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Teoria Política Dewey

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T eoría

y
M etateoría
METAPOLÍTICA VOL. 5/NÚM. 19/pp. 11-31

La democracia como
cooperación reflexiva
John Dewey y la teoría de la democracia del presente *
AXEL HONNETH **

En la discusión filosófico-política de los últimos años, ha dominado


una perspectiva simplista centrada en la oposición entre dos modelos
radicales de democracia: el republicanismo y el procedimentalismo, lo
cual, pese a su fecundidad, ha tenido efectos negativos al cancelar a priori
la posibilidad de una tercera perspectiva. Para combatir tal simplismo,
Honneth reconstruye la teoría de la democracia de John Dewey, fincada
en el modelo de la cooperación social.

E n los últimos años se han forta-


lecido en el ámbito internacional
los esfuerzos por esclarecer los funda-
donde a partir de una delimitación con
respecto a la comprensión liberal de la
política se buscó una conexión con las
mentos normativos de la democracia, tradiciones democráticas radicales, la dis-
debido no sólo a la caída del imperio so- cusión tomó rápidamente el rumbo de
viético, sino también al debate occiden- una oposición entre el republicanismo y
tal sobre el comunitarismo. Además, allí el procedimentalismo.1 Con estos térmi-

* Traducción de Carlos Emel Rendón y Sergio Muñoz, para Estudios Políticos de la Universidad de Antioquía, Colombia.
** Profesor de la Universidad Goethe de Frankfurt y uno de los animadores más importantes de la nueva Teoría Crítica. El
autor agradece a Pieter Niesen y, como siempre, a Hans Joas, las observaciones críticas, las continuas sugerencias y los
útiles comentarios.
1
Con esta caracterización de la situación me asocio, de cierta manera, al diagnóstico habermasiano en el cual el liberalismo
y el republicanismo son concebidos como los dos paradigmas hoy predominantes de una teoría del Estado de derecho
democrático (J. Habermas, Faktizität und Geltung, Frankfurt/M., 1992, cap. VI, pp. 342 y ss. Versión castellana: Madrid,
El circo (Jazz), (detalle), 1943, Matisse.

Trotta, 1998); si se añaden a estas dos alternativas el concepto de procedimiento de la democracia desarrollado por Habermas,
resulta entonces la imagen que he puesto como fundamento de dos posturas democráticas radicales, las cuales intentan
defender hoy, desde dos lados contrapuestos, una idea normativamente sustancial de la formación democrática de la volun-
tad frente a una comprensión liberal de la política. Por supuesto, tales formaciones unificantes de conceptos —liberalismo,
republicanismo, procedimentalismo— conllevan siempre el peligro de una simplificación excesiva: fácilmente se pierden
de vista las diferencias y limitaciones, con las cuales se intenta respectivamente en las distintas posiciones debilitar es-
tereotipaciones apresuradas. Cuán difícil es, además, clasificar determinados autores en las posiciones conscientemente
estilizadas, lo pone de manifiesto precisamente la postura obstinada de Ingeborg Maus: aquí es desarrollada, partiendo de
un concepto normativo de los derechos subjetivos, que se entienden en el sentido liberal como rechazantes del Estado, una

11
LA DEMOCRACIA COMO COOPERACIÓN REFLEXIVA

nos han sido designados actualmente ceso de la formación democrática de la


dos modelos normativos de la democra- voluntad. Por lo tanto, en el republica-
cia, los cuales tienen como fin común nismo, la opinión pública democrática es
darle un papel más destacado a la forma- considerada como medio de una comu-
ción democrática de la voluntad, diferente nidad política que se gobierna a sí mis-
a como sucede comúnmente en el libera- ma; aquí, como el procedimiento con
lismo político. En lugar de limitar la ac- cuya ayuda la sociedad intenta resolver
tividad participativa del ciudadano a la racionalmente problemas políticos de
función periódica de legitimar el ejerci- manera legítima.3
cio estatal del poder político, ella debe Con esta distinción central en el con-
ser fijada permanentemente en el mode- cepto de la opinión pública política van
lo de la opinión pública democrática y implícitas otras diferencias que concier-
entenderse como la fuente de todos los nen a la comprensión del Estado y del
procesos de decisión políticos.2 Las di- derecho, como ya lo había mostrado cla-
ferencias que a pesar de la coincidencia ramente Jürgen Habermas.4 Debido a que
en la crítica al liberalismo existen entre en la tradición del republicanismo se ha-
los dos modelos, resultan, ante todo, de bía partido de una ciudadanía solidaria,
la forma diferente en que es justificado la cual en principio está en condiciones
normativamente en cada caso el princi- de llevar a cabo la autoorganización de
pio de la opinión pública democrática. la sociedad con base en procesos de deli-
Mientras que el republicanismo se orienta beración comunicativa y negociación, la
por el ideal clásico de la ciudadanía, para política estatal misma puede ser conce-
cuyos miembros el tratamiento intersub- bida aquí, también, sólo como realización
jetivo de los asuntos comunes se ha con- de programas públicamente estipulados.
vertido en un objetivo esencial de su vida, El gobierno y el parlamento no son ra-
el procedimentalismo insiste en que no mas autónomas del Estado sujetas a pau-
se necesitan las virtudes en ciudadanos, tas específicas, más bien son el extremo
sino solamente, un procedimiento justi- institucional más alto de aquél proceso
ficado moralmente para reactivar el pro- comunicativo que debe rejuvenecerse

idea de la participación de base democrática, la cual, ciertamente, comparte con el republicanismo la orientación empática
por la participación directa, pero no quiere vincular a ésta con las exigencias éticas de la disposición individual de participa-
ción (Cfr., por ejemplo, de I. Maus, “Naturrecht, Menschenrecht und politische Genechtigkeit”, en Dialektik, 1994, pp. 9-
18; “Freiheitsrechte und Volkssouveranitat”, en Rechtscheorie, vol. 26, pp. 507-562). El modelo de democracia desarrollado
por mí con ayuda de la concepción madura de Dewey, contiene, por supuesto, indirectamente también una crítica a la
posición representada por Ingeborg Maus.
2
En lo sucesivo, cuando haga referencia al modelo de la democracia “procedimental”, me estoy refiriendo, por supuesto,
sobre todo al concepto desarrollado por J. Habermas, Faktzität und Geltung, op. cit.; cfr., además a continuación: S. Benhabib,
“Ein deliberatives Model democratischer Legitimitat”, en Deutsche Zeitschrift für Philosophie, núm. 1, 1995, pp. 3-29.
Cuando en lo sucesivo haga referencia al modelo de la democracia “republicano”, tendré presente, sobre todo, el modelo de
la democracia desarrollado indirectamente por H. Arendt, Über die Revolution, Munich, 1973; en cierto modo también a
continuación: M. Sandel, Liberalismus oder Republikanismus, Wien, 1995. Que yo no represente aquí la teoría de la “socie-
dad civil” como una postura independiente de un modelo radical democrático está relacionado con el hecho de que sus
representantes, según mi convicción, oscilen notoriamente entre procedimentalismo y republicanismo. Consultar para esto
las indicaciones en A. Honneth, “Fragen der Zivilgesllschaft”, en Desintegration, Bruchstúcke einer soxiologischen
Zeitdiagnose, Frankfurt/M., 1994, pp. 80-89.
3
Para estas diferencias cfr.: S. Benhabib, “Modelle de offentlichen Raum. Hannah Arendt, die liberale Tradition und Jürgen
Habermas”, en Selbst im Kontext, Frankfurt/M., 1995, pp. 96-130.
4
Cfr. J. Habermas, op. cit.

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AXEL HONNETH

siempre hacia arriba, el cual tiene su ver- la respectiva autocomprensión de una


dadero centro en la opinión pública de- ciudadanía solidaria, aquí, el dispositivo
mocrática de los ciudadanos.5 sancionado estatalmente, pero moralmen-
Por otro lado, según la concepción te legitimado, con miras a la protección
procedimental, las instituciones estatales del procedimiento democrático en toda
tienen que conformar un subsistema, jurí- su complejidad.7
dicamente vinculado pero autónomo, de- Ahora bien, una oposición tan sim-
bido a que las extensas ramificaciones de ple entre los dos modelos radicales de la
las estructuras comunicativas de la opi- democracia, como la que ha dominado
nión pública, de ningún modo tienen la en los últimos años en la discusión polí-
forma del poder político, por medio del tico-filosófica, ha tenido, pese a su fe-
cual puedan hacerse efectivas decisiones cundidad, un efecto negativo, pues entre
que vinculan de manera general; aquí, tanto parece que se ha impuesto la im-
debe formarse en el ámbito pre-parlamen- presión de que con ambos conceptos se
tario una opinión pública mediante el inter- ha agotado el espectro de alternativas que
cambio de argumentos y convicciones, que hoy se proponen para el intento de una
programe la formación de decisiones en renovación y ampliación de los princi-
aquellas ramas de la administración esta- pios democráticos. Que esto no es así, que
tal, la cual, a su vez, debe garantizar en pueden encontrarse más que dos meras
virtud de los procesos democráticos, las alternativas democráticas radicales al
condiciones de estabilidad social de la opi- liberalismo político, es lo que quisiera
nión pública democrática.6 Ya estas bre- mostrar a continuación, mediante una re-
ves referencias dan a conocer a la postre, construcción de la teoría de la democra-
en qué puede consistir la diferencia en la cia de John Dewey.8 Por lo pronto, tiene
concepción del derecho entre ambas postu- que sorprender de cierta manera, que deba
ras. Mientras el republicanismo político ser justamente la filosofía política de este
desde sus inicios posee una cierta propen- autor, la que deba ofrecer un tercer cami-
sión a comprender las normas del dere- no junto a las otras dos posiciones esbo-
cho como el instrumento social mediante zadas hasta ahora. Si se trata de nombrar
el cual la comunidad política intenta con- precursores teóricos de cualquiera de las
servar su propia identidad, los derechos dos concepciones, ambas partes recurri-
fundamentales representan, según la con- rían hoy, para sorpresa, en igual medida
vicción del procedimentalismo, una ma- a Dewey. Al republicanismo político no
nera de asegurar la permanencia del juego le resulta difícil referirse a elementos de
conjunto entre la opinión pública demo- la teoría de la democracia de Dewey, dado
crática y la administración política; allí, que también a ésta subyace la idea de una
el derecho es la expresión solidificada de integración de todos los ciudadanos en

5
Consultar para esto, por ejemplo, R. Forst, Kontexte der Gerechtigkeit, Frankfurt/M., 1994, cap. III.2.
6
J. Habermas, op. cit., pp. 349 y ss.
7
Para estas diferencias, cfr. R. Forst, op. cit., cap. II.3.
8
Para el contexto biográfico, histórico y teórico consultar las dos nuevas obras estándar: R.B. Westbrook, John Dewey and
American Democracy, Ithaca y Londres, 1991; S.C. Rockefeller, John Dewey, Religious Faith and Democratic Humanism,
Nueva York, 1991.

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LA DEMOCRACIA COMO COOPERACIÓN REFLEXIVA

una comunidad que se organiza a sí mis- Dewey concibe la democracia como una
ma.9 Por otra parte, la teoría de la demo- forma reflexiva de la cooperación colecti-
cracia procedimental no tiene ningún va, puede entonces —tal es en resumidas
inconveniente para apoyarse en la concep- cuentas mi tesis— reunir los dos elemen-
ción de Dewey, debido a que en ella la tos de la deliberación racional y de la
orientación por procedimientos radicales comunidad democrática en su concep-
de solución de problemas juega un papel ción, los cuales, en la situación actual de la
incomparablemente más grande, que en teoría de la democracia, están apartados
otros modelos de la opinión pública de- uno de otro en dos posiciones contrapues-
mocrática.10 Un presupuesto de mi tesis, tas. Quiero, en primer lugar, presentar la
según la cual la teoría de la democracia teoría de la democracia del joven Dewey
de Dewey contiene una tercera alternati- en la que se empieza a perfilar la idea del
va para la comprensión política del libe- origen de la esfera de la cooperación so-
ralismo, debe consistir, según esto, en cial; dependiendo todavía fuertemente de
probar la inconveniencia de estas dos Hegel y en un sorprendente paralelo con
formas de acaparamiento: en ellas se dis- el joven Marx, la idea de la autoadminis-
cute —así deseo mostrarlo indirectamen- tración democrática es deducida aquí de
te— sólo una de las dos partes de la teoría manera tan directa de las premisas de una
de Dewey, cuya síntesis integra en una división cooperativa del trabajo, que la
única concepción lo principal de su posi- esfera central de un establecimiento po-
ción. Naturalmente, para poder compren- lítico de la libertad comunicativa per-
der cómo piensa conjuntamente Dewey manece sin ser mencionada (I). En un
en su concepción los procedimientos re- segundo paso, quiero mostrar cómo Dewey,
flexivos y la comunidad política, y cómo siguiendo sus trabajos epistemológicos,
articula la idea de una liberación demo- llega poco a poco a aquella concepción
crática con la representación de fines procedimental de la opinión pública de-
colectivos, se requiere ante todo el escla- mocrática que encuentra una forma madu-
recimiento de una premisa, mediante la ra en su libro The Public and its Problems;
cual se distancia radicalmente de las otras lo que hoy en día ante todo resulta inte-
versiones de una teoría de la democracia: resante en este modelo maduro, así lo quiero
a diferencia del republicanismo y del pro- exponer, es el hecho de que los procesos
cedimentalismo democrático, Dewey se de la formación democrática de la volun-
orienta en su empresa de establecer los tad son concebidos como el medio racio-
principios de una amplia concepción de la nal, con los cuales una sociedad integrada
democracia, no según el modelo de la de- cooperativamente intenta solucionar sus
liberación comunicativa, sino según el propios problemas (II). Al hacer resaltar
modelo de la cooperación social. Es esta la conexión interna entre cooperación y
idea la que servirá de guía para mi inten- democracia he llegado al punto que me
to de una reconstrucción: puesto que permite, en un último paso, introducir la

9
Cfr., por ejemplo, las reflexiones en A. Ryan, John Dewey and the High Tide of American Liberalism, Nueva York, 1995,
pp. 358 y ss.
10
Cfr., por ejemplo, las diferentes referencias a Dewey en: J. Habermas, op. cit., pp. 211 y 369.

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AXEL HONNETH

concepción de Dewey en el debate ac- mocrática, las diferentes tradiciones que


tual; deseo finalizar demostrando que el se han conformado en los últimos dos-
modelo maduro de la democracia de Dewey cientos años como alternativa al libera-
no sólo representa una alternativa más, lismo, proponen otra cosa, a saber, el
sino que es una alternativa superior fren- concepto comunicativo de la libertad hu-
te a las dos posturas predominantes del mana: aquí, con base en la demostración
republicanismo y del procedimiento (III). de que la libertad del individuo se debe a
las relaciones comunicativas, se obtiene,
en la medida en que cada ciudadano par-
I ticular sólo en asociación con los otros
puede alcanzar su autonomía personal,

E l núcleo de todas las objeciones,


que han sido formuladas siem-
pre desde una perspectiva democrática
una comprensión ampliada de la forma-
ción democrática de la voluntad. Por con-
siguiente, la participación de todos los
radical contra la comprensión de la de- ciudadanos en la formación de las deci-
mocracia del liberalismo, concierne a su siones políticas no debe ser el simple
concepto meramente negativo e indivi- medio a través del cual cada individuo
dualista de la libertad personal.11 Si el puede asegurar para sí su propia libertad
argumento central de Marx y la tradición personal, sino que más bien debe expre-
socialista, así como el de los herederos sar el hecho de que sólo en el medio pú-
de Tocqueville y los partidarios del re- blico de una interacción libre de dominio,
publicanismo es el de que la formación se puede conseguir y proteger aquella li-
democrática de la voluntad en la com- bertad individual.
prensión liberal de la política sólo puede Sin embargo, para tal contraproyecto
ser reducida a la función de una legiti- la respuesta a la nueva pregunta, cómo
mación periódica de la acción estatal, debe ser constituido el mecanismo de la
debido a que de antemano el sujeto par- formación democrática de la voluntad en
ticular aislado de los otros había sido particular, depende por completo del ca-
dotado con una determinada porción de rácter específico del concepto puesto
libertad individual —o sea, si la autono- como fundamento de la libertad comuni-
mía personal del individuo es pensada cativa; así, dependiendo de cómo sea ca-
como independiente de los procesos de racterizado el hecho precedente de un
la interacción social—, entonces, no se alcance de la libertad mediante la aso-
puede sacar otra conclusión normativa ciación social, tiene entonces que resul-
distinta a la de que la actividad política tar la idea de una organización política
del ciudadano debería consistir primera- colectiva diferente. En ambos modelos
mente en el control regular del aparato de democracia, que hemos conocido has-
estatal, cuya tarea esencial debe consis- ta ahora como alternativas frente al libe-
tir, por su parte, en la protección de sus ralismo, es comprendida del mismo modo
libertades individuales. Ante esta com- la libertad comunicativa del hombre se-
prensión reducida de la participación de- gún el modelo del discurso intersubjetivo;

11
Para esta contraposición de los modelos individualistas y comunicativos de la libertad personal cfr.: A. Wellmer,
“Freiheitsmodelle in der modernen Welt”, en Endspiele: Die unversöhnliche Moderne, Frankfurt/M., 1993, pp. 13-53.

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LA DEMOCRACIA COMO COOPERACIÓN REFLEXIVA

no sólo en el planteamiento de Hannah lo intitulado The Ethics of Democracy13


Arendt, sino también en el de Jürgen toma su punto de partida, consiste en la
Habermas —para nombrar tan sólo dos tendencia de la filosofía social contem-
de los más importantes representantes del poránea de ver en la democracia sólo una
republicanismo político por un lado, y forma de la organización del gobierno es-
del procedimiento democrático por el tatal; según Dewey, queda como parte
otro—, la idea de la formación democrá- esencial de los ideales democráticos tan
tica de la voluntad se origina en el pensa- sólo la regla de la mayoría, la cual es en-
miento según el cual, el individuo particular tendida como una indicación “numérica”
sólo puede alcanzar su libertad en la es- para el procedimiento de acuerdo con el
fera pública del acuerdo comunicativo.12 cual son elegidos los miembros de los
Ya en estos tempranos pasajes, en los cua- órganos representativos. En pocas pági-
les por el momento sólo se trata del con- nas Dewey pone fin a la idea que, como
cepto puesto como fundamento de la premisa central, subyace a este concepto
libertad comunicativa, se diferencia la teo- instrumentalista de la democracia: redu-
ría de la democracia de Dewey de los dos cir la idea de la formación democrática
planteamientos antes discutidos; para este de la voluntad al principio numérico de
autor, que comparte, por supuesto, con la regla de la mayoría, significa, así ex-
Arendt y Habermas el propósito de una plicó Dewey, suponer la sociedad como
crítica a la comprensión individualista de una masa desorganizada de individuos
la libertad, no es el discurso intersubjetivo aislados, cuyos fines concuerdan tan poco
el que representa la esencia de toda li- entre sí, que se requiere de la constata-
bertad comunicativa, sino más bien, el ción numérica de un propósito u opinión
uso colectivo de las fuerzas individuales representados mayoritariamente. 14 En
para la solución de un problema. Partien- este punto, dicho modelo cuantitativo de
do de una idea tal de la cooperación vo- la democracia va de la mano con un con-
luntaria, Dewey intenta esbozar una cepto de la sociedad que comparte con
alternativa frente a la comprensión libe- las teorías contractuales clásicas la idea
ral de la democracia, que debe más a la según la cual, antes de toda formación
tradición marxista que a la de Tocqueville. del Estado, los individuos existían en un
Ya en el primer artículo, en el cual total aislamiento sin ninguna relación co-
Dewey se ocupó en forma general de las municativa; y solamente, en la medida en
preguntas de la teoría de la democracia, que es tomado como punto de partida una
esboza en un breve bosquejo la conexión tal situación de la sociedad segmentada
interna entre cooperación, libertad y de- y desorganizada, puede recomendarse en-
mocracia. El problema, del cual el artícu- tonces, del mismo modo, como solución

12
Cfr. H. Arendt, “What is Freedom?”, en Between Past and Future, Harmondsworth, 1997, pp. 173-196; de la misma
autora: Vita activa oder Vom Tätigen Leben, Stuttgart, 1960, en particular cap. II y V; J. Habermas. “Volkssouveränität als
Verfahren”, en Faktizität und Geltung, op. cit., pp. 600-631; del mismo autor: Faktizität und Geltung, op. cit., cap. III.
13
J. Dewey, “The Ethics of Democracy”, en The Early Works, Carbondale and Edwardsville, 1969, pp. 227-249. La obra de
Dewey la citaré, como no se indique otra cosa, en lo sucesivo según la edición de las obras completas que apareció en
Carbondale and Edwardsville; utilizaré las siguientes abreviaturas: EW: The Early Works, 1882-1898; MW: The Middle
Works, 1899-1924; LW: The Later Works, 1925-1953.
14
Ibid., pp. 229 y ss.

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AXEL HONNETH

del problema del orden social, aquel con- contribuyen a la conservación de la so-
cepto de la democracia que Hobbes había ciedad. Si la convivencia social se repre-
desarrollado con su construcción contrac- senta según dicho modelo, entonces, para
tualista. En principio, para Dewey, con la Dewey, ciertamente, resultan determina-
explicación de un tal parentesco, se prue- das consecuencias no sólo con respecto
ba que la democracia no puede llegar a al concepto de la autonomía personal,
ser entendida instrumentalmente como un sino también en relación con el concepto
principio numérico de la formación del del gobierno político; ambos conceptos
orden estatal; la idea de que la vida social tienen que ser pensados como relaciona-
debe realizarse con anterioridad a la for- dos entre sí, porque con la existencia de
mación de la unidad política sin ninguna la cooperación social existe una forma
asociación previa entre los individuos, es de bien común compartido, cuyas perso-
para Dewey completamente irreal, una nificaciones contrapuestas tienen que pen-
mera ficción.15 De ahí que, en la segun- sarse como la libertad individual y política
da parte de su artículo, invierta en cierta estatal. Cada miembro de la sociedad re-
forma el sentido de la pregunta, al inten- presenta una “personificación vital” —a
tar explorar la comprensión de la demo- vital embodiment17— de los fines socia-
cracia que debe resultar bajo el presupuesto les, en tanto coopera con la división del
de una previa intersubjetividad de la vida trabajo mediante su propia actividad en
social. la conservación de la sociedad; de ahí que
El concepto de sociedad con el cual a cada miembro de la sociedad le corres-
Dewey se guía para este proyecto de una ponde no sólo una parte de la libertad po-
teoría alternativa de la democracia, está sibilitada socialmente, sino que también,
aún, como todos sus escritos juveniles, como particular, dispone de la soberanía
bajo la fuerte influencia de Hegel; así, plena mediante la cual todos en común,
aquella intersubjetividad, en cuyo marco como un pueblo, se convierten en los por-
se realiza siempre la vida social, debe ser tadores soberanos del poder. No sin orgu-
representada según el modelo de un “or- llo, Dewey muestra que esta idea, de una
ganismo social” en el cual cada indivi- personificación de la soberanía popular
duo coopera mediante su propia actividad en cada ciudadano particular, representa
en la reproducción de la totalidad.16 El el aporte central con el cual ha contribuido
primer hecho, a través del cual es caracte- la Revolución americana a la historia de las
rizada toda forma de sociedad, consiste en ideas políticas: “and this is the theory, often
la existencia de la cooperación; bien sea crudely expressed, but none the less true
de una manera desorientada o no planifi- in substance, that every citizen is a so-
cada, aquí los individuos se relacionan vereign, the American theory, a doctrine
entre sí en la medida en que realizan fun- which in grandeur has but one equal in
ciones de acuerdo con la división del tra- history, and that its fellow, namely, that
bajo, las cuales, tomadas en conjunto, every man is a priest of God”.18

15
Ibid., pp. 231 y ss.
16
Para el contexto teórico muy apropiado: R.B. Westbrook, op. cit., parte primera, cap. 2 (pp. 33-57); cfr., también, A.
Ryan, op. cit., cap. 3.
17
J. Dewey, The Ethics of Democracy, op. cit., p. 237.
18
Idem.

17
LA DEMOCRACIA COMO COOPERACIÓN REFLEXIVA

Si la herencia cristiana es apropiada reproducido tan sólo un ideal político que


en esta forma tan cercana al marxismo, en forma levemente modificado podría
según la cual cada ciudadano como indi- ser encontrado también en Platón o en
viduo particular es completamente sobe- Aristóteles; pues para los pensadores
rano, porque sirve con la división del clásicos de la antigua filosofía política, la
trabajo al bien colectivo, entonces tam- relación entre la libertad individual y la co-
bién está ahora claro a la inversa, por qué munidad política es pensada también en
Dewey puede concebir el Estado como el el mismo sentido, como una relación de
polo opuesto de la relación de expresión cambio orgánica en la cual el individuo
esbozada. Debido a que sólo se articula particular experimenta, mediante el de-
siempre más o menos conscientemente sarrollo de las virtudes correspondientes,
una “voluntad común” en el hecho de la su libertad en la realización de un bien
cooperación social, el aparato estatal debe común, que, a su vez, es solamente la ex-
ser determinado como su órgano político presión de los esfuerzos de todos los par-
ejecutante,19 por lo tanto, el gobierno no ticulares que concuerdan entre sí a través
debe concebirse como una esfera aparte de la división del trabajo. En este punto,
en la cual son delegados los representan- así admite Dewey, no existe en esencia
tes del pueblo bajo la aplicación de la diferencia alguna entre el ideal clásico de
regla de la mayoría, sino que más bien la aristocracia y el ideal democrático; en
debe entenderse tan sólo como una “ex- ambos proyectos normativos los ciuda-
presión viva” del esfuerzo unificado por danos alcanzan su libertad en tanto que
contribuir en mejor forma, esto es, a tra- se realizan en conformidad con las fina-
vés de la concentración de las fuerzas lidades éticas que, tomadas en conjunto,
reflexivas, a la realización de los fines constituyen la eticidad de la comunidad.21
perseguidos cooperativamente. Aquí, La diferencia que existe no obstante en-
Dewey da un paso más en el desarrollo tre ambos ideales, no debe consistir, se-
de la analogía de los organismos al ca- gún Dewey, en el fin, sino en los medios
racterizar el aparato de gobierno como de la constitución política: mientras que
el “ojo” de la comunidad política: el ideal aristocrático cree capaces de auto-
rrealización éticamente adecuada sólo a
The eye is the body organized for seeing, un pequeño círculo de individuos especial-
and just so government is the state mente dotados, de modo que la mayoría
organized for declaring and executing its de la población debe aceptar paternalista-
judgments. Government is to the state mente la forma de vida virtuosa de la eli-
what languaje is to thought; in not only te, el ideal democrático confía en que cada
communicates the purposes of the state, miembro particular de la sociedad se per-
buy in so doing gives them for the first feccione libremente en la dirección de-
time articulation and generality.20 seada del bien perseguido con la división
del trabajo; por lo tanto, si allí las virtudes
Ahora bien, Dewey se da cuenta de que comunitarias le son impuestas al ciuda-
hasta este punto de su argumentación ha dano inculto desde arriba mediante la per-
19
Ibid., p. 239.
20
Ibid., p. 238.
21
Ibid., pp. 240 y ss.

18
AXEL HONNETH

suasión o la fuerza, aquí, en la demo- positiva de una autorrealización exenta


cracia, domina recíprocamente la con- de coacción, la cual enseña a descubrir
fianza de que para un desarrollo libre de al individuo particular aquellas destrezas
coacción de la personalidad, cada indi- y capacidades en sí, por medio de las cua-
viduo encontrará la función adecuada a les puede contribuir al final a la conser-
él, en la cooperación social. Dewey de- vación de la división del trabajo del todo
nomina esta confianza en la capacidad social.23 Si este acontecimiento que cre-
colectiva de todos los miembros de una ce de manera natural de la utilización
sociedad el “individualismo” de la de- conjunta de las fuerzas individuales de
mocracia: todos los miembros de la sociedad se hace
consciente y se planea realizar como pro-
Be put into a man from without. It must yecto cooperativo, surge entonces de allí
begin in the man himself, however much el ideal que lleva el nombre de “Demo-
the good and the wise of society cracia”: se trata de la libre asociación de
contribute. Personal reponsibility, todos los ciudadanos con el propósito
individual initiation, these are the notes de lograr, conforme a la división del traba-
of democracy (...). There is on jo, las metas compartidas por ellos; para
individualism in democracy which there esto, los miembros de la sociedad se exi-
is not in aristocracy; but it is an ethical, gen mutuamente perfeccionar, de mane-
not a numerical individualism; it is an ra conveniente, las propias capacidades
individualism of freedom, of en la dirección que sirve al bien común.
responsibility, of initiative to and for the Al final de su artículo, a Dewey le resul-
ethical ideal, not an individualism of ta fácil redescubrir en la concepción así
lawlessness.22 esbozada de la democracia como un ideal
ético, los tres principios rectores de li-
Este último pensamiento de un individua- bertad, igualdad y fraternidad, los cuales
lismo democrático da a conocer, de un llegaron a ser el símbolo normativo de la
modo suficientemente claro, cómo ha Revolución francesa: una constitución
concebido el joven John Dewey la co- democrática supone la libertad individual
nexión interna entre cooperación, liber- en el sentido de un desarrollo de la per-
tad y democracia. Dewey concibe la sonalidad exento de coacción, el cual,
existencia de la división social del traba- bajo condiciones de igualdad de oportu-
jo como indicación al hecho de que la li- nidades institucionalizada, propicia el
bertad personal del individuo se debe sólo desarrollo de las capacidades y fuerzas a
a la comunicación con los otros miem- todo miembro de la sociedad que le per-
bros de una sociedad; pues la libertad es miten contribuir, en unión con todos los
para él, primariamente, la experiencia otros en hermandad, o digamos mejor: en

22
Ibid., pp. 243 y ss.
23
A este elemento de la temprana teoría de la democracia corresponde el concepto positivo de la libertad, el cual Dewey ha
intentado desarrollar simultáneamente como un ideal de la autorrealización en su ética influenciada por T.H. Green. J.
Dewey, “Outline of a critical Theory of Ethics” (1891), en EW, pp. 239-388; cfr., además, J. Welchman, Dewey’s Ethical
Thought, Ithaca y Londres, 1995, cap. 1 y 3.

19
LA DEMOCRACIA COMO COOPERACIÓN REFLEXIVA

forma solidaria, a la persecución de las nes concebidas normativamente, una for-


metas comúnmente compartidas.24 ma primaria de la libertad comunicativa,
Con todo, también se debe reconocer hacia la idea de que por verdadera de-
fácilmente en este ligero resumen, en qué mocracia no había que entender nada más
pueden consistir las debilidades de la que la libre asociación de los producto-
concepción de la democracia trazada por res; y también para él semejante institu-
el joven Dewey. ción prepolítica de la autoadministración
directa, cooperativa, debería ser posible
por el mero hecho de que, en cierto modo,
II la autorrealización del hombre se abre
paso automáticamente a una dirección

S i Dewey hubiese dejado durante


toda su vida su modelo de una de-
mocracia cooperativa en el estado teóri-
que lo motiva al desarrollo de capacida-
des socialmente útiles.25 Todas estas no-
bles ilusiones que, viéndolo bien, se
co que ha adquirido en el artículo hasta deben a una síntesis de Aristóteles y
ahora tratado, apenas podría comprender- Rousseau, reaparecen en forma casi inal-
se por qué sus reflexiones deberían en- terada en el joven Dewey; lo inducen a
tenderse como alternativa o incluso como trasladarse del ámbito de la cooperación
competencia frente a los conceptos de de- social a la esfera de la autoadminis-
mocracia hoy actuales. Si bien Dewey, tración colectiva en una forma tan direc-
al partir de la división social del trabajo ta, que se ve forzado a hacer desaparecer
dirige su atención a una dimensión pre- por completo la cuestión referente a una
política de la comunicación social, que institucionalización política de la liber-
no ha encontrado en el presente suficien- tad comunicativa. No obstante, frente a
te consideración ni en el republicanismo un modelo tal de democracia, que no co-
ni en la teoría procedimental de la demo- noce formas elementales de la distribución
cracia como tal, no obstante, la forma en del poder ni asociaciones intermediarias de
la que él hace surgir la autoadministración la opinión pública democrática, los dos
democrática directamente de la coopera- conceptos de democracia radical que hoy
ción voluntaria, en el sentido de su ana- se discuten se encuentran claramente en
logía del organismo, se asemeja tanto al ventaja, dado que ellos parten de una idea
ideal de democracia del joven Marx, que de la libertad comunicativa, de acuerdo
se ve de repente obligado a compartir con la cual, la autonomía individual está
también todas sus debilidades. Ya Marx vinculada al entendimiento intersubjetivo
se había dejado arrastrar por el fascinan- en el ámbito de lo público, se instauran en
te punto de vista, según el cual, la trans- cierta forma a manera de nociones fun-
formación cooperativa de la naturaleza damentales en el mecanismo social, el
puede representar, bajo ciertas condicio- cual subyace a la formación democrática

24
J. Dewey, The Ethics of Democracy, op. cit., pp. 244 y ss.
25
Para el ideal de la democracia del joven Marx consultar críticamente: E. Michael Lange, “Verein freier Menschen,
Democratie, Kommunismus”, en E. Agehrn y G. Lohmann (ed.), Ethik und Marx. Moralkritik und normative Grundlagen
der Marxsichen Theorie, Königstein/Ts., 1986, pp. 102-124; una crítica muy convincente del concepto marxista democrá-
tico en un sentido amplio la suministra: R. Zimmermann, Utopie–Raitonalität-Politik, Zu Kritik, Rekonstruktion und
Systematik einer emanzipatorischen Gesellschaftstheorie bei Marx und Habermas, Freiburg, 1985.

20
AXEL HONNETH

de la libertad como principio normativo. ideal original de democracia. Allí, en for-


Así, lo que en un principio se había mos- ma optimista, había partido expresamen-
trado como una fortaleza de la teoría de te de que la autorrealización humana, sin
la democracia de Dewey, a saber, que su coacciones ni influencias exteriores, tien-
punto de partida de la división social del de en una dirección, al final de la cual se
trabajo ya contenía en las premisas rei- encuentra la aceptación voluntaria de res-
vindicaciones económico-democráticas, ponsabilidades sociales; cada miembro de
tiene que revelarse de paso también en la sociedad, en caso de que pudiera enaje-
este particular como una crasa debilidad nar el propio potencial de desarrollo en
de todo su planteamiento.26 igualdad de condiciones, debe, según la
Con todo, John Dewey, que toda su convicción de Dewey, querer convertirse
vida estuvo abierto a nuevos conocimien- espontáneamente en un buen compañero
tos y siempre ávido de aprender, no dejó de cooperación en la división social del
su teoría de la democracia en aquella for- trabajo. Pero, tan pronto como Dewey su-
ma embrionaria que le dio en su fase tem- peró su hegelianismo inicial, tuvo que
prana, hegelianizante; si bien de ella advertir que esta tesis suponía una insos-
sobrevivió todavía la idea de que la li- tenible teleología de la naturaleza huma-
bertad individual se debe en principio a na; de ahí que se esfuerce, en sus diferentes
la autorrealización en una división del estudios sobre la psicología, por poner de
trabajo entendida como cooperación, di- relieve el mecanismo social que podría
cho pensamiento, no obstante, se rastrea hacer explicable la sociabilidad de la auto-
ahora teóricamente hasta el lugar en el rrealización humana sin recurrir a presu-
que comienza a perfilarse un concepto puestos metafísicos.28 La solución con la
propio de la opinión pública. En el cami- que da al respecto Dewey en el curso de
no que Dewey recorre en los casi cincuen- sus investigaciones, puede entenderse en
ta años que existen entre su temprana el sentido de una teoría intersubjetivista
teoría de la democracia y la publicación de la socialización humana; a partir de la
de The Public and its Problems,27 se en- naturaleza instintiva, perfecta, abierta,
cuentra por supuesto una serie de etapas que al principio no consiste en otra cosa
intermedias, que en su conjunto no care- que en una multiplicidad de impulsos dis-
cen de importancia para el posterior es- persos y, por lo tanto, susceptibles de ser
clarecimiento de su problema. moldeados, el hombre puede desarrollar
Así, en sus estudios psicológicos, que dichas capacidades y necesidades en for-
absorben una gran parte de su energía in- ma de hábitos de comportamiento esta-
telectual en el primer cuarto del nuevo si- bles que han encontrado consentimiento
glo, Dewey busca, primero, fundamentar y estimación por parte del respectivo gru-
una tesis que había servido de base incues- po de relación; pues la satisfacción que
tionable como una premisa hegeliana a su encuentra un sujeto en la realización de

26
Con relación a este déficit de la temprana teoría de la democracia de Dewey, cfr., por ejemplo, A. Ryan, op. cit., cap. 3.
27
J. Dewey, “The Public and Its Problems” (1927), en LW, vol. 2, pp. 235-372; en lo sucesivo citaré según la traducción
recién aparecida: “Die Öffentlichkeit und ihre Probleme”, Bodenheim, 1996.
28
Aquí pienso sobre todo en J. Dewey, “Human Nature and Conduct” (1922), en MW, vol. 14, en particular parte III y IV. (La
traducción alemana apareció con el desorientador título: J. Dewey, Psychologische Grundfragen der Erziehung, Munich,
1974); pero cfr., también, J. Dewey, “Democracy and Education” (1961), en MW, vol. 9.

21
LA DEMOCRACIA COMO COOPERACIÓN REFLEXIVA

determinados impulsos de comporta- de la familia, en la economía, en asocia-


miento, se incrementa en la medida en ciones científicas y culturales, en tanto que
que, con ello, puede estar seguro del re- aporta y a la vez recibe. Aquí existe un
conocimiento de sus compañeros de in- intercambio libre: es posible alcanzar la
teracción; en tanto que cada miembro de culminación de una personalidad total, ya
la sociedad pertenece indefectiblemente a que las repulsiones y atracciones entre los
diferentes grupos de relación, las expec- diferentes grupos los refuerzan mutua-
tativas de comportamiento que se super- mente y armonizan sus valores.30
ponen cuidan conjuntamente de que en Si las reflexiones que Dewey efectúa
el curso de la formación de la personali- aquí sobre la mutua dependencia de
dad sólo se desarrollen hábitos de com- autorrealización y forma de vida demo-
portamiento socialmente útiles.29 Este crática, pueden entenderse como resul-
modelo de la autorrealización humana, tado de sus largos años de estudio sobre
que Dewey no abandonará en toda su la formación de la personalidad humana,
vida, marca también el ideal de demo- entonces había llegado al mismo perio-
cracia en el libro sobre la opinión públi- do, en un segundo campo, a un nuevo
ca; en la obra, aquél tiene como función esclarecimiento de premisas de su teoría
hacer resaltar la relación entre el desarro- de la democracia. Como complemento de
llo individual de la personalidad y una sus estudios psicológicos, Dewey se había
comunidad democrática representada ocupado, ante todo, tras la superación de sus
como una relación de intercambio libre comienzos hegelianos, con cuestiones de
entre grupos cooperantes. la lógica de las investigaciones científicas;
El miembro de una pandilla de ladro- aquí, había partido de la tesis pragmáti-
nes puede exteriorizar sus capacidades en ca, según la cual, toda clase de praxis cien-
una forma vinculante con la pertenencia tífica tiene que poder ser concebida como
a este grupo, y estar guiado por los inte- prolongación metodológicamente organi-
reses comunes de sus miembros. Pero zada de aquellas disposiciones intelectua-
sólo lo puede a costa de la represión de les con las cuales intentamos reconocer y
aquellas potencias suyas que pueden ser resolver, en el actuar diario, en caso de una
realizadas únicamente mediante la per- perturbación, el problema ocasionado.
tenencia a otros grupos. La pandilla de Aparte de esta tesis, Dewey pudo expli-
ladrones no puede interactuar libremen- carse ahora claramente, con base en las
te con otros grupos; sólo puede actuar investigaciones experimentales en las cien-
aislándose a sí misma. Tiene que impe- cias de la naturaleza, el que la posibili-
dir la búsqueda de todo tipo de intereses dad de las soluciones inteligentes de los
con excepción de aquellos que la definen problemas aumentaba con la calidad de
en su aislamiento. Un buen ciudadano, por la cooperación de los investigadores par-
el contrario, experimenta su comporta- ticipantes; cuanto más libres de coac-
miento como miembro de un grupo polí- ciones los científicos participantes podían
tico a través de su participación en la vida aportar hipótesis, convicciones o intui-

29
Cfr. J. Dewey, “Human Nature and Conduct”, op. cit., parte IV (conclusión); cfr., también, J.E. Tiles, Dewey, Londres,
1988, pp. 210 y ss.
30
J. Dewey, “Die Öffentlichkeit und ihre Probleme”, op. cit., p. 128.

22
AXEL HONNETH

ciones propias en el proceso de investi- mediante la investigación experimental


gación, tanto más equilibrada, abarcante en los laboratorios.
y por lo mismo inteligente tenía que ser
la formación de hipótesis, a la cual arri- Sólo la réplica hace aparecer el núcleo
barían al final en forma conjunta.31 Es de la cosa: la diferencia, que es
esta la conclusión que Dewey comenzó ocasionada por los diferentes objetos
a trasladar poco a poco en su totalidad al del pensamiento y los distintos signifi-
proceso social de la vida; en la coopera- cados que están en circulación. Un
ción social, —así pudo afirmar consecuen- estado inteligente de los asuntos
temente—, la inteligencia de la solución sociales, un estado que estuviera más
de los problemas que surgen, aumenta en marcado por el saber, más guiado por la
la medida en que todos los participantes, inteligencia, no mejoraría en lo más
libremente y en igualdad de derechos, po- mínimo las disposiciones originales,
dían intercambiar informaciones y apor- pero elevaría el nivel sobre el cual
tar reflexiones. De esta forma, de sus operaría la inteligencia de todos.32
investigaciones lógico-científicas, resultó
al fin de Dewey un argumento epistemo- Con este argumento, Dewey se abrió un
lógico, que sugería considerar la democra- camino que, a diferencia de su concep-
cia como una condición para el aumento ción original, orgánico-teórica de la de-
de la racionalidad en las soluciones so- mocracia, le permitió percatarse por
ciales de los problemas: sin procedimien- primera vez del valor racional de los pro-
tos democráticos que garantizasen algo cedimientos democráticos; ahora, por
así como una comunicación exenta de do- tanto, le era posible conceder a los pro-
minio entre todos los miembros de la cedimientos de una formación natural de
sociedad, no podrían solucionarse los de- la opinión y la voluntad un papel esen-
safíos sociales de manera inteligente. En cialmente más grande para una verdadera
este sentido, Dewey pudo finalmente afir- democracia. Con todo, quedaba todavía por
mar en The Public and its Problems, que completo sin responder cómo esta com-
la democracia representa la forma de or- prensión del carácter procedimental de la
ganización política en la cual la inteligen- democracia podría ser reconciliada con
cia humana alcanza el desarrollo íntegro; la anterior afirmación expuesta, de acuer-
pues sólo allí donde los métodos del de- do con la cual, el autodesarrollo indivi-
bate público de convicciones fundamen- dual sólo es posible en una comunidad de
tales han adoptado figura institucional, cooperación; ¿de qué manera —tal tenía
se puede dispensar en la vida social el que ser la pregunta para Dewey— podría
carácter comunicativo de la solución ra- armonizarse la orientación epistemoló-
cional de problemas en la misma forma gica por el procedimiento democrático con
en que se hace en las ciencias naturales la concepción de una idea del bien com-

31
Cfr, por ejemplo, J. Dewey, “How do we Think” (1910), en MW, vol. 6 (traducción alemana: Wie wir denken, Zurich,
1915); del mismo autor: “Philosophy and Democracy”, en MW, vol. 11, pp. 41-53.
32
J. Dewey, “Die Öffentlichkeit und ihre Probleme”, op. cit., p. 175. En conexión con estas reflexiones de Dewey, H.
Putnam desarrolló posteriormente también una “epistemological justification of democracy”. “A Reconsideration of Dewey
an Democracy”, en Renewing Philosophy, Cambridge, Mass., 1992, pp. 180-200.

23
LA DEMOCRACIA COMO COOPERACIÓN REFLEXIVA

partida por todos, de una comunidad de


valores democrática? La introducción del
concepto de la opinión pública que pro-
pone Dewey en su libro The Public and
its Problems, representa para este proble-
ma una primera respuesta tentativa, si bien
hasta hoy extremadamente desafiante;
antes de regresar a la cuestión, hasta qué
punto la teoría de la democracia de Dewey
contiene una alternativa superior para los
dos principios de una democracia radical
que actualmente discutimos, quisiera es-
bozar en pocas líneas los argumentos del
estudio.
La mayor debilidad de la teoría de la
democracia que se encuentra instaurada
en la obra temprana de Dewey, resultó
ser la falta de una dimensión política de
la libertad comunicativa; al igual que Marx,
también Dewey había pasado de una for-
ma tan inmediata de la autorrealización

Acróbata, 1952, Matisse.


cooperativa a la autoadministración colec-
tiva, que para cualquier ejercicio discursi-
vo, procedimental de la libertad individual
en la formación conjunta de la voluntad,
faltaba al fin todo tipo de espacio. Ahora
bien, Dewey subsana esta falta en el pri-
mer paso de su estudio sobre la “opinión acción pueda resultar hoy sorprendente:
pública” en tanto intenta aquí, partiendo la acción social se realiza en forma de
de la cooperación social, reconstruir el interacciones, cuyas consecuencias, en el
Estado, en términos de la teoría de la ac- caso más sencillo, sólo afectan a los in-
ción, como una esfera de la solución con- mediatamente implicados; pero tan pron-
junta de problemas; desde el punto de to como por las consecuencias de tales
vista de la historia de la teoría, el argu- interacciones se ven afectados también los
mento satisface la función de rechazar no participantes, se origina desde su pers-
representaciones metafísicas y teleológi- pectiva la necesidad de un control man-
cas del Estado, mientras que sistemá- comunado de las respectivas acciones,
ticamente le abre a Dewey el camino para bien sea en el sentido de su restricción o
introducir la opinión pública como medio de su favorecimiento; con esta articula-
discursivo de una solución cooperativa de ción de la exigencia de una solución con-
problemas bajo condiciones democráticas. junta de los problemas, ya había surgido
El pensamiento fundamental puede ima- para Dewey lo que desde ahora llamará
ginarse sin dificultad, aún cuando la eje- opinión pública: “público” es en cada caso
cución en términos de la teoría de la aquella esfera del actuar social, de la cual

24
AXEL HONNETH

un grupo de la sociedad puede compro- actuar que por razón de su importancia


bar con éxito que, por razón del surgi- precisan de control (...)”.34 No es, pues,
miento de consecuencias que se hacen difícil ver cómo se origina, a partir de este
extensivas, precisa de una regulación concepto de la “opinión pública”, esbo-
universal; y, por consiguiente, una “opi- zado en términos de una teoría de la ac-
nión pública” se compone del círculo de ción, una concepción del Estado que, en
aquellos ciudadanos que, al verse afecta- el sentido de soluciones experimentales
dos conjuntamente, comparten la convic- de problemas, está configurada sobre la
ción de que deben dirigirse al resto de la necesidad de gobierno de una sociedad
sociedad con el fin de lograr el control ad- cooperante: desde la perspectiva de los
ministrativo de la respectiva interacción.33 miembros interactivos de una sociedad,
Naturalmente, esta propuesta concep- los diferentes órganos estatales cumplen
tual arroja por su parte una serie de pro- la tarea de velar por aquellas regulaciones
blemas, que Dewey no siempre consigue generales de las consecuencias indirec-
resolver satisfactoriamente en un texto. tas del actuar, las cuales son recordadas
Es así como surge, ante todo, la pregunta en las diferentes opiniones públicas, a cau-
qué debe entenderse por aquellas “con- sa de su implicación indirecta; por consi-
secuencias indirectas de transacción”, guiente, el Estado, como dice Dewey,
que, más allá del círculo de los inmedia- tiene que ser considerado como una “for-
tamente participantes, pueden ocasionar ma de asociación secundaria”, con la cual
“consternación”: esto es, si con ello sólo las opiniones públicas interrelacionadas
se resumen aquellas consecuencias que intentan solucionar en forma racional pro-
en cierta manera tienen un carácter obje- blemas extensivos de la coordinación del
tivo, independiente en su interpretación, actuar social. Pero este Estado así con-
o también todas aquellas consecuencias cebido, tiene también, a su vez como so-
cuya percepción es relativa para diferen- berano, frente a la sociedad cooperante,
tes interpretaciones o sensibilidades mo- la función de asegurar condiciones socia-
rales. Mas, a pesar de estos problemas les con ayuda de normas legales, bajo las
internos que Dewey habría tenido que cuales los ciudadanos pueden articular
resolver a favor de la segunda alternati- sus intereses en forma espontánea y en
va, la gran conquista de su principio re- igualdad de condiciones; los órganos es-
side aquí en haber propuesto, en lugar de tatales, afirma Dewey, cuyos funciona-
una distinción esencialista entre lo “pri- rios son “portadores de la opinión pública”,
vado” y lo “público”, una diferenciación tienen que poner a todos los miembros de
procedimental: “que, en efecto, la fron- la sociedad en situación de “poder confiar
tera entre lo privado y lo público tiene con certeza fundada en lo que los otros
que ser trazada sobre la base del alcance hacen”; ellos consiguen “respetar a los de-
y extensión de aquellas consecuencias del más y a sí mismos”.35

33
Para una más extensa explicación cfr.: H. Joas, “Die politische Idee des amerikanischen Pragmatismus”, en I. Fetscher y
H. Muenkler (ed.), Pipers Handbuch der Politischen Ideen, Munich y Zurich, 1978, pp. 611-620; R. Schmalz-Bruns,
Reflexive Demokratie. Die demokratische Transformation moderner Politik, Baden-Baden, 1995, pp. 214 y ss.
34
J. Dewey, “Die Öffentlichkeit und ihre Probleme”, op. cit., p. 29.
35
Ibid., p. 72.

25
LA DEMOCRACIA COMO COOPERACIÓN REFLEXIVA

Hasta este punto, Dewey ha expues- participación de todos los ciudadanos en


to, ante todo, qué papel quiere darle a la las opiniones públicas democráticas; de ahí
política o a la acción política en relación que tome en serio los escrúpulos de aque-
con la sociedad cooperante. La esfera llos teóricos de la política de su tiempo,
política no es, como en Hannah Arendt o que aún pueden considerar como una
en forma atenuada en Habermas, el lu- mera ficción la idea de una autoadminis-
gar de un ejercicio comunicativo de li- tración democrática en vista de la dife-
bertad, sino el medio cognitivo, con cuya renciación de los saberes especializados.
ayuda la sociedad intenta de manera ex- Para Dewey está fuera de duda que la
perimental explorar, tratar y solucionar orientación de todos los ciudadanos por
sus propios problemas para la coordinación procedimientos democráticos en la solu-
de la acción social. Dado que la racionali- ción política de problemas, supone una
dad de tales soluciones a los problemas forma de asociación prepolítica, tal como
aumenta en la medida en que todos los se dio originalmente sólo en las peque-
afectados son incluidos en igualdad de ñas comunidades de los townships ameri-
derechos en el “proceso de investiga- canos: los miembros de la sociedad tienen
ción”, para Dewey está fuera de duda que que poder advertir de antemano, mutua-
el autogobierno político de la sociedad tie- mente, que persiguen una meta común a
ne que estar organizado democráticamen- través de sus ejecuciones cooperativas,
te; cuanto más activa, más sensitivamente para llevar a cabo luego la creación de
reaccionen a los problemas sociales las opi- órganos de autoadministración demo-
niones públicas interrelacionadas unas con cráticos como medio de una solución
otras, tanto más racional es el proceso ex- política de sus problemas sociales de co-
perimental, con el cual el Estado puede ordinación. Para ello se precisa primero,
llevar a cabo soluciones de problemas sus- así lo admite escuetamente Dewey, de la
ceptibles de aprobación general. Mas, transformación de la “gran sociedad” en
¿cómo se da para Dewey el traspaso des- una “gran comunidad”, antes de que los
de esta justificación epistemológica de los procedimientos democráticos puedan ser
procedimientos democráticos a la necesi- entendidos de nuevo en general como
dad de una eticidad democrática, de una función de las soluciones cooperativas de
comunidad cooperante? También aquí re- problemas; la reanimación de las opinio-
sulta fácil imaginar la respuesta de Dewey, nes públicas democráticas supone, por
aún cuando la solución pueda sorprender tanto, bajo las condiciones de sociedades
a la luz de la discusión actual sobre la industriales complejas, una reintegración
democracia. de la sociedad, la cual sólo puede consis-
El punto de partida en el diagnóstico tir en el desarrollo de una conciencia co-
actual de los estudios de Dewey represen- mún de la asociación prepolítica de todos
ta, como es sabido, el punto de vista se- los ciudadanos.
gún el cual, las sociedades modernas se Después de todo lo que hemos llega-
encuentran en un estado de desintegración, do a saber hasta ahora sobre el pen-
como consecuencia de la industrializa- samiento político-filosófico de Dewey,
ción, el incremento de las complejidades no resulta ya difícil fijar el mecanismo
y la individualización, que tornó aparen- en el que él intenta anclar una tal eticidad
temente ilusorias las concepciones de una prepolítica de la sociedad democrática:

26
AXEL HONNETH

al igual que Durkheim en su libro sobre La orientación por el procedimiento


la soziale Arbeitsteilung,36 también Dewey democrático supone una forma de la
parte de que sólo una forma leal y justa eticidad democrática, que no está ancla-
de la división del trabajo puede dar a cada da en virtudes políticas, sino en la con-
miembro individual de la sociedad la con- ciencia de la cooperación social. En este
ciencia de contribuir cooperativamente sentido, Dewey puede, al fin, afirmar que
con los demás a la realización de metas co- las tres fórmulas conductoras de la Revo-
munes. Únicamente la experiencia de lución francesa expresan normativamente
cooperar a través de una contribución aquellos ideales que están instaurados en
individual a las tareas particulares de un una asociación prepolítica a través de
grupo, que a su vez coopera desde la di- formas de la división del trabajo demo-
visión del trabajo con todos los otros gru- cráticas y justas.
pos de una comunidad, puede convencer
al individuo particular de la necesidad de En su conexión justificada con la
una opinión pública democrática: experiencia de la comunidad, hermandad
es otro nombre para los bienes conscien-
En la búsqueda de las condiciones bajo temente valorados que nacen de una
las cuales puede funcionar la opinión asociación en la cual todos tienen parte,
pública democrática, todavía hoy y que dan una orientación al comporta-
inacabada, podemos partir de una miento de cada uno. Libertad es la
afirmación sobre la naturaleza de la idea liberación y realización garantizadas de
democrática en su sentido social las potencias personales, las cuales sólo
general. Considerada desde la tienen lugar en una asociación rica y
perspectiva del individuo, ella consiste múltiple con otros: la capacidad de ser un
en contribuir responsablemente, según yo (Selbst) individualizado, que aporta
las capacidades, a la formación y una contribución específica y que a su
dirección de las actividades de aquellos manera disfruta los logros de la asocia-
grupos a los que se pertenece y, según ción. Igualdad designa la participación
las necesidades, participar en los íntegra que tiene cada miembro particu-
valores que portan los grupos. lar de la comunidad en las consecuencias
Desde la perspectiva del grupo, ella del actuar asociado. Tal participación es
exige la liberación de las potencias justa porque se mide según la necesidad
de los miembros del grupo en y capacidad de ser útil, no según factores
consonancia con sus intereses y externos que despojan a unos para que
bienes colectivos.37 otros puedan tomar y poseer.38

36
E. Durkheim, Über soziale Arbeitsteilung, Frankfurt/M., 1988 v.a. Drittes Buch (pp. 421 y ss.); la manifiesta cercanía
entre Dewey y Durkheim en este punto, apenas ha sido considerada hasta ahora según mi conocimiento de la literatu-
ra secundaria. En el caso de Westbrook no se menciona en absoluto a Durkheim, en el de Rockefeller sólo en su libro sobre
la religión; una excepción destacada la constituyen aquí las referencias ocasionales de Ryan, op. cit., pp. 112 y 359. Para las
dificultades internas de la postura normativa de Durkheim en su libro sobre la división del trabajo, las cuales resultan
también interesantes con miras a la solución de Dewey, cfr. C. Sirrianni, “Justice and the Division of Labour: A Reconsideration
of Durkheim´s Division of Labour in Society”, en Sociological Review, núm. 17, 1984, pp. 449-470.
37
J. Dewey, “Lo público y sus problemas”, op. cit., p. 128. Este pasaje pone nuevamente de manifiesto la cercanía con
respecto al concepto de Durkheim de los grupos profesionales como asociaciones intermediarias; para el concepto de
Durkheim cfr. Über soziale Arbelitsteilung, op. cit., prólogo a la segunda edición (pp. 41 y ss).
38
J. Dewey, “Lo público y sus problemas”, op. cit., p. 130.

27
LA DEMOCRACIA COMO COOPERACIÓN REFLEXIVA

III a aquellos dos modelos normativos que


habían sido expuestos al principio como

E ntre las teorías de la democracia


que pretenden hoy superar la
concepción liberal de la política en el
alternativas contemporáneas al liberalis-
mo político.
Como hemos visto, Dewey compar-
sentido de una más amplia democratiza- te con el republicanismo y el procedi-
ción, la madura concepción de Dewey mentalismo la crítica a la concepción
representa la herencia marxista, sin asumir liberal de la democracia; para ello, tam-
sus errores. Dewey ve sentada la suposi- bién parte de un modelo de la libertad
ción de una revitalización de las opiniones comunicativa, el cual debe permitir de-
públicas democráticas en un ámbito pre- sarrollar un concepto más fuerte, ambi-
político de la división social del trabajo, cioso, de la formación democrática de
el cual tiene que estar tan equitativa y la voluntad. Pero la idea de Dewey acer-
justamente regulado, que todo miembro de ca de cómo la libertad individual resulta
la sociedad pueda entenderse como un de la comunicación no está obtenida de
participante activo de una asociación coo- la conversación intersubjetiva, sino de la
perativa; pues, así supone Dewey con cooperación colectiva. Esta diferencia con-
razón, sin una tal conciencia de la res- duce en la consecuencia a una teoría de
ponsabilidad y la cooperación comparti- la democracia muy distinta, la cual, fren-
das, no llegará a ver el individuo particular te al republicanismo (a) y la teoría proce-
en los procedimientos democráticos de la dimental de la democracia (b), tiene en
formación de la voluntad, el medio de una cada caso dos ventajas:
solución conjunta de problemas. A este a) En la tradición del republicanismo
respecto, remiten mutuamente unos a ha existido desde siempre la tendencia a
otros, los procedimientos democráticos exigir a los ciudadanos la formación de
de la formación de la voluntad y la orga- virtudes políticas, que deben constituir
nización justa de la división del trabajo; un requisito esencial para la participación
sólo una forma de la división del trabajo en la praxis intersubjetiva de la forma-
que, conforme a destrezas y talentos des- ción de la opinión y la voluntad; pues sólo
cubiertos autónomamente, confiera a todo en la medida en que la participación po-
miembro de la sociedad una oportuni- lítica misma haya llegado a ser para todos
dad igual en la aceptación de activida- los miembros de la sociedad una meta cen-
des socialmente deseables, permite el tral de su vida, puede conservarse la opi-
surgimiento de aquella conciencia indivi- nión pública democrática como un fin en
dual de una cooperación colectiva, desde sí mismo. Una tan fuerte etización de la
cuya perspectiva los procedimientos de- política, difícilmente vinculable con el
mocráticos tienen que poseer un valor, pluralismo fáctico de valores de las so-
precisamente porque representan el me- ciedades modernas, está por completo
jor instrumento de la solución racional de alejada del John Dewey de la madurez; en
problemas conjuntamente compartidos. un pasaje de su libro sobre la opinión pú-
A fin de elaborar con un poco más de blica dice con intención polémica, cómo
precisión este punto de vista de la con- prevenir una crítica cultural del consu-
cepción de la democracia de Dewey, se mismo en el sentido de Hannah Arendt:
debe regresar, finalmente, cotejándolos, “El hombre es un ser consumista y depor-

28
AXEL HONNETH

tivo en la misma forma en que es un ser tar un medio o instrumento, sino sólo fi-
político”.39 nalidad en sí, en Dewey la respuesta es
Dewey puede formular desprevenida- evidente: porque la opinión pública de-
mente semejante aseveración debido a mocrática constituye el medio a través del
que, en su opinión, la conformación de la cual la sociedad intenta tratar y solucio-
comunidad, necesaria para una democra- nar sus problemas, su instalación y con-
cia vital, no tiene que cumplirse dentro de figuración depende por completo de
la esfera política, sino, prepolíticamente, criterios de solución racional del proble-
dentro de las estructuras de una división del ma. Dewey llega incluso a concebir el
trabajo susceptible de ser experimentada proceso público de formación de la vo-
como cooperación; y aquí, en las obras luntad como un fenómeno general, en el
entrelazadas de los grupos y asociacio- cual, de acuerdo a criterios de racionali-
nes que se relacionan mutuamente a tra- dad de las decisiones tomadas, se decide
vés de la división del trabajo, el pluralismo siempre acerca de cómo deben estar cons-
fáctico de las orientaciones por valores, tituidos organizativamente cada uno de
resulta, por supuesto, funcionalmente los órganos estatales e interconectados
provechoso sólo porque cuida de la for- entre sí en sus funciones.41 Con una tal
mación de un gran número de intereses y descripción teórico-racional de los pro-
destrezas. Empero, también Dewey tiene cedimientos democráticos, Dewey se
que poder suponer para su idea de la co- aproxima sin duda al modelo democráti-
munidad de la cooperación, en un segun- co que Habermas ha desarrollado en los
do plano más elevado, una orientación últimos años en forma de una teoría del dis-
individual por un bien conjuntamente com- curso; pero también de este modelo se
partido; pero éste puede entenderse como diferencia aquel de Dewey en dos aspec-
aquella meta a la que otro particular tie- tos, que puedo interpretar sólo como ven-
ne que poder referirse en el sentido de un tajas de su planteamiento.
valor de nivel superior, mientras pueda b) También Habermas hace empezar
concebir su actividad como contribución la democracia allí donde Hannah Arendt
en un proceso de cooperación.40 fija su lugar legítimo: a saber, en aquel
Sin embargo, Dewey también va más umbral en el cual, más allá de la esfera
allá de las estrechas fronteras que le es- del trabajo social, se abre el ámbito de
tán impuestas al republicanismo, al lo- una praxis intersubjetiva, en la que los
grar un modelo de procedimiento de la ciudadanos tienen que discutir y regular
opinión pública democrática. Mientras públicamente sus asuntos comunes. Den-
que en Hannah Arendt, por ejemplo, no tro de esta esfera de la opinión pública
está claro de acuerdo con qué debe re- constituida políticamente, los procedi-
gularse la forma institucional de la for- mientos democráticos deben cuidar de
mación intersubjetiva de la opinión en que cada particular pueda hacer uso de su
particular, ya que ella no debe represen- autonomía legalmente concedida, parti-

39
Ibid., p. 121.
40
Un análisis valioso de las presuposiciones normativas de las actividades cooperativas lo suministra: M.E. Bratman,
“Shared Cooperative Activity”, en The Philosophical Review, vol. 101, núm. 2 , 1992, pp. 327-341.
41
J. Dewey, “Die Öffentlchkeit und ihre Probleme”, op. cit., p. 73.

29
LA DEMOCRACIA COMO COOPERACIÓN REFLEXIVA

Estudio para “Danza de París” (Danza I), armonía ocre, 1930-


1931, Matisse.
cipando con los otros, en igualdad de tanto, parte integrante de toda verdadera
derechos, en la formación conjunta de la idea de democracia, aquél, en cierta for-
voluntad; a diferencia del planteamiento ma, no puede anteponer conceptualmente
de Hannah Arendt, las relaciones prepo- la exigencia de igualdad social al princi-
líticas de la desigualdad socioeconómica pio de la formación democrática de la
caen aquí en la mira, en forma entera- voluntad, sino que tiene que hacerla de-
mente sistemática, porque en las consti- pender del estado contingente de metas
tuciones liberal-democráticas debe estar articuladas políticamente. Debido a esta
instaurado con el principio de igualdad, simplificación de la democracia a la es-
un principio normativo que abra a los gru- fera política, se pierde de vista que una
pos marginados u oprimidos la posibili- opinión pública democrática sólo puede
dad de una lucha legalmente legitimada funcionar bajo las premisas tácitas de una
contra todas las formas de discriminación inclusión de todos los miembros de la
social.42 Mas, no obstante, la perspectiva sociedad en el proceso social de repro-
bajo la cual la “cuestión social” llega a ser ducción. La idea de la opinión pública
normativamente un problema de referen- democrática vive de presupuestos socia-
cia en la teoría habermasiana de la demo- les que sólo pueden ser asegurados más
cracia, es de una índole muy distinta de allá de ella misma; ésta, en efecto, tiene
aquella de la concepción de Dewey: mien- que exigir a cada ciudadano tantos aspec-
tras éste tiene que considerar como un tos comunes entre sí, que al menos pueda
requisito normativo la instauración de surgir un interés de abogar activamente por
formas justas, adecuadas a la coopera- los asuntos políticos. Mas semejante co-
ción, de la división del trabajo, requisito munidad de aspectos sólo puede nacer
que por razón de las condiciones de fun- donde se ha podido hacer ya prepolí-
cionamiento de las opiniones públicas ticamente una experiencia de la referen-
democráticas posee validez por principio cialidad comunicativa; y este vacío de una
con absoluta independencia del estado de teoría de la democracia políticamente
las luchas por el reconocimiento y es, por unilateralizada, lo llena, según mi concep-

42
Cfr. J. Habermas, Faktizität und Geltung, op. cit., cap. III, IV y IX; del mismo autor: “Kampf um Anerkennung in
democratischen Rechtsstaat”, en Die Einbezihung des Anderen, Frankurt/M., 1996, pp. 237-276.

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AXEL HONNETH

ción, la idea de Dewey de una coope- la democracia de Dewey contiene una


ración social, o sea, de una división del respuesta, que abre un tercer camino
trabajo bajo condiciones de justicia. entre las falsas alternativas de un repu-
De esta forma, desde luego, queda blicanismo supraético y un vacío proce-
también indicada la posible respuesta a un dimentalismo: esto es, concebir la eticidad
nuevo problema que se abre en la teoría democrática como resultado de aquella
del discurso de la democracia de Haber- experiencia que pueden hacer todos los
mas. Como se ha observado frecuentemente miembros de una sociedad entre sí, sólo
en los últimos años, también Habermas tie- si estuvieran relacionados cooperati-
ne que suponer más que el establecimien- vamente unos con otros por medio de
to de procedimientos democráticos para una organización justa de la división del
el logro de una formación democrática de trabajo.
la voluntad; pues con el fin de que los Naturalmente, en la presente situación,
ciudadanos tengan interés y motivos en en la que podemos prever el fin paulatino
general para participar en la formación de la sociedad del trabajo asalariado en
pública de la opinión y la voluntad, tie- los países altamente desarrollados, esta
nen que haber convertido los procedi- idea no puede ya adoptar sencillamente la
mientos democráticos como tales en un forma de una reestructuración del merca-
elemento normativo de sus costumbres do inspirada normativamente; hay que
cotidianas.43 Ahora bien, dado que Ha- pensar, más bien, en el proyecto de una
bermas teme el que una idea tal de la redefinición extensa, radical de aquello
eticidad democrática pudiera arrastrarlo que en el futuro ha de considerarse como
a las aguas de una concepción ética de la contribución cooperativa a la reproducción
política, desplaza los problemas que aquí social, en el sentido de que todo miembro
se perfilan a la esfera del funcionamiento adulto de la sociedad tenga de nuevo la
sociológico. En efecto, en lugar de conce- oportunidad de coadyuvar a la división
bir aquellas actitudes habituales del ciu- cooperativa del trabajo. Consideradas
dadano democrático como virtudes éticas las cosas a partir de este resultado, no es
en el sentido de que constituyen el símbo- difícil ver al fin por qué el modelo de de-
lo normativo de una cultura deseada de la mocracia del Dewey maduro puede ser
democracia, intenta concebirlas como ca- contemplado como una alternativa a to-
racterísticas de una cultura política, con mar en serio en el debate actual: porque
cuya ”complacencia” tenemos que contar en él, llevada a un único denominador, la
sociológicamente por razón de requisitos idea de la democracia no sólo se conside-
funcionales.44 También en relación con ra como un ideal político, sino en princi-
este problema me parece que la teoría de pio y sobre todo como ideal social.45 M

43
Cfr., por ejemplo, A. Wellmer, “Bedingungen einer democratischen Kultur”, en A. Honneth, Endspiele: Die unversöhnliche
Moderne, op. cit., pp. 54-58; R. Bernstein, “The Retrieval of the Democratic Ethos”, en Cardozo Law Review, vol. 17,
núms. 4-5, 1996, pp. 1127-1146.
44
J. Habermas, Faktizität und Geltung, op. cit., cap. VII; cfr., también, A. Honneth, “Replik auf Beiträge zu einem Symposium
der Cardozo Law School”, en A. Honneth, Die Einbeziehung del Anderen, op. cit., pp. 309-398, en particular pp. 310 y ss.
45
Veo tendencias a revivir una idea “social” tal de democracia radical por ejemplo en: J. Cohen y J. Rogers, “Secondary
Associations and Democratic Governance”, en Politics & Society, vol. 20, núm. 4, 1992, pp. 393-472.

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D ossier

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