Eutanasia en Guatemala
Eutanasia en Guatemala
Eutanasia en Guatemala
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La eutanasia es derecho del paciente a decidir la forma y momento de su muerte. Tiene
como fin librar a la persona de los sufrimientos causados por la enfermedad que padece.
Por mucho tiempo se ha creado una discusión en torno al tema, si esta debe ser incluida
dentro del ordenamiento legal o no. Muy pocos países la tienen legalizada y Guatemala no
es la excepción.
Etimología
Se deriva del griego "eu" que significa bien y de "thánatos" que significa muerte, es decir
una muerte digna o buena.
Definición
La eutanasia consiste en un acto u omisión cuya responsabilidad recae en personal médico
o en individuos cercanos al enfermo, los cuales ocasiona la muerte inmediata de éste con
el fin de evitarle sufrimientos insoportables o la prolongación artificial de su vida.
También puede definirse como el derecho del paciente a decidir la forma y momento de su
muerte y que tiene como fin librar a la persona de sus intensos sufrimientos causados por
la enfermedad que padece (la cual es terminal o grave).
Para que pueda ser considerada como tal deben existir dos requisitos:
Relación Jurídica
Actualmente no existe regulación alguna sobre la eutanasia, por lo que esta no puede ser
aplicada, si alguien la práctica sin el consentimiento de la persona se encuadraría en el delito
de homicidio (sería muy difícil comprobar que fue con el consentimiento de la persona) y si
se logra comprobar que fue con su consentimiento se encuadraría en el delito de inducción
o ayuda al suicidio
Noticias 9 de junio de 2016.
Debido a un vacío legal, Canadá se suma a la lista de países que no tienen restricción legal
alguna sobre la eutanasia, aunque la mayoría de estos ha sido porque la aprobaron.
Desde la medianoche del pasado martes, los médicos y otros integrantes de los servicios de
salud podrían ayudar a morir a los pacientes que así lo soliciten sin temor a algún cargo
legal.
Sin embargo, en octubre pasado Canadá eligió nuevo primer ministro y Justin Trudeau, del
Partido Liberal, ganó las elecciones. Trudeau pidió una prórroga de seis meses para
presentar su proyecto de ley; pero el Tribunal Supremo de Canadá solamente le dio cuatro,
plazo que venció en el primer minuto del pasado martes.
En abril pasado el nuevo primer ministro presentó un proyecto de ley que añadiría
a Canadá a la lista de países que permiten a las personas poner fin a su vida con ayuda de
médicos. Sin embargo, la nueva propuesta de Trudeau está siendo bloqueados por la
oposición en la Cámara de los Comunes, lo que ahora ha creado un vacío legal: No hay
nueva ley que ordene cómo debe de ser un suicidio asistido y las leyes que lo prohibían,
fueron derogadas..
Suiza: En el caso de este país la eutanasia es delito, pero no el suicidio asistido. De acuerdo
con eutanasia.ws, este proceso no tiene que ser asistido por un médico, ya que al enfermo
le prescriben un medicamento letal.
Estados Unidos: Solo es legal en algunos estados, como Oregon, Washington, Montana y
Vermont; todos con una serie de restricciones a seguir.
08/07/2015 00:01
Cinco países permiten la eutanasia y varios más autorizan el “bien morir”
Holanda, Bélgica, Suiza y Luxemburgo legalizaron la eutanasia. En América latina, sólo
Colombia permite esta polémica práctica.
La ley holandesa fue aprobada en 2002, seguida por Bélgica, que fue el primer país de
creencias mayoritariamente católicas en hacerlo. Luxemburgo aprobó la eutanasia en 2008
En Suiza, la eutanasia es legal, pero el paciente debe mostrar cierta documentación que es
revisada por profesionales. En Gran Bretaña, la Corte Suprema decidió que los oficiales
sanitarios deben tener en cuenta el deseo “explicito” de un paciente de no prolongar su
vida.
En Navarra, Aragón y Andalucía (España) está permitida la muerte digna. Alemania, Italia,
Francia, Noruega, Dinamarca, Austria, Suecia, Hungría y República Checa también habilitan
esta práctica pero está prohibida la eutanasia.
En EE.UU., sólo cinco estados permiten el suicidio asistido: Washington, Oregón, Montana,
Nuevo México y Vermont. El médico puede prescribir drogas para que los pacientes se las
administren.
TEMA TABÚ
¿Qué países permiten la eutanasia?
Se cumplen 15 años de la aprobación, en Holanda, de la primera ley que legalizó la muerte
digna
La anciana belga de 93 años Amelie Van Esbeena murió finalmente a través de un proceso
de eutanasia tras haber hecho una huelga de hambre para que se ejecutara su voluntad.
(Getty)
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JOSEP FITA
Hoy hace 15 años que Holanda legalizó la eutanasia. Lo hizo a través de una ley que
entraría en vigor un año más tarde, en abril de 2002. Tras los holandeses vendrían los
belgas, y más tarde los luxemburgueses. Son los tres únicos países europeos donde la
eutanasia es legal. California y Colombia suponen los otros dos puntos del planeta donde
esta práctica está permitida. Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de eutanasia?
Según el Comitè de Bioètica de Catalunya, este concepto “hace referencia a aquellas
acciones realizadas por otras personas, a petición expresa y reiterada de un paciente que
padece un sufrimiento físico o psíquico como consecuencia de una enfermedad incurable y
que él vive como inaceptable, indigna y como un mal, con la finalidad de causarle la muerte
de manera rápida, eficaz e indolora”.
Otra cosa muy distinta es el suicidio asistido, que está legalizado en Suiza y en algunos
estados norteamericanos, como Oregon, Washington, Montana o Vermont –también es
legal en Holanda y Luxemburgo, no así en Bélgica-. “La eutanasia la lleva a cabo una persona
que no es el enfermo, un médico generalmente. Sin embargo, en el caso del suicidio asistido
es la propia persona la que efectúa la acción, estando médicamente asistida”, explica a La
Vanguardia Isabel Alonso, presidenta de la delegación de Catalunya de la Asociación
Derecho a Morir Dignamente (DMD).
La legalización de la eutanasia en los tres países europeos mencionados levantó muchas
ampollas en su momento. Sin ir más lejos, en Luxemburgo, el jefe del Estado, el duque
Enrique, se negó a firmar la ley arguyendo motivos morales y de conciencia (un año más
tarde el parlamento limitaría sus poderes y la norma saldría adelante). Y a día de hoy sigue
siendo un tema tabú. Muchos gobiernos prefieren no pronunciarse al respecto; otros se
muestran ambiguos. Lo que está claro es que esta práctica genera mucha controversia.
“Aunque tengas una enfermedad irreversible, sigues siendo una persona, con tu código
genético que demuestra que formas parte de la especie humana”, esgrime Francisco García-
Faria, expresidente de Metges Cristians de Catalunya (MCC). Este médico se muestra
proclive a interrumpir en un momento dado “una medida extraordinaria como puede ser la
respiración artificial” de un paciente en fase terminal, pero a la vez aboga por mantener
siempre “las medidas no extraordinarias, como son la hidratación y la alimentación”.
Una sociedad que no defiende al débil es una sociedad que no tiene futuro
FRANCISCO GARCÍA-FARIA
Médico y expresidente de Metges Cristians de Catalunya
García-Faria incluso denuncia que en Holanda, país pionero en la legalización de
la eutanasia, “algunos pacientes se van a Alemania por miedo a los médicos”. “Los
enfermos, cuando entran en una situación en la que prevén que pueden estar desprovistos
de la capacidad de decisión, lo que hacen es irse”, añade. Para este facultativo, “la sociedad
ha aceptado que las personas en esta situación gastan recursos, no producen, molestan y
es por eso que cuando antes se vayan mejor”. “Una sociedad que no defiende al débil es
una sociedad que no tiene futuro”, sentencia.
Cabe tener en cuenta que cuando Holanda legalizó la eutanasia determinó claramente en
qué contextos ésta podía llevarse a cabo, indicando que dicha práctica no sería considerada
un delito siempre que el médico actuase respetando criterios muy estrictos. Entre éstos,
que el enfermo estuviera sometido a un sufrimiento insoportable sin que existiera
perspectiva de mejora alguna, y que hubiera expresado de forma inequívoca su voluntad
de morir. Además, el médico que lo asistiera, tendría que haber pedido una segunda opinión
a otro colega.
“La ley holandesa tiene toda una serie de garantías”, señala Alonso. “La persona que quiere
que se le practique la eutanasia en un momento dado no tiene que manifestarlo sólo en
una ocasión, tiene que decirlo una vez, después dejar pasar un tiempo, manifestarlo de
nuevo y ante dos médicos distintos. Si no lo puedes manifestar, porque no te lo permite tu
estado de salud, lo importante es que lo hayas hecho por anticipado”, agrega.
Precisamente, la asociación que preside en Catalunya Isabel Alonso anima a los ciudadanos
a dejar por escrito sus voluntades, lo que vendría a ser un testamento vital. Se trata de un
documento que ofrecen todas las comunidades autónomas en el que la persona puede
indicar qué tratamientos no quiere recibir en caso de padecer una situación irreversible. En
dicho documento el interesado también “puede designar un representante, que lo que hará
es defender su voluntad llegado el momento”, apunta Alonso. El problema es que no hay
costumbre todavía de elaborar lo que, por ejemplo, en Catalunya se denomina el
documento de voluntades anticipadas. “Sólo el 1% de los catalanes lo tiene”, lamenta la
presidenta de la delegación catalana de la DMD.
Muerte digna
En España no existe una ley estatal específica de muerte digna. La norma que está vigente
actualmente es la ley 41/2002 de la autonomía del paciente, que establece que éste “tiene
derecho a decidir libremente” entre las opciones clínicas disponibles y “a negarse al
tratamiento”. Mientras, el profesional sanitario “está obligado”, entre otras cosas, al
cumplimiento de los deberes de información y de documentación clínica y “al respeto en
las decisiones adoptadas libre y voluntariamente por el paciente”.
Ramón Sampedro acabó con su vida con la ayuda de su amiga Ramona Madeiro, que no fue
condenada por falta de pruebas. Una vez prescrito el delito, la mujer confesó haber ayudado
a morir a su amigo
Eso sí, la eutanasia y el suicidio asistido están castigados con prisión. El Código Penal, en su
artículo 143, lo deja claro. “El que induzca al suicidio de otro será castigado con la pena de
prisión de cuatro a ocho años”, dice en su apartado primero. “Se impondrá la pena de
prisión de dos a cinco años al que coopere con actos necesarios al suicidio de una persona”,
apunta en el segundo apartado. “Será castigado con la pena de prisión de seis a diez años
si la cooperación llegara hasta el punto de ejecutar la muerte”, arguye el apartado tercero.
Y en el cuarto y último matiza que la pena sería “inferior en uno o dos grados a las señaladas
en los apartados 2 y 3” si el que causara o cooperara en la muerte de un tercero lo hubiera
hecho “por la petición expresa, seria e inequívoca de éste” y siempre en el caso de que “la
víctima sufriera una enfermedad grave que conduciría necesariamente a su muerte, o que
produjera graves padecimientos permanentes y difíciles de soportar”.
De actualidad
Sólo el tiempo dirá si España elaborará, algún día, una ley sobre la muerte digna. En este
sentido, la presidenta en Catalunya de DMD se muestra esperanzada, ya que asegura que
la cuestión de la eutanasia “ha entrado en la agenda política”. Es por ello que espera que la
resolución a esta cuestión “esté cerca”. Defiende que la ciudadanía reclama soluciones ya
que su asociación no deja de “recibir demandas de información con respecto a Suiza”. “Las
personas que se lo pueden permitir van fuera a morir dignamente. La gente pregunta:
‘¿Cuánto cuesta? ¿Y si no hablo francés, cómo lo haré?’. En una situación tan dramática es
una pena que tengas que estar pendiente de esto. Además, no todo el mundo se lo puede
permitir económicamente”, argumenta.
Para García-Faria, sin embargo, la solución ya existe, y no es otra que los tratamientos
paliativos. “Gracias a la atención paliativa se controlan los síntomas físicos y psíquicos del
paciente y su familia. La persona no sufre, porque la morfina y el midazolam, la primera
para el apartado orgánico y el segundo para el psíquico, reducen y quitan los síntomas”,
apunta. Y remata su argumento con esta afirmación: “El presidente de la asociación para el
derecho a la eutanasia en Inglaterra dijo, cuando se informó, que si la atención paliativa se
extendiera en el mundo su asociación no tendría sentido”.
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La eutanasia es completamente legal en Holanda, Bélgica y Luxemburgo
El suicidio asistido, es decir cuando el paciente se autoadministra un medicamento letal
recetado por un médico para poner fin a su vida, es legal en Suiza y España.
Caracol Radio
El kit de eutanasia surgió por petición de los llamados Médicos-Leif, Foro de Información
para poner Fin a la Vida (en sus siglas flamencas). Y la filial belga de la multinacional
Multipharma ha decidido coger este nicho de negocio.
La asociación Leif venía pidiendo esta iniciativa debido a que los medicamentos necesarios
para inducir la muerte se encuentran fácilmente en hospitales, pero son de difícil acceso
para los médicos ambulantes que visitan y asisten a pacientes en sus hogares.
La razón de ser del kit, según cifras del diario belga La Libre Belgique, es que "de las 259
eutanasias oficialmente declaradas y practicadas en los primeros 15 meses de la ley que
autorizó esta práctica, el 41 por ciento tuvieron lugar en el domicilio de la persona enferma"
y "un 5 por ciento en casas de reposo". Es decir, casi la mitad ocurrió fuera de hospitales.
El contenido.
El kit trae una dosis de Penthotal sódico, un potente somnífero que va parando suavemente
el corazón; Norcuron, un relajante muscular de acción muy rápida; un suero para disolver
la mezcla letal, y todo tipo de medios auxiliares como catéteres, jeringuillas, agujas
normales y de perfusión.
Paul Perdieus, portavoz de Multipharma, explicó a la prensa belga que la importancia del
kit radica en que "cada vez hay más pacientes que desean morir en la tranquilidad de sus
casas en vez de en los hospitales, y tenemos que respetar su derecho facilitando la tarea de
los médicos que les asisten".
Y Multipharma recalca que el médico que realiza esta práctica tiene que cumplir estrictos
pasos antes de poder acceder al medicamento, ya que el mismo solo se entrega 24 horas
después de haberse solicitado.
La ley belga establece que para que una persona pueda acceder a la eutanasia el paciente
debe ser mayor de edad y solicitarla de manera voluntaria, de forma reiterada y sin
presiones exteriores. Es decir, estar plenamente consciente de lo que quiere hacer.
Y la misma es viable cuando se trata de una persona en fase terminal de una enfermedad
irreversible; o cuando su sufrimiento físico o síquico sea insoportable.
Los enfermos incurables también pueden solicitarla, aunque no estén en fase terminal. En
todos los casos, la demanda del paciente debe ser por escrito.
Hay mayoría social y parlamentaria para regular la muerte digna, pero los políticos
están a otras cosas
El país y las reformas que se necesitan, sin embargo, no pueden esperar, como clama
la mayoría. Hay una que quizá parezca a algunos secundaria, pero que es urgente, no
tiene coste y cuenta con mayoría social y parlamentaria para salir adelante: la
regulación de la eutanasia. Mientras unos aguardan pacientemente a ponerse a
trabajar, enredados en sus negociaciones tacticistas, un millón de ciudadanos ha
reclamado un cambio legislativo que puede ahorrar mucho sufrimiento.
Muchos leerán este artículo (otro más sobre este asunto) mientras asisten impotentes
a la larga y dolorosa agonía de un ser querido o a su encarnizamiento terapéutico. La
ausencia de regulación convierte en papel mojado el testamento vital cuando la
familia se niega a una intervención médica que puede acortar la vida del que ya no
tiene esperanzas de disfrutarla. Esa ausencia facilita el abuso y la eutanasia
clandestina, como demostró Bélgica con un amplio informe antes de regularla. El
acceso a una eutanasia con garantías disolvería quizá muchas de las prevenciones de
aquellos que, como los padres del francés Vincent Lambert, mantuvieron a este
conectado a las máquinas de un hospital y en estado vegetativo durante casi once
años hasta que otra facción de la familia, apoyada en la justicia, logró poner fin a la
pesadilla.
En España, PSOE, Podemos y Ciudadanos están a favor de legislar. Hay incluso una
propuesta de ley de los socialistas que quedó varada en la anterior legislatura. Más
del 80% de la población la respalda y lo hace, según los sondeos, desde hace mucho
tiempo. El PP abrió hace catorce años una injusta y escandalosa persecución contra
el ya fallecido Luis Montes, expresidente de la asociación Derecho a Morir
Dignamente. Le acusó falsamente de “sedaciones ilegales” en el hospital de Leganés
(Madrid). El partido conservador sigue sin apoyar la regulación de la eutanasia, pero
promete, en cambio, un reforzamiento de los cuidados paliativos, lo que ya sería un
avance importante teniendo en cuenta sus antecedentes.