Documento en Busca de El Dorado
Documento en Busca de El Dorado
Documento en Busca de El Dorado
El lago Parime, abría tenido una de una superficie de más de 400 km de diámetro,
es decir, 80.000 kilómetros cuadrados, quedando este entre los tres lagos mas
grandes del mundo y diez veces más grande que el Titicaca.
Al principio un poco escépticos fuimos constatando de que las pruebas que nos
iba enviando eran sorprendentes; líneas isótopas marcando niveles del agua,
salinidad del suelo, fotos aéreas y un amplio estudio antropológico entre otras
cosas.
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Carta de Roland Stevenson 05/03/1989.
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EN BUSCA DE “EL DORADO”.
Son los ojos agudos de Stevenson los que contemplaron sobre mapas,
documentos y principalmente en las docenas de expediciones que emprendió, la
silueta histórica de una ciudad mítica. Todo esto tuvo un coste: contrajo varias
malarias y provocó la furia de algunos científicos y políticos.
Llegó a Manaos hace 50 años con su pluma y tinta china dedicado a dibujar
mapas y escenas de la búsqueda de El Dorado con un estilo muy semejante al de
Brian Fawcett, hijo del famoso coronel que desapareció en le Mato Grosso
buscando igualmente, una ciudad perdida.
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como también lo hacen los Waiapi y los Taulipang, según el lingüista Migliazza. El
hecho impulsó la investigación antropológica del génesis que vínculo entre los
pueblos originarios de América del Sur y de modo específico, a la posibilidad de
que tuvieran una conexión con los Incas del Perú.
Roland Stevenson hasta el día de hoy investiga los habitantes de las tribus
amazónicas, con especial énfasis a su posible descendencia Inca. Es en estas
tribus donde surge de manera reiterada el mito de la ruta que cruza la espesura de
la selva paralela al ecuador de para llegar a El Dorado.
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La Leyenda.
El mito de la ciudad de oro, se escuchó por primera vez en 1530 luego de que el
conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada se encontrara los Muiscas, en los
Andes de Colombia en lo que actualmente se conoce como el Altiplano
Cundiboyacense. Esta tribu tiene como principales santuarios las lagunas. Allí
rendían tributo a sus dioses, al son de alegres músicas y en el frenesí de sus
danzas, ofreciendo peces, tunjos y dijes de oro que eran arrojadas en sus orillas.
La historia de los rituales Muiscas fue llevada a Quito por los hombres de
Sebastián de Belalcázar, y fue así como de a poco se mezcló con otros rumores
formando allí la leyenda de El Dorado. “El Hombre Dorado”, “El rey dorado”, “El
Dorado” fue imaginado como una ciudad, como un reino, un imperio, un rey
legendario.
Son muchas las variaciones de la leyenda; otra de ellas dice que el rey era
cubierto en polvo de oro y se lanzaba al lago a manera de ofrenda. Hay cierta
verdad en la forma en que se originó el mito, pues los Muiscas efectivamente
laminaban el oro y lo usaban como cintas en la frente y tobillos, y además sus
príncipe lucían una larga capa hasta el suelo hecha de esta lámina. Las mujeres
vestían corpiños y faldas hasta el suelo del mismo oro laminado.
Hay otra teoría acerca que cuenta que en la época de Tahuantinsuyo, cuando los
españoles tomaron como prisionero a Atahualpa, se le pidió al pueblo conseguir
una habitación llena de oro y dos llenas de plata por su rescate. El pueblo logró
recolectar la cantidad deseada, pero justo antes de entregar la parte restante, los
Incas se enteraron que Atahualpa había muerto. Es así que decidieron esconder
todo el oro de la ciudad. La leyenda no dice exactamente dónde se escondió el
oro, pero se piensa que se escondió en el fondo de la inmensidad del lago
Titicaca, del cual, debido a su gran profundidad, nunca podría ser sacado.
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Han sido innumerables las expediciones que se han realizado con el fin de dar con
El Dorado. Conocedores de los rumores de este portentoso asiento aurifero,
Sebastián de Belalcázar y Francisco Pizarro buscaron la ciudad en 1535. En el
mismo año, el conquistador y cronista de origen alemán Nicolás de Federmann,
dirigió una expedición en su búsqueda, por su puesto sin resultados. Al año
siguiente, emprende de modo igualmente vano la misma empresa Gonzalo
Jiménez de Quesada. Después, en 1541, otro alemán, Felipe de Utre, de manera
fútil busca El Dorado a lo largo del río Amazonas. Infructuosamente Gonzalo
Pizarro (1541) y Francisco de Orellana (1542), desde Quito, intentaron llegar a El
Dorado, desviándose el primero de la difícil ruta que penetraba las inmensidades
del paisaje amazónico; y por la vía fluvial, el segundo.
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A finales del siglo XVI una gran cantidad de exploradores siguieron en búsqueda
del mítico lago Manoa. Entre ellos, Lope de Aguirre (1560) por el Perú siguiendo el
Río Marañón, un afluente del Amazonas (Expedición que basa la película “Aguirre
la cólera de Dios”). Luego, en 1570, cuando indios Arak hablaron de grandes
depósitos de oro en las nacientes del Río Orinoco, al otro lado de las sierras de
Pacaraima, y donde se ubica un gran lago rodeado de montañas ricas en oro y
piedras preciosas, Antonio de Berrío (1584) emprende misión hacia esa zona. El
mismo Berrío comienza otra expedición por el norte, a través del río Caroni (1591),
y por igual ruta, Maraver y Vera (1593) y Raleigh (1595) hicieron sus expediciones.
Luego exploraron desde el Este, por el río Essequibo, Keymis (1596) y por último,
a través del río Branco en el Sur, Roe (1611).
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Expedición Rice
Hasta hoy El Dorado se ha mantenido como una leyenda que ha sido motivación
de muchas expediciones con vanos resultados; ni las más recientes, han dado con
el anelado y mitico lugar.
LA TEORIA DE STEVENSON.
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Ilustración de yacimientos de oro alrededor de el lago extinto (en imagen simulado con agua).
En esta zona, en la sierra Parime, se encontraría al menos una ciudad ahora
cubierta por la espesa floresta selvática donde moraban los nativos a los que se
les atribuye la leyenda de “El Dorado”.
En sus estudios, Stevenson ha logrado determinar distintas aristas para llegar a
esta conclusión, entre ellas las mas importantes son las siguientes.
Camino precolombino
Antecedentes.
Cuando en 1532 Francisco Pizarro tomó prisionero a Atahualpa y exigió una gran
cantidad de oro y plata para su rescate, toda la nación Inca juntó lo necesario para
su liberación: seis toneladas de oro que llenaron una habitación entera y dos de
plata. Desde ese momento se generó la inquietud ¿de dónde trajeron tal cantidad
de oro si en el Perú sólo existen minas de plata? ¿Cómo transportaron tal cantidad
de metal pesado en tan corto plazo?
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antes de la llegada de los españoles. El oro fue transportado, según la leyenda,
por más de mil hombres.
Los españoles estuvieron durante años saqueando el Perú en busca del oro Inca
sin éxito lo que hizo que este quedara sólo en estatus de Leyenda. Pero como
Francisco de Pizarro tuvo la posibilidad de ver el oro del rescate, sabía que había
más en algún lugar y que el oro no podía ser sólo una leyenda. Esto lo motivó a
partir en busca de la procedencia de éste, siguiendo el camino por donde huyeron
los Incas con la parte faltante del rescate de Atahualpa. De esta manera, su
hermano y lugarteniente Gonzalo de Pizarro parte en febrero de 1541, en una
expedición que según mapas de Toríbio de Medina, duró mas de un año y medio,
por una ruta que a los Incas les tomaba sólo setenta días internándose por el
Amazonas. Llegaron por esta vía al territorio de los indios Cofanes, quienes
habitan en las riveras de Putumayo, Colombia. Pizarro había llegado mucho más
al norte siguiendo “el rastro” o el camino de los Incas, por lo que su expedición
fracasó; claramente los Incas tenían una ruta que les dio esa ventaja abrumadora
frente a los españoles.
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Ruta seguida por Gonzalo Pizarro.
Fue tal la desesperación por conseguir información útil para encontrar el camino a
El Dorado, según relata un pariente de Pizarro, que llegaron torturar a los
indígenas de la zona para obtenerla mediante el uso de la picana, lanza que se
introduce por el ano hasta salir por la boca. Francisco de Orellana siguió su huella
y se enteró no sólo de que la expedición había fracasado, sino que había ganado
la antipatía de todos los nativos por sus reiterados abusos, robos, violaciones y el
contagio de enfermedades.
Descubrimiento.
La primera información que Stevenson tuvo respecto a los caminos Incas fue de
Pedro Jesús, jefe Tariana, quien precisó el lugar exacto donde se ubicaba el
camino. Antiguos habitantes de Uacará recuerda que de niños recorrían grandes
distancias por caminos que atravesaban los poblados. Pudiendo llegar hasta 300
kilómetros de ahí, incluso pasando por Laurete donde se encuentra una fortaleza
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de roca situado a pocos kilómetros de Uacará. También dieron constancia de en el
lado oriental de Araripará se encuentra el camino denominado “Uahupú” que llega
hasta San Pedro siempre a distancias de 20 km. entre uno y otro.
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la mordedura de una cobra. Esta ha sido la única expedición que ha logrado
recorrer el camino precolombino.
Esta idea es avalada por la tradición Tukano de Uaupés, que cuenta que
antiguamente sus antepasados llegaron a sus tierras conducidos por “Yepá-
Oakhe”, un individuo que no era de su lengua indígena, quien después habría
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regresado a su propia tierra. Stevenson piensa que este extranjero puede haber
sido Gonzalo Pizarro.
Los propios Tukanos hablan también de que provienen de las tribus Macucú-
Igarapé y después de Turi-Igarapé formando posteriormente el pueblo de Wai-
Peri, hoy en día llamado Piraquara. Las denominaciones Uaupés, Wapé o Boupé
significan todas “camino de migración” erróneamente “camino de migración
fluvial”. En lengua quechua antigua la denominación Wapé o Uapé significa
“camino difícil de transitar” o “camino de gente brava” lo que hace alusión a la vía
terrestre que se utilizó durante la ocupación Inca.
Otra teoría, según Stevenson, que refuerza la tesis de la migración Andina son las
enfermedades que los nativos adquirieron en Quito y fueron llevadas a esa región
por la expedición de Pizarro. Los Pirá-Tupuya en lengua Tukano significa “gente
pez” o portadora del espíritu de la enfermedad. La palabra que designa
enfermedad para ellos es Wai-Maxsa, “hombre pez”.
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Lo único en que los teóricos difieren es en la forma de cómo migraron a esas
tierras. Mientras unos dicen que el grupo de los Yuhurúa (de Juquira, río Ucaiari)
migraron desde los Andes después de una larga travesía por los ríos Putumayo,
Ica y Solimoes, alcanzando el río Negro por tierra, otros estipulan que el resto de
los Tukanos hicieron un viaje fluvial por “en el vientre de la cobra grande”, como le
llaman los Aruak. Proyectando el camino Inca se puede ver como seguían las
cabeceras de los ríos bordeando las sierras. Los Yanomami ocuparon estos
caminos para expandirse desde las sierras Parime pasando por Sierra Pico
Neblina.
Los Dessana también son llamados “Wina” o “sopladores” debido a que tocaban
las “flautas sagradas” o sobrenombres como “trueno” o “gente-trueno”, debido a
que los españoles casaban con escopetas. También denominaciones como “hijos
del sol” o “gente del día” que los miembros de las expediciones de Orellana y
Pizarro les gustaba utilizar para obtener ventajas debido a que los indígenas
tenían mucho respeto por los Incas o “hijos del sol”.
Otra coincidencia histórica y lingüística que liga la los Andes con el resto del
imperio Inca es, según texto de Francisco Lopes de Gornara, que describe corte
de Guaynacapa hace referencia a Guayna Capac, el último emperador del Perú,
padre de Atahualpa, cuyos dominios alcanzan la zona oriental del amazonía. Todo
esto indica que el nombre de Guyana o Guayana deriva de “Guayna” en honor al
emperador. A su vez existe una gran cantidad de tribus que están a lo largo de
todo el camino Inca comienza con “Gua” y “Wai”.
En la travesía de Orellana por el río Amazonas, el indio Trombeta, preso por esa
expedición, hace un relato importantísimo describiendo el camino precolombino y
sus tambos. El sostenía que había 70 de ellos tierra adentro, y que se
encontraban situados a una distancia de veinte Km. el uno del otro. Entre cada
tambo o “aldea de piedra” como él les llamaba, había caminos de piedra cercados
por ambos lados con guardias que obligaban a pagar derechos de uso.
Este relato es uno de los más valiosos acerca el camino precolombino, las ultimas
investigaciones realizadas por Stevenson revelan que existen alrededor de 700 km
de camino precolombino perdidos hace ya mas de 470 años. Todo indica que
efectivamente las construcciones de piedra que Stevenson encontró, son tambos.
Stenvenson ha encontrado petroglifos en las orillas del río Uapés, cerca de donde
acredita que se encontraría la entrada del camino precolombino. Aparentemente
sería un “mapa en relieve”, tal como los utilizados por los Chasquis Incas que
portaban el correo imperial. Cada orificio correspondería a una jornada recorrida
por cinco hombres de tambo en tambo. El petroglifo encontrado presenta 9
orificios los que representan la distancia de 900 km. que existe entre Laureté en
Brasil hasta Tulcán en el limite entre Ecuador y Colombia.
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Petroglifo encontrado por
Stevenson.
Ilustración de camino
recorrido por chasquis y
sus respectivos tambos
cada 30 km.
Como hemos visto, los Chasquis eran capaces de recorrer grandes distancias,
hasta 240 km diarios dependiendo de la urgencia de la noticia para el Imperio.
Para reducir el desgaste provocado por las extenuantes travesías, los chasquis
utilizaban coca. La introducción de esta planta andina en algunas regiones de los
valles amazónicos, sugiere que ellos la importaron.
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Imagen de Quipu hallado en río negro.
Por otra parte la antropóloga Cristine Hugh Jones afirma haber encontrado
petroglifos antropomorfos que muestran escudos al estilo Inca lo que demuestra la
comunicación Inca entre el Atlántico y el Pacífico. Existen además, vestigios
arqueológicos encontrados por Stevenson en Roraima que corresponden a armas
Incas, lo que denota el paso de este pueblo por estas tierras.
El tesoro de Nhamíni-wi.
La leyenda dice que por el camino precolombino llamado por los Tukanos
Nhamíni-wi , que en lengua Quechua significa “sendero” o “camino estrecho”,
transitaban numerosas soldados cargando pesadas cajas con oro las que no se
podían abrir; si lo hacina se apagaría el sol. Estas cajas eran llevadas a “la casa
de la noche” (cordillera de Andes). En un momento dos jefes abrieron una de las
cajas y la noche cayó por dos días.
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Ilustración de leyenda de Nhamini-wi.
Según Stevenson la historia relata el paso del general Ruminháui cargando el oro
para rescatar a Atahualpa y cuando el sol (inti) se apaga podría ser perfectamente
una referencia a su muerte. Las cajas estaban llenas de oro y posiblemente
poseían formas de insectos, que son representaciones de la exuberancia de la
amazonía que se dan en varias de las tribus amazónicas.
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conformados mayormente por el sexo femenino en el año 1532 (muerte de
Atahualpa), 9 años antes de la mal obrada expedición de Pizarro.
La leyenda da pie a pensar en algo más importante que saber por donde se fugó
la comitiva de general Rumiñahui; las fuentes auríferas de Roraima posiblemente
fueron proveedoras de este metal a todo el imperio Inca. Las fuentes de oro en la
región de Roraima el día de hoy, han llegado a tener 150.000 pirquineros y son
uno de los más ricos yacimientos de oro de América, lo que da pie para pensar
que esta zona fue el principal suministrador de oro del imperio Inca y por ende
puede albergar la mítica ciudad de “El Dorado”.
Stevenson hace referencia a Vasco Núñez de Balboa que se impresionó por las
grandes cantidades de oro encontradas en el litoral del mar de las Antillas que
venían de algún lugar remoto llamado Birú, que no era otra cosa que Perú. Incluso
se dice que gran parte del oro Maya provenía del Sur de América y era cargado
por los Chibcha, antecesores de los Incas. Existen diversos “caminos incas” que
avalan la posibilidad de este tránsito comercial.
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ilustración de caminos incas.
Los Yanomami de las sierras del Pico de Neblina tienen la piel muy clara. Un gran
número de ellos tiene los ojos claros, verdes y azules y presentan cabellos rubios
cuando pequeños, evidenciando una mezcla causasoide. En Venezuela los
Yanomami eran conocidos como los Guaribas Blancos. Esto permite hacer
suposiciones bastante lógicas acerca de los hijos bastardos de los españoles con
mujeres Incas.
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Los invasores se apoderaron de las “Vírgenes del Sol”, transformándolas en sus
mujeres durante un año de su ocupación. Estas mujeres eran sagradas y
resguardadas para usarlas en distintos rituales. Podemos imaginar el caos social
que provocó el ultraje de estas mujeres cuando se apoderaron de ellas por la
fuerza.
“Estas mujeres son muy altas y blancas y tienen el cabello muy largo
y entrenzado y revuelto a la cabeza : son muy membrudas, andaban
desnudas en cueros y tapadas sus vergüenzas, con sus arcos y
flechas en las manos, haciendo tanta guerra como diez indios, y en
verdad que hobo muchas de éstas que metieron un palmo de flecha
por uno de los bergantines y otras menos, que parecían nuestros
bergantines puerco espín." (97-98)
Revista de Aula de Letras. Humanidades y Enseñanza.
El mestizaje origina una raza español-Inca. Esta nueva casta fue conocida como
los Indios Blancos, hijos de las “mujeres sagradas sin marido” o “Cunhápuiuaras”.
Es probable que estas mujeres sean las originales “Amazonas”, guerreras que
habitaban primariamente en la sierra Parima y que emboscaron a Pizarro y
Carvajal y que más de cuarenta años después describiera Berrío.
Una leyenda de los indios Tulipang en Roraima obtenida por Koch Grunberg en
1953 dice que estas “mujeres sin marido” se habrían asentado en las sierras
Parima, en las montañas al este de Tucututú (sierras Tucumanque, zona limítrofe
entre Brasil, Guyana y Suriname). Varios años después el pueblo creció y la
cantidad de niños bastardos sobrepasó los trescientos. En los siglos siguientes,
ese mismo grupo pasó a ser llamado Guaribas Blancos, y en nuestra época,
Yanomami.
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Buscando el lago Parime.
A finales del siglo 16 la búsqueda de “El Dorado” se mudó de Los Andes a la zona
oeste en las Guyanas, ahora Roraima y la zona norte del amazonas. Antonio de
Berrio partió de Colombia en 1584 bajando por el río Orinoco, con el
convencimiento de que El Dorado estaba localizado junto a un lago cercado por
montañas. En su expedición encontró a un indígena que le contó que a diez millas
de ahí, vivían diez mil indios. En el mes de Abril la expedición fue sorprendida por
las lluvias replegándose a 4 leguas del río Orinoco, donde fueron atacados por
4000 indios Acháua. Después de varias bajas por ambas partes, Berrio pudo
capturar e interrogar a algunos hombres quienes le dijeron que provenían de las
sierras Parime y Paracaima, donde él pensaba que se encontraba El Dorado.
Estos además le señalaron que en esa zona había muchas aldeas y riquezas en
oro.
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islas, en una de las cuales se funde oro. Los Taxáua enterraban en esa época a
sus muertos en túmulos con una parte de sus riquezas, la otra era arrojada al gran
lago. Así Berrío se convenció de estar muy cerca del tesoro por lo que organizó
una tercera expedición en 1591, pero en esta ocasión se encontró con aguerridos
indios que frustraron sus planes.
En 1595, el inglés Sir Walter Raleigh secuestró a Berrio para interrogarlo y lograr
saber de los avances realizados este. Sin embargo, comenzó una expedición que
no tuvo mayor éxito a pesar de sus exagerados relatos que coinciden con otros en
que El dorado esta a un costado de un lago salado de 200 leguas. Luego dice que
en dicha ciudad todo era de oro cosa impracticable e irreal.
La Ilha Maracá (Isla Maracá) era ya mencionada hace 400 años atrás en el mapa
realizado por Hariot, situándola a la izquierda del lago Manoa. Esto se puede
contrastar con imágenes satelitales de RADAM tomadas recientemente y
adquiridas por Stevenson para el estudio de este enigma; ¿Isla tierra adentro sin
costa?.
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El hecho de que todas las rutas indígenas que son ricas en minerales converjan
en la Isla Maracá, sugiere que el de comercio de minerales era la razón la
existencia de esos caminos. Esta es la teoría de Vera, quien en 1593 vio a los
nativos utilizando numerosos ornamentos de oro. Basados en testimonios Atuak,
había dos herrerías donde estos adornos se elaboraban, y que una de estas
estaría en la Isla Maracá, donde además los muertos eran enterrados junto a sus
pertenencias.
Todo indica que el camino precolombino gira su recto recorrido paralelo al ecuador
hacia la Isla Maracá, que se encuentra en la orilla del lago extinto. Un mapa
realizado en 1595 muestra una ciudad a orillas del lago Manoa o Parime. De
acuerdo a las crónicas de Antonio Berrio, el mapa se trataba de una construcción
realizada por testimonios de los Aruak.
El lago Manoa pasó a ser llamado lago Parime por los Karibe. La ciudad de Manoa
y El Dorado serian la misma, ubicada en la desembocadura del río Uraricuera.
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Cabe señalar la expedición de Thomas Roe en 1611 quien subió el río Blando
acreditó el cambio que ha sufrido geológicamente este río por donde se deduce
desaguó el lago Parime. Existen litografías en lo que debería haber sido parte del
lago que solo hubiesen sido posibles realizar por una embarcación y flotando a 10
m sobre el lecho del lago.
Hoy, la Isla Maracá está deshabitada. Después de la extinción del comercio del
oro en 1532, los grupos indígenas que la habitaban como los Purokotó,
Wayumará, Maracaná, Sarapá, Eliang, Awaké, Pisauko y Parauiana se
dispersaron y desaparecieron. La última vez que se los vio, fue en 1912. Todo
indica que estos nativos, eran descendientes de los habitantes de Manoa.
Lagos extintos
Consultando las imágenes del proyecto RADAM Stevenson encontró una enorme
mancha en el sector con una extensión de 400 Km. de diámetro. Esta zona carece
de árboles a pesar de estar en plena selva tropical. Así Stevenson comenzó la
búsqueda por tierra. Su sorpresa fue grande cuando encontró una marca
horizontal que rodeaba la zona con forma de “nivel de agua” a la altura de 120 m
sobre el nivel del mar. Solo el agua puede generar una marca semejante desde
una sierra a otra abarcando 400 km de extensión. En este sector existen depósitos
de sal, se sabe que antiguamente los Macuxi extraían sal de este lugar.
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Aquí se han encontrado peces fosilizados reforzando la tesis de un lago
extinguido. Así geólogos específicamente Salomão Cruz, director de CODESAIMA
en Boa Vista, confirman la existencia pretérita de un lago p en ese lugar.
Otro dato importante ofrecido por el Sr. Salomão Cruz es que durante el período
Cretácico ocurrió la ruptura del Graben de Tacutu (en lo que ahora es Guyanas;
Guyanas significa: “tierra de muchas aguas”) dejando penetrar el agua del océano
Atlántico. La imagen del RADAM muestra claramente una superficie de 400 km de
diámetro (80.000 Km. cuadrados) proporciones similares a las relatadas en
relación a El Dorado.
Evolución geológica.
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Evidencias geológicas.
Esta es una región con diferencias topográficas fuertes entre el fondo del lago
(región central) y las áreas adyacentes (montañas circundantes).
- La dimensión y continuidad de las capas horizontales de agua en un área
de 80.000 k2, pasando las fronteras de Brasil hacia las Guianas y
Venezuela.
- El relleno de sedimentos del tipo Silte
- Presencia de depósitos de sedimentación química de tipo calcáreo y
margas (evaporitos).
- Depósitos de diatomitos, que son concentraciones de microorganismos que
caracterizan el ambiente subacuoso.
- Impermeabilidad del suelo capaz de sostener grandes cantidades de agua.
- Presencia de fósiles de Bivalbos.
- El lago se clasifica como fluvial, de baja energía, forma alargada, poco
profundo (máximo 30m).
- A través del análisis de polen se concluyó que el ambiente era continental y
que los el agua ingresaba por el noreste y se drenó por el suroeste.
- La inflexión y cambio de la dirección básica de los ríos Uraricoera y bajo
Tacutu.
- La napa freática esta en un nivel bastante superficial, principalmente en la
zona que pertenece a la formación de Boa Vista. En épocas de lluvia se
forman centenas de lagos en forma circular mostrando que el nivel casi
perfectamente horizontal.
- Ausencia de raíces y troncos antiguos de gran tamaño, apenas gramíneas y
arbustos nuevos en clima donde debería haber selva. Esto demuestra que
esta zona estuvo recientemente sumergida.
- Existen zonas a lo largo de toda la región donde afloran rocas de granito
marcando líneas horizontales en una cota constante de 120 m, lo que
demuestra el nivel agua llenaba el lago en una época reciente.
La gente de Roraima.
Los pueblos de esta región poseen una larga y atribulada historia solo transmitida
verbalmente por lo que gran parte de esta es un misterio. Es una historia llena de
migraciones, persecuciones, esclavización, muertes, mezclas con personas
venidas de puntos distantes y perfiles étnicos muy variados. ¿Cuáles son los tipos
físicos indígenas? ¿cuáles son las lenguas originales y cuales las adoptadas?
¿cuáles son sus orígenes reales? ¿cuáles y porque ocurrieron estas mezclas
étnicas? ¿cuáles fueron los habitantes más antiguos, cuales son los más
recientes?. No solo la lingüística solucionará estas respuestas, también los
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estudios morfológicos somáticos realizados por Stevenson son de real utilidad
para dar respuesta a estas interrogantes.
Los indios Macuxi les dicen a las sierras “Yu Ibono” que significa “Islas”. Un indio
Macuxi que dice tener más de 120 años comentó a Stevenson que sus abuelos
contaban que antiguamente la llanura, ahora seca, era un gran “mar” y que sus
habitantes vivían en la cima de las sierras e islas.
Uno de los comienzos más conocidos del mito es cuando en 1570 el gobernador
de Isla Margarita en El Caribe, Juan Carlos Salas, recibe informaciones de los
Aruak sobre la existencia de enormes riquezas que se encuentran al lado de un
gran lago, donde habían fundiciones de oro y a los muertos los enterraban con sus
tesoros. Este es el comienzo de la larga e intensa búsqueda de la mítica ciudad.
1493 Los Incas de Perú ocupan las fuentes auríferas de los Chibchas de Colombia
recorriendo Nhamíni-wi, un camino precolombino que lleva hasta territorio
Yanomami. No se sabe la razón de la decadencia de la civilización Chibcha
(o Muisca) pero si se sabe que eran los mayores comerciantes de oro,
llegando a negociar incluso hasta México.
1532 Los nativos de la cuenca de Uaupés cuentan la leyenda de soldados
(¿Incas?) cargando pesadas cajas con insectos de oro en dirección a la
cordillera de Los Andes para ofrecerlo de ofrenda al sol para que no se
apague la noche. En Perú el emperador Inca era el representante del Sol,
Atahualpa, el emperador Inca.
1533 En Cajamarca, Perú, las “Vírgenes del Sol” (mujeres sagradas mas bellas
del imperio Inca), después un año de convivencia sexual forzada con los
españoles son abandonadas por el viaje de conquista de Cuzco. Las ex-
vírgenes repudiadas por el propio pueblo Inca por sus hijos bastardos
emprenden el éxodo a las Sierras Udliján Topo (Parime).
1537? El segundo grupo de Vírgenes migra hacia el norte, procedentes ahora de
Cuzco, también con hijos bastardos españoles. Los Incas del Cuzco
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estaban en guerra con los Incas de Cajamarca por lo que las ex-vírgenes
de Cuzco siguen camino hacia el norte radicándose en sierras Parime,
luego continúan su migración al este, hacia las Sierras Tumucumaque. El
éxodo fue ratificado por los indios Waiwai del río Anauá y los Taulipang de
Roraima quienes las llaman Canhantesecuimas, en lengua Quechua “las
mujeres sagradas sin marido que vivían en la bifurcación del camino”. 5
años después son vistas por Francisco de Orellana en la bifurcación del río
amazonas.
1584 Antonio de Berrio llega a Raudal de los Güaharibos, por el río Orinoco,
donde los indios Achaguas les indican que las mujeres blancas vivían en las
sierras Parime. Berrios las interpreta por “Las Amazonas Gerreras”,
influenciado por la expedición de Orellana.
1593 Los españoles Vera y Maraver alcanzan “El Paso” en santa Helena (limite de
Brasil y Venezuela), ven que los indios ocupan adornos de oro. Esto motiva
a los españoles a seguir hacia las sierras siguiendo las especulaciones
sugeridas pro el gobernador de Isla Margarita, que cuenta de la leyenda un
santuario donde enterraban a sus muertos con sus tesoros. Dos años
después un mapa de Hariot indica una isla Santuario a orillas del lado oeste
de un gran lago, hoy conocida como Maracá.
1596 Lawrence Keymis descubre que lago tenia un tercer nombre (además de
manoa y Parime): Rupununi.
1611 Thomas Roe, en su búsqueda de El Dorado llega a los campos de labrado o
llanura de Roraima, sin darse cuenta que estaba sobre un lago seco,
termina la expedición por cansancio y falta de insumos.
1760 La búsqueda de El Dorado se cambia a el lago Gautavita de Colombia. El
español De la Fuente retorna al río Orinoco, en las sierras Parime constata
la existencia de los “Güaribas Blancos” descubiertos por Berrio 176 años
antes, relata su semejanza con los soldados españoles. Expedicionarios
posteriores prefieren interpretarlos como descendientes de Las Amazonas.
Por primera vez Lobo d’Almada llega a las sierras Parime por el río
Uraricuera.
1800 Los “Güaribas Blancos” en expansión descienden de las sierras Parime,
matando a los hombres Macos y Maquiritares de Venezuela, raptando
mujeres y niños. De esta mezcla se cree que provienen los Yanomami
(Chibcha mongoloide sínico; Quechua-Andino; Blanco caucasoide y el
ultimo mongoloide Túngido)
1800 Alexander Von Humbolt, al contrario de lo que se piensa, no estuvo en
Brasil, estuvo en el río negro entre Venezuela y Colombia. Descubrió la
unión de el río Orinoco con el río Negro. Luego de grandes decepciones,
declara que el lago Parime era una ilusión y promovió la búsqueda en el
lago Guatavita, en Colombia, como se sabe ahora este lugar carece de
potencial aurífero y los vestigios de oro encontrados en la zona son una
festividad inusual de los indígenas de esa zona.
1800 El misionero Ramón Bueno, de Venezuela, deja importantes registros de los
“Güaribas Blancos”, describiendo sus costumbres como extremadamente
primitivas por no usar flechas sin bordunas (como lo hacen los Incas) y
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durmiendo en el suelo sin redes (como en Los Andes) tendiendo habitar lo
más alto de las montañas.
1839 Robert Schomburgk intenta escalar el monte Roraima sin poder al igual que
otras 18 tentativas. Sin embargo Schomburgk llega a las sierras Parime
regresando por el río Negro y después por el río Blanco.
1884 Everard Im Turn y Harry I Perkisn, apoyados por la Royal Geographical,
escalan el monte Roraima desmintiendo que ahí se podía encontrar El
Dorado.
1911 Koch Grumberg, también apoyado por la Royal Geographical, trató de
escalar nuevamente el monte Roraima, no pudo, pero en expedición a la
cuenca del Uaupés hace un importante registro fisonómico de las mezclas
raciales atestiguando la llegada de las “Mujeres Sagradas sin Marido” o “
Las Vírgenes del Sol” en las sierras Parime.
1925 Grupos de los “Güaribas Blancos” migran de la sierra Parime a las sierras de
Neblina, utilizando el camino precolombino. Poco antes, en 1920, habían
ocupado el río Marauiá. En la década de los 50, los especialistas los llaman
Yanomami o “gente nuestra”.
1925 Alezander Hamilton Rice fotografía por primera vez la Isla Maracá, navegó el
río Uraricuera. La expedición causa furor por ser transmitidas al mundo por
radio. Para todos los efectos la expedición era de carácter antropológico y
geográfico, pero el camarógrafo brasilero Silvino Santos relató que la
verdadera intención era encontrar a las “mujeres blancas guerreras” y los
vestigios de El Dorado.
1978 Roland Stenvenson, después de descubrir el camino precolombino que va a
la cuenca de Uaupés, se dirige a pico de Neblina. Aquí descubre posadas
de descanso a distancias de 20km entre cada una en el camino
precolombino, tambos Incas. Los tambos están cubiertos por la selva pero
deja entrever murallas de piedra que no son costumbre de los indígenas de
la zona. Esto se refuerza por el hallazgo de petroglifos en el río Papurí en el
itinerario de Nhamíni-wi que muestra una llama, animal de carga Inca.
1979 Roland Stevenson constata la mezcla racial de los indios Yanomamis, entre
ellas caucasoides de amérindios son de españoles, vikingos, fenicios,
medio oriente, etc
1987 Stevenson llega a Roraima en enero y descubre que la planicie de Roraima
es un lago seco de 80.000 km2. Encuentra vestigios de los niveles de agua
a lo largo de 400 km y calcula las inmensas dimensiones del pretérito lago
alcanzando dimensiones superiores en cuatro veces el lago más grande del
mundo (lago Titcaca). Encuentra existencia de moluscos. Hoy se sabe que
es el antiguo lago Manoa, Parime o Rupununi. Todas las expediciones del
siglo XVI convergían en su búsqueda.
1978/88 Geólogos concuerdan de la existencia del lago ahora ya extinto. Este
desapareció a lo largo de 700 años. Aseveran que la llanura de Roraima es
de sedimentación lacustre que sin duda alguna vez estuvo sumergida.
1987 Stevenson evidencia una piedra de origen Incaico que fue encontrada en un
lugar cercano a los lavados de oro del monte Roraima en el río Contigo.
1987 John Hemming, autor del libro “En busca de El Dorado”, director de Royal
Geographical Society llega a Roraima, un mes después de Stevenson
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anunciar el descubrimiento de el legendario Lago. Los ingleses se internan
en la Isla Maracá para estudios ecológicos de medio ambiente de flora y
fauna con autorización del gobierno brasilero y apoyo científico del IMPA
(Instituto Nacional de Pesquisa do Amazonas). El historiador Hermiming
venía realizando por el mundo la “Operación Raleigh” para redimir la
imagen del corsario inglés Walter Raleigh”, quien en 1596 divulgó el
descubrimiento del lago Parime y el fabuloso El Dorado. Curiosamente la
“Operación Raleigh” cambia a “Proyecto Maracá” de carácter ecológico.
1988 El lavador de oro Adalberto Santos descubre el camino pre-colombino en
territorio Yanomami. Recorre 700 km desde río Catrimani hasta las sierras
del pico de Neblina. La expedición costo la vida de 9 de 12 hombres debido
a ataques indígenas, ahogados en ríos intentando escapar del ataque y una
mordedura de cobra.
1991 Revisando a pie la Isla Maracá Stevenson descubre numerosos montículos
de tierra que contenían esqueletos. El método es muy similar a el formato
que se encuentra en petroglifos circulares encontrados en las orillas del río
Uraricuera,
1994 Los lavadores de oro del río Aricaá encuentran cerca del estuario de
Uraricuera, armas de piedra incaicas.
1996 Roland Stevenson va a fotografiar petroglifos de las cascadas de “Prumamã”
en el comienzo de la Isla Maracá. Encontró grabados en roca de la
expedición Rice (1925). Stevenson sorprende a Indios xirianas haciendo
ritual fúnebre. El ritual necrológico viajó centenas de kilómetros como lo
comprueba Juan de Sales en 1570, hablando de que el cementerio sagrado
donde realizaban rituales estaba en una isla. La isla era Maracá, hoy los
entierros los hacen sin oro.
1996 Lavadores de oro le muestran a Stevenson otra arma de piedra incaica
hallada en la parte posterior de la Isla Maracá en momento que una
manguera succionadora buscaba oro.
2009 Expedición chilena va “en busca de El Dorado”
La isla era un cementerio hacia el cual los nativos peregrinaban para enterrar a
sus muertos. La clave del misterio, es que hace 400 años, los nativos no sólo
utilizaban ornamentos y artículos de oro, sino que además los enterraban en las
tumbas, hecho que impresionó a los españoles e impulsó la leyenda. La verdad es
que cuando los españoles invadieron Perú, el país no tenía reservas suficientes de
oro para cumplir con el rescate, por lo que acudieron a otras zonas a “confiscar”
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las seis toneladas exigidas. ¿Dónde estaban las minas de oro? Los españoles
entendieron que un lugar muy rico existía, la fuente desde donde los Incas se
proveían. Todo esto coincide con los reportes del español Juan de Salas,
gobernador de la Isla Margarita, y uno de los primeros en advertir la existencia de
El Dorado. Los indios Aruak, le explicaron el mismo panorama que hemos
delineado: que en Paracaima, parte de Roraima, existía un gran lago llamado
Parime. En una de sus islas existe un santuario donde los muertos eran
enterrados con sus ornamentos de oro.
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Bibliografía
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