Fundamentos Filosóficos de La Modernidad
Fundamentos Filosóficos de La Modernidad
Fundamentos Filosóficos de La Modernidad
CONTEXTO FILOSÓFICO
La Filosofía Moderna se desarrolla en un abierto enfrentamiento con la cultura y los ideales del
Medioevo. La primera contestación a la concepción religiosa del mundo vigente en la Edad Media
se produjo con el Humanismo Renacentista, con su visión antropocéntrica del hombre y del
universo. Junto con el Humanismo Renacentista y de forma aún más decisiva que éste, el desarrollo
de la ciencia acabó por arruinar los sistemas filosóficos medievales, aportando una nueva imagen
del universo: heliocéntrica y mecanicista. Copérnico primero, Galileo y Kepler, después, y, por
último, Newton, trajeron una nueva ciencia, una NUEVA METODOLOGÍA CIENTÍFICA en la que la
matematización ocupa un lugar fundamental.
Con Descartes entramos ... en una filosofía propia e independiente, que sabe que procede
sustantivamente de la razón y que la conciencia de sí es un momento esencial de la verdad. Esta
filosofía erigida sobre bases propias y peculiares abandona totalmente el terreno de la teología
filosofante, por lo menos en cuanto al principio, para situarse del otro lado ... Este pensamiento ...
se afirma y se hace fuerte como tal, relegando a un segundo plano y rechazando como ilegítima la
exterioridad muerta de la autoridad.
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pensamiento medieval a afirmar la plena autonomía de la razón (quizás, Guillermo de
Ockham) que siempre quedó supeditada, de un modo u otro, a la autoridad de la fe religiosa.
Así, la autonomía de la razón proclamada por la filosofía moderna implica, negativamente, que su
ejercicio no sea coartado por ninguna instancia ajena a la razón misma, sea ésta la tradición, la
autoridad o la fe religiosa. Positivamente, la autonomía de la razón implica que ésta es el tribunal
supremo a quien corresponde juzgar acerca de lo verdadero y lo conveniente, tanto en el ámbito
del conocimiento teórico como en el ámbito de la actividad moral y política.
Los autores de esta época, si se permite la expresión, son unos “camaleones”, ocultan sus bases. Es
una época con un sentido y una valoración de la originalidad extraordinaria; de hecho, cada nuevo
autor cree que la verdadera filosofía empieza con él. De ahí la conciencia de ruptura y el rechazo del
saber histórico que caracteriza a todos los filósofos modernos. Ruptura y rechazo no sólo a la cultura
de la Edad Media, sino también a la cultura humanista porque es una cultura libresca que no
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pretende avanzar en el saber sino recuperar el saber perdido, lo cual no sirve para los que ahora
tienen espíritu de estreno.
Otro rasgo que caracteriza al pensamiento moderno es que HACE DEL PROBLEMA DEL
CONOCIMIENTO EL PROBLEMA FUNDAMENTAL DE LA FILOSOFÍA. Es verdad que a lo largo de la
historia de la filosofía ha habido una manifiesta preocupación por el problema del conocimiento,
pero hasta antes de la modernidad este problema aparecía subordinado a la resolución de otros
problemas filosóficos cuya solución se consideraba prioritaria. En la época moderna, por el
contrario, el problema del conocimiento es considerado como un problema cuya solución ha de ser
anterior a la solución de cualquier otro problema filosófico y a cualquier otro análisis de la realidad;
antes de hablar de las cosas, tenemos que saber qué valor tiene nuestro conocimiento sobre ellas,
si las podemos conocer con objetividad ...
En la Filosofía Antigua y Medieval se da, en el tema del conocimiento, un realismo acrítico que
consiste en no poner en duda, sino más bien dar por supuestas la objetividad y certeza del
conocimiento humano. No se plantea el problema de la naturaleza y los límites del conocimiento
para explicarla. Los antiguos y medievales presuponían la correspondencia entre lo conocido por el
‘sujeto’ y la realidad externa al ‘sujeto’ que conoce; el objeto tenía primacía frente al sujeto, siendo
el objeto el que se imponía a un sujeto pasivo. En la modernidad, en cambio, se cuestiona la certeza
y objetividad del conocimiento humano, así como la naturaleza y límites del mismo, pasando así del
objetivismo ingenuo al subjetivismo trascendental.