Administración Personal
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Administración Personal
DE LAS FINANZAS
PROPÓSITO DE LA SERIE
ADMINISTRACIÓN PERSONAL DE LAS FINANZAS
Si Dios nos ha puesto sobre su creación y hemos de darle cuentas de todo lo que hacemos, lo
menos que podemos hacer es prepararnos bien y administrar lo mejor posible todos los bienes
que tenemos aquí en la tierra. La buena administración es una responsabilidad del
cristiano.
La buena administración es una responsabilidad del cristiano. El buen uso y el buen orden
en todas las cosas que tiene el creyente es un compromiso personal para el cristiano dedicado.
(1 Corintios 14:40)
2. LA ADMINISTRACIÓN EMPIEZA CON DIOS
1 Crónicas 29: 11-14
El manejo del dinero en el hogar o la vida, es algo que puede ser una bendición si se reconoce
la intervención divina en los manejos financieros. La buena administración de los bienes
materiales empieza con Dios.
1 Timoteo 6:8 y Mateo 6:25 ¿Cuáles son las necesidades básicas según Dios?
La buena administración de los bienes materiales empieza con Dios. El reconocer que
Dios está por encima de todo manejo financiero trae paz y confianza para la vida.
3. ADMINISTRAR ES LOGRAR LIBERTAD FINANCIERA
Gozar de libertad financiera debe ser la meta de todo buen administrador de familia cristiana.
La libertad financiera es mantener libre a la familia de la incertidumbre económica. La
libertad en el manejo de la economía se evidencia en gozar de varias cosas que nos enseñan
las Sagradas Escrituras.
Muchas familias sufren de insuficiente o ninguna provisión por falta de conocer labores
productivas y algunos casos por no esforzarse para trabajar. La provisión de Dios llega a
través del trabajo diligente.
La provisión económica de Dios llega a través del trabajo diligente en el taller, almacén o
empleo del creyente. Las personas que han llegado a poseer bienes materiales lícitos
generalmente son dedicadas, inteligentes y trabajadoras.
5. ADMINISTRAR ES SABER COMPRAR
Una de las cualidades necesarias en un buen administrador es saber utilizar los dineros que
recibe. La sabiduría es muy necesaria en el momento de comprar o invertir los recursos.
El cristiano no debe ser botarate ni tacaño sino que debe mantener un buen equilibrio entre
saber guardar y saber utilizar sus recursos monetarios.
Las malas costumbres financieras mantienen en servidumbre. El cristiano puede seguir los
consejos de la Palabra de Dios para evitar que los peligros en la administración financiera lo
derrumben y no tenga la libertad de proveer para su familia, dar a otros y servir con gozo al
Señor.