ANTECEDENTES
ANTECEDENTES
ANTECEDENTES
Durante los años cincuenta, en los Estados Unidos de Norteamérica, aparecieron varios
evangelistas capacitados con el don de sanidad. El éxito de sus cruzadas se podía
apreciar en las multitudes que llegaban hasta los más grandes recintos del país, para
recibir la curación de sus enfermedades. La figura más sobresaliente en este ámbito fue
Oral Roberts, quien transmitía sus campañas por televisión a muchas partes. Debido a
los altos costos que demandaba esta empresa, el evangelista se vio en la obligación de
implementar métodos cada vez más eficaces para levantar fondos.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está
escrito: Maldito todo el que es colgado de un madero), para que en Cristo Jesús la
bendición de Abraham alcanzase a todos los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos
la promesa del Espíritu ... Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham
sois, y herederos según la promesa.[4]
“Dile a mi pueblo que tienen que seguir estos dos pasos importantes siempre que den.
Primero, que den la cantidad exacta que yo les digo. Segundo, tienen que dar con la
expectativa de recibir de Mí la multiplicación. Tienen que dar sus ofrendas o regalos en
obediencia y en fe”.[5]
Tal vez una de las razones por las cuales se ha llegado concebir la fe en términos físicos,
provenga de algunas traducciones del conocido texto de Hebreos 11:1. En la versión
Reina - Valera de 1909, podemos leer “Es pues la fe la sustancia de las cosas que se
esperan, la demostración de las cosas que no se ven” (Las negrillas son nuestras). El uso
de la palabra “sustancia” también ocurre en la versión inglesa King James, que Juan R
Capurro traduce así: “La fe es la sustancia de las cosas que se esperan, la evidencia de
las cosas que no se ven”.[6]
La clave para comprender cómo es que Dios prospera económicamente a sus hijos,
según los adherentes del evangelio de prosperidad, es la histórica figura de Abraham.
En la misma forma que Dios bendijo al patriarca, los contemporáneos hijos de Dios
deben ser bendecidos. Consideremos la explicación de un promotor de la teología de la
riqueza:
La primera promesa de Dios a Abraham fue que iba a hacerle rico. ¿Quiere decir
entonces que Dios va a hacernos a todos ricos? Sí eso es lo que quiero decir. ¿Quiere
decir que a todos nos hará millonarios? No, no es lo que dije. Pero va a hacernos ricos.
Ud. no entiende bien lo que significa la palabra “rico”. Según el diccionario, “rico”
significa “con abundancia”, “con cantidad”, o “bien provisto”. Bendito sea Dios, en
Cristo hay abundancia.[7]
Pablo Hoff resume la razón por la que esta doctrina se puede llegar a provocar
reacciones como las ya mencionadas:
Echa leña sobre las llamas de la avaricia y fija la atención de los creyentes en las cosas
materiales. El deseo de prosperar materialmente llega a ser una poderosa fuerza
seductora que absorbe los pensamientos y actividades del hombre; se imagina que la
prosperidad económica es un fin en sí misma. También, algunos predicadores
inescrupulosos usan esta doctrina para trasquilar las ovejas y enriquecerse a sí
mismos.[9]
BIBLIOGRAFÍA
Avanzini, John. 30, 60 Ciento por uno. Fort Worth, Tx.: His Publishing Company, 1989
Castillo, Guillermo. “Pobreza es Maldición”. Capítulo 30. Núm. 9, Santiago, Julio 1995.
Douglas, J.D. y Hiller N. Nuevo Diccionario Bíblico. 1ª ed. Buenos Aires: Ediciones
Certeza, 1991.
Guthrie, D. y Motyer, J.A. eds. grales. Nuevo Comentario Bíblico. El Paso. Tx.: Casa
Bautista de Publicaciones, 1996.
Sáez, Rubén. “Las victorias son del pueblo que cree”. Capítulo 30. Núm. 13, Santiago,
Diciembre 1995.
Voth, Esteban. ed. Justo González. Comentario Bíblico Hispanoamericano. Miami, Fl.:
Editorial Caribe, 1992.
NOTAS
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