camino Inca se puede ver como seguían las
cabeceras de los ríos bordeando las sierras. Los Yanomami ocuparon estos
caminos para expandirse desde las sierras Parime pasando por Sierra Pico
Neblina.

Otra evidencia etnográfica se encuentra en la mezcla que se ve en algunos


nativos del grupo Tariana, que poseen vestigios de raza negroide. Posiblemente,
algunos de los esclavos que formaban parte de la comitiva que seguía las
expediciones Orellana y Pizarro, citados en la lista de Gaspar de Carvajal, se
mestizaron con los nativos.

Los Dessana también son llamados “Wina” o “sopladores” debido a que tocaban
las “flautas sagradas” o sobrenombres como “trueno” o “gente-trueno”, debido a
que los españoles casaban con escopetas. También denominaciones como “hijos
del sol” o “gente del día” que los miembros de las expediciones de Orellana y
Pizarro les gustaba utilizar para obtener ventajas debido a que los indígenas
tenían mucho respeto por los Incas o “hijos del sol”.

Instrumento de viento característico del altiplano andino

Otra coincidencia histórica y lingüística que liga la los Andes con el resto del
imperio Inca es, según texto de Francisco Lopes de Gornara, que describe corte
de Guaynacapa hace referencia a Guayna Capac, el último emperador del Perú,
padre de Atahualpa, cuyos dominios alcanzan la zona oriental del amazonía. Todo
esto indica que el nombre de Guyana o Guayana deriva de “Guayna” en honor al
emperador. A su vez existe una gran cantidad de tribus que están a lo largo de
todo el camino Inca comienza con “Gua” y “Wai”.

El Misterio de los Tambos Brasileros

Durante sus expediciones, Stevenson ha encontrado varias construcciones de


piedra en plena selva. Esto es interesante puesto que los habitantes de esa región
no trabajaban con piedra en lo absoluto y ya que eran nómades, así que no la
15
necesitaban. Estas construcciones están paradójicamente separadas por distancia
de 20 km, tal como los famosos Tambos Incas (ver imagen xxx), que se
encuentran a esa distancia estratégica para aliviar los trayectos de los Chasquis o
mensajeros Incas, quienes podían así descansar y alimentar a sus animales. Se
han encontrado además petroglifos en que figuran llamas como supuestos
animales de carga que ayudaban en el transporte de pertrechos, tal como dicen
los escritos realizados por el fraile Gaspar de Carvajal en su bitácora de viaje.

Vestigios de Tambos descubiertos en la selva


Pictografía de llama.

En la travesía de Orellana por el río Amazonas, el indio Trombeta, preso por esa
expedición, hace un relato importantísimo describiendo el camino precolombino y
sus tambos. El sostenía que había 70 de ellos tierra adentro, y que se
encontraban situados a una distancia de veinte Km. el uno del otro. Entre cada
tambo o “aldea de piedra” como él les llamaba, había caminos de piedra cercados
por ambos lados con guardias que obligaban a pagar derechos de uso.

Este relato es uno de los más valiosos acerca el camino precolombino, las ultimas
investigaciones realizadas por Stevenson revelan que existen alrededor de 700 km
de camino precolombino perdidos hace ya mas de 470 años. Todo indica que
efectivamente las construcciones de piedra que Stevenson encontró, son tambos.

Más Evidencia Inca.

Stenvenson ha encontrado petroglifos en las orillas del río Uapés, cerca de donde
acredita que se encontraría la entrada del camino precolombino. Aparentemente
sería un “mapa en relieve”, tal como los utilizados por los Chasquis Incas que
portaban el correo imperial. Cada orificio correspondería a una jornada recorrida
por cinco hombres de tambo en tambo. El petroglifo encontrado presenta 9
orificios los que representan la distancia de 900 km. que existe entre Laureté en
Brasil hasta Tulcán en el limite entre Ecuador y Colombia.

16
Petroglifo encontrado por
Stevenson.

Ilustración de camino
recorrido por chasquis y
sus respectivos tambos
cada 30 km.

Como hemos visto, los Chasquis eran capaces de recorrer grandes distancias,
hasta 240 km diarios dependiendo de la urgencia de la noticia para el Imperio.
Para reducir el desgaste provocado por las extenuantes travesías, los chasquis
utilizaban coca. La introducción de esta planta andina en algunas regiones de los
valles amazónicos, sugiere que ellos la importaron.

En la zona Alta de río Negro, donde se encuentran estas construcciones, además


se han hallado “quipus” Incas que son eficientes métodos de cálculo que les
ayudaban en su comercio y para crear bases estadísticas del flujo que había por el
mencionado camino. Hoy, los indios Warequena del río Xié, tributario del río
negro, aún utilizan estas cuerdas estadísticas legado de los Incas.

17
Imagen de Quipu hallado en río negro.

Por otra parte la antropóloga Cristine Hugh Jones afirma haber encontrado
petroglifos antropomorfos que muestran escudos al estilo Inca lo que demuestra la
comunicación Inca entre el Atlántico y el Pacífico. Existen además, vestigios
arqueológicos encontrados por Stevenson en Roraima que corresponden a armas
Incas, lo que denota el paso de este pueblo por estas tierras.

Stevenson con vestigios arqueológicos.


Ilustración arma Inca.

El tesoro de Nhamíni-wi.

Una de las leyendas más llamativas según Stenvenson, es la leyenda de Nhamíni-


wi. Esta leyenda es común para todas las tribus de esa región y se reitera a
través de los pueblos, en especial en la zona del alto de río Negro en la cuenca de
Uaupés.

La leyenda dice que por el camino precolombino llamado por los Tukanos
Nhamíni-wi , que en lengua Quechua significa “sendero” o “camino estrecho”,
transitaban numerosas soldados cargando pesadas cajas con oro las que no se
podían abrir; si lo hacina se apagaría el sol. Estas cajas eran llevadas a “la casa
de la noche” (cordillera de Andes). En un momento dos jefes abrieron una de las
cajas y la noche cayó por dos días.

18
Ilustración de leyenda de Nhamini-wi.

En Pari-Cachoeira en lo alto de el río Tiquié, un anciano Tukano le contó a


Stevenson que una vieja historia relatada por sus ancestros en la cual se decía
que en cientos de años atrás numerosos cargadores portaban pesadísimas cajas
con ofrendas para que no se apague el sol. A pesar de que estaba prohibido abrir
las cajas dos jefes se descuidaron y algunos indios las abrieron dándose cuenta
que estaban repletas de “insectos de oro”. El sol se apagó durante dos días hasta
que el Jefe Yepa Oákhe arregló la situación.

Insecto de oro a la izquierda y a la derecha pájaro de oro.

Según Stevenson la historia relata el paso del general Ruminháui cargando el oro
para rescatar a Atahualpa y cuando el sol (inti) se apaga podría ser perfectamente
una referencia a su muerte. Las cajas estaban llenas de oro y posiblemente
poseían formas de insectos, que son representaciones de la exuberancia de la
amazonía que se dan en varias de las tribus amazónicas.

Existe una discrepancia en cuanto a los relatos Tukanos sobre si la dirección de la


comitiva fue hacia oriente u occidente. Stevenson postula que ambas direcciones
son correctas, la que iba a occidente iba a rescatar a Atahualpa, y la que se dirigió
a oriente, escapaba con el oro de regreso después de saber la muerte de
Atahualpa.

Desde ese momento Nhamíni-wi fue abandonado y ocupado ocasionalmente por


pequeños grupos de Incas que escapaban del flagelo español, estos grupos eran

19
conformados mayormente por el sexo femenino en el año 1532 (muerte de
Atahualpa), 9 años antes de la mal obrada expedición de Pizarro.

Ilustración camino precolombino.

La leyenda da pie a pensar en algo más importante que saber por donde se fugó
la comitiva de general Rumiñahui; las fuentes auríferas de Roraima posiblemente
fueron proveedoras de este metal a todo el imperio Inca. Las fuentes de oro en la
región de Roraima el día de hoy, han llegado a tener 150.000 pirquineros y son
uno de los más ricos yacimientos de oro de América, lo que da pie para pensar
que esta zona fue el principal suministrador de oro del imperio Inca y por ende
puede albergar la mítica ciudad de “El Dorado”.

Stevenson hace referencia a Vasco Núñez de Balboa que se impresionó por las
grandes cantidades de oro encontradas en el litoral del mar de las Antillas que
venían de algún lugar remoto llamado Birú, que no era otra cosa que Perú. Incluso
se dice que gran parte del oro Maya provenía del Sur de América y era cargado
por los Chibcha, antecesores de los Incas. Existen diversos “caminos incas” que
avalan la posibilidad de este tránsito comercial.

20
ilustración de caminos incas.

Todo indica que el camino de Uapés y de Nhamíni-wi atraviesan el amazonía


alcanzando el Pico de Neblina, cruzando Roraima y pasando por las sierras de
Tumucumaque hasta Amapá. Estas sierras poseen climas con temperaturas
promedio de 4 ˚C, ambiente propicio para gente y animales que provenían de la
cordillera de los Antes. Esta es una de las razones por lo que se piensa que en las
sierras del noroeste deben mantener bajo la selva antiguas ciudades.

La Fuga de las Vírgenes del Sol.

Los Indios Blancos

Los Yanomami de las sierras del Pico de Neblina tienen la piel muy clara. Un gran
número de ellos tiene los ojos claros, verdes y azules y presentan cabellos rubios
cuando pequeños, evidenciando una mezcla causasoide. En Venezuela los
Yanomami eran conocidos como los Guaribas Blancos. Esto permite hacer
suposiciones bastante lógicas acerca de los hijos bastardos de los españoles con
mujeres Incas.

Imágenes de “Guaribas blancos”.

21
Los invasores se apoderaron de las “Vírgenes del Sol”, transformándolas en sus
mujeres durante un año de su ocupación. Estas mujeres eran sagradas y
resguardadas para usarlas en distintos rituales. Podemos imaginar el caos social
que provocó el ultraje de estas mujeres cuando se apoderaron de ellas por la
fuerza.

Estas mujeres fueron abandonadas cuando los conquistadores salieron de


Cajamarca para ir a la conquista del Cuzco. Viéndose libres de quienes las
esclavizaran, se fueron de su ciudad donde ciertamente eran repudiadas por se
madres de los hijos de sus enemigos. Aterrorizadas por el posible retorno de los
españoles, emprendieron éxodo con el apoyo de parientes y amigos. La migración
fue efectuada hacia el norte puesto que los españoles se dirigieron al sur. Una vez
ahí, se dirigieron hacia Colombia, territorio que nunca se integró al imperio Inca y
luego hacia Brasil.
El camino utilizado por las “Ex Vírgenes del Sol", fue recorrido nueve años
después por Pizarro y sus tropas en su infructuosa búsqueda de los tesoros Incas.
Fue en ese camino donde por primera vez fueron avistadas, como relata Fray
Gaspar de Carvajal en su crónica:

“Estas mujeres son muy altas y blancas y tienen el cabello muy largo
y entrenzado y revuelto a la cabeza : son muy membrudas, andaban
desnudas en cueros y tapadas sus vergüenzas, con sus arcos y
flechas en las manos, haciendo tanta guerra como diez indios, y en
verdad que hobo muchas de éstas que metieron un palmo de flecha
por uno de los bergantines y otras menos, que parecían nuestros
bergantines puerco espín." (97-98)
Revista de Aula de Letras. Humanidades y Enseñanza.

El mestizaje origina una raza español-Inca. Esta nueva casta fue conocida como
los Indios Blancos, hijos de las “mujeres sagradas sin marido” o “Cunhápuiuaras”.
Es probable que estas mujeres sean las originales “Amazonas”, guerreras que
habitaban primariamente en la sierra Parima y que emboscaron a Pizarro y
Carvajal y que más de cuarenta años después describiera Berrío.

Una leyenda de los indios Tulipang en Roraima obtenida por Koch Grunberg en
1953 dice que estas “mujeres sin marido” se habrían asentado en las sierras
Parima, en las montañas al este de Tucututú (sierras Tucumanque, zona limítrofe
entre Brasil, Guyana y Suriname). Varios años después el pueblo creció y la
cantidad de niños bastardos sobrepasó los trescientos. En los siglos siguientes,
ese mismo grupo pasó a ser llamado Guaribas Blancos, y en nuestra época,
Yanomami.

De esta manera, surgieron los Yanomami, nación tribal más grande de la


Amazonía, quienes todavía conservan en sus genes los rasgos españoles y tienen
piel clara, cabellos rubios y ojos claros.

22
Buscando el lago Parime.

La leyenda de el lago salado.

A finales del siglo 16 la búsqueda de “El Dorado” se mudó de Los Andes a la zona
oeste en las Guyanas, ahora Roraima y la zona norte del amazonas. Antonio de
Berrio partió de Colombia en 1584 bajando por el río Orinoco, con el
convencimiento de que El Dorado estaba localizado junto a un lago cercado por
montañas. En su expedición encontró a un indígena que le contó que a diez millas
de ahí, vivían diez mil indios. En el mes de Abril la expedición fue sorprendida por
las lluvias replegándose a 4 leguas del río Orinoco, donde fueron atacados por
4000 indios Acháua. Después de varias bajas por ambas partes, Berrio pudo
capturar e interrogar a algunos hombres quienes le dijeron que provenían de las
sierras Parime y Paracaima, donde él pensaba que se encontraba El Dorado.
Estos además le señalaron que en esa zona había muchas aldeas y riquezas en
oro.

Antiguo mapa de la región de Parime.

En estas montañas, según le informaron, se encontraba el lago “Manoa” (En


lengua Acháua, Manoa significa lago) de extensión tal, que los indios se
demoraban tres días en cruzarlo. Así, comenzaron a surgir muchos rumores de
indígenas y de buscadores de esclavos que dicen que existe un lugar dentro de
esta zona, tras una sierra muy alta, un enorme lago de 6 leguas de largo y otras 6
de ancho en cuyo lado existen varios pueblos. Dentro de este lago existen varias

23
islas, en una de las cuales se funde oro. Los Taxáua enterraban en esa época a
sus muertos en túmulos con una parte de sus riquezas, la otra era arrojada al gran
lago. Así Berrío se convenció de estar muy cerca del tesoro por lo que organizó
una tercera expedición en 1591, pero en esta ocasión se encontró con aguerridos
indios que frustraron sus planes.

Antiguo mapa que muestra lago Manoa.

En 1595, el inglés Sir Walter Raleigh secuestró a Berrio para interrogarlo y lograr
saber de los avances realizados este. Sin embargo, comenzó una expedición que
no tuvo mayor éxito a pesar de sus exagerados relatos que coinciden con otros en
que El dorado esta a un costado de un lago salado de 200 leguas. Luego dice que
en dicha ciudad todo era de oro cosa impracticable e irreal.

El misterio de la Isla Maracá

La Ilha Maracá (Isla Maracá) era ya mencionada hace 400 años atrás en el mapa
realizado por Hariot, situándola a la izquierda del lago Manoa. Esto se puede
contrastar con imágenes satelitales de RADAM tomadas recientemente y
adquiridas por Stevenson para el estudio de este enigma; ¿Isla tierra adentro sin
costa?.

24
El hecho de que todas las rutas indígenas que son ricas en minerales converjan
en la Isla Maracá, sugiere que el de comercio de minerales era la razón la
existencia de esos caminos. Esta es la teoría de Vera, quien en 1593 vio a los
nativos utilizando numerosos ornamentos de oro. Basados en testimonios Atuak,
había dos herrerías donde estos adornos se elaboraban, y que una de estas
estaría en la Isla Maracá, donde además los muertos eran enterrados junto a sus
pertenencias.

Mapa Isla Maracá.

Todo indica que el camino precolombino gira su recto recorrido paralelo al ecuador
hacia la Isla Maracá, que se encuentra en la orilla del lago extinto. Un mapa
realizado en 1595 muestra una ciudad a orillas del lago Manoa o Parime. De
acuerdo a las crónicas de Antonio Berrio, el mapa se trataba de una construcción
realizada por testimonios de los Aruak.

El lago existe en lo que ahora se denomina campos de labrado en el norte de


Roraima, y la ciudad de Manoa se encontraba en la parte occidental de la Isla
Maracá en el lado opuesto del lago. El mapa anterior también es confirmado por el
italiano Henricus Hondius en 1599.

El lago Manoa pasó a ser llamado lago Parime por los Karibe. La ciudad de Manoa
y El Dorado serian la misma, ubicada en la desembocadura del río Uraricuera.
25
Cabe señalar la expedición de Thomas Roe en 1611 quien subió el río Blando
acreditó el cambio que ha sufrido geológicamente este río por donde se deduce
desaguó el lago Parime. Existen litografías en lo que debería haber sido parte del
lago que solo hubiesen sido posibles realizar por una embarcación y flotando a 10
m sobre el lecho del lago.

Hoy, la Isla Maracá está deshabitada. Después de la extinción del comercio del
oro en 1532, los grupos indígenas que la habitaban como los Purokotó,
Wayumará, Maracaná, Sarapá, Eliang, Awaké, Pisauko y Parauiana se
dispersaron y desaparecieron. La última vez que se los vio, fue en 1912. Todo
indica que estos nativos, eran descendientes de los habitantes de Manoa.

Lagos extintos

Stevenson, guiado por los vestigios arqueológicos encontrados en el camino


precolombino en la cuenca del río Uaupés, se dirigió al este donde se dio cuenta
de que el camino que venía de manera derecha y paralela al ecuador (a 60 km.)
giraba hacia el noreste. Este desvío se origina por el impedimento de transitar
hacia el este en épocas de lluvia debido al anegamiento de estas tierras, que se
convierten en verdaderos lagos en la convergencia de sus ríos.

Volviendo a los relatos de Trombeta, preso por Orellana después de su encuentro


con “las amazonas”, el camino de 1400 Km. separado por tambos cada 20 Km. se
desvía por primera vez desde el Ecuador. Esa distancia desde el Ecuador llega
hasta Pico de Neblina. Pero si Trombeta se refería a este camino tomando como
comienzo el río Amapá, el centro llegaría hasta el norte de Roraima. Trombeta
definía dos lagos. Teniendo en cuenta que en la época de lluvia se formaba un
lago faltaría encontrar el segundo lago y para empeorar la búsqueda se relataba
que éste era salado, como reafirmó Walter Raleigh en 1595 en su bitácora de
viaje: “el lago Parime es salado”.

Consultando las imágenes del proyecto RADAM Stevenson encontró una enorme
mancha en el sector con una extensión de 400 Km. de diámetro. Esta zona carece
de árboles a pesar de estar en plena selva tropical. Así Stevenson comenzó la
búsqueda por tierra. Su sorpresa fue grande cuando encontró una marca
horizontal que rodeaba la zona con forma de “nivel de agua” a la altura de 120 m
sobre el nivel del mar. Solo el agua puede generar una marca semejante desde
una sierra a otra abarcando 400 km de extensión. En este sector existen depósitos
de sal, se sabe que antiguamente los Macuxi extraían sal de este lugar.

26
Aquí se han encontrado peces fosilizados reforzando la tesis de un lago
extinguido. Así geólogos específicamente Salomão Cruz, director de CODESAIMA
en Boa Vista, confirman la existencia pretérita de un lago p en ese lugar.

Expedicionario mostrando líneas isotopas.

Otro dato importante ofrecido por el Sr. Salomão Cruz es que durante el período
Cretácico ocurrió la ruptura del Graben de Tacutu (en lo que ahora es Guyanas;
Guyanas significa: “tierra de muchas aguas”) dejando penetrar el agua del océano
Atlántico. La imagen del RADAM muestra claramente una superficie de 400 km de
diámetro (80.000 Km. cuadrados) proporciones similares a las relatadas en
relación a El Dorado.

En septiembre de 1991 en exploración con el geólogo Gert Woeltje, profesor de la


Universidad del Amazonas, los resultados del análisis exhaustivo de todos los
datos fue categórico: Existió un lago en esa área.

Evolución geológica.

A mediados del mesozoico hubo un gran movimiento tectónico (Graben de Tacutu)


permitiendo el paso del agua marina del océano atlántico, depositando todo tipo
de sedimentos marinos. A continuación comenzó un periodo de levantamiento de
la tierra (epirogénesis positiva), luego una fase erosiva.

Anterior a la sedimentación hubo una activación magmática (en el cretácico


inferior) con vulcanismo básico que recubrió gran parte del área, nuevamente en la
misma parte en el Graben de Tacutu. Luego de esto comenzó un período
relativamente largo donde ocurrió una nueva deposición a partir del Mioceno. En
esta época comenzó el depósito de sedimentos continentales de la formación de
Boa Vista, uno de nuestros objetos de estudio.

Ilustracion proceso geologico

27
Evidencias geológicas.

Esta es una región con diferencias topográficas fuertes entre el fondo del lago
(región central) y las áreas adyacentes (montañas circundantes).
- La dimensión y continuidad de las capas horizontales de agua en un área
de 80.000 k2, pasando las fronteras de Brasil hacia las Guianas y
Venezuela.
- El relleno de sedimentos del tipo Silte
- Presencia de depósitos de sedimentación química de tipo calcáreo y
margas (evaporitos).
- Depósitos de diatomitos, que son concentraciones de microorganismos que
caracterizan el ambiente subacuoso.
- Impermeabilidad del suelo capaz de sostener grandes cantidades de agua.
- Presencia de fósiles de Bivalbos.
- El lago se clasifica como fluvial, de baja energía, forma alargada, poco
profundo (máximo 30m).
- A través del análisis de polen se concluyó que el ambiente era continental y
que los el agua ingresaba por el noreste y se drenó por el suroeste.
- La inflexión y cambio de la dirección básica de los ríos Uraricoera y bajo
Tacutu.
- La napa freática esta en un nivel bastante superficial, principalmente en la
zona que pertenece a la formación de Boa Vista. En épocas de lluvia se
forman centenas de lagos en forma circular mostrando que el nivel casi
perfectamente horizontal.
- Ausencia de raíces y troncos antiguos de gran tamaño, apenas gramíneas y
arbustos nuevos en clima donde debería haber selva. Esto demuestra que
esta zona estuvo recientemente sumergida.
- Existen zonas a lo largo de toda la región donde afloran rocas de granito
marcando líneas horizontales en una cota constante de 120 m, lo que
demuestra el nivel agua llenaba el lago en una época reciente.

La gente de Roraima.

Los pueblos de esta región poseen una larga y atribulada historia solo transmitida
verbalmente por lo que gran parte de esta es un misterio. Es una historia llena de
migraciones, persecuciones, esclavización, muertes, mezclas con personas
venidas de puntos distantes y perfiles étnicos muy variados. ¿Cuáles son los tipos
físicos indígenas? ¿cuáles son las lenguas originales y cuales las adoptadas?
¿cuáles son sus orígenes reales? ¿cuáles y porque ocurrieron estas mezclas
étnicas? ¿cuáles fueron los habitantes más antiguos, cuales son los más
recientes?. No solo la lingüística solucionará estas respuestas, también los

28
estudios morfológicos somáticos realizados por Stevenson son de real utilidad
para dar respuesta a estas interrogantes.

Según Stevenson la mezcla racial de mayor importancia a estudiar y que no ha


sido advertida es la realizada por Incas que huían del flagelo español, los mineros
imperiales (inca) y los habitantes de tambos de caminos precolombinos. Después
de un largo análisis realizado por Stevenson ha llegado a la conclusión que la
mezcla actual de los nativos de Roraima proviene de la mezcla racial realizada en
tiempos en que existía el lago y los pueblos que vivían en las montañas y
descendieron a sus márgenes.

Los indios Macuxi les dicen a las sierras “Yu Ibono” que significa “Islas”. Un indio
Macuxi que dice tener más de 120 años comentó a Stevenson que sus abuelos
contaban que antiguamente la llanura, ahora seca, era un gran “mar” y que sus
habitantes vivían en la cima de las sierras e islas.

La verdad sobre El Dorado.

Ruta cronológica que ilustra acontecimientos de relevancia en la investigación que


nos conducirá a El Dorado.

Uno de los comienzos más conocidos del mito es cuando en 1570 el gobernador
de Isla Margarita en El Caribe, Juan Carlos Salas, recibe informaciones de los
Aruak sobre la existencia de enormes riquezas que se encuentran al lado de un
gran lago, donde habían fundiciones de oro y a los muertos los enterraban con sus
tesoros. Este es el comienzo de la larga e intensa búsqueda de la mítica ciudad.

1493 Los Incas de Perú ocupan las fuentes auríferas de los Chibchas de Colombia
recorriendo Nhamíni-wi, un camino precolombino que lleva hasta territorio
Yanomami. No se sabe la razón de la decadencia de la civilización Chibcha
(o Muisca) pero si se sabe que eran los mayores comerciantes de oro,
llegando a negociar incluso hasta México.
1532 Los nativos de la cuenca de Uaupés cuentan la leyenda de soldados
(¿Incas?) cargando pesadas cajas con insectos de oro en dirección a la
cordillera de Los Andes para ofrecerlo de ofrenda al sol para que no se
apague la noche. En Perú el emperador Inca era el representante del Sol,
Atahualpa, el emperador Inca.
1533 En Cajamarca, Perú, las “Vírgenes del Sol” (mujeres sagradas mas bellas
del imperio Inca), después un año de convivencia sexual forzada con los
españoles son abandonadas por el viaje de conquista de Cuzco. Las ex-
vírgenes repudiadas por el propio pueblo Inca por sus hijos bastardos
emprenden el éxodo a las Sierras Udliján Topo (Parime).
1537? El segundo grupo de Vírgenes migra hacia el norte, procedentes ahora de
Cuzco, también con hijos bastardos españoles. Los Incas del Cuzco

29
estaban en guerra con los Incas de Cajamarca por lo que las ex-vírgenes
de Cuzco siguen camino hacia el norte radicándose en sierras Parime,
luego continúan su migración al este, hacia las Sierras Tumucumaque. El
éxodo fue ratificado por los indios Waiwai del río Anauá y los Taulipang de
Roraima quienes las llaman Canhantesecuimas, en lengua Quechua “las
mujeres sagradas sin marido que vivían en la bifurcación del camino”. 5
años después son vistas por Francisco de Orellana en la bifurcación del río
amazonas.
1584 Antonio de Berrio llega a Raudal de los Güaharibos, por el río Orinoco,
donde los indios Achaguas les indican que las mujeres blancas vivían en las
sierras Parime. Berrios las interpreta por “Las Amazonas Gerreras”,
influenciado por la expedición de Orellana.
1593 Los españoles Vera y Maraver alcanzan “El Paso” en santa Helena (limite de
Brasil y Venezuela), ven que los indios ocupan adornos de oro. Esto motiva
a los españoles a seguir hacia las sierras siguiendo las especulaciones
sugeridas pro el gobernador de Isla Margarita, que cuenta de la leyenda un
santuario donde enterraban a sus muertos con sus tesoros. Dos años
después un mapa de Hariot indica una isla Santuario a orillas del lado oeste
de un gran lago, hoy conocida como Maracá.
1596 Lawrence Keymis descubre que lago tenia un tercer nombre (además de
manoa y Parime): Rupununi.
1611 Thomas Roe, en su búsqueda de El Dorado llega a los campos de labrado o
llanura de Roraima, sin darse cuenta que estaba sobre un lago seco,
termina la expedición por cansancio y falta de insumos.
1760 La búsqueda de El Dorado se cambia a el lago Gautavita de Colombia. El
español De la Fuente retorna al río Orinoco, en las sierras Parime constata
la existencia de los “Güaribas Blancos” descubiertos por Berrio 176 años
antes, relata su semejanza con los soldados españoles. Expedicionarios
posteriores prefieren interpretarlos como descendientes de Las Amazonas.
Por primera vez Lobo d’Almada llega a las sierras Parime por el río
Uraricuera.
1800 Los “Güaribas Blancos” en expansión descienden de las sierras Parime,
matando a los hombres Macos y Maquiritares de Venezuela, raptando
mujeres y niños. De esta mezcla se cree que provienen los Yanomami
(Chibcha mongoloide sínico; Quechua-Andino; Blanco caucasoide y el
ultimo mongoloide Túngido)
1800 Alexander Von Humbolt, al contrario de lo que se piensa, no estuvo en
Brasil, estuvo en el río negro entre Venezuela y Colombia. Descubrió la
unión de el río Orinoco con el río Negro. Luego de grandes decepciones,
declara que el lago Parime era una ilusión y promovió la búsqueda en el
lago Guatavita, en Colombia, como se sabe ahora este lugar carece de
potencial aurífero y los vestigios de oro encontrados en la zona son una
festividad inusual de los indígenas de esa zona.
1800 El misionero Ramón Bueno, de Venezuela, deja importantes registros de los
“Güaribas Blancos”, describiendo sus costumbres como extremadamente
primitivas por no usar flechas sin bordunas (como lo hacen los Incas) y

30
durmiendo en el suelo sin redes (como en Los Andes) tendiendo habitar lo
más alto de las montañas.
1839 Robert Schomburgk intenta escalar el monte Roraima sin poder al igual que
otras 18 tentativas. Sin embargo Schomburgk llega a las sierras Parime
regresando por el río Negro y después por el río Blanco.
1884 Everard Im Turn y Harry I Perkisn, apoyados por la Royal Geographical,
escalan el monte Roraima desmintiendo que ahí se podía encontrar El
Dorado.
1911 Koch Grumberg, también apoyado por la Royal Geographical, trató de
escalar nuevamente el monte Roraima, no pudo, pero en expedición a la
cuenca del Uaupés hace un importante registro fisonómico de las mezclas
raciales atestiguando la llegada de las “Mujeres Sagradas sin Marido” o “
Las Vírgenes del Sol” en las sierras Parime.
1925 Grupos de los “Güaribas Blancos” migran de la sierra Parime a las sierras de
Neblina, utilizando el camino precolombino. Poco antes, en 1920, habían
ocupado el río Marauiá. En la década de los 50, los especialistas los llaman
Yanomami o “gente nuestra”.
1925 Alezander Hamilton Rice fotografía por primera vez la Isla Maracá, navegó el
río Uraricuera. La expedición causa furor por ser transmitidas al mundo por
radio. Para todos los efectos la expedición era de carácter antropológico y
geográfico, pero el camarógrafo brasilero Silvino Santos relató que la
verdadera intención era encontrar a las “mujeres blancas guerreras” y los
vestigios de El Dorado.
1978 Roland Stenvenson, después de descubrir el camino precolombino que va a
la cuenca de Uaupés, se dirige a pico de Neblina. Aquí descubre posadas
de descanso a distancias de 20km entre cada una en el camino
precolombino, tambos Incas. Los tambos están cubiertos por la selva pero
deja entrever murallas de piedra que no son costumbre de los indígenas de
la zona. Esto se refuerza por el hallazgo de petroglifos en el río Papurí en el
itinerario de Nhamíni-wi que muestra una llama, animal de carga Inca.
1979 Roland Stevenson constata la mezcla racial de los indios Yanomamis, entre
ellas caucasoides de amérindios son de españoles, vikingos, fenicios,
medio oriente, etc
1987 Stevenson llega a Roraima en enero y descubre que la planicie de Roraima
es un lago seco de 80.000 km2. Encuentra vestigios de los niveles de agua
a lo largo de 400 km y calcula las inmensas dimensiones del pretérito lago
alcanzando dimensiones superiores en cuatro veces el lago más grande del
mundo (lago Titcaca). Encuentra existencia de moluscos. Hoy se sabe que
es el antiguo lago Manoa, Parime o Rupununi. Todas las expediciones del
siglo XVI convergían en su búsqueda.
1978/88 Geólogos concuerdan de la existencia del lago ahora ya extinto. Este
desapareció a lo largo de 700 años. Aseveran que la llanura de Roraima es
de sedimentación lacustre que sin duda alguna vez estuvo sumergida.
1987 Stevenson evidencia una piedra de origen Incaico que fue encontrada en un
lugar cercano a los lavados de oro del monte Roraima en el río Contigo.
1987 John Hemming, autor del libro “En busca de El Dorado”, director de Royal
Geographical Society llega a Roraima, un mes después de Stevenson
31
anunciar el descubrimiento de el legendario Lago. Los ingleses se internan
en la Isla Maracá para estudios ecológicos de medio ambiente de flora y
fauna con autorización del gobierno brasilero y apoyo científico del IMPA
(Instituto Nacional de Pesquisa do Amazonas). El historiador Hermiming
venía realizando por el mundo la “Operación Raleigh” para redimir la
imagen del corsario inglés Walter Raleigh”, quien en 1596 divulgó el
descubrimiento del lago Parime y el fabuloso El Dorado. Curiosamente la
“Operación Raleigh” cambia a “Proyecto Maracá” de carácter ecológico.
1988 El lavador de oro Adalberto Santos descubre el camino pre-colombino en
territorio Yanomami. Recorre 700 km desde río Catrimani hasta las sierras
del pico de Neblina. La expedición costo la vida de 9 de 12 hombres debido
a ataques indígenas, ahogados en ríos intentando escapar del ataque y una
mordedura de cobra.
1991 Revisando a pie la Isla Maracá Stevenson descubre numerosos montículos
de tierra que contenían esqueletos. El método es muy similar a el formato
que se encuentra en petroglifos circulares encontrados en las orillas del río
Uraricuera,
1994 Los lavadores de oro del río Aricaá encuentran cerca del estuario de
Uraricuera, armas de piedra incaicas.
1996 Roland Stevenson va a fotografiar petroglifos de las cascadas de “Prumamã”
en el comienzo de la Isla Maracá. Encontró grabados en roca de la
expedición Rice (1925). Stevenson sorprende a Indios xirianas haciendo
ritual fúnebre. El ritual necrológico viajó centenas de kilómetros como lo
comprueba Juan de Sales en 1570, hablando de que el cementerio sagrado
donde realizaban rituales estaba en una isla. La isla era Maracá, hoy los
entierros los hacen sin oro.
1996 Lavadores de oro le muestran a Stevenson otra arma de piedra incaica
hallada en la parte posterior de la Isla Maracá en momento que una
manguera succionadora buscaba oro.
2009 Expedición chilena va “en busca de El Dorado”

La Gran Necrópolis de El Dorado.

Después de más de tres décadas de investigación, y tratando de purificar las


especulaciones, Stevenson ha encontrado los fundamentos históricos detrás de la
leyenda de El Dorado. El Dorado realmente existió, sólo que fue un Santuario y no
se conocía con ese nombre. El Dorado no es una persona, sino que es una región.
El lugar de las transacciones minerales de los Incas, sería la Isla Maracá.

La isla era un cementerio hacia el cual los nativos peregrinaban para enterrar a
sus muertos. La clave del misterio, es que hace 400 años, los nativos no sólo
utilizaban ornamentos y artículos de oro, sino que además los enterraban en las
tumbas, hecho que impresionó a los españoles e impulsó la leyenda. La verdad es
que cuando los españoles invadieron Perú, el país no tenía reservas suficientes de
oro para cumplir con el rescate, por lo que acudieron a otras zonas a “confiscar”

32
las seis toneladas exigidas. ¿Dónde estaban las minas de oro? Los españoles
entendieron que un lugar muy rico existía, la fuente desde donde los Incas se
proveían. Todo esto coincide con los reportes del español Juan de Salas,
gobernador de la Isla Margarita, y uno de los primeros en advertir la existencia de
El Dorado. Los indios Aruak, le explicaron el mismo panorama que hemos
delineado: que en Paracaima, parte de Roraima, existía un gran lago llamado
Parime. En una de sus islas existe un santuario donde los muertos eran
enterrados con sus ornamentos de oro.

Es así como Roland Stevenson, después de encontrar el lago Parime, ha llegado


a la conclusión de que el lugar descrito como El Dorado, está ubicado en este lago
seco, y que la razón por la cual los españoles no la encontraron fue que nunca
dieron con las aguas de dicho lago y por ende tampoco el rastro de una cultura
que usaba el oro con abundancia.

33
Bibliografía

Gómez Londoño, Ana María. Muiscas: Representaciones, Cartografías y


Etnopolíticas de la Memoria. Pontificia Universidad Javeriana Instituto de
Estudios Sociales y Culturales, PENSAR: Bogotá, 2005
Stevenson, Roland. Uma Luz Nos Misterios Amazónicos. Biblioteca Nacional, Rio
de Janeiro, AÑO

34

También podría gustarte