Historia de La Musica Religiosa
Historia de La Musica Religiosa
Historia de La Musica Religiosa
Introduccin:
Este escrito pretende aclarar y situar la msica catlica cristiana en la actualidad, abordndola desde las manifestaciones y hechos histricos que tuvieron lugar desde la poca medieval cristiana y el por qu de su estructura, reglas y polticas litrgicas que hoy en da sugiere an en muchas partes su interpretacin supeditada y no libre en la denominada misa. En los templos catlicos de hoy, se ve naturalmente que los llamados fieles carecen de conocimiento acerca de los cantos dentro de una celebracin eucarstica y muchas veces tanto los fieles e incluso nosotros los msicos no nos explicamos o no tenemos argumentos del por qu los sacerdotes no dejan cantar algunas composiciones religiosas en dichas celebraciones, a pesar de que estas canciones hablen de Dios. Adems tambin existe una gran ignorancia con respecto al por qu existe una estructura y un orden rgido en el cual se debe interpretar una cancin exclusivamente en ese momento determinado y no en otro. Es indiscutible que el inters de la Iglesia en la msica tambin se demuestra por sus numerosas leyes y reglamentos calculados para fomentar la msica digna del servicio Divino y el derecho que tiene esta a determinar la estructura y la forma de lo que se canta en el marco de su liturgia es incuestionable. Sin embargo existen muchas discusiones al respecto: algunos consideran que la msica en la iglesia se ha estancado y no permite una libertad y una condicin natural tratada desde el punto de vista artstico y otros por el contrario consideran que la liturgia es una especie de ejercer control para que dicha libertad no se desborde y atente contra el objetivo de alabanza y comunicacin con Dios y se convierta en msica secular. Todo lo anterior, junto con las implicaciones que hoy en da evidenciamos, tiene unos argumentos histricos muy fuertes y es precisamente que por medio de un breve recuento y recorrido sobre la evolucin o transformacin de la
msica religiosa catlica cristiana se tratar de dar respuesta a estos enigmas que por razn propia y debido a muchas vivencias quisiera deslumbrar.
Como todas las tendencias de la creacin musical, tambin la msica religiosa persigue sus propias finalidades. Pero stas no han sido libremente escogidas, sino determinadas decisivamente por las exigencias de la liturgia. El centro de toda la msica religiosa catlica debe ser siempre la renovacin constante del sacrificio de la misa. La msica en la Iglesia no tiene una finalidad en s misma, sino que est subordinada a su propsito esencial y, de este modo, se convierte ella misma en liturgia. Para la expresin musical de la liturgia solemne de la misa existen dos series de textos: una de ellas se halla comprendida en el Ordinarium, constituido por las oraciones cotidianas, basadas en el Kyrie (Seor ten piedad, Cristo ten piedad, Seor ten piedad), el Gloria, el Credo, el Sanctus, el Benedictus y el Agnus Dei (Cordero de Dios); desde hace siglos, estas oraciones son resumidas en la denominacin de Missa. A la otra serie pertenecen los textos procedentes del Propium, o sea los textos del Introitos, Graduale (se canta despus de la epstola y antes del Aleluya), Offertorium y la Communio, que cambian segn las fiestas; estas formas han dado lugar a una larga literatura de motetes. La misa se divide en un introito y la misa propiamente dicha, la cual se inicia con el sacrificio del pan y del vino. El introito ofrece muchos textos para su elaboracin musical como son: el Gloria, el Graduale, el Tractus, la Sequentia para determinadas fiestas, y el Credo. Al iniciarse la misa propiamente dicha, hay una tendencia a eliminar todo cuanto pudiera hacer ms lento el desarrollo del Sacrificio. Por lo anterior, se refleja claramente que la estructura de la misa constituye un aspecto fundamental en cuanto a lo litrgico se refiere, sin embargo a mi parecer existe un elemento an ms fundamental que la misma estructura y es la letra o el texto, ya que se refleja que tanto desde la antigedad como hasta ahora la msica nunca ha sido desbordada sobre el texto mismo, de hecho hoy en da en cantos como el sanctus se prohbe la realizacin de una introduccin
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musical y debe iniciarse el canto con la expresin Santo, Santo, Santo. Por esta razn, se desde la edad media existan grandes maestros artistas que consideraban incluso hoy se hace, sus obras de un valor artstico incalculables, as no estn consideradas practicantes d e las exigencias litrgicas como tal. De esta forma hago colacin a grandes obras como La gran misa de Bach, La missa olemnis de Bethoven, Los rquiem de Berlioz y Verdi, y La misa en fa menor de Bruckner., de esta manera, si algunos compositores queran y quieren en la actualidad incursionar en el campo de los cantos de misa, deben renunciar en gran parte a su creatividad artstica y un poco a su soberana, pues est supeditada a la liturgia, por otra parte esto no significa que por ello se cierren las puertas para realizar una gran obra. Por otra parte, en algn momento exista una gran creacin por parte del artista reflejada en el coral, pues parta de una sencilla oracin y de un canto silbico con sus bellas melodas, en el cual participaban todos los fieles, entrando luego al Introitos de una mayor riqueza que exiga un coro muy bien preparado y finalizando con el Graduale y el Tractus, este ltimo reservado para un solista. Esto permiti que el Graduale y el alleluia fueran campos muy explotados por los maestros del contrapunto, y fue de esta manera como surge un Decreto del Papa Juan XXII, en el cual se expresa a favor de la proteccin del texto litrgico y en contra de un desbordamiento excesivo de la msica, es decir se le da un valor ms fuerte a la coral. An as la coral tuvo sus altibajos y el desarrollo contrapuntstico sigui en auge y de igual forma la interpretacin polifnica con artistas como Nicols Gombert con El motete a Mara y Palestrina en su misa Ecce sacerdos magnus. Debido esto nuevamente la iglesia realiz intentos para eliminar definitivamente la msica polifnica y uno de ellos fue el famoso Concilio de Trento qu e rechaz de manera categrica la utilizacin de varios textos y de canciones profanas en las misas y se exigi que los textos fueran comprensibles. Luego del siglo XVI la incursin del estilo moderno fue de ms pro blemas para la msica religiosa, el subjetivismo se opuso a la objetividad del arte vocal clsico y las misas se convirtieron en el campo de solistas tanto vocales como instrumentales y se sumerge en una poca en la cual la msica se concentra
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en las cortes, en conciertos, en peras y los directores musicales se vieron en la necesidad de crear sus obras religiosas al gusto de la corte y no de la contraparte eclesistica. Esto por supuesto no era bien recibido en la iglesia, ya que nuevamente la liturgia era vulnerada, algunos ejemplos de esto, msicos como Haydn, Mozart y Schubert, los cuales hoy apreciamos y rendimos un culto artstico de gran valor por su majestuosidad en sus obras, pero que no satisface las necesidades litrgicas de la iglesia. De esta forma otro intento ms por defender la liturgia por parte de la iglesia con el obispo Ratisbona Sailer, quien quiso restituir la sencilla claridad de la liturgia defendindola de la influencia de la msica subjetiva. Es aqu donde se retoma el canto gregoriano como antigua cultura, en un trabajo realizado por los Benedictinos por volver nuevamente al canto primitivo . Otro aspecto importante durante la evolucin estructural y litrgico de la iglesia y de su msica es que en tiempos remotos el altar se constitu a en el centro de la comunidad y se colocaba por tal razn en el centro del templo, donde exista una interaccin directa entre el sacerdote y los fieles, no solo en las oraciones sino adems en los cantos, ambas partes se involucraban y se reflejaba as en una liturgia para el servicio del pueblo en un solo objetivo, la adoracin a Cristo; posteriormente la comunidad quedo relegada del altar creando una gran inactividad y en la actualidad es cada vez mayor, el altar fue trasladado para quedar frente a la comunidad y al otro extremo frente a l el coro y en medio de ellos como espectadores la comunidad. Esta gran lucha entre lo litrgico y lo artstico de la msica constituye dos focos importantes de discusin, por una parte, se debe buscar un equilibrio en tre ellos dos, ya que por una parte el creyente desea liturgia clara, sencilla en la cual pueda ser factor importante para que participe activamente en la celebracin por otra parte el msico y la msica estn en derecho de contribuir a la glorificacin de Dios y no sera conveniente eliminar la msica de la liturgia y es aqu donde cito al Papa Po X, quien el 1903 en un motu proprio admite que no se puede mantener una exigencia rigurosa de la eliminacin de la msica, ni siquiera de la msica orquestal, p or el contrario se debe hacer una
delimitacin para que la msica est en funcin de la liturgia e incluya ciert a participacin del pueblo. Finalmente es importante rescatar que la msica en la misa hoy en da es algo valioso no solo para los msicos, sino para el pueblo y para los sacerdotes, antiguamente los sacerdotes tenan gran conocimiento en varios campos, entre ellos la msica, actualmente se ve la falta de preparacin de ellos en este sentido, ya que los seminarios no involucran este tipo de conoci miento de manera formal, esto constituye categricamente que los msicos, el coro, la comunidad y el sacerdote trabajen como equipo, bajo un mismo inters y un mismo objetivo.
A travs de la historia se evidencia una gran rivalidad entre la msica religiosa y la liturgia, este aspecto es de cierta forma un condicionante no solo para los msicos, sino tambin para los fieles y los mismos sacerdotes, ya que cualquier de estos elementos puede mediar y supeditar a o tro, en el sentido en que parte hace valer sus condiciones o lugar que ocupa dentro de la iglesia y por ende sus intereses. El sacerdote siempre va a estar en lugar de la defensa de la liturgia y el texto sobre la msica, el msico busca que tanto texto co mo msica genere un conjunto slido en cuanto a sonoridad musical se refiere y los fieles lo que buscan es que la celebracin total sea de su agrado y llene sus expectativas. Un punto importante es definitivamente establecer y ser conscientes de que la msica mantiene una relacin estrecha con la liturgia y de hecho se ha luchado por esto desde los inicios de la misma iglesia y de hecho es incuestionable que cualquier cambio o destino de la iglesia repercute notablemente en su msica y efectivamente siempre los artistas han plasmado su obra reflejando el contexto en el cual viven. En este sentido el mensaje que plasm Martn Lutero acerca de la justificacin basada solo en la fe produjo coyunturas en la celebracin de la propia misa e inevitablemente de la msica religiosa tradicional ya que la
liturgia prcticamente fue reprochada por esta ideologa y llev a la reforma y aparicin de la iglesia protestante. De esta forma, existe desde hace varios aos un sin fin de religiones que han ido adoptando una ideologa que contiene creencias y ritos similares a los de la iglesia catlica, pero que as mismo no comparte muchas y una de ellas es el esquema rgido de la liturgia. Esto implica definitivamente tambin un cambio en la msica, donde cada estilo musical religiosa se adapta a las condiciones o libertades que brinda cada una de las formas de creencia espiritual. En este sentido, particularmente me atrevo a realizar una comparacin desde lo musical muy breve de dos contextos que conozco, el catlico y el cristiano no catlico. La msica catlica es esencialmente una msica al servicio exclusivamente de la liturgia fundamentado principalmente por el Concilio Vaticano II entre los aos 1962 y 1965 permitiendo que la msica fuera parte esencial de la celebracin eucarstica y buscara una may or participacin de los fieles. A partir de este momento se dio un poco de libertad para explorar muevas formas del canto religioso pero siempre dentro de los parmetros litrgicos. Un ejemplo particular es la prohibicin del uso de algunos instrumentos en celebraciones especiales como las del triduo pascual en semana santa como algunos instrumentos considerados no litrgicos ya que atentan contra el principio de que lo que debe sobresalir es el texto antes que la msica, tal es el caso de instrumentos de percusin como la batera y de instrumentos elctricos como el bajo. Por otra parte la msica cristiana no catlica, expresa en un sentido amplio una libertad traducida en canciones de adoracin y vivencias personales que no van dirigidas expresamente a un objetivo l itrgico como tal y adems su estructura tanto textual como musical no est supeditado a unas reglas histricas fuertes como (Santo, Santo, Santo; o Seor ten piedad, Cristo ten piedad, Seor ten piedad, etc), por el contrario tanto sus letras como el uso de los instrumentos son de total libertad lo que e ngrandece quizs su calidad sonora y musical. Ambos estilos son realmente vlidos tanto para los msicos como para los mismos miembros militantes de cada comunidad religiosa, obviamente cada
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uno desde su contexto, y existen grandes artistas tanto catlicos como cristianos que adems de hacer de sus canciones un arte se convierten en personas que prestan un servicio cultural a sus comunidades y se convierten en referente para aquellos jvenes que quieren incursionar en este tipo de msica. Artistas como Alex Campos, Martn Valverde, Jess Adrin Romero, Marcos Barrientos, Glenda Hernndez, entre otros, han hecho de la msica religiosa un instrumento no solo para adorar a Dios, sino adems para realizar nuevas propuestas artsticas. Finalmente hay que rescatar que la msica religiosa tiene un gran peso histrico y que no solo estructur lo que hoy es como msica religiosa sino que adems fue una gran contribuyente y esencial elemento en el progreso de la msica universal. Para terminar quiero hacer una pequea reflexin por medio de un supuesto que me surge luego de hacer este escrito y es la siguiente : La liturgia es algo divino o por el contrario es un invento humano? Ser posible que Dios escuche mis oraciones por medio de canciones que no cumplan con la liturgia?.